miércoles, 29 de septiembre de 2010

Ciudadano Carrillo Salcedo



No quisiera pasar por alto desde mi modesto blog la figura de nuestro querido paisano el profesor Juan Antonio Carrillo Salcedo. En primer lugar, felicitarlo ya que el 8 de octubre es su cumpleaños y destacarlo sobre todo como ciudadano, que con la gubia fina del saber ha ido labrando, perfilando y cimentando los sillares del conocimiento jurídico en su dilatada y fructífera trayectoria, convirtiéndose en un prestigioso especialista en Derecho Internacional pero sobre todo y más relevante, al menos para el que escribe estas letras, como un hombre sabio y humilde.

Un moronero andaluz de talla internacional que ha hecho camino al andar al dejar una profunda huella en el mundo del Derecho y al mismo tiempo sigue engrandeciendo su tierra natal, Morón de la Frontera de la que se siente orgulloso. Y ahora que con estas cosas de Internet, tengo la oportunidad en este blog de mis culpas, de hablar un poco de su figura humana.

Juan Antonio Carrillo Salcedo nació en el municipio sevillano de Morón de la Frontera en 1934 y se licenció en Derecho en la Universidad de Sevilla, de la que posteriormente fue decano en 1956. Dos años después de la licenciatura consiguió el grado de doctor acompañado de un premio extraordinario.

Ha dedicado gran parte de su trayectoria a la defensa de los derechos humanos y, por eso, ha sido merecedor de reconocimientos como el Premio Derechos Humanos otorgado por el Consejo General de la Abogacía en 2001. En este campo ha sido miembro del Curatorium de l'Académie de Droit International de la Haya y de la Comisión Europea de Derechos Humanos. Asimismo, ha trabajado como magistrado del Tribunal Europeo de Derechos Humanos en el período 1986-1990.

Entre las distinciones que ha recibido destacan la Cruz de Honor de la Orden de San Raimundo de Peñafort y la Medalla de Andalucía. En 2004, el profesor fue elegido académico de número de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas como sucesor de Antonio Truyol Serra. Es también autor de más de 150 estudios sobre Derecho Internacional Público, Derecho Internacional Privado y Relaciones Internacionales.

Se podría hablar durante horas del extenso y valioso curriculum de nuestro querido paisano experto en Derecho Internacional ya que obtuvo entre otros galardones, el Diploma 'cum laude' de la Academia de Derecho Internacional de La Haya, reconocido Juez del Tribunal Europeo de los Derechos Humanos de Estrasburgo en el año 1986 y que renunció en 1990 para dedicarse a su querida Universidad de Sevilla. Único español miembro de la Comisión Internacional de Juristas, que pertenece a la afamada Academia de Derecho Internacional de la Haya, que en el año 2003 fue investido Doctor Honoris Causa por la Universidad Carlos III de Madrid y en el año 2007 por la Universidad de Málaga.

Ha dedicado gran parte de su vida a la docencia e investigación universitaria, impartiendo su magisterio en universidades tan prestigiosas como Sevilla, Granada y Madrid.

En el año 2000 fue nombrado Hijo predilecto de Morón, distinción que le fue otorgada en el año 2009 por la Junta de Andalucía nombrándolo Hijo predilecto de Andalucía.

Pero quizás lo más emotivo fue aquel 18 de abril de 2001 cuando inauguró personalmente el colegio que lleva su nombre, como centro de secundaria en Morón.

Un extenso curriculum que cansarían al lector por su infinidad de páginas que contendría pero no voy a ser yo quien hable de dicha trayectoria por mi manifiesto desconocimiento e ignorancia.

Tan sólo una vez, tuve la enorme satisfacción de conocerle personalmente. Nos honró con su presencia en una conferencia magistral titulada “Estados Unidos y Europa en el mundo contemporáneo”. Presentó al ilustre conferenciante Sebastián López Álvarez, coordinador local del Aula de la Experiencia de Morón en el C.P. García Lorca el 27 de mayo de 2003.

Cuando terminó su conferencia, me esperé al final para dirigirme a su afable persona y le manifesté, más o menos las siguientes palabras:

Me ha dado un fuerte abrazo para usted, "Curro Cuevas, el albañil". Le hubiese gustado venir, pero por motivos de salud no ha podido estar aquí con usted. Y el profesor Carrillo Salcedo se dirigió hacia mí y me dijo:

¡Tú que le tocas a Curro Cuevas!

-¡Su hijo!

-¡Le das este abrazo y dos besos de mi parte!


Aquel noble y sencillo gesto por parte del ciudadano Carrillo Salcedo me llegó al corazón y al alma, mucho más que su dilatado y magnífico curriculum vitae, obviamente. Sobre todo por su sencillez y humildad que eleva a la enésima potencia la sabiduría de su persona.

Recientemente he leído en un periódico digital:

...Este internacionalista, catedrático emérito de Derecho Internacional Público de la Universidad de Sevilla que “se disculpa por dominar sólo cuatro idiomas” y manifiesta: que hay que buscar justicia en los tribunales españoles y, si fuera preciso, en Estrasburgo;... que la tortura es un crimen contra la humanidad, y si en un país se practica todos tenemos las manos manchadas si no hacemos nada para evitarlo.

Ha tenido que ser un gran honor y una enorme satisfacción, para sus alumnos a lo largo de toda su trayectoria disfrutar de un profesor universitario de tal calidad humana. No me extraña que tras sus conferencias, los alumnos rompieran en aplausos ya que siempre ha reivindicado el verdadero valor de la educación como base de una sociedad más democrática y justa.