jueves, 31 de agosto de 2017

La "lengua aljamiada", epílogo del legado morisco.



Durante siglos, el pensamiento y la ciencia en Al-Andalus no solo estuvieron a la cabeza de Europa sino que fueron la vía de transmisión del conocimiento y las ideas más lúcidas de la antigüedad clásica. Merece la pena ahondar en esta fuente, de agua clara y sabia, de nuestra identidad como Pueblo. Además, beber de ella puede ser un buen antídoto para la islamofobia.

Isidoro Moreno (antropólogo).


Breve introducción

Decía Blas Infante que el término "flamenco" proviene de la expresión hispanoárabe "fellah mengu", que significa campesino sin tierra. Es cierto que muchos moriscos ante el peligro de la Diáspora pudieron integrarse en las comunidades gitanas, con las que compartían su carácter de minoría étnica al margen de la cultura dominante. 


Existe un instrumento musical de cuerda que se denomina “guitarra morisca”, lo que significa que debe de tener una antigüedad de muchos siglos. El único instrumento que podrían llevar consigo los moriscos era su guitarra, errante como ellos. Dicen algunos estudiosos que la guitarra morisca, con tres pares de cuerdas puede ser considerada un precedente directo de la guitarra española. Con esto, no se quiere dar a entender que el flamenco tenga un origen morisco pero si es posible que las comunidades gitano-moriscas contribuyeran a formar parte del primer embrión del flamenco, aunque estudiosos doctores tiene el flamenco en este inmenso mar de arte cuyos afluentes son demasiados caudalosos y profundos.


Blas Infante pudo suponer que en ese caldo de cultivo pudo surgir la génesis el cante flamenco, como manifestación del dolor que ese pueblo sentía por la aniquilación de su cultura actuando el territorio de Andalucía como verdadero catalizador de aquella esencia morisca cuyos efluvios y reminiscencias perduran hasta nuestros días.

Dicen los entendidos que si algún palo del flamenco pudiera proyectarse sobre la población morisca, éste sería sin duda “la seguiriya”, porque expresa la tragedia y el dolor lacerante de un pueblo al que se les arrebató por la fuerza sus señas de identidad: la lengua aljamiada, la memoria y el conocimiento.


Al igual que el flamenco "fellah mengu" lo ubicaba históricamente Blas Infante en tiempo de los moriscos, también la literatura popular remonta el fado a tiempos de los andalusíes, cuando vivía la población musulmana en la colina del castillo de San Jorge de Lisboa argumentando que el fado tiene parecido con la música popular del norte de África en sus prolongados quejidos y en el tratamiento de lo cotidiano. Otros sin embargo, ubican el fado en el siglo XIX cuando el alma del pueblo estuvo dominado por la melancolía de los que partían en los barcos y de los que esperaban su regreso cuando el eco del fado se escuchaba en las viejas tabernas en el antiguo barrio de la Alfama.

...En Al Ándalus la convivencia entre mozárabes, musulmanes y judíos dará con el tiempo una simbiosis lingüística que potenciará el uso de la grafía aljamiada, donde los descendientes de los andalusíes arabizarán palabras de origen latino. 


Aunque el árabe era la lengua oficial de Al Ándalus, será la grafía aljamiada o español islámico, la lengua más utilizada en la última parte de la denominada "Reconquista" y en Las Alpujarras hasta el año de su expulsión en 1609. En los pueblos de las Alpujarras, la población morisca seguirá hablando aljamiado como lengua viva.  

Cuando se decreta la expulsión de los moriscos la grafía aljamiada irá desapareciendo progresivamente en favor del castellano. Muchos moriscos serán conscientes de que para hablar su propia lengua, “la algarabía” o grafía aljamiada se tendría que realizar de forma clandestina. La grafía árabe poseía para la población morisca una especie de carácter sagrado como manifestación externa a la comunidad islámica “umma”. El morisco se aferra a cualquier elemento que le diferencie del cristiano viejo como contrapeso a la doctrina cristiana.

La lengua aljamiada-morisca se hallaba profundamente arabizada, a la que se añaden palabras romances aljamiadas. Con el paso de los años la población morisca seguirá entendiendo la lengua aljamiada. La expulsión a partir de 1609 será el trágico epílogo hacia un legado cultural.

La literatura clandestina morisca ha sido transcrita de la literatura musulmana y escrita en castellano con ayuda de caracteres árabes.

El hallazgo de libros moriscos más cuantioso sucedió en Almonacid de la Sierra (Zaragoza) en 1884: en el derribo de una casa antigua se descubrió que entre el suelo de la obra y un falso suelo de madera de una habitación había más de ochenta volúmenes, completamente nuevos e intactos después de trescientos años y todos ellos con sus telas de lino y sus piedras de sal, para evitar dentro de lo posible la humedad.

