Monumento en Almuñécar a Abderramán I |
“Fue un momento malísimo, aunque digan
lo contrario en las escuelas. Se perdieron una civilización admirable, una
poesía, una astronomía, una arquitectura y una delicadeza única en el mundo,
para dar paso a una ciudad pobre…”
Federico García Lorca sobre la “Toma de
Granada” en 1492 por los RR.CC.
10 de junio de 1936
Nunca pensé que cuando leyera
el libro al Sur de Granada de Gerald Brenan ó “Entre limones” de Chris Stewart,
ex batería del grupo Génesis se me iba a
estimular tanto mi apetito viajero por el último reducto morisco en la antigua
Al Ándalus [Las Alpujarras], una región situada en las estribaciones de
Sierra Nevada, al sur de Granada.
Es interesante como un inglés como Gerald Brenan abandona la civilización y una vida acomodada en Inglaterra y se plantea vivir a comienzos del siglo XX en una atmósfera más pura en Yegen -La Alpujarra-, donde le fascina la vida lugareña, las montañas, los valles, las estrellas, en definitiva, “una región que hasta hace poco tiempo únicamente podía recorrerse a lomos de una mula”.
Y como otro inglés Chris
Stewart, en otras circunstancias totalmente distintas decide también vivir en
un cortijo en la Alpujarra granadina desde 1988 abandonando también una vida llena
de comodidades junto a su esposa e hija,
rodeado de animales en plena montaña sin agua corriente ni luz eléctrica con un
río de fuertes corrientes en invierno
que se convertía en un serio
problema atravesarlo con su landrover si ocurría cualquier urgencia.
“Entre limones y al Sur de Granada”, pertenecen a esa literatura fresca y sencilla que
entretiene al lector permitiéndole viajar sólo con la imaginación.
Amanecer en Almuñécar |
Llegamos el viernes 7 de
septiembre de 2012 a las playas de Almuñécar, [ciudad de las palmeras], la misma a
la que arrivó el 15 de agosto de 755 Abderramán I [Abd Al-Rahmán ben Muawiya
al-Dajil "el Inmigrado"] único superviviente de los Omeyas tras la matanza de su familia que huye de sus
enemigos Abasidas, llegando al norte de África donde fue acogido por la tribu
Nafta de la que era originaria su madre e inicia con sus leales en Al-Ándalus una
dinastía que fundó, proclamando el Emirato de Córdoba, independiente de Bagdad y
elevando la cultura a cotas muy altas durante
casi tres siglos, hasta la caída oficial del califato en el año 1031, lo que
dio lugar a los reinos de taifas cuyo último reino nazarí fue tomado el 2 de
enero 1492 con la toma de Granada por los Reyes Católicos.
No es extraño que cuando
Boabdil, el Chico -Abu Abdallah-, último rey de Granada, la observara por última vez camino de su exilio hacia las
Alpujarras, llorara como dice la leyenda. Cualquiera de nosotros hubiese
suspirado del mismo modo al abandonar semejante belleza en un marco
incomparable de culturas en la antigua Elvira con Sierra Nevada con el pico Veleta y el Mulhacén como testigo.
Un
hecho trascendente que atrasó el reloj de nuestra Historia fue la expulsión de
los moriscos el 9 de abril de 1609 por Felipe III, tras la rebelión de las Alpujarras (1568-1571)
al ser considerados virtuales aliados de los turcos
que asolaban los puertos del Mediterráneo. En 1567 entraba en vigor la Pragmática Sanción firmada por el rey Felipe II que desencadenó la Rebelión
de las Alpujarras, la cual limitaba las libertades religiosas de una población
morisca obligada a abandonar sus modos de vida y costumbres, prohibición de
usar sus nombres en árabe y hacer uso de los baños como purificación antes de
entrar en las mezquitas.
La desafortunada decisión trajo consigo el consiguiente abandono de los campos de cultivo al considerarse a los moriscos como una especie de quinta columna o enemigo interior. Fueron expulsados trescientos mil árabes entre Aragón, Levante y Andalucía que pesaron como una gran losa en la agricultura al dejar los campos desiertos y por consiguiente en nuestra economía. Ya el 31 de marzo de 1492 los Reyes Católicos mediante el decreto de la Alhambra habían ordenado también la expulsión de decenas de miles de judíos.
La Alpujarra granadina -considerada como el último refugio morisco- delimita al norte por las cumbres de Sierra Nevada coronada por el Mulhacén -Muley Hacen, padre de Boabdil- con 3479 m y el Veleta con 3.395,68 m. y al sur por el Mar Mediterráneo. Es posible que el origen del término Alpujarra tenga algo que ver con la palabra celta "alp" que significa altura y "xarrat" hilera o agrupación de montañas en función de su compleja orografía, pero no se han unificado criterios al respecto.
La Alpujarra ha permanecido aislada durante mucho tiempo entre barrancos, valles, torrentes, fortificaciones y atalayas. Da la impresión al visitante de que el tiempo parece que se detiene entre naranjos y limoneros, entre chimeneas y calles empinadas. Pueblos blancos con sus empedradas callejuelas angostas y repechos que invitan al paseo, reflejando su pasado morisco entre una arquitectura mudéjar con sus aljibes, norias y acequias como expresión cultural del regadío en la que los árabes eran expertos. En definitiva, un paraíso natural -donde sus casas están orientadas al sur, para aprovechar el clima mediterráneo- que forma por derecho propio nuestro legado andaluz.
