lunes, 10 de julio de 2017

Viaje a Portugal con el Aula de la Experiencia de Morón (I parte)



Si no me hubiera subido a ese autobús cultural del Aula de la Experiencia de Morón aquel 3 de julio de 2017 que guardaré “per secula seculorum” en la retina del recuerdo, es posible que me arrepintiera durante no pocos años.

El Blog de mis culpas

Breve introducción

Desde la antigua Ishbiliyya "Sevilla" -donde recogimos a nuestra magnífica guía Carolina Besada-, transitamos en busca de la "Vía de la Plata" como testigo de nuestra historia. En primer lugar, oteamos el Monasterio de San Isidoro del Campo en “Sevilla La Vieja” ubicado junto a las faldas del Aljarafe “al-Xaraf”, cerca de las Ruinas de Itálica y que formara parte en tiempos pretéritos de la “Vía de la Plata” y también de la “Vía de la Bética Romana”. 

La retina de la historia nos recuerda que la antigua calzada romana denominada "Vía de la Plata" enlazaba la “Antigua Emérita Augusta”, capital de la provincia romana de Lusitania con Astorga “Asturica Augusta”, en la provincia Tarraconense. Esta histórica vía comienza a construirse en el siglo II a.C. en el marco de la guerra contra el caudillo lusitano Viriato recibiendo un fuerte impulso a finales del siglo I a.C. Después de las Guerras Cántabras (29 a. C.-19 a. C.), llega por fin la paz a tierras de Hispania.

Santa Olaya de Cala nos recuerda que estamos en la ruta del jamón ibérico D.O. de Huelva donde el olivo y el aceite "azzeit" comienza a perder su influencia para dejar paso a las abundantes dehesas de encinas y alcornoques con la bellota como exquisito manjar para el cerdo ibérico durante la época de montanera, quien a su vez dejara a su vez de ejercer su influencia al adentrarnos en la Tierra de Barros, con numerosas viñas y bodegas, siendo sede de la D.O. Ribera del Guadiana, donde Almendralejo y Villafranca de los Barros brillan con luz propia entre vinos blancos joven o amontillado, olorosos, tintos de tinto de crianza, tinto de reserva, gran reserva y tintos muy viejos. 

Dicen las páginas de la historia que incluso a pesar de la prohibición coránica, la vid se cultivaba tanto en Oriente como en Al-Ándalus.

La provincia de Huelva y el sur de Portugal formaron parte en tiempos pretéritos del antiguo al-Gharb andalusí en contraposición con el término Axarquía o al-Sharq al Andalus como parte oriental. Tras la expulsión progresiva de los musulmanes, los reyes cristianos formaron un cinturón defensivo denominado la “banda gallega” para protegerse de la denominada “banda morisca”, de tal modo que salpicaron de castillos territorios como Aroche, Cortegana, Cumbres Mayores, Aracena, Santa Olaya de Cala, etcétera, y que han quedado como legado de aquéllos tiempos convulsos.

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Desde Morón, tierra de la Cal, del Flamenco y de nuestra propia esperanza, en cuyo término ejercieran su influencia en tiempos pretéritos los célebres bandoleros José María “El Tempranillo” y “El Pernales”, colocamos nuestro sextante autodidacta con el Aula de la Experiencia de Morón en dirección de lo que denominaran los antiguos andalusíes “al-Garb” o parte occidental de Al Ándalus.

Nuestro viaje estuvo ilustrado en todo momento por nuestra guía y magnífica cicerón Carolina Besada quien nos ilustró sobre la historia de todas y cada una de las ciudades históricas que visitamos “Lisboa, Sintra, Oporto, Coimbra, Braga, Gimaráes y Aveiro sin olvidar a nuestro conductor “Cayetano”, el cual nos acercaba con el bus hacia el centro histórico de todas las ciudades que visitamos. La estancia en los hoteles así como la gastronomía de la zona que estimuló nuestros sentidos quedando grabado en nuestro recuerdo.

Cuando nos íbamos acercando a Lisboa, nuestra retina captaba un enorme Cristo con los brazos abiertos en la fregresia de Almada que se eleva sobre su punto más elevado, desde el cual se puede observar el puente 25 de abril y el estuario del río Tajo “Tejo”.