Para el morisco, perder su lengua equivalía a perder sus señas de identidad transmitida desde tiempos muy pretéritos. La grafía “aljamiada” era un rasgo destacable de la población morisca autóctona que identificaba étnicamente a todo un pueblo oprimido por el nuevo Estado intolerante que basaba sus objetivos en la pérdida de identidad “del otro”, conversiones forzadas, limpieza de sangre de los “cristianos viejos” frente a los “cristianos nuevos de moros” y en último lugar, la expulsión definitiva como resultado del fundamentalismo cristiano.


La política cristiana se va haciendo cada vez más intolerante para la población morisca, consciente en todo momento de que su propia identidad estaba amenazada. Daba igual la grafía que escogiera este pueblo porque de una manera u otra quedarán estigmatizados. Si el nombre era cristiano, quedaban estigmatizados por su pueblo y si iba acompañada de un nombre cristiano también.

La grafía árabe se origina a partir del alfabeto fenicio. Al igual que el hebreo se escribe de derecha a izquierda. La escritura es siempre cursiva y no existen letras mayúsculas.

Se denomina “alifato”, una serie de consonantes árabes ordenadas tradicionalmente.

Aunque la Inquisición disponía de expertos en grafía árabe, las nuevas autoridades cristianas desconocedoras de dicha grafía, entendían que dicha lengua tan sólo podía traer inconvenientes al nuevo Estado. El nuevo proyecto histórico de los Reyes Católicos estaba encaminado a forjar una España refractaria e intolerante como idea de Castilla amparada y consolidada por la Iglesia Católica cuya cruzada tenía como epílogo la expulsión de los judíos en 1492 y la expulsión de la población morisca a partir de 1609.

Era una norma obligada añadir un nombre cristiano a un apellido morisco. La pérdida de los nombres árabes era particularmente importante pues suponía la desaparición de los linajes y genealogías en las antiguas tribus árabes y con ello, la desintegración de una estructura social. 

La pérdida de la guerra en favor de las tropas cristianas dio lugar al epílogo de “lo morisco” como entidad social y cultural arraigada en un hábitat concreto durante siglos. Sólo quedaban grupos residuales. Era necesario para el nuevo Estado erradicar lo más importante que poseían los vencidos: "La Memoria" y el conocimiento.

La cultura cristiana y morisca chocarán en todas sus manifestaciones al ser dos estilos de vida diametralmente opuestos. La fatwa (opinión legal) como conjunto de reglas proporcionaba a los moriscos las máximas facilidades para conservar su fe. La "taqiyya" era una doctrina del criptoislamismo morisco que permitía al creyente morisco fingir que acepta la fe de la mayoría cuando se encuentra aislado en un medio hostil. Si se veían obligados a beber vino, comer cerdo o realizar usura lo realizaban en contra de su voluntad pero pidiendo perdón a su Dios.

La población morisca conocía todas y cada una de las plantas medicinales del territorio donde habitaban cuyos principios activos se usaban para mejorar algunas dolencias respiratorias, digestivas, urinarias, piel, etcétera. Muchas plantas han sido retenidas por la literatura popular con sus antiguos nombres comunes como la hierbabuena morisca, el tomillo morisco, el incienso morisco…

El término “morisco” también se aplica a múltiples términos. Como ejemplo cabe citar, la oliva morisca, la moneda (la dobla morisca), el gorrión morisco, el gato morisco, la cabra morisca o la teja morisca entre otros. El desconocimiento de su cultura por las nuevas autoridades llegó a ser de tal envergadura que incluso las mujeres moriscas llegarían a ser acusadas de ejercer la magia “invocando al diablo”. 

Alejarse de la ortodoxia islámica demuestra que la cultura morisca estuvo siempre expuesta a la represión. Los moriscos iban perdiendo los elementos más visibles de su identidad reteniendo los más íntimos, aquellos que los ejercitaban en el interior de sus viviendas, como las oraciones y abluciones. La supervivencia cultural morisca estaba basada en la familia, en torno al hombre más anciano. Las familias viven en torno a sus costumbres ancestrales. Los moriscos en Las Alpujarras eran profundos conocedores del uso medicinal de las plantas. 

La población morisca como grupo étnico se caracterizaba por su lealtad al grupo. Por lo tanto, cambiar su identidad significaba perder sus tradiciones y costumbres. Cambiar de vestimenta significaba romper los lazos de su identidad autóctona, para después bautizarse por la fuerza. Su atuendo constituye en esta época uno de los principales elementos de identificación étnica.

Hasta hace poco tiempo se veía a las mujeres de Mojácar (Almeria) llevando la almalafa -vestido moro que cubría desde los hombros hasta los pies o la cobijada de Vejer como costumbre derivada del Islam de cubrirse la mujer el rostro, pudiéndose considerar efluvios y reminiscencias de tiempos moriscos.


En 1566 Felipe II criminalizó el uso de la lengua árabe, prohibiéndola, dando tres años de plazo a los moriscos para aprender el castellano aunque no era extraño el bilingüismo entre mudéjares y moriscos. La represión posterior a la Rebelión de las Alpujarras tendrá como consecuencia la desaparición de la grafía aljamiada en esos territorios.

