sábado, 29 de noviembre de 2014

Nicolás María Rivero en el "Bicentenario de su nacimiento"



"El legado de Nicolás María sigue vivo con la defensa de la Justicia,
la Libertad, la Solidaridad y el Progreso Social".

Manuel Gracia
Presidente del Parlamento de Andalucía

 

Coincidiendo con el “Bicentenario del nacimiento de Nicolás María Rivero (1814-2014), a través de la Universidad de Sevilla iniciamos una visita guiada para visitar el Panteón de Sevillanos Ilustres en la Iglesia de la Anunciación de Sevilla, en pleno centro de la ciudad. 

Atravesamos el patio de la Facultad de Bellas Artes para llegar junto a una antigua puerta de entrada junto a la Iglesia fechada en el año 1568, desde la cual entraban los jesuitas a su Iglesia. Descendimos por unas escaleras que desembocan en la zona del crucero de la cripta reformada a comienzos de los años setenta. Una imagen de un Cristo Crucificado preside la gélida cripta de mármol, donde las flores brillan por su ausencia.

Cripta del Panteón de Sevillanos Ilustres de Sevilla

En el Panteón de Sevillanos Ilustres se encuentran los restos mortales de ilustres personalidades como el teólogo y humanista Benito Arias Montano, que estuvo en el Concilio de Trento. También realizó “La Biblia Regia” entre 1568 y 1572 con versiones en hebreo, griego, arameo y latín. Junto a éste se encuentra el enterramiento de los Ponce de León y un lauda sepulcral o escultura en relieve de bronce de don Francisco Duarte de Mendicoa y su esposa doña Catalina de Alcocer y Ribera que contribuyeron económicamente durante el primer viaje del Almirante Cristóbal Colón. También se encuentra en la cripta el poeta romántico Gustavo Adolfo Bécquer entre otras personalidades de enorme talla.

En su nave central, en su tercer arco encontramos el epicentro de nuestra visita, una lápida que rinde memoria, posiblemente al personaje más ilustre que haya dado Morón, Nicolás María Rivero, considerado el padre del constitucionalismo moderno.



Alguien dijo una vez que era justo y necesario rescatar del olvido el legado de Nicolás María Rivero y al mismo tiempo darlo a conocer. Con esa magnífica idea aprovechando el espacio que me brinda el “Blog de mis culpas”, intentaré escribir algunas letrillas desde la humildad coincidiendo con el “Bicentenario de su nacimiento (1814-2014). 

Tal vez sea cierto que los españoles seamos amnésicos y reacios para afrontar nuestra propia "Memoria Histórica" a menudo ignorada, desconocida y muchas veces falseada por la historia pero vital para comprender nuestra Historia Contemporánea.

Hasta no hace mucho tiempo la figura de Nicolás María Rivero ha permanecido injustamente en la trastienda de la historia, posiblemente porque las fuerzas reaccionarias como antiguas castas privilegiadas nunca tuvieron el más mínimo aprecio por aquéllos periodos históricos donde progresistas y liberales intentaban sentar las bases hacia un verdadero Estado de Derecho con postulados como soberanía nacional, libertad, igualdad, división de poderes, independencia de la justicia, organización territorial del Estado... 

Las Cortes de Cádiz con la promulgación de la Constitución de 1812  junto a La Gloriosa de 1868 fueron el fruto de las ansias reformistas de progresistas y liberales en tiempos de Fernando VII  e Isabel II, culpables de atrasar el reloj de nuestra historia demasiados lustros al no saber estar a la altura de las circunstancias para encauzar el movimiento que la historia colocaba en sus manos.

El pueblo de Madrid vivió con extraordinaria alegría el cambio de ciclo histórico ocurrido en septiembre de 1868 denominado “La Gloriosa o Septembrina” acaudillada por los generales Prim, Serrano y el almirante Copete, el 18 de septiembre de 1868, que sublevaron a la escuadra española que se hallaba en Cádiz, extendiendo la sublevación por toda Andalucía. Serrano, al mando de las tropas, derrotó a las fuerzas de Isabel II  en la batalla de Alcolea, cerca de Córdoba, lo que significa que los españoles tuvieran democracia. Se pone fin a la etapa borbónica en España pero por breve tiempo ya que los antiguos monárquicos estaban abonando el terreno hacia una futura Restauración -el futuro Alfonso XII-. 

