Andaluces
de Jaén,
Aceituneros
altivos,
Decidme
en el alma: ¿quién,
Quién
levantó los olivos?...
Miguel Hernández
El
legado andalusí como huella del Medievo ha formado parte de una
civilización inmortal, única e imperecedera que ha inmortalizado la memoria de
los pueblos mediante su patrimonio material e inmaterial de la Humanidad almacenada en la retina
colectiva de los pueblos.
Desde
Úbeda pasando por la inmortal Baeza nos dirigimos hacia el paraíso interior de
Andalucía, la provincia de Jaén con sus lomas de tierras trenzadas de verdes olivos
que contrasta con el ocre de sus tierras.
La
antigua Jayyan (denominada encrucijada de caravanas por los andalusíes) junto a
la Córduba andalusí, donde ha brillado con luz propia desde tiempos ancestrales
el azzayt, como lo llamaban los árabes, manantial de salud en forma de como
oro líquido que se rezumen en las antiguas al-ma´saras mientras la cal como legado de nuestros ancestros, ha dado blancura a los pueblos blancos y a
nuestros sueños y utopías en antiguas tierras de fronteras.
Es
digno de destacar la
abundancia de topónimos y arabismos que inundan nuestra geografía, fruto de un proceso histórico modelado a lo largo de
siglos cuyas reminiscencias del crisol de culturas ha contribuido a darnos
nuestra identidad cultural como forma de ser y de entender la vida que forma
parte de nuestra memoria colectiva.
Jaén,
tierra del aceite de oliva, considerado la génesis de nuestra civilización y
piedra filosofal de nuestra dieta mediterránea,-con sus recetas culinarias de
excelente calidad, exquisito sabor y alto valor nutritivo-, cuyos efectos son
muy beneficiosos para nuestra salud, sin olvidar la aceituna de mesa,-del árabe
hispánico azzaytúna- en la que nuestra tierra por evidentes condiciones
climatológicas y de adaptabilidad del cultivo ha mantenido desde tiempos
ancestrales su proceso de elaboración.
Un saber ancestral del conocimiento del olivo omnipresente en nuestra
cultura.
El
olivo ha estado omnipresente en la
cultura andaluza desde que los fenicios y griegos expandieron su cultivo desde
Irán y Siria. Un capricho de la naturaleza entre lo divino y humano siendo
considerado como árbol sagrado y símbolo de la paz,-Atenas de Pericles-. La
etimología del término aceituna se remonta al arameo zaytūnā que pasó al árabe clásico
zaytūnah y en Al Andalus azzaytúna.
Durante el trayecto pudimos apreciar
el inmenso mar de olivos plasmado magníficamente por el gran poeta Miguel
Hernández en su poesía “Andaluces de Jaén” y cuya letra se ha convertido en el
himno de la ciudad.
Y
a ochocientos veinte metros de altitud en las estribaciones de la Sierra de
Jabalcuz, nos vigila imponente desde sus
atalayas el castillo de Santa Catalina
en Jaén, construido durante los siglos XIII y XIV. Según la tradición, un 25 de noviembre de 1246, día de Santa
Catalina, Alhamar rey de la antigua Garnatha, entregó este castillo a Fernando
III el Santo, quedando desde este día proclamada la Santa Patrona de Jaén.
Originalmente fue denominado Alcázar
Viejo durante el reinado de Alhamar y Alcázar Nuevo durante la conquista de
Fernando III “El Santo” que lo reforzó, continuando las reformas con Alfonso X
“El Sabio”. Cuenta la leyenda que la aparición de Santa Catalina, fue decisiva
para la toma de la ciudad y por ese motivo es patrona de la ciudad.
Desde la torre del homenaje pudimos
observar una bellísima panorámica de la Santa Iglesia Catedral de la Asunción
de la Virgen, ubicada en la Plaza de Santa María. Su fachada principal, está
considerada como una de las principales obras del barroco español, construida
en 1660.
Durante
el emirato de Abd al-Rahman II, Jaén se convierte en referente de una extensa
cora cuyos gobernadores se establecen en el alcázar viejo.
La torre
del Homenaje junto a otros cinco torreones defensivos que cierran un patio de
armas, que en la actualidad es un centro de interpretación y que acoge al mismo
tiempo el Parador de turismo de Santa Catalina.
