Es interesante como el concepto de la "dignidad humana" se invoca tanto para defender la eutanasia como para rechazarla. La etimología del término Eutanasia deriva del griego: eu (‘bueno’) y thanatos (‘muerte’) y ya fue acuñada por el filósofo inglés Francis Bacon en 1516.
Realizando una breve mirada retrospectiva de la historia en la preocupación del ser humano por el thanatos, observamos lo siguiente:
La eutanasia no planteaba problemas morales en la antigua Grecia: la concepción de la vida era diferente. Una mala vida no era digna de ser vivida.
En el mundo grecorromano era apreciado morir bien, sin dolor. Cicerón le da significado a la palabra como "muerte digna, honesta y gloriosa".
En la Historia Griega, Hipócrates (S. V a.C.) en su juramento afirma que no dará medicamento mortal por más que se lo soliciten. Platón, (427-337 a.C.) dice lo contrario en la República : "Se dejará morir a quienes no sean sanos de cuerpo".
En los Romanos, la práctica es múltiple : Muerte sin dolor por miedo a afrontar conscientemente el sufrimiento y la propia destrucción (Tácito en sus Anales).Séneca, filósofo romano ve la Eutanasia así: "Es preferible quitarse la vida, a una vida sin sentido y con sufrimiento".
Durante la Edad Media se produjeron cambios frente a la muerte y al acto de morir. Bajo la óptica de creencias religiosas cristianas son considerados como «pecado», puesto que la persona no puede disponer libremente sobre la vida, que le fue dada por Dios.
Imaginemos que una persona decidiese tirarse al vacío por el castillo. No nos gusta la ídea pero al final lo aceptamos como una decisión personal.Sin embargo cuando esa decisión personal se convierte en decidir como se quiere seguir o no seguir viviendo, saltan muchos resortes que divide a nuestra sociedad. La pregunta que subyace en el fondo es la siguiente: vivir es un derecho o una obligación como manifestaba el magnífico actor Javier Bardem en el final de la película Mar adentro de Aménabar cuyo efecto más importante es haber colocado la eutanasia a debate.
Es cierto que la muerte es un tema tabú en nuestra sociedad actual y con el tiempo se irá superando poco a poco ya que el debate constructivo siempre es enriquecedor. Las personas merecen vivir dignamente y por tanto morir con la misma dignidad, pero Eutanasia si, eutanasia no. Ramón Sanpedro, símbolo de lucha por la muerte digna y ejemplo de determinación y Stephen Hawking, ejemplo de lucha y superación. Diferentes posturas a la vez irreconciliables, pero ¡a que denominamos muerte digna!.
Parece ser que la nueva definición sobre la Eutanasia que la Real Academia de la Lengua (RAE) pretende incluir en la próxima edición es la siguiente: “Uso de procedimientos que, aplicados por personal médico a pacientes desahuciados, anticipan o provocan su muerte para evitarles sufrimientos extremos”.
Todas las personas tienen derecho a recibir un adecuado tratamiento del dolor y cuidados paliativos integrales y a la plena dignidad en el proceso de su muerte y se me viene a la memoria Ramón Sanpedro cuando argumentaba el derecho de cada persona a disponer sobre su propia vida. Creo que fue el primer ciudadano en España en pedir la eutanasia.
Marcos Martínez durante su didáctica conferencia |
Existen países en nuestro entorno como Holanda, Bélgica, Suiza y el estado de Oregón donde el suicidio asistido está autorizado pero desde mi modesta opinión si se crearan buenos soportes de cuidados paliativos y de calidad, la petición individual de la eutanasia sería poco significativa.
Quienes defienden la eutanasia sostienen que la finalidad del acto es evitarle sufrimientos insoportables o la prolongación artificial de la vida a un enfermo, presentando tales situaciones como «contrarias a la dignidad».
Otros, creen que la eutanasia no es más que un eufemismo (εὗ), "bueno/bien" + pheme (φήμί) "habla(r)” para el homicidio de pacientes por razones utilitaristas. El debate está servido.
Hay argumentos a favor y en contra tanto médicos, jurídicos, sociales, morales, legales...