jueves, 31 de diciembre de 2015

Montefrío, la última frontera de Al Ándalus




Desde Morón, tierra de la Cal, del Flamenco y de nuestra propia esperanza enarbolamos nuestras naves para transitar por territorios donde ejerciera su influencia en tiempos pretéritos los célebres bandoleros “El Tempranillo” y “El Pernales” para proseguir por la A-92 hasta el corazón de Andalucía “la antigua Madinat Antaqira”, donde un gran peñón calizo en forma de indio dormido nos observa cuando nuestra proa autodidacta se dirige hasta la antigua puerta y llave del antiguo reino nazarí “la antigua Madinat Lawsa” como la definiera el poeta, historiador y filósofo Ibn al-Jatib

La ciudad de Loja se construyó en el año 893 por al-Mutarrif, hijo del emir Ábd Allah. A partir del siglo XIV , se conocerá como Madinat Lawsa que llegaría a tener 39 torres y 10 puertas.


No muy lejos de allí, en la parte más septentrional de la comarca de Loja, a unos treinta kilómetros, se encuentra Montefrío, elegido por la revista National Geographic como uno de los diez pueblos con mejores vistas del mundo. La antigua Hisn Montefrid (Montefrío) se cita entre las principales fortalezas del reino nazarí surgido en el siglo XIII formando parte de la antigua frontera entre los reinos de Granada y de Castilla. 

Al llegar al mirador existente a la entrada de Montefrío, una vista privilegiada capta nuestra retina al observar de frente el imponente espolón rocoso sobre el cual se erige el antiguo castillo junto a la Iglesia de la Villa de estilo gótico-renacentista cuyo autor fue Diego de Siloé. En su interior se encuentra el centro de interpretación de la última frontera de Al-Ándalus “El Centinela”.


La fortaleza árabe se construyó en 1352 cuando reinaba en Granada Yusuf I. Dicha obra sería realizada por el mismo arquitecto de la Alcazaba de la Alhambra. Se sabe que tenía una gran Torre del Homenaje, tres plazas de armas y dos amplios aljibes. El castillo árabe llegó a ser la residencia de Aben Ishmail III, que más tarde se convertiría en el rey nazarí de Granada Yusuf V.

Montefrío llegó a formar parte de un sistema defensivo -que junto con Alhama de Granada, Loja, Íllora y Moclín formarían parte de “la última frontera de al Ándalus”-, antes de su conquista por los Reyes Católicos el 26 de junio de 1486.


La toma de Loja, Moclín e Íllora estrechó el cerco sobre la villa, que acabó por rendirse en junio de 1486. Con su caída, la Vega, y la propia Granada, quedaron a merced de los Reyes Católicos.

Como tantos pueblos con efluvios y reminiscencias andalusíes, su legado queda patente en sus callejuelas zigzagueantes, angostas y empedradas en dirección a la alcazaba para buscar protección.


Para construir un castillo en primer lugar era necesario elegir su ubicación, generalmente sobre un lugar elevado desde el cual dominar un gran territorio a su alrededor. La orografía escarpada ofrecía una doble ventaja: dificultar la llegada del enemigo hasta la alcazaba y permitir divisar al enemigo cuando éste se aproximaba. 

La construcción de las murallas tenían dos partes diferenciadas: entre el paramento exterior e interior existe un núcleo compuesto de argamasa y piedras para dotarla de una mayor resistencia frente a los ataques de la artillería castellana. El grosor de las murallas oscilaba entre 1.50 m. y 2.50 m. siendo el ancho del parapeto y merlones en torno a 0.40 m. En la muralla era normal practicar aberturas finas y verticales, denominadas aspilleras o saeteras, que permitían el disparo de flechas asegurando la protección del arquero. El adarve o camino de ronda permitía recorrer el perímetro de la fortaleza para vigilarlo.

El aljibe (al-yug) de la fortaleza de Montefrío tenía la misión de garantizar el abastecimiento de agua a las tropas encargadas de defender el castillo. Está excavado en roca reforzado con un muro perimetral de hormigón de cal. Tiene 11,80 m. de largo frente a 8,25 m. de ancho con una profundidad de 3 m. Estaba formado por tres naves paralelas, que se cubrían por otras tres bóvedas de ladrillo. Se realizó un enlucido para impermeabilizar el depósito, y de este modo evitar fugas y filtraciones.



Desde la fortaleza donde se encuentra la Iglesia de la Villa nos sorprende una magnífica panorámica de Montefrío donde brilla con luz propia la Iglesia de la Encarnación construida entre 1786 y 1802 por el arquitecto Francisco Aguado. Una magnífica muestra del neoclásico granadino en la que destaca su gran cúpula de 30 m. de diámetro.


Paseando por el Cerro del Calvario llegamos al Convento de San Antonio -por haber estado consagrado a San Antonio de Padua-, que fuera hospedería franciscana durante el siglo XVI, convertido en la actualidad en Centro Gastronómico. Destaca su antiguo claustro porticado con su fuente central donde el susurro del agua estimula nuestros tímpanos. 

En el antiguo Convento de San Antonio degustamos un poco de su rica gastronomía en un marco incomparable. Desde Montefrío nos dirigirnos por Zafarraya hacia Alhama de Granada, otro bastión que formara parte de la “última frontera de al-Andalus” y cuya caída tuvo enormes efectos psicológicos en reino nazarí de la antigua Garnatha, siendo clave en su descomposición cuyo epílogo ocurriría en 1492.

Pero eso formará parte de otra interesante historia que compartiré con los amigos del blog de mis culpas...


Enlaces interesantes




lunes, 21 de diciembre de 2015

Santa Fe, epílogo de "al Andalus"

Puerta de Granada, en Santa Fe

Desde Morón, tierra de la Cal y del Flamenco enarbolamos nuestras naves para poner nuestro punto de mira -como si de un sextante se tratara-, en la Granada de Federico García Lorca, su Granada, como diría la elegía del gran poeta don Antonio Machado.

Entre mares de olivos transitamos por la cuenca del Genil, territorio donde ejerciera su influencia en tiempos pretéritos el célebre bandolero José María “El Tempranillo” en unos tiempos en que España permanecía anclada en la miseria política, social y económica después del desafortunado reinado de Carlos IV junto a su hijo, el inefable Fernando VII cuyo "efectos colaterales" se traducen en el Desastre de Trafalgar en 1805, la Guerra de la Independencia de 1808 acompañado de la abolición de las Cortes de Cádiz “La Pepa” de 1812 cuyas consecuencias provocaron el ostracismo de España y el regreso del absolutismo con su posterior represión. Con este caldo de cultivo, la independencia de las colonias españolas sólo sería cuestión de tiempo.

