domingo, 2 de junio de 2013

Visita a la antigua "Qarmuna" musulmana


De vuelta de la necrópolis romana que nos ha permitido reconocer las señas de identidad del ámbito funerario romano, llegamos al Alcázar de la Puerta de Sevilla, situada en la parte occidental de Carmona donde se puede apreciar desde allí la calle principal o Cardus Maximus, llamada por los romanos hasta llegar por calles empedradas y angostas, a la parte oriental "la puerta de Córdoba" que ha representado uno de los símbolos  de la antigua "Carmo" romana como arranque de la Vía Augusta desde los tiempos de la expansión de Roma hasta llegar a la Qarmuna musulmana.
 

En las murallas del Alcázar de la Puerta de Sevilla se observan sucesivas etapas constructivas: un foso defensivo de la época cartaginesa-romana, la torre del homenaje que nos da una idea de los diferentes estratos que contiene. El inferior con sillares cartagineses, el central con sillares romanos y el superior con tapial medieval. Su importancia no decreció en época musulmana que llegó a ser capital de uno de los reinos de Taifas, en el siglo XI a raíz de la desintegración del Califato de Córdoba.
 
 
Entramos a visitar el Alcázar que nos impresionó por su posición estratégica visitando el salón de presos alto con el patio de los aljibes que recogían las aguas pluviales donde en primer plano nos observaba el pódium del templo romano. Ascendimos al salón de la Torre del Oro con su laboriosa cúpula realizada a base de ladrillo sobre ocho arcadas. En la terraza de dicha torre oteamos como fiel vigía la ciudad que nos regalaba una bella postal con la Iglesia de San Pedro diseñada por Hernán Ruíz el joven, a imitación de la Giralda de Sevilla, donde destaca su bella torre coronada por el Giraldillo en bronce.
 
 
En la historia de Al Ándalus,  "Carmo" pasó a denominarse la Qarmuna musulmana que mantuvo sus cuatro puertas desde que en el año 895 esta plaza fuera conquista por Al-Mudaffar. Tras cinco siglos de historia musulmana, Carmona fue reconquistada por Fernando III el Santo en el año 1247, comenzando la repoblación. Su territorio municipal fue delimitado por Alfonso X “el Sabio” siendo objeto de favores por parte de Pedro I "el Cruel" ó el Justiciero que residió frecuentemente en ella, engrandeciendo y transformando el Alcázar Real que era originariamente un alcázar árabe en el punto más alto de Carmona en el extremo oriental de la ciudad.
 
Patio de los naranjos de la antigua mezquita mayor, a la entrada de la Iglesia Prioral

 A medio trayecto visitamos el patio de los naranjos, antiguo patio de las abluciones de una antigua mezquita mayor donde se construyó junto la Iglesia de estilo gótico levantada a partir de 1424 a imitación de la Catedral de Sevilla, “Prioral de Santa María de la Asunción”. El patio de los naranjos o de las abluciones (del latín ablutio, “lavado") se utilizaba como acto de purificación anterior a la entrada en la mezquita.
 
Iglesia Prioral Sta. María de la Asunción sobre la antigua mezquita mayor

En el camino observamos  y bellas casas solariegas hasta llegar a la Puerta de Córdoba para descansar en una fuente. Ascendiendo por las calles empedradas llegamos a los extramuros del sistema defensivo árabe perteneciente al Alcázar del rey Pedro I de Castilla, llamado Pedro I el Cruel o el Justiciero, denominado Alcázar de arriba o de la Puerta de Marchena desde donde se divisa una increíble vista de la Vega de Carmona hasta Morón. Entramos en el Alcázar bajo un gran arco de herradura apuntado  y enmarcado por un alfiz (elemento típico de la arquitectura musulmana que servía para enmarcar  la  parte exterior del arco) al que le sigue la doble puerta árabe de ladrillo. El material que prima en este tipo de construcción es la mampostería con mortero de cal o el sillar, piedra labrada de gran tamaño que se colocan en las esquinas para reforzar el sistema defensivo ó también el ladrillo que por influencia musulmana alcanzó su máxima difusión.
 
 
En el siglo XV, las luchas entre los partidarios de Ponce de León, señores de Arcos y Marchena, y los Guzmán, Condes de Niebla y Duques de Medina Sidonia, azotaron fuertemente a la ciudad. En 1.630, Felipe IV le concedió el "título de ciudad".

