Alguien dijo una vez que Silverio era al flamenco lo que Mozart a la música clásica. Sea o no sea veraz tal afirmación y salvando las distancias, lo que sí es cierto es que ambos genios brillaron con luz propia en sus disciplinas aunque por desgracia fueron enterrados en su tierra natal en el más absoluto de los olvidos, acabando en una fosa común [Mozart en Viena y Silverio en el cementerio de San Fernando de Sevilla].
Sin embargo, Mozart tiene un monumento en Sevilla [Paseo de Colón, 1.991] del que Silverio carece. ¡Y es que Sevilla, no siempre tiene un color especial con sus paisanos ilustres!
En la tarde del 20 de junio de 2024 se inauguraba en la Plazoneta Meneses de Morón, la tierra de la Cal y del Flamenco, el monumento al gran cantaor y uno de los máximos exponentes del Flamenco en la tierra de Villalón, Silverio Franconetti y Aguilar (Sevilla, 10 de junio de 1831-ibídem, 30 de mayo de 1889), residió en Morón desde los 13 a los 22 años siendo conocido como el "Padre del flamenco", Rey de los Cantaores y cantaor enciclopédico que conoció y dominó todos los cantes.
El acto estuvo acompañado por los descendientes de Silverio
Tras el descubrimiento del busto de Silverio, obra del escultor Miguel Ángel Domínguez Caballero, llegaba un recital flamenco a cargo del cantaor Raúl Montesino, acompañado a la guitarra por Antonio Carrión.
No cabe duda, de que Silverio fue un gran impulsor en los tiempos más pretéritos del flamenco. De él llegó a decir Federico García Lorca en un poema dedicado a Silverio:
Los viejos
dicen que se erizaban
los cabellos,
y se abría el azogue
de los espejos.
El escritor, antropólogo y folclorista Antonio Machado Álvarez “Demófilo”, padre del universal Antonio Machado y Manuel Machado entrevistó a Silverio Franconetti para publicar su biografía en “Colección de cantes flamencos” de 1881.
El 30 de mayo de 2019 se colocó una placa en memoria de Silverio Franconetti en la calle Fernando Villalón de Morón.
Nuestro paisano e investigador flamenco Luis Javier Vázquez Morilla publicó el 28 de septiembre de 2018 un riguroso libro: “Silverio Franconetti y Los Fillos. Un viaje por la historia del Flamenco”. Segundo volumen de la Colección Cal y Cante, tras haberle dedicado en 2015 el primero a Diego Bermúdez Cala “El Tenazas de Morón. Eso es cantar por derecho”. Ambos serán grandes referentes en la historia del flamenco.
A través de 518 páginas y 14 capítulos Luis nos irá desgranando la historia de Silverio “El Rey de los Cantaores” desde sus orígenes familiares en Italia a su infancia en Sevilla; su traslado a Morón y su adolescencia en la ciudad del Gallo, donde se iniciará en el mundo del flamenco; sus vicisitudes tras su llamamiento a filas; su estancia en tierras americanas; su regreso a Sevilla y sus vaivenes artísticos por Andalucía consagrado ya como gran cantaor y empresario para concluir con su muerte en la capital hispalense.
“Silverio Franconetti y Los Fillos. Un viaje por la historia del Flamenco”. Segundo volumen de la Colección Cal y Cante,
Prólogo Luis Suárez Ávila
Capítulo I: Raíces familiares e infancia sevillana de Silverio.
Capítulo II: Silverio en Morón de la Frontera.
Capítulo III: Silverio, de su quinta a su cante.
Capítulo IV: El Fillo.
Capítulo V: El Fillo, entre Triana y El Puerto, cuna del Nitri.
Capítulo VI: El Fillo y Curro Pabla en Triana.
Capítulo VII: El Fillo, vida y muerte en Triana.
Capítulo VIII: El Fillo y su cante.
Capítulo IX: Silverio, desde Morón a Suramérica en un viaje de ida y vuelta.