Mientras tanto, el contrabando con Gibraltar se convierte para algunos estudiosos en una “escuela de bandoleros” como paso previo antes de asaltar los caminos que beneficiaban a los que menos poseían “los desheredados”.

Muchos campesinos le ofrecían cobijo al bandolero, al considerar que el bandolerismo erosionaba el poder que los oprimía mediante la miseria y la injusticia social, convirtiéndose muchos cortijos en auténticos refugios de bandoleros.

“El bandolero que no tiene leyenda, el que no lo canta el pueblo, ese no era un bandolero, sino un bandido”.

Hacia la mitad de nuestro recorrido atravesamos el corazón de Andalucía donde se encuentra la ciudad monumental de Antequera situada geoestratégicamente en el cruce de caminos al confluir las principales vías de Andalucía. Denominada “Antikaria” por los romanos debido a su gran riqueza prehistórica, los andalusíes la llamarían posteriormente “Madinat Antaqira”.

En la Vega de Granada, muy cerca de la ciudad de la Alhambra entramos en Santa Fe por la "Puerta de Loja" situada en el oeste donde el conde Cifuentes colocara la placa fundacional de la ciudad que hace alusión a los Reyes Católicos como erectores de la misma frente a los enemigos de la fe católica.


Rex Ferdinandus, Regina Elisabet, urben quan cemis, mínima constituere die adversus fides erecta est, ut conterat ostes. Hit censet dice, nomine Santa Fides.

El Rey Fernando y la Reina Isabel, esta ciudad que ves, en muy pocos días levantaron. Erigiese para destruir los enemigos contrarios a la Fe, por eso creen que se le debe llamar Santa Fe.

En tiempos del antiguo bachillerato recuerdo que la mayoría de los docentes de historia fundamentaban en la persona de los Reyes Católicos la unión de los pueblos de España y que gracias a la "Reconquista" y al descubrimiento de América, se fundamenta la presencia española en la cultura universal.


Santa Fe ha sido testigo de importantes acontecimientos históricos que cambiarán el rumbo de la historia moderna. Una mirada retrospectiva nos recuerda que el origen de su casco histórico de forma cuadrada ha sido la consecuencia de un campamento militar provisional en 1483 convertido en definitivo en 1491. El campamento cuadrado de obra en piedra y ladrillo constituyó un enorme golpe psicológico para los últimos habitantes sitiados en la Alhambra significando el epílogo del último bastión del reino nazarí. 

Tenía 60.000 hombres tras sus murallas y por su interior discurrían dos calles que se cruzaban perpendicularmente hasta llegar a las murallas. En su eje central destacaban cuatro puertas que aún perduran: la Puerta de Sevilla al sur, la Puerta de Jaén al norte, conocida como de los Carros. La Puerta de Granada al este y la Puerta de Loja al oeste, denominada la puerta de Jerez. 

La nueva ordenación urbana de Santa Fe en forma de damero, está basada en el plano de Briviesca, que tendrá una trascendencia posterior en el Nuevo Mundo. 

Al declive del reino nazarí como último reducto musulmán contribuyó sin duda, las guerras intestinas entre linajes en la que brillaron con luz propia personajes históricos como: Soraya, Aixa, Muley Hacén, el Zagal y Boabdil como último rey nazarí.

La entrega y capitulación de Granada ocurriría un 25 de noviembre de 1491. Cuando Boabdil “Abu abd Allah «az-Zughbî», el Chico” (Mohamed XII) se tuvo que exiliar en Órgiva como lugar de retiro, iniciaba el preámbulo de la diáspora de los moriscos que ocurriría a partir de 1609, al estar considerados fuera de la nueva escena histórica.


La retina de la historia nos habla de una serie de Acuerdos y Capitulaciones de Santa Fe entre los años 1491 y 1492 formalizados por Fernando de Aragón e Isabel de Castilla con el Almirante Cristóbal Colón en el campamento militar.

No debemos de olvidar que los Reyes Católicos han sido considerados por la cultura cristiana como “adalides” de la fe católica. “Santa Fe” era el preludio de la hegemonía de la nueva unidad política y religiosa establecida por los Reyes Católicos “per secula seculorum”. La Iglesia cristiana desde su hegemonía religiosa pretendía que los moriscos olvidaran sus costumbres reprimiendo cualquier indicio de simpatía islámica. 

Las Capitulaciones de Santa Fe es un auténtico legado como fiel reflejo del devenir histórico. Un trascendental acontecimiento para la historia moderna suscrito con Colón un 17 de abril de 1492 es considerado por algunos especialistas como el primer documento escrito de la Historia de América



Se recogen los acuerdos entre los Reyes Católicos y Cristóbal Colón relativos a la expedición a las Indias otorgándole al navegante genovés los títulos de almirante, virrey y gobernador general en todos los territorios que descubriera o ganase durante su vida, así como la décima parte de todos los beneficios obtenidos, nombrando como herederos a sus sucesores de forma vitalicia. También se le concedió un diezmo de todas las mercaderías que hallase, ganase y hubiese en los lugares conquistados. 

Serían firmadas por el secretario de Fernando y hombre de confianza, Luis de Santángel.

El año 1492 para James Preston fue de capital importancia no sólo para la Historia de España sino para la historia del mundo con la expulsión de los judios de Sefarad, para la historia de los árabes con ochocientos años de cultura musulmana en la antigua al Andalus y para la Iglesia con el ascenso de la Inquisición. En definitiva, de vital para la historia del mundo con dos áreas de influencia: la española y la portuguesa.


Si el año 1492 fue un “annus mirabilis” o de los milagros para España con la unificación peninsular configurando un modelo de nación junto al Descubrimiento del Nuevo Mundo, fue al mismo tiempo un “annus horríbilis” para la población sefardí condenada a la diáspora el 31 de marzo de 1492, preludio de lo que más tarde ocurriría con la expulsión de los moriscos el 9 de abril de 1609.

