viernes, 23 de febrero de 2024

Cayo Julio César en la antigua Híspalis y Gades




Breve introducción

La victoria romana en el 206 a.C. en la batalla de Ilipa (Alcalá del Río) supuso el final de la Segunda Guerra Púnica y la expulsión definitiva de los cartagineses de Hispania. Gracias a la victoria de Publio Cornelio Escipión Emiliano “El Africano” en la Segunda Guerra Púnica [el único general romano que pudo derrotar a Aníbal, general cartaginés] el Imperio Romano comienza a llamar al Mar Mediterráneo “Mare Nostrum”, anteriormente denominado “Mar Medi Terraneum” o mar entre dos tierras. Itálica se fundó ese mismo año.

Con la firma de un pacto o foedus, la Gadir fenicio-púnica [la actual Cádiz] abrió sus puertas a los ejércitos romanos, manteniendo su organización administrativa a cambio de contraprestaciones económicas y de un compromiso de alianza. Su estatus de ciudad federada le eximía de pagar el “stipendium” y le permitía mantener sus costumbres, instituciones e idiosincrasia particulares, así como su capacidad para legislar, acuñar moneda y comercializar con entera libertad. Desde estos momentos la acción de Roma fue imparable, y aunque tuvo que vencer la resistencia de numerosos pueblos consiguió su propósito de doblegar a cántabros y astures. Durante el reinado de Augusto, en el año 19 a.C., se inició un periodo de paz, la “Pax Augusta”, que significó la integración plena de Hispania en la órbita romana.

 



La actual provincia de Cádiz era una parte de la circunscripción administrativa del “conventus” gaditano, que abarcaba la mayor parte de la zona costera de la provincia de la Bética que estaba a su vez dividida en cuatro conventos jurídicos: Corduba (Córdoba), Astigi (Écija), Híspalis (Sevilla) y Gades (Cádiz).

La Bética exportaba a Roma productos de tradición milenaria como el vino que en la época romana se almacenaba en ánforas que se fabricaban en los alfares de la Bética, el garum que provenía de Baelo Claudia, una salsa de pescado realizada con vísceras fermentadas y servía como condimento indispensable en la mesa romana junto con el aceite de oliva virgen que gozaba de mucho prestigio y que llegaban a la capital del Imperio Romano a través del Mare Nostrum.

Además de Cádiz, los núcleos de población más importantes fueron Abdera (Adra), Sexi (Almuñécar), Malaca (Málaga) o Hasta Regia (cerca de Jerez de la Frontera). 

                                                                  

Escultura de Hércules en la fachada del Ayuntamiento de Sevilla


Desde la tierra de Villalón, de la Cal y del Flamenco colocamos nuestro sextante en la antigua Híspalis [que proviene del Ispal fenicio o tierra llana] para conocer un poco más la vida de Julio César por estos lares. 

Al pasar por delante del Arquillo del Ayuntamiento de Sevilla nuestra retina capta una escultura de Hércules y otra de Julio César. Un poco más adelante paseando por la calle Trajano, llegamos a la Alameda de Hércules donde se puede apreciar de nuevo otra escultura de Hércules junto a la de Julio César sobre columnas de mármol traídas posiblemente del Traianeum o Templo de Trajano en Itálica, lo que nos hace pensar que César tuvo una relación importante con la capital hispalense hace más de dos milenios. Las dos columnas romanas en la Alameda de Hércules con sus esculturas de Hércules y Julio César las situó en aquel lugar el Conde de Barajas en 1574.

Si a las esculturas de Hércules y Julio César en el Arquillo del Ayuntamiento de Sevilla le añadimos el mítico río Betis [Baetis] romano como importante vía fluvial de la Bética con Itálica como la cuna de dos emperadores: Trajano y Adriano con sus calles correspondientes, nos dará una idea de la importancia de Híspalis y la Bética en el mundo romano, hasta el punto que en la actualidad el término hispalense no sólo equivale a un gentilicio de Sevilla sino que también prima en muchos aspectos culturales de la vida sevillana, como por ejemplo la Universidad Hispalense.

Julio César entró en la antigua Híspalis por la Vía Heraclea, anterior a la Vía Augusta.

