martes, 28 de enero de 2025

Visita a la Fábrica Azucarera Nuestra Señora del Pilar de Motril

Para María, guía en la Fábrica Azucarera Nuestra Señora del Pilar


Desde la tierra de Villalón, de la Cal y del Flamenco, orientamos nuestro sextante didáctico en busca de la ciudad de Motril, para realizar una grata visita a la antigua Fábrica Azucarera de Nuestra Señora del Pilar, convertida en la actualidad en Museo Industrial del Azúcar como referente de la comarca y legado cultural para las generaciones venideras.



Al llegar a Motril nos encontramos con diversos monumentos y calles que nos recuerdan a la industria del azúcar de caña, como por ejemplo, la calle “Camino de Cañas”, el monumento a los acarreadores de caña, el monumento a la Mondera, la antigua fábrica preindustrial, o la antigua fábrica industrial de la Caña de Azúcar, sin olvidar la rotonda al ron Montero, entre otros.

Un grato viaje a través del túnel del tiempo nos introduce en la vieja fábrica de azúcar [assúkkar], inaugurada en 1883 y que llegó a cambiar la vida y economía de muchos jornaleros de la caña con sus familias influyendo en la economía local. Si no hubiese existido la caña de azúcar como materia prima, no hubiese sido llevada al Nuevo Mundo por los navegantes españoles y por tanto, no existiría el ron en la zona del Caribe.



Desde la entrada a la fábrica se observa la casa donde vivía la marquesa de Esquilache así como la vivienda del ingeniero y la gran chimenea de cemento junto con diversa maquinaria. Un verdadero modelo de fábrica-colonia que marcará la vida y economía local.

En la antigua Fábrica Azucarera de Nuestra Señora del Pilar nos recibió María, nuestra guía, quien nos explicó “in situ” toda la historia de la transformación de la caña de azúcar como “oro dulce” desde que entraban las reatas de acémilas en la báscula de pesaje para ser tarada y analizada la sacarosa en el laboratorio hasta su posterior tratamiento dando como resultado la fabricación de azúcar de caña y miel.

Entramos por la antigua entrada del personal que era controlada por una primitiva portería donde se producía el relevo los trabajadores que se incorporaban o salían de su turno laboral. Era el control de personas, de carruajes o de camiones con materiales o mercancías. Allí se controlaba al personal a través de un fichero. Cada trabajador tenía asignada una chapa de bronce numerada que realizaba el calderero de la fábrica y que pendía colgada de un tablero y portada durante toda la jornada laboral en el bolsillo, para luego depositarla en su lugar de salida. 



Una caja de caudales preside la actual entrada


El portero aislaba las chapas no recogidas durante la faena para que el “listero”, personal de plena confianza de la Dirección, anotara los números de las chapas no retiradas que, en caso de no justificarse su ausencia, suponía habitualmente una sanción. Posteriormente acudía a cada departamento para comprobar la presencia del personal que había recogido su chapa. Así se contabilizaban los días trabajados como las ausencias que conformaban su nómina mensual.




En la entrada del personal destaca un enorme cuadro eléctrico cargado de antiguos fusibles con aisladores de porcelana. En el interior de la fábrica se pueden observar las antiguas llaves de luz de lazo, también de porcelana.


Parte de la fábrica en ministura


Por la entrada a la zona de la fábrica pudimos observar una fábrica en miniatura, lo que demuestra el elevado nivel que alcanzaron los técnicos y maestros azucareros motrileños de la época.

La variedad de la caña de azúcar de Motril “Saccharum officinarum”, en su origen provenía de la isla de Java, en Indonesia, siendo llevada a la India y China, y traída por los árabes a la península en el 711. El azúcar del Reino de Granada alcanzó cotas gastronómicas importantes. La conquista cristiana de Granada hizo que Colón la pudiera llevar las plantas de la caña al Nuevo Mundo durante el segundo Viaje de Colón a América.

Motril siempre ha estado relacionado directamente con el cultivo de la caña de azúcar, configurando no solo el urbanismo, sino también la economía y la cultura de la ciudad. La última fábrica azucarera de Motril en la vega del Guadalfeo echó el cierre en 2006.

Una grata convivencia entre el cultivo de la caña de azúcar y la población que en la actualidad ha pasado a formar parte de la Memoria Colectiva que se intenta recuperar como importante legado cultural para el disfrute cultural de los ciudadanos.