Desde el mirador se puede observar uno de los iconos de la ciudad de Lisboa, el Puente Colgante 25 de abril en honor a la Revolución del 25 de abril de 1974 "de los claveles" que restauró la Democracia en Portugal y que atraviesa el estuario del río Tajo “Tejo”. Una construcción en acero de casi dos km. donde la parte inferior alberga las vías del tren y por la superior circulan los vehículos a motor. Los atascos que se producían en este puente fueron solventados de alguna manera por la construcción del Puente Vasco de Gama de unos 17 km. de longitud.



Nos comentaba Carolina que esta monumental estatua de 28 metros de altura es una copia del Cristo Redentor ubicado en Río de Janeiro.  Fue esculpida por Francisco Franco de Sousa quien no llegará a ver terminada su obra en vida. La estatua del Redentor está situada sobre un pórtico de 75 metros de altura, diseñado por el arquitecto Antonio Lino.

En 1934 el Cardenal de Lisboa visitó Río de Janeiro y quedó tan impresionado con la colosal estatua sobre el Corcovado que de vuelta a Portugal impulsó la idea de un monumento similar “El Santuario del Cristo Rey”. El proyecto será aprobado en 1937, año en el que comenzó la recolección de fondos. Las enormes dificultades ocasionadas por la II Guerra Mundial, retrasaron la construcción del monumento que quedará terminado el 17 de mayo de 1959.


Desde el barrio de Almada transitamos hacia la ribera del Tajo donde nos esperaba el "Restaurante Bacalhau". Allí degustamos cuatro tipos de balacao:
  1. “A Brass” -balacao desmigado con cebolla y patata paja-.
  2. “As natas” -lomitos de balacao y nata gratinada con taquitos de patatas-.
  3. “Lagareira” -bacalao a la plancha con patata cocida y cebolla por encima-.
  4. “Broa” -sellado con pan de maíz por encima-.
Los portugueses en este aspecto presumen de tener una manera diferente de preparar el bacalao de manera diferente los 365 días del año. La comida estuvo acompañada por el vino de la tierra, cerveza portuguesa “ Sagres o Superbock” y de postre, una tarta bolache, dulce casero de galletas portuguesas, mantequilla y café.

El término andalusí jamr “jamar o comer con apetito” siempre viene bien si va acompañado de un buen vino de la tierra.

Desde la ribera del Tajo se observa el Puente Vasco de Gama que fuera construido en el contexto de la Expo ´98 como emblema de dicha Exposición Universal. Está considerado el puente más largo de Europa con casi 17 km. de longitud, que une Lisboa con Setúbal.

La tarde la dedicamos a visitar el Barrio de Belém donde brilla con luz propia el Monasterio de los Jerónimos de Santa María de Belém fundado en 1501, diseñado en estilo manuelino por el arquitecto Juan de Castillo, por encargo del rey Manuel I de Portugal para conmemorar el afortunado regreso de la India de Vasco de Gama. 

Una característica que nos llamó la atención ha sido el pavimento realizado por los tradicionales "Calceteiros", en vías de extinción ya que no quedan más de 12 en Lisboa. Colocan piedras irregulares sobre el acerado originando una especie de marca "Portugal". En otoño e invierno puede ser peligroso al resbalar. Algunas compañeras lo comprobaron incluso en julio.


Se cuenta que Vasco de Gama y sus hombres pasaron la noche anterior rezando antes de partir a la India en dicho enclave que fuera la Erida do Restelo, en la playa del mismo nombre. Dicho edificio se financió gracias al 5% de los impuestos obtenidos de las especias orientales, a excepción de los de la pimienta, la canela y el clavo, cuyas retas iban destinadas a la Corona.

Desde el Monasterio de los Jerónimos de Santa María de Belém, nuestra retina capta la Torre de Belém y el Monumento al Descubrimiento en el estuario donde el río Tajo regala sus aguas al Océano Atlántico. 