Itálica, situada en la parte más meridional de la antigua Hispania, formaba parte de la Vía Augustea, calzada romana desde Roma, que pasaba por los Pirineos, la Tarraconensis -en la España Citerior- hasta llegar a Gades por Itálica, pasando por las ciudades de Corduba, Astigi (Écija) y Carmo (Carmona), de la cual manifestó Cayo Julio César que era la ciudad mejor defendida de toda la Bética.

El río Baetis en Híspalis fluía cerca del teatro romano de Itálica, en la la Vetus Urbs (ciudad vieja). En la época romana era preferible utilizar el transporte marítimo antes que el terrestre, por ser más lento y costoso. Desde Itálica, se pasaba por el templo de Sancti Petri para realizar ofrendas y desde el puerto de Baelo Claudia, hasta el puerto de Ostia en Roma.




Algo similar nos ocurre cuando visitamos en el Museo de Cádiz el cuadro de José Morillo Ferradas “Julio César ante la estatua de Alejandro Magno en el templo de Hércules en Cádiz” o “César visita el templo de Cádiz” de Federico Godoy [1894].

Julio César era partidario del pueblo llano [la plebe] frente a sus adversarios políticos denominados “optimates” que defendían los intereses de la aristocracia de Roma.

Aristocracia [del griego, ἄριστος, aristos “el mejor”, y de κράτος, krátos “poder”. El gobierno de los mejores]. El individuo estaba subordinado a la ley “lex”.

César otorgará a los gaditanos en el 49 a.C. la plena ciudadanía romana.


Derechos de la ciudadanía romana

Los ciudadanos romanos tenían ciertos derechos [al trigo gratuito con el que realizar el pan, votar en las elecciones anuales, ocupar cargos públicos, asistir como espectadores a los juegos], pero tenían que pagar impuestos.

Sólo los ciudadanos romanos [Ius latii] podían gozar de una carrera en el ejército. Los rangos de ciudadanía eran: senadores [con sus bordes morados], patricios y la plebe. Las autoridades ofrecían al pueblo “panen et circenses” para calmar al pueblo.

Escultura de Julio César en la fachada del Ayuntamiento de Sevilla


César en Híspalis

Se atribuye la fundación de Híspalis [Sevilla] a Julio César, que la bautizó bajo el nombre de “Colonia Iulia Romula Hispalis”, latinizando el nombre original fenicio de “Ispal” o tierra llana, añadiendo Julia por su nombre y Romula por ser una colonia romana.

Cuenta la historia que Julio César estuvo en Sevilla entre los años 68 y 65 a.C., cuando era cuestor —magistrado de la antigua Roma— de la provincia. En esta época, acometió algunas restauraciones como las principales murallas y sus torreones, reemplazando la antigua empalizada. Consiguió convertir la ciudad en un importante centro industrial de la Bética.

No cabe duda de que Julio César se encoñaba [como se dice en mi pueblo] con cierta facilidad como lo demuestran sus relaciones con una joven llamada Syoma Julia en Hispalis, con la que tuvo descendencia al igual que lo hiciera más tarde con Cleopatra VII, la última gobernante de la dinastía ptolemaica del Antiguo Egipto con la que tuvo a su hijo Cesarión, entre incontables amantes.

Durante su estancia tuvo una relación con Syoma Julia, con la que tuvo dos hijos, siendo uno de ellos sacrificado por el romano para ganarse la protección de los dioses. Lo asesinó y enterró su cuerpo en los cimientos del arco de la Macarena.

Cuenta la leyenda que Julia huyó de este monstruo castrense y ocultó al hijo pequeño, cambiándole el nombre y la identidad, aunque hay fuentes que afirman que este joven se llamó Bruto y que más tarde se convertiría en uno de los asesinos del político.

No cabe duda de que aquella Híspalis de tiempos pretéritos se encuentra de alguna manera ligada a Julio César  que se proyecta incluso hasta la actualidad, al ser considerado uno de los principales impulsores de Híspalis como una gran metrópolis del sur de Hispania.


Baelo Claudia [Gades]

Gades romana

Desde su fundación por los fenicios en la Antigüedad, Gades fue un enclave comercial de extraordinaria importancia. La flota gaditana estuvo presente en todo el Mare Nostrum, dedicándose sus habitantes al comercio de salazones, minerales y, durante la época romana, al transporte de cereales y aceite de oliva como tributo en especie, desde Gades a Roma como capital del Imperio.

