domingo, 29 de abril de 2018

Visita a la antigua Qall'at Yâbir (Qalat Chabir) “Alcalá de Guadaíra”.




No, no creo ser glotón: uno de los alimentos que más sabrosos hallara siempre ha sido el pan, y en casi todas las latitudes. Pero aquel pan de Alcalá de Guadaira en Sevilla, quién lo probase otra vez. Lo traían hasta Sevilla a lomos de una mula, en amplios serones, los panaderos de Alcalá, que desfilaban por las calles, dejando en algunas casas de tan buen gusto como para requerir que su pan fuese de Alcalá de Guadaira… 

Luis Cernuda “Los alimentos andaluces”.


Una soleada tarde de abril colocamos nuestro sextante cultural -con nuestros amigos Antonio y Manolo- hacia una de las señas de identidad de la antigua Qall'at Yâbir: sus molinos harineros junto al río Guadaira “Wad al-Ira”, afluente del legendario Guadalquivir “Wad al-Kabir” como cauce de culturas. Aunque su presencia se remonte a la época romana, será durante el periodo andalusí cuando alcance su mayor desarrollo y donde deriva una gran parte de su etimología: Aceña, Algarrobo, Arrabal, Cajul, Cerrajas, Benarosa, Realaje o Zacatín cuya propiedad quedaría adjudicada a la nobleza y al clero tras la denominada “Reconquista”. Los antiguos molinos harineros de la antigua Qall'at Yâbir (Qalat Chabir) abastecían de pan a la antigua Isbiliyya “Sevilla” andalusí.

Se conoce la existencia de un manantial “Santa Lucía” que abastecía a Sevilla de agua a través de bóvedas excavadas en ladrillo que terminaba en la antigua Puerta de Carmona, derribada en 1868, donde existía un gran depósito para la distribución del agua hacia diversos puntos de la ciudad como “Casa de Pilatos, Reales Alcázares, fuentes y baños públicos, etcétera”. 

Gracias a la gran cultura que poseían los andalusíes sobre los recursos hídricos se construyeron las azudas (del árabe as-sudd, presa), albercas (del árabe, al beer-kah, estanque), los molinos con sus ruedas hidráulica o sigalla, para elevar el agua del río con sus cagilones y así poder encauzarla a una acequia destinada para riegos y fuentes, norias, aceñas o molinos harineros de agua, aljibes, alcorques o agujeros alrededor de los árboles para almacenar el agua de riego, los azarbes que eran acequias que transportaban las aguas sobrantes del regadío para devolverlas al río o atarjeas (canales de obra que conducen el agua). En terrenos abruptos como la sierra utilizaban el cultivo en terrazas. 

En la agricultura, los andalusíes revolucionaron las tareas del campo con nuevos métodos de cultivo, injertos, etc… Las huertas brillaron con luz propia con nuevas hortalizas como la berenjena, la alcachofa, la endivia, el espárrago. Nuevas frutas como la granada, el melón, la cidra y los albaricoques que enriquecieron nuestra dieta mediterránea.

En Alcalá se distinguían tres tipos de molinos que podían moler trigo, centeno o maíz, muchos de los cuales jalonan las riberas del río que aprovechaban la fuerza motriz del agua y que estuvieron activos hasta la mitad del siglo XX: 

1. Los molinos de azuda “azud o presa” situados en el río Guadaíra con el agua canalizada hasta la azuda o represa que los encauza hasta el interior del molino que moverá las palas del rodezno o rueda hidráulica. 

2. Los molinos de acequia que aprovechan la caída libre del agua que proviene de un arroyo o manantial y es conducida por una atarjea. 

3. Y por último, los molinos de “sangre” al ser la tracción animal la que movía la muela de piedra que trituraba el trigo a la achura que tenía la piedra. El malacate se enganchaba al tiro animal. 

Pero la mecanización supondrá su hundimiento definitivo. Muchos se encuentran en ruinas como fiel vestigio de una época.