Muchas iglesias serán construidas sobre antiguas mezquitas que estaban orientadas en dirección noreste-sureste hacia La Meca. Los antiguos alminares también serían cristianizados añadiéndoles el correspondiente cuerpo de campanas. 

Los moriscos desempeñaban trabajos humildes siendo grandes alarifes o albañiles y hortelanos, perfectos conocedores de la cultura del agua. Fabricaban bellos azulejos, techumbres con espléndidos artesonados y magníficas yeserías que han formado parte del arte mudéjar.

Pero los moriscos españoles tuvieron el mismo destino fatal que sus predecesores que un siglo antes que prefirieron el éxodo a la apostasía. 

Como consecuencia del decreto real, decenas de miles de moriscos, descendientes de la población musulmana serán obligados a emprender su propia diáspora que también fue cultural con el quebranto moral, económico y social. De nuevo, la intolerancia atrasó el reloj de nuestra historia. 

La expulsión de los judíos en 1492 y posteriormente la deportación de los moriscos a partir de 1609 ha sido considerado por la historia como una “limpieza étnica”. Semejante falta de altura de miras que tuvo consecuencias lamentables para la economía española de la época al quedar pueblos enteros y campos desiertos, la economía se resintió, la burguesía se arruina y los bancos quiebran en 1613. 

En la evolución de las relaciones cristiano-moriscas es latente la hostilidad entre ambas comunidades. La Iglesia cristiana desde su hegemonía religiosa pretendía que los moriscos olvidaran sus costumbres reprimiendo cualquier indicio de simpatía islámica.

Los cristianos aprendieron numerosas técnicas de albañilería y agricultura de huerta desarrollada por los moriscos. La zambra vuelve a reaparecer en el siglo XX tras varios siglos de ausencia.

El integrismo, la intolerancia y la escasa altura de miras llegarían a tal extremo que incluso los baños árabes "al-hamman" fueron clausurados por Felipe II al considerarse lugares pecaminosos. Los cristianos consideraban la costumbre de bañarse perniciosa así como el hábito de teñirse el pelo o bailar la zambra. 

El morisco utilizaba el agua como símbolo de pureza “baños, letrinas y abluciones” mientras que para en el cristiano el aseo brillaba por su ausencia. 

En Andalucía casi todo el mundo sabía leer y escribir, mientras que en la Europa cristiana, a excepción del clero, nadie sabía. 


Toda esta sinrazón trajo como consecuencia la Rebelión de las Alpujarras entre 1568 y 1571 al mando de Fernando de Válor y Córdoba -Muhammad ibn Umayya- durante el reinado de Felipe II. La mentalidad e intolerancia de una religión cristiana que desde su hegemonía religiosa utiliza la represión como fracaso de su empresa evangelizadora, lo que produjo un auténtico genocidio y etnocidio al expulsar a los moriscos españoles que tenían una identidad cultural propia en su país autóctono.


La evangelización pacífica es reemplazada por la opción represiva. La Inquisición confiscaba los bienes de los moriscos llevándolos a la indigencia.

El fundamento del edicto obligaba a los moriscos a dejar su modo de vida y costumbres islámicas para convertirse por la fuerza al catolicismo que consideraba a los moriscos como una especie de contracultura dentro de la nueva unidad religiosa.


Una proposición para que los moriscos no puedan ser médicos:


El documento siguiente, pertenece a las Actas de las Cortes de Castilla con fecha 13 de septiembre de 1607 es significativo, no sólo por manifestar temor ante los moriscos -atentando contra los cristianos viejos de toda manera posible- sino porque deja ver, además, el sentimiento de honra y el prurito de limpieza de sangre aplicado a las actividades profesionales: hay oficios de cristianos viejos, y, por tanto, honrosos, y otros propios de cristianos nuevos (judíos o moriscos), que no son compatibles con la honra. Por tanto, si a los moriscos se les permite ejercer la medicina, ésta acabará siendo un oficio de moriscos que ningún cristiano viejo querrá ejercer. 


Como queda reflejado, las rencillas entre médicos cristianos y moriscos llevará a la Inquisición a intervenir.

Si a los moriscos se les permite ejercer la medicina, ésta acabará siendo un oficio de moriscos que ningún cristiano viejo querrá ejercer. 

Las leyes prohibían a los moriscos tener honrosos oficios. Los cristianos viejos no querrán que sus hijos sean médicos ni boticarios si los moriscos ejercen ya que podrían matar en secreto.

No obstante, Felipe III será sanado de sus dolencias por un médico morisco “Pachet”. Sin embargo será éste mismo rey quien decidió expulsar a la población morisca.

Para el licenciado Torrijos, sacerdote de origen morisco, si se impedían los matrimonios entre cristianos nuevos, éstos quedarían solteros y sin descendencia. Pedro Ponce de León sin embargo aconseja enviar a galeras a los hombres entre 18 y 40 años para evitar descendencia. El obispo de Segorbe, Martín de Salvatierra o el sevillano Alonso Gutiérrez, postula por la castración, lo que apenas fue atendida por las autoridades, partidarias de la expulsión como sistema a caballo entre el genocidio y el repudio.

