“Andalucía
es el resultado de un proceso histórico con identidad histórica como base de su
identidad cultural, modelada a lo largo de siglos que nos ha dado nuestra forma
de entender la vida y como resultado final nuestra cultura que forma parte de
la memoria colectiva”.
Isidoro Moreno (antropólogo)
Andalucía
ha sido el resultado del crisol de culturas en su constante histórica en la que
destaca por derecho propio una brillante civilización que tuvo su máximo
esplendor bajo la antigua Al Andalus (la España musulmana) estimulando durante
siglos la imaginación de una Europa de su época sumida en las tinieblas de la
ignorancia. Nombres tan bellos como Andalucía, Sevilla, Guadalquivir, aceite, alfarero,
aljibe y un largo etcétera pertenecen a ese gran legado andalusí. Es
obvio que dicha civilización ha marcado la historia y la cultura de España que
al mismo tiempo dejaron huella en muchos aspectos de nuestra personalidad.
Negar esto sería amputar la realidad.
Alpujarrra granadina |
Al
Andalus fue el primer país de occidente en la fabricación de papel, de seda, en
contar con infraestructura hidráulica como los molinos de agua, acequias,
sistemas de riesgo ayudado por la noria que hizo inmensamente fértiles las
huertas y vegas andaluzas y levantinas, al contar con cultivos como la caña de
azúcar, el azafrán, árboles frutales y hortalizas desconocidos en Europa, lo
que contribuyó a enriquecer la dieta de los españoles.
Un
marco geográfico desde la antigua Sharq al-Andalus (oriente) hasta el antiguo Garb al-Andalus (occidente)
con la cuenca del Wad al Kabir (Guadalquivir) como fiel testigo de la historia.
Una fusión entre la cultura autóctona con diferentes pueblos mediterráneos cuyo
resultado final ha sido un auténtico crisol de culturas, -desde los tartessos,
fenicios, griegos y cartagineses hasta la civilización árabe con un fuerte
soporte demográfico autóctono y bereber junto con la judía, produciéndose una fuerte arabización a lo largo del siglo IX, debido a la importancia que tuvo la lengua en la que fue revelado el libro sagrado de la nueva religión, el Corán.
Una lengua sinónima de refinamiento y erudición que sirvió como vehículo para
introducir las primeras traducciones al árabe de los filósofos griegos, en
especial Aristóteles de la mano de Averroes y que posteriormente se benefició el pensamiento posterior del mundo latino (Santo Tomás).
Un legado cultural bajo un marco geográfico que
durante siglos nos ha dotado de una identidad histórica y cultural. Una brillante
civilización donde florecieron la filosofía, la poesía, la arquitectura, las
matemáticas -se
avanzó en el estudio del álgebra y la aritmética, cuyo precursor fue el
oriental al-Jwarizmi (de ahí logaritmo)-, la astronomía y astrología (se estudiaron los
movimientos de las estrellas y los planetas por medio de sofisticados
astrolabios), la
medicina,-los cirujanos musulmanes ya en el siglo X sabían como tratar las cataratas de la vista y eran conocedores de anestésicos-. Avicena (*), médico, científico y filósofo, aunque no estuvo en Córdoba, contaba entre sus textos más famosos "el libro de la curación y el canon de medicina", conocido como el Canon de Avicena.
Mientras tanto, el mundo cristiano consideraba la enfermedad mental como algo satánico. Los árabes introdujeron por primera vez dicho concepto y se perfeccionaron las teorías de Hipócrates y Galeno, la botánica, la agronomía, la alquímia y otras ciencias como en ningún lugar de Europa y del Mediterráneo de su tiempo con Maimónides, Averroes, Ibn Kaldum, Ibn Hazn (autor del collar de la paloma”, Al Motamid (el rey poeta de Sevilla).
Cuando la Europa cristiana, en el año 1000 estaba bajo el influjo del fin del mundo, Al-Biruní calculó el radio de la Tierra demostrando que nuestro planeta giraba alrededor del Sol.También confirmaron la esfericidad de la Tierra siglos antes de que Colón descubriera el Nuevo Mundo. La madraza o universidad islámica, creada en el siglo XI, fue el embrión de las universidades europeas.
Mientras tanto, el mundo cristiano consideraba la enfermedad mental como algo satánico. Los árabes introdujeron por primera vez dicho concepto y se perfeccionaron las teorías de Hipócrates y Galeno, la botánica, la agronomía, la alquímia y otras ciencias como en ningún lugar de Europa y del Mediterráneo de su tiempo con Maimónides, Averroes, Ibn Kaldum, Ibn Hazn (autor del collar de la paloma”, Al Motamid (el rey poeta de Sevilla).
