El pasado 24 de mayo de 2013 en el Palacio de Congresos de Sevilla bajo la dorada cúpula dasmascena rematada por el “yamur” –que significa plenitud-, tuvo lugar el acto de graduación de la "XXXVI Promoción de Farmacia" de la Universidad de Sevilla. Plenitud emocional de unos padres que han observado durante el lustro 2008-2013 el esfuerzo y la constancia en el estudio, lo que nos llena de satisfacción.
Y como humilde homenaje, me permito narrar un maravilloso viaje fin de carrera titulado "Atenas y Estambul, crisol de culturas", aunque virtual para el que escribe estas humildes letras, ha sido maravilloso e inolvidable para muchos alumnos de la "XXXVI Promoción de Farmacia" y que comparto con agrado.
Como dice el himno universitario por excelencia "Gaudemus Igitur" [disfrutemos mientras somos mozos; tras la alegre juventud, tras la dura senectud, bajo tierra todos].
...Llegamos a la ciudad de Atenas, considerada como “La cuna de Occidente” a las 17,00 horas del día 29 de abril de 2013, desde la capital de España. Nada más llegar, embarcamos en el crucero MV Zenith rumbo a Santorini, un pequeño archipiélago situado en el sur del Mar Egeo y que fue colonizado por los minoicos en el 3000 a.C. Sufrió en el 1630 a.C. uno de los fenómenos geológicos más particulares de la Historia: una erupción volcánica seguida de un terremoto, que hizo que la isla se partiera en dos, hundiéndose una de esas mitades y dándole su forma de media luna. Se dice que Santorini podría ser la perdida Atlántida. En el siglo VII A.C. la llamaron Fira (Thira) y los venecianos, que la dominaron en el siglo XIII, la rebautizaron Santorini en honor de la Santa Irene. Una isla fascinante con playas de arenas negras flanqueadas por acantilados volcánicos llenos de pueblos blancos.
Como dice el himno universitario por excelencia "Gaudemus Igitur" [disfrutemos mientras somos mozos; tras la alegre juventud, tras la dura senectud, bajo tierra todos].
...Llegamos a la ciudad de Atenas, considerada como “La cuna de Occidente” a las 17,00 horas del día 29 de abril de 2013, desde la capital de España. Nada más llegar, embarcamos en el crucero MV Zenith rumbo a Santorini, un pequeño archipiélago situado en el sur del Mar Egeo y que fue colonizado por los minoicos en el 3000 a.C. Sufrió en el 1630 a.C. uno de los fenómenos geológicos más particulares de la Historia: una erupción volcánica seguida de un terremoto, que hizo que la isla se partiera en dos, hundiéndose una de esas mitades y dándole su forma de media luna. Se dice que Santorini podría ser la perdida Atlántida. En el siglo VII A.C. la llamaron Fira (Thira) y los venecianos, que la dominaron en el siglo XIII, la rebautizaron Santorini en honor de la Santa Irene. Una isla fascinante con playas de arenas negras flanqueadas por acantilados volcánicos llenos de pueblos blancos.
El Segundo día el MV Zenith puso proa hacia la antigua Esmirna (cuna de Homero en el siglo VIII a.C.), [en turco Izmir], primera ciudad grecorromana del mundo antiguo y que significa “la perla del Egeo” siendo una de las ciudades más cosmopolitas del mundo. Es considerada la ciudad más occidentalizada de Turquía e incluye antiguas ciudades de renombre mundial como Éfeso, Pérgamo y Sardes. En Izmir visitamos los restos arqueológicos de su antigua Ágora, término que proviene del griego ἀγορά, que significa Asamblea, como espacio abierto de la cultura y política en la vida social. Es el segundo mayor puerto de Turquía tras Estambul.
Izmir, cuna de Homero en el siglo VIII a.C. donde XXVIII siglos después, pasó la XXXVI Promoción de Farmacia de la Universidad de Sevilla desde el Mar Egeo hacia los Dardanelos, para atravesar el Mar de Mármara y el Estrecho del Bósforo para arrivar a las costas de la antigua Constantinopolis y volver hacia la antigua Athenae, cuna de la Democracia.
El Tercer día, atravesamos el Estrecho de los Dardanelos cuya longitud de 70 kilómetros de largo separa Europa de Asia hasta llegar al Mar de Mármara que une las aguas del Mar Negro con el Mar Egeo.
La retina de la historia nos recuerda que el Estrecho de los Dardanelos ha jugado un papel geoestratégico. La legendaria e inexpugnable ciudad de Troya con sus poderosos muros se hallaba cerca de su entrada occidental. En 1870 un arqueólogo alemán (Schliemann) rescata del olvido los restos arqueológicos de la hasta entonces mitológica Troya, demostrando que “La Iliada” describía escenarios históricos. En este momento, la comunidad científica empezó a cuestionarse el relato de la Guerra de Troya como cierto.