El ayuno, las abluciones, la oración -rezar los viernes en la mezquita-, la limosna y la peregrinación a La Meca eran costumbres dentro de la religión morisca. La población morisca era enterrada bajo tierra virgen y rodeada de paños blancos y recostado sobre el lado derecho en el Almocábar o cementerio musulmán en dirección a la Meca (NE-SE.)

La cultura morisca sobrevive en parte gracias a los alfaquíes, doctores o sabios de la ley, encargados de repartir limosnas y a quienes las autoridades católicas se apresuran a conducirlos a la Inquisición. Cuando los moriscos no podían recibir las enseñanzas del alfaquí, acogían en su casa a un huésped que les instruyera comentando el "Alcorán", libro sagrado del Islam. Al carecer del clero, en el Islam cada creyente debía de propagar su fe. La transmisión de esta herencia cultural se produce gracias a una fuerte solidaridad existente entre los moriscos. 

Pero el factor más importante en la supervivencia cultural es la familia agrupada en torno al hombre más anciano, a quien encomiendan la jefatura de la misma. El clan proporciona a la familia una coherencia que el matrimonio afianza, vínculo solidario que llega a ser consanguíneo a medida que aumentan las bodas entre primos de un linaje. Los moriscos contraían matrimonio según el rito musulmán, en secreto. 

Mientras la luz de una espléndida civilización declina lentamente en la Península Ibérica, el asentamiento de la población morisca en Berbería contribuyó a su renacimiento cultural ejerciendo una importante influencia en el norte de África. Este hecho histórico contribuyó a que el Norte de África pasara en poco tiempo de la Edad Media a la Edad Contemporánea.


viernes, 4 de agosto de 2017

Rocafort, refugio de Antonio Machado (diciembre de 1936- abril de 1938)



«Yo no me hubiera marchado; estoy viejo y enfermo. Pero quería luchar al lado vuestro. Quería terminar una vida que he llevado dignamente, muriendo con dignidad. Y esto sólo podría conseguirlo cayendo a vuestro lado, luchando por la causa justa como vosotros lo hacéis».

Almuerzo de despedida que recibió Antonio Machado, junto con otros intelectuales de la época, el 24 de noviembre de 1936 en la casa del 5° Regimiento de Madrid.


La previsible derrota republicana le obliga a Antonio Machado a marcharse desde Madrid a Rocafort. El día 24 de noviembre de 1936 tiene lugar la evacuación de intelectuales a Valencia, dispuesta por el gobierno republicano que llega a Valencia el día 26. Pocos días después se traslada Antonio con su madre y su hermano José a Villa Amparo, cerca del pueblo de Rocafort, próximo a Valencia, donde vivieron hasta mediados de 1938, “considerada segura” por la República. Allí se traslada hasta Valencia para entregar sus crónicas y participar en algunos actos públicos a favor de los trabajadores y la República.

En las encrucijadas del camino
crueles enemigos nos acechan:
dentro de casa, la traición se esconde,
fuera de la casa la codicia espera…
Poema “Alerta”


Rocafort fue el refugio de Antonio Machado buena parte de la Guerra Civil Española. Llegó probablemente en los primeros días de diciembre de 1936 evacuado desde Madrid. Aquí residió durante 16 meses, hasta una nueva evacuación hacia Cataluña, asistiendo también impotente a la tragedia de la guerra y al desmoronamiento de la República, con la que desplegó un firme compromiso de lucha a través de la escritura. Rocafort se halla a unos 7 km al noroeste de la ciudad de Valencia y formaba parte de la Huerta junto a la Acequia Real de Moncada. En los años 30, era un pequeño pueblo agrícola con una colonia de chalets de la burguesía valenciana, donde se instalaron embajadas y algunas dependencias oficiales. 


Villa Amparo se convirtió para Antonio Machado en un oasis de vida dentro la tragedia española. Antonio Machado se vio forzado a escoger el exilio cuando estalló en España nuestra vergonzosa guerra civil que pasados muchos lustros [85 años] aún polarizan sentimientos.

Villa Amparo es un chalet construido a principios del siglo XX junto a la Acequia Real de Moncada, de corte neoclásico con un pequeño jardín. El gobierno de la República lo incautó, al igual que otros chalets y villas de veraneo de la localidad. En él vivió Antonio Machado y su familia desde diciembre de 1936 hasta abril de 1938. Aquí escribió sus numerosas colaboraciones de prensa y algunas poesías, siempre al servicio de la causa de la República.

El jardín de Villa Amparo limita con la Acequia Real de Moncada, una de las más importantes infraestructuras hidráulicas de la Huerta de valencia. Su origen se remonta, probablemente, a los siglos XI y XII, en pleno periodo andalusí. Tras la conquista cristiana del siglo XIII, Jaume I se reserva la propiedad de esta importante acequia, de ahí la denominación de Real. Pero en 1268 le cede a los propios regantes que desde entonces, la han administrado de manera autónoma.