Salimos de Santa Fe en dirección este por la Puerta de Granada para deleitarnos con la bella ciudad de los cármenes, la antigua Garnatha pero esto formará parte de otra interesante historia que compartiré con los amigos en el blog de mis culpas…



domingo, 20 de diciembre de 2015

Visita al Palacio del Rey Moro de Ronda


Es evidente que cualquier viajero que quiera impregnar su retina con los efluvios de Ronda necesitaría más de una jornada para absorber tantas reminiscencias que los tiempos pretéritos le han otorgado como legado. En esta ocasión he tenido la oportunidad de visitar el Palacio del Rey Moro, dejado de la mano de Dios que irá pasando si nadie lo remedia a engrosar las páginas del olvido.

El mirador de Aldehuela nos ofrece una privilegiada panorámica con el río Guadalevín como testigo de su historia. 

Guadalevín procede del árabe Wad al-Labal o “río de la leche”.

En el mirador se puede apreciar un cartel grande del Congreso de Historia de Ronda de 2007 en el que aparecen los nombres de las personas que tuvieron relación con la construcción del “Puente Nuevo” construido en 1793 entre los que destacan ingenieros, arquitectos, alarifes y constructor de ingenios...


Por la cuesta empedrada de Santo Domingo nos acercamos al Palacio del Rey Moro ubicado en un magnífico entorno natural en el que destaca una meseta rocosa con un profundo tajo por donde fluye el río Guadalevín que divide Ronda en dos partes significativas: la antigua medina andalusí amurallada por los musulmanes con su alcázar y barbacana -puerta de Almocábar- y por otro lado del barranco, pasando el Puente Nuevo, nos encontramos con el viejo arrabal donde está ubicada la famosa Plaza de Toros de la Maestranza, inaugurada en 1785 junto a la Alameda del Tajo. 


El Puente Nuevo, magnífica obra de ingeniería de 1793 está formado por un acueducto con 98 metros de altura cuyos cimientos arrancan de la misma garganta del Tajo y que impresiona al que lo observa. Hasta tan punto eso es así, que asomarse al Tajo hace aflorar sin pretenderlo una expresión popular conocida como el "balcón del coño".

La literatura popular atribuye al rey musulmán Abbel Malik “Abomelic” la residencia del Palacio del Rey Moro de Ronda antes de que dependiera del reino de Granada. 


Entramos por la terraza intermedia hasta llegar al “Aljibe de las Virtudes” donde el eco del agua evoca en cierta medida reminiscencias musulmanas. Los emparrados sobre columnas, arriates, escaleras de ladrillos y cerámica captan nuestra retina.

“Los jardines de Forestier” fueron diseñados por el paisajista francés Jean Claude Nicolás Forestier (1861-1930), uno de los grandes renovadores del arte de la jardinería del siglo XIX). Estos refrescantes jardines comenzaron a construirse en 1912 por encargo de la duquesa de Parcent, propietaria del bello palacio. Una pequeña joya dentro de la jardinería europea.


Pero en Ronda, Forestier incorpora un dramático paisaje del jardín estableciendo un conjunto de vistas al Tajo. Los acantilados lo hacen únicos entre el resto de jardines que diseñó. Entre los trabajos de Forestier se encuentran el Parque de María Luisa en Sevilla, los jardines del sultán de Marruecos en Casablanca, el Parque de la Punta en La Habana, Montjuic en Barcelona o el Palacio de Líria en Madrid.

Otro lugar digno de destacar dentro del Palacio del Rey Moro es la Mina o fortaleza musulmana del siglo XIV.


Una irregular escalera de ladrillo en forma de caracol de giro izquierda-derecha excavada en la roca cubierta con 194 escalones nos espera para salvar 80 metros de desnivel. Es digno de destacar un ingenioso sistema de bóvedas encabalgadas que nos lleva a través de una especie de laberinto hasta llegar a la orilla del río Guadalevín, afluente del Guadiaro donde Ronda se refleja en sus aguas. 

Guadiaro, proviene del árabe “wad auro” o "río de oro". 

Ronda reflejada en el río Guadalevín

Desde el río Guadalevín se extraía el agua mediante una noria con numerosos cangilones. Una cadena de esclavos bajaba y subía a la ciudad con “zogues” y botas de pellejo. Más abajo y construida desde el río, se desarrolla una poderosa torre militar que servía para defender la Mina y como poterna o salida secreta de la ciudad para escapar en caso de que fuese necesario.

La Sala de Armas dispone de espacio para las armas y calderas. De este modo se podía defender la puerta exterior con agua y aceite hirviendo desde la ventana central. Sobre la torre se halla la terraza de la Conquista con la función de vigilancia y poder defenderse de un asedio.


Vista desde arriba

El conjunto militar de “La Mina” es único en España con sorprendentes soluciones de ingeniería y arquitectura que se conserva perfectamente. La mina del agua declarada Bien de Interés Cultural (B.I.C.) en 1943 está repleta de leyendas.


La cuesta empedrada de Santo Domingo nos dirige hacia el Arco de Felipe V donde a través de la Calle Real nos encontramos otra bella panorámica con el Puente Viejo, el Puente Árabe junto a los baños árabes donde nuestra retina capta una hermosa fuente pública denominada de los "Ocho Caños" muy cerca de la Iglesia de Nuestro Padre Jesús de Ronda. 




Una escalinata cerca de los baños árabes nos da acceso entre lienzos de muralla a un bello paseo que desemboca junto a la Puerta de la Cíjara que nos lleva al Paseo de Chefauen por estar hermanada Ronda con la ciudad marroquí. Desde aquí accedemos al Corralón de las Murallas junto a la Puerta de Almocábar (al-maqabir, cementerio musulmán) por estar a extramuros de la antigua medina. Desde las murallas de la puerta de Almocábar se observa la Iglesia del Espíritu Santo, que fuera erigida por los Reyes Católicos sobre la antigua mezquita que existía en el Arrabal Alto. Se le denominó "Sancti Spiritus" para conmemorar el día en que fue tomada la ciudad de Ronda.




Desde la Fuente de los Ocho Caños comenzamos a ascender por una calle empinada y empedrada "Santa Cecilia" donde nos encontramos con el monumento a Ana Amaya Molina “Aniya la Gitana o la de Ronda” (1855-1933), cantaora y guitarrista citada por Federico García Lorca en su conferencia "Importancia Histórica y artística del primitivo cante andaluz llamado Cante Jondo" leída en Granada el mismo año que nuestro paisano Diego Bermúdez Cala “Tenazas” de Morón ganara el I Concurso de Cante Jondo celebrado en Granada (1922), organizado por Federico García Lorca y Manuel de Falla en el que el guitarrista Andrés Segovia formara parte de aquel ilustre jurado. 

