miércoles, 4 de junio de 2014

"RONDA ROMÁNTICA 2014"



…-Echa vino, montañés,
que lo paga Luis de Vargas,
el que a los pobres socorre
y a los ricos avasalla-…

Fernando Villalón

El pasado domingo 1 de junio visitamos “Ronda Romántica 2014”.

La jornada se presentaba llena de incertidumbre por la dichosa meteorología –alerta naranja desde Ronda hasta la Alpujarra- pero la ilusión, a veces puede más que la razón –que nos invitaba a quedarnos en nuestro lugar de origen-. Aunque a media mañana empezó a llover, a partir del mediodía brillaba un sol radiante permitiendo que tan magno acontecimiento pudiera llegar a su jornada de clausura en todo su esplendor, lo que permitió que incluso el burro Caramelo y la mula Cleopatra brillaran con luz propia dando realce al ejercicio ecuestre con sus movimientos de alta escuela en la Alameda del Tajo -con su impresionante entorno natural- acompañado por los bandoleros con su sombrero calañés, contrabandistas, arrieros con sus alforjas y albardas, gabachos, migueletes,  viajeros románticos, curas y nobles, taberneros y mesoneras…degustando el chorizo y morcilla de la zona, las migas, el jamón y salmorejo acompañado del pan de pueblo y el buen vino dando lugar a una bella recreación histórica del siglo XVIII.


Atravesamos el Puente Nuevo construido en 1793 con el río Guadalevín en el fondo del abismo y llegamos al Museo del Bandolero, único en España por su temática que  contribuye a ser una especie de recuperación de la memoria histórica –si se me permite la expresión- de aquéllos finales del siglo XVIII hasta mediados el XIX.



Observando la estatua ecuestre del bandolero en Ronda, cabe la posibilidad de que nuestra retina del recuerdo nos extrapole a esa mirada retrospectiva de la historia que nos recuerda aquélla poesía del poeta de Andalucía la Baja, Fernando Villalón “Diligencia de Carmona”, en la que retrata fielmente el bandolerismo romántico andaluz. 


La retina de la historia nos recuerda que hubo bandoleros famosos en tiempos pretéritos...


Viriato (s. II a C.) era calificado como “capitán de bandoleros” por los romanos.

En el siglo IX el guerrillero andalusí Omar Ben Hafsún y sus leales fueron considerados durante un tiempo bandoleros por el Emirato de Córdoba  en tiempos de Al Mundir y Abdallah-.

Durante el siglo XVI y comienzos del XVII los monfíes refugiados en La Alpujarra fueron considerados también bandoleros por culpa de la represión a la que fueron sometidos después de la toma de Granada –Aben Humeya 1568-.


Tal vez  haya sido la poesía de Fernando Villalón pionera en facilitarnos esa visión romántica del bandolero como héroe social, una especie de “Robin Hood” con el “Tragabuches, Juan Repiso, Satanás y Mala-Facha, José Candio y el Cencerro y el capitán Luís de Vargas” el que a los pobres socorre y a los ricos avasalla.


El bandolerismo andaluz del siglo XVIII va ligado a la opresión y al descontento social. Posiblemente existiera detrás una razón de orden sociológico, al ser empujados por la miseria bajo el amparo sin fisuras de una justicia corrompida. No hace falta recordar que los caciques en las áreas rurales estaban sostenidos por sus altas influencias políticas y designaban alcaldes, controlaban a jueces locales y funcionarios públicos, actuando con toda la arbitrariedad posible.



En torno al mundo de los bandoleros los sentimientos siempre se han polarizado. Para la aristocracia, caciques y señoritos cortijeros andaluces de la época eran considerados bandidos, ladrones o asesinos mientras que para la gran masa de jornaleros, gente humilde y campesina eran una especie de héroes en unos tiempos donde el campesinado estaba desposeído de cualquier derecho social permaneciendo anclado en la pobreza e injusticia.


Los bandoleros tuvieron algún que otro pleito con la justicia, posiblemente insignificante en la mayoría de los casos, se vieron obligados a echarse a la sierra para salvar la vida y enfrentarse a la opresión de su época, con lo cual fueron considerados fuera de la ley pero al mismo tiempo eran grandes conocedores del terreno que pisaban hostigando con sus trabucos incluso a los gabachos -considerados el mejor ejército de la época-, al que atacaban mediante la guerra de guerrillas entre atajos y emboscadas.


Un marco social injusto en el que destaca la figura de José María el Tempranillo mito de ese bandolerismo andaluz representado en Grazalema y Ronda. El bandolero con las botas y polainas puestas junto a su inseparable compañera, la faca con cachas de nácar en su negra faja arreando su corcel negro, con las cinchas apretadas y muy cortos los estribos, con sus patillas de boca de hacha, evitando ser esclavo de presidio, siempre junto al filo de la navaja con el sombrero calañés y el barbuquejo en la barba, el trabuco amartillado como sino, entre tabernas, ventas y posadas, aunque la vida siempre pendiente de un hilo. En lo alto de las lomas, entre senderos y riscos, siempre aparece en nuestros sueños, entre fantasmas y mitos, una silueta de bandolero bueno, justo y con oficio desde la garganta del Tajo hasta los Alcores del Viso…


¡El bandolerismo romántico ha llegado hasta nosotros gracias a las plumas de viajeros románticos de finales del siglo XVIII y comienzos del XIX como Washington Irving, Gautier, Merimée que trasladaron fuera de España a través de leyendas e historias reales una figura del bandolero idealizada como “el mártir de las causas injustas y la opresión social y política”. Bellas historias que tal vez llevaron en el siglo XX a Orson Welles y Ernest Heminway a enamorarse de la ciudad.


En Ronda se mezclan esos efluvios serranos que impregnan  nuestros sentidos para que la retina del recuerdo lo almacene  en el zócalo de nuestra memoria como parte de la Memoria Histórica de los Pueblos que se transmite de generación en generación. ¡Grazalema y Ronda son sólo un bello ejemplo!.



Durante los siglos XVIII y XIX existió una peculiar ruta denominada el "camino inglés" que transitaba entre Gibraltar y Ronda, en la que destacó la figura del arriero como parte fundamental en la economía de los pueblos, pero eso forma parte de otra historia...



 Ya mataron al Pernales.
Ladrón de Andalucía.
El que a los ricos robaba.
Y a los pobres socorría.

Desde "Ronda Romántica  para el Blog de mis culpas...


P.D. Una de las cosas que me ha sorprendido gratamente en Grazalema y Ronda ha sido que te aconsejan adquirir como recuerdo un vaso de cerámica para beber evitando de este modo contaminar con el vaso de plástico el magnífico entorno natural .



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