Curiosa la historia que viera pasar en 1868 hacia el exilio a la autoritaria Isabel II por el mismo lugar que en el año 1923 viera entrar a los "Cien Mil Hijos de San Luís" al mando del Duque de Angulema enviados por el rey francés Luís XVIII para defender el Antiguo Régimen y colocar de nuevo al absolutista Fernando VII cuyo reinado provoca represión política y el éxodo masivo de miles de españoles liberales. Dos martires en aquélla revolución fueron e general Torrijos y Mariana de Pineda que pagaron con la muerte su heroismo. La década ominosa (1923-1933) ha sido considerada como uno de los periodos más abominable de nuestra historia.


Una mirada retrospectiva nos hará entender la proyección de Nicolás María Rivero durante el complejo siglo XIX como gran demócrata constitucionalista que permaneció alejado de la corrupción realizando aportaciones fundamentales en el campo de la jurisprudencia y en la política nacional habiendo sido además un médico comprometido, gran humanista y orador con visión de futuro. Uno de los más entusiastas defensores del sufragio universal en la convulsa España del siglo XIX”.



Nicolás María Rivero  (Morón de la Frontera 1814-Madrid en 1878). Destacó en diferentes campos de la política, periodismo y jurisprudencia durante el siglo XIX en España. Licenciado en Medicina y Derecho fue elegido diputado por Écija -Partido Progresista- y Jefe del Partido Democrático trabajando para evitar la violenta represión del gobierno, lo que le hizo ganar popularidad.

Trabajó muchísimo en la elaboración de la Constitución (1854-1856) durante el Bienio Progresista que nunca llegó a ser promulgada por el golpe contrarrevolucionario del general O´Donnell. Se va forjando de algún modo la estructura moderna de las constituciones posteriores que defenderán auténticos valores democráticos. El Pacto de Ostende en Bélgica entre progresistas y demócratas se firma el 16 de agosto de 1866, a iniciativa del general progresista Prim con el objetivo de derribar la Monarquía de Isabel II.

Asume la dirección de “La Discusión” y se implica en la intentona revolucionaria de 1866 que fracasa teniendo que emigrar fuera de España donde colabora en la Revolución de 1868 “La Gloriosa” que triunfa y vuelve a España.


Es elegido el primer alcalde popular de Madrid (1868-1870) y presidente del Congreso de los Diputados. En 1870 es nombrado por Prim, Ministro de la Gobernación. Apoya la candidatura de Amadeo I de Saboya. Prim es asesinado e impulsa la I República. Codirige una sublevación que fracasa el 23 de abril de 1873 y se exilia muriendo el 5 de diciembre de 1878.

Pero lo más importante de este ilustre moronense ha sido el legado que nos ha dejado, siendo considerado el padre del constitucionalismo moderno y el único diputado que defendió la “libertad de imprenta” y el “Sufragio Universal” que defendió la Gloriosa de 1868, la Constitución más democrática que habíamos tenido hasta la fecha ya que la Constitución de 1812 “La Pepa” fue traicionada por las fuerzas reaccionarias aunque sentó las bases para las Constituciones futuras.

Nicolás María Rivero tuvo  gran relevancia en la política española de su época prestando una gran contribución al constitucionalismo español, legalizando y legitimando el gran vacío de poder tras la marcha de la reina Isabel II.

En primer lugar asegurando el poder militar y político. Nicolás María Rivero se dedicará con ahínco a legislar. El aparato civil, político y judicial se tenía que restablecer ordenando a los tribunales a ser eficaces y resolver con prontitud.

"La Gloriosa" dio paso a nuevos términos como seguridad jurídica, la soberanía popular, la libertad individual y colectiva. El pueblo debería salir a la calle siempre guardando el orden público siendo partícipe de la causa.

La participación de Nicolás María Rivero en estos hechos históricos del constitucionalismo fue decisiva. La Gloriosa fue una revolución en uno de los momentos más trascendentales de la España del siglo XIX, porque enterraba definitivamente el Antiguo Régimen amparado por las fuerzas reaccionarias que legitimaron la corrupción del régimen de Isabel II y el autoritarismo de un sistema político agotando la paciencia del pueblo de Madrid asumido en una grave crisis económica que vivió con entusiasmo.