Recientemente el escritor local y paisano Luis Javier Vázquez Morilla ha sacado del ingrato olvido a Diego Bermúdez Cala "El Tenazas de Morón" perpetuando así la memoria de nuestro ilustre  paisano.



En la parte alta de la Calle Santa Cecilia nos encontramos con el “Templete de los Ahorcados” o de la Virgen de los Dolores que data de 1734. Se trata de una capilla abierta de origen desconocido consagrada a la Virgen de los Dolores que la literatura popular ha considerado tradicionalmente como un lugar de ejecución inspirándose para ello en las esculturas que animan sus soportes “que representan figuras humanas delgadas y atadas al fuste con una soga alrededor de sus cuellos, de expresión siniestra”.


En un medallón de mármol existente en el mismo templete se lee que la obra fue construida en el año 1734 durante el reinado de Fernando VI. Todo el conjunto está cubierto a tres aguas con tejas moriscas.

Por la antigua Calle de la Bola llegamos a la Plaza del Socorro donde nos encontramos al amigo Blas Infante junto al monumento a Hércules para pasear más tarde por la Alameda del Tajo donde al entrar nos encontramos con dos esculturas de Orson Welles y Ernest Hemingway ubicadas junto a la plaza de toros. En la Alameda del Tajo se encuentran los paseos de Blas Infante,la Glorieta de Miki Haruta,el Paseo de Hemingway y Kazunori Yamauchi.

Desde Ronda para el Blog de mis culpas...

lunes, 14 de diciembre de 2015

Tras las huellas de Federico García Lorca


…el crimen fue en Granada, ¡en su Granada!.

Antonio Machado

Es cierto que la emoción aflora por los poros de nuestra piel cuando se realiza una visita a la casa natal de Blas Infante en Coria del Río, la casa natal de Lorca en Valdevaqueros, la Huerta de San Vicente o el Barranco existente entre Víznar y Alfácar, en la Granada de Federico García Lorca, ¡su Granada!...sin olvidar la vieja máquina de escribir donde Gerald Brenan escribiera “El laberinto español”, considerado como uno de los estudios políticos más brillantes e imparciales sobre la esencia de España que narra los antecedentes sociales y políticos del conflicto fratricida entre españoles que desembocó en la trágica guerra civil.


Un periodo trágico de nuestra historia en el que las fauces del odio invertirían cantidades ingentes de violencia y terror para que el aceite de ricino, el tiro en la nuca o las paladas de cal viva a deshoras de la noche "brillaran con luz propia" al carecer de la tolerancia necesaria para aceptar los resultados de que otorgaron las urnas. En definitiva, la sinrazón y los instintos más primitivos del ser humano elevados a la enésima potencia motivada por aquéllos que expresaron su gozo sin reparos cuando observaron que peligraba su posición social o sus privilegios.

La Iglesia no le perdonó nunca a la República haber roto el monopolio de la educación. La cuestión religiosa ofreció una buena excusa para elevar la temperatura del conflicto.

…Desde Morón, con su desvencijado castillo empapado en olvido, enarbolamos nuestras naves para poner nuestro punto de mira, como si de un sextante se tratara, en la Granada de Federico García Lorca, su Granada, como dijera en su elegía el gran poeta don Antonio Machado.

Entre mares de olivos transitamos por la cuenca del Genil, territorio donde ejerciera su influencia en tiempos pretéritos el célebre bandolero José María “El Tempranillo ” transitando por el corazón de Andalucía denominada “Antikaria” por los romanos y posteriormente “Madinat Antaqira” por los andalusíes, la ciudad monumental de Antequera.

Por la A-92 nos trasladamos a la casa natal de Federico García Lorca en Fuentevaqueros donde el gran poeta universal naciera un 5 de junio de 1898 -año en el que perdimos el último jirón de nuestro frágil imperio-, pasando allí los primeros años de su infancia. Fue construida por su padre en 1880. En 1986 se abre al público como Museo para mantener viva su memoria.

En el horizonte se observa Sierra Nevada con sus “dos ríos que bajan de la nieve al trigo”.


Desde la casa natal de Federico García Lorca en Fuentevaqueros transitamos hasta la Huerta de San Vicente -hoy convertido en el Parque Federico García Lorca-, lugar de veraneo de la familia de García Lorca desde 1926 hasta 1936 que ocurriera la trágica Guerra Civil española que acabó con la vida del gran poeta y dramaturgo Federico García Lorca.


Las antiguas alquerías y almunias andalusíes a lo largo de las márgenes de los ríos formaron parte de la frontera entre el campo y las antiguas medinas.

La Huerta de San Vicente entre la Vega y Granada será un punto de referencia en la producción artística de Federico García Lorca donde escribiría alguna de sus obras principales como el Romancero Gitano y la Casa de Bernarda Alba. Era el lugar ideal para que Federico se reencontrara con sus raíces. Una típica casa labriega con muros anchos que mantiene una agradable temperatura durante todo el año.

Allí vivió Lorca los días previos a su detención y asesinato que ocurriría la madrugada del 19 de agosto junto con el maestro republicano Dióscoro Galindo González y los banderilleros anarquistas Francisco Galadí Melgar y Joaquín Arcollas Cabezas, en el paraje de FuenteGrande, en el municipio de Alfácar, al comienzo de la trágica contienda entre españoles.

El hecho de que Dióscoro Galindo González, fuera maestro maestro fusilado por los fascistas granadinos al comienzo de la Guerra Civil por defender la escuela popular y laica, compartiera verdugos y fosa con el poeta Federico García Lorca lo ha convertido en símbolo de miles de maestros republicanos, represaliados por el régimen de Franco.

Hasta tal punto invirtieron en terror que el 19 de agosto de 1936 asesinaron al poeta español más célebre del siglo XX, Federico García Lorca llevado a cabo por quienes había denominado tiempo atrás “la peor burguesía de España”. 

...Y todo ello en Granada, “su Granada”, como dijo el gran poeta don Antonio Machado en su elegía. También se llevaron por delante mediante la razón de la fuerza a toda la fuerza de la razón truncando una trayectoria de progreso en la que la nómina de intelectuales que salieron de España fue interminable dejando a España huérfana definitivamente en la cultura.

Es cierto que la historia la podrán escribir siempre los vencedores pero sólo por un tiempo ya que la ciencia de la memoria permanece intacta en la retina del pueblo aunque sea evidente que el ser humano tiene una notable capacidad para el olvido.



