¿Tu verdad? No, la Verdad,
y ven conmigo a buscarla.
La tuya, guárdatela.
“Manuel Machado manifestó públicamente en plena Guerra Civil que el dolor más grande que tenía era estar separado de su hermano Antonio”. Ni siquiera la Guerra Civil les separó del cariño que se profesaban ambos hermanos.
Desde la tierra de Villalón, de la Cal y del Flamenco, en un día de cielo añil, orientamos nuestro sextante en busca de Sevilla para visitar la Exposición “Los Machado, retrato de familia” ubicada en la antigua Real Fábrica de Artillería de Sevilla [1725] en el barrio de San Bernardo cuyo origen hunde sus raíces en la antigua Fábrica de Bronces de 1565. La Fábrica de Artillería dejó de funcionar en 1991 habiendo sido remodelada como Sala de Exposiciones y actos culturales, como el que nos disponemos a disfrutar.
En la entrada de la Exposición "Machado. Retrato de familia" se puede observar un huerto claro donde madura el limonero, lo que nos recuerda aquellos días azules y el sol de la infancia de Antonio Machado.
En la Fábrica de Artillería de Sevilla se fundieron los leones que se encuentran a la entrada del Congreso de los Diputados provenientes de la Guerra de África “Wad-Ras” el 23 de marzo de 1860 y fundidos en 1865. También se fundieron en sus instalaciones el Cañón Tigre que arrancó el brazo del almirante Nelson en Tenerife, culpable de que perdiéramos parte de nuestra Armada en la batalla de Trafalgar “Taraf al Ghar o Cabo de las Cuevas” el 21 de octubre de 1805. A partir de entonces, nuestra marina será incapaz de defender el Imperio más grande y frágil que jamás haya existido y cuyos últimos jirones perderíamos en 1898.
Muchos intelectuales “Generación del 98” se vieron profundamente afectados por la crisis moral, política y social de aquella derrota que vieron como una humillación al perder Cuba, Puerto Rico y Filipinas. De ahí viene el dicho “Más se perdió en Cuba”.
Los dos leones de bronce son obra de Ponciano Ponzano, que protegen simbólicamente la entrada de las Cortes, que representan la soberanía popular. Se les conocen como Daóiz y Velarde [en honor a los capitanes Luis Daóiz y Torres y Pedro Velarde, oficiales de artillería del cuartel de Monteleón y héroes del levantamiento del 2 de mayo de 1808 contra las tropas francesas].
La Exposición se realiza con motivo del 150º Aniversario del nacimiento de Manuel Machado [Manuel nace en 1874 y Antonio en 1875], motivo más que suficiente para visitar por enésima vez la capital hispalense como complemento a nuestra visita al Palacio de la Dueñas en Sevilla, Soria, Baeza [con la visita a las fuentes del río padre de Andalucía], Segovia y Rocafort como lugares machadianos sin olvidar Collioure donde descansa uno de los poetas españoles más universales del siglo XX. Es la primera vez que se reúne este material sobre la familia Machado y Sevilla, entre efluvios de azahar será la primera ciudad que nos muestre dicho legado.
La Universidad de Sevilla aporta a la Exposición "Los Machado. Retrato de familia" el expediente académico de Manuel Machado, entre otros valiosos documentos.
Antes de visitar la Exposición visitamos el Rectorado de la Universidad de Sevilla [antigua Real Fábrica de Tabacos] donde Manuel Machado obtuviera su licenciatura de Filosofía y Letras el 8 de noviembre de 1897, tras cursar sus estudios de forma excepcional en un solo año con el permiso de las autoridades de la Universidad de Sevilla obteniendo una calificación de sobresaliente. Será uno de los alumnos ilustres de la Institución donde su abuelo, Antonio Machado y Núñez, había ejercido como rector entre el 1868 y el 1870.
La Exposición derriba varios tópicos al mostrarnos la hermosa relación fraternal que ambos hermanos mantenían desmontando la creencia de que estaban enfrentados porque la Guerra Civil Española les pilló en bandos antagónicos [Antonio como defensor de los principios de la República y Manuel sorprendido por el Alzamiento Nacional que le pilló en Burgos].
El primero de ellos su alejamiento por razones políticas, que nunca se produjo, ya que “siempre estuvieron muy unidos y se quisieron muchísimo y no tuvieron ningún tipo de enfrentamiento, en absoluto, y fueron acordes en pensamiento, en sentimiento, en todo”. Por otro lado, ha aludido a la idea de una supuesta desigual calidad literaria de uno y otro hermano, ya que los dos son “grandes poetas”, según Guerra, quien ha señalado que “son muy diferentes; uno tiene una facilidad para escribir extraordinario y por lo tanto es un poeta, digamos, más ligero, pero estamos ante dos grandes poetas y así hay que celebrarlo”; y, por último, Antonio Machado nunca renegó de sus raíces andaluzas y tenía proyecto de volver hasta que conoció a Leonor.
La visita a la Exposición “Los Machado, retrato de familia” bajo el sol radiante de Sevilla nos recuerda el último verso escrito por Antonio Machado en Collioure en un pedazo de papel arrugado que su hermano José encontró en un bolsillo de su abrigo gastado unos días después de su muerte «Estos días azules y este sol de la infancia» que nos proyecta el alfa y omega de uno de los poetas líricos más importantes del siglo XX.