En la puerta de Villa Amparo, la “Associació Cultural de Rocafort” colocó una placa en 1979 en honor a la memoria del inmortal poeta.

La acequia marca el límite entre el casco urbano y la Huerta. En el año 2014 se instaló una escultura en el paseo que cubre la Acequia Real de Moncada frente a Villa Amparo con el texto “El pueblo de Rocafort a Antonio Machado”.

Machado tomó el “trenet” en varias ocasiones cercano a 150 metros de Villa Amparo para ir a la ciudad de Valencia. La estación tiene unas vistas privilegiadas sobre la Huerta y, al fondo, la silueta de la ciudad de Valencia.


Durante la Guerra Civil española 1936-1939, las Torres de Serranos (siglo XIV) desempeñaron un papel clave. En el verano de 1936, ante la violencia provocada por el golpe de Estado de Franco, albergaron una posta sanitaria de urgencia. Posteriormente, funcionaron como depósito-refugio tanto de arte religioso local, como de las principales obras del Museo del Prado y otros museos madrileños, trasladadas a Valencia -como el gobierno- ante la amenaza de los bombardeos franquistas.

Cuando Valencia fue capital de la II República española (1936-1937), el Palau de los Borja (siglo XV-XVI) alojó la sede de la Presidencia del Gobierno republicano, así como del Ministerio de la Guerra. El 14 de febrero de 1937 el presidente socialista Largo Caballero arengó desde sus ventanas una importante manifestación de apoyo al gobierno democrático. Durante la dictadura (1939-1975) sirvió como residencia de Franco en sus visitas a Valencia. Actualmente es la sede de las Cortes Valencianas, el poder legislativo del pueblo valenciano. 

Antonio se vio forzado a escoger el exilio cuando estalló en España nuestra vergonzosa guerra civil que pasados muchos lustros aún polarizan sentimientos en el ADN de nuestra Memoria. El día 24 de noviembre de 1936 tiene lugar la evacuación de intelectuales a Valencia, dispuesta por el gobierno republicano que llega a Pocos días después se traslada a Villa Amparo, cerca del pueblo de Rocafort, próximo a Valencia con su madre y su hermano José, donde vivieron hasta mediados de 1938, “considerada segura” por la República. Allí se traslada hasta Valencia para entregar sus crónicas y participar en algunos actos públicos a favor de los trabajadores y la República.

A finales de 1938 el gobierno de la República ordena su traslado a Barcelona. Su salud comienza a deteriorarse. Es alojado en el Hotel Majestic.

Antonio Machado estaba aquejado de una grave enfermedad bronquial, como consecuencia de su tabaquismo. La ruta hacia el exilio junto con la separación de su amor platónico “Guiomar” hace que se agrave aún más su frágil estado de salud.

Durante la estancia en Cataluña, Antonio Machado exterioriza algo importante sobre como la lengua castellana y catalana se manifiestan en paralelo y no supone ningún enfrentamiento siempre hablado bajo los ruidos de las bombas fascistas. En aquella época ya se habla de la viabilidad del Estado español siempre bajo la pluralidad de las tradiciones y las lenguas.

Atrás queda la depuración de todos aquéllos que no se hubieran adherido al “Glorioso Movimiento Nacional”. El magisterio español estaba en el punto de mira. La Institución Libre de Enseñanza fue saqueada, defenestrada y declarada ilegal por ser "altamente perniciosa", mientras la Iglesia que no le perdonó nunca a la República la pérdida de sus privilegios amparando sin fisuras al gobierno rebelde. Como "efecto colateral" comenzará a recoger sus frutos con el monopolio de la educación. 

Las dos Españas le producen a Antonio Machado un dolor lacerante en lo más hondo de su alma. La ironía del destino hace que su hermano Manuel sirva a la causa rebelde y Antonio siempre fue fiel a la causa republicana hasta las últimas consecuencias. 

Su triste destino simboliza el epílogo de la República durante la Guerra Civil.

El 20 de enero de 1939 Antonio Machado es evacuado junto con su familia acompañada de un grupo de profesores e intelectuales bajo un terrible éxodo de 500.000 españoles republicanos que huían ante el avance de las tropas franquistas. La frontera es un éxodo ante el avance de las tropas franquistas. Antonio Machado, enfermo, tiene 64 años; su madre Ana Ruiz que le acompaña, 88. El paso de la frontera es a pie y bajo la lluvia que cae ese fatídico día, junto a una multitud de gente. Marcharon andando y en el camino se encontraron con una ambulancia que los llevo a la frontera con Francia, que cruzaron a pie. La primera noche la pasó durmiendo en un vagón de tren.

La desaparición dramática de un hombre decente estaba cerca. El día 29 de enero se trasladó hacia Collioure -una pequeña localidad francesa a orillas del Mediterráneo, pero eso formará parte de otro interesante artículo que compartiré con los amigos.