Desde la Huerta de San Vicente nos dirigimos de la GR-30 a la A-92 hacia el camino de Víznar a Alfácar donde los asesinos de Lorca llevaron su odio por la Democracia al pie de la letra, “eliminar sin escrúpulos ni vacilación a todos los que no piensen como nosotros”. Había que matar -aunque no se fuera responsable de nada- para sembrar el terror. 

Este periodo de 1936-1939 y posterior represión supuso uno de los episodios más traumáticos de la historia española, con decenas de miles de seres humanos inocentes que se vieron forzados a abandonar su tierra natal, a desplazarse a otros países por motivos ideológicos, de conciencia o por temor a las represalias por parte del bando vencedor.

Cuando llegamos a Alfácar nos detuvimos en el Parque dedicado a la memoria de Federico García Lorca para observar el monolito erigido en honor del poeta y de todas las víctimas de la Guerra Civil española.

En la madrugada del 19 de agosto de 2016 se cumplirá su 80º aniversario de su trágica muerte en el camino que va de Víznar a Alfácar en la fosa llamada de Fuente Grande.

Es cierto lo que dijo Gerald Brenan que "había que olvidar los odios pero era necesario acordarse de los hechos para evitar caer en los mismos errores históricos". 

Si nos lo permite “en el buen sentido de la palabra” el bueno de don Antonio Machado, Federico García Lorca ha sido el poeta y dramaturgo con mayor popularidad, trayectoria e influencia en la literatura española del siglo XX. Como tantos miles de españoles, Federico García Lorca y Antonio Machado fueron víctimas inocentes de la barbarie y la sinrazón.

En definitiva, una grata jornada que nos ha servido para reflexionar con el deseo de que a “ningún españolito que venga al mundo, lo guarde Dios, porque una de las dos Españas, le vuelva a helar el corazón”, como diría el gran poeta don Antonio Machado.


Desde la casa natal de Federico García Lorca, la Huerta de San Vicente y Víznar para el blog de mis culpas…



Breves letras a Federico García Lorca
(como homenaje a todas las víctimas), de un moronero


Madrugada de luto donde tu fresca juventud concluye,
tórrido barranco anclado en la más gélida intolerancia
pero una obra arraigó en lo más profundo de un pueblo
que se despierta poco a poco Federico de su letargo.

Partidario de los pobres como fundamento de una vida,
de los viejos campesinos encorvados por tanto trabajo,
expolio sangrante de una de esas dos Españas : Víznar,
donde la memoria como historia perdona pero no olvida.

Escuadras de muerte con sus fauces de odio acechan,
por ser del jazmín, del romero y la albahaca, la esencia.
Memorias de la historia, acoges el legado de los ausentes
que nos permita afrontar los sueños, ilusiones y esperanzas.

Convertirías arsenales en museos, cuarteles en bibliotecas.
Milicianos en licenciados. ¡Viejos sueños, utopías y quimeras¡...

¡Ay Federico, si tu pudieras¡...

¡Ay Federico, si tu pudieras¡...





"Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan; sino que pediría medio pan y un libro. Y yo ataco desde aquí violentamente a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales que es lo que los pueblos piden a gritos. Bien está que todos los hombres coman, pero que todos los hombres sepan..."

Memoria. (Del lat. memoría).

Facultad psíquica por medio de la cual se retiene y recuerda el pasado.


Histórico, ca. (Del lat. historícus).



Persona que ha tenido existencia real o del hecho que verdaderamente ha sucedido.

Amnesia. (Del gr. Aμνησiα).

Pérdida o debilidad notable de la memoria.






sábado, 12 de diciembre de 2015

Los moriscos, una mirada retrospectiva.

Óleo sobre lienzo "La toma de Granada" de Francisco Pradilla. 1882

“Fue un momento malísimo, aunque digan lo contrario en las escuelas. Se perdieron una civilización admirable, una poesía, una astronomía, una arquitectura y una delicadeza única en el mundo, para dar paso a una ciudad pobre…”

Federico García Lorca sobre la “Toma de Granada” en 1492 por los RR.CC.
10 de junio de 1936

Bautizo de los moriscos. Felipe Virgany (1521)
Capilla Real de la Catedral de Granada

Preámbulo

Los pueblos de las Alpujarras, cuyos efluvios embriagan e impregnan nuestra retina jalonan Sierra Nevada, la Sierra de Lújar y la Sierra de la Contraviesa evocando tiempos pretéritos donde la cultura morisca brillaba con luz propia al mismo tiempo que la tolerancia religiosa brillaba por su ausencia.

Las Alpujarras sorprenden por su peculiar aspecto bereber que ha sabido integrarse en su medio natural. La arquitectura típica alpujarreña se remonta a la época andalusí con sus pueblos orientados al sur (al mediodía) para aprovechar mejor el clima mediterráneo. A través de la angostura de sus tortuosas y empinadas calles baja el agua fresca de la montaña. Los tejados planos junto a los tinaos forman las azoteas cubiertas con lajas de pizarra rematadas con las tradicionales chimeneas con sombrero, en un marco incomparable “Sierra Nevada” con el Pico Veleta y el Mulhacén (Muley Hacén) como testigos del último refugio morisco.

La época morisca imprimió a toda la Alpujarra como baluarte defensivo de los seguidores de Aben Humeya, una clara reminiscencia bereber, dotándola con una peculiar identidad urbanística con viviendas escalonadas para evitar espacio, adaptadas a lo abrupto del terreno. Esta técnica también fue aplicada al cultivo y riego e terraza en la que los andalusíes eran auténticos expertos.

En las casas con las paredes encaladas predomina el “efecto botijo” que permite que las paredes de las viviendas transpiren y mantengan la temperatura en invierno y las refresca durante el verano mientras el agua fluye de manera irregular formando arroyos y pequeñas cascadas acariciando nuestros frágiles tímpanos, lo que nos proporciona bellas estampas que entre efluvios y reminiscencias andalusíes que impregnan nuestra retina.

La expulsión de los moriscos 1894. Museo Gabriel Puig Roda

…Un antiguo cuaderno sobre la historia de “los moriscos” adquirido en una prestigiosa librería anticuario de la Cádiz histórica, me extrapola imágenes a través de la retina del recuerdo.