La Exposición ha sido organizada por la Real Academia Sevillana de Buenas Letras que ha contado con el patrocinio de la Fundación Unicaja y el concurso de la Real Academia Burgense de Historia y Bellas Artes, la Real Academia de la Lengua y el Ayuntamiento de Sevilla.
La Exposición fue inaugurada por el rey Felipe VI el lunes 21 de octubre sobre las 11,30 horas, pudiendo el público disfrutarla desde del 22 de octubre hasta el 22 de diciembre. Una didáctica exposición que muestra al público por vez primera el legado de la familia Machado gracias a la Colección de la Fundación Unicaja y de la Institución Fernán González de Burgos.
Tras dos meses de permanencia en la capital hispalense, la exposición “hace camino al andar” a partir de enero rumbo a Burgos [Sala Pedro Torrecilla de la Fundación Círculo] y Madrid como cierre a los actos machadianos [Real Academia de la Lengua], esperando que con el tiempo pueda abarcar todas las capitales de provincia españolas y ciudades machadianas como Collioure, convertida en una especie de Capilla Sixtina laica gracias a la figura de Antonio Machado.
Los comisarios de la exposición "Los Machado, Retrato de familia" son el filósofo, humanista y estudioso de los Machado Alfonso Guerra junto con la periodista y escritora sevillana Eva Díaz Pérez.
Recuerdo a finales de los años 70 del siglo pasado a una profesora que impartía Literatura Contemporánea en el Fray Bartolomé de las Casas [en la tierra de Villalón] hablar con pasión del poeta Antonio Machado mencionando entonces a Alfonso Guerra como uno de los mayores estudiosos y entendidos en la figura del universal poeta.
La retina del visitante captará desde el inicio muchas obras inéditas, manuscritos, primeras ediciones de libros, fotografías, objetos personales y cartas entre las más de 200 piezas que se exhiben en dicha exposición, tanto pertenecientes a Antonio y Manuel como al resto de la familia Machado.
Es cierto que leer los poemas de Antonio Machado me enseñaron de alguna manera a soñar algún que otro camino a lo largo de mi particular sendero que he intentado plasmar en el blog de mis culpas, lo que me ha servido como buen pretexto para viajar a Soria, Baeza Segovia, Rocafort y Collioure, como descanso eterno del poeta.
No cabe duda de que estar en contacto con los poemas originales, el papel y la tinta que utilizaron ambos hermanos Antonio y Manuel Machado, estremece de alguna manera el cuerpo de cualquier visitante que posea un mínimo de sensibilidad por la historia y la literatura.
Los hijos heredan muchas cualidades de sus progenitores. La saga intelectual de los Machado se inicia con Antonio Machado y Núñez y Cipriana Álvarez Durán, padres de Antonio Machado y Álvarez “Demófilo” y Ana Ruiz Hernández, padres a su vez de Manuel, Antonio, José y Joaquín.
Antonio Machado y Núñez era médico, zoólogo, botánico, rector de la Universidad de Sevilla, alcalde, gobernador civil y fundador del gabinete de Historia Natural de la Hispalense y el primer darwinista, entonces anatema. Su abuelo con altura de miras entendía que sus nietos tenían que estudiar en la Institución Libre de Enseñanza y marchó para Madrid.
Antonio Machado y Núñez era padre del folklorista y antropólogo Antonio Machado Álvarez “Demófilo”, que fue licenciado en Derecho y doctor en Filosofía y Letras llegando a ser uno de los principales intelectuales del siglo XIX. Funda la Sociedad de Folk-Lore de España en 1881 y hace una recopilación de los cantes flamencos por vez primera. Con estos mimbres como legado familiar no era de extrañar que Antonio y Manuel hayan sido grandes poetas.
Es cierto que la figura de Manuel Machado ha permanecido eclipsada por avatares históricos aunque poco a poco su obra está siendo conocida felizmente. Antonio Machado en el anverso de la moneda y su hermano Manuel en el reverso.
La Exposición se encuentra dividida en ocho ámbitos:
1. Infancia [1874-1883]. Sevilla
2. Adolescencia [1883-1893]. Madrid
3. Juventud [1893-1907]. Madrid-París
4. El Viaje [1907-1912]. Soria-Madrid
5. La madurez [1912-1919]. Baeza-Madrid
6. Regreso[1919-1936]. Segovia-Madrid
7. La Guerra [1936-1939]. Madrid-Burgos
8. Collioure
"Nací en Sevilla una noche de julio [26] de 1875, en el célebre Palacio de las Fueñas, sito en la calle del mismo nombre. Mis recuerdos de la ciudad natal son todos infantiles, porque a los ocho años pasé a Madrid, adonde mis padres se trasladaron, y me eduqué en la Institución Libre de Enseñanza. A sus maestros guardo vivo efecto y profunda gratitud.
Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,
y un huerto claro donde madura el limonero;
mi juventud, veinte años en tierras de Castilla;
mi historia, algunos casos que recordar no quiero.
