miércoles, 19 de septiembre de 2012

La Sierra de Morón en el siglo XIX. "La sinrazón de una desamortización"



Sierra de Morón a mediados de los años 40. Foto: Gómez Teruel


La Sierra de Montegil situada a 37º 05´17.93´´N y 5º 28´48.28´´O con una altitud según su vértice geodésico de 632 metros sobre el nivel del mar continúa siendo un referente importante en nuestro patrimonio natural. Su perfil, grabado en la retina de muchas generaciones de moroneros  ha sido y continúa siendo una seña de identidad de un pueblo anclado en su “Frontera de la Esperanza”.


Cabra montés en la Sierra de Morón (Capra Pyrenaica). Foto: Jose Ángel Vidal 



Observada desde la distancia, da la impresión de parecer  el casco de un barco de roca caliza invertido  ó una enorme ballena escorada bajo un mar celeste, cuyos efluvios a tomillo y romero han estimulado los sentidos de muchas generaciones. La Sierra de Montegil (desde 1404), de Esparteros (desde 1789) ó de Morón (en la actualidad)  ha sido siempre muy rica en agua gracias a la proliferación de abundantes manantiales de los que se abastecía el pueblo en tiempos de sequía y que sin embargo los ayuntamientos de la época han permitido que manos particulares se adueñasen de un bien público como era la Sierra junto con las fuentes de Esparteros y Guadaíra. En la antigüedad, los romanos llamaban al río “Ira” y posteriormente, los árabes llamaron “Wad-al-Ira” que significa río pequeño.

Posiblemente la Sierra de Montegil, la vendiera el Ayto. de Morón en base a aquel 1º de mayo de 1855 que se promulgó en España la discutida Ley de Desamortización del ministro de Hacienda Pascual Madoz en 1855, la cual ordenaba la venta de los bienes del clero, del Estado y de los propios comunales de los pueblos de la cual, quedaban en principio exentos  de la venta “los montes y bosques pertenecientes a los mismos”.


Foto:  Antonio Ramos   

Sin embargo en el sur de España, las ventas de estos bienes fueron acaparadas por los que tenían más dinero en su poder como eran las oligarquías locales, lo que trajo como consecuencia una mayor concentración de la propiedad, con lo que aumentó el latifundismo. Al mismo tiempo muchos bienes comunales pasaron de manos públicas a manos privadas, lo que afecto considerablemente a la subsistencia de muchos campesinos al quedar en desamparo por aquéllos mismos encargados de su protección y defensa.

Era una “forma legal” para que los pueblos fueran expoliados de sus riquezas rústicas, sin importarle que muchos campesinos no tuvieran otro medio de vida que los pastos, la leña, el esparto, etc… 


La Sierra desde el Castillo de Morón de la Frontera

Es interesante hacer  una breve historia de la Sierra de Montegil:

*7 de Febrero de 1583. Archivo del Ayuntamiento libro 8º folio 31 vuelto. Cabildo del 7 de febrero de 1583.
“Se manda cerrar y adehesar la Sierra de Montegil para yeguas por orden del rey don Felipe II, rey de Castilla y de Jerusalém”
…en que puedan andar y pastar las yeguas…podéis acotar, cerrar y dehesar la Sierra de Montegil para que en ella se críen y conserven y pasten las yeguas de los vecinos de dicha villa sin que en ella se pueda tener ni tenga otro aprovechamiento ni ninguno más censo y lo cual podáis hacer sin por ello caer ni incurrir en pena alguna…Villa de Madrid a veinticuatro días del mes de enero de 1583. Y siendo leída dicha provisión por mí el dicho escribano y los dichos señores, Concejo la obedecieron y dijeron que se vaya a amojonar la dicha dehesa. Y así acabó el Cabildo.

Pedro Téllez Girón, Asencio Díaz, Diego López, Alonso Aguilar- escribano del Cabildo.

*En el libro de actas, de los existentes en el Cabildo Municipal, que corresponde a los años 1645-49, figura un Auto del Gobernador Civil de la Real Audiencia de Sevilla que, entre otras cosas, dice: 

"Que en ningún tiempo se puede vender, enajenar ni acotar las Sierras que dicen de Monte Gil". 

Fecha 22 de Diciembre de 1645


Sierra de Morón,  a 632 metros en su punto geodésico. Foto. Pepe Pérez

*La Desamortización Civil de Propios y Comunes de Municipios en 1834, faculta a los Ayuntamientos a vender en pública subasta las tierras de sus propios, lo que en 1843 lleva a la venta las primeras diecisiete fanegas de la Sierra en terrenos entre las veredas de Montellano y Jerez, inmediato a las Caleras de la Sierra. Operación efectuada a Antonio de la Hera.


*En el archivo municipal se puede consultar que el domingo 3 de julio de 1859 en sesión ordinaria el Cabildo de Morón bajo la presidencia de don Antonio Auñón y León se trató el asunto de la venta de la Sierra de Montegil solicitando que quedara excluida de la desamortización de bienes comunales.


 19 de Enero de 1873

…El que suscribe, Alcalde Constitucional de esta villa de Morón de la Frontera en la provincia de Sevilla por acuerdo y en nombre del Ayuntamiento que preside a Vm respetuosamente expone que el boletín oficial de propiedades y derechos del Estado de esta provincia correspondiente al viernes 3 del presente mes, se anuncia el remate en venta para el día 5 del próximo febrero de la Sierra de Montegil en el término de esta villa procedentes de los propios de la misma, cuyo anuncio ha llenado de dolorosa sorpresa a este Municipio por vulnerarse con él, los legítimos intereses de esta localidad. La indicada Sierra de Montegil formando parte del patrimonio común desde tiempo inmemorial viene dedicada al aprovechamiento procomunal cuyo uso se halla autorizado y consagrado por la Superioridad…Este Cuerpo Capitular hace justicia a la Administración, quien sin duda al declarar desamortizable la finca en cuestión ha procedido por involuntario error basado en inciertos o equivocados datos y como al mismo tiempo abriga la seguridad de su instantánea reparación a Vm  respetuosamente suplica que tomando en consideración lo expuesto en méritos de justicia se sirva decretar la suspensión de dicho remate; y al mismo tiempo determinar que este pueblo siga pacíficamente en el uso y disfrute por común aprovechamiento de la Sierra de Montegil, cuyo hecho esta villa tendría en muy grande estima.

Lo que espera de la muy notoria justificación de Vm

Morón de la Frontera, 19 de Enero de 1873. Francisco Oliva Borrego, alcalde y enterado el Ayuntamiento por unanimidad acordó la instancia precopiada, aprobada en todas sus partes.


Foto. Museo de la Cal de Morón

La Sierra de Montegil no se pudo vender en aquella ocasión, sino haciéndolo el Ayuntamiento a finales del siglo pasado bajo una declaración de crisis municipal para que se le permitiera la transacción. Dicha desamortización se encomendó a los municipios que se aprovecharon para hacer manipulaciones ya que los pequeños propietarios no podían acceder a los lotes de propiedades.

*En la revista  de Mauror, aparece una fotografía del archivo donde  aparece como fecha de la "enajenación de la Sierra de Montegil" el 25 de mayo de 1886.


...En 1885, una solicitud de compra por parte de Bernardo Gutiérrez Vallejo, da lugar a una subasta que se adjudicó pasando a ser el primer dueño privado de la Sierra de Montegil, tomando posesión el 7 de mayo de 1886.



LA SIERRA DEJA DE SER DEL PUEBLO Y PASA A MANOS PRIVADAS
DILIGENCIA DE POSESIÓN DE LA SIERRA DE MONTEGIL

Tal día como hoy de hace 130 años la Sierra deja de pertenecer de forma definitiva al Ayuntamiento y toma posesión de ella su primer propietario privado: Bernardo Gutiérrez Vallejo. El documento de la toma de posesión dice así:

“En siete de mayo de mil ochocientos ochenta y seis, siendo las tres y media de la tarde y estando el Señor Alcalde Don Cristóbal de la Hera Castañón acompañado de mí el infrascripto Secretario al sitio de la Sierra de Montegil y presentes Don Francisco Núñez Muñoz, Apoderado de Don Bernardo Gutiérrez Vallejo, según lo acredita la copia de poder otorgado ante el Notario de Sevilla Don Antonio María de Castro con fecha de ayer, que presentó y volvió a recoger el referido Señor Alcalde, estando a la linde de las canteras de la cal que forman límite con las tierras del trance tercero, que fueron repartidas como del caudal de Propios en al año de mil ochocientos cuarenta y cuatro, según consta de testimonio unido a este expediente, mandó dar lectura del oficio que lo encabeza y demás actuaciones. Y al efecto, con el fin de dar posesión al Don Bernardo Gutiérrez de la referida finca, agarró de la mano al Apoderado y lo paseó por la misma, arrancó hojas, echó tierra al aire e hizo otros actos de verdadera y legítima posesión que le fue dada sin contradicción de persona alguna. Y para que conste extiendo la presente siendo testigos Bernabé Castro, Pedro Martín Suárez, Antonio Jaramillo Jarillo y firman los que saben de que yo el Secretario certifico”.

En las VII Jornadas de Temas Moronenses que organizaba la Fundación Fernando Villalón –Biblioteca Municipal 2006-   publicó Gabriel Giráldez que en noviembre del mismo año (1886) en un Pleno Municipal en el que se decide qué respuesta dar a una demanda de los caleros para que el ayuntamiento impida que el dueño de la sierra les quite el derecho a seguir explotando la cantera para extraer cal para sus hornos.
Menciona Gabriel Giráldez en las VII Jornadas, el nefasto mes de mayo de 1886, en que se vende la Sierra de Montegil a un particular, un tal Vallejo, por la ridícula cifra de 5000 pesetas de la época. Pág. 308 en su interesante artículo Caleros de Morón (1803-1874).

Pérdida de la propiedad de la Sierra de Montegil y solicitud del mantenimiento de los Derechos Históricos por parte de los Caleros de la Sierra (17 noviembre 1886). Como colofón de este primer acercamiento al mundo incandescentemente blanco y rudamente duro de la cal, he considerado imprescindible sacar a la luz un documento que pone en claro, blanco sobre negro, el destino fatal de una tradición y de una industria que, como muchas otras descansó, descansa aún, sobre las descomunales espaldas de la gente humilde…


El día 17 de noviembre de 1886, seis meses después de la enajenación de la Sierra de Montegil, hasta entonces un Bien del Estado gestionado por el Ayuntamiento, tiene lugar en la Sala Capitular del mismo una sesión extraordinaria del Pleno Municipal con un único punto en el Orden del Día y la asistencia de diecinueve ediles y, entre ellos, el Sr. Alcalde, D. José Villalón.

  1. Alcalde D. José Villalón Villalón
  2. Teniente 1º D. Joaquín Carmona
  3. Teniente 2º José Villalón Delgado
  4. Teniente 3º Francisco Orellana
  5. Síndico Pedro Carrillo
  6. Concejal D. José Angulo Muñoz
  7. Concejal D. Cristóbal Ortiz Baquero
  8. Concejal D. Manuel Bustamante
  9. Concejal D. Sebastián Retamal
  10. Concejal D. Juan Durán Núñez
  11. Concejal D. Miguel Gordillo
  12. Concejal D. José López Sánchez
  13. Concejal D. Francisco de P. Cruz
  14. Concejal D. Ramón Villalón
  15. Concejal D. Manuel González Moreno
  16. Concejal D. Cristóbal de la Hera
  17. Concejal D. Manuel Martínez
  18. Concejal D. José Pérez López
  19. Concejal D. José Merino

Foto. Museo de la Cal de Morón. Horno tradicional. 7º día de cochura


Sesión Extraordinaria de 17 de Noviembre de 1886


En la villa de Morón de la Frontera siendo las siete de la noche del día diez y siete de noviembre de mil ochocientos ochenta y seis, se reunieron en la sala capitular de este Ayuntamiento los Sres. Concejales que al margen se expresan. Mayoría de los que componen la Corporación municipal bajo la presidencia del Sr. Alcalde D. José Villalón y Villalón con objeto de celebrar esta sesión extraordinaria a que se ha convocado por segunda vez en la forma y con la anticipación que previene la Ley----------------------------------------------------------- Abierta la sesión, se manifestó por el Sr. Alcalde, que el objeto de la reunión era, según se expresaba en la papeleta de convocatoria “proponer el amparar derechos de estos vecinos que se creen lastimados por los rematantes de la Sierra de Montegil con motivo de la explotación de las caleras de cal”; por lo que esperaba que los Sres. Concejales expusiesen lo que tuvieran por conveniente--------------------------------------------------------------------------------------------
Acto seguido, por D. José Angulo Muñoz se presentó una solicitud con multitud de firmas pidiendo que se leyera y se insertare en el acta; y con efecto leída que fue por el infrascrito Secretario, dice a la letra lo que sigue-------------------------------------------- “Ilustrísimo Ayuntamiento de Morón. Los que suscriben, vecinos de este Municipio, como justifican con la cédula personal que exhiben, ante la Ilustrísima corporación respetuosamente exponen: Que vendida por el Estado la Sierra de Montegil de este término perteneciente a la propiedad procomunal de este Municipio, se pretende por el rematante lanzar de las caleras que en el expresado predio radican, a quienes por virtud del derecho adquirido por todos los vecinos del mismo vienen explotándolas por sí o por sus causahabientes (que) desde la fundación de estas y otras poblaciones tuvieron y ejercitaron sobre las canteras referidas, por cuya causa las cédulas Reales de corrección no han podido referirse ni hacerse extensivas a esta propiedad primitiva obtenida por ocupación antes de la individualización de la propiedad por los medios que posteriormente establecieron las Leyes. = Es posible que en el abandono que han estado hasta ahora los archivos municipales hayan desaparecido por incuria los justificantes de esta historia; seguro que los vecinos no podrán justificar sino por tradición recibida de sus padres de la verdad de la misma; pero las lagunas que puedan dejar las testificaciones de documentos y testigos las llenarán en demasía con caracteres imperecederos las líneas que en los transcursos de los siglos han ido formándose por las piquetas de tantas generaciones de Canteros. Y esta propiedad del vecindario, heredero de las generaciones anteriores no puede dejar de ampararse y defenderse por los actuales representantes del Municipio que tienen, no el derecho, sino el ineludible deber de hacerlo sin omitir medio alguno de los muchos establecidos en las Leyes, en evitación de que la codicia extremada de los rematantes pueda por causa de omisiones lamentabilísimas lesionar o molestar siquiera tan sagrados intereses. = Numerosas familias de este vecindario viven unos de la extracción de la piedra, y otros de la extracción de la cal o de su transporte, cuyo consumo es universal en esta zona; y nadie que no esté destituido de buen sentido, a excepción del codicioso rematante de la Sierra de Montegil, puede creer que, un derecho de tal naturaleza y origen y que en su desarrollo interesa tan esencialmente a la vida de este Municipio, pueda menoscabarse por una adquisición de la naturaleza de la que ostenta el rematante, y menos si se tiene en cuenta que el precio de aquélla, pagado en diez años, ha sido el de quince mil pesetas por seiscientas fanegas de tierra de que se compone próximamente la Sierra de Montegil, cuando sólo el de ésta asciende al contado a duplicado valor sin tener en cuenta la fabulosa suma a que ascendería el de las canteras si concienzudamente y en justicia se hubieran estimado para su venta.=De estas consideraciones de detalles se deduce a la luz de toda evidencia, aun suponiendo contra lo demostrado que el rematante tuviere derecho sobre las canteras, que en la adquisición ha existido lesión enormísima de los intereses del Estado y del Municipio que invalidarían aquélla sin entrar en otro género de consideraciones con referencia a remates anteriores o inmediatos efectuados por doble precio y anulados por causas que no es dado hoy examinar para los fines que nos proponemos, creyendo suficientes los fundamentos expuestos por los que Suplicamos al Ilustrísimo Ayuntamiento que se sirva acordar sostener los derechos de los vecinos de este Municipio sobre las canteras de que se trata elevando sin pérdida de momento la exposición que proceda ante el Delegado de Hacienda, y presentando ante las autoridades administrativas y judiciales las demandas como cualquier otro recurso que en la contestación o seguimiento de aquéllas competa, hasta dejar garantidos los derechos de estos vecinos con las Ejecutorias que los sancionen. = Morón doce de noviembre de mil ochocientos ochenta y seis. = Siguen las firmas”---------------------------------------------------------------------------- Los Sres. Concejales Angulo, Carmona, Orellana, Carrillo, Ortiz Baquero, Bustamante, Retamal, Martínez y Durán, total nueve, manifestaron que estaban en un todo conformes, y pedían se acordara como en la inserta solicitud se reclamaba.---------
Por el Sr. Alcalde se dijo que, tratándose de un derecho que se extendía sólo a más o menos vecinos de esta localidad, su opinión se limitaba a que se hiciesen las gestiones que fueran necesarias en el terreno administrativo, acudiendo al Delegado de Hacienda o a la autoridad que en esa esfera procediese, pero que no estimaba prudente se acudiera a sostener derechos ante los Tribunales de Justicia, con menoscabo de los intereses comunales en beneficio sólo de determinados vecinos, cuando en ello entendía pudiera caberle responsabilidad al Ayuntamiento; esto por ahora y sin perjuicio de lo que en lo sucesivo, visto el giro que tomase el asunto, pareciera bien a esta corporación acordar.----------------------------------------------------------------------------------------------- Los Sres. Concejales Villalón Delgado, Gordillo, López, Cruz, Villalón D. Ramón, González, Moreno, Hera, Pérez y Merino, total nueve, estuvieron conformes con la proposición del Sr. Alcalde, quedando, por tanto, acordado por mayoría en la forma expresado por dicho Sr.---------------------------------------------------------------------
Y no siendo objeto de esta reunión ningún otro particular, se dio por terminado el acto, extendiéndose esta acta, que firmaron los Sres. Concurrentes con migo el Secretario de que certifico= (Siguen once firmas, las del Alcalde, las de los nueve Concejales que lo apoyan y la del Secretario, pero no las de los concejales que están a favor de los caleros)… Gabriel Giráldez Fernández Otoño de 2006, 120 años después.


Caleros de la Sierra montando el horno. Foto Museo de la Cal


*1925. Breve extracto de la Carta de Manuel Maldonado Marín que envió al Excmo. Sr. D. Miguel Primo de Rivera, Presidente del Directorio Militar en la que haciendo una breve descripción de la Sierra de Montegil le comunica que…
El 1º de mayo de 1855 se promulgó en España la discutida Ley desamortizadora ordenándose la venta de los bienes del clero, del estado y los propios comunales de los pueblos. Ley tan monstruosa que fue públicamente censurada por los patriotas más eminentes de aquel tiempo y años después como el insigne Don Marcelino Menéndez y Pelayo que  la calificó de latrocinio.
…Pues bien: el Ayuntamiento de Morón de la Frontera de aquella época…se reunió el domingo 3 de julio de 1859 en sesión ordinaria municipal y al tratar el asunto de la venta de la Sierra, y con objeto de conseguir la aprobación para enajenarla, acordó enviar a la Superioridad una información en la que constaban estas textuales palabras:
”Que esta villa no tiene terrenos destinados al pasto de sus ganados de labor, más que las crestas de la Sierra llamada de Montegil, cuya falda se halla enajenada a censo, siendo lo que queda para el aprovechamiento común de muy poca importancia…queriendo así dar a entender al Gobierno que procedía a incluirla en la desamortización, como así se efectuó años después, vendiéndose en subasta a un particular, que a la sazón era empleado del Ayuntamiento.
Los documentos aquí expuestos,  dan fe de que la Sierra de Esparteros ha formado parte del patrimonio común del pueblo de Morón de la Frontera desde tiempo inmemorial, constituyendo un terreno público donde los vecinos encontraban el sustento, utilizando sus recursos de forma tradicional y respetando el medio, llegando a vivir de ella más de cien familias, justo en el momento en que se les fue arrebatada”…en virtud de un falso informe emitido por aquellos mismos encargados de su protección y defensa…” (Manuel Maldonado Marín. 1925).


La destrucción irreversible de la Sierra de Morón sustenta todavía hábitats de enorme importancia  aunque el daño causado por las explotaciones mineras de piedra caliza que amenazan su perfil haya sido irreparable para las poblaciones de flora, fauna  y hábitats que los sustentan.


José Ángel Vidal con el objetivo de su cámara plasmando el hábitat de la Sierra de Morón.


P.D. Estos son datos históricos que se pueden encontrar en el Archivo Municipal y en publicaciones de la Biblioteca Pública Municipal de Morón de la Frontera.


 ¡Que cada uno saque sus propias conclusiones!… 


La Sierra de Morón en la actualidad. Foto: Antonio Ramos   


Pinceladas históricas

Concedo permiso a Francisco… para que con su ganado cabrío pueda pastar en los terrenos de mi propiedad, durante el tiempo que convenga a mis intereses. 

Dado en Morón de la Frontera a 25 de julio de 1936 

I Año Triunfal 

Una copia del escrito que le hizo Don Francisco Siles Núñez, 
dueño de la Sierra de Morón, a un humilde cabrero.


Fuentes

Archivo Municipal de Morón de la Frontera
VII Jornadas de temas moronenses
Crónicas para una historia de Morón, por Juan José García López 
Revista Mauror



Enlaces interesantes



Sierra de Morón desde el castillo de Cote en Montellano


Agradecimientos

Quiero agradecer a Juan Diego Mata, Bibliotecario de la B.P.M. de Morón, a Javier Manchado, responsable del Archivo Municipal y a Gabriel Giráldez, profesor en el I.E.S. Fray Bartolomé de las Casas de Morón su colaboración para recopilar datos históricos sobre la Sierra de Montegil, de Esparteros o de Morón. 

También mi agradecimiento a los fotógrafos de Morón Antonio Ramos y José Ángel Vidal que con sus objetivos han plasmado el hábitat de la Sierra, lo que ha servido para ilustrar este artículo sobre el origen de la  "Desamortización de la Sierra de Montegil en el siglo XIX".


 Foto atemporal de la Sierra de Morón. Gabriel Giráldez



Que no quede solo el recuerdo from Jose Angel Vidal on Vimeo


lunes, 10 de septiembre de 2012

Viaje a la Alpujarra granadina



Monumento en Almuñécar a Abderramán I


“Fue un momento malísimo, aunque digan lo contrario en las escuelas. Se perdieron una civilización admirable, una poesía, una astronomía, una arquitectura y una delicadeza única en el mundo, para dar paso a una ciudad pobre…”

Federico García Lorca sobre la “Toma de Granada” en 1492 por los RR.CC.
10 de junio de 1936

 

Nunca pensé que cuando leyera el libro al Sur de Granada de Gerald Brenan ó “Entre limones” de Chris Stewart,  ex batería del grupo Génesis se me iba a estimular tanto mi apetito viajero por el último reducto morisco en la antigua Al Ándalus [Las Alpujarras], una región situada en las estribaciones de Sierra Nevada, al sur de Granada. 

 

















Es interesante como un inglés como Gerald Brenan abandona  la civilización y una vida acomodada en Inglaterra y se plantea vivir a comienzos del siglo XX en una atmósfera más pura en Yegen -La Alpujarra-, donde le fascina la vida lugareña, las montañas, los valles, las estrellas, en definitiva, “una región que hasta hace poco tiempo únicamente podía recorrerse a lomos de una mula”.

Y como otro inglés Chris Stewart, en otras circunstancias totalmente distintas decide también vivir en un cortijo en la Alpujarra granadina  desde 1988 abandonando también una vida llena de comodidades  junto a su esposa e hija, rodeado de animales en plena montaña sin agua corriente ni luz eléctrica con un río de fuertes corrientes en invierno  que  se convertía en un serio problema atravesarlo con su landrover si ocurría cualquier urgencia.

“Entre limones  y al Sur de Granada”, pertenecen  a esa literatura fresca y sencilla que entretiene al lector permitiéndole  viajar sólo con la imaginación.

Amanecer en  Almuñécar

Llegamos el viernes 7 de septiembre de 2012 a las playas de Almuñécar, [ciudad de las palmeras], la misma a la que arrivó el 15 de agosto de 755 Abderramán I [Abd Al-Rahmán ben Muawiya al-Dajil "el Inmigrado"] único superviviente de los Omeyas  tras la matanza de su familia que huye de sus enemigos Abasidas, llegando al norte de África donde fue acogido por la tribu Nafta de la que era originaria su madre e inicia con sus leales en Al-Ándalus una dinastía que fundó, proclamando el Emirato de Córdoba, independiente de Bagdad y elevando la cultura a cotas muy altas  durante casi tres siglos, hasta la caída oficial del califato en el año 1031, lo que dio lugar a los reinos de taifas cuyo último reino nazarí fue tomado el 2 de enero 1492 con la toma de Granada por los Reyes Católicos.

No es extraño que cuando Boabdil, el Chico -Abu Abdallah-, último rey de Granada, la observara  por última vez camino de su exilio hacia las Alpujarras, llorara como dice la leyenda. Cualquiera de nosotros hubiese suspirado del mismo modo al abandonar semejante belleza en un marco incomparable de culturas en la antigua Elvira con Sierra Nevada con el pico Veleta y el Mulhacén como testigo.


Un hecho trascendente que atrasó el reloj de nuestra Historia fue la expulsión de los moriscos el 9 de abril de 1609 por Felipe III,  tras la rebelión de las Alpujarras (1568-1571) al ser  considerados virtuales aliados de los turcos que asolaban los puertos del Mediterráneo. En 1567 entraba en vigor  la Pragmática Sanción firmada por  el rey Felipe II que desencadenó la Rebelión de las Alpujarras, la cual limitaba las libertades religiosas de una población morisca  obligada a abandonar sus  modos de vida y costumbres, prohibición de usar sus nombres en árabe y hacer uso de los baños como purificación antes de entrar en las mezquitas.


La desafortunada decisión trajo consigo el consiguiente abandono de los campos de cultivo al considerarse a los moriscos como una especie de quinta columna o enemigo interior. Fueron expulsados trescientos mil árabes entre Aragón, Levante y Andalucía que pesaron como una gran losa en la agricultura al dejar los campos desiertos y por consiguiente en nuestra economía. Ya el 31 de marzo de 1492 los Reyes Católicos mediante el decreto de la Alhambra habían ordenado también la expulsión de decenas de miles de judíos.



La Alpujarra granadina  -considerada  como el último refugio morisco-  delimita al norte por las cumbres de Sierra Nevada coronada por  el Mulhacén -Muley Hacen, padre de Boabdil-  con 3479 m y el Veleta con 3.395,68 m. y al sur por el Mar Mediterráneo. Es posible que el origen del término Alpujarra tenga algo que ver con la palabra celta "alp" que significa  altura y "xarrat" hilera  o agrupación de montañas en función de su compleja orografía, pero no se han unificado criterios al respecto. 



La  Alpujarra  ha permanecido aislada durante mucho tiempo entre  barrancos, valles,  torrentes, fortificaciones y atalayas. Da la impresión al visitante de que  el  tiempo parece que se detiene entre naranjos y limoneros, entre chimeneas y calles empinadas. Pueblos blancos con sus empedradas callejuelas angostas y repechos que invitan al paseo, reflejando su pasado morisco entre una arquitectura mudéjar con sus aljibes, norias y acequias como expresión cultural del regadío en la que los árabes eran expertos. En definitiva, un paraíso natural -donde sus casas están orientadas al sur, para aprovechar el clima mediterráneo- que forma por derecho propio nuestro legado  andaluz.


El sábado 8 de septiembre salimos de Almuñécar -después de la bellísima salida de sol- en dirección al entorno privilegiado de la Alpujarra granadina en el Parque Nacional de Sierra Nevada. El primer pueblo donde tomamos contacto con el Parque Natural de Sierra Nevada fue Órgiva, que nos indicaba el camino hacia la Alpujarra alta que  en 1492 fue cedida por los RR.CC. a Boabdil -Abu 'Abd Allāh-, como lugar de retiro.


Allí realizamos nuestra primera escala montañosa donde nos vitaminizamos Antonio, Manolo y el que escribe estas breves letrillas para el blog de mis culpas  con un buen desayuno alpujarreño consistente en una hogaza grande de pan con aceite de oliva virgen de la Alpujarra, tomate triturado y jamón de Trevélez. 

Antonio refrescándose con los higos

Visitamos la bonita ciudad y nos dirigimos hacia Capiléira, situada a 1436 m. sobre el nivel del mar,  una joya arquitectónica donde casi todas las casas de la Alpujarra están orientadas en dirección al mediodía. Angostas y empinadas callejuelas donde abundan manantiales y acequias de agua potable que corren y susurran  por algunas de sus calles cayendo suavemente por sus laderas. Aljibes, molinos, artesonados mudéjares hacen de este privilegiado entorno natural un paraíso donde el agua sigue su ruta bajo el amparo del turismo respetuoso y activo que sin prisas y con las pausas necesarias reposan placenteramente deleitando los sentidos y admirando al mismo tiempo su historia, artesanía, flora y fauna, paisaje, etcétera. 

 

Disfrutamos de un té tradicional y desde allí en la lejanía se observaba  el centro de Retiros Budista a 1600 m. de altitud en la cara sur de Sierra Nevada. Capileira y Pampaneira comparten con Trevélez -1476 m. sobre el nivel del mar-, estar dentro de los tres  municipios más altos de España. 

Antonio  echando un cigarro alpujarreño con el amigo Carlos


La tercera escala la realizamos en otro bello pueblo llamado Pampaneira donde nos detuvimos a deleitar productos de la zona y visitamos su magnífico mirador. Mi amigo Antonio echó un cigarro alpujarreño sin aditivos  llamado churrasca con el amigo Carlos. Nos dijeron algunos vecinos de avanzada edad que Pampaneira, Bubión y Capileira forman el “Barranco de Poqueira”. Pampaneira mantiene el aspecto berebere en la arquitectura de sus casas.

En definitiva, un auténtico vergel de casas blancas con techos planos, pequeñas ventanas y abundantes chimeneas rodeados de pinos, encinas, castaños, nogales, algarrobos, higueras, chopos, sauces, etc. 

Fortaleza de Salobreña, residencia de verano de los monarcas del reino de Granada

El domingo 9 de septiembre de 2012 fui con mi amigo Antonio a visitar el estratégico castillo árabe de Salobreña, que fue residencia de verano de los monarcas del reino de Granada y alcázar-prisión de los sultanes destronados además de ser un importante recinto militar durante la época cristiana. Fue ocupaba por destacamentos musulmanes en el año 713. Ya en el siglo XII existen referencias de la existencia de abundantes platanares y cañas de azúcar. 


Entramos por la torre de entrada y visitamos la Alcazaba y bajamos por múltiples peldaños  hasta el recinto exterior defensivo que imponía al visitante al mirar hacia su lienzo de murallas más altos. No se nos olvidará este viaje de fin de semana.


La cultura es el más hermoso legado en el que se puede reflejar un pueblo. Un pueblo que no sea capaz de respetar y proteger su patrimonio cultural y ecológico estaría incapacitado para transmitir y por consiguiente se diluiria en su propia sinrazón.

P.D. Recuerdo que la Alpujarra es mucho más ¡Ojalá pudiera visitarla entera de punta a rabo!, y estimularme con sus efluvios a nogales, castaños, higueras, pinos, algarrobos, robles, alcornoques y un largo etcétera que estimulasen mis sentidos con el sonido del agua plácidamente susurrando por los caminos y senderos! 

¡Las Alpujarras, un auténtico paraiso!.



Enlace interesante