A partir del triunfo de la revolución y durante seis años conocidos como el Sexenio Democrático (1868-1874) se intentará crear en España un nuevo sistema de gobierno. Fue el primer intento en la Historia de España de establecer un sistema de libertades  en forma de monarquía parlamentaria durante el reinado de Amadeo I (1871-1873), y después con  la I República española (1873-1874). Sin embargo, ambas fórmulas acabarán fracasando.

El Manifiesto de la Junta de Madrid el 29 de septiembre de 1868 fue firmado por su presidente Pascual Madoz y el ilustre moronense Nicolás María Rivero entre otros firmantes no deja lugar a dudas de que nos encontramos ante un hombre cuya vida estuvo dedicada a la defensa de la libertad, la justicia y el progreso social. Principios que en el siglo XXI continua siendo punto de referencia en cualquier Estado de Derecho.


Pendón sobre su figura. Ayto. de Morón


Madrileños:

Constituida en nombre del pueblo la Junta Provisional de Gobierno, su primer deber es dirigiros la palabra.

La dinastía de los Borbones ha concluido.

El fanatismo y la licencia fueron el sino de su vida privada. La ingratitud y la crueldad ha sido el premio otorgado a los que en 1808 defendieron la Nación y el trono, y a los que en 1833 salvaron a la hija de Fernando VII. Sufra la ley de la expiación, y el pueblo, que tan generoso fue con el padre y con la hija, recobra hoy su Soberanía, que no puede ser patrimonio de ninguna familia ni persona. Como proclamaron las inmortales Cortes de Cádiz de 1812.

El Ejército y la Marina, con abnegación sublime, han pensado antes en la Patria que en ninguna familia. Desde Cádiz a Santoña ha resonado el grito de Libertad, y unas Cortes Constituyentes elegidas por el Sufragio universal decidirán sobre los destinos de la Patria”.

Hoy reunidos ante la gravedad solemne de las circunstancias un considerable número de ciudadanos, han constituido una Junta Provisional, en tanto que mañana, el pueblo todo de Madrid, reunido por barrios y por distritos, formula su voluntad soberana.

No empañemos la alegría del triunfo con ningún desorden que llenaría de júbilo a los enemigos de la libertad: que todos los vecinos se organicen por distritos y vigilen porque nada manche Nuestra Gloriosa Revolución.

¡Viva la Soberanía Nacional!

¡Viva la Marina!

¡Viva el Ejército!

¡Vivan los generales que han conducido la victoria!

¡Abajo los Borbones!

Firmado

Pascual Madoz (presidente) y Nicolás María Rivero, entre otros…


Desde la cripta del "Panteón de Sevillanos Ilustres"...



P.D. El investigador local local Juan Diego Mata aporta nuevos datos dando a conocer el expediente matrimonial de Nicolás María Rivero, quien en 1846 se casara con la ecijana Loreto Custodio. Conforme a la normativa eclesiástica, en el citado expediente debían incluirse las partidas de bautismo de los contrayentes, así que todo pasaba por localizarlo en el Archivo del Palacio Arzobispal de Sevilla.

Según esta nueva documentación localizada por Juan Diego Mata, Rivero habría nacido en Sevilla el 19 de marzo de 1815, siendo cristianado al día siguiente en la Parroquia de San Lorenzo. Sus padres eran Diego Rivero y Teresa Morón, apellido este que quizá diese pie a la confusión que tantos años ha reinado sobre sus orígenes.
Expediente matrimonial de Nicolás María Rivero

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jueves, 20 de noviembre de 2014

Reencuentro con la Alpujarra de Gerald Brenan




"Pensé que iba a hacer una tesis sobre la poesía de Lorca,
 se me convirtió en una investigación sobre su muerte
 y creo que Brenan tuvo la culpa
Ian Gibson


Desde Lanjarón, puerta de la Alpujarra llegamos a Órgiva, a las faldas de la Sierra de Lújar y Sierra Nevada, denominada la puerta de la Alpujarra Alta para empezar a zigzaguear entre montañas. Atrás dejamos la grata visita a Pampenaira, Bubión y Capileira que permanecen en la retina de nuestro recuerdo.

Al día siguiente nos desplazamos hacia Yegen, inmortalizada por el hispanista Gerald Brenan en su libro “Al Sur de Granada”. Allí fijaría su residencia entre 1920-1934 divulgando las costumbres y tradiciones de la Alpujarra, universalmente famosas. 


