miércoles, 31 de diciembre de 2014

Rastreando las huellas de Brenan, entre Yegen y Churriana


“Hay que olvidar los odios pero hay que acordarse de los hechos 
para evitar caer en los mismos errores históricos”.

Gerald Brenan



Nunca pensé que cuando leyera al Sur de Granada de Gerald Brenan se iba a estimular tanto mi apetito viajero por el último reducto morisco de la Península Ibérica en tiempos pretéritos. Al sur de Granada pertenece a esa literatura cargada de frescura y sencillez que permite al lector viajar tan sólo con la imaginación para poder reencontrarse con las Alpujarras de Aben Humeya o Gerald Brenan.




El viaje a la Alpujarra de Brenan con la Sierra de Lújar y de la Contraviesa como testigo de nuestra visita, trajo como “efecto colateral” tener la oportunidad de releer de nuevo los libros de este admirable escritor del siglo XX, el cual disecciona y desmenuza como pocos aquella España anterior a 1936 que da origen a la trágica Guerra Civil española que aún en el siglo XXI sigue polarizando sentimientos.




Una mirada retrospectiva de la historia nos recuerda que Yegen fue inmortalizada por el hispanista Gerald Brenan en su libro “Al Sur de Granada”. Allí fija su residencia entre 1920 y 1934 divulgando las costumbres y tradiciones de la Alpujarra, universalmente famosas.


Humilde escritorio de Brenan, en Yegen

A finales de 1919 llega Brenan con dos mil libros como única compañía y alquila una casa en el barrio de Arriba, convertida en la actualidad en fonda-museo, para reencontrarse consigo mismo, después de haber experimentado la rígida y hermética vida inglesa y haber participado en la I Guerra Mundial. 

Gerald Brenan escribe en Yegen sus impresiones y vivencias que plasmará posteriormente hacia 1953, en uno de sus libros más significativos “Al sur de Granada” que se publicará en 1957 en lengua inglesa. Una mezcla de historia y etnología, ideal para aquéllos que quieran iniciarse en el campo de la antropología.


Es posible que Brenan se aprovechara de su intelectualidad al enamorarse de una adolescente sin recursos llamada Juliana, con la que tuvo una hija -Helena- que enviará a Inglaterra para su formación. En tiempos pretéritos, los pueblos y aldeas de la España profunda permanecían bajo una economía subdesarrollada y primitiva donde el analfabetismo y la miseria brillaban con luz propia.



Por tanto, era “razonable” que cualquier persona con recursos impresionara a cualquier zagala del lugar. La intolerante mentalidad española amparada bajo el rígido catolicismo se encargaría del resto ya que una mujer quedaba estigmatizada en su pueblo si concebía un hijo fuera del matrimonio.


Tal circunstancia empujará a Juliana a marcharse de Yegen en dirección a Granada, unida sentimentalmente con un joven del pueblo que años después moriría en la guerra civil española. Con el paso del tiempo se quedará ciega con la esperanza de seguir viendo a su hija Elena, pues será llevada a Inglaterra donde cambiará de nombre, Miranda Helen, donde crecerá y se casará teniendo hijos aunque morirá sin conocer a su verdadera madre.




Una verdadera tragedia ocasionará esta circunstancia a Juliana al verse privada de la presencia de su hija según el libro “Ciega en Granada” de Antonio Ramos Espejo que le hace justicia al haber sido una mujer maltratada por la historia. Gerald Brenan hace referencia en su memoria Personal 1920-1975, que tuvo el 7 de enero de 1931 una hija llamada Mirada Helen.




Tras una breve estancia en Inglaterra, Brenan y Gamel se instalan en 1934 en su nueva casa andaluza de Churriana, fresca y llena de flores. El matrimonio Brenan contempla desde el mirador de su casa las bellas puestas de sol y el mundo sencillo almacenado en la retina de su recuerdo con el paso de las piaras de cabras, las cargas de melones, ciruelas y melocotones a lomos de los burros. 


Pero la intranquilidad será el preludio de la tragedia que se intuye a comienzos de 1934. La Reforma Agraria fue uno de los puntos de fractura que contribuyen a encender la mecha de la guerra civil que condenaba a España al atraso económico, político y social. 