La
Alcazaba era un recinto amurallado independiente de la ciudad que englobaba la
residencia del gobernador y los cuarteles de las tropas. Su trazado aprovechaba
los restos de una muralla romana. Este conjunto contaba de dos partes: un
castillo, en la cumbre del cerro, y la alcazaba en la ladera que pudo ser el
palacio y residencia de los gobernadores de la ciudad durante los periodos
Emiral y Califal. La situación política de al-Andalus entre los siglos XI y XII
aconseja el abandono de la antigua alcazaba trasladándose a la cima del cerro,
donde se edificó una amplia fortaleza de dos recintos a distintas alturas. El
primer recinto, o castillo de Abrehuy, más pequeño, ocupaba las cotas más
bajas, y servía de antesala al recinto principal, el Alcázar Viejo en cuyo
interior se construyeron varios aljibes y en la zona más elevada y estratégica,
un palacio profusamente decorado con atauriques policromados y dotados de
almacenes, aljibes, cocinas, bodegas y otros servicios.
Los baños
árabes fueron construidos en el siglo XI, al final del Califato de Córdoba y su
desintegración en Reinos de Taifas con una disposición arquitectónica heredera
de la tradición de las termas romanas.
Al
encontrarnos cerrado los baños árabes pudimos observar desde el exterior la
cubierta con una cúpula semiesférica. La luz entra por luceras en forma de
estrellas, lo que otorga un ambiente singular a los baños árabes,-al hamman-
como gran regalo del antiguo esplendor de Al Andalus.
La
Sala templada de los Baños Árabes permite contemplar una bóveda de medio cañón
y a ambos lados de la mismas, las cúpulas de las sendas alcobas situadas en la
mencionada sala. Esta cubierta de cristal ha permitido que parte de esta sala
recupere la luz natural primigenia que iluminaba la estancia a través de las
luceras existentes en la bóveda y en las cúpulas.
Menorá (candelabro judío de siete brazos) en la antigua judería de Jaén |
Visitamos
Barrio de Santa Cruz, antigua judería de Jaén en el casco histórico, un
entramado de calles angostas con empinadas cuestas donde habitaba la comunidad
judía, formando parte de la Red de Juderías de España “Caminos de Sefarad”.
La
judería de Jaén en el siglo XIII quedó configurada durante la Edad Media como
una manzana independiente, de calles entrecortadas, cerrada en gran parte por
murallas y por edificios que se abrían a otras calles, y comunicada con el
resto del conjunto urbano y el exterior de la ciudad mediante dos accesos
solamente:
La calle
de los Huérfanos-Puerta de Baeza y la salida de la calle Santa Cruz a la Plaza
de los Caños. Esta disposición urbanística era utilizada por los judíos
españoles como medida para preservar sus costumbres y observancias religiosas y
de protección ante los posibles ataques de sus enemigos.
A partir
de la batalla de las Navas de Tolosa, las huestes cristianas de Fernando III
asedian Jaén que finalmente fue entregada en 1246 por al-Hammar, que se declaró
vasallo del monarca. A partir
de dicha batalla, se empieza a nombrar Andalucía a las nuevas tierras
“reconquistadas”.
Tras la conquista cristiana de Jaén por Fernando III en 1246, la mezquita aljama se adapta como Catedral, al ser trasladada la sede episcopal de Baeza a Jaén en 1249.
Andrés de Vandelvira, junto a la Catedral de Jaén |
Se inician las obras de la Santa Catedral de Jaénhacia 1551 según los planos del que fue el gran artífice del nuevo templo renacentista, Andrés de Vandelvira y durante los siglos que duró su construcción, el plano originario de Vandelvira fue continuado por los demás arquitectos hasta que concluye en 1724.
La fachada principal de la Catedral es una de las obras más destacadas del Barroco español con 32 metros de altura por 33 metros de ancho. Fue diseñada en 1667 por Eufrasio López de Rojas en 1667 y terminada en 1688 por su discípulo Blas Antonio Delgado.
Terminamos la grata jornada degustando un exquisito café con algunos pasteles muy cerca de la Catedral para recuperar fuerzas y volver a nuestro punto de origen, tierras de fronteras en tiempos pretéritos.
Terminamos la grata jornada degustando un exquisito café con algunos pasteles muy cerca de la Catedral para recuperar fuerzas y volver a nuestro punto de origen, tierras de fronteras en tiempos pretéritos.
Desde la antigua Jayyan para el Blog...
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