Nunca pensé que cuando leyera al Sur de Granada de Gerald Brenan se me iba a estimular tanto mi apetito viajero por el último reducto morisco en las AlpujarrasAl Sur de Granada pertenece  a esa literatura fresca y sencilla que permite al lector viajar sólo con la imaginación para reencontrarse con las Alpujarras de Brenan ó Aben Humeya.






Una placa de azulejos recuerda en Yegen la casa donde vivió Brenan durante siete años. Sus vecinos lo conocían por “don Geraldo”. Muy cerca de la casa se encuentra la fuente de los tres caños. Desde allí a través de calles sinuosas llegamos a la parte alta del pueblo -junto a la carretera principal- donde se encuentra la fonda-museo que se encontraba cerrada. 

El término fonda nos recuerda Brenan que tiene su origen en la fondak árabe.


Los vecinos amables y cordiales nos invitaron a dirigirnos al bar “Tinao” donde nos  abrirían la pensión en la cual vivió Gerald Brenan hasta encontrar casa en el pueblo. En la actualidad se ha convertido en un lugar de culto para estudiosos y viajeros del escritor inglés cuyo amor por España ha pasado a formar parte de la literatura española.


Al entrar en la casa-museo de Brenan se puede observar su humilde escritorio con una silla de enea situado junto a una ventana con la Sierra de la Contraviesa como testigo. Allí Brenan escribiría sus impresiones y vivencias que plasmaría en su libro “Al sur de Granada” que se publicará en 1957. Una mezcla de historia y etnología, ideal para aquéllos que quieran iniciarse en el campo de la antropología.

Visitamos todas las dependencias de la casa que aún conserva la esencia de la arquitectura popular alpujarreña: la cocina con el tradicional platero y su chimenea, los dormitorios, la cuadra, etcétera. Para dejar constancia de nuestra presencia, firmamos en el libro de visitas que existe en la fonda-museo de Yegen.



Es interesante como un inglés, hijo de una familia de clase media alta británica abandona  la civilización y una vida acomodada en Inglaterra en una sociedad hermética, rígida y  anquilosada  que le oprime y se plantea vivir en 1920 en una atmósfera más pura y menos viciada para poder pensar e "imaginar sin bridas".  En Yegen, Gerald Brenan alquila una casa por 120 pesetas al año y empieza a reencontrarse consigo mismo. 



Pero Brenan había dado muestras de ser un viajero incansable, mucho antes de elegir España como destino para vivir. Su padre, oficial del ejército británico tuvo sucesivos destinos que determinaron su infancia viajando a países como Sudáfrica, Inglaterra, Irlanda, Italia, Francia, Malta o la India.

Tras haber combatido en la Primera Guerra Mundial, decide marcharse a España porque piensa en su clima benigno y la vida podría ser más barata. Una herencia le proporciona suficientes medios económicos para instalarse en Yegen donde busca la paz interior en comunión con la naturaleza.

Su estancia en España comienza cuando llega a La Coruña y cruza el país hasta Almería como destino final para recoger sus 2.000 libros, que le iban a llegar por barco a dicha ciudad.


En el trayecto conoce las Alpujarras granadinas y decide que ahí quería vivir, en Yegen donde se establece. El medio rural le fascina y aprende las costumbres de los pueblos alpujarreños cuya "supervivencias arcaicas" le proporcionan "un placer especial", como escribió. En Yegen vive largas temporadas desde 1919 a 1934.

Durante su estancia en España viaja por Túnez, Marruecos, Portugal, Grecia y Turquía viajando a Londres con cierta frecuencia para relacionarse con el grupo Bloomsbury.


La Alpujarra, una abrupta zona geográfica entre Granada y Almería, ha permanecido aislada durante muchos siglos debido a sus peculiaridades etnológicas e históricas, lo que hizo que en tiempos pretéritos se convirtiera esta comarca en el último reducto morisco. Hasta hace pocos lustros podia recorrerse a lomos de una mula como único medio de transporte, lo que nos puede dar una idea de la dificultosa orografía del terreno.

Cuenta Gerald Brenan en su libro "Memoria personal 1920/1975 referente a la visita de sus padres desde Granada a Yegen.