Infancia [1874-1883] Sevilla
Los primeros años en Sevilla de nuestro inmortal poeta Antonio Machado transcurren en una de las viviendas del célebre Palacio de las Dueñas, -sito en la calle del mismo nombre-, junto a sus padres y abuelos. Fue el segundo de cinco hermanos; su padre era flamencólogo y su abuelo médico y profesor. En 1881 su padre publica la “Colección de cantes flamencos”, bajo el pseudónimo de Demófilo.
Pila bautismal en la iglesia San Juan de la Palma de Sevilla, donde fueran bautizados los poetas Manuel y Antonio Machado. |
Portada de la Iglesia gótico-mudéjar San Juan de la Palma, en Sevilla |
Mientras tanto, Antonio Machado y su hermano Manuel acuden a la escuela de párvulos de don Antonio Sánchez. Los recuerdos de Antonio en su ciudad natal son todos infantiles.
Una tarde parda y fría
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de lluvia tras los cristales.
Es la clase. En un cartel
se representa a Caín
fugitivo, y muerto Abel,
junto a una mancha carmín.
Con timbre sonoro y hueco
truena el maestro, un anciano
mal vestido, enjuto y seco,
que lleva un libro en la mano.
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de lluvia tras los cristales.
Es la clase. En un cartel
se representa a Caín
fugitivo, y muerto Abel,
junto a una mancha carmín.
Con timbre sonoro y hueco
truena el maestro, un anciano
mal vestido, enjuto y seco,
que lleva un libro en la mano.
Y todo un coro infantil
va cantando la lección:
«mil veces ciento, cien mil;
mil veces mil, un millón».
Una tarde parda y fría
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de la lluvia en los cristales
Antonio Machado nace el 26 de julio de 1875 en el Palacio de las Dueñas, de Sevilla entre huertos, fuentes y limoneros. Entonces existían en dicho palacio habitaciones que se alquilaban. Allí vivía su abuelo médico y naturalista Antonio Machado Núñez, catedrático de la Universidad de Sevilla, y su hijo Antonio Machado Álvarez, padre de Manuel y Antonio. Abuelo y padre eran intelectuales liberales.
La madre de Manolo y Antonio se llamaba Ana Ruiz Hernández, nacida el 28 de febrero de 1854 en el popular arrabal de Triana, en la calle de la Orilla del Río, nº 11 [actual calle Betis].
Antonio, con tan sólo ocho años, y Manuel, con nueve, José, de cuatro y Joaquín, de dos se marchan con su familia a Madrid, donde a su abuelo le han concedido una cátedra en la Universidad Central.
La primera visión del mar será un grato recuerdo para los hermanos. En Madrid, nacería su hermano Francisco. Manuel y Antonio no tardarán en asistir a la Institución Libre de Enseñanza.
Yace aquí San Francisco Giner de los Ríos -¡laurel y palma-!
Entregó a Dios el cuerpo, y a los hombres el alma.
Manuel Machado ante la tumba de Don Francisco Giner de los Ríos
Adolescencia [1883-1893] Madrid
La familia Machado se traslada a Madrid donde el abuelo ha conseguido una cátedra en la Universidad Central. Antonio Machado y Núñez, siempre animado por su perfil de intelectual progresista, quiso que sus nietos estudiaran en la Institución Libre de Enseñanza, proyecto educativo de inspiración krausista creado por Francisco Giner de los Ríos. Ya adolescentes, vivirán intensamente el ambiente teatral y literario de Madrid bohemio de fin de siglo.
Aquella corriente pedagógica estaba basada en la enseñanza intuitiva sin libros de texto, la formación ética y las excursiones a la naturaleza. En aquella escuela los alumnos aguardaban “con infantil algaraza”, al maestro querido, Francisco Giner de los Ríos.
Demófilo había dedicado su vida a recopilar cantes flamencos y literatura popular creando los cimientos en España de la cultura popular. Viajará a Puerto Rico para mantener económicamente a su familia. Regresará enfermo y muriendo sin llegar a ver a sus hijos en 1893 con sólo cuarenta y siete años.
En la Institución Libre de Enseñanza los profesores tienen un trato cercano con sus alumnos. Se aprende a través de la observación y del diálogo socrático. No hay libros de texto ni exámenes siendo frecuentes las excursiones y salidas al campo y pueblos cercanos a Madrid. Antonio recordará siempre con afecto su paso por dicha Institución, sobre todo a su alma, que era don Francisco Giner de los Ríos, convencido de que la regeneración de España habría de venir a través de la educación. Los maestros estimulaban el alma de sus discípulos a través del diálogo socrático, que a su vez empleará Antonio con su apócrifo Juan de Mairena.
El 16 de mayo de 1889, con catorce años se enfrenta a los exámenes de la enseñanza oficial en el examen de ingreso en el Instituto de San Isidro: aprobado. En el primer curso de bachillerato aprueba geografía pero suspende en latín, castellano e historia de España. Su expediente escolar no será nada brillante, tardando no menos de once años en culminar el Bachillerato, obteniendo el título el 25 de septiembre de 1900 con veinticinco años de edad. Este fracaso escolar fue producto de su situación familiar: la muerte de su padre y de su abuelo, las estrecheces económicas, y el rechazo a la enseñanza oficial al provenir de la Institución Libre de Enseñanza.
