miércoles, 23 de julio de 2014

En busca de la "Ruta del Tempranillo"


Tempranillo has empesao…tempranillo!.


Después de transitar por el "Camino Inglés" desde Gibraltar hasta Ronda -antigua ruta de los almorávides y almohades- e impregnar nuestra retina mediante la Recreación Histórica "Sangre y Amor en la Sierra", en la Plaza de los Asomaderos de Grazalema ambientada en la época de 1832 junto con la “Ronda Romántica” ubicada en la Alameda del Tajo y el Puente Nuevo, era necesario poner viento en popa entre mares de olivos hacia la cuna y muerte de nuestro protagonista con mayúsculas. 

Los viajeros románticos proyectaron una imagen pintoresca de las rutas románticas que perviven en la memoria de muchos pueblos y comarcas. Grazalema, Ronda, Alameda, Jauja o Corcoya sólo son un ejemplo de ello.

Prosper Merimeé, Richard Ford, Henry O´Shea, Samuel Edward Cook -que fue el primer viajero que se adentro por las Alpujarras, durmiendo en  Alameda en su viaje de Écija a Granada- o el pintor que retrató al “Tempranillo” J.F. Lewis dejaron constancia de una época.


La pérdida de Gibraltar actuará de alguna forma como catalizador para el desarrollo del bandolerismo andaluz al convertirse la ciudad en puerto franco, lo que generaba un caldo de cultivo ideal para el comercio ilegal. El contrabando con Gibraltar se convierte según algunos estudiosos en una “escuela de bandoleros” como paso previo antes de asaltar los caminos.
Eran ataques puntuales que beneficiaban a los que menos tienen, los desheredados. Los campesinos que le ofrecían cobijo, al considerar que el bandolerismo erosionaba el poder que los oprimía mediante la miseria y la injusticia, convirtiéndose muchos cortijos en auténticos refugios de bandoleros.
Un espíritu generoso y caritativo que roban sin piedad a unos para ceder generosamente a otros el producto de lo robado, lo que otorga un acto de nobleza, siendo sus acciones muy efectivas con la navaja en la faca y el trabuco naranjero al conocer el terreno que pisaban, a pesar de carecer de formación militar.




Si a todos estos ingredientes serranos se le añade que hemos interceptado una “partía de bandoleros” que realizaba el "Camino Inglés" desde Gibraltar hasta Ronda, desplazándose hasta Montellano para llegar a la Utrera de Diego Corrientes, no cabe duda de que aunque no seamos estudiosos en la materia -doctores tiene la historia y la serranía- se pueden obtener unos mimbres de calidad que actúen de alguna manera como catalizador de nuestro apetito cultural.

Según el libro "Bandoleros de la Serranía de Ronda" de Isidro García Cigüenza el hijo del "Tempranillo" se casó el 18 de septiembre de 1853 en Badolatosa con Mª Araceli Reyes Cobacho. Tuvieron una hija llamada Gerónima en recuerdo de su abuela, que a su vez tuvo una hija, biznieta del "Tempranillo" sin dejar descendencia.
Por tanto, se me hacía grato buscar las huellas del “Tempranillo”, considerado “el Rey de Sierra Morena”. Entre mares de olivos me fui introduciendo en el territorio donde ejerció su influencia en tiempos pretéritos hasta llegar al pueblo malagueño de Alameda donde comienza mi ruta.

Según cuentan crónicas antiguas de mi pueblo -Revista de Temas Moronenses nº 5, diciembre de 1992 en un artículo de Juan Torres "Bandoleros" (pág. 12) en el cortijo "Arroyo de las Rozas" de Morón, ubicado entre Morón y Pruna, el Tempranillo mató de un trabucazo a un teniente de los migueletes llamado José de Cote apoderándose de su caballo y 15.000 reales en oro envueltos en papel de estraza..."

Según el libro de la biografía de José María "El Tempranillo"  del historiador José A. Rodríguez, en su página 141 se puede encontrar la historia del oficial Cote. Se fija el día exacto en que ocurrieron los hechos, José María "El Tempranillo" vuelve a matar a un hombre, en este caso un oficial del ejército como consecuencia lógica entre perseguido y perseguidor, incluso se cita en el texto la advertencia que José María dirige a su hostigador "detente que te mato", y al no cumplir la advertencia el bandolero dispara su escopeta y el militar cae muerto un 20 de julio de 1828. Sitúa este hecho, en las cercanías de las Rozas de Morón, más concretamente en el Cortijo de las Encarnación.