Cuando la Europa cristiana, en el año 1000 estaba bajo el influjo del fin del mundo, Al-Biruní calculó el radio de la Tierra demostrando que nuestro planeta giraba alrededor del Sol.También confirmaron la esfericidad de la Tierra siglos antes de que Colón descubriera el Nuevo Mundo. La madraza o universidad islámica, creada en el siglo XI, fue el embrión de las universidades europeas.
Federico García Lorca, consideraba el 10 de junio de
1936 sobre la toma de Granada en 1492:
“Fue un momento malísimo,
aunque digan lo contrario en las escuelas. Se perdieron una civilización admirable,
una poesía, una astronomía, una arquitectura y una delicadeza única en el
mundo, para dar paso a una ciudad pobre…”.
La
toma de Granada por los Reyes Católicos estuvo acompañada de intolerancia e integrismo
religioso, lo que contribuyó a sembrar
el descontento, echando por tierra una labor que con cierta tolerancia podría
haber dado grandes frutos.
La
destrucción de las bibliotecas granadinas así como la quema de libros
islámicos, la prohibición de usar la lengua propia, conversiones forzadas, imposiciones
económicas insostenibles, trajeron como consecuencia las sangrientas luchas de
1568-1571 (sublevación de las Alpujarras) y su posterior expulsión en 1609 con
Felipe III, al cobrar fuerza la idea de que los moriscos pudieran ayudar a una
invasión turca, -una especie de quinta columna-. Castilla no cumplió lo pactado
en las capitulaciones de Granada y como consecuencia de la presión ejercida por
las nuevas autoridades castellanas sobre los denominados moriscos refugiados en
las serranías denominados monfíes, que se vieron obligados al destierro.
La
expulsión de los judíos (31 de marzo de
1492) y posteriormente la deportación de los moriscos (9 de abril de 1609) ha
sido considerado por la historia como una “limpieza étnica”. Una falta de
altura de miras que tuvo consecuencias lamentables para la economía española de
la época al quedar pueblos enteros desiertos, la economía se resintió, la
burguesía se arruina y los bancos quiebran en 1613.
Durante
ocho siglos de civilización,-con sus luces y sombras-, Al Andalus gozó de
épocas de tolerancia entre las tres culturas (cristiana, judía y árabe), con sus
costumbres, modos de vida y organización social bajo una relación de
convivencia.
Sirva el presente poema del poeta rondeño del siglo XIII Abul Beka donde se refleja en cierto modo la nostalgia del sentimiento andalusí por el avance cristiano e influencia de la cruz y al mismo tiempo comienza el declive de la media luna.
El vocabulario castellano contiene unas cuatro mil palabras de origen árabe, algunas tan bellas como:
Sirva el presente poema del poeta rondeño del siglo XIII Abul Beka donde se refleja en cierto modo la nostalgia del sentimiento andalusí por el avance cristiano e influencia de la cruz y al mismo tiempo comienza el declive de la media luna.
Ya llora al ver sus vergeles
y al ver sus vegas lozanas
ya marchitas,
y que afean los infieles,
con cruces y con campanas,
las mezquitas.
El vocabulario castellano contiene unas cuatro mil palabras de origen árabe, algunas tan bellas como:
Andalucía,
Sevilla, Guadalquivir, Algarve, Axarquía, Albacete
(Al-Basit, "El
Llano"), La Mancha (Al-Mansha, "tierra sin agua”), Guadalajara,
Guadiana, Mulhacén, acelga (al-silqah),
aceite (azzayt), albaricoque, acequia, aceituna, ajedrez, alcalde,
alberca, albañil (al-bannil) alcachofa, algarroba, alhama, aljama, aljibe, almacén,
almanaque, almazara (al-ma´sara), almuédano, almunia, altarazana, añil, azahar,
babucha, barrio (al-rabad), café, cahiz, califa, imán, limón, medina,
mezquita, morisco, mozárabe, mudéjar, muladí, naranja, noria, ¡ojalá!, posada, sandía, taifa, zagal, zanahoria,
zoco, zoquete, zurrapa…
En definitiva, una forma de
entender la vida, la del pueblo andaluz,
como resultado final de nuestra cultura que forma parte de la memoria
colectiva”.
(*) Avicena: Abu Alí al Husain ibn Abdullah ibn Sina
(*) Avicena: Abu Alí al Husain ibn Abdullah ibn Sina
Enlaces interesantes
Bibliografía
Andalucía: una cultura y una economía para la vida de Isidoro Moreno y Manuel Delgado Cabeza
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