Tal como lo atestigua el geógrafo Estrabón, una parte de la población pasaba largas temporadas en Roma, donde se les reconocería como comerciantes notables. 


Muestra de su consideración social son las dos inscripciones localizadas en las gradas números 11 y 12 de Anfiteatro Flavio con la referencia “Gaditanorum”, que indicaban las gradas reservadas para los gaditanos en el Coliseo entre los siglos II y III de nuestra era.

 


Monumento en Cádiz a Lucio Cornelio Balbo


Los Balbo fueron considerados notables de Gades en Roma. El gaditano Lucio Cornelio Balbo “El Mayor”, amigo y consejero de César, financió junto a su sobrino Balbo ”El Menor” la ampliación del recinto urbano de Gades “la Neápolis de Balbo”. La planificación de la “nueva Gades” debió ajustarse a las características propias del urbanismo romano, basadas en un plano ortogonal presidido por notables edificios públicos, entre los que se conocen templos, un anfiteatro y un teatro, así como infraestructuras como calzadas, acueductos y alcantarillados. Desgraciadamente se conoce bastante poco de su trazado urbano.

Lucio Cornelio Balbo [Balbo el Mayor] perteneció a una rica e importante familia gaditana de origen semita; fue amigo de Pompeyo, de quien recibió la ciudadanía romana junto a los suyos y más decididamente de César, a quien sirvió fielmente.

 

Balbo el Menor, sobrino del anterior, hizo una importante carrera civil y militar, culminada con el proconsulado de África, siendo el primer Provincial, no nacido en Italia, en alcanzar los honores del triunfo. Buscó atraerse el favor popular, con iniciativas que fortalecieran su imagen un tanto autoritaria, como la celebración en Gades de los “Ludis teatrales” en el edificio erigido en el año 43 a.C.

 


Monumento a Hércules. Museo de Cádiz


El Templo de Melkart-Hércules

Los fenicios construyeron en el extremo sur de la isla gaditana un templo en honor de Melkart, la deidad principal de Tiro que estaba relacionada con la vida, la protección del comercio y de los navegantes. Posteriormente, el dios fenicio-púnico fue asimilado al griego Heracles y el santuario se relacionó con su recorrido por el extremo oeste y las columnas que levantó a cada lado del Estrecho de Gibraltar cuando unió el Mediterráneo con el Atlántico.

En el Herakleion, el templo de Melqart-Hércules en el antiguo Gades [en lo que hoy es Sancti Petri en Chiclana de la Frontera] se conservaron sus cenizas según la tradición, y había dos columnas de bronce en su entrada. Fue visitado por Aníbal y Asdrúbal; Julio César consultó su oráculo, y Adriano extendió su culto en Roma.

El templo de Melqart-Hércules llegó a ser un importante centro de peregrinación para filósofos e historiadores, taumaturgos “que practican la santería y la magia” e incluso personajes públicos como el cartaginés Aníbal o los romanos Fabio Máximo o el mismo Julio César que acudían para rogara los dioses la protección y prestigio en sus campañas militares o la protección en el viaje de regreso al puerto de Ostia, en la capital del Imperio "Roma" a cinco días de navegación desde Gades.

El templo de Melqart estaba dedicado al “dios del sol y de la navegación” e iban los fieles para pedir un feliz viaje de regreso o dar las gracias por haber llegado hasta allí sanos y salvos. Para César era una visita obligada, pues admiraba tanto a Alejandro como a Hércules, identificado en Cádiz con Melqart. Más allá del poniente de Gades sólo había un abismo insondable.

Dicen las páginas de la historia que Julio César, tras un inquietante sueño en el templo dedicado a Melkart-Hércules en Cádiz, rompió a llorar frente a la estatua de Alejandro Magno porque a su edad Alejandro ya había dominado el mundo mientras César aún o había hecho nada memorable. Tanto Pompeyo como el propio César, inspirados por las hazañas de Alejandro, albergaban claras tendencias hacia un poder personal.

Cuenta Suetonio en su «Vida de César» (VII) que Alejandro murió con treinta y dos años, siendo dueño del mundo mientras César tenía cuarenta años cuando llegaba a Cádiz. Aquel ensueño le hará volver a Roma para esperar acontecimientos. No hay que olvidar que los sueños para los antiguos mostraban indicaciones sobre su futuro. Pero, el Senado en aquella época era una jaula de grillos entre los optimates que defendían los intereses de la aristocracia y los populares con César a la cabeza, que defendían los intereses del pueblo.