Capítulo X: Silverio y su sendero hacia la gloria.
Capítulo XI: Del Café Silverio al cielo.
Capítulo XII: La Andonda y el Fillo Hijo.
Capítulo XIII: La Andonda y el Fillo Hijo: de Morón a Triana, el barrio de la soleá.
Capítulo XIV: Epílogo para los Franconetti.
Federico García Lorca le dedicó un poema “Retrato de Silverio Franconetti”:
Entre italiano
y flamenco,
¿cómo cantaría
aquel Silverio?
La densa miel del Italia
con el limón nuestro
iba en el hondo llanto
del siguirillero.
Su grito fue terrible.
Los viejos
dicen que se erizaban
los cabellos,
y se abría el azogue
de los espejos.
Pasaba por los tonos
sin romperlos.
Y fue un creador
y un jardinero.
Un creador de glorietas
para el silencio.
Ahora su melodía
duerme con los ecos.
Definitiva y pura.
¡Con los últimos ecos!
Unas breves pinceladas sobre Silverio Franconetti…
Silverio Franconetti Aguilar nació el 10 de junio de 1831 en la Alfalfa, Sevilla siendo bautizado en la Parroquia de San Isidoro, tal y como ha acreditado el investigador Manuel Bohórquez Casado, que halló la partida bautismal de Silverio en el correspondiente tomo de bautismo del Cuerpo de Inhábiles del Ejército al que pertenecía su padre, y que se custodia en el Archivo General Castrense del Ejército de Madrid.
Sus padres fueron Nicolás Franconetti, natural de Roma y antiguo jefe de la Guardia Valona, y María Concepción Aguilar, natural de Alcalá de Guadaira. Siendo niño su familia se trasladó a vivir a Morón de la Frontera, donde accedió a estudios elementales y comenzó a dedicarse al oficio de sastre en la tienda que regentaba su hermano mayor. A la temprana edad de 10 años, Silverio frecuentaba las fraguas de los gitanos, donde recibió la influencia de sus cantes, especialmente del cantaor conocido como "El Fillo". De esta etapa de su vida estamos al tanto gracias al investigador Luis Javier Vázquez Morilla, que dio cuenta de ello en su libro "Silverio Franconetti y los Fillos" (2018).
“En Morón se hizo cantaor el gran Silverio Franconetti”
Posteriormente Silverio se trasladó a Sevilla y Madrid, donde se dedicó profesionalmente al cante flamenco en una época en la que este arte se encontraba relegado a los más bajos estratos sociales. Silverio fue el precursor de los conciertos flamencos. En esta etapa hizo famosa la "seguirilla de Silverio", una variación de la seguirilla gitana.
En 1856 viajó a Montevideo, donde trabajó como picador de toros, profesión que también le condujo hasta Brasil. Más tarde inició su carrera militar en el ejército uruguayo, en el que alcanzó la graduación de oficial. En mayo de 1864 regresó a España, momento en el que el folclorista Demófilo, biógrafo y amigo de Silverio, recogió su actuación acompañado a la guitarra por el maestro Patiño. Según cuenta Demófilo, un Silverio de incógnito fue reconocido por la concurrencia gitana al comenzar a cantar por seguirillas.
Gracias a una rigurosa investigación de Luis Javier Vázquez Morilla, quien localizó la muerte de Curro Pabla, uno de los hermanos cantaores de El Fillo, asesinado en Cantillana en 1843, se sabe con seguridad que no fue Silverio, que tenía entonces 11 años y vivía en Morón de la Frontera. Siempre se le atribuyó ese crimen a Silverio, aunque sin base documental alguna.
A partir de su regreso de América, Silverio funda los cafés cantantes contratando a otros artistas para sus locales. Silverio realizó su actividad entre Sevilla, Jerez de la Frontera y Cádiz, ciudad esta donde se le proclamó como «rey de los cantaores», según la biografía de Demófilo. Además, consiguió sacar al arte flamenco de su humilde entorno social original y llevarlo a foros distintos. Los días 12 y 19 de mayo de 1866 Silverio actuó en Madrid ante la corte de Isabel II.