Antes de llegar a la Torre de Belén nos sorprende una réplica del hidroavión “Fairey” que conmemora el histórico vuelo de la Primera Travesía del Atlántico Sur, entre Lisboa y Río de Janeiro -entre el 30 de marzo y 17 de junio de 1922-. Este vuelo fue organizado para celebrar la independencia de Brasil el 30 de marzo de 1922.

La Primera Travesía del Atlántico Sur que unió Lisboa y Río de Janeiro fue realizada por los aviadores portugueses “Carlos Viegas Gago Coutinho y Artur de Sacadura Freire Cabral. 

La travesía se iniciará en el rio Tajo “Tejo” frente a la Torre de Belém, sobre las 4,30 p.m. del 30 de marzo de 1922 “79 días con 8.383 km”, en un avión monomotor Fairey IIID Mk II especialmente diseñado para este viaje, equipado con un motor Rolls-Royce y bautizado con el nombre de Lusitania. Sacadura Cabral actuaba de piloto y Gago Coutinho de navegante, éste último había creado un sextante al que había adaptado un horizonte artificial. Aunque el vuelo se convirtió en una auténtica odisea, este invento revolucionó la navegación aérea de la época.

El vuelo de Sacadura Cabral y Gago Coutinho, a través del Atlántico Sur, demostró que con la ayuda de un sextante de precisión la navegación aérea puede llevarse a cabo con seguridad, aunque también probó que los hidroaviones de 1922 no eran lo suficientemente fiables para emprender tan magnas aventuras. 

En 1927, Lindbergh, cruzó el Atlántico Norte, de Nueva York a París, en un vuelo excepcional, equipado con brújulas, cronómetros y derivómetros, pero sin hacer uso de la navegación astronómica. Su vuelo fue aclamado y se considera uno de los más grandes de la historia de la aviación, pero pudo completarlo gracias a la suerte. Lindbergh llegó a Europa, pero decenas de pilotos desaparecieron cuando intentaron cruzar los océanos, antes de que la navegación astronómica inventada por Coutinho se convirtiese en el estándar de los navegantes aéreos de los años 1930.



La Torre de Belém constituye uno de los ejemplos más representativos de la arquitectura manuelina caracterizada por la mezcla de motivos arquitectónicos y decorativos del Gótico tardío y del Renacimiento. Es obra de Francisco de Arruda y Diogo de Boitaca en 1516-1542, bajo el reinado de Manuel I de Portugal.

Cuando dejó de servir como defensa del estuario del río Tajo, se utilizó como prisión, como faro y como centro de recaudación de impuestos. Es uno de los monumentos más representativos de Lisboa siendo declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1983.

La Torre de Belém esculpida en piedra formaba parte del sistema defensivo junto con el baluarte de Cascais, el fuerte de San Sebastián en Caparica.

El “Padráo dos Descubrimientos” en la margen izquierda del río Tajo “Tejo”, conmemora el V Centenario de la muerte de Enrique el Navegante, que aunque apoyó la navegación, nunca navegó. En esta obra de 52 metros de altura están representados todos los que participaron en la “Era de los Descubrimientos”. Esta obra ha sido realizada por el arquitecto José Ángello Cottinelli Telmo (1897-1948) y el escultor Leopoldo de Almeida (1898-1975). 

El monumento tiene forma de una proa de barco donde destaca al frente Enrique el Navegante con una carabela en sus manos. Acompañando a Enrique el Navegante se pueden observar 33 personas entre navegantes, cartógrafos, reyes, frailes y misioneros, matemáticos o pintores, destacando nombres tan ilustres como el poeta Luis de Camoens, Vasco de Gama, Pedro Álvarez Cabral “descubridor del Brasil”, Fernando de Magallanes, Bartolomé Díaz “descubridor del Cabo de Buena Esperanza”...

Al norte del monumento se encuentra situada en el suelo una “Rosa de los Vientos” de 50 metros de diámetros, que fuera regalo de Sudáfrica en 1960.