Juventud [1893-1907]. Madrid-París
Manuel y Antonio son asiduos a la Biblioteca Nacional donde se pasarán muchas horas leyendo a los clásicos del Siglo de Oro como Lope de Vega, Calderón de la Barca, San Juan de la Cruz, Luis de Góngora, Francisco de Quevedo, etcétera.
A Antonio le gustaba mucho los toros y el flamenco frecuentando los tablaos. Una moderada vida de bohemia. Pero sin duda su gran afición era el teatro. Más tarde será escritor de obras de teatro en colaboración con su hermano Manuel:
· Desdichas de la Fortuna o Julianillo Valcárcel [1926]
· Juan de Mañara [1927]
· Las adelfas [1928]
· El hombre que murió en la guerra [1928]
· La Lola se va a los puertos [1929]
· La prima Fernanda [1931]
· La duquesa de Benamejí [1932]
En 1895 Manuel Machado regresa a Sevilla para completar sus estudios. Vivirá con sus abuelos maternos mientras disfruta de las tabernas, el flamenco y los toros. Un mundo que convertirá en materia poética en Cante hondo, los cantares, la fiesta nacional, Sevilla y otros poemas.
La copla
Hasta que el pueblo las canta,
las coplas, coplas no son,
y cuando las canta el pueblo,
ya nadie sabe el autor.
A Miguel de Unamuno
Yo soy como las gentes que a mi tierra vinieron
-soy de la raza mora, vieja amiga del Sol-,
que todo lo ganaron y todo lo perdieron.
Tengo el alma de nardo del árabe español.
Cantares
Vino, sentimiento, guitarra y poesía,
hacen los cantares de la patria mía...
Cantares...
Quien dice cantares, dice Andalucía.
Hasta que el pueblo las canta,
las coplas, coplas no son,
y cuando las canta el pueblo,
ya nadie sabe el autor.
A Miguel de Unamuno
Yo soy como las gentes que a mi tierra vinieron
-soy de la raza mora, vieja amiga del Sol-,
que todo lo ganaron y todo lo perdieron.
Tengo el alma de nardo del árabe español.
Cantares
Vino, sentimiento, guitarra y poesía,
hacen los cantares de la patria mía...
Cantares...
Quien dice cantares, dice Andalucía.
Facultad de Filosofía y Letras (Universidad de Sevilla)
Antonio se trasladó en la primavera de 1898 a Sevilla para visitar a su madre recordando los paisajes queridos de su infancia sevillana, especialmente el Palacio de las Dueñas, donde había nacido.
Yo voy soñando caminos
de la tarde. ¡Las colinas
doradas, los verdes pinos,
las polvorientas encinas!...
¿Adónde el camino irá?
Yo voy cantando, viajero
a lo largo del sendero...
- La tarde cayendo está-.
"En el corazón tenía
la espina de una pasión;
logré arrancármela un día:
ya no siento el corazón".
Y todo el campo un momento
se queda, mudo y sombrío,
meditando. Suena el viento
en los álamos del río.
La tarde más se oscurece;
y el camino que serpea
y débilmente blanquea
se enturbia y desaparece.
Mi cantar vuelve a plañir:
"Aguda espina dorada,
quién te pudiera sentir
en el corazón clavada".
Viajes
En marzo de 1899 llega Manuel a la capital del Sena que en aquel momento era la capital de Europa, una cita obligada para pintores, escultores y escritores obteniendo el puesto de traductor en la casa editorial Garnier, de París, que editaba ediciones en castellano dirigidas fundamentalmente a Hispanoamérica. Lo recuerda Manuel en 1931: De Madrid a París en 1931 a los veinticuatro años.
Paris era la “ciudad del affaire Dreyfus en política, del simbolismo en poesía, del impresionismo en pintura. Allí descubren la poesía de Verlaine, Rimbaud o Baudelaire y conocen a Oscar Wilde. En este ambiente de bohemia reforzarán su amistad con Rubén Darío y Enrique Gómez Carrillo.
Tres meses después de marzo de 1899 llegará su hermano Antonio que conocerá a Pío Baroja, con quien trabó estrecha amistad. Terminado el verano Antonio siente la nostalgia de Madrid, y toma el tren para la capital de España, sin aguardar a que se celebre la Exposición Universal de París preocupado porque con veinticinco años no era ni siquiera Bachiller mientras que su hermano Manuel era ya todo un licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Sevilla [8 de noviembre de 1897]. El 25 de septiembre de 1900, consigue Antonio por fin su título que le permitirá opositar.
Antonio se traerá de París la experiencia de haber participado en algunas manifestaciones callejeras contra el affaire Dreyfus comprobando la existencia de una Francia reaccionaria y antisemita, frente a una Francia progresista y laica. Había dos Francias, como habrá dos Españas, que pronto sufrirá en sus propias carnes.
Ser modernista como la última etapa de la literatura en aquella época era luchar contra lo establecido, como antes había sido ser romántico o iconoclasta. Los modernistas más importantes eran Rubén Darío, Miguel de Unamuno, Pío Baroja, Ramón del Valle Inclán, Ramiro de Maeztu, Juan Ramón Jiménez, etcétera. Los modernistas se reunían en las tertulias, acudían a banquetes y fundaban revistas como catapultas a la gloria literaria. En una de esas revistas “Electra” publicó Antonio Machado sus primeros poemas.