"Después tomamos el autobús para Órgiva y al día siguiente hicimos el largo trayecto a lomos de mula remontando el cauce seco del río. Mi madre disfrutó todo el tiempo con su visita...Se quedaron una semana y después los llevé en mula a Guadix atravesando el Puerto del Lobo y los dejé acomodados en el tren de Madrid. Había sido para ellos un gran aventura."

La tranquilidad y gozo que Yegen le transmite a Brenan desde el primer momento es indudable, al estar rodeado de montañas, las estrellas, el aire, los ruidos de los arroyos y acequias. En definitiva Brenan se enamora de Yegen al pertenecer al mundo de lo humano, con aire de pueblo sencillo con la espontaneidad de sus gentes, muy lejos del mundo cuadriculado de donde provenía.

Poder leer y pasear en plena armonía con la naturaleza le hacían tomar notas día a día sobre el ambiente laboral del campo, sus costumbres ancestrales, el folklore, las fiestas, la espontaneidad de los alpujarreños, los quehaceres diarios de los labradores y pastores, el noviazgo, el matrimonio, la familia, la posición del hombre sobre la mujer, el significado de la religión y de la muerte…

Como se encuentra sólo con sus paseos y su lectura en Yegen decide invitar a sus amigos Ralph Partridge, Dora Carrington y Lytton Strachey. Incluso en 1923 le visitaron Leonard y Virginia Wolf. Pero no todo el tiempo estuvo en Yegen sino que algunas veces tuvo que acudir a Inglaterra en donde se enamoro de la poetisa Gamel Woolse casándose con ella en Roma.

Pero pronto se da cuenta del drama que asola al campesino andaluz y extremeño motivado por el atraso que soportan por culpa del olvido del gobierno central junto con el maltrato y la brutalidad con la que son tratados por los caciques que discriminaban a los obreros y campesinos con salarios miserables. A Brenan le afectaba el trato discriminatorio que sufrían los obreros y los campesinos. Se lamentaba sobre todo  lo que supusiese un ultraje al ser humano fuera cual fuese su condición social chocaba con su mentalidad inglesa.


Otro de los libros que destacaba sobre el humilde escritorio era su obra más conocida, El laberinto español (The Spanish Labyrinth, 1943) leído y releído por mi padre una y otra vez, quién me decía no pocas veces… 


¡Esto lo dijo Gerald Brenan!.


Muerte de un miliciano de Robert Cappa
5 de septiembre de 1936 en Cerro Muriano (Córdoba)


En diciembre de 1934 se marchan Churriana donde le sorprende la Guerra Civil. Allí vivieron entre 1935 y 1970. El silencio de aquélla casa andaluza fresca y llena de flores, solo roto sólo por el paso de las cabras y las cargas de melones, ciruelas y melocotones a lomos de los burros. Un placer para los sentidos al estar en contacto con el mundo sencillo.

El próximo viaje será a la Casa Museo de Brenan en Churriana, en cuyos antiguos muros de cal se rezume por sus poros la historia como legado. 

Posteriormente visitaremos el cementerio inglés de Málaga donde una lápida recuerda que allí se encuentran sus restos mortales junto a los de su esposa Gamel. También visitaremos el lugar donde se encuentran los restos de otro romántico Robert Boyd que acompañó a Torrijos cayendo en Málaga por la sagrada causa de la libertad un 11 de diciembre de 1831, con tan sólo veintiseis años de edad y que también explicara Ian Gibson en su libro "La berlina de Prim". El pintor Antonio Gisbert inmortalizó en 1888 el terrible desenlace ocurrido en la playa de San Andrés. 

Tener libertades en España ha costado un alto sacrificio en un país que aún permanece amnésico  para afrontar su propia Memoria Histórica.
Pero eso formará parte de otra grata historia que compartiremos con ustedes.

Desde Yegen para el Blog...

lunes, 17 de noviembre de 2014

II Viaje a la Alpujarra de Brenan





 “Fue un momento malísimo, aunque digan lo contrario en las escuelas. Se perdieron una civilización admirable, una poesía, una astronomía, una arquitectura y una delicadeza única en el mundo, para dar paso a una ciudad pobre…”

Federico García Lorca sobre la “Toma de Granada” en 1492 por los RR.CC. 10 de junio de 1936 



Al reencontrarnos con la Alpujarra de Brenan, impregnamos de nuevo nuestros sentidos con las esencias y efluvios moriscos. La retina del recuerdo nos extrapola bellas imágenes de aquel primer viaje que realizamos a la Alpujarra no hace mucho tiempo en época estival; una de las comarcas más singulares de Europa bajo un entorno natural privilegiado. 