En 1870 dirigió el salón El Recreo de Sevilla, y posteriormente, en asociación con Manuel El Burrero y Frasquito El Manga, amplió el local y lo rebautizó como «Café de la Escalerilla». Tras la ruptura con sus socios, fundó en 1881 el Café de Silverio, en la calle Rosario de Sevilla, que pronto se convirtió en punto de referencia del flamenco y lugar de reunión de lo más grande de este arte a finales del siglo xix: Don Antonio Chacón, La Serrata, Francisco Lema "Fosforito" Miguel Macaca, Dolores "La Parrala", La Mejorana, etcétera. Tras el cierre del salón, Silverio marchó a Córdoba en el año 1886 donde arrendó un local en una calle céntrica para sus espectáculos flamencos durante unos meses y continuando su actividad como cantaor en solitario hasta su muerte en 1889.
A Silverio se lo consideró un cantaor de conocimiento enciclopédico, que dominaba todos los palos del Flamenco. Fue el cantaor más influyente de la historia y el primero en entender que el flamenco podía presentarse al público sin mezclar. Que lo jondo podía conquistar el mundo desde Andalucía.
Pero, Silverio caería en la amnesia colectiva, al igual que Diego Cala “El Tenazas”. Gracias al riguroso trabajo de investigación de nuestro paisano Luis Javier Vázquez Morilla, ambos [Silverio y El Tenazas] han retornado por el sendero de la memoria del flamenco como legado del que sentirnos orgullosos como moroneros en la tierra de la Cal y del Flamenco donde Diego del Gastor es otro de los grandes referentes.
Mapping navideño el 23 de diciembre de 2022 en la fachada del Ayuntamiento de Morón de la Frontera. El Tenazas a la izquierda, Diego del Gastor en el centro y Silverio Franconetti, a la derecha. Un verdadero tridente del flamenco de un valor incalculable.
...Y es que no todo el mundo tuvo el honor de relacionarse con el universal Federico García Lorca [Silverio a través de un inolvidable poema “Retrato de Silverio Franconetti” y Diego Bermúdez Cala “El Tenazas” al ganar el I Concurso de Cante Jondo de 1922 en la Plaza de los Aljibes de Granada, donde Lorca formaba parte del prestigioso jurado. ¡En su Granada!
Y aprovecho para brindar desde el monumento a Silverio recordando al genial genio de la guitarra Diego del Gastor, quien brindaba junto a su amigo "Chimenea" y Paco “El Perfecto” con aquella inmortal frase que ha quedado grabada en la memoria colectiva de mi pueblo, demostrando una sensibilidad para quitarse el sombrero:
"Brindemos por la libertad de los pueblos"
...Y su amigo Paco “el Perfecto” comenzaba a recitar un poema de Lorca
¡Sublime!
Desde la ignorancia en el mundo del flamenco del que escribe estas humildes letrillas cabe destacar como factor común entre Silverio, Diego Bermúdez "El Tenazas" y Diego del Gastor la figura de Federico García Lorca, por las razones antes expresadas [Silverio a través del poema dedicado por el universal poeta, Diego "El Tenazas" por el Concurso de Granada de 1922 con Lorca en el jurado y Diego del Gastor, porque siempre brindaba mientras Paco el Perfecto comenzaba con un poema de Lorca].
Y es que la universal figura de Federico García Lorca siempre ha estado relacionada de alguna manera con los genios del cante y de la guitarra de mi pueblo ubicado en la frontera de su propia esperanza.
Desde la Plazoleta Meneses, donde se encuentra el monumento a Silverio Franconetti, en la tierra de Villalón, de la Cal y del Flamenco, para el blog de mis culpas...
Fuentes
Manuel Bohórquez Casado
Luis Javier Vázquez Morilla
Manuel Bohórquez Casado
Luis Javier Vázquez Morilla
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