Desde Rocafort, para el blog de mis culpas...


Antonio Machado escribió en marzo de 1938 un soneto en Rocafort "A otro conde don Julián", dedicado a Franco. Don Julián,  es sinónimo de traición y felonía. El "otro conde don Julián" es Franco que no solamente se sublevó sino que permitió la invasión alemana e italiana en España. Su paralelismo es notable. Este poema fue prohibido en España.


Más tú, varona fuerte, madre santa
sientes tuya la tierra en que se muere,
en ella afincas la desnuda planta.
y a tu Señor suplicas: ¡Miserere!

¿Adónde irá el felón con su falsía?
¿En que rincón se esconderá sombrío?
Ten piedad del traidor. Paríle un día,
se engendró en el amor, es hijo mío.

Hijo tuyo es también, Dios de bondades.
Cúrale con amargas soledades.
Haz que su infamia su castigo sea.

Que trepe a un alto pino en la alta cima,
y en él ahorcado, que su crimen vea,
y el horror de su crimen le redima.



Bibliografía

Itinerario por las ciudades machadianas

"Ligero de equipaje" por Ian Gibson



Enlaces interesantes








jueves, 3 de agosto de 2017

Visita a la Baeza de Antonio Machado


La muerte del poeta Antonio Machado  fue "la desaparición dramática de un hombre decente, de un poeta cabalmente vinculado a la propia historia vivida". “Supuso el enaltecimiento de un ejemplo imborrable desde una doble perspectiva humana y política. Machado fue un espejo de los españoles íntegros y su ideario social, su filosofía de la vida, su conducta como defensor de la República, su singularidad dialéctica, perduran como un verdadero paradigma”.
Caballero Bonald

Desde Morón, tierra de la Cal, del Flamenco y de nuestra propia esperanza, en cuyo término ejercieran su influencia en tiempos pretéritos José María “El Tempranillo” y “El Pernales” sin olvidar la huella ilustres vecinos de la talla de Fernando Villalón, José Julio Vélez o Juan Antonio Carrillo Salcedo entre otros, nos dirigimos de nuevo -después de haber visitado el Palacio de las Dueñas en Sevilla, donde naciera el poeta universal don Antonio Machado-, hacia la inmortal Baeza.




Dejamos la A-4 para coger la A-32 y transitar por la C-326 que nos lleva al pueblo de Ibros que nos acerca a Baeza donde nos encontramos una rotonda con un bello monumento en honor a los jornaleros vareando la aceituna para la almazara que poco a poco nos introduce por la Puerta de Jaén donde comienza el casco histórico de la inmortal Baeza. Allí nos espera el Aula de nuestro protagonista, Antonio Machado.

Cuando se entra en el Aula de Antonio Machado se siente una profunda emoción. La retina del recuerdo me proyectó aquélla bella frase del gran cantautor Paco Ibáñez que tan magistralmente se ha inspirado en las poesías de Luís de Góngora, Gustavo Adolfo Bécquer, Federico García Lorca, Rafael Alberti, Luís Cernuda, León Felipe. Miguel Hernández, etcétera…

“Si una canción, una puesta de sol o unos versos te siguen emocionando, entonces estás vivo”.



Antonio Machado ocupó en el Instituto Santísima Trinidad una de las aulas del patio renacentista, perteneciente a la que fuera antigua Universidad, situada junto al Paraninfo. El Aula de Antonio Machado se ha convertido en un pequeño museo que alberga distinta documentación académica y administrativa del poeta-profesor durante su estancia en el Instituto, así como el mobiliario y la ambientación. 

Se podría decir sin temor a equivocarnos, que el Aula de Antonio Machado se ha convertido en un centro de peregrinación cultural de todos los que nos emociona la vida y obra del inmortal poeta y hombre comprometido.


El 1 de agosto de 1912 muere la joven Leonor, esposa de Antonio Machado. Y allí yace en el pequeño cementerio del Espino, a unos metros del olmo seco. El lacerante dolor de perder a su joven esposa acentúa quizás su visión humanística del paisaje.

Antonio Machado desesperado y sumido en una profunda tristeza y depresión abandona Soria y se traslada a Baeza (Jaén) para continuar su labor docente. A raíz de ese momento, idealiza Soria y entonces comienza a escribir los versos más bonitos y conocidos de la provincia.

Pero a su llegada a Baeza encuentra una Andalucía provinciana y aburrida, que el poeta observará con ojos muy críticos. No regresará a la ciudad del Duero hasta 1932 para recibir un sentido homenaje por parte del Ayuntamiento de la capital que le nombra hijo adoptivo. Machado lo agradece con estas palabras: “Nada me debe Soria, creo yo, y si algo me debiera sería muy poco en proporción a lo que yo le debo: el haber aprendido en ella a sentir a Castilla, que es la manera más directa de sentir a España. El hijo adoptivo de vuestra ciudad, ya hace muchos años que ha adoptado a Soria como patria ideal”.