Pueblos blancos con su fisionomía tradicional diseminados a lo largo de Sierra Nevada y la Sierra de la Contraviesa, cada uno con sus peculiaridades etnológicas. No es nada extraño que semejante vergel de la naturaleza haya servido de inspiración para que numerosos viajeros como Gerald Brenan estimularan nuestro apetito viajero por el último reducto morisco de la antigua Al Ándalus. 

Su libro “Al Sur de Granada” nos permite viajar sólo con la imaginación por aquélla Alpujarra donde Brenan viajó a lomos de una mula a comienzos de 1920. 




Entramos desde Granada a través de Santa Fe por la A-44 ascendiendo por el "Suspiro del Moro" que va hacia la Costa Tropical -Motril- para desviarnos por la A-348 hacia Lanjarón cuya etimología deriva de Al-Lanjaron (lugar de manantiales), considerada la puerta de entrada a la Alpujarra granadina. 

Allí disfrutamos de las fuentes de agua cargadas de poesías donde la placeta de Santa Ana es sólo un bello ejemplo. Un remanso paz donde desaparecen las prisas bajo el eco del agua que calma la sed y fluye hacia un antiguo lavadero público del siglo XVIII. 




Paseando por la Avenida de la Alpujarra sorprende la enorme cantidad de macetas y flores junto a las fachadas de las casas hasta desembocar junto a la Fuente Viva, obra del escultor Ramiro Megías donde se produce una fusión entre el agua y la piedra. Al mismo tiempo se unen el pasado y el futuro representado por la vitalidad de los niños jugando y una pareja de ancianos descansando junto al borde de la fuente y cogidos de la mano.

Sin olvidar su histórico castillo sobre un promontorio rocoso que perteneció al sistema defensivo nazarí como testigo de tiempos pretéritos en antiguas tierras de fronteras. 




La Alpujarra entre fuertes contrastes verdes y ocres permanece siempre acompañado por el blanco puro de la cal de los pueblos blancos que jalonan Sierra Nevada, la Sierra de Lújar y la Sierra de la Contraviesa, destacando sus paredes encaladas donde predomina el “efecto botijo” que permite que las paredes de las viviendas transpiren y mantengan la temperatura en invierno y las refresca durante el verano. 

Por otro lado, el agua fluye de manera irregular formando arroyos y pequeñas cascadas susurrando y acariciando nuestros frágiles tímpanos proporcionando bellas estampas bajo el amparo de un turismo respetuoso con el medio ambiente. 



Llegamos a Órgiva donde deleitamos nuestra retina con la iglesia "Nuestra Señora de la Expectación" del siglo XVI construida sobre una antigua mezquita. Sus dos elevadas torres gemelas con chapiteles de pizarra se hacen visibles desde mucha distancia. 

Órgiva nos indica el camino hacia la Alpujarra Alta. En 1492 fue cedida por los Reyes Católicos a Boabdil -Abu 'Abd Allāh-, como lugar de retiro. La expulsión de los judíos el 31 de marzo de 1492 y posterior exilio de Boabdil fue el preludio de la diáspora de los moriscos a partir de 1609. 

El 31 de marzo de 1492 emiten los Reyes Católicos el Decreto de la Alhambra por el cual se obliga a los judíos a la Diáspora como preludio de lo que más tarde ocurriría con la población morisca a partir del 4 de agosto de 1609 como la mayor expresión de intolerancia ocurrida en la Europa durante este periodo de la historia. Unos sucesos trascendentes que atrasaron el reloj de nuestra historia al acabar con una civilización cuyo legado forma parte de una de las principales riquezas del pueblo andaluz como resultado de su proceso histórico como base de su identidad cultural, modelada a lo largo de siglos y que forma parte de la memoria en palabras del prestigioso antropólogo Isidoro Moreno.

El año 1492 fue annus mirabilis o de los milagros para los cristianos con la unificación peninsular configurando un modelo de nación junto al Descubrimiento del Nuevo Mundo y al mismo tiempo fue un auténtico annus horribilis para la población sefardí condenada a la Diáspora el 31 de marzo de 1492 que sería el preludio de lo que ocurría más tarde en 1609 con la expulsión de los moriscos.