La principal fuente de la guerra de Troya, en griego Τροία (Troia) o Ίλιον (Illión), ha sido narrada en el siglo VIII a.C. por el célebre aeda ciego Homero en su gran epopeya “La Iliada”.
Troya estaba situada estratégicamente. Por lo tanto, controlaba las rutas comerciales con Oriente junto con el tráfico marítimo hacia el Mar Negro que canalizaba los mercados del trigo y de los metales a lo que había que añadir el peaje que los navíos que franqueaban el antiguo Helesponto debían pagar al rey de Troya, lo que levantó la codicia de los reyes aqueos. Por tanto, el rapto de Helena tan sólo fue el “casus belli” para “legitimar” de algún modo la expedición de castigo y el saqueo de Troya por parte de los pueblos aqueos.
El ejército de Jerjes I y Alejandro Magno cruzaron los Dardanelos en sentidos opuestos para realizar sus invasiones, en 480 a. C. y en 334 a. C. respectivamente. Dicho estrecho geoestratégicamente situado ha sido vital para la defensa de Constantinopla durante el período bizantino, y controlado partir del siglo XIV por el imperio otomano.
Monumento a Atatürk |
También visitamos el monumento a Mustafa Kemal Atatürk, célebre estadista y primer presidente de la moderna República de Turquía en la que cada 10 de noviembre, millones de turcos en su honor, guardan un minuto de silencio a la hora exacta de su fallecimiento.
El cuarto día observamos el Estrecho del Bósforo conocido también como el “Estrecho de Estambul”, con más de 30 kilómetros de longitud, que atraviesa Estambul y separa Europa de Asia mediante el famoso puente colgante.
La antigua Istambul a orillas del Bósforo, es la ciudad más grande de Turquía siendo a lo largo de la historia un crisol importante de culturas. Límite natural y paso obligado de todas las rutas marítimas de los países bañado por el Mar Negro. Estambul es la ciudad de Santa Sofía de Constantinopla, de la Mezquita Azul, de Solimán el Magnífico, del Gran Bazar, del palacio de Topkapi y un largo etcétera. Posiblemente sea sin lugar a dudas, una de las ciudades más bellas del mundo. El almuecín desde el alminar de las mezquitas -rematadas por al tradicional yamur con sus tres bolas metálicas decrecientes ensartadas cuyo significado permite la reflexión sobre el progresivo desprendimiento de la materia para alcanzar la plenitud espiritual, representada por la media luna en la cultura musulmana- llama a la oración de los fieles cinco veces al día: una al amanecer, después del mediodía, una por la tarde, una al ocaso y la última por la noche, lo que impregna de cierto misticismo la retina del viajero.
Palacio de Topkapi |
Estambul, llamada Bizancio hasta el 330 y Constantinopla hasta 1453, nombre con el que se llamó en Occidente hasta 1930. Haciendo un poco de historia, la división del Imperio romano puso al descubierto el dualismo latente entre Occidente y Oriente, el mundo latino y el griego, Roma y Constantinopla, tanto en el terreno religioso, donde las tensiones provocaron enfrentamiento y el “Cisma de Oriente” como la separación del Papa y de la Cristiandad de Occidente de Oriente y sus patriarcas, en especial el Patriarcado Ecuménico de Constantinopla.
El distanciamiento entre ambas Iglesias comienza a gestarse desde el momento mismo que el emperador Constantino el Grande decide trasladar, en el 313 d.C., la capital del Imperio romano de Roma a Constantinopla y se inicia cuando Teodosio el Grande divide a su muerte (395) el Imperio en dos partes entre sus hijos: Honorio, reconocido emperador de Occidente, y Arcadio, de Oriente: que se consuma definitivamente en el siglo XI con Miguel I Cerulario como Patriarca de Constantinopla.
Durante el periodo otomano los turcos la llamaban Ýstambul, alteración de la frase en griego: eis-tan-pólei (ir a la ciudad), pero oficialmente se usaba Qustantaniyyeh (Ciudad de Constantino), en árabe.
Existe cierta similitud entre las cadenas de la antigua Isbilya y Constantinopla [ambas con la intención de detener el paso de naves enemigas].
El río Guadalquivir [Wad al Kabir para los andalusíes] tuvo una importancia estratégica como principal entrada comercial de mercancía en la antigua Isbilya [Sevilla]. Disponía de una gruesa cadena que cruzaba el río desde la antigua fortaleza de San Jorge y el Arenal evitando el paso de buques enemigos. La inexpugnable Constantinopla contaba también como elemento defensivo con una enorme cadena de 800 metros que atravesaba desde la Torre de Gálata hasta la torre Eugenio, impidiendo al enemigo atravesar con sus naves el Cuerno de Oro.