Visitando esta comarca, nos puede dar la impresión de que el tiempo se ha detenido de alguna manera entre veredas y trochas rodeado de su hábitat natural destacando las encinas, palmitos y lentiscos. En esta comarca el bandolerismo siempre ha estado en el ambiente ya que para salir de la pobreza extrema no existía otra opción que hacerse contrabandista o bandolero aunque siempre permaneciendo en el filo de la navaja al estar perseguidos por la ley y no pocas veces delatados para cobrar alguna recompensa. Una corta vida llena de cansancio, mal aspecto, con barba de muchos días y sudorosos transitando múltiples senderos en busca de alguna guarida que los protejan.

"El bandolero que no tiene leyenda, el que no lo canta el pueblo, ese no es un bandolero, ese es un bandido".

En esta "DEHESA DE LAS ROSAS" existe un azulejo que inmortaliza la celebración del indulto de los famosos bandoleros andaluces JOSÉ MARÍA "EL TEMPRANILLO" y JUAN CABALLERO de Estepa en julio de 1832 reinando en España  S.M. Fernando VII.


Localización: 37°04'12.1"N 5°18'19.1"W





Carmen -responsable del Museo del Campo Andaluz de Alameda- me acompaña amablemente a visitar el magnífico patio interior de la Iglesia Parroquial Inmaculada Concepción ilustrándome sobre la historia del mismo deteniéndome antes en la fachada exterior para contemplar un bello azulejo.



“El Tempranillo” está enterrado tras el altar mayor de la iglesia. En el año 1833 era un cementerio, siendo remodelado en 1987 por el cura D. Andrés Alfambra.

Observando el magnífico patio-mausoleo, la retina se dirige hacia dos copias de azulejos en cerámica de los únicos cuadros que realiza a José María "El Tempranillo" el pintor inglés J.F.Lewis en 1833 en su visita a España. La tumba está coronada por una cruz de piedra con inscripciones que dice:

D.O.M. POR JOSÉ MARÍA EL TEMPRANILLO
 20.000 REALES OFRECIÓ FERNANDO VII AL QUE LO ENTREGARA VIVO O MUERTO
INDULTADO 22 DE JUNIO 1833

MUERE DE UN TRABUCAZO POR LA ESPALDA EN ALAMEDA
A 24 DE SEPTIEMBRE DE 1833
R.I.P. REY DE SIERRA MORENA

Desde Alameda como primer destino de nuestra ruta, nos desplazamos hasta Corcoya donde visitamos las Cuevas donde se refugió el célebre bandolero junto a la Ermita de la Fuensanta elegida por José María para recibir el indulto de Fernando VII.


Cuenta la tradición popular que José María tenía una gran conciencia religiosa, lo que le llevaba a visitar al santero de la Ermita de la Fuensanta. En estas cuevas el Tempranillo pasaba las noches. En la cueva pequeña dormía él y en la cueva grande dormía su caballo. Este recóndito y bello lugar era el sitio perfecto para ocultarse y pasar unos momentos de tranquilidad y sosiego alejado del asalto y la persecución.

El castigo que les esperaba a los bandoleros después de que Fernando VII eliminara la horca en 1832 como pena de muerte, era el garrote vil. En ocasiones el cuerpo del bandido era descuartizado y sus miembros repartidos por las localidades donde el había realizado sus fechorías, “para dar ejemplo”.

En dirección a Badolatosa se encuentra Jauja, cuna de José María El Tempranillo. Muy cerca de la que fue su casa se encuentra el Centro de Interpretación del Bandolerismo Andaluz donde el amigo Pedro nos instruye sobre las raíces del bandolerismo y su mundo, la copia de la partida de bautismo del "Tempranillo", el bando de detención por el Gobierno de Fernando VII, trabucos granaderos de la época acompañado de una diversa literatura de los Viajeros Románticos. Unos paneles interpretativos dan a conocer la vida de los bandoleros en su corta pero intensa vida y al mismo tiempo nos introduce en la Andalucía del siglo XIX con sus características sociales y económicas.
El protagonista de nuestra ruta que la literatura popular ha convertido en mito nace el 21 de julio de 1805 en Jauja, hijo de los jornaleros Juan Hinojosa y de María Cobacho. Eran unos tiempos donde la incultura, el hambre y la miseria campaban a sus anchas por los campos andaluces y extremeños haciendo verdaderos estragos en la población a lo que hay que añadir un periodo de inestabilidad política con Carlos IV y Fernando VII,  dando como resultado el desastre de Trafalgar (1805) y la Guerra de la Independencia española contra los franceses (1808-1814).