Durante la segunda visita a París, desde la primavera hasta el verano de 1902 los hermanos Machado acompañado de Pepe, el pintor y dibujante, permanecen en París. Esta segunda estancia parisina tiene importancia en la vida de Antonio porque conoce personalmente a Rubén Darío. Antonio le da a leer sus poemas, y Rubén los alaba con sincero entusiasmo, lo que hace decidirse a publicar su primer libro, que aparecerá al año siguiente “las primeras Soledades”, de apenas cuarenta y dos poemas que costaba dos pesetas.
Rubén Darío en un artículo titulado “Nuevos poetas españoles” escribirá: “Antonio Machado es quizás el más intenso de todos. La música de su verso va en su pensamiento. Ha escrito poco y meditado mucho. Su vida es la de un filósofo estoico. Sabe decir sus enseñanzas en frases hondas…”
La salida de su primer libro le sorprende en Granada (luego iría a Córdoba y quizás a Sevilla), acompañando a Valle Inclán y Rafael Calvo. Su hermano Manuel se encarga de repartir los primeros ejemplares. El de Juan Ramón Jiménez llevará estampada la siguiente dedicatoria:
“A Juan, de parte de Antonio, con un abrazo. Manuel”
Juan Ramón Jiménez y Unamuno saludarán la aparición de Soledades. Su firma comienza a aparecer en diferentes revistas literarias de la época: Helios, Alma española, Blanco y Negro, Ateneo, El País, la República de las Letras…
A partir de la publicación de Soledades “un viaje a la infancia” Antonio intensifica su dedicación literaria. Su siguiente libro no aparece hasta 1907: Soledades. Galerías. Otros poemas. Había nacido un gran poeta con palabras sencillas que se introducen en el alma. Un libro siguiente será “Campos de Castilla” [1912].
Manuel Machado en su despacho
En 1910 Manuel Machado se casa con Eulalia Cáceres, su novia de toda la vida, en la parroquia de San Juan de la Palma, en Sevilla, y comienza a trabajar como funcionario. Son los años fructíferos de Apolo, Teatro pictórico, Trofeos, Cante hondo.
Manuel Machado deja atrás su vida de bohemia y decide sentar la cabeza colaborando en 1903 con ABC y Blanco y Negro. Oposita a Bibliotecario y archivero en la Biblioteca Nacional de Madrid obteniendo plaza en 1913.
Antonio espera un amor que no llega pensando en que se le había pasado la juventud sin el amor esperado:
Bajo ese almendro florido,
todo cargado de flor
—recordé—, yo he maldecido
mi juventud sin amor.
Hoy, en mitad de la vida,
me he parado a meditar...
¡Juventud nunca vivida,
quién te volviera a soñar!
todo cargado de flor
—recordé—, yo he maldecido
mi juventud sin amor.
Hoy, en mitad de la vida,
me he parado a meditar...
¡Juventud nunca vivida,
quién te volviera a soñar!
Pero ese amor que anhela Antonio se encuentra muy cerca. Y lo va a encontrar en Soria.
Antonio con treinta y dos años, aconsejado por don Francisco Giner de los Ríos, prepara oposiciones a cátedra de francés en la enseñanza media. Para entonces, no era necesaria la licenciatura, -que Machado no tenía. Sólo era Bachiller-. Las oposiciones duraron casi todo un año y logra una de las plazas.
Aula de Antonio Machado en el Instituto General y Técnico de Soria. Su benevolencia se refleja en las calificaciones de fin de curso que nunca eran inferiores a lo que él denominaba “aprobado, aprobadillo y aprobadejo”.
“Allá en el año 1907 fui destinado a Soria, un lugar rico en tradiciones poéticas, allí nace el Duero que tanto papel juega en nuestra historia. Allí, entre San Esteban de Gormaz y Medinaceli se produjo el monumento literario del Poema del Cid. Por si ello fuera poco, guardo el recuerdo de mi breve matrimonio con una mujer a la que adoré con pasión y que la muerte me arrebató. Y viví y sentí aquel ambiente con toda intensidad”.
Antonio Machado llega a Soria como primer destino el 4 de mayo de 1907. Permanece en Soria, con tan solo siete mil almas, el tiempo indispensable para tomar posesión de la plaza, antes de volver a Madrid, lo que le inspira su primer poema castellano “A orillas del Duero”.
El paisaje castellano inspira a Antonio una poesía clara, limpia, popular y llena de ecos del romancero viejo. Campos de Castilla se publica durante la convalecencia de Leonor y tiene pronto una gran recepción entre la crítica. Unamuno, Juan Ramón Jiménez, Ortega y Gasset y Azorín quedan sorprendidos por el gran libro que el hermano de Manuel Machado acaba de publicar y que muestra una imagen nueva y al mismo tiempo clásica del paisaje castellano, que tanto obsesiona a la generación regeneracionista.
hacia 1907-1909. Antonio Machado de pie en la parte central
Antonio vuelve a Soria a comienzos de octubre, para comenzar el curso y vuelve a hospedarse en la misma pensión de la calle Collado, e inicia sus clases en el Instituto. Los alumnos le tenían un gran afecto y no suspendía a nadie. Pero su vida en Soria en estos comienzos era muy solitaria. Se le veía pasar solo entre San Polo y San Saturio, a orillas del Duero.