César estuvo en Hispania hasta en cuatro ocasiones: las dos primeras, por razón de su cargo; y las otras dos por circunstancias de la guerra. En cada una de estas ocasiones estuvo en Gades.


Busto de Julio César [no expuesto]. Museo del Prado. Giovanni Bonanone. 1562


Visitas de Julio César a Hispania Ulterior

Su primera visita fue en el año 69 a.C. cuando comenzaba su carrera política como “questor” [con 32 años de edad] para los asuntos económicos y la administración de justicia ya que Córdoba se encontraba demasiado lejos de Gades. César en Cádiz entabló una gran amistad con el mayor de los Balbos, que adoptó el nombre de Lucio Cornelio. César decide volver a Roma el año 68 a.C.

César sabía que el Portus Gaditanus resultaba capital para someter África y el extremo del Mar Interior. Gades siempre mantuvo unas buenas relaciones con Roma y su apoyo incondicional en varios momentos importantes, la convirtió en un ejemplo del paso de una civitas a un municipium.

César no volverá a Hispania Ulterior hasta el 61 a.C. con ocasión de su primera propretor queriendo volver a Roma envuelto en la gloria para poder aspirar al consulado y obtener recursos financieros. César vuelve de nuevo al Templo de Hércules para rogar por el éxito de su empresa militar y se pone a la cabeza de las legiones camino de Lusitania mientras la flota de Gades a disposición de César se ponía en marcha rumbo norte contra los lusitanos que se habían refugiado en una isla cercana a la costa atlántica. El éxito de César contra los lusitanos fue rotundo.

Tras cerca de dos años en Hispania Ulterior regresa César al corazón de la República de Roma donde se disputaban el poder dos facciones políticas, entre intrigas y conjuras. César se marcha a las Galias con su amigo y confidente Balbo y pone pie en Britania. Las hostilidades entre Pompeyo y César estallan en el 49 a.C. y César se encuentra ante el dilema de levantarse en armas contra el gobierno de Roma “cruzar el Rubicón”.

La tercera vez que vino César a Hispania será en el 49 a.C. para perseguir a Pompeyo que había embarcado en Brindisium rumbo a Grecia. César se desplazó de nuevo al santuario de Hércules y allí los sacerdotes le explicaron que su sueño era un presagio de que se alzaría con el Imperio. César recompensó a Gades concediéndole la Ciudadanía Romana “Civitas romana pleno iure” a todos sus ciudadanos, medida que sería ratificada tres meses más tarde por el Senado Romano.

Gades era ya jurídicamente “Municipium de Derecho Romano”. César desde el punto de vista militar tenía asegurada la plaza de Gades, bien protegida por tierra y por mar con un fuerte poder financiero. El financiero Cornelio Balbo, fiel a César, apoyaría con sus fondos la causa política de César.

La cuarta y última visita que realizó César a Gades será también por razón de la guerra. César salió de Roma a finales del 46 a.C. triunfando en la decisiva batalla de Munda el 17 de marzo del 45 a.C.

 


Estatua de Julio César en la Alameda de Hércules de Sevilla


...Pero la biografía de Cayo Julio César [Gaius Iulius Caesar] como uno de los estadistas más grandes que haya dado la historia es mucho más extensa. Estamos ante un hombre que ocupó sucesivamente todos los cargos públicos del Cursus Honorum romano hasta llegar al poder: 

Flamen Dialis “Sacerdote de Júpiter”/Pontifex Maximus “Potífice máximo”/Cuestor, edil y Propretor [1 año] o gobernador de Hispania Citerior/ Cónsul o magistrado de más alto rango que gobernó Roma con Pompeyo y Craso/ Dictador Perpetuus.

César cuestor [magistrado romano] en el 69 a.C. y pretor [comandante de un ejército] en el 63 a.C. En el 58 fue elegido cónsul gracias al apoyo de Pompeyo y Craso con los que formó el Primer Triunvirato. Derrota a los galos en el 58 a.C. y en el 52 a.C. al líder galo Vercingetórix completando la conquista de la Galia. Por si esto fuera poco, invadió dos veces Britania. César había conquistado desde la Galia hasta el Rín y Egipto como provincia romana y granero de la Ciudad Eterna, expresión Urbs Aeterna acuñada por el poeta latino Albio Tibulo en su libro Elegías.