Se muestra las rutas de los descubridores en los siglos XV y XVI. Los descubrimientos portugueses mostrados allí, son los siguientes (agrupados por orden cronológico): 

1427 Azores, 1434 Cabo Bojador, 1444 Cabo Verde, 1460 Guinea, 1471 Mina, 1475 Santo Tomé y Príncipe, 1483 Congo, 1483 Angola, 1488 Cabo de Buena Esperanza, 1497 Natal, 1498 Quelimane, 1498 Calicut (India), 1500 Madagascar, 1500 Terranova, 1500 Porto Seguro (Brasil), 1502 Cananea, 1505 Ceilán, 1507 Ormuz, 1509 Damao, 1509 Malaca, 1511 Pegu, 1512 Molucas, 1512 Timor, 1514 Río de la Plata, 1514 Río Perla (China), 1516 Río Ganges y 1525 Palau.

Concluye nuestra primera e intensa jornada en el Hotel Tryp Lisboa Caparica esperando nuestra próxima visita a Sintra, al día siguiente, donde nos espera el “Castillo dos Mouros”, una verdadera atalaya en el al-Gharb andalusí que controlaba la costa atlántica y los territorios del norte como puesto avanzado en la antigua al-Lixbûnâ "Lisboa".

Según la mitología, los griegos conocían Lisboa como Olissipo, nombre que pensaban que derivaba de Ulises, que para los griegos era Odiseo, debido a que esta fue la ciudad que, según la mitología, fue fundada por Ulises en la península ibérica tras huir de Troya. 


II
“Ay, María la portuguesa, desde Ayamonte hasta Faro, se oye este fado por las tabernas”… “Que la canta María, al querer de un andaluz. María es la alegría, y es la agonía que tiene el sur”…

Carlos Cano

La mañana del 4 de julio comenzaba nuestra visita al centro de Lisboa. Nuestro bus entró por la plaza del Marqués de Pombal, que preside el centro de la Lisboa moderna, donde se le erige un enorme monumento al que fuera gobernador de Lisboa entre 1750 y 1777, junto con un león, el símbolo clásico del poder. Por tal motivo, en ese punto se encuentran ubicadas las sedes corporativas de las empresas más importantes, grandes bancos y hoteles.

Desde esa importante zona comercial transitamos hacia la Baixa Pombalina, al ser el marqués de Pombal quien reconstruyera la zona más representativa de la Lisboa moderna tras el terremoto-maremoto que asoló Lisboa en el siglo XVIII.

Desde la Baixa pombalina se comienzan a observar los tradicionales tranvías de color amarillo que transitan desde el centro comercial al barrio de la Alfama “al-hamma” de clara influencia andalusí.

Al igual que el flamenco "fellah mengu" lo ubicaba históricamengte Blas Infante en tiempo de los moriscos, también la literatura popular lo remonta a tiempos de los andalusíes, cuando vivían en la colina del castillo de San Jorge de Lisboa argumentando que el fado tiene parecido con la música popular del norte de África en sus prolongados quejidos y en el tratamiento de lo cotidiano. 

Otros sin embargo, ubican el fado en el siglo XIX cuando el alma del pueblo estuvo dominado por la melancolía de los que partían en los barcos y de los que esperaban su regreso y el eco del fado se escuchaba en las viejas tabernas de la Alfama.




Para entender de alguna manera el sentimiento de la ciudad nos dirigimos al barrio de la Alfama, donde el fado tanto alegre como melancólico, está cargado de nostalgia. Una música tradicional portuguesa que expresa momentos amargos de la vida y que producen cierta melancolía. 

Nuestra cicerón Carolina nos manifestó en el barrio de la Alfama que aunque en nuestra retina del recuerdo la tuviéramos impregnada por el famoso fado “María la Portuguesa” de nuestro inolvidable Carlos Cano, quien ha sido verdaderamente una diva del fado en Portugal fue Amália da Piedade Rebordão Rodrigues, más conocida como Amália Rodrigues (1920-1999).



Se aprecia en Oporto la influencia británica al observar las típicas cabinas de teléfono y los buzones de correos de color rojo. También es típico los tendederos de ropa en las fachadas de las casas del barrio de Alfama que simboliza que alguien está esperando al marinero en su hogar.