En diciembre, los dueños de la pensión deciden cerrarla para irse a vivir a otro pueblo y Antonio se ve obligado a trasladarse a otra pensión, en la plaza de los Teatinos, actual calle de los Estudios, cuyos dueños, doña Isabel Cuevas, y don Ceferino Izquierdo, sargento de la Guardia Civil jubilado, viven con sus tres hijos: Leonor, de trece años, Sinforiano, de diez, y Antonia, de unos meses.
Antonio se enamoró casi inmediatamente de Leonor pero tardó un tiempo en pedirle relaciones. Antonio era tímido y temía una negativa. Al fin se formalizó el noviazgo, y Antonio pasearía con Leonor o la acompañaría a misa.
La boda entre Leonor y Antonio [que contaba con treinta y cuatro años] se celebró en la iglesia de Nuestra Señora la Mayor el 30 de julio de 1909. La diferencia de edad volvía incómoda la ceremonia. Esa misma noche salieron en tren para Barcelona. Unos jóvenes maleducados le faltaron el respeto en la estación con una cencerrada.
En Barcelona se había declarado una huelga general “Semana Trágica” y la pareja decide desviar su ruta hacia Fuenterrabía, donde pasar el resto del verano. Viajaron hasta Madrid, para que Leonor conociera la capital de España y presentarle a su familia. Y regresaron a Soria, donde el curso estaba a punto de comenzar. Allí pasarán todo el año de 1910.
...La codicia de los campos
ve tras la muerte la herencia;
no goza de lo que tiene
por ansia de lo que espera...
La tierra de Alvargonzález (Campos de Castilla)
"Siempre que trato con hombres del campo pienso en lo mucho que ellos saben y nosotros ignoramos, y en lo poco que a ellos importa conocer cuanto nosotros sabemos".
En Soria Antonio recorre asombrado el paisaje castellano: los chopos del camino blanco, los álamos de la ribera del Duero, los desnudos peñascales que inspiran Campos de Castilla y la leyenda de “La tierra de Alvargonzález”.
El 5 de octubre de 1910 Antonio Machado inicia un viaje que le conducirá hasta la Laguna Negra, cerca de donde nace el Padre Duero, a 55 km de Soria. El paisaje soriano, sus gentes y las historias que escucha en el camino, inspirarán su poema "La tierra de Alvargonzález" que terminará en Soria en 1912, con 712 versos,
De aquel lugar surgirá el poema de “la tierra de Alvargonzález”, que se convertirá con el inmortal poema de Antonio en la leyenda más conocida actualmente sobre la Laguna Negra , que se encuentra no muy lejos de Soria, entre frondosos bosques de pinos y robles.
En enero de 1911 cuando Antonio Machado viaja con Leonor hasta París escribirá y publicará en 1912 un primer texto, en prosa, sobre “La tierra de Alvargonzález”, que narra una brutal y trágica historia.
“Los hijos de Alvargonzález asesinan a su padre para heredar, sus tierras se vuelven yermas y acaban vendiéndolas a su hermano menor, Miguel, que vuelve de América, que las convierte de nuevo en tierras de labor. El romance de setecientos doce versos, divididos en cincuenta y un romances cortos, termina con el destino de los parricidas al caer y morir en la Laguna Negra, donde habían arrojado el cuerpo de su padre”.
En enero de 1911 la Junta de Ampliación de Estudios concede a Antonio Machado una beca para cursar estudios de filología francesa en París, siendo acompañado por su joven esposa. Pero antes de partir, Antonio le entrega a Gregorio Martínez Sierra, director de la editorial Renacimiento, el original del próximo libro: “Campos de Castilla”.
El tercer viaje a París será ya con su esposa Leonor. Antonio disfruta en París enseñándole a su esposa los tesoros artísticos de la capital del Sena. Asiste a las clases de la Sorbona y a las conferencias de Henri Bergson en el Colegio de Francia. Pero esta estancia será dramáticamente breve.
Los esposos piensan ir de vacaciones a la Bretaña, pero la tarde del 13 de julio de 1911, víspera de la Fiesta Nacional francesa, Leonor sufre un ataque de hemoptisis [vómito de sangre proveniente del pulmón] y Antonio se alarma y se echa a la calle en busca de un médico. No lo encuentra, y al día siguiente, Leonor es hospitalizada en un sanatorio del Faubourg Saint Denis. Allí la visita Francisca Sánchez, la compañera de Rubén Darío. Allí pasará todo el verano acompañada de Antonio. El 6 de septiembre de 1911 Antonio le envía una nota a Rubén Darío de su desventura manifestándole que los médicos le aconsejan que se la lleve a España, huyendo del clima de París, rogándole que le adelantase 250 o 300 francos que le pagaría a su llegada a Soria.
Rubén Darío le había adelantado el dinero para el viaje sin ni siquiera haber tenido tiempo para despedirse. Iba camino de Soria en busca de la salud para su esposa. Tras pasar por Madrid, el día 15 llegan a Soria y alquilan una casita cerca del santuario de Nuestra Señora del Mirón, desde donde se domina la ciudad y el río Duero escoltado por los viejos olmos cargados de verdor en primavera, y donde se respira un aire limpio y puro. Parece que hay leves esperanzas de mejoría y Antonio cree que el renacimiento primaveral alcanzará a su esposa Leonor “A un olmo seco fechado el 4 de mayo de 1912.
Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo,
algunas hojas verdes le han salido.
Ermita Nuestra Señora del Mirón, junto al Hotel Leonor Mirón
Una escena estremecedora será ver al poeta paseando a Leonor en silla de ruedas por el Paseo del Mirón esperando que el aire frío y seco la sanara.
También Antonio espera otro milagro que no se produce. Leonor empeora. Ante la preocupante evolución de la enfermedad, acude desde Madrid doña Ana, la madre de Antonio, para acompañar a su hijo. Todo anuncia un fatal desenlace.
Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.
También se puede apreciar todo lo que escribe Antonio sobre la muerte de su joven esposa Leonor [1 de agosto de 1912]: “La muerte en mi casa entró”.
Una noche de verano
—estaba abierto el balcón
y la puerta de mi casa—
la muerte en mi casa entró.
Se fue acercando a su lecho
—ni siquiera me miró—,
con unos dedos muy finos,
algo muy tenue rompió.
Silenciosa y sin mirarme,
la muerte otra vez pasó
delante de mí. ¿Qué has hecho?
La muerte no respondió.
Mi niña quedó tranquila,
dolido mi corazón.
¡Ay, lo que la muerte ha roto
era un hilo entre los dos!
Pero Leonor muere en 1912 con tan sólo dieciocho años, y sólo había transcurrido tres años desde su boda con Antonio. El 3 de agosto de 1912 fue enterrada en el cementerio de la iglesia de Nuestra Señora del Espino.
Señor, ya me arrancaste lo que yo más quería.
Oye otra vez, Dios mío, mi corazón clamar.
Tu voluntad se hizo, Señor, contra la mía-
Señor, ya estamos solos mi corazón y el mar.
Al fondo, el río Duero
La vida sin Leonor en Soria se le vuelve imposible para Antonio, ya viudo y pide el traslado a Baeza (1912-1919).
Cuando perdí a mi mujer pensé pegarme un tiro. El éxito de mi libro me salvó, y no por vanidad ¡bien lo sabe Dios! Sino porque pensé, que si había en mí una fuerza útil no tenía derecho a aniquilarla. Hoy quiero trabajar, humildemente, es cierto, pero con eficacia, con verdad. Hay que defender a la España que surge, del mar muerto, de la España inerte y abrumadora que amenaza anegarlo todo.
Antonio Machado. Carta a Juan Ramón Jiménez, 1912
Guardo de allí el recuerdo de mi breve matrimonio con una mujer a la que adoré con pasión (…) Si la felicidad es algo posible y real –lo que a veces pienso- yo la identifico mentalmente con los años de mi vida en Soria y con el amor de mi mujer.
En octubre de 1912 obtiene el ansiado destino en el Instituto General y Técnico de Baeza, adonde toma posesión el 1 de noviembre. La muerte de Leonor ha supuesto para Antonio un hachazo terrible en su vida. Poco a poco y a base de tiempo, Antonio irá asimilando su dolor que se rezume en su poesía.
El periódico “El Polvenir Castellano”, en su edición del 8 de agosto, recogía la noticia:
“En el tren de la noche de hoy salen para Madrid nuestro querido amigo don Antonio Machado y su buena madre, la respetable señora doña Ana Ruiz”.
¡Álamos de las márgenes del Duero,
conmigo vais, mi corazón os lleva!
conmigo vais, mi corazón os lleva!
Antonio no regresará a la ciudad del Duero hasta el 5 de octubre de 1932 para recibir un sentido homenaje por parte del Ayuntamiento de la capital que le nombra Hijo Adoptivo en la plazoleta de entrada a la famosa ermita de San Saturio. A aquel lugar se le llama “El Rincón del Poeta”.
Machado lo agradece con estas palabras:
“Nada me debe Soria, creo yo, y si algo me debiera sería muy poco en proporción a lo que yo le debo: el haber aprendido en ella a sentir a Castilla, que es la manera más directa de sentir a España. El hijo adoptivo de vuestra ciudad, ya hace muchos años que ha adoptado a Soria como patria ideal”.
Aula de Antonio Machado en Baeza
… Hoy se conserva tal cual la pequeña aula donde daba Machado sus clases de francés: la misma mesa, la misma pizarra, los mismos bancos. Cuando venía aquí el filósofo José Luis Aranguren siempre pedía, conmovido, que le dejasen sólo. No era para menos. Es tal vez, de todos los lugares machadianos, el que transmite la más densa carga emotiva, el que más nos hace sentir su presencia.
Esta tierra es casi analfabeta. Soria es Atenas comparada con esta ciudad donde aún periódicos se leen…No hay un solo periódico local, ni una biblioteca, ni una librería, ni aún siquiera un puesto de periódicos donde comprar los diarios de Madrid. ¡Qué barbaridad!.
La vida de Antonio Machado
Ligero de equipaje. Ian Gibson
Incapaz de soportar la contemplación del campo soriano sin su esposa Leonor, el profesor de francés pide traslado y elige Baeza como nuevo destino, adonde llega en 1912. Son años duros, pero es la época del Antonio pensador metafísico. La muerte de Leonor había dejado a Antonio desgarrado y abatido.