Descansamos en Pampaneira con su peculiar aspecto bereber y tiendas de harapas  con las alfombras, mantas o cortinas que inundan de color todos sus pueblos. Sus diseños se remontan a la época andalusí junto con la artesanía de la madera, esparto, mimbre, cerámica, talabartería, etcétera. 

Nada más llegar a Pampaneira nuestra retina capta al instante los grandiosos paisajes naturales junto a la arquitectura típica alpujarreña que ha sabido integrarse en su medio natural. 

La angostura de sus empinadas y sinuosas calles por donde baja el agua fresca de la montaña, casas blancas orientadas al sur para aprovechar el clima mediterráneo que terminan en tejado plano junto a los tinaos como estructuras de viguerías de madera a través de la cual se puede pasear y que forman las azoteas cubiertas con lajas de pizarras rematadas con las tradicionales chimeneas con sombrero. 





En Pampaneira degustamos el plato y las migas alpujarreñas para recuperar fuerzas para seguir zigzagueando hasta Bubión y Capileira, que forman el “Barranco de Poqueira”. 

Las casas alpujarreñas se desparraman anárquicamente por sus laderas entre terrazas y azoteas con sus esbeltas chimeneas, lo que otorga al conjunto una gran belleza. 



Capileira situada a 1436 de altitud es considerada una joya arquitectónica donde casi todas las casas están orientadas en dirección al mediodía con sus angostas y empinadas callejuelas por donde corre el agua por su parte central. 

El primero de noviembre nos encontramos con la fiesta de las castañas. Su origen como fiesta pagana hay que buscarlo en las antiguas costumbres de los labradores alpujarreños de festejar la recolección de las cosechas como muestra de agradecimiento. Una tradición que ha sido recuperada tostando las castañas en grandes hogueras mientras se ameniza con bailes que hacen las delicias de niños y mayores que esperan en las colas con sus capiruchos de papel para que llenarlo de castañas calentitas acompañado de algún vaso de anís para que los mayores aguanten el frío que comienza en esta época, determinado por su situación geográfica.

En torno a la castaña existe una amplia cultura gastronómica al ser este fruto el ingrediente principal de muchos platos de la zona. 




Etimológicamente Capileira deriva del vocablo latino capillaris-e que significa “lugar más elevado”. Debido a su carácter inexpugnable fue uno de los últimos lugares en ser conquistado por los árabes y más tarde por los cristianos. En la etapa nazarí formó parte de la Taha o división administrativa de Poqueira. Capileira fue escenario de las luchas entre Boabdil y su tío el Zagal. 

Tras la toma de Granada su población siguió siendo musulmana hasta que con la rebelión de 1568 los moriscos fueron expulsados por Felipe II para repoblar la zona con colonos cristianos más tarde. Destaca el Pico Mulhacén en honor del antepenúltimo rey nazarí Muley-Hacén de la antigua Garnatha durante el siglo XV y que según crónicas antiguas permanece enterrado en esta majestuosa montaña de 3478 de altitud, sin olvidar el Pico del Veleta con 3.395 msnm.






La tradicional chimenea alpujarreña rompe el conjunto de los terraos. Los aleros son de laja o teja alera contrapesados por piedras “castigaeras”. 

La chimenea cumple dos funciones: la primera es buscar en la altura la mejor circulación del aire que favorezca la extracción del humo y al mismo tiempo evitar que en invierno queden sepultadas por las nieves que puedan acumularse en las cubiertas. 

Existen variedades locales dignas de estudio. En la Alpujarras Altas predominan las chimeneas troncocónicas con “sombrerete” seguidas por las cuadrangulares, ambas rematadas por una laja y una piedra castigaera que evite que la primera salga volando en días de fuertes vientos.

En la parte oriental, existen las troncopiramidal con tejadillos de laja horizontal a dos aguas.

Desde Órgiva transitamos por Torvizcón y Cadiar parando en los miradores con la Sierra de la Contraviesa como testigo de la abrupta orografía de la comarca hasta llegar a Yegen, que la hiciera inmortal el hispanista inglés Gerald Brenan “Don Geraldo para sus vecinos”. 

Allí visitamos la fonda-museo destacando su humilde escritorio donde se impregnaba de las esencias de la Alpujarra que plasmaría en su libro “Al Sur de Granada”. 