La verdadera historia de "María la portuguesa"

El periodista David López Frías estuvo detrás de esta historia. Ni se llamaba María, ni era portuguesa. David descubre la identidad de la mujer que inspiró la mítica canción de Carlos Cano en su 30 aniversario. “María la portuguesa” se llamaba en realidad Aurora Murta Gonzaga y nació en Ayamonte (Huelva) el 23 de agosto de 1923. Aún hoy, Aurora es un símbolo en ese municipio. Fue una mujer adelantada a su tiempo. Entre sus conquistas se contaban jueces, capitanes de barco, políticos o toreros. 

Curiosamente, el nombre con el que fue bautizada al nacer sí que fue María, María de los Ángeles, “la portuguesa” le vino porque su padre era portugués. Bella, escultural, exiliada y luchadora, su fuerte personalidad, su sentido del humor, su carisma desbordante, su humanidad y su apasionamiento por los hombres la situaron en la primera fila de la popularidad en tiempos tan difíciles como los que le tocaron vivir.



En lo alto de una colina y en la zona de más difícil acceso se encuentra el Castillo de San Jorge, una sólida fortificación de la época islámica, construida a mediados del siglo XI cuya función era albergar la guarnición militar.

Al bajar desde el castillo de San Jorge a la altura de la Catedral de Lisboa “Santa Maria Maior de Lisboa o Sé de Lisboa” nos sorprenden los tranvías tradicionales de madera y de color amarillo, eléctricos y de manejo manual.

La Catedral de Lisboa es la iglesia más antigua de la ciudad. Su inicio comienza en el año de la toma de Lisboa en 1147 por orden de D. Afonso Enriques hasta el siglo XIII teniendo diversos estilos arquitectónicos “románico y progótico” y habiendo sobrevivido a varios terremotos.

Después de una intensa mañana cultural, dejamos Lisboa por el mismo sitio que entramos dejando atrás la Plaza del Marques de Pombal y el Acueducto de Aguas Libres de 19 km. en su camino principal y que en tiempos pretéritos suinistrara el agua desde Sintra a Lisboa.


III

Al Gharb incluía cinco importantes territorios: Coímbra, el Estuario del Tajo, el Alto Alentejo, el Baixo Alentejo y el Algarve además de Extremadura y las coras de HUelva y Niebla, destacando ciudades como Lisboa “al-Lixbuna”, Santarém, Silves, Mértola, Faro, Mérida y Badajoz.


El Castillo de Sintra o "Castelo dos Mouros" se encuentra en la cima sobre un macizo rocoso, en la villa de Sintra. Desde sus sólidas murallas se disfruta de una bella panorámica que estimula la retina de cualquier viajero al ser visible desde Lisboa hasta el Océano Atlántico.

Nos dice la toponímia del lugar que su etimología proviene de un templo erigido en el 308 a.C. dedicado a la Luna y que los celtas denominaran “Cynthia” arabizado posteriormente a partir del siglo VIII por los andalusíes bajo el nombre de “as-Shantara”. 

Entre el siglo VIII y IX tiene su origen la fortificación geoestratégica con la única finalidad de controlar las vías terrestres que unían Sintra con Cascais y la antigua Lixbuna “Lisboa”.

Sintra formó parte del Reino de Taifa de Badajoz. Ante la amenaza de las tropas de Yusuf ibn Tasufin, el gobernante de la taifa de Badajoz, entregará en alianza Sintra, Santarém y Lisboa en 1093, al rey Alfonso VI de León y Castilla que le fue imposible de mantener al tener que defender sus propios territorios. El destino de Sintra junto con Lisboa pasará al dominio almorávide a partir de 1094 aunque será conquistada por las tropas de Alfonso VI, volviendo a manos musulmanas en 1095, hasta caer definitivamente bajo las tropas de Alfonso Henriques en 1147 otorgando un fuero a Sintra para su repoblación y defensa. 

Un Isocarro nos acercó a la cima de la montaña para visitar el Castillo de los Moros, una verdadera atalaya de control de la costa atlántica y de los territorios del norte, desempeñando funciones de puesto avanzado de la antigua Lixbuna “Lisboa”.

Lo primero que nos sorprende desde el Patio de Armas es una bandera verdiblanca con grafía árabe diseñada para simbolizar el origen del castillo. Se encuentra ubicada sobre la Puerta de la Traición, una pequeña puerta de acceso al exterior, en caso de fuga, así como permitir el acceso del enemigo desde el exterior. De ahí su nombre.