Cayo Julio César nació el 12 de julio del 100 a.C. Su padre, también Cayo Julio César, fue un pretor que gobernó la provincia de Asia, y su madre, Aurelia Cota, era noble de nacimiento. Ambos se alinearon a la ideología “populare” de Roma que favorecía la democratización del gobierno y más derechos para las clases bajas, como opuesto a la facción patricia “optimate” que reclamaba la superioridad de la nobleza y los valores tradicionales romanos que favorecían a las clases superiores. Optimates y Populares eran ideologías políticas antagónicas con frecuentes desencuentros.

Cuando César tenía 16 años muere su padre y se convierte en la cabeza de la familia “Pater Familias”. Decidió que perteneciendo al sacerdocio traería mayor beneficio a su familia, logrando ser nominado como el nuevo “Flamen Dialis” (sacerdote supremo de Júpiter).

César rompió su compromiso con una mujer plebeya y se casó con una patricia, Cornelia, hija de un miembro influyente y de alto perfil de los populares, Lucio Cornelio Cina. Cuando el gobernante romano Sila se autoproclamó dictador inició una purga sistemática de sus enemigos y, particularmente, contra aquellos que mantuvieran la ideología “populare”.

César fue atacado y huyó de Roma, pero su sentencia fue revocada a través de la intercesión de la familia de su madre. Aun así, se le fue retirado de su posición como sacerdote y la dote de su esposa fue confiscada. Sin medios para mantenerse a sí mismo y a su familia, César se unió al ejército.

César fue premiado con la corona cívica por salvar una vida en la batalla, y fue promovido al personal del legado militar en Bitinia, para asegurar una flota de barcos. César tuvo éxito y, cuando Sila murió, decide regresar a Roma para probar fortuna como orador (un abogado actual) demostrando tener prestigio convirtiéndose en uno de los grandes oradores de Roma, a la altura de Cicerón.

En el 75 a.C., mientras navegaba a Grecia, César fue secuestrado por piratas y retenido para el pago de un rescate. Se dice que cuando los piratas le comentaron que sería rescatado por veinte talentos, César reclamó que valía al menos cincuenta. Mientras estuvo cautivo por ellos, César fue tratado bien y mantuvo constantemente una relación amistosa con los piratas.

Se dice que César repetidamente les comentó a ellos que, al momento de su liberación, los cazaría y los haría crucificar por la ofensa a su familia y su dignidad personal, amenaza que los piratas tomaron a burla. Sin embargo, al ser liberado, César cumplió dicha amenaza.

De vuelta en Roma, César fue elegido como tribuno militar. Al morir su esposa Cornelia, se casó con Pompeya, una rica nieta optimate del dictador Sila. César con suficiente prestigio decide apoyar a Cneo Pompeyo “Pompeyo Magno” para general. Durante este tiempo, también se hizo amigo del hombre más rico en Roma, Marco Licinio Craso.

Se piensa que Craso, ayudó a financiar la apuesta de César en la elección para el puesto de Pontifex Maximus (pontífice máximo) que ganará en el 63 a.C. En el 62, es elegido pretor. Se divorció de Pompeya y zarpa hacia España en el 61 como propretor (gobernador) de Hispania.

En Hispania, César derrotaba a las tribus guerreras hostiles, trayendo estabilidad a la región, mientras se ganaba la lealtad de sus tropas gracias a su habilidad en el campo de batalla. Fue premiado con un consulado por el Senado.


Antiguo río Baetis romano bautizado por los andalusíes como Wad al-Kabir "Guadalquivir"

Primer Triunvirato

De regreso a Roma con altos honores, César entró en un acuerdo político con Pompeyo y Craso. En el año 60 a.C. se casó en terceras nupcias con Calpurnia, la hija de un poderoso y rico senador populare. Además casó a su hija Julia con Pompeyo para consolidar aún más su acuerdo. Así, César, Pompeyo y Craso gobernaron juntos a Roma.

César como cónsul, impulsó medidas que favorecían a Pompeyo y Craso en el Senado, como la reforma agraria para los legionarios licenciados [reparto de tierras].