Brenan y su esposa Gamel Woolsey serán testigos desde el mirador de su casa en Churriana de la batalla de Málaga durante la Guerra Civil española. Su esposa plasmaría el trágico suceso en su libro “Málaga en llamas” publicado en 1939.


El 18 de julio de 1936 se inicia uno de los episodios más trágicos de nuestra historia “La Guerra Civil española” que dio lugar a una ruptura en el desarrollo de la vida española que contribuyó a ahondar las diferencias ideológicas en la Europa de su tiempo ya que en España se jugaba el futuro de las democracias europeas ante el empuje del nazismo y el fascismo. Pero se dieron cuenta demasiado tarde de que la Guerra Civil española resultaría el detonante de lo que ellos sufrieron después en sus carnes con el nazismo en la II Guerra Mundial.


Brenan quedó perplejo ante el odio que divide a los socialistas, anarquistas y sindicalistas, además de la tensión existente entre derecha e izquierda. Ellos que tanto odiaban las atrocidades, la guerra y la violencia asisten a la contemplación de un espectáculo dantesco, una nación dividida por la guerra.

Pero el matrimonio se marchó de España antes de concluida la guerra para volver de nuevo en 1953 a esa hermosísima tierra y a esa entrañable casa de tantos sinsabores y esperanzas. 

Brenan fue el primer investigador sobre la muerte del poeta y dramaturgo Federico García Lorca al que tuvo oportunidad de conocer, reflejada en su obra "The face of Spain" (La cara de España). También hizo elogios sobre Ian Gibson referente a la investigación sobre Lorca.

Brenan fue el último romántico que disecciona y desmenuza los problemas de España anterior a 1936 como muy pocos lograron hacerlo realizando un análisis histórico, económico, político y social. 


 
La vieja máquina de escribir donde Brenan escribe "Al sur de Granada" y 
"El laberinto español", entre otras obras.

El laberinto español es considerado como una verdadera introducción a cualquier persona que desee iniciarse en la España del siglo XX al ofrecer una síntesis admirable de la España del siglo XX. Un verdadero estudio sobre los antecedentes sociales y políticos que dieron lugar a la trágica Guerra Civil. Considerado como uno de los estudios políticos más brillantes e imparciales donde se muestra la esencia de España. Se publica en París en 1943 por la editorial Ruedo Ibérico. En España estuvo prohibido hasta 1978.

 

En el prólogo de la segunda edición inglesa, aparecida en 1950, el autor confiesa que había tomado partido en la guerra por la República y contra la causa nacionalista y aunque dice que su propósito al escribir este libro “no era justificar al bando al que presté apoyo, sino explicarme a mí mismo y explicar a los demás por qué las cosas ocurrieron así. Me interesaba sobre todo poner de manifiesto los errores y las ilusiones de las izquierdas españolas, ya que a mi juicio, eran los hombres de izquierda quienes tenían de su parte, en general, el mayor grado de justicia y honradez. Además, la mayor parte de las personas de buena voluntad de otros países apoyaban a las izquierdas y la causa de éstas era también la causa de las democracias, las lecciones que podrían aprenderse de su fracaso tendrían interés para muchos.

 

El matrimonio regresa a Churriana de nuevo en 1953 y acomete su obra más significativa, “Al Sur de Granada” que va forjando como escritor y que se publicará en lengua inglesa en 1957. El “laberinto español” no se publicará en España hasta 1978.

En 1968 muere su esposa Gamel, gran amante de Málaga y de su luz. Descansa en el cementerio anglicano de Málaga, cuyo epitafio –una frase de Cymbeline– reza:

Fear no more the heat of the sun

No temas más el calor del sol

Tras la muerte de su esposa Gamel, después de tres décadas que habitara el matrimonio Brenan en su casa de Churriana, pesan ya demasiado los recuerdos y Gerald Brenan decide cambiar de aires fijando su nueva residencia en la localidad malagueña de Alhaurín el Grande junto a su sobrina Lynda Nicholson, traductora y escritora.

En mayo de 1984 se hacen patentes sus estrecheces económicas. Su ingreso en una residencia de mayores de Greenways, en la localidad de Pinner, al sur de Londres. Era para Brenan un encierro del cual quería salir “mejor mañana que dentro de una semana”. Brenan sentía una profunda nostalgia por la España sureña a la que consideraba como su verdadera tierra.