En Baeza, Antonio es parroquiano habitual de tertulia de la rebotica de Adolfo Almazán, donde comparte charlas y mata el tiempo. Una experiencia que refleja en “Poema de un día. Meditaciones rurales”. En Baeza Antonio mantiene correspondencia con Unamuno, Ortega y Gasset o Juan Ramón Jiménez.
El recuerdo de Leonor se proyecta en el paisaje de olivares inspirado en dolorosos poemas mientras camina solo y triste, pensativo y viejo. En la niebla de Baeza se perfilan ya sus poetas apócrifos: Abel Martín y Juan de Mairena. Antes de abandonar Baeza en 1917 edita "Páginas escogidas" y "Poesías completas", donde incluye “Proverbios y cantares”, de aire popular y filosófico.
En sus paseos solitarios por Baeza, “a solas con mi sombra y mi pena”, Machado encontró inspiración en este espacio, cerca del instituto y presidido por la catedral, escenario del poema a la lechuza.
Campo, campo, campo.
Entre los olivos
los cortijos blancos.
Entre los olivos
los cortijos blancos.
Por un ventanal,
entró la lechuza
en la catedral.
San Cristobalón
la quiso espantar,
al ver que bebía
del velón de aceite
de Santa María.
La Virgen habló:
Déjala que beba,
San Cristobalón.
Sobre el olivar,
se vio a la lechuza
volar y volar...
Ese mismo año de 1912 visitará con su hermano Manuel Cazorla el nacimiento del Guadalquivir. En Baeza pudo conocer Antonio a Federico García Lorca, pero más como pianista que como poeta. Ambos paisajes, el de Soria y el de Baeza, quedarán fundidos en la emoción de su recuerdo.
El poeta acaba sintiendo esta tierra como algo suyo:
El poeta acaba sintiendo esta tierra como algo suyo:
“Campo de Baeza, soñaré contigo, cuando no te vea”…
En Baeza, pueblo "destartalado y sombrío", se agudiza la conciencia social de Machado, como revelan por ejemplo sus cartas a Unamuno, de quien en adelante gustará llamarse discípulo. Baeza -"una población encanallada por la Iglesia y completamente huera"- y sus gentes le inspiran esa visión amarga y dura de la "España de charanga y pandereta". Son los años de la primera guerra mundial, de efervescencia política, de agudización de la crisis social...Machado, desde su "rincón moruno", medita e ironiza sobre la situación y la suerte de España.
El mañana efímero, uno de sus poemas más conocidos, en el que su descripción de España, de las dos Españas, escrita en 1913.
La España de charanga y pandereta
cerrado y sacristía,
devota de Frasquelo y de María,
de espíritu burlón y alma inquieta,…
Antonio sentado es el tercero por la derecha
Hasta ahora la militancia había sido literaria pero a partir de ahora comienza su compromiso con la Liga Educación política española de Ortega y Gasset (1914). Será el primer eslabón de una larga cadena de compromisos de afirmar sus convicciones republicanas ante sus enemigos.
En 1914 se produce la Primera Guerra Mundial. Aunque España fue neutral, el conflicto acentúa el enfrentamiento entre derechas e izquierdas.
- Las izquierdas eran aliadófilos (Derecho, libertad, y la razón).
- Las derechas eran germanófilas porque veían el modelo de la derecha tradicional “disciplina, orden, autoridad”.
Machado en Baeza decide convertirse en estudiante en un intento para mejorar su posición y se matricula en la carrera e Filosofía y Letras en la Universidad Central de Madrid, adonde acude para examinarse como alumno libre a partir de 1915. A diferencia del Bachillerato, su expediente será brillante. Antonio obtendrá su licenciatura en diciembre de 1918.
En 1917 se produce la Revolución rusa que convulsionará de nuevo a Europa tomando el poder el partido bolchevique. En España el conflicto acentúa de nuevo el antagonismo entre derechas e izquierdas.
El 7 de septiembre de 1919, solicita Antonio Machado su traslado al Instituto General y Técnico de Segovia, que le es concedido el 30 de octubre. A finales de noviembre de 1919 Antonio abandona Baeza. La cercanía con Madrid le permite iniciar una intensa colaboración con Manuel. Es el comienzo de la carrera teatral de los hermanos, que cumplen así su viejo sueño de adolescentes. Pero eso formará parte del segundo capítulo de "Los Machado. Retrato de familia" cuya exposición se encuentra hasta el 22 de diciembre en Sevilla.
Desde la Exposición "Los Machado. Retrato de Familia" que se encuentra en la antigua Real Fábrica de Artillería convertida en centro de cultura, para el blog de mis culpas...
Bibliografía
Exposición “Los Machado, retrato de familia”
Ligero de equipaje, de Ian Gibson
“Últimos días en Colliure, 1939 y otros estudios breves sobre Antonio Machado” por Jacques Issorel
Enlaces interesantes
En busca de las huellas de Antonio Machado [Sevilla]Voy camino de Soria [en busca de la senda de Leonor y Antonio Machado]
Nuestra particular "Ruta Machadiana" por Soria
La inmortal Baeza de Antonio Machado
Segovia, en la "Ruta Machadiana"
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