César propuso una legislación para reformar el gobierno, oponiéndose al sentimiento patricio “optimate”, y una redistribución de la tierra para los pobres, ambos objetivos populares durante largo tiempo. Sus iniciativas fueron apoyadas por la riqueza de Craso y los soldados de Pompeyo, alineando así el Primer Triunvirato a la facción “populare”.

Mientras César fuera un servidor público estaba a salvo de ser procesado por sus enemigos optimates pero, cuando su consulado terminara, estaba seguro de que iba a ser procesado. Aún más, César estaba profundamente endeudado, tanto financiera como políticamente, con Craso, y necesitaba incrementar tanto su prestigio como sus recursos financieros. Y eso pasaba por obtener legiones a su cargo. Eso se produce en el 59 a.C. con la ayuda de Pompeyo y Craso que junto a César tienen mayoría en el Senado Romano.

 
Vercingétorix arroja sus armas a los pies de Julio César 
Lionil Noel Royer (1899) 


La Conquista de la Galia

Quien no recuerda la grata lectura de la serie de Astérix el Galo con su inseparable Obélix y aquellas pócimas mágicas en una aldea de la Galia alrededor de 50 a.C. [Astérix en Bretaña, Astérix con Cleopatra, entre un largo etcétera] en la antigua biblioteca de mi pueblo a finales de los años 60 y comienzos de los 70 del siglo pasado y que hizo las delicias de nuestra infancia.


César se dirige a la Galia en el año 58 a.C. derrotando a las tribus hostiles como ya lo había hecho en España asegurando los limes [fronteras] de las provincias. Cuando las tribus germánicas parecían amenazar con invadir, César construyó un puente sobre el río Rin, marchó con sus legiones como una demostración de fuerza, retrocedió y desmanteló el puente. Los germanos entendieron el mensaje y nunca invadieron.

Craso es derrotado y muerto en la batalla de Carras [Mesopotamia] contra los partos en el 54 a.C. Ese mismo año, Julia murió en el parto.

César derrotó a las tribus del norte e invadió por dos veces Britania (la primera incursión de Roma en las Islas Británicas). En la batalla de Alesia, en el 52 a.C., César derrotó al líder galo "Vercingétorix" completando la conquista de las Galias.

Pompeyo era ahora el único poder militar y político en Roma e hizo al Senado declarar la gubernatura de César en Galia terminada ordenando a Julio César su regreso a Roma como un ciudadano privado, lo que significaba que podría ser procesado por sus acciones cuando era cónsul.

De vuelta en Roma, el Primer Triunvirato se había desintegrado con la muerte de Craso y con Pompeyo alineado con la facción optimate. Con la muerte de Julia y sin ataduras, César decide en el 54 a.C. cruzar con sus legiones el Rubicón, considerado la frontera entre la Galia y Roma.


César cruzando el Rubicón, por Adolphe Yvon (1875)


César cruza el Rubicón

César cruzó el río Rubicón con sus legiones marchando sobre Roma en el 49 a.C. para derrocar al cónsul Pompeyo, lo que fue considerado un acto de guerra "casus belli" al ser el Rubicón la frontera natural entre el poder del gobernador de las Galias y Roma, que no se podía pasar con legiones. Cruzarlo ya no tendría vuelta atrás.

Pompeyo huye a Hispania y luego a Grecia donde sería derrotado por César en la Batalla de Farsalia en el 48 a.C. Escapa de la batalla y pone rumbo a Egipto donde esperaba encontrar amigos. Pero los egipcios entendieron que los dioses favorecían a César en lugar de Pompeyo, asesinando a éste al pisar la costa.


Liz Taylor en el papel de Cleopatra [1963]


César se alía con Cleopatra

César había derrotado a Pompeyo en una guerra civil, consiguiendo dominar Egipto [el granero del Mediterráneo] y aliarse con Cleopatra, expandiendo las fronteras de la República de Roma, aprobando además leyes que favorecían a las clases populares en detrimento de los patricios. Por ello, los optimates verán a César como una amenaza para sus intereses, y no se lo perdonarán.

César llega a Egipto en persecución de Pompeyo, mostrando su indignación sobre la muerte de Pompeyo, proclamando la ley marcial y tomando el control del palacio real. Manda a buscar a Cleopatra VII quien reconoce en César su única esperanza de recuperar el trono. César depuso Ptolomeo XIII, aliándose con Cleopatra. Se inicia una guerra entre las legiones de César y el ejército egipcio. César y Cleopatra resistieron durante seis meses hasta que llegaron los refuerzos en marzo del 47 a.C., siendo el ejército egipcio derrotado.