Los andalusíes denominaron al río Genil "Sinnil" porque nada tenía que envidiar al río Nilo por los numerosos afluentes que se le unían durante su curso en la Vega de Granada. Posteriormente sería llamado “Wad al-Xenil”. Las aguas del Genil provienen de las cumbres de Sierra Nevada destacando los dos picos más elevados: el Mulhacén con 3.482 m. de altitud y el Veleta con 3.396 m. de altitud.

Recuerdo allá por los años 70 del siglo pasado, en mis tiempos de bachiller en el antiguo Instituto Nacional de Enseñanza Media (I.N.E.M.) -posterior Fray Bartolomé de las Casas-, cuando escuché por primera mencionar el gentilicio “moriscos” dedicado a aquéllos compañeros que se desplazaban desde la Puebla de Cazalla a Morón para estudiar.

Parece ser que el origen del término “morisco” en la Puebla de Cazalla es debido porque los Duques de Osuna no obedecieron la Orden de los Reyes Católicos de expulsar a los moriscos que habitaban en su término al ser éstos grandes agricultores.

No hace falta recordar que los árabes gracias a su gran cultura sobre los recursos hídricos potenciaron las azudas (del árabe as-sudd, presa), albercas (del árabe, al beer-kah, estanque), los molinos con sus ruedas hidráulica o sigalla, para elevar el agua del río con sus cangilones y así poder encauzarla a una acequia destinada para riegos y fuentes, norias, aceñas o molinos harineros de agua, aljibes, alcorques o agujeros alrededor de los árboles para almacenar el agua de riego, los azarbes que eran acequias que transportaban las aguas sobrantes del regadío para devolverlas al río. En terrenos abruptos como la sierra utilizaban el cultivo en terrazas.

Los árabes revolucionaron las tareas agrícolas con nuevos métodos de cultivo, injertos, etc… Las huertas brillaron con luz propia mediante nuevas hortalizas como la berenjena, la alcachofa, la endivia, el espárrago etcétera. Nuevas frutas como la granada, el melón, la sidra y los albaricoques contribuyeron a enriquecer nuestra dieta mediterránea.

El término “morisco” se aplica a múltiples palabras. La oliva morisca, la moneda (la dobla morisca),  algún que otro animal como el gorrión morisco, el gato morisco o la cabra morisca e incluso se habla de construcción morisca y de la teja morisca, son sólo un bello ejemplo.


Las Alpujarras “al-Busarrat, tierras altas” han sido consideradas por las páginas de la historia como "el último refugio de los moriscos". En el retablo mayor de la Capilla Real de la Catedral de Granada, se puede apreciar un magnífico despliegue iconográfico que nos muestra la hegemonía de la nueva unidad política y religiosa establecida por los Reyes Católicos “per secula seculorum”. 

Cuando Boabdil “Abu abd Allah” perdió el último bastión nazarí y se tuvo que exilar a Órgiva como lugar de retino, iniciaba sin pretenderlo el preámbulo de la posterior diáspora que iniciarían los moriscos a partir de 1609 al estar considerados fuera de la nueva escena histórica.


Boabdil entregando las llaves de Granada

Tras la expulsión de los judíos en 1492 coexisten en España dos creencias: la cristiana y la musulmana con 300.000 almas instaladas preferentemente en Aragón, Valencia y Granada y en menos proporción en las dos Castillas, Extremadura y Cataluña. Dentro del antiguo Reino Granada, los moriscos eran visibles en las Alpujarras, el Valle de Lecrín y en la zona almeriense.

La nueva relación dominador-dominado trajo como consecuencia el desmantelamiento de sus tradiciones con la resignada sumisión del dominado y como consecuencia el desarraigo cultural convertido más tarde en destierro.

Es evidente que en torno a la religión se han vertebrado países y “civilizaciones” aunque la tolerancia muchas veces ha brillado por su ausencia. La religión se ha utilizado como una especie de sextante o brújula que nos ha permitido a nivel de civilización cierta cohesión para orientar y canalizar en cierta medida “nuestro rumbo”. Sin embargo, la historia está repleta de grandes desencuentros y periodos de intolerancia.

Decía Saramago, “que en ningún momento de la historia, en ningún lugar del planeta, las religiones han servido para que los seres humanos se acerquen los unos a los otros. Por el contrario, sólo ha servido para separar, para quemar, para torturar”.

Tras la conquista del reino de Granada hasta 1499 los musulmanes son concentrados en barrios separados de Granada. Fray Hernando de Talavera se opuso a la creación de la Inquisición, aprendió árabe y se ganó la consideración de los musulmanes al que consideraron alfaquí (santo) siendo nombrado en 1493 primer arzobispo de Granada.

Pero a partir de 1499 Fray Francisco de Cisneros (1436-1517), arzobispo de Toledo y primado de España, franciscano y tercer inquisidor general de Castilla, la política de mano blanda no le convence y pone en marcha una política de conversiones forzosas con bautismos en masa que se inician en Granada y que en 1502 se extiende a la Corona de Castilla.
Bautizo de las moriscas. Felipe Virgany (1521)
Capilla Real de la Catedral de Granada

Desde el momento en que los conversos fueron legalmente convertidos en “cristianos nuevos”, empezaban a caer bajo la jurisdicción del Tribunal de la Inquisición, que podía indagar sobre sus comportamientos y ser procesados y condenados si mantenían sus tradiciones y practicaban su antigua religión.

Se denominó con el término insultante "marranos" a los judíos conversos que se "judaizaban", para conservar en la clandestinidad sus costumbres y su verdadera religión. El término procede del árabe "moharrana", cuyo significado es cosa prohibida. En un principio dicho vocablo servía para musulmanes como para los judíos sefardíes aunque más tarde se denominara al musulmán converso con el término "morisco". Lo que pretendía la nueva hegemonía religiosa mediante la intolerancia era reducir al "Otro" para erosionar su propia identidad cultural.


La unificación peninsular comienza por los incumplimientos de los tratados firmados a la que sigue la destrucción las bibliotecas y los libros sagrados, imposiciones económicas insostenibles y un largo etcétera. Con ese caldo de cultivo, los antígenos de la intolerancia se irán multiplicando exponencialmente y la Rebelión de las Alpujarras entre 1568 y 1571 fue sólo la lógica consecuencia a tanto despropósito sinrazón histórica.

La Rebelión de las Alpujarras hizo que los moriscos fueran considerados enemigos del Estado y acusados de conspiración, "una especie de “quinta columna del Islam en España” que amenazaba la fe.