El sábado 8 de septiembre
salimos de Almuñécar -después de la bellísima salida de sol- en dirección al entorno privilegiado de la
Alpujarra granadina en el Parque Nacional de Sierra Nevada. El primer pueblo
donde tomamos contacto con el Parque Natural de Sierra Nevada fue Órgiva, que
nos indicaba el camino hacia la Alpujarra alta que en 1492 fue cedida por los RR.CC. a Boabdil -Abu 'Abd Allāh-, como
lugar de retiro.
Allí realizamos nuestra primera
escala montañosa donde nos vitaminizamos Antonio, Manolo y el que escribe estas
breves letrillas para el blog de mis culpas con un buen desayuno alpujarreño consistente
en una hogaza grande de pan con aceite de oliva virgen de la Alpujarra, tomate
triturado y jamón de Trevélez.
Antonio refrescándose con los higos |
Visitamos la bonita ciudad y
nos dirigimos hacia Capiléira, situada a 1436 m. sobre el nivel del mar, una joya arquitectónica donde casi todas las
casas de la Alpujarra están orientadas en dirección al mediodía. Angostas y
empinadas callejuelas donde abundan manantiales y acequias de agua potable que
corren y susurran por algunas de sus
calles cayendo suavemente por sus laderas. Aljibes, molinos, artesonados
mudéjares hacen de este privilegiado entorno natural un paraíso donde el agua
sigue su ruta bajo el amparo del turismo respetuoso y activo que sin prisas y con
las pausas necesarias reposan placenteramente deleitando los sentidos y
admirando al mismo tiempo su historia, artesanía, flora y fauna, paisaje, etcétera.
Disfrutamos de un té tradicional y desde allí en la lejanía se observaba el centro de Retiros Budista a 1600 m. de altitud en la cara sur de Sierra Nevada. Capileira y Pampaneira comparten con Trevélez -1476 m. sobre el nivel del mar-, estar dentro de los tres municipios más altos de España.
Disfrutamos de un té tradicional y desde allí en la lejanía se observaba el centro de Retiros Budista a 1600 m. de altitud en la cara sur de Sierra Nevada. Capileira y Pampaneira comparten con Trevélez -1476 m. sobre el nivel del mar-, estar dentro de los tres municipios más altos de España.
Antonio echando un cigarro alpujarreño con el amigo Carlos |
La tercera escala la realizamos en otro bello pueblo llamado Pampaneira donde nos detuvimos a deleitar productos de la zona y visitamos su magnífico mirador. Mi amigo Antonio echó un cigarro alpujarreño sin aditivos llamado churrasca con el amigo Carlos. Nos dijeron algunos vecinos de avanzada edad que Pampaneira, Bubión y Capileira forman el “Barranco de Poqueira”. Pampaneira mantiene el aspecto berebere en la arquitectura de sus casas.
En definitiva, un auténtico
vergel de casas blancas con techos planos, pequeñas ventanas y abundantes
chimeneas rodeados de pinos, encinas, castaños, nogales, algarrobos,
higueras, chopos, sauces, etc.
Fortaleza de Salobreña, residencia de verano de los monarcas del reino de Granada |
El domingo 9 de septiembre
de 2012 fui con mi amigo Antonio a visitar el estratégico castillo árabe de
Salobreña, que fue residencia de verano de los monarcas del reino de Granada y
alcázar-prisión de los sultanes destronados además de ser un importante recinto
militar durante la época cristiana. Fue ocupaba por destacamentos musulmanes en
el año 713. Ya en el siglo XII existen referencias de la existencia de
abundantes platanares y cañas de azúcar.
Entramos por la torre de
entrada y visitamos la Alcazaba y bajamos por múltiples peldaños hasta el recinto exterior defensivo que
imponía al visitante al mirar hacia su lienzo de murallas más altos. No se nos
olvidará este viaje de fin de semana.
La cultura es el más hermoso
legado en el que se puede reflejar un pueblo. Un pueblo que no sea capaz de
respetar y proteger su patrimonio cultural y ecológico estaría incapacitado para
transmitir y por consiguiente se diluiria en su propia sinrazón.
P.D. Recuerdo que la Alpujarra es mucho más ¡Ojalá pudiera visitarla entera de punta a rabo!, y estimularme con sus efluvios a nogales, castaños, higueras, pinos, algarrobos, robles, alcornoques y un largo etcétera que estimulasen mis sentidos con el sonido del agua plácidamente susurrando por los caminos y senderos!
P.D. Recuerdo que la Alpujarra es mucho más ¡Ojalá pudiera visitarla entera de punta a rabo!, y estimularme con sus efluvios a nogales, castaños, higueras, pinos, algarrobos, robles, alcornoques y un largo etcétera que estimulasen mis sentidos con el sonido del agua plácidamente susurrando por los caminos y senderos!
¡Las Alpujarras, un auténtico paraiso!.
Enlace interesante
Me ha gustado mucho tu reportaje y tu manera de escribir y presentar las cosas.
ResponderEliminarPero recuerda siempre, La Alpujarra es mucho más.
Llevo 34 años recorriéndola de punta a rabo sin cansarme de hacerlo y cada viaje es una nueva ilusión y un mundo por descubrir.