Desde el Alcázar del rey Pedro I, bordeando los alcores  divisamos en la parte más baja la Ermita de San Mateo, donde según nuestro mapa se ubicaba cercana la antigua Puerta de Morón, ya desaparecida. Se ve vino al pensamiento cuando visitamos una casa solariega en la cual había un bello carruaje de color amarillo con asientos de piel negro, la poesía de Fernando Villalón “Diligencia de Carmona”,  con aquélla visión romántica del bandolero.
 

Diligencia de Carmona
la que por la vega pasas
caminito de Sevilla
 
con siete mulas castañas…


…Echa vino, montañés,

 que lo paga Luis de Vargas,

 el que a los pobres socorre

 y a los ricos avasalla.



 
Carmona, legado de cartagineses y arteria vital de la Vía Augusta y de las Rutas del legado andalusí, donde el romántico escritor norteamericano Washington Irving en su viaje en 1829 quedó fascinado por el exotismo y la exuberancia de los vestigios árabes de Al Ándalus, como tierra de antiguas fronteras y que ahora nosotros tenemos la oportunidad de saborear los efluvios de aquel magnífico legado cultural.
 
Desde la antigua Qarmuna musulmana para el blog de mis culpas...

Viaje a la antigua "CARMO" de la Bética Romana


Carmonenses, quae est longe firmissima totius provinciae civitas
Carmo es con mucho la ciudad más fuerte de toda la provincia.
Caesar


Con la retina  anclada aún en el recuerdo del imponente y bien conservado Alcázar de la Puerta de Hispalis donde transitamos por breve tiempo durante nuestro regreso de la antigua Córduba y Madinat al-Zahra árabe, volvimos de nuevo a visitar esta bella y milenaria ciudad de Carmona a través de un itinerario autoguiado descubriendo poco a poco  un paisaje urbano singular entre calles empedradas y angostas, donde se sintetiza la historia de Andalucía bajo un término municipal. Por lo interesante de la visita vamos a dividirla en dos partes: la “Carmo” romana y la "Qarmuna" musulmana.
En la época romana la antigua Carmo empezó a adquirir los primeros trazos de su aspecto actual donde todavía se perciben en la actual Carmona dos ejes viarios: el llamado Decumanus Máximus que iba desde la parte occidental "Alcázar de la puerta de Hispalis" hasta la oriental "la puerta de Córdoba" atravesada por el Cardus Máximus de norte a sur por las puertas del Postigo y de Morón (ya desaparecida). 

Carmo formaba parte de la Vía Augusta, calzada romana desde Roma, que pasaba por los Pirineos hasta llegar a Cádiz, pasando por las ciudades de Córduba, Itálica y Astigi (Écija).




Estatua de una figura de mujer con la inscripción "Servilia". Museo Arqueológico de Carmona

En Roma eran muy apreciados los productos de la Bética que se trasladaban en ánforas por el Mar Mediterráneo como el vino, el aceite de oliva y el garum, una salsa de pescado realizada con vísceras fermentadas que servía como condimento indispensable en la mesa romana y que provenían de la antigua Baelo Claudia.



La "Puerta de Córdoba" representa uno de los símbolos  de la antigua "Carmo" desde los tiempos de la expansión de Roma como arranque de la Vía Augusta hacia Córduba


Carmona, ciudad que desde la Antigüedad ha sido considerada como uno de los principales enclaves del Bajo Guadalquivir debido a su posición estratégica al controlar las principales vías de comunicación de la zona. La topografía de la antigua “Carmo” se caracteriza por estar ubicada sobre una elevada meseta sobre laderas inclinadas (alcores), lo que le ha otorgado un importante papel en su defensa estratégica, reforzada en la época romana por una muralla que abarcaba todo su perímetro con puertas fortificadas. “César manifestó que era la ciudad mejor defendida de toda la Bética”.



Existen restos arqueológicos anteriores al siglo VIII a.C., cuyas fuentes literarias latinas hablan de los turdetanos como pueblo próspero, culto y pacífico descendientes de los tartesios. Los cartagineses construyeron un baluarte sobre una primitiva torre ubicada en la antigua Puerta de Sevilla. En el año 206 a. C., la antigua “Carmo” es conquistada por el Imperio Romano e intensamente romanizada para convertirse en uno de los núcleos urbanos más importantes de la Bética, llegando a obtener incluso el privilegio de acuñar "moneda" con la leyenda latina “CARMO”, entre los siglos II y I a.C.