César y Cleopatra se convierten en amantes permaneciendo César con ella en Egipto durante nueve meses. En el 47 a.C. Cleopatra dio a luz a un hijo, Ptolomeo César (conocido como Cesarión) y lo proclamó como su heredero y sucesor al trono.

"Cesarión" era hijo de Julio César [no reconocido] y Cleopatra, por lo que no era muy bien visto en Roma, pues daba un cierto poderío a su madre extranjera. Tomará el nombre de Ptolomeo XV César.

En este tiempo, Farnaces, hijo de Mitrídates, fomentó una rebelión en el este y César se lanzó a aplastarla. Dejando a Cleopatra como gobernante en Egipto, César dirigió a sus legiones a través de Asia Menor, derrotando a las tribus y subyugando a los pueblos, después dirigió su atención a sus enemigos en Roma.

En la Batalla de Tapso (cerca de la actual Túnez), las legiones de César derrotaron a las fuerzas de la facción optimate en el 46 a.C.

En el año 46 a.C. Julio César decide en su honor añadir el mes de julio en el calendario romano que pasaba de diez a doce meses.

César recibió el título de "Dictator Perpetuus" (dictador vitalicio) en el 44 a.C. En julio de ese año, regresa a Roma victorioso trayendo a su amante Cleopatra con su séquito a Roma y los instala cómodamente en una casa que visitaba frecuentemente, a pesar del hecho que aún seguía casado con Calpurnia. El Senado se indigna por esta indiscreción ya que la bigamia estaba perseguida.

Cuando César se convirtió en dictador de por vida, el poder civil y militar de Roma cayó en sus manos.

Cleopatra esperaba que César legitimara a Cesarión como su hijo y heredero. César, sin embargo, nombró su sobrino-nieto, Cayo Octavio Turino (Octaviano), su heredero.

César inició varias reformas incluyendo una mayor redistribución de tierra entre los pobres, una reforma agraria para los veteranos que eliminaba la necesidad de desplazar a otros ciudadanos, así como reformas políticas que probaron ser impopulares en el Senado. Gobernó sin tener en cuenta al Senado, incrementando su propio poder personal. De igual manera, reformó el calendario, creó una fuerza policíaca, ordeno la reconstrucción de Cartago, y abolió el sistema tributario, entre otras muchas leyes.

Su tiempo como dictador ha sido considerado como próspero para Roma pero los senadores de la facción optimate temían que se estaba convirtiendo en demasiado poderoso y podría abolir pronto el Senado por completo para gobernar como rey.


Asesinato de Julio César en el Senado

 Vincenzo Camuccini (1771–1844). Galería Nacional de Arte Moderno. Roma


La Muerte de César y sus consecuencias

Hasta su hijastro Brutus apuñaló a César a pesar de que había sido nombrado pretor o magistrado por éste. Se dice que cuando César vio a Bruto entre ellos dejó de luchar y exclamó:

Tu quoque, Brute, fili mi
¡Tú también, Bruto, hijo mío!

En el 15 de marzo del 44 a.C., César fue asesinado por los senadores en el pórtico de la basílica de Pompeyo Magno. Entre los asesinos se encontraba Marco Junio Bruto, la segunda opción de César como heredero, y Cayo Casio Longino, entre otros (algunas fuentes antiguas citan hasta sesenta asesinos).

Casca y Bruto serían los primeros en herirle aunque todos los conspiradores tenían que herirlo, al menos una vez, para que así la culpa recayese en todos y ninguno pudiera traicionar a los demás conspiradores.

César fue asesinado al querer cambiar un sistema político anquilosado en un Imperio en expansión sufriendo 23 puñaladas entre 60 senadores que conspiraron contra él. Queda demostrado que eran muchos senadores los que portaban armas en el interior del Senado. Sus autores se negaban aceptar una dictadura perpetua y para evitar la deriva popular que había tomado gobierno de Cayo Julio César en detrimento de los sectores más conservadores “optimates” que entendían que César era invulnerable ante sus soldados.