Soria será, hasta su muerte en la localidad francesa de Colliure el 22 de febrero de 1939, una constante en su vida y obra.

Antonio Machado se refugia en sus clases de francés en la Universidad de Baeza y en los paseos baezanos fielmente reflejados en sus poemas hasta 1919, año de su marcha a Segovia. 

Desde Baeza, en 1913, en carta a Unamuno, se refiere a la muerte de Leonor como un golpe terrible del que no se ha repuesto.

“La muerte de mi mujer dejó mi espíritu desgarrado. Mi mujer era una criatura angelical segada por la muerte cruelmente. Yo tenía adoración por ella…

En 1912 escribe Antonio Machado el poema “La saeta” (Campos de Castilla). En 1969 Joan Manuel Serrat pondría magistralmente música al poema homónimo de Antonio Machado, quedando convertida en patrimonio de todos.

¿Quién me presta una escalera,
para subir al madero,
para quitarle los clavos
a Jesús el Nazareno?.

Saeta popular

¡Oh, la saeta, el cantar 
al Cristo de los gitanos, 
siempre con sangre en las manos, 
siempre por desenclavar! 
¡Cantar del pueblo andaluz, 
que todas las primaveras 
anda pidiendo escaleras 
para subir a la cruz! 
¡Cantar de la tierra mía, 
que echa flores 
al Jesús de la agonía, 
y es la fe de mis mayores! 
¡Oh, no eres tú mi cantar! 
¡No puedo cantar, ni quiero 
a ese Jesús del madero, 
sino al que anduvo en el mar!.

En 1917 se produce la Revolución rusa. Estando en Baeza se publica la primera edición de “Poesías Completas”. También en ese mismo año conoce a Federico García Lorca con quien mantuvo una gran amistad. Durante su estancia en Baeza, se lamenta amargamente de que apenas el 30% de la población supiera leer y que la ciudad estuviera poblada de mendigos y señoritos arruinados en la ruleta.

“Me trasladé a Baeza, donde hoy resido. Mis aficiones son pasear y leer”.
 (A. Machado, 1917).

Antonio Machado se matricula en la carrera de Filosofía y Letras en la Universidad Central de Madrid. A partir de 1915 acude para examinarse como alumno libre obteniendo su licenciatura de Filosofía y Letras en diciembre de 1918. A finales del año siguiente obtuvo su traslado al Instituto de Segovia, donde encontrará un ambiente cultural más acorde con sus gustos. 

Entre 1912 a 1919, Antonio Machado viaja desde Baeza a las fuentes del Guadalquivir y casi todas las ciudades de Andalucía. Mis últimas excursiones han sido a Ávila, León, Palencia y Barcelona en 1928.

Entre los años 1912 y 1919 Baeza absorbe la riqueza de nuestro poeta universal y mejor persona Antonio Machado propiciando uno de los periodos más fértiles y profundos de su actividad literaria. 

Caminando por la inmortal Baeza recorrimos de nuevo algunos lugares a través de los cuales, el bueno de Antonio Machado vivió su estancia en la ciudad patrimonial. Tras siete años en la ciudad, se llevó Baeza en su corazón dejándola perenne en su poesía para siempre.

¡Campos de Baeza,
soñaré contigo
cuando no te vea!.

Paseando por la céntrica calle de San Pablo, nos encontramos una escultura de Antonio Machado, obra del escultor Antonio Pérez Almahano en 2009, que representa al poeta sentado leyendo en un banco, donde estaba el desaparecido Hotel Comercio, en el que se alojara don Antonio Machado en un primer momento tras su llegada a Baeza. 

Justo detrás de su escultura está el llamado Nuevo Casino de Baeza, en el que el poeta ambientó su poema “Del pasado efímero”, en cuyas dependencias tuvo lugar una velada en la que recitó y un joven estudiante, Federico García Lorca, tocó el piano.

Al poco tiempo su madre se traslada a Baeza a vivir con él y alquilan un piso en esta calle. Desde su balcón, Antonio Machado podía contemplar la fachada plateresca del Ayuntamiento. 



Próximo al Instituto se levanta un majestuoso edificio “Palacio de Jabalquinto”, hoy campus de Antonio Machado en la Universidad Internacional de Andalucía. En él se ha creado un espacio machadiano, presidido por un busto obra de Melchor Zapata.

En sus paseos solitarios por Baeza, “a solas con mi sombra y mi pena”, Machado encontró inspiración en este espacio, cerca del instituto y presidido por la catedral, escenario del poema a la lechuza.

Campo, campo, campo.
Entre los olivos
los cortijos blancos.

Por un ventanal,
entró la lechuza
en la catedral.

San Cristobalón
la quiso espantar,
al ver que bebía
del velón de aceite
de Santa María...


Baeza es el exponente de la arquitectura pública y del poder religioso, mientras la cercana Úbeda tiende hacia la arquitectura privada y el poder civil. Ambas ciudades forman un patrimonio monumental y artístico cimentado durante los siglos XVI y XVII cuyo conjunto arquitectónico ha sido considerado uno más hermosos de Europa como resultado del mecenazgo y autoafirmación de nobles y eclesiásticos de la época que favorecieron la construcción de templos, palacios y casas solariegas alzados para deslumbrar al pueblo entre mares de olivos regados por el trabajo y el sudor jornalero. 