Óleo de Rafael Viniegra. Museo de Cádiz. Promulgación de la Constitución de 1812. 

Sin embargo, toda esta complejidad de tristes acontecimientos para la historia de nuestro país fue capaz de alumbrar las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812 que supuso el cambio hacia una nueva era de progreso y de razón.
Pero como casi siempre, dimos de nuevo marcha atrás en el reloj de nuestra historia anulando cualquier movimiento de progreso tan sólo para defender los privilegios de unos pocos. Fernando VII vuelve a España en 1813  instaurando de nuevo el absolutismo y derogando la obra legislativa de las Cortes de Cádiz.

Hubo un lema acuñado por los absolutistas españoles, ¡Vivan las caenas!, cuando en 1814 volvió Fernando VII de su destierro. Con ello se pretendía rendir pleitesía al rey absolutista al ignorar la Constitución de 1812. Hay anales en la Historia de España que producen un dolor lacerante debido al despropósito. Como efecto colateral de esta ausencia de altura de miras, se producirá la emancipación de nuestras colonias en América y con ello surge una ola de indignación entre los escritores denominada la Generación del 98.

En Jauja nace José María, en Grazalema ocurren los hechos más relevantes de su vida como fueron su boda, la muerte de su esposa María Jerónima Francés al dar a luz y el nacimiento de su hijo siendo bautizado en la Iglesia Parroquial de Grazalema el 10 de enero de 1932. 

En Corcoya recibe el indulto de Fernando VII para servir a la ley y en el pueblo de Alameda (Málaga) en el cortijo de Buenavista -con tan sólo 28 años- es herido mortalmente el 22 de septiembre de 1833 por otro bandolero compañero suyo. La casualidad quiso que también se llamara José María su asesino apodado “el Barberillo” natural de Estepa, quien le dio muerte desde un ventanuco del cortijo. Un trabucazo por la espalda acabó con su joven vida. Al día siguiente José María Hinojosa Cobacho “El Tempranillo” es enterrado en el Patio de 
la Parroquia de la Purísima Concepción, en Alameda, Málaga.
El radical cambio en la vida del Tempranillo no fue aceptado por muchos de sus correligionarios. La muerte de este legendario bandolero puso el fin de una época romántica del bandolerismo andaluz.


Asociación Cultural de Recreación Histórica "Bandoleros de Grazalema"

…“Una partía, los caciques templando de noche y día. 
¡Qué viene galopando  José María!” 

Canción de Carlos Cano


Junto a la tumba de José María (El Tempranillo" en Alameda (Málaga)

La literatura popular ha convertido en mitos a estos personajes , lo que ha contribuido para que muchos viajeros visiten los pueblos donde el bandolerismo ejercía su influencia, dinamizando de alguna manera su frágil economía. Senderos de la historia que enlazan unos pueblos con otros junto a la blancura de la cal, entre callejuelas angostas y sinuosas con reminiscencias andalusí que impregnan nuestros sentidos sin olvidar las recetas gastronómicas que nuestro paladar agradece y permanece en la retina de nuestro recuerdo.

La peculiaridad de algunos bandoleros perpetúan en la memoria colectiva de los pueblos. Las nuevas generaciones redescubren las rutas románticas -que nos hacen singulares-  para su estudio y puesta en valor.
En definitiva, ¡un auténtico patrimonio etnológico!.

Desde la Ruta del Tempranillo para el Blog

P.D. Mi agradecimiento a Carmen, responsable del Museo del Campo Andaluz, en Alameda (Málaga) y a Pedro, responsable del Centro de Interpretación del Bandolerismo Andaluz en Jauja (Córdoba) por su didáctica información.

 Enlaces interesantes









miércoles, 16 de julio de 2014

Redescubrir la "Ruta Romántica"



El camino desde Gibraltar a Ronda
"…era uno de los más hermosos y románticos trayectos a caballo
 que se podían emprender en nuestro país”.