En la antigüedad, los romanos llamaban al río “Ira”. Posteriormente, los andalusíes llamaron al río “Wad-al-Ira” que significa río pequeño, posiblemente en tiempos de Abd al-Rahman I ben Muawiya al-Dajil (el Inmigrado 756-788).

El río junto con los molinos harineros -el pan- han sido elementos inseparables de la cultura de Alcalá de Guadaíra cuyo entorno ha sido declarado Monumento Natural con caminos habilitados para uso y disfrute del visitante. Es conocida desde la Edad Media hasta nuestros días como “Alcalá de los panaderos” al moler los molinos el trigo que se convierte en harina que se despachaban en las antiguas tahonas “del árabe andalusí tahúna o molino” que abastecerán las panaderías de Sevilla mediante grandes serones a lomos de reatas de mulos. 

Incluso en tiempos pretéritos existíó un acueducto que abasteció de agua a la antigua Sevilla “antigua Ishbiliyya andalusí” entre el siglo II hasta comienzos del siglo XX. Serán los cristianos a partir de 1253 los que se repartirán los molinos entre la nobleza y el clero tras la conquista de Fernando III. 

Entre caminos y senderos nos introducimos en el Pinar de Oromana “proyecto realizado por Juan Talavera y Heredia y Aníbal González” bajo el influjo de la Exposición Iberoamericana de 1929 en Sevilla. Allí se encuentra ubicado el Hotel Oromana “Talavera y Heredia en 1929”. Un verdadero remanso de paz y tranquilidad donde nos detuvimos para degustar un sabroso café que nos aportara energías para poder realizar nuestra ruta.

La espesura de las hojas de pino (acículas) dificulta que crezca la hierba o el matorral. El bosque de pinar de pinos piñoneros se encuentra enclavado en el Parque de Oromana, adquirido por el Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra a finales de los años 20 del siglo pasado para convertirla en zona de recreo para los ciudadanos del pueblo. Dentro se enclava el Hotel Oromana, muestra del estilo regionalista de aquella época.


Desde su magnífica terraza nuestra mirada captaba el castillo de Marchenilla, junto al antiguo camino de Morón como baluarte defensivo contra posibles tropas sarracenas que bajaran de Ronda o de Zahara de la Sierra en el reino nazarí. Llegó a ser una antigua alquería de origen andalusí al este de la antigua Isbiliyya. 

En todo el entorno de Oromana se aprecia una gran riqueza ambiental y paisajística impregnada por los efluvios del acebuche, el lentisco, la retama, los almeces, el palmito o el chaparro entre numerosas fuentes de agua. Una rica vegetación autóctona, que lo convierten en un espacio natural privilegiado para deportistas, senderistas, cicloturistas y visitantes. Cuenta además la ribera en periodo estival con embarcaderos que antaño eran utilizados para el pintoresco paseo en barca por el río Guadaira, atravesando los típicos molinos y azudas a los que Alcalá debe el bello apelativo “de los panaderos”. 

Este Parque serviría de inspiración para numerosos pintores paisajistas. Entre su flora destacamos también las jacarandas, falsas pimientas, álamos blancos, almeces, el rusco, las hojas de acanto o el pino.


El Molino de Oromana 

El primer molino que nos encontramos se encuentra en la margen izquierda del cauce del Guadaira. Es un molino de “cubo” que muele gracias a la fuerza del agua proveniente de un manantial y no del propio río. En este caso el manantial brota de la ladera del Parque de Oromana, que todavía mantiene su caudal. Hoy en día se conserva la atarjea (canal de obra que conduce el agua) sobre un arco de medio punto. También puede verse lo que fueron en su día los dos cubos por donde se dejaba caer el agua con fuerza dirigiéndola hacia los dos pares de piedras que molían. Estas piedras, por el contrario, no se han conservado. El molino de Oromana debió de construirse en el siglo XVII. En el siglo XVIII perteneció a la familia de Cosío, sucediéndose la propiedad entre varios de sus miembros. Muy cerca se encuentran antiguas piedras de molino que sirven de mesa en los merenderos donde muchas familias realizan un descanso. 