La caída de Constantinopla bajo el dominio turco [Mehmet II] el 29 de mayo de 1453 impactaría al mundo cristiano [Constantino XI] tanto que llegaría a considerarla el final de la Edad Media llegando a formar parte del Imperio otomano hasta su disolución el 1 de noviembre de 1922.
Cuentan las crónicas de la época que la flota otomana fue interceptada varias veces por la gruesa cadena de hierro que fuera reforzada por Constantino y que llevaba más de siete siglos protegiendo el puerto. La cadena pesaba 30 toneladas y protegía Constantinopla de la entrada de la flota enemiga. El 21 de abril el sultán otomano Mehmet II urde un brillante plan al ordenar la construcción de una plataforma de madera de más de 2 km entre el Bósforo y el Cuerno de Oro, logrando pasar el 24 de abril 76 navios, quedando los defensores atrapados entre dos fuegos, demostrando así que Mehmet II también fue un gran estratega.
Si los vikingos como expertos navegantes sembraron el terror en Europa con sus drakkar en Inglaterra, Normandía, la isla de Cité [París], Algeciras y la antigua Isbilya [Sevilla], Sicilia, llegando incluso a las costas de Siria [Lataquía] y Turquía [Antioquía], es razonable pensar que el sultán Mehmet II podía haber conocido las gestas de Ragnar Lodbrok, Siegfried y Rollón [que hizo algo similar en el 885 durante un nuevo asedio de París al llevarse sus barcos por tierra río arriba evitando las fortificaciones], llevándolo a la práctica cinco siglos y medio más tarde, mientras los cañones turcos [bombardas] bombardeaban las murallas de Constantinopla.
El comercio entre la Europa cristiana y Asia quedó cortado por tierra y por mar, lo que llevaría a los navegantes portugueses buscar rutas alternativas bordeando África para llegar a la India y China [Catay] en busca de las preciadas especias, indispensables para conservar los alimentos junto con la seda cuya ruta estaba ocupada por el Imperio otomano.
Estambul ha sido la capital del Imperio romano-Imperio bizantino (330-1204 y 1261-1453), del Imperio latino (1204-1261) y del Imperio otomano (1453-1922).
El nombre oficial de Ýstanbul fue impuesto el 28 de marzo de 1930. Alberga más de una docena de universidades y es sede del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, cabeza de la iglesia ortodoxa griega. Las zonas históricas de Estambul fueron declaradas “Patrimonio de la Humanidad” en el año 1985 por sus importantes monumentos y restos históricos. Visitamos el Gran Bazar de Estambul se remonta a la época de Mehmed II, construido en 1455 y alrededor se fueron instalando los talleres artesanos formando las calles gremiales con más de 3.600 tiendas que se distribuyen en 64 calles. Para acceder al recinto existen 22 puertas.
El quinto día navegamos cruzamos el Bósforo y los Dardanelos en dirección a Mykonos, una de las islas griegas más típicas, perteneciente al grupo de las Cíclades, siendo una de las más visitadas por su proximidad a Delos. Sus aguas azules, sus capillas blancas, los molinos y sus luminosas casas pintadas dos veces al año, hacen de esta isla un lugar maravilloso.
El sexto día regresamos a Atenas, la antigua “Athenae”, ciudad donde se instauró la "Primera Democracia" formal de la que tenemos noticias. Pudimos apreciar el Partenón perteneciente al siglo V a.C. del glorioso Pericles junto con los restos de su Acrópolis con las cariátides –columnas de figuras femeninas-, el templo de Atenea ó el teatro de Dionisos en su falda construido en el siglo VI a.C. en forma semicircular para permitir la buena visión así como la acústica, con el escenario elevado donde la imaginación nos extrapola las tragedias clásicas de Esquilo, Sófocles, Eurípides ó Aristófanes.
Después de esta fascinante visita, visitamos el casco antiguo de Atenas, el barrio de la Plaka y el Estadio de atletismo en Atenas Panathinaikó que acogió los Juegos Olímpicos Modernos en 1896 y que fue reconstruido a partir de los restos de un antiguo estadio griego en mármol blanco, siendo uno de los estadios más antiguos del mundo.
Al término de nuestro grato viaje de las mil y una noches, regresamos la noche del 6 de mayo de 2013 a la realidad.
Agradezco a Carolina, la deferencia que ha tenido al compartir su maravilloso viaje fin de carrera [de la XXXVI Promoción de Farmacia de la Universidad de Sevilla] con el Blog de mis culpas.
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