Sus admiradores realizan una campaña para que se le traiga de vuelta. Los gobiernos nacional y andaluz consiguen su vuelta a Alhaurín el Grande el 1 de junio de 1984 y se crea la Fundación Brenan. Muere el 19 de enero de 1987 a los 92 años. Sus restos fueron incinerados en 2001, recibiendo sepultura en el cementerio Inglés de Málaga junto a su esposa Gamel.


Por tanto, tras visitar la Alpujarra con Yegen como fiel testigo de su presencia, me dirijo a Churriana para realizar una grata visita a su antigua casa de Churriana en la que vivió desde 1934 hasta 1970 con sus muros encalados de historia cuya esencia se rezume entre las viejas teclas de la máquina de escribir con la que tecleara “Al sur de Granada” y “El laberinto español” que le dieran fama universal.

Rastreando las huellas de Brenan entre Yegen y Churriana, para el Blog de mis culpas...





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Una visita a la Casa de Gerald Brenan en Churriana



Bibliografía

Al sur de Granada, El laberinto español y Memoria personal 1920-1977 de Gerald Brenan

domingo, 28 de diciembre de 2014

Desde Churriana de Brenan a Málaga

Málaga, desde el Monte Gibralfaro

Desde la antigua Casa de Gerald Brenan en Churriana, desde la que el matrimonio Brenan fuera testigo desde el mirador de su casa de la batalla de Málaga durante la Guerra Civil española -su esposa Gamel Woolsey plasmaría el trágico suceso en su libro “Málaga en llamas” publicado en 1939-, nos dirigimos por la carretera MA-20 hacia la Cañada de los Ingleses donde se encuentra el cementerio  anglicano de San Jorge construido en 1821, para poder visitar la tumba de Gerald Brenan, una figura admirable de la literatura española del siglo XX.



Tumba de Gerald Brenan junto a su esposa Gamel Woolsey. 

En dicho campo santo visitamos también la tumba  de Robert Boyd, el joven irlandés liberal de 26 años que acompañó a Torrijos, muriendo fusilado junto a él con otros 41 compañeros una mañana de 11 de diciembre de 1931 en la playa de San Andrés por defender la libertad en España. 


Un suceso histórico que ha pasado a la historia como símbolo de la lucha contra el despotismo y la tiranía reflejado en el óleo sobre lienzo de Antonio Gisbert que inmortalizara en 1888 este terrible desenlace. 

Fusilamiento de Torrijos y sus compañeros en la playa de Málaga. 
Óleo sobre lienzo de Antonio Gisbert, 188. Museo del Prado


Tener libertades en España ha costado un alto sacrificio en un país que aún permanece amnésico y reacio para afrontar su historia reciente. Una placa de mármol de la Asociación Torrijos por la Libertad, recuerda su memoria por defender la sagrada causa de la libertad el 11 de diciembre de 1831, con tan sólo veintiséis años de edad. 

Terminamos la jornada visitando también el Teatro Romano de Málaga que formara parte de la antigua ciudad romana de Malaca, en tiempos de César Augusto en el siglo I. d. de C. bajo la Hispania Ulterior. Se puede observar en dicho Teatro Romano, la Cavea o graderío del teatro de planta semicircular con 13 gradas con sus accesos abovedados que los romanos denominaran vomitorium. La Orchestra espacio reservado para los senadores y el Proscaenium o escenario.


El Teatro Romano descubierto en 1951 está ubicado al pie del monte Gibralfaro -Jabal al-faruk 'monte del faro',  junto a la alcazaba musulmana, al-qasaba “ciudadela”, construida entre los siglos X al XV. Numerosos materiales como los sillares, columnas y piedras talladas fueron utilizados para la construcción de la Alcazaba. El rey nazarí Yusuf I convierte en 1340 este asentamiento en fortaleza casi inexpugnable con dos líneas de murallas y ocho torreones. La fortaleza fue reconquistada los Reyes Católicos en 1487. La caída del reino nazarí de Granada será sólo  cuestión de tiempo.

Junto a la antigua coracha, al pie del monte Gibralfaro, degustamos la cerveza elaborada artesanalmente de la Axarquía. En el reverso de la etiqueta se podía leer:

En la antigüedad comer pan y beber cerveza eran sinónimos de vida civilizada. Los fenicios que llegaron a las costas andaluzas en el siglo VIII a.C. eran conocedores de la elaboración de la cerveza procedente de Egipto donde se consideraba tanto una bebida como alimento nutritivo.