El siguiente molino que nos encontramos es el de Benarosa “Banu Arusa”, uno de los pocos molinos de origen andalusí, dentro de la ribera derecha del Guadaira. Se denomina molino de rodezno que mediante un azud converge en los “cubos, en cuyo interior se situaban los rodeznos o ruedas hidráulicas que movían las piedras encargadas de moler el grano.

La primera noticia sobre el molino se produce en 1253, cuando Alfonso X dona a "don Pedro Pérez, notario de la reina doña Juana, una casa de molinos con su presa y la parada de aceña, del que él es tenedor, que está sobre Alcalá de Guadaíra, y se llamó en tiempo de moros el molino de Abén Aharoça". 

El edificio se organiza en torno a una gran torre de planta cuadrangular, empleada como almacén y vivienda. En el sentido de la corriente se dispone una nave empleada como zona de carga y descarga del grano y la harina ya molida. Sobre la corriente se sitúa la nave de molienda, con cubierta a dos aguas y en la que se localizan las cuatro piedras del molino. 

Por encima del nivel de inundación, sobre la orilla derecha, se sitúa la "casa del molinero", un edificio sencillo de planta rectangular usado como vivienda y almacén hasta el final del ciclo molinero de Alcalá, a mediados del siglo XX.


El Molino de San Juan

Es otro molino denominado “de rodezno” y propiedad de la Orden de San Juan que contribuyen a la conquista de la Baja Andalucía durante el siglo XIII siendo premiados con un gran importante número de concesiones por parte de la corona castellana. Este hecho se tiene documentado dentro de los repartos realizados por Alfonso X en 1253. Destaca una gran torre cuadrada usada como almacén ante las crecidas del río.

Durante el cernido, la harina quedaba a un lado y el salvado o afrecho quedaba a otro.



El Molino del Algarrobo

Paseando por el camino del bosque entre pinos piñoneros nos encontramos un sendero que nos acercaba a la margen izquierda del río donde nuestra retina captaba el Molino del Algarrobo con una torre realizada en piedra de planta cuadrada coronada por una azotea almenada fechada en el siglo XIV. El azud conectaba el molino con la orilla derecha del Guadaíra, represando las aguas para producir la fuerza hidráulica. En la orilla derecha se construyó el Molino de la Caja, actualmente destruido en parte por la construcción de una fábrica de harinas en el siglo XX.

El molino del Algarrobo fue sometido a un importante proceso de recuperación en el año 2003, en el que se quiso mantener para cada elemento del molino su aspecto original: piedra vista en la torre, enlucido en las salas de molienda y encalado con zócalo rojo en el porche. De esta forma se evidencian al visitante de manera visual las diferentes fases por las que ha pasado el molino, posiblemente uno de los más complejos de la ribera molinera de Alcalá.

Dejando atrás el matorral mediterráneo entre lentiscos, el rosal silvestre, la retama y la zarzaparrilla subimos por un sendero a un monte entre pinos piñoneros “Cerro del Calvario” donde se encuentra la Ermita de San Roque que fuera fundada en 1570 y restaurada en 1886. 


Bajando por el camino del Algarrobo entre higueras y pinos cruzamos un puente peatonal que nos acerca a la margen derecha del Guadaíra por el Parque de San Francisco, que nos permite acercarnos al antiguo Puente Romano realizado en piedra y formado por siete arcos sobre estribos de tajamar bajo la atenta mirada de su antigua alcazaba de Qall'at Yâbir (Qalat Chabir), de origen andalusí en tiempos de “Abu Yacub Yusuf”. Se encuentra ubicada en la parte alta de un cerro y que servirá a partir del siglo XIV como baluarte defensivo de Sevilla frente a la frontera del reino nazarí. 



Desde la antigua Qall'at Yâbir (Qalat Chabir) para el blog de mis culpas…




No hay comentarios:

Publicar un comentario