Tumba circular
Durante la Republica romana con Augusto y la pacificación de la Bética se refuerza la Puerta de Sevilla y se erige la Puerta de Córdoba, lo que da fe de la importancia estratégica de esta ciudad. Para su defensa fue rodeada de un "poderoso recinto amurallado". Distintas denominaciones nos dan una idea de la diversidad de pueblos que han dejado su legado en esta ciudad milenaria,  con abundantes testimonios de su pasado. A esta época pertenecen los restos arqueológicos de la Necrópolis junto con el anfiteatro.

La necrópolis que fue descubierta entre 1868 y 1869 de manera accidental cuando se iban a realizar unas obras de un camino. En 1881 el historiador Juan Fernández López, junto con el arqueólogo ingles Jorge Bonsor, confirma que allí se encontraba una necrópolis cuyos estudios realizados a las piezas encontradas coinciden con los rituales funerarios que se hacían en la época romana del emperador Claudio. El yacimiento data en torno al siglo I a.C. hasta el siglo II de nuestra era. Se piensa por la época que la forma de enterramiento era la incineración.

Durante el recorrido pudimos apreciar las señas de identidad del ámbito funerario romano donde se generalizan las cámaras excavadas en la roca, de carácter familiar los asentamientos y ritos funerarios de la época romana junto a su museo con piezas de más de 2.000 años de historia. Visitamos el mausoleo circular, la tumba del elefante y la tumba de Servilia. En todo el recinto funerario está presente el ciprés (Cupressus sempervirens), que otorga cierta solemnidad.
Tumba perteneciente a la patricia Servilia
Desde la parte más alta del museo se observa perfectamente el anfiteatro romano, tallado sobre la piedra. La antigua Carmo estaba ubicada en la antigua vía Augusta que vertebraban las comunicaciones de la provincia Bética Romana.
La palabra Necrópolis significa “ciudad de los muertos” y es como se denominaba en la Antigüedad a los cementerios del Mundo Mediterráneo. En el mundo romano se ubicaba fuera de la ciudad, en sus caminos de acceso. En la Necrópolis de Carmona se enterraban a los ciudadanos romanos de clase social más elevada. Los enterramientos podrían ser individuales –inhumación. ó colectivos –incineración. La etimología del término "inhumación" proviene del lat. «in» (en) y «humus» (tierra). «Acción de enterrar un cadáver» y el término "hipogeo" (del griego ὑπόγαιον) es el nombre dado a galerías subterráneas ó a pasajes excavados con funciones funerarias (hipogeo). En la necrópolis de Carmona el dios Attis, amante de la diosa Cibeles, tenía un santuario en la llamada tumba del elefante.

Elefante de la Necrópolis

En la cultura romana, como en tantas otras, era costumbre “viajar al más allá” acompañado de los objetos personales como piezas de cerámica, vasijas, pequeñas figurillas, adornos personales como joyas y otras pertenencias. Era necesario que el difunto llevara consigo una moneda, para pagar al barquero Caronte, que era el encargado de trasladarlo al otro mundo, según sus creencias. En la mitología griega, Caronte era el barquero del dios Hades (dios de los muertos que custodiaba las almas de los difuntos) el encargado de guiar las sombras errantes de los difuntos recientes de un lado a otro del río Aqueronte o río de la tragedia si tenían un una moneda para pagar el viaje, razón por la cual en la Antigua Grecia los cadáveres se enterraban con una moneda bajo la lengua. Aquellos que no podían pagar tenían que vagar cien años por las riberas del Aqueronte, tiempo después del cual Caronte accedía a portearlos sin cobrar. 
En la muerte también existían clases sociales.las tumbas están excavadas en roca con unas hornacinas llamadas loculi, que funcionan como nichos y en las que se colocaban las urnas con los restos del difunto.
El recinto amurallado es de origen romano reformado por los árabes
Dejamos atrás la necrópolis y el anfiteatro romano de la antigua “Carmo” y nos adentramos por la amurallada Puerta de Hispalis, bastión inexpugnable en la que Julio César definió acertadamente su grandeza militar con sus famosas palabras, nos preparamos para iniciar un nuevo recorrido por la Qarmuna musulmana hasta llegar hasta la monumental Puerta de Córdoba considerada el arranque de la Vía Augusta, en dirección a Córdoba. Pero eso ya pertenece a otra historia.
Desde la antigua "Carmo", para el Blog de mis culpas...