Zigzagueando a través de la muralla exterior que unía el antiguo barrio de la Coracha llegamos al Monte Gibralfaro y la Alcazaba. Una bella panorámica de Málaga nos espera al final de la subida, junto al mirador.  

La Catedral de Málaga, cuyo patio de los naranjos nos recuerda que está asentada sobre el solar de la primitiva mezquita aljama junto a la desaparecida muralla árabe. La Catedral de Málaga construida entre 1528 y 1782 está considerada como una joya renacentista en cuyos planos participaron Diego de Siloé y Andrés de Vandelvira.




Casi sin darnos cuenta hemos realizado entre Yegen en la Alpujarra y Churriana, una gran parte de la “Ruta de Washington Irving” que transitara entre Sevilla y Granada en 1829 el romántico escritor norteamericano que da nombre a una de las rutas más vitales de la antigua al-Andalus con dos capitales esenciales de la civilización hispano-musulmana, la antigua Isbiliyya y Garnatha, tierras de antiguas fronteras.




Como tampoco podemos olvidar que hemos transitado por comarcas que durante el pasado siglo destacaron por la presencia de contrabandistas y bandoleros como los legendarios “Siete Niños de Écija, “El Tempranillo” y “El Pernales” que llegaron a dominar extensos territorios. Jauja, Corcoya, Alameda o el río Genil son testigos de su presencia.


Asociación Cultural de Recreación Histórica "Bandoleros de Grazalema", en la tumba de José María "El Tempranillo". Alameda (Málaga)


La figura del bandolero como héroe social ha despertado cierta admiración entre la gente humilde en aquélla España absolutista del siglo XVIII y comienzos del XIX muy agitada y convulsa, con inmensas desigualdades sociales que también dejara reflejadas en su obra Gerald Brenan, uno de los escritores más admirados del siglo XX y que la retina de la historia ha dejado como legado para aquéllos que quieran iniciarse en el campo de la antropología.

Desde Málaga para el Blog de mis culpas...




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sábado, 27 de diciembre de 2014

Una visita a la casa de Gerald Brenan, en Churriana

                                                          

“La vejez nos arrebata lo que hemos heredado y nos da lo que hemos merecido”.

Gerald Brenan


Una fría y soleada mañana cuando el mes de diciembre comienza a agotar sus escasos cartuchos que aún le quedan en el calendario, pusimos viento en popa hacia la antigua casa de Gerald Brenan en Churriana dedicada a la memoria de este gran amigo de España, enamorado de la singularidad española. No cabe duda de que Gerald Brenan permanecerá siempre en la retina del recuerdo de Yegen, Churriana y Alhaurín el Grande. 

La Casa de Gerald Brenan se ha convertido en un referente cultural para recuperar su espíritu como una figura admirable de la literatura española del siglo XX.

La vieja máquina de escribir donde Brenan escribió "Al sur de Granada" y "El laberinto español" entre otras obras.

Un “destartalado caserón con todos sus tristes recuerdos” como llamaba Brenan a su casa que ha sido recuperada con sus muros encalados de historia cuya esencia se rezume bajo las viejas teclas de la máquina de escribir con la que tecleara “Al sur de Granada” y “El laberinto español” que le diera fama universal.


Al sur de Granada pertenece  a esa literatura cargada de frescura y sencillez que permite al lector viajar tan sólo con la imaginación para poder reencontrarse con la Alpujarra de Aben Humeya o Gerald Brenan.

El laberinto español es considerado como una verdadera introducción a cualquier persona que desee iniciarse en la España del siglo XX.  Un verdadero estudio sobre los antecedentes sociales y políticos que dieron lugar a la trágica Guerra Civil. Considerado como uno de los estudios políticos más brillantes e imparciales donde se muestra la esencia de España. 



Un busto de “don Geraldo” nos recibe en el zaguán de su antigua casa en Churriana frente a un viejo baúl que recuerda los numerosos viajes que realizara este incansable viajero a lo largo de su vida. 

En el segundo cuerpo de la casa junto al patio nos sorprende la vieja máquina de escribir que lo acompañara a lo largo de sus viajes por todo el mundo sin olvidar su viejo tocadiscos acompañado de los discos de vinilo.