La recolección de la caña de azúcar se denomina “zafra”


De la caña al azúcar

El proceso industrial de producción de azúcar de caña es complejo. El proceso industrial comienza en el conductor de cañas, la cinta que lleva la caña a los molinos. Antes de llegar a los molinos, las cañas pasan por unas cuchillas que las cortan para que sea más fácil la molienda. Una vez que las cañas están cortadas, se trituran los tallos de caña en los molinos para extraer el jugo, y después ese jugo es clarificado y cocido para evaporar el agua y obtener una masa dulce de la que se extrae, por un lado, azúcar, y por otro, una miel (melaza), con la que se produce alcohol.

El residuo que queda tras prensar las cañas, es decir, las fibras de la caña, conocidas como bagazo, se empleaban para dar energía a la fábrica (se queman en las calderas para producir vapor), para alimentar a los animales (por el contenido calórico que tienen) y, a partir de 1963, para producir papel. De dichas fibras se puede obtener celulosa, por lo que, tal era la cantidad de bagazo que se producía en Motril, que se construyó una fábrica de papel.

El jugo extraído de los molinos, denominado caldo, jarope o guarapo, tiene del 10% al 14% de sacarosa. Éste se mezcla con cal para evitar la acidificación y se pasa por diversos clarificadores que extraen los residuos sólidos o impurezas. Una vez clarificado se evapora gran parte del agua contenida para llevar la concentración de azúcar al 60%. Después, el jugo es cocido en sucesivas calderas de cobre, recubiertas de madera, llamadas tachas, hasta llegar a sobresaturar la masa, que pasa posteriormente a una centrifugadora que separa la miel del azúcar.

El azúcar resultante es crudo y contiene un 97% de sacarosa. Posteriormente es refinado para obtener azúcar blanca. La miel resultante puede volverse a cristalizar y centrifugar varias veces para recuperar más azúcar.

Gentileza de María, guía de la Fabrica Azucarera Nuestra Señora del Pilar





La caña de azúcar entraba en la báscula por la puerta de entrada en reatas de acémilas, existiendo dos tipos de calidades: las cañas de azúcar pegadas a la costa, al estar en un terreno salitroso, eran menos dulces que las que se encontraban en el interior, más dulces. Se pagaba por partidas en función del contenido de sacarosa tras la realización de un análisis realizado en el laboratorio de la fábrica.

El bagazo se utilizaba también como abono para la agricultura



La Revolución Industrial, iniciada en Gran Bretaña a finales del siglo XVIII y XIX, transformó radicalmente las técnicas de producción, basado en métodos artesanales a la fabricación mecanizada, evolucionando los sistemas de transportes con la tecnología del vapor, el barco de vapor así como una vasta red de ferrocarriles, reconfigurando las bases de la sociedad moderna, catalizadora del desarrollo y progreso tecnológico de los años siguientes.

Con la llegada del progreso a Andalucía comienza a destacar la actividad minera en Almería, Córdoba, Jaén y Huelva. Málaga, en la siderurgia, textil y sector químico, tras Barcelona.

La industria del vino junto con la industria azucarera son claros ejemplos. Aunque durante el siglo XX comenzará su declive. La Fábrica de Ntra. Sra. Del Rosario en Salobreña, será la última en cesar su actividad en 2006.

La Fábrica de Ntra. Sra. Del Pilar cesó en 1984 y mantuvo el motor de vapor como principal fuente de fuerza motriz, contando con maquinaria diversa, desde un gran tren de molinos hasta pequeños caballos de vapor.





1860

Ramón de la Sagra fue un polifacético gallego que participó activamente en el proceso de transformación azucarera. La Sociedad Peninsular instaló en 1845 la primera fábrica mecanizada en Almuñécar, iniciándose a partir de esa fecha el despegue industrial del azúcar, desplazando totalmente a los ingenios y fábricas preindustriales, aunque el crecimiento territorial del cultivo de azúcar no se produjo hasta 1860 gracias a las políticas proteccionistas del Estado.

1882

El 14 de enero de 1882 se formalizaría la escritura de compra a favor de la Sociedad de Burgos, Domínguez y García. Más tarde, en 1893, al morir su esposo, se haría con la propiedad completa la Marquesa de Esquilache, Doña Pilar de León y Gregorio, quien pasará largas temporadas en la Fábrica. Mujer muy devota, llegó a colocar un altar con la Virgen del Pilar en el interior de la Fábrica de Azúcar.

La Fábrica fue un diseño original del arquitecto granadino D. Francisco Giménez Arévalo como tipología de factoría-colonia del mundo azucarero, con tres almacenes para efectos y útiles, dos viviendas para empleados, dos casas para porterías, 27 viviendas para obreros, aperos agrícolas y cuadras.