Eran unos tiempos donde el teocentrismo empezaba a dejar de ser el centro del universo para dejar paso a una nueva concepción del hombre como centro del conocimiento.

Las dos figuras más destacadas de aquellos tiempos fueron el hidalgo don Francisco de los Cobos (1480-1547), secretario del emperador Carlos I y consejero de su hijo Felipe II, y el maestro de cantería, escultor y arquitecto don Andrés de Vandelvira (1505-1575), autor de los más soberbios monumentos de ambas ciudades jiennenses y de la Catedral de Jaén.

…Fuertemente amurallada bajo los árabes, Baeza –la Baetia romana- fue ganada y perdida numerosas veces por los cristianos y tomada de manera definitiva por San Fernando en 1227. Se convirtió entonces, por su posición estratégica, en una de las claves de la “Reconquista”. Tuvo su máximo esplendor durante el siglo XVI, cuando adquirió fama su Universidad, hermanada con la de Salamanca (también merece Baeza su apodo de “pequeña Salamanca” por el color amarillento de sus venerables sillares y la prevalencia del estilo plateresco). Vivieron temporadas en ella el beato Juan de Ávila, primer rector de la Universidad y “apóstol de Andalucía”, San Juan de la Cruz –que murió en la vecina Úbeda-, y Santa Teresa de Ávila. Luego, poco a poco, los nobles se habían ido a la Corte, o al Nuevo Mundo y habían dejado atrás sus magníficas casas solariegas. El golpe final se asestó en 1824 cuando cerró sus puertas la Universidad, cuyo hermoso edificio, con la Iglesia de San Juan Bautista al lado, se convirtió, en 1875, en Instituto de la Santísima Trinidad.

… Hoy se conserva tal cual la pequeña aula donde daba Machado sus clases de francés: la misma mesa, la misma pizarra, los mismos bancos. Cuando venía aquí el filósofo José Luis Aranguren siempre pedía, conmovido, que le dejasen sólo. No era para menos. Es tal vez, de todos los lugares machadianos, el que transmite la más densa carga emotiva, el que más nos hace sentir su presencia.

Esta tierra es casi analfabeta. Soria es Atenas comparada con esta ciudad donde aún periódicos se leen…No hay un solo periódico local, ni una biblioteca, ni una librería, ni aún siquiera un puesto de periódicos donde comprar los diarios de Madrid. ¡Qué barbaridad!.

La vida de Antonio Machado. Ligero de equipaje.
Ian Gibson


...Desde la Puerta de Jaén paseamos hasta la Puerta de Úbeda con sus lienzos de murallas de la época andalusí que conducía al antiguo camino de Úbeda.

En la Plaza de Santa Cruz está ubicada la antigua Universidad de Baeza del siglo XVI donde Antonio Machado impartía sus clases de francés entre 1912 y 1919. Subiendo la cuesta de San Felipe Neri nos sorprende la hermosa Fuente de Santa María y la Catedral de Baeza, que según la tradición histórica está ubicada sobre el solar de una antigua mezquita mayor o aljama, con su bello entorno histórico entre callejuelas empedradas y angostas que nos retrotrae a tiempos medievales. La torre de la Catedral pudo ser un antiguo alminar de la antigua mezquita aljama.


A través del Paseo de las Murallas pudimos contemplar entre poesías la cabeza en bronce de Antonio Machado esculpida por Pablo Serrano. De vuelta por las calles medievales hacia la Catedral paseamos por la calle Concepción, encontrándonos con el monumento al bueno de Antonio Machado leyendo sentado en un banco, lo que hizo que inmortalizara nuestra grata visita con algunas fotografías que permanecerán en la retina de nuestro recuerdo.

Al observar el aula de Antonio Machado donde impartió clases se siente una profunda emoción al ser nuestro inmortal poeta un ejemplo de arquetipo humano de integridad y ética, síntesis de la cultura y antítesis de la guerra cuya obra pervivirá "per secula seculorum" en la Memoria Colectiva del pueblo.

Una vida de soledades acompañadas de las penurias de un docente en aquéllos tiempos pretéritos, al que la trágica guerra civil desgarrará, como a decenas de miles de personas, con un dolor lacerante en su corazón acompañado de la enfermedad y el exilio cuyas trágicas consecuencias fueron su muerte y la de su madre en Colliure.

"Antonio Machado al igual que Federico García Lorca serán la antítesis de la guerra y la síntesis de la cultura".

El blog de mis culpas seguirá oteando sus huellas en Soria, Segovia y Collioure para terminar terminar nuestro itinerario por las ciudades machadianas, pero eso formará parte de otra interesante historia el blog de mis culpas...


Bibliografía

Itinerario por las ciudades machadianas


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