Henry O´Shea -1885-

Conocida la ruta por donde cabalgan los bandoleros entre riscos y senderos -al caer su cuaderno de ruta en mis manos-, el pasado martes 15 de julio bajo una tórrida tarde estuve siguiendo su rastro -gracias a Radio Grazalema y Pepe Garrido que me pusieron en alerta-. 

Tan sólo armado con mi cámara de fotos al hombro y una humilde libreta me dispuse a plasmar gráficamente nuestro encuentro y dar alcance a los auténticos protagonistas de la Ruta Romántica que transitaban bajo un calor de justicia entre bosques, arroyos y antiguas atalayas junto a la blancura de la cal que enlazan unos pueblos con otros.

Sobre las 7,00 de la tarde tuve la suerte de interceptar la “partía” al mando del capitán Acevedo que con su tradicional sombrero de catite de palma, al ser más frescos, galopaban cerca de la Sierra de San Pablo en Montellano para hacer un alto en el camino en una pequeña plaza junto a la Parroquia de San José y dejar constancia de su presencia con la firma del libro de rutas en el Ayuntamiento. 


...Después de galopar desde Gibraltar hasta Ronda en varias etapas bajaron hacia Grazalema, considerado por las autoridades de la época como un auténtico nido de bandoleros para llegar a Montellano, pueblo muy cerca en donde nace la Cal de Morón, de las entrañas de la tierra.



…"Bandoleros de Ronda,
 que por la sierra pasan,
 caminito de Utrera
 desde Grazalema bajan...

Al observarlos -cansados y casi desconectados de la civilización-, la retina del recuerdo me extrapolaba unas bellas estampas pintorescas que la literatura popular ha convertido de alguna manera en mitos.

Recuerdo la Plaza de los Asomaderos en Grazalema con la recreación histórica de José María “El Tempranillo”, Amor y Sangre en la Sierra donde un grupo de bandoleros estaban alertas en sus guaridas deleitándose con la gastronomía de la zona como el buen queso, los guisos de tagarninas, potajes con garbanzos y habichuelas, espárragos y chacinas ibéricas acompañado del pan de pueblo y buen vino en vaso de barro, siempre pendientes de los migueletes con sus inseparables trabucos amartillados, pistolas, navajas en la faja y el tradicional sombrero de catite andaluz, las botas y polainas puestas entre tabernas, mesones y cuadras con su negro corcel con las cinchas apretadas y muy cortos los estribos, con sus patillas de boca de hacha al estar su vida pendiente de un hilo, siempre en el filo de la navaja.




...Con sus catites y pañuelos, 
sus patillas de boca de hacha, 
desde Grazalema a Utrera,
 veinte bandoleros cabalgan... 

Sin olvidar la Ronda Romántica donde miles de personas rememoran con trajes de época pasajes del siglo XIX junto al Tajo y el Puente Nuevo como monumento más emblemático.

También es digno de destacar la gran labor del maestro y etnógrafo Isidro García Sigüenza “el arriero” con su burra de diecisiete años Molinera –desahuciada por sus dueños- que se propuso redescubrir la ruta romántica entre los Valles del Genal y del Guadiaro.

En el siglo XIX Prosper Merimée en su visita a Ronda en 1830 glosaba “sin duda estábamos ante la ruta más romántica del mundo”. Es cierto que sin pretenderlo aquellos viajeros románticos convirtieron la Ruta Romántica en bellas estampas pintorescas y en pionera del turismo español.

En la actualidad un nutrido grupo “bandoleros y arrieros” redescubren y ponen en valor la ruta romántica para encontramos con pueblos blancos por sus cuatro costados con efluvios andalusíes entre callejuelas angostas y sinuosas con casas encaladas que impregnan y embriagan nuestros sentidos. Una bella armonía entre el ser humano y la naturaleza.



...Desde Grazalema hasta Ronda
 entre tabernas, senderos y riscos
tus huellas hostigan los migueletes,
al acecho entre caminos y cortijos...

Isidro con su acémila Molinera está haciendo camino al andar y nos recuerda de alguna manera a Sancho Panza como fiel escudero y gran amigo de la educación medioambiental. 

El cucharro de corcho era considerado el símbolo del camino al satisfacer la sed de los viajeros en las fuentes públicas a lo largo de la ruta.