Desde la Puerta de la Traición , a través de los adarves, nos dirigimos a visitar la alcazaba con sus diversas torres. Destacan los silos o estructuras excavadas en las rocas para almacenamiento de cereales y leguminosas. Esta técnica de conservación de los alimentos está descrito en varios y tratados árabes de agricultura. Las cisternas de agua potable se construían sobre los bloques de granito. No existe constancia de que algua vez se secara el agua e esta fortaleza. 

Un segundo cinturón de murallas incrementaba la zona fortificada para proteger los arrabales “al-rabbad o barrio” y a la población que se había instalado en la vertiente. 

Una vista panorámica sobre Sintra nos ofrece unas vistas privilegiadas sobre la costa atlántica, las vegas y la sierra de Sintra, donde el Castillo de los Moros ocupa una posición estratégica en la defensa del territorio local y de los accesos marítimos a la ciudad de Lisboa. 

Desde la cumbre se observa el Palacio de la Pena, el Cabo da Roca, el Palacio de Moserrate, Palacio de Soteais, el Palacio Nacional de Sintra, Finca de la Regaleira…


IV

Al llegar a Oporto nuestra retina capta al instante la enorme obra de ingeniería del Puente Luis I “Ponte Luiz I” que fuera proyectado por el ingeniero Teófilo Seyrig, Su característica más destacable será el hecho de tener dos pasos horizontales: uno superior por el que cruza el Metro de Oporto en doble sentido, y el inferior por donde circula al tráfico rodado.

Llegamos al centro histórico de Oporto donde brilla con luz propia la Catedral. Junto a ésta, emerge una enorme estatua de Vimara Perez creada por el escultor Salvador Barata Feyo en 1968. Este personaje histórico fue caudillo del reino de Asturias en la segunda mitad del siglo IX en el noroeste de la península ibérica y fue el primer gobernador del Condado Portucalense. 


Vimara Pérez fue el responsable de expulsar a los vikingos cuando invadieron Galicia en 858 ejerciendo su influencia en las tierras del sur del Miño, extendiendo el reino de Asturias hasta el Valle del Duero, reconquistando y repoblando la ciudad de Oporto (Portu Cale). También fue el fundador de un pequeño burgo en las proximidades de Braga “Vimaranis (derivado de su propio nombre), convirtiéndose con el paso del tiempo en el término Gimaráes “la cuna de Portugal”.

El inicio de la construcción de la Catedral de Oporto data de la primera mitad del siglo XII, prolongándose hasta principios del siglo XIII. Es de estilo románico, sufriendo muchas modificaciones a lo largo de los siglos. De la época románica datan el carácter general de la fachada con las torres y el bello rosetón, además del cuerpo de la iglesia de tres naves cubierto con bóveda de cañón. La bóveda de la nave central está sostenida por arbotantes, siendo la Catedral de Oporto uno de los primeros edificios portugueses en que se utilizó ese elemento arquitectónico. 

La parte exterior de la plaza está presidida por una enorme columna salomónica con una cruz de piedra (pelourinho) que era el lugar donde se exponían los reos para escarnio público, aunque ésta es una réplica de la original, de 1940.

Llegamos a la antigua cárcel de Oporto fechada en 1796 realizada por el arquitecto Eugénio dos Santos. En la actualidad se encuentra el Museo de Fotografía de Oporto. Muy cerca se encuentra la “Torre de los Clérigos”, uno de los principales iconos de Oporto en el casco antiguo de la ciudad. La torre está realizada en granito y tiene una altura de 75 metros con 240 peldaños.


Cercana a la Torre de los Clérigos se encuentra en el número 144 la Rúa de las Carmelitas la mítica Librería Tello e Irmão, considerada entre las librerías más bellas del mundo. Esta librería denominada "de Harry Potter" en Oporto se ha hecho famosa porque la autora de la serie de novelas J.K. Rowlin, Joanne Rowling creadora de la aclamada serie de libros Harry Potter, vivió una temporada en Oporto como profesora de inglés. 


