miércoles, 21 de septiembre de 2016

FREMAP, una mutua entre la sinrazón y el despropósito.



"El empeoramiento de una lesión previa, 
si se ha producido como consecuencia del trabajo, 
puede ser considerado accidente laboral".

Nunca pensé que llegaría el día que tuviera que emplear parte de mi tiempo en enviar una queja -a los medios de comunicación local y de ámbito nacional- para denunciar tanta sinrazón y despropósito como emplea Fremap con los trabajadores -entre los que me encuentro-, que por su patología adquirida en el mundo laboral y al "ser algo mayores" ya no les son rentables siendo derivados a la Seguridad Social por una "enfermedad común", con la pérdida de sus derechos correspondientes. 

Y no me ha gustado enviar esta carta abierta a los medios de comunicación, en primer lugar porque guardo en la retina de mi recuerdo gratamente, la primera vez que tuve una lumbalgia  como enfermedad profesional en el año 2004, patología que me trataron con la máxima profesionalidad en el Hospital de Fremap, en Sevilla. 

Pero, ¡Como cambian los tiempos y los criterios médicos subordinados a los "pluses y mamandurrias"! Por consiguiente, no son pocos los profesionales subordinados a las mutuas, que tan sólo pretender otorgar el mayor número de altas médicas para beneficiar sus abundantes faltriqueras, como si de una sociedad de bandidos [los bandoleros me merecerían mayor respeto], se tratara.


¡Pero cual no es mi sorpresa, cuando en agosto de 2016 se me presenta la misma patología derivada de aquélla contraída en 2004, no siendo ya una enfermedad profesional sino que se había convertido según el médico que me atendió, en una artrosis degenerativa, “donde dije digo, ahora digo Diego", por no emplear un adjetivo calificativo, que aunque sienta en lo más hondo de mi corazón, pueda contribuir a invalidar mis argumentos.

Es evidente que sólo les preocupa defender sus propios intereses a costa de los intereses del propio trabajador.

Las mutuas tienen en su ADN bien asimilado que las quejas y reclamaciones son de carácter administrativo y las acciones legales se sustancian en los Tribunales de Justicia, de tal manera que muchos trabajadores por carecer de recursos suficientes declinan emprender acciones judiciales. Una "buena estrategia para sus intereses".

Es evidente que “poderoso caballero es don dinero", al mirar más por sus propios intereses que por las enfermedades profesionales de los trabajadores. Mientras tanto, las empresas que contratan sus servicios junto con los sindicatos, conocedoras de tanta sinrazón, si lo consienten pueden convertirse sin pretenderlo en cómplices de las grandes mutuas, quedando el trabajador a merced de éstas, que tan sólo le dejan al trabajador como única salida una reclamación denominada “Determinación de Contingencias”, que más temprano que tarde te obligarán a buscarte un abogado y un perito médico que defiendan tus intereses en un tribunal -que casi siempre ganan las mutuas-.

Vuelvo a repetir que no quisiera emplear ningún adjetivo descalificativo -guardo varios en la retina- que pueda quitar un ápice de solidez a mis argumentos aunque no salgo de mi asombro cuando compruebo como FREMAP, que en teoría debiera ser una Mutua de Accidentes de Trabajo y Enfermedades Profesionales pretende a la más mínima oportunidad “lavarse las manos como Pilatos” para no afrontar sus responsabilidades, al estar subordinadas antes a sus propios intereses que a mejorar la patología de los trabajadores que han contraído una enfermedad profesional a lo largo de su vida laboral. 

Entiendo que como trabajador mis derechos han sido lesionados en base a la sinrazón y al despropósito de Fremap.

En octubre de 2003 sufro una lumbalgia en mi lugar de trabajo siendo derivado al Hospital de Fremap en Sevilla. Me someten a varias intervenciones con infiltración de corticoides y ozono en la columna vertebral. Poco a poco voy encontrando mejoría, lo que que me permite realizar mi trabajo habitual de Auxiliar de Enfermería en una Residencia de Mayores. El diagnóstico fue firmado por el Dr. Pérez Hidalgo que me trato de forma muy profesional, siendo catalogada mi lesión en junio de 2004 como ENFERMEDAD PROFESIONAL.

Aunque mi espalda ha estado limitada durante estos años, el 17 de agosto de 2016 me dirijo a Fremap Morón por una lumbalgia contraída de nuevo en mi puesto de trabajo, derivada de aquélla de 2004. Me atiende el Dr. Fernández Úbeda. Pero cual no es mi sorpresa que desde el primer momento me manifiesta que el dolor de mi espalda no se debe a una enfermedad profesional sino una artrosis degenerativa. Me solicita una Resonancia Magnética que me realizo en Fremap Sevilla el 22 de agosto de 2016.

Pero voy observando que mi cita con el médico para conocer los resultados se dilata más de lo normal. Me imagino que el Dr. Úbeda estaría cambiando impresiones con sus superiores -evidentemente no cómo solucionar mi dolor en mi columna vertebral-, sino para derivarme lo más pronto posible a la Seguridad Social y quitarse una patología incómoda para la mutua, como así ocurriría el 8 de septiembre de 2016 en que me volvía a repetir –por enésima vez-, que mi problema de columna era el resultado de una artrosis degenerativa y no de una enfermedad profesional "cómo se ha ido diluyendo aquel juramento hipocrático, si es que alguna vez existió". 

El jueves 8 de septiembre de 2016 me dirijo a Fremap Morón a presentar una hoja de reclamaciones. Me derivan al director de dicha entidad don Antonio Trigo, con el cual cambio impresiones sobre mi anterior visita médica, aconsejándome que en vez de realizar alguna reclamación a Fremap, me dirija a la oficina de la Seguridad Social ubicada en la Alameda y a la cual me dirijo inmediatamente, una “determinación de contingencias”. Allí aporto mis quejas, manifestándome el funcionario que tendría que esperar dicha resolución.

El mismo día 8 de septiembre de 2016 pido cita al traumatólogo de la Seguridad Social para el día 11 de octubre por orden de Fremap -que es evidente su injusto trato hacia mí-. 

Entiendo que cuando un trabajador en horario laboral se lesiona, no va nunca a una mutua a verle la cara al médico sino a que se le solvente su patología adquirida en el trabajo de una manera lo más profesional posible.

Manifiesto mi ignorancia en estos temas al entender que las mutuas eran asociaciones de empresarios tuteladas por el Ministerio de Empleo que gestionan cotizaciones de la Seguridad Social para atender, principalmente, accidentes de trabajo y enfermedades profesionales. Lo que sí es obvio, que con la nueva Ley de Mutuas que dan un poder omnímodo a éstas, y los perdedores como siempre, seguiremos siendo los trabajadores.

Por tanto, no me extrañaría en absoluto que con el dinero que se ahorran las Mutuas que en teoría “no tienen ánimo de lucro” a costa de la salud de los trabajadores, no pocos de sus directivos se gasten importantes partidas en alojamiento en hoteles de cinco estrellas con sus carabineros, langostinos y salmones ahumados correspondientes, visitando alguna que otra Basílica para volver ya “libre de pecado y con sus estómagos agradecidos" en AVE a sus lugares de origen para “volver a empezar” de nuevo, con su rutina diaria. 

...Y en esta tesitura me encuentro en la actualidad esperando la resolución de la Seguridad Social sobre la “Determinación de Contingencias".

Entiendo que “la verdad es la verdad, la diga Agamenón o su porquero” aunque sea evidente que en la historia han existido, existen y seguirán existiendo muchos "porqueros" subordinados a los intereses de Agamenón.




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