A partir de este momento, los moriscos serían conocidos peyorativamente como “monfíes”, -del árabe munfi "desterrado"-, o moriscos refugiados en la sierra del antiguo Reino de Granada durante el siglo XVI y comienzos del XVII.

Muchas iglesias serían construidas sobre antiguas mezquitas que estaban orientadas en dirección noreste-sureste hacia La Meca. Los antiguos alminares también serían cristianizados añadiéndoles cuerpos de campanas. A lo largo de la ruta se pueden apreciar restos de antiguas fortificaciones, antiguos patios de abluciones o fortalezas desparramadas por la bella geografía alpujarreña.

Los moriscos desempeñaban trabajos humildes siendo grandes alarifes o albañiles y hortelanos perfectos conocedores de la cultura del agua. Fabricaban bellos azulejos, techumbres con espléndidos artesonados y magníficas yeserías que han formado parte del arte mudéjar.

Pero los moriscos españoles tuvieron el mismo destino fatal que sus predecesores que un siglo antes prefiriendo el éxodo a la apostasía. De nuevo, la intolerancia atrasó el reloj de nuestra historia. Anterior a 1502 no existían moriscos en al-Ándalus. Es en esa fecha cuando son obligados a bautizarse tras la Pragmática de conversión forzosa de los Reyes Católicos a partir del 14 de febrero de 1502.

La expulsión de los judíos (31 de marzo de 1492) y posteriormente la deportación de los moriscos (9 de abril de 1609) ha sido considerado por la historia como una “limpieza étnica”. Una falta de altura de miras que tuvo consecuencias lamentables para la economía española de la época al quedar pueblos enteros y campos desiertos, la economía se resintió, la burguesía se arruina y los bancos quiebran en 1613.


En la evolución de las relaciones cristiano-moriscas es latente la hostilidad entre ambas comunidades. La Iglesia cristiana desde su hegemonía religiosa pretendía que los moriscos olvidaran sus costumbres reprimiendo cualquier indicio de simpatía islámica.

Una intolerancia que trajo como resultado la Pragmática Sanción o Pragmática anti-morisca de 1567 promulgada por Felipe II que prohibía hablar, leer y escribir en árabe, obligando a los moriscos a vestir a la manera castellana, tenían que abrir las ventanas y puertas, no podían realizar zambras (posterior danza flamenca de los gitanos de Granada y Almería), prohibía los nombres y sobrenombres moros, que las mujeres no se alheñasen (pintarse la cara), que no se bañaran en los baños árabes y los existentes fuesen destruidos, se anulaban los contratos que se hiciesen en lengua árabe, que tenían que entregar a la Chancillería los libros escritos en lengua árabe…

Los cristianos aprendieron numerosas técnicas de albañilería y agricultura de huerta desarrollada por los moriscos. La zambra reaparece en el siglo XX tras varios siglos de ausencia.

La vivienda morisca atiende a la distribución de las habitaciones, atendiendo a las condiciones de luz y sombra, calor o frío, limpieza y suciedad que no solían reparar los católicos que juzgaban perniciosa la costumbre morisca del baño, teñirse el pelo o bailar la zambra al compás de gaitas y atabales –una especie de tambor-. En definitiva, destruir su identidad como pueblo.

La intolerancia llegaría a tal extremo que incluso los baños árabes fueron clausurados por Felipe II al considerarse un lugar pecaminoso.


Se puede decir que junto con la expulsión de los judíos en 1492 fue la mayor expresión de intolerancia ocurrida en Europa durante este periodo de la historia. Unos sucesos trascendentes que acabaron con una civilización cuyo legado forma parte de una de las principales riquezas del pueblo andaluz como resultado de su proceso histórico en base de su identidad cultural, modelada a lo largo de siglos y que forma parte de la memoria en palabras del prestigioso antropólogo Isidoro Moreno.

Toda esta sinrazón trajo como consecuencia la Rebelión de las Alpujarras entre 1568 y 1571 al mando de Fernando de Válor y Córdoba -Muhammad ibn Umayya- durante el reinado de Felipe II. La mentalidad e intolerancia de una religión cristiana que desde su hegemonía religiosa utiliza la represión como fracaso de su empresa evangelizadora, lo que produjo un auténtico genocidio y etnocidio al expulsar a los moriscos españoles que tenían una identidad cultural propia.

El fundamento del edicto obligaba a los moriscos a dejar su modo de vida y costumbres islámicas para convertirse por la fuerza al catolicismo que consideraba a los moriscos como una especie de contracultura dentro de la nueva unidad religiosa.

Entrada RR.CC en Granada Felipe Virgany (1521)
Capilla Real de la Catedral de Granada

Según Julio Caro Baroja el término latino “mauriscus” denominaba a los moros. Dicho término se emplea por vez primera en 1521, lo que no quiere decir que no se utilizara antes. 

El texto del 2 de septiembre de 1521 que lo menciona es del Ayuntamiento de Baza, “prohibiendo a los posaderos servir vino a los moriscos”.

Con las conversiones masivas se persigue de alguna manera el genocidio a los que son distintos de la mayoría. Hasta 1560 predomina la persuasión pero a partir de esa fecha predomina la represión como fracaso de la empresa evangelizadora.

Para el licenciado Torrijos, sacerdote de origen morisco, si se impedían los matrimonios entre cristianos nuevos, éstos quedarían solteros y sin descendencia. Pedro Ponce de León sin embargo aconseja enviar a galeras a los hombres entre 18 y 40 años para evitar descendencia. El obispo de Segorbe, Martín de Salvatierra o el sevillano Alonso Gutiérrez, postula por la castración, lo que apenas fue atendida por las autoridades, partidarias de la expulsión como sistema a caballo entre el genocidio y el repudio.

La idea no era nueva pues ya el Papa Clemente VII en bula de 15 de mayo de 1526, animaba a Carlos I a fijar un plazo para que se convirtieran los moriscos, transcurrido el cual, debía preverse su expulsión, caso de no haber querido convertirse.

Tanto el etnocidio como el genocidio pretenden reducir al Otro que deje de ser lo que es. Pero pese a sus dolorosas secuelas de desarraigo, desintegración familiar e incluso muerte, permitió hasta cierto punto la conservación de su identidad en el norte de África.

La expulsión de los moriscos fortaleció a la nobleza, que se apropió de las tierras y las casas de éstos, estableciendo condiciones más abusivas al campesinado para su explotación, a fin de recuperar pronto las pérdidas causadas por la despoblación.

