Foto. Antonio Ramos |
¡Cuando muera el último calero, se habrá quemado el último pergamino de una biblioteca viviente que ha contribuido fielmente a un desarrollo sostenible de su hábitat con un alto interés etnológico!.
Breve introducción
Las Caleras de la Sierra junto con la Sierra de Monte Gil pertenecen por derecho propio a esos olores inconfundibles de nuestra infancia que embriagaban nuestros sentidos y cuyos efluvios serranos permanecen grabados en la retina de nuestro recuerdo de los que empezamos a peinar ya alguna que otra cana.
Recuerdo aquel olor a azahar en la antigua finca de Espartero de Dohn Pohren donde en la ribera del río se bañaban los chiquillos más atrevidos bajo el aroma de tomillo y romero. También recuerdo la figura tradicional del calero con el canasto de mimbre en la mano esperando en el "cruce de la plata" para ser trasladado por algún camión y poder empezar su larga jornada laboral partiendo y colocando piedras que depositaban en el horno con abundante leña de olivo partidas por los leñadores.
Aquéllas fuentes de agua potable desaparecidas al pie de la Sierra, en Esparteros y Guadaíra, donde los zagales bebíamos agua fresca con la talega de pan colgada al hombro junto con algún que otro palmito o hinojo que cogíamos por el camino sin olvidar aquéllos domingos cuando algunos propietarios de los escasos vehículos que existían, entre los que recuerdo aquel Seat 600 y 1500, lo lavaban en el río, cuando todavía era una corriente continua y limpia de agua.
Foto. Museo de la Cal |
Museo de la Cal de Morón
Y dentro de este marco geográfico natural rodeado de efluvios a
tomillo, romero, algarrobos, lentiscos y palmitos como única palmera autóctona de la Península
Ibérica y de Europa, nos encontramos junto a la Sierra de Morón el Museo de la
Cal ubicado en la aldea denominada “Caleras de la Sierra” y declarado por la
UNESCO “Patrimonio Inmaterial de la Humanidad” en 2011.
Montando el horno de cal |
Dicha
declaración ha dado un importante y necesario impulso a la sensibilización de
este valioso patrimonio etnológico y antropológico como legado de nuestros
ancestros, siendo consideradas auténticas reliquias vivas. Un
claro ejemplo de la recuperación y revitalización del saber tradicional como el
oficio de calero casi olvidado. Todo ello, gracias a la iniciativa de un grupo
de personas sensibilizadas porque una de sus señas de identidad no caiga en el
olvido.
El mundo de la cal tradicional ha sido un mundo heredado de
generación en generación desde tiempos inmemoriales hasta los últimos caleros tradicionales
en vías de extinción. Un trabajo muy duro y penoso con altas temperaturas en
hornos cuyas temperaturas oscilan entre 900 y 1000ºC a temperatura constante,
veinticuatro horas en un proceso que dura unos 15 días.
Foto. Museo de la Cal. Séptimo día de cochura |
La cal tiene más de 130 usos aunque el papel más antiguo que se
conoce es en la construcción de obras públicas y civiles. La cal posee
importantes aplicaciones en la industria química, siderurgia, medioambiente,
cerámica, agricultura, agroalimentación, elaboración del papel, industria del
vidrio, ingeniería civil, ganadería, industria azucarera, blanqueo de fachadas,
etcétera…
La cal artesanal a diferencia de la cal industrial sirve también
para la restauración del Patrimonio Artístico e Histórico como lo demuestra la
restauración del Patio de los Leones de Granada entre otros monumentos
significativos.
La cal tiene tantas utilidades que incluso en
la actualidad se utiliza para reforzar los pilares deteriorados de importantes
monumentos históricos, a las que se le inyecta cal hidráulica para regenerar
las grietas dañadas por el paso del tiempo.
Los caleros como artesanos en la materia han sabido transmitir
la riqueza de esta ancestral cultura que ha pervivido durante siglos y que el
Museo de la Cal pretende conservar y difundir este patrimonio dando a conocer
la cultura de la cal, el calero y su medio, promoviendo la visitas didácticas
al Museo en el que podemos encontrar dos hornos totalmente restaurados que
datan del siglo XIX, una casilla denominada de “del Calero”, un centro de
interpretación y una sala de proyecciones donde el visitante conocerá de
primera mano todo el proceso de la elaboración de la cal y su influencia en la
cultura andaluza, que ha llegado a a ser una importante seña de identidad de
Morón, reconocida en el mundo.
Desde
el mismo Museo se pueden apreciar dos formas diferentes de explotación de los
recursos naturales. Por un lado, la explotación racional de los recursos
naturales por parte de los antiguos caleros durante muchas generaciones como forma de supervivencia, existiendo un
equilibrio entre la naturaleza y el ser humano. Su explotación desde tiempos
remotos ha estado basada en la utilización de hornos tradicionales que han recogido el
testigo de los romanos y que los árabes mejoraron su proceso, utilizando la
leña de olivo como combustible por su alto contenido calórico, lo que ha
servido de apoyo a una economía de subsistencia de la zona.
Foto. Museo de la Cal |
Por otro, las modernas empresas mineras que sobreexplotan intensivamente dichos recursos naturales causando un grave impacto medioambiental. Es evidente que cada visitante sacará sus propias conclusiones.
Foto. Antonio Ramos
|
El
Museo de la Cal tiene como objetivo restaurar y conservar la artesanía de la cal e investigar sobre el oficio llevando a cabo actividades formativas sobre
nuestro Patrimonio Etnológico como lugar que alberga formas relevantes de
expresión de la cultura y modos de vida del pueblo andaluz. Los hornos de las
Caleras de la Sierra han pasado a formar parte del Catálogo General del
Patrimonio Etnológico Andaluz como "Bien de Interés Etnológico", lo que le
confiere preferencia a efectos de conocimiento, protección y difusión. También
se protegen aquellos conocimientos o actividades en peligro de extinción
favoreciendo su estudio como parte integral de la identidad andaluza. Entre los
objetivos del Museo de la Cal está conservar, investigar y difundir este ancestral legado cultural.
Posee
también un fondo de documentación donde estudiar e investigar para la promoción científica y
cultural mostrando un patrimonio vivo, donde sus elementos claves son el
calero, la cultura de su trabajo, los usos del territorio y el paisaje, llevando
siempre a Morón por bandera. Por tanto,
es necesario resaltar la investigación, documentación y difusión que la Asociación Cultural Hornos de la Cal de
Morón realiza en la salvaguarda que permita revitalizar esta tradición
ancestral en vías de desaparición denominada los caleros y su cultura. Los hornos de cal son
construcciones de valor antropológico e histórico vinculados a actividades
tradicionales unidas a los caleros de la aldea.
Diego de Morón en el Museo de la Cal |
La Comida Mediterránea como estilo de vida saludable basado en una dieta equilibrada y variada obtenida de los cultivos tradicionales que han sentado las bases de nuestra cultura, conocida como la trilogía mediterránea con el trigo (pan), la vid (vino) y el olivo (aceite), donde el gazpacho brilla con luz propia.
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