La afición de Brenan por la música era conocida. La música clásica, el flamenco y la copla eran su pasión.

En la primera planta destacan varias fotografías expuestas y cedidas por la familia Pranger y por la Fundación Gerald Brenan de Alhaurín el Grande. En el comedor con su chimenea virtual podemos apreciar las figuras de Hemingway, Gamel Woolsey, Virginia Woolf y Gerald Brenan. En el siguiente cuerpo de la primera planta que da a la calle nos encontramos con una biblioteca con libros de Brenan junto al patio de butacas con las tradicionales sillas de enea. Varias frases célebres de Brenan decoran las paredes de la  casa de Brenan en Churriana:

“Los intelectuales son las lombrices que mantienen la tierra de la vida social en continuo movimiento”.

A los fieles amigos de la Casa Brenan se les reparte un pasaporte "Amigos de Brenan". El objetivo de una cámara se encargará de inmortalizar la grata visita.

Tras la muerte de su esposa Gamel después de tres décadas habitando esta casa, pesan ya demasiado los recuerdos y Gerald Brenan decide cambiar de aires fijando su nueva residencia en la localidad malagueña de Alhaurín el Grande junto a su sobrina Lynda Nicholson, traductora y escritora. Brenan se trasladó a vivir al pueblo de Alhaurín el Grande muy cerca en dirección a la sierra donde pasaría los últimos diecisiete años de su vida y a la que donara su archivo y su biblioteca personal. Una casa mucho más cómoda que la anterior que tenía una vista espléndida de la serranía de Ronda. 




Desde la antigua Casa de Gerald Brenan en Churriana nos dirigimos hacia la Cañada de los Ingleses, en Málaga donde se encuentra el cementerio  anglicano o de San Jorge construido en 1821 para visitar la tumba de Gerald Brenan, una figura admirable de la literatura española del siglo XX. Gerald Brenan está enterrado junto a su esposa Gamel cuyo epitafio –una frase de Cymbeline– reza:

Fear no more the heat of the sun

No temas más el calor del sol


Desde la Casa Brenan para el blog de mis culpas...


P.D. El cantante Carlos Cano le dedicó un pasodoble a Gerald Brenan “don Gerardo” y Fernando Colomo realizó en 2003 una película “Al Sur de Granada”.

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En el nombre de la memoria
Reencuentro con la Alpujarra de Brenan

viernes, 5 de diciembre de 2014

Artesanos del aceite y del pan en La Romera


Molino parado no cobra maquila

Dicho popular


El trigo (pan) y el olivo (aceite) junto a la vid (vino) sentaron desde tiempos ancestrales las bases de nuestra cultura, de lo que actualmente conocemos como la trilogía mediterránea.

Una soleada mañana de diciembre visitamos “La Romera”, una pedanía de Morón situada a 3 kms. de la carretera Morón-Villanueva de San Juan.  Allí nos encontramos con “Artesanos del aceite”, la única almazara móvil que existe en la actualidad en España, dirigida al pequeño y mediano productor de aceitunas que desee producir “in situ” su propio Aceite de Oliva Virgen Extra. 

Una iniciativa muy  interesante denominada por sus propietarios -los hermanos Antonio y Luís Salas- como “la historia de un sueño” bajo un ámbito distinto del tradicional molino aceitero como referente de la arquitectura ancestral del olivar.


Aceituna acebuchina de "La Romera"


El aceite de oliva ha sido considerado la génesis de nuestra civilización y piedra filosofal de nuestra dieta mediterránea. El olivo  ha estado omnipresente en nuestra cultura andaluza cuyos testimonios se remontan al Neolítico debido a que nuestra tierra goza de evidentes condiciones climatológicas y de adaptabilidad al cultivo, lo que denota que el efecto mediterráneo acaba donde el olivo deja de ejercer su influencia.

Etimológicamente el término aceite proviene del arameo zait que arabizada pasó a ser zaitum y en andalusí derivó az-zait que significa jugo de la aceituna. El término aceituna también se remonta al arameo zaytūnā que pasó al árabe clásico zaytūnah y en al Andalus azzaytúna, cuyas reminiscencias y efluvios legados por nuestros ancestros han permanecido hasta nuestros días.

