“Andalucía es el resultado de un proceso
histórico con identidad histórica como base de su identidad cultural, modelada
a lo largo de siglos que nos ha dado nuestra forma de entender la vida y como
resultado final nuestra cultura que forma parte de la memoria colectiva”.
Isidoro Moreno (antropólogo)
Una soleada mañana de finales de
enero dejamos atrás nuestro desvencijado castillo de Morón, empapado en olvido e indiferencia,-que
ha cumplido su primer milenario como reino de taifa-, para dirigirnos hacia la subbética andaluza,
salpicada de aldeas blancas diseminadas en perfecta armonía con el paisaje y
visitar la ciudad de Priego, uno de los pueblos más bellos de Andalucía al integrar en tiempos pretéritos una de las ruta del Califato en pleno centro
geográfico que comunicaba dos de las capitales más importantes de la historia
andalusí de alcance universal: Córdoba y la antigua Elvira (Granada).
Ninguna ciudad de
su época pudo compararse a Córdoba en número de habitantes, en condiciones de
vida ni en actividad cultural hasta muchos siglos posteriores. Una ruta del Califato
salpicada de medinas (al madinat), mezquitas, atalayas, alcazabas (al Qasaba),
arrabales (al rabad), aljamas, alhamas (al hamma), tabernas, posadas (fundaq), ladrillos,
tejados árabes y costumbres dentro de nuestro proceso histórico modelado
durante siglos.
La Corá de Priego llegó a formar parte de una de las dos rutas del Califato. La primera ruta pasaba por Castro del Río y Alcaudete hasta Alcalá la Real. La siguiente ruta transcurría por Fernán Núñez, Aguilar de la Frontera, Lucena y Priego de Córdoba hasta Alcalá la Real donde se unían ambas rutas para llegar a Granada.
La Corá de Priego llegó a formar parte de una de las dos rutas del Califato. La primera ruta pasaba por Castro del Río y Alcaudete hasta Alcalá la Real. La siguiente ruta transcurría por Fernán Núñez, Aguilar de la Frontera, Lucena y Priego de Córdoba hasta Alcalá la Real donde se unían ambas rutas para llegar a Granada.
También esta ciudad cordobesa desempeñó a finales del
siglo IX con Muhammad I, un destacado papel durante las rebeliones del muladí Umar ibn Hafsun -y su aliado Ibn Mastana-
que extendió su autoridad desde Ronda
hasta Reyyo (Málaga), Elvira, Jaen, Baeza, Úbeda, Priego y Écija hasta que Abd
al Rahman III (912-929) restablece el
prestigio de los omeyas en Al Andalus y acaba con la anarquía y con los
sublevados de Ibn Hafsun.
Fernando
III la reconquista en 1225 siendo entregada a la orden de Calatrava como cabeza
de una encomienda de la orden que construye la imponente torre del homenaje y
uno de los aljibes pero se pierde en 1327 para engrosar el reino nazarí. En
1340 Alfonso XI la reconquista
definitivamente repoblando el lugar y
reparando el perímetro amurallado.
Llegamos hasta el Vial del Castillo, una calle
peatonal cuyo trazado coincidía con el espacio transitable entre las murallas
del castillo y las de la villa medieval hasta llegar a su imponente entrada. Al
entrar, lo primero que destaca es la torre del homenaje que posee un aljímez
con arcos de herradura en la planta noble (1246-1327).
El castillo de Priego es una de las fortificaciones de la Baja Edad Media más
importantes de Andalucía. Es un castillo cristiano (siglos XIII al XV) que
ocupa el mismo lugar que una alcazaba andalusí (siglo X al XIII).
Desde la parte más alta de la fortaleza podemos observar la Torre fechada en 1541 junto a la Iglesia de la Asunción, edificio gótico mudéjar del siglo XVI y al fondo una bella panorámica de la serranía. Desde el castillo nos dirigimos al barrio de la villa, entre angostas y sinuosas callejuelas blancas encaladas y sus paredes adornadas de macetas con flores que otorgan un bello colorido.
Desde la parte más alta de la fortaleza podemos observar la Torre fechada en 1541 junto a la Iglesia de la Asunción, edificio gótico mudéjar del siglo XVI y al fondo una bella panorámica de la serranía. Desde el castillo nos dirigimos al barrio de la villa, entre angostas y sinuosas callejuelas blancas encaladas y sus paredes adornadas de macetas con flores que otorgan un bello colorido.
Bellos nombres
como azahar, azorí, Maimónides, etc… nos retrotraen a la época andalusí. Al
final de la angostura de sus calles del casco histórico llegamos al Balcón del
Adarve «ad-darb» cuya belleza quedará grabado en la retina de
nuestro recuerdo.
También
visitamos uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad como es la Fuente del Rey del siglo XIX
compuesta por tres estanques con nivel de agua escalonado de la que manan ciento
treinta y nueve caños de agua. Y la Fuente de la Salud construida en el siglo
XVI, compuesto por un amplio frontispicio de estilo manierista, declarados monumentos nacionales.
Terminamos la jornada visitando otra bella ciudad
en la ruta del Califato, Lucena conocida como la ciudad de las Tres Culturas (judía,
musulmana y cristiana) o como Perla de Sefarad por los judíos de la Edad Media.
Paseamos por el perímetro del bello castillo del
Moral con su Torre del Homenaje de planta octogonal. Tras la desaparición del Reino nazarí de
Granada, este enclave fortificado se convierte en alcázar de los señores de
Lucena.
Fue declarado monumento Nacional por haber sido prisión de Boabdil, último rey de Granada, al intentar tomar la ciudad de Lucena durante el decenio que duró la guerra de Granada, lo que marcó la influencia definitiva del mundo cristiano frente a la media luna.
Fue declarado monumento Nacional por haber sido prisión de Boabdil, último rey de Granada, al intentar tomar la ciudad de Lucena durante el decenio que duró la guerra de Granada, lo que marcó la influencia definitiva del mundo cristiano frente a la media luna.
A escasos metros de la considerada como Catedral de
la Subbética iniciada en 1498 por el arquitecto Hernán Ruiz I se puede observar
de la época judía algunas calles en el casco histórico de la ciudad con su
nomenclatura, lo que demuestra la trascendencia y vinculación de Lucena con la
cultura judía. El nombre de Lucena proviene del hebrero Eli ossana denominada
por los musulmanes al-yussana.
Desde Priego y Lucena en la ruta del Califato...