Pero, los asesinos cometieron el error de descuidar el plan de lo que harían después de la muerte de César y, al hacerlo, permitieron vivir por accidente a Marco Antonio, primo y mano derecha de César. Marco Antonio cambió el curso de la opinión popular romana contra los conspiradores y, aliado con Octaviano, derrotaron a las fuerzas de Bruto y Casio en la Batalla de Filipos en el 42 a.C.

La mayoría de los instigadores que dieron muerte a César serían descubiertos muriendo durante las purgas de Augusto durante el segundo triunvirato (Octavio, Lépido y Marco Antonio) como venganza por la muerte de César.

Aquel apuñalamiento marcará definitivamente el destino de Roma en tránsito hacia el Imperio con Octavio Augusto, quien debería de haber alertado a César de que existía una conspiración contra su él. Tras el asesinato de Julio César, la República romana tenía los días contados.

Julio César tenía planes para atacar la Dacia y Partia, pero su asesinato en los idus de marzo del 44 a.C. le privaron de ello. La muerte de César traerá consigo la guerra civil. Octavio era odiado por Marco Antonio por que le quitó su derecho al trono de Roma.

Tras la muerte de César en el 44 a.C. Cleopatra emigra a Egipto llegando a compartir el trono con su hijo.


Fotograma de la película Cleopatra [1963] con Liz Taylor y Richard Burton


Marco Antonio y Cleopatra

Marco Antonio no podía olvidar a Cleopatra a la que conoció en el 41 a.C. repudiando a su esposa Octavia con la que había tenido dos hijas. Regresa de nuevo a Egipto para reencontrarse con “su reina” Cleopatra VII con la que se aliaría más tarde, después de la victoria contra los asesinos de César. Octaviano pensó que Marco Antonio representaba una amenaza considerable para Roma. 

Marco Antonio y Cleopatra pensaron que fácilmente podrían vencer a los romanos cuyas legiones eran invencibles en tierra. La larga rivalidad entre Marco Antonio y Octavio se decidió en la batalla naval de Actium (Accio) en las costas occidentales griegas alrededor del año 31 a.C., la victoria del general Agripa fue tan contundente que Marco Antonio se vio obligado a retirarse a Egipto.

Marco Antonio es abandonado por las tropas egipcias, aunque consiguió huir se refugió con Cleopatra en Alejandría en el 30 a.C. Marco Antonio recibe la falsa noticia de que Cleopatra había muerto, y el romano, que le había prometido a su amada que a la muerte de uno le seguiría la muerte del otro, decide, el 1 de agosto del 30 a.C., quitarse la vida clavándose su propia gladius o espada romana. Aunque Cleopatra intentó seducir a Octavio con sus mejores galas como lo había hecho anteriormente con César y Marco Antonio, Octavio no cayó en sus redes.

Nadie sabe exactamente las causas de la muerte de Cleopatra. Será el médico romano Galeno [119-216] quien mencione el veneno del áspid, siglo y medio más tarde.

Tras sus muertes, Octaviano ordenó asesinar al hijo de Cleopatra, Cesarión. Después de consolidar su poder como el primer emperador de Roma, deificó a César y, como su heredero adoptivo, se autoproclamó el hijo de un dios y tomó el nombre de César Augusto, siendo el primer emperador de Roma.

Cleopatra y Marco Antonio tuvieron tres hijos: Alejandro Helios, Cleopatra Selene y el pequeño Ptolomeo Filadelfo. Fueron llevados a Roma donde fueron educados. Cleopatra Selene se casó con Juba, un rey menor, siendo enviada a gobernar Mauritania. Tuvieron un hijo Ptolomeo quien heredó de su padre el trono del estado de Mauritania en el año 23.


Desde la capital hispalense que fuera bautizada por Julio César bajo el nombre de “Colonia Iulia Romula Hispalis", donde Itálica llegara a ser la cuna natal de los emperadores Trajano y Adriano, con el eterno río Betis como vía fluvial, para el blog de mis culpas...



P.D. Periodos de la Monarquía, República e Imperio Romano:
  • Con Tarquinio el Soberbio “último rey de Roma” terminaba la Monarquía [753-509 a.C.] desde su fundador Rómulo, convirtiéndose Roma en República.
  • El ascenso al poder de Julio César marcará la transición entre la República [509-27 a.C.] y el Imperio Romano.
  • César Augusto, primer emperador de Roma [27 a.C.-476 d.C.].

 

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