No muy lejos de Yegen se encuentra el pueblo de Válor, célebre porque allí nació don Fernando de Válor y Córdoba “los valoríes”, cabeza del levantamiento morisco contra Felipe II, siendo proclamado por éstos nada menos que “rey de los moriscos” con el nombre de Aben Humeya (Muhammad ibn Umayya). Don Juan de Austria entra a sangre y fuego poniendo fin a la rebelión de las Alpujarras. Los moriscos que se refugiaron en las Alpujarras recibieron el nombre de monfíes. 




Dejamos atrás Ugiar y Laroles para seguir la ruta hacia el puerto de la Ragua en la cara norte de Sierra Nevada, en el Sistema Penibético a 2000 metros de altitud cuyo paso natural nos lleva a la Alpujarra granadina y almeriense. No muy lejos de allí se encuentra Láujar de Andarax, ya en la alpujarra almeriense. 


En el año 913 el paso de la Ragua -Rauah o Ragwa que significa almacén de aguas- fue un punto estratégico por donde pasaron las tropas de Abderramán III para sofocar la rebelión de Omar Ben Hafsún, considerado el azote de los Omeyas entre el año 880 y 918 y cuyos dominios se extendían hasta las provincias de Málaga y Granada haciendo incursiones incluso cerca de Córdoba. Las Alpujarras fue considerada por los cristianos de la época tierras de los monfíes –bandoleros-.





En 1567 entraba en vigor la Pragmática Sanción firmada por el rey Felipe II que desencadenó la Rebelión de las Alpujarras, la cual limitaban las libertades religiosas de una población morisca obligada a abandonar sus modos de vida y costumbres, prohibición de usar sus nombres en árabe y hacer uso de los baños como purificación antes de entrar en las mezquitas. 

Un hecho trascendente que atrasó el reloj de nuestra historia fue la expulsión de los moriscos el 9 de abril de 1609 por Felipe III, tras la rebelión de las Alpujarras (1568-1571) al ser considerados virtuales aliados de los turcos que asolaban los puertos del Mediterráneo. Se produce de forma escalonada entre 1609 y 1613 generando un traumatismo histórico en base al expolio de sus haciendas, humillación y persecución, impidiendo que una civilización admirable siguiera desarrollándose en base a una economía de subsistencia entre huertas, artesanía, ganadería y pequeño comercio. La desafortunada decisión trajo consigo el consiguiente abandono de los campos de cultivo al considerarse a los moriscos como una especie de quinta columna o enemigo interior. Fueron expulsados trescientos mil árabes entre Aragón, Levante y Andalucía que pesaron como una gran losa en la agricultura al dejar los campos desiertos y por consiguiente en nuestra economía. 

Ya el 31 de marzo de 1492 los Reyes Católicos mediante el decreto de la Alhambra habían ordenado también la expulsión de decenas de miles de judíos. Los moriscos musulmanes fueron obligados por los cristianos viejos y la intolerancia religiosa a abrasar la religión católica o abandonar España. Muchos moriscos optaron por vivir en la tierra que los vio nacer. 

Mientras la luz de una civilización espléndida declinaba lentamente en la Península Ibérica, el asentamiento de la población morisca en Berbería contribuyó a su renacimiento cultural ejerciendo una importante influencia en el norte de África.





Desde el Puerto de la Ragua a medida que íbamos descendiendo hacia Calahorra nos íbamos encontrando un cambio radical en el paisaje que nos proyecta cierta tristeza. En ese entorno, los árboles brillan por su ausencia, tan sólo el imponente castillo medieval de Calahorra, baluarte de tiempos pretéritos construido en 1510 con sus macizas torres cilíndricas impresionan al viajero junto con la fuente de agua cuyos orígenes se remontan al año 940 con el Califato de Córdoba.

Cuenta Gerald Brenan en su libro "Memoria personal 1920/1975" que se puso en camino con su amigo Hope, desde Guadix hacia Yegen a través del Puerto del Lobo -2764 metros de altitud-, que es el paso más alto que cruza Sierra Nevada.

De regreso a nuestro punto de origen observamos desde cierta distancia el barrio de las cuevas de Guadix junto a las laderas de las colinas.




Desde la Alpujarra granadina para el Blog de mis culpas...



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