1901

Los bajos precios impuestos a la caña de azúcar por parte de los propietarios y empresarios, junto con la situación de carencia terminó por desesperar a jornaleros y trabajadores del campo que estallaron el 24 de abril de 1901 provocando el incendio de la Fábrica de Ntra. Señora de la Cabeza, propiedad entonces de la familia Larios.

1903

Se crea la Sociedad General Azucarera de España (SGAE) para controlar la producción y el mercado de azúcar a causa de la sobreproducción que provocó cuantiosas pérdidas. Llegará a producir el 97% del azúcar nacional, tanto de caña como de remolacha, en sus cincuenta y seis fábricas.

El 4 de diciembre de 1903 se formalizó el acuerdo de venta de la Fábrica Nuestra Señora del Pilar de Motril por parte de la marquesa de Esquilache a la SGAE, cuya propiedad ostentaría hasta su cierre definitivo.

1927

En 1925 se proyectaría la construcción de un cable aéreo para el transporte de mercancías (harina, cemento, azúcar y abono) en vagonetas que tenían una capacidad de carga de 700 Kg cada una. Enlazaba el puerto de Motril con Dúrcal, en el Valle de Lecrín, siendo inaugurado en 1927. Desde la Fábrica de Azúcar existía una distancia al puerto de 2.673 metros.

1936 

Durante la Guerra Civil (1936-1939) la fábrica fue un punto estratégico de producción siendo militarizada, convirtiéndose una parte de sus instalaciones en siete refugios antiaéreos. Fue bombardeada el 26 de abril de 1937 muriendo quince personas y provocando el destrozo del conductor de cañas paralizando la producción durante diez días. En la década de 1940, ante los efectos provocados por la guerra, se comenzaron a instalar máquinas traídas de otras fábricas azucareras de la SGAE para poner la fábrica de nuevo a pleno rendimiento.

1953

Se presentó una maqueta a escala que producía azúcar en la II Feria del Campo de Madrid, en el Pabellón de las provincias de Málaga, Córdoba y Almería, representando el proceso de producción a partir de la caña. Fue realizado por la Escuela de Artes y Oficios de Motril, y se conserva en la Fábrica del Pilar para disfrute de los visitantes.

1963

Se inauguraba la Empresa Nacional de Celulosa. Se instaló en el puerto de Motril impulsada por el excedente de bagazo, un residuo de la caña de azúcar que se utilizara en la fabricación de papel aprovechando el contenido de sus fibras.

1973

Llegan a la Fábrica de Azúcar dos máquinas cortadoras de caña “Massey FeFerguson” procedentes de Australia compradas por la “Azucarera Montero” para suplir la falta de mano de obra debido a la emigración pero tiene escaso éxito.


 "Cuba", rodada en la Azucarera "Nuestra Señora el Pilar" de Motril y ambientada durante la Revolución cubana de 1959.

1979

La Fábrica del Pilar se convierte en el escenario de la película “Cuba”, rodada por Sean Connery como principal protagonista y dirigida por Richard Lester.

1980

Se constituye la Sociedad General Cañera S.A. para paliar la escasa rentabilidad y las continuas pérdidas que arrastraban ambas fábricas: la Fábrica del Pilar y Azucarera de San Francisco de Salobreña.

1984

El 26 de septiembre de 1984 la asamblea general extraordinaria acepta el cierre de las instalaciones destinadas a la producción de azúcar, así como un expediente de regulación de empleo, por el que los trabajadores podrán ser reubicados en otros centros de la sociedad o en sus filiales, recibiendo vivienda gratuita en el nuevo centro o una compensación económica de 15.000 pesetas.

1997

El Ayuntamiento de Motril y la SGAE llegan al acuerdo de cesión de la Fábrica del Pilar para albergar el Museo Industrial de la Caña de Azúcar. En 1996, quedaba la fábrica protegida gracias a la inscripción como Bien de Interés Cultural (BIC), en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, iniciando así el camino para su transformación en museo.


El actual Museo Industrial del Azúcar de Motril se está convirtiendo en un Centro Cultural de referencia en la comarca donde las generaciones venideras podrán aprender oficios y saberes que impregnan la Memoria Colectiva: arquitectura, memoria oral y sentimental que forman parte del proyecto “Abierto por Obras”.

Un altar en la fábrica con la desaparecida imagen de la Virgen del Pilar será restaurado en breve por la Universidad de Granada.

En 2016, la antigua Capilla y caballerizas de la fábrica se transformaron en una Cafetería-restaurante del Museo y en 2022 la antigua casa del ingeniero se convierte en la sede institucional de la Fábrica del Pilar.



Al salir por la antigua sala de entrada de los trabajadores, María, