domingo, 25 de noviembre de 2012

Excursión a Olvera, la antigua Acinipo, Setenil y Zahara de la Sierra



El pasado 24 de noviembre de 2012 estuvimos visitando Pruna, Olvera, Torre Alháquime, Setenil de las Bodegas, la antigua Acinipo ó Ronda la Vieja y por último Zahara de la Sierra.


Setenil de las Bodegas

Dentro de las rutas de los Almorávides y Almohades, Zahara de la Sierra, Olvera y Setenil de las Bodegas pertenecían a una de las dos rutas existentes. Una desde Cádiz que pasaba por Arcos, Zahara de la Sierra, Olvera, Setenil y Ronda hasta el reino nazarí de Granada, ensalzada como la “Damasco de Occidente”. La otra ruta transitaba desde Tarifa y Algeciras –a la que se unía Medina Sidonia- hasta Gaucín, Algatocín, Atajate y Ronda para proseguir hasta la antigua Elvira  [Granada].



Castillo de Olvera

Llegamos a Pruna donde lo primero que nos encontramos al entrar es su inexpugnable castillo asentado en la cima de una mole de piedra caliza. Desde Pruna se observa en la distancia el imponente castillo de Olvera sobre otra impresionante mole de piedra junto a la Iglesia de la Encarnación. Estas fortalezas no poseían la función defensiva sino de vigilancia que actuaban como fiel vigía de las incursiones de las tropas castellanas. Desde la fortaleza de Olvera se observa a cierta distancia Zahara de la Sierra con la Sierra de Grazalema como testigo.


Bar "La Tasca" en Setenil junto al río Guadalporcum

Llegamos a uno de los pueblos blancos más singulares como es Setenil de las Bodegas -antiguo septem nihil- porque costó a las tropas cristianas siete sitios ya que era fundamental para el avance cristiano hasta septiembre de 1484. Setenil está situado en el nordeste de la provincia de Cádiz. Visitamos su interesante casco histórico donde destacan sus murallas y la torre del homenaje desde donde nace el entramado de sus calles hasta el río Guadalporcum.


Torre del Homenaje en Setenil

La Torre del Homenaje es posiblemente de época almohade (siglo XII-XIII) con su original entramado urbano con calles empinadas y casas encaladas donde podemos apreciar muchas de sus casas enclavadas en la montaña cuyo tejado es la misma roca como arquitectura singular de Setenil.


Recreación Histórica de Setenil

Posteriormente nos dirigimos en dirección a Montecorto a visitar los restos arqueológicos de la antigua ciudad romana de Acinipo conocida como Ronda la Vieja construida sobre pronunciada pendiente.


Antigua Acinipo "Ronda la Vieja"

Acinipo fue una ciudad importante hasta el siglo III que incluso acuñaban monedas pero posteriormente se fue despoblando pasando el testigo a la actual Ronda, anterior Arunda como medina musulmana. El teatro de Acinipo se encuentra muy bien conservado con su graderío semicircular labrado en la misma piedra.


Torre del Homenaje de Zahara de la Sierra

Más tarde, seguimos hacia Zahara de la Sierra que se alza sobre la Sierra del Jaral enclavada en el Parque Natural de la Sierra de Grazalema y con un emplazamiento privilegiado que forma parte de la ruta de los pueblos blancos junto al embalse de su mismo nombre. Visitamos su fortaleza árabe de origen nazarí que conserva la Torre del Homenaje y algunos lienzos de muralla desde donde se divisan los pueblos vecinos de Algodonales con la Sierra de Lijar y Olvera que junto con la Sierra del Jaral y Grazalema -donde se registra el mayor índice de pluviosidad de la Península Ibérica- desprenden efluvios serranos.


Embalse de Zahara desde el castillo. Al fondo, Algodonales (izda.) y Olvera (dcha.)


Las casas de los pueblos blancos encaladas con la tradicional cal, recientemente declarada Patrimonio Inmaterial de la humanidad, con sus con sus tejas de alfarería en forma de cono de menor a mayor machihembradas unas con otras longitudinalmente que formaban tejados con sus limatezas y limahoyas que actúan de caballete y como canales maestras que recogen y canalizan las aguas de lluvia dando singularidad a los pueblos con sus calles estrechas y empinadas zigzagueando hasta llegar a la fortaleza.



En definitiva, ha sido el resultado de unas reminiscencias andalusíes legadas desde tiempos inmemoriales donde el viajero impregna su retina en unos pueblos denominados bajo la histórica denominación de la Banda morisca, tierras antiguas de fronteras entre el reino de Granada y los reinos cristianos cuyos topónimos permanecen hasta nuestros días per secula seculorum. Cabe citar como ejemplo: Morón de la Frontera, Arcos de la Frontera, Castellar de la Frontera, Chiclana de la Frontera, Conil de la Frontera, Jerez de la Frontera, Jimena de la Frontera, Vejer de la Frontera, Cortes de la Frontera ó Aguilar de la Frontera.


Desde Setenil, Acinipo y Zahara de la Sierra, para el Blog de mis culpas...
 

domingo, 4 de noviembre de 2012

Homenaje al Niño Rosa en MORÓN



Del quejío de una estrofa afloran sentimientos bajo ese dolor lacerante que emerge a través del desgarro de las cuerdas de una garganta con su guitarra. Es el Cante Jondo, -cultura ancestral arraigada en lo más profundo de nuestras raíces- bajo la estela de un pueblo situado en la propia Frontera de su Esperanza.

El pasado sábado 3 de noviembre de 2012, a las 21,00 horas tuve la satisfacción de asistir en el Teatro Oriente de Morón de la Frontera –tierra de la Cal y del Flamenco- al acto de presentación del nuevo disco del cantaor de flamenco de Morón, Antonio Gallardo Gallego, más conocido popularmente como el "Niño Rosa", que con sus 91 primaveras y con una excelente calidad de voz nos deleita en su nuevo trabajo con una variedad de cantes como la soleá, malagueña, bulerías, siguiriya y un largo etcétera. El Niño Rosa estuvo arropado por sus amigos y aficionados en la presentación de su nuevo trabajo “Tres guitarras para 90 años de sabiduría”.

Es evidente que este nuevo trabajo de Antonio complementa aquel de Aires (Memorias del Cante) junto a Pepe Palomo, lo que aumenta nuestro patrimonio cultural sin olvidarnos de su participación en el antiguo LP doble titulado “De donde nace la Cal: su cante y su guitarra”, en el que colaboró junto a Antonio Ruiz el Carpintero, Pepe Lebrón, Paco Camacho, Juan Luís Cabrera, Pepe Palomo, el toque de Diego Torres Amaya, Paco el Leri, Manolo Morilla, Manolo Coronado, Juan del Gastor, entre otros, patrocinado por la Fundación Fernando Villalón y el Ayuntamiento de Morón, lo que quedará como un magnífico legado para ser transmitido a las generaciones venideras y ser apreciarlo en toda su esencia.


La Concejal de Cultura Nieves Ortiz, Miguel Núñez y Jerónimo Velasco




El acto estuvo presentado por la Concejal de Cultura Nieves Ortiz, acompañado por Jerónimo Velasco, quien dijo unas palabras muy sentidas haciendo mención especial a los guitarristas Paco Delgado el Leri, Domi y Dani de Morón así como a las personas que han hecho posible con su apoyo este documento sonoro terminando con un ¡Viva el flamenco, Viva Morón! y Miguel Núñez, gran conocedor del mundo flamenco que evocó la figura del cantaor Antonio Gallardo Gallego,"El Niño Rosa".



Miguel Núñez comentaba en su magnífica disertación que posiblemente haya sido la primera vez que alguien haya grabado un registro de voz a sus 91 años. Es posible que haya sido un récord. "Pepe Palomo me presentó al cantaor Antonio de la Rosa" y éste me hablaba del Emporio flamenco del Madrid de la época. Coincidía con el Niño Rosa que para ser cantaor había que poseer dos cualidades esenciales:

La primera era la facultad de la voz y la segunda tener mentalidad, lo que es lo mismo concepto del cante. Antonio de la Rosa ha vivido muy de cerca estos dos conceptos.

La vida del artista era muy dura, antes y ahora. En su época era muy frecuente cantar en ventas y tablaos donde se forjaba la escuela del cante. Una esencia que ya se ha perdido pero queda el testimonio sonoro que nos podemos hacer una idea del cante de una época.



También comentaba Miguel que le ha impresionado el Niño Rosa porque todas las letras se le entienden perfectamente con una vocalización perfecta a sus 91 años aunque su voz está cansada pero no rota. No busca el lucimiento pero matiza perfectamente las estrofas. La variedad del cante que maneja con una fidelidad, claridad y sinceridad admirable.

Antonio "El Niño Rosa", cuando se viene de Madrid a Morón se encuentra con Don Porhen y Diego del Gastor en la Venta de Esparteros.

Hay unos testimonios sonoros con mucha delicadeza de dar una fervorosa esencia de la Semana Santa de Morón con Nuestro Padre Jesús de la Fuensanta con la Saeta antigua no flamenca, sino un canto litúrgico, la procesión de la Madrugada.


El Niño Rosa, al finalizar el  memorable acto con un grupo de amigos


Concluye Miguel Núñez que con este trabajo, el Niño Rosa hace un regalo a Morón como un recuerdo sonoro de su tierra muy digno, dando personalidad al cante. Un bello recuerdo que Antonio nos va a dejar impregnado de sinceridad y dignidad. El aficionado de hoy ya no puede escuchar flamenco en las tabernas ya que la televisión acabó con dichas fuentes de información.

Es evidente que no damos importancia a lo que tenemos de cerca. El flamenco es un arte expresivo. Antonio interesa por su forma de hablar en unos tiempos que el arte se va haciendo en la misma medida en que nos vamos deshaciendo. Antonio posee una sensibilidad especial para transmitir el cante de una forma expresiva parecida al original con una vocalización perfecta.

En este trabajo Antonio está acompañado por tres guitarras admirables, tres tendencias diferentes (Paco Delgado "El Leri", Domi y Dani de Morón).


Niño Rosa años 40, acompañado a la guitarra de Cristóbal Jiménez   
Foto: Rafael Gómez Teruel



En días pasados tuve la oportunidad de escuchar al Niño Rosa en Radio Morón [junto a su amigo Jerónimo Velasco] manifestar que antes existía mucha afición al flamenco y que la gente iba a escuchar de verdad a los cantaores a las tabernas. El cante es un producto andaluz, sobre todo en Sevilla y Cádiz sin olvidar Huelva con sus fandangos, Málaga, Jaén…

Desde que nació admira a Vallejo, Chacón, Marchena, Pinto, Canalejas, Mairena, Caracol y otras figuras del cante. Estuvo cantando en Madrid pero se hartó por las circunstancias y se vino a Morón. No ha vivido del cante aunque tuvo oportunidad para ello en los años 40 y 50 pero no se adaptaba a los teatros.

Recalca que hay que aprender de Silverio, del cante de Diego Bermúdez “El Tenazas”-hablamos de 1930- en unos tiempos en que se cantaba en las gañanías, los arrieros en las veredas con las reatas de mulos, en las tabernas que hasta los años 60 estaban llenas de cantaores. 

“Conocí al Tenazas en los años 30 siendo un chiquillo, cuando escuchaba y cantaba los cantes del pueblo”.

Antonio conoce todos los palos del flamenco y los domina. Comenta que Manolo Morilla ha sido su guitarrista predilecto y que le enseñó a cantar con la guitarra.

El emotivo acto terminó con unos cantes -uno por cada guitarrista que lo acompaña en su nuevo trabajo (malagueñas, soleá y bulerías). El Niño Rosa deleitó al público asistente siendo correspondido por un afectuoso aplauso que emocionó al cantaor, que difícilmente olvidará tan señalado día.

Manifiesto mis escasas dotes en el mundo del flamenco pero no cabe duda de que escuchando al Niño Rosa aflora la emoción por los poros de la piel y como dijo el gran poeta Antonio Machado, es en el buen sentido de la palabra bueno.

Hay que ser valiente para subirse al escenario del Teatro Oriente de Morón con cerca de 91 años y deleitarnos con algunos cantes acompañado del gran guitarrista Dani de Morón.

Me comentaba posteriormente el Niño Rosa en una charla magistral que nos regaló en Retamares de Morón sobre palos y toques del flamenco, que Diego del Gastor dominaba todos los toques del flamenco, pero en las bulerías dejó impregnado su inconfundible sello. 

"Diego del Gastor me estuvo acompañando con su guitarra durante más de cuarenta años".

Nos comentaba Antonio que la Saeta antigua era un canto litúrgico. Fue Chacón quien le dio su aire flamenco. Por otra parte, observando en el Teatro Oriente de Morón al japonés Takeshi Mine, es evidente que Morón, tierra de Cal y del Flamenco, se puede convertir en un lugar de encuentro de la interculturalidad del flamenco con letras mayúsculas.

¡Nunca un homenaje ha podido ser más merecido!  Ojalá, los próximos homenajes a los artistas no tengan que esperar que cumplan 90 años, por razones obvias, aunque nunca es tarde para rescatarlos del injusto olvido. Es digno de elogio que la Universidad de Sevilla otorgara con su presencia la solemnidad que tan magno acto requiere, al ser el Flamenco considerado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.


Desde el Teatro Oriente de Morón, para el Blog de mis culpas, en el homenaje al Niño Rosa.




 Enlaces interesantes

viernes, 2 de noviembre de 2012

Viaje a Ronda, la ciudad soñada



El pasado día 1 de noviembre, visité con mi amigo Antonio la mágica ciudad de Ronda  para disfrutarla ésta vez en toda su esencia. Recuerdo que la última vez que la visitamos, hace poco tiempo, íbamos en dirección hacia la antigua ruta de los almorávides y almohades.  

Salimos de Morón en dirección hacia Pruna, Olvera, Torre Alháquime, Setenil de las Bodegas y Arriate –donde nació el gran guitarrista Diego del Gastor- hasta que por fin llegamos a Ronda, la ciudad soñada.
 


Su magnífico entorno natural situado estratégicamente sobre una meseta rocosa está cortada por un profundo tajo por donde fluye el río Guadalevín que lo divide en dos: Por un lado, la medina andalusí amurallada por los musulmanes con su alcázar y barbacana -puerta de Almocábar-. Y por otro lado del barranco, pasando el Puente Nuevo, nos encontramos con el  viejo arrabal donde está ubicado el Mercadillo y su famosa Plaza de Toros de la Maestranza, inaugurada en 1785.  

El Puente Nuevo, magnífica obra de ingeniería de 1793 está formado por un acueducto con 98 metros de altura cuyos cimientos arrancan de la misma garganta del Tajo y que impresiona al que lo observa. Hasta tan punto eso es así, que asomarse al Tajo hace aflorar sin pretenderlo una expresión popular,  por lo que se le conoce como el balcón del coño.

Es evidente que Ronda nos extrapola a la antigua medina musulmana cuando observamos la Puerta de Almocábar, a mitad de camino de dicha ruta, transitada en la antiguedad por viajeros desde Tarifa y Algeciras hacia la antigua Elvira -Granada-, donde confluían todas las rutas desde la desaparición del Califato de Córdoba en el siglo  XI hasta el eclipse del Reino Nazarí 1492.

 


Su estratégica situación le ha conferido un gran valor defensivo en tiempos pretéritos y era punto obligado de las rutas comerciales que llegaban desde el Estrecho de Gibraltar, Tarifa, Algeciras y Cádiz por la puerta amurallada de Almocábar, a mitad de camino entre el Estrecho de Gibraltar y la antigua Elvira –Granada- llamada la “Damasco de Occidente”. 

Alminar de San Sebastián

La importante  ruta de los Almorávides y Almohades que transitaba por Ronda evoca la profunda relación existente entre la antigua Al-Ándalus (árabe الأندلس), territorio de la Península Ibérica bajo poder musulmán entre el año 711 y 1492 y los pueblos del norte de África separados por el estrecho de Gibraltar جبل طارق (Yabal Tāriq, Monte de Táriq), situado geoestratégicamente en la angostura que lleva su nombre y ha sido un referente importante en el cruce de culturas. 

Puerta de Felipe V junto a la muralla de Xijara

Nada más llegar, observamos la estatua ecuestre de un bandolero y se nos viene al pensamiento aquélla bella poesía de Fernando Villalón “Diligencia de Carmona”, en la que retrata fielmente el bandolerismo romántico. Tal vez  haya sido la poesía de Fernando Villalón pionera en facilitarnos esa visión romántica del bandolero como héroe social, una especie de “Robin Hood” con el “Tragabuches, Juan Repiso, Satanás y Mala-Facha, José Candio y el Cencerro y el capitán Luís de Vargas” el que a los pobres socorre y a los ricos avasalla.Ronda ha sido a lo largo de su historia una continua fuente de inspiración para artistas y viajeros. 

Cuando nos adentramos en Ronda,  encontramos  rincones pintorescos de su pasado, que ha sabido transmitir con personalidad el peso de su legado histórico conservado bajo un marco inigualable, lo que proyecta su luz propia al visitante al mismo tiempo que  estimula nuestra imaginación, lo que nos retrotrae como si del túnel del tiempo se tratara, a los tiempos pretéritos de la antigua Al Andalus, el bandolerismo del siglo XVIII,  la literatura de Washington Irwing o los óleos de Francisco de Goya que han quedado grabado en la retina de nuestro recuerdo, sin olvidar aquélla serie de T.V. emitida a mediados de los años 70  y que recordamos gratamente “Curro Jiménez”.


Visitamos la Alameda del Tajo donde está ubicado el monumento a Blas Infante, muy cerca de la Plaza de Toros. Atravesamos el  Puente Nuevo hasta llegar a la puerta de Felipe V junto a la muralla de Xijara, pasando el puente viejo hasta la fuente de los ocho caños, zigzagueando por sus imnumerables calles empedradas y empinadas hasta que llegamos bordeando el río Guadalevín bordeando las murallas hasta la puerta de Almocábar -"Al-maqabir" por encontrarse cerca del antiguo cementerio musulmán en los extramuros-, puerta principal de acceso a la ciudad en el siglo XIII en el sector sur  y que daba entrada a la medina musulmana. Desde allí nos dirigimos hacia el alminar de San Sebastián hasta el Barrio Alto.

Monumento a Ana Amaya Molina -Aniya la de Ronda-. Tía abuela de Diego del Gastor en Ronda
Descansamos un poco disfrutando de su gastronomía con una copa de manzanilla junto a unas migas rondeñas en una terraza, desde la cual observamos la inmejorable vista de las murallas con la panorámica de la serranía al fondo. Más tarde bajamos zigzageando calles empedradas hasta llegar hasta la garganta del Tajo donde fotografiamos el salto de agua hasta que llegamos hasta la plaza donde está ubicado el monumento a Hércules donde tomamos un café con dulces de Ronda acompañado de una buena tertulia.

Monumento a Blas Infante en Ronda
También es digno  destacar que en la Asamblea de Ronda de 1918 se adoptó la bandera verde, blanca y verde de Andalucía, el Himno y su Escudo. El color verde de la bandera corresponde al color de los omeyas y el blanco, al imperio almohade. Dos de las épocas con mayor esplendor de un poder político en el territorio de la actual Andalucía según la óptica de Blas Infante.
Monumento a Antonio Ordóñez junto a la Plaza de Toros de Ronda
A lo largo de su comarca existen todo  un reguero de villas que marcaron a lo largo de la historia una huella en la fisonomía de los futuros pueblos y ciudades donde los almorávides y almohades  las dotaron de extensas murallas, alcazabas, antiguas mezquitas, alminares o minaretes, puentes, torreones y atalayas en tierras de fronteras donde las montañas, riscos y valles eran imponentes testigos que acompañaban a los viajeros, junto con el encantador laberinto de cuestas empinadas donde las casas aún mantienen sus fachadas encaladas, tejados de teja rojiza, ventanas cerradas por hierros de forja, patios con pozos. Estas rutas nos transportan a  un pasado musulmán esplendoroso con su magnífico legado.



Puente romano

Tres puentes centenarios comunican la Ronda Vieja con la Moderna: el Puente Nuevo –símbolo de la ciudad-, el Puente Árabe y el Puente Viejo. 

Ronda y su comarca, marco histórico incomparable con reminiscencias andalusíes que han sido legadas desde tiempos inmemoriales para que el viajero impregne su retina para el recuerdo y que el tiempo tardará muchos lustros en diluir.


Desde la ciudad soñada de Ronda para el Blog de Antonio Cuevas