“Quizás haya sido el burro, el animal que más hambre haya quitado en este país”.  No quería renunciar a él y recuperar su compañía.

En tiempos de Fernando VII, rey de las Españas, José María Pelagio Hinojosa Cobacho “El Tempranillo” era el amo de la Sierra en Andalucía, ganándose el respeto y el temor que suscitaba su nombre de leyenda. 

Cuando huye "El Tempranillo" a Torre Alháquime al tener pleitos con la justicia traba amistad con Frasquito de la Torre quien lo introduce en el mundo del contrabando. Se cuenta que José María acompañado de doce de sus mejores hombres junto al segundo de la partía "el famoso teniente veneno" irrumpe en una venta de Gaucín cuando estaban comiendo sesenta voluntarios realistas que fueron despojados de sus pertenencias, caballos y armas para su propia vergüenza y advertencia a los que vinieran detrás. Con  semejante carta de presentación no es de extrañar que el Capitán General de Córdoba y Sevilla D. Vicente Quesada emitiera un bando el  24 de agosto de 1830 prometiendo una recompensa de 6.000 reales de vellón a cualquier persona que entregara a José María "El Tempranillo" vivo o muerto y 3.000 por cada uno de los segundos de su partía.


En Jauja nació, en Grazalema ocurrieron los hechos más relevantes de su vida como fueron su boda, la muerte de su esposa María Jerónima Francés al dar a luz y el nacimiento de su hijo siendo bautizado en la Iglesia Parroquial de Grazalema el 10 de enero de 1932 con total impunidad. 


En Corcoya recibe el indulto de Fernando VII para servir a la ley y en el pueblo de Alameda (Málaga) en el cortijo de Buenavista -con tan sólo 28 años- es herido mortalmente el 22 de septiembre de 1833 por otro bandolero compañero suyo en otros tiempos “el Barberillo” en una emboscada. Al día siguiente José María Hinojosa Cobacho es enterrado en el Patio de la Parroquia de la Purísima Concepción.



...Echa buen vino serrano,
 que lo paga el capitán Acevedo,
 el que ahuyenta a los caciques,
 con su "partía" de bandoleros".

No debe caer en el olvido que los bandoleros durante la Guerra de la Independencia española (1808-1814) prestaron un gran servicio a España al ser conocedores del terreno que pisaban y contribuyeron con la guerra de guerrillas a hostigar a los gabachos, causándole numerosas bajas.

En esa época, España ofrecía un importante atractivo para la entrada masiva de mercancías a través de Gibraltar, al haber sido destrozada por la Guerra de la Independencia.  


El popular y desaparecido Carlos Cano mencionaba al "Tempranillo" en una de sus coplas:

¡Qué maravilla, quinientos migueletes y no lo pillan. Lo buscan en Lucena y está en Sevilla!.¡Quién lo diría, que un Rey manda en España! ¡Quién lo diría, cuando en la sierra manda José María!.

…“Una partía, los caciques templando de noche y día. ¡Qué viene galopando José María!”.




Redescubrir la Ruta Romántica puede ser considerado como una puesta en valor del antiguo “Camino inglés” que ha pasado a formar parte de la Memoria de los Pueblos en la Serranía de Ronda, Grazalema, el Valle del Genal y el Valle del Guadiaro, rememorando tiempos pretéritos.

La “Ruta Romántica” o el “Camino Inglés” era un camino muy transitado y que coincide con una de las rutas que los almorávides y almohades nos han legado. Gibraltar como punto de origen a través de Castellar de la Frontera, Jimena de la Frontera, Gaucín -Sair Guazan-, encrucijada de caminos donde paraban las diligencias con las postas en el siglo XVIII y XIX para pernoctar y proseguir a la jornada siguiente, Benarrabá-de los Banu Rabbah-, Algatocín de Al-Atusiyin-, Benalauría-de Ben al Auria-, Benadalid-de Ben-Addalid-, Atajate-con su amplia red de senderos que comunicaban la serranía- hasta llegar a su destino Ronda en el Barrio de San Francisco por la Puerta de Almocábar del árabe "al-maqabir"-antiguo cementerio musulmán-.

Otros viajeros proseguían hacia las Alpujarras y la antigua Elvira-Granada-, considerada hasta 1492 como la Damasco de Occidente.