Foto. Carolina

Foto. Carolina

La historia de esta librería comienza en 1869, cuando se llamaba “Ernesto Chardron”, como su dueño y fundador. Al morir cambió de manos y nombre, ya que fue rebautizada “Lugan & Genelioux Sucessores”. Posteriormente, en 1881 la compró José Pinto Sousa Lello junto a su hermano (Irmão quiere decir hermano en portugués). La obra del arquitecto Esteves la transformó y la convirtió en el lugar preferido de literarios y personajes de la cultura local de principios del siglo pasado.

Si bien Lello e Irmão no ha aparecido en las películas de Harry Potter, se sabe que su escritora, J.K. Rowling la usó de inspiración para sus libros. Y es que Rowling pasó una temporada dando clases de inglés en la ciudad y quedó impresionada con esta librería.

En la Plaza de la Libertad, la más importante de Oporto que comunica el antiguo Oporto con el moderno -a escasa distancia de la Torre de los Clérigos y la Estación de San Bento-, destaca la estatua ecuestre del rey Pedro IV, realizada en bronce en 1862, donde el monarca muestra la Carta Constitucional al pueblo.

En Oporto resaltan edificios públicos y religiosos donde destacan sus fachadas con bella azulejería -cuyo término proviene del árabe azzuláyg- de color azul. Una visita obligada será a la “Estação Ferroviária de Porto-São Bento”, especialmente conocida por sus paneles de azulejos.

Un edificio de influencia francesa y considerado una de las más importantes obras artísticas de comienzos del siglo xx, obra del arquitecto José Marques da Silva. Su atrio está revestido con 20.000 azulejos que narran episodios históricos (551 metros cuadrados) con representaciones históricas del Norte del País del pintor Jorge Colaçao instalados entre 1905 y 1906.

En la parte alta de la ciudad se ubicaba la nobleza y el clero mientras que en la parte cercana al río estaba ocupada por los comerciantes y artesanos con sus diferentes gremios. 


No cabe duda de que la Estación de Tren de São Bento pueda ser considerada una de las más bellas estaciones de tren del mundo. 

Desde la Estación de San Bento nos dirigimos hacia el río Duero "Douro" para observar el impresionante puente de hierro de Luís I. En su ribera nos encontramos una tuna universitaria cuyas composiciones hacían las delicias de los transeúntes. 

En la margen del río se pueden observar unos barcos denominados “rabelos”, embarcación portuguesa construida al estilo nórdico que posee un mástil y un timón de grandes porporciones, tablones superpuestos -a diferencia del estilo mediterráneo-, típica del río Duero que tradicionalmente transportaba las barricas de vino desde el Alto Duero donde se encontraban las viñas hasta Oporto, donde se almacenaba, para ser posteriormente comercializado. 

Cuando era necesario, los barcos eran remolcados desde los caminos de sirga “cuerdas” por un equipo de tiradores o yuntas de bueyes que pudieran arrastrar el barco durante los vientos desfavorables hasta la ribera del río. Actualmente, la función de las sirgas es realizada por los remolcadores.

La diferencia fundamental del vino de Oporto con el resto de los vinos, es el aguardiente que le añaden para interrumpir la fermentación. De esta forma se conserva la dulzura original de las uvas conservando un alto nivel de alcohol.

La idea de añadirle aguardiente al vino surge en el siglo XVII, cuando los comerciantes ingleses se interesan por comprar vinos portugueses; estos vinos no soportaban los largos viajes en los barcos en los que los transportaban, así que empezaron a fortalecerlo con aguardiente para evitar su deterioro.


De nuevo la intensa jornada cultural y gastronómica llega a su epílogo. Nos espera el hotel para recuperar fuerzas y proseguir una nueva ruta al día siguiente. Nos espera aún la antigua ciudad de Guimaráes con su antiguo castillo, Braga con el “Bom Jesús do Monte” y Aveiro donde nos espera “La Venecia del Norte” con sus réplicas de barcos vikingos denominados “moliceiros” en cuyos canales se adentran en la ciudad de Aveiro, pero eso formará parte de otra interesante historia, que compartiré con los amigos en el blog de mis culpas…

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