El campesino recolecta la aceituna con sus propias manos en sus macacos cuando está verde o deja madurar el fruto para aceite hasta ponerse negra. Mediante el uso de varas largas y flexibles que “azotan” con delicadeza las ramas de olivo que dejan caer sus frutos sobre una red o manta extendida bajo el mismo olivo, cuando están negras.




Es el mismo proceso que se realiza en cualquier almazara pero con la diferencia de que la almazara se dirige hacia el olivar. La aceituna llega fresca, recién recolectada del olivo hasta el molino móvil que aguarda la materia prima en la tolva. De ahí pasa a la limpiadora y soplado de hojas e impurezas para su posterior pesado, derivada a la helicoidal que la deposita en el molino.


Mediante un proceso mecánico en el que interviene la termobatidora y la centrifugadora, saldrá el "oro verde" por el vertedor en forma de aceite de oliva virgen extra obtenido de la primera extracción para su posterior envasado, produciendo en el pequeño productor la grata sensación de observar como su aceituna se convierte en aceite de oliva.



Existen tantas variedades de aceites de oliva como variedades de olivo. En nuestro término municipal destacan las variedades autóctonas como son la "morona", "manzanilla fina" y "lechín". 

En la aldea de “La Romera” conocimos la variedad "cornicabra" y "acebuchina" -fruto ésta última del acebuche-, tradicional olivo primitivo del cual derivan todas las demás especies de olivos del mundo. El único olivo con semillas fértiles. Los demás olivos derivan a través de esquejes e injertos.



El propietario de la aceituna tan sólo abona la maquila o pago por la molienda [bien en metálico o en especie].

Nos comentan Luís y Antonio que todo el proceso dura una hora destacando que el aceite alcanza en la almazara su punto de maduración exacto sin proceso de oxidación alguna de la aceituna. Es destacable que el residuo que genera dicho proceso denominado “alperujo” es ecológico, pudiendo ser utilizado como abono natural o derivado a las extractoras de orujo. 

En definitiva, zumo de aceituna de la máxima calidad al pie del olivar donde el pequeño propietario controla todo su proceso.


Ha sido un auténtico placer desayunar en la "Venta La Romera" observando en su hábitat el pan de campo cortado en tostadas  bajo un chorro de aceite de oliva virgen extra de primera extracción en frío a 23 ºC en la almazara móvil.

Un deleite que estimula el paladar de cualquier persona amante de lo tradicional. Un pan rico y prieto al estar su miga densa y apretada cuyas rebanadas aguantarán perfectamente el paso de muchos días.




Nos comenta nuestro amigo Antonio Gordillo Gómez, conocido popularmente como “Veneno”, que en ese momento se disponía a preparar pan de pueblo en un horno tradicional. Sin perder en la elaboración del pan prieto de campo atiendo la charla magistral de nuestro amigo Antonio sobre el “pan nuestro de cada día” que la retina del recuerdo guardará, quedando plasmado en el blog de mis culpas.


Los vecinos de la Romera y de muchas fincas cercanas disfrutan de tener un pan prieto recién hecho cada día bajo una elaboración muy tradicional.

“Diariamente elaboro unos 30 kg de pan y los sábados unos 90 kg”.

Su proceso de elaboración es el siguiente:

Se cogen dos kilogramos de pan madre del día anterior al que se le añade harina suficiente hasta la cantidad que queremos elaborar. Se le añade levadura de cebada 40 gramos por kilogramo, sal, harina y agua hasta realizar una masa homogénea. que se deja en reposo natural. Se pesan las piezas en crudo y se le da forma dejando reposar de modo natural.



El pan es tratado con primor hasta que es depositado en la canasta para su distribución

De ahí se pasan a la pala larga de madera  hasta el horno alimentado por leña de encina o de olivo a una temperatura entre 180º y 200º con la única salvedad de que debe de tener rescoldo, nunca llama que podría quemar el pan por fuera. En definitiva, pan de campo prieto tradicional de toda la vida.




Nos trajimos varias piezas de pan prieto con aceite de oliva virgen extra de aceituna cornicabra para deleite de nuestro paladar, destacando que durante el trayecto de vuelta, el aroma del pan lo envolvía todo, dando la impresión de que aún permanecíamos en las antiguas tahonas.


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