Desde el 10 al 15 de julio "la partía de bandoleros" ha sido recibida por los alcaldes de los distintos pueblos por donde han galopado sellando su “Cuaderno de Rutas”. La ruta ha estado dividida en seis etapas desde  Gibraltar como punto de origen, Castellar, Colmenar, Jimena de Líbar y Ronda como destino junto al Retablo de los Viajeros antes de llegar al Puente Nuevo para proseguir posteriormente en un segundo itinerario hasta Grazalema, Zahara de la Sierra, Montellano y Utrera.




Esta puesta en valor de la Ruta Romántica ha consistido en transitar durante varias jornadas durmiendo al raso bajo la noche estrellada junto a sus albardas.


Es necesario resaltar que el camino inglés así como la figura del arriero ha sido fundamental en la frágil economía de los pueblos donde predominaba el caciquismo (*).


Vista desde el castillo de Gaucín. Al fondo el Peñón de Gibraltar

Los arrieros transportaban en sus reatas de mulas o recuas de borricos cargados de grandes fardos con productos que escaseaban en la Península como el tabaco, café, azúcar y telas –que no pagaban impuestos- atravesando peligrosos desfiladeros entre riscos y senderos donde asechaba algún que otro bandolero junto a la bota de cuero con el vino y el agua pendiente del arzón de sus monturas. Los arrieros preferían dormir al raso por cuestión de seguridad.

Etimológicamente el término arriero viene de arrear, persona que trajina con bestias de carga de un lugar a otro. Existe un refrán popular en nuestra tierra que dice, ¡arrieros somos y en el camino nos encontraremos!.


Sin duda redescubrir y  poner en valor puede convertir de nuevo la “Ruta de los Viajeros Románticos” en una de las más importantes de Andalucía y de España. Personajes de la Ruta Romántica han sido convertidos por la literatura popular a su manera en mitos como los bandoleros, contrabandistas, poetas y arrieros.

Desde Montellano,  pueblo ubicado en el cuaderno de rutas de los "bandoleros" para el blog de mis culpas...



*No hace falta recordar  que la España rural  durante el siglo XIX actuaba como un verdadero caldo de cultivo para que los antígenos del caciquismo crecieran exponencialmente.

La figura del cacique y correligionarios ejercían un enorme poder en todos los territorios donde ejercían su influencia.


Los caciques en las áreas rurales estaban sostenidos por sus altas influencias políticas y designaban alcaldes, controlaban a jueces locales y funcionarios públicos, actuando con toda la arbitrariedad posible.




Es cierto que en torno al mundo de los bandoleros los sentimientos siempre se han polarizado. Para la aristocracia, caciques y señoritos andaluces de la época eran considerados bandidos, ladrones o asesinos mientras que para la gran masa de jornaleros, gente humilde y campesina eran una especie de héroes con alta estima en unos tiempos donde el campesinado estaba desposeído de todo derecho social y anclados en la pobreza e injusticia más absoluta.

Posiblemente detrás de la figura del bandolero existiese una razón de orden sociológico, al ser empujados por la miseria bajo el amparo de una justicia corrompida mientras
los jornaleros estaban sometidos a los abusos continuos y considerados como mano de obra sumisa, “esclava”  y analfabeta.


Los salarios eran de miseria y las familias no podían comer sólo con un salario necesitando la ayuda de sus hijos que muy jóvenes empezaban ya a ser explotados. La gastroenteritis, la disentería, el raquitismo y la tuberculosis hacían mella en numerosas familias.

Por tanto, con esos ingredientes en la sociedad de su época no es de extrañar  que cuando Fernando VII entrara en Madrid en 1814, fuese recibido por una masa enfervorecida e ignorante que gritaban ¡Muera la libertad, vivan las cadenas!. Un desafortunado lema acuñado por los absolutistas que no permitirían que la razón y el progreso afloraran en la sociedad.




En este contexto, la figura del bandolero ha sido siempre vista con respeto por las capas sociales más frágiles del mundo rural hasta que el telégrafo, el ferrocarril y las fuerzas del Estado de la época fueron minando su existencia.


Enlaces de interés

Sangre y Amor en la Sierra (I)

Sangre y Amor en la Sierra (II)


Ronda Romántica


El Camino Inglés entre Ronda y Gibraltar