El morisco entierra a sus familiares en el macaver o cementerio musulmán “Puerta de Almocábar en Ronda” alejado de la población y sobre tierra virgen. El ayuno, las abluciones, la oración -rezar los viernes en la mezquita-, la limosna y la peregrinación a La Meca eran costumbres dentro de la religión morisca.

Según la Audiencia valenciana, los moriscos se alimentaban con pan, miel uvas pasas o higos. Comían productos hechos de repostería que fabrican con azúcar, miel y almendras. El plato típico era el alcuzcuz o migas de pan estando prohibido el cerdo y el vino.

Muchos moriscos eran conscientes de tener una lengua propia. Daud, uno de los cabecillas de la sublevación de 1568 se lo dice a los berberiscos:

Los cristianos nos han mandado quitar la lengua arábica “la algarabía» y quien pierde la lengua pierde la ley.

Pero sobre todo fue en el terreno del pensamiento donde la intolerancia se hizo más palpable procediendo las autoridades católicas a reprimir todos los libros musulmanes, excepto los de filosofía y medicina. La cultura morisca y cristiana chocan en todas sus manifestaciones al ser diametralmente opuestas.

La cultura morisca sobrevive en parte gracias a los alfaquíes, doctores o sabios de la ley, encargados de repartir limosnas y a quienes las autoridades católicas se apresuran a conducirlos a la Inquisición. Cuando los moriscos no podían recibir las enseñanzas del alfaquí, acogían en su casa a un huésped que les instruyera comentando el "Alcorán", libro sagrado del Islam. Al carecer de clero, en el Islam cada creyente debía de propagar su fe. La transmisión de esta herencia cultural se produce gracias a una fuerte solidaridad existente entre los moriscos. 

Pero el factor más importante en la supervivencia cultural es la familia agrupada en torno al hombre más anciano, a quien encomiendan la jefatura de la misma. El clan proporciona a la familia una coherencia que el matrimonio afianza, vínculo solidario que llega a ser consanguíneo a medida que aumentan las bodas entre primos de un linaje.


La "taqiyya" era una doctrina que permite al creyente musulmán fingir que acepta la fe de la mayoría cuando se encuentra aislado en un medio hostil. Así escapa a la persecución pero se aleja de la ortodoxia islámica. De esta manera la cultura morisca queda a expensas de la represión. Los moriscos iban perdiendo los elementos más visibles de su identidad reteniendo los más íntimos, aquellos que ejercitaban en el interior de sus viviendas, como las oraciones y abluciones.

También los moriscos transfirieron a la cultura cristiana parte de su patrimonio. Hasta hace poco tiempo se veía a las mujeres de Mojácar (Almeria) o de Jerez de la Frontera (Cádiz) llevando la almalafa –vestido moro que cubría desde los hombros hasta los pies o la cobijada de Vejer como costumbre derivada del Islam de cubrirse la mujer el rostro.

La expulsión de los moriscos el 9 de abril de 1609 por Felipe III desencadenó un rosario de medidas que afectaron a la totalidad de las comunidades de origen musulmán originando el transvase de la mayoría de los moriscos al Norte de África. La expulsión generó numerosos problemas de orden político-jurídico y teológicos-morales.

Para paliar los problemas teológicos-morales se formó una "Junta de Teólogos" que absolvió de toda responsabilidad al monarca. La expulsión se inició con los moriscos valencianos. El bando de expulsión se publicó el 22 de septiembre de 1609, por orden del virrey de Valencia, marqués de Caracena. En un plazo de cuatro meses la mayor parte de los moriscos valencianos habían abandonado el país, lo que da idea de la envergadura de la operación utilizando la casi totalidad de la flota disponible. 

Se produjeron algunas revueltas que fueron reprimidas por los tercios de Lombardía. Por el puerto de Valencia salieron un total de 116.022 moriscos. Las siguientes rutas hasta completar la cifra de 270.000 moriscos en una población de casi 8.500.000 emprendieron el exilio por los puertos de Vinaroz, Denia, Alicante, Pirineos, Cartagena, Cádiz, Málaga, Sevilla, Gibraltar y Almuñécar. Tuvieron que malvender su patrimonio y dejar la mitad de sus riquezas al Tesoro Real.

Las consecuencias de la expulsión de los moriscos fueron muy severas para la agricultura de Aragón (15% de la población) y Valencia (30% de la población), la región más afectada. El descenso de la población fue evidente quebrando la economía valenciana que impidió la recuperación demográfica. El carbón escaseó en el invierno de 1609 en Valencia ya que procedía de los montes circundantes donde residían los moriscos. Las cosechas de las huertas del Júcar dependían del trabajo eventual de los moriscos...

La mayoría de los moriscos eran campesinos integrados en la economía cristiana abonando las rentas a través del circuito bancario, a sus señores y a la Iglesia. La expulsión de los moriscos en Valencia supuso la puntilla a la economía valenciana.

Los moriscos actuarán en ciudades como Túnez y otras ciudades del norte de África con auténticos embajadores de una cultura hispanoárabe con sustrato andalusí fundando nuevos núcleos de población, rechazando los matrimonios mixtos con tunecinos de origen.

El morisco conservó su lengua castellana hasta bien entrado el siglo XVIII. Introdujo una lengua aljamiada. El morisco toledano Juan Pérez (alias Ibrahim Taibili), que emigró a Testour (Túnez) en el momento de la expulsión, es autor de un poema en 5.000 versos (que son octavas reales), así como de una serie de sonetos dedicados a Mahoma, al mismo tiempo que se muestra conocedor de los libros de caballerías y del Quijote ya en 1604, lo que resulta muy revelador del grado de asimilación de la cultura hispánica al que habían llegado algunos moriscos en la primera mitad del siglo XVII.

En definitiva, si el año 1492 fue un “annus mirabilis” o de los milagros para España con la unificación peninsular configurando un modelo de nación junto al Descubrimiento del Nuevo Mundo, fue al mismo tiempo un “annus horríbilis” para la población sefardí condenada a la diáspora el 31 de marzo, preludio de lo que más tarde ocurriría con la expulsión de los moriscos en 1609.

Desde Granada con la Alpujarra en la retina del recuerdo, para el Blog de mis culpas...




Bibliografía


Los moriscos

R.García, B.Vincent, P.Ferrer, J.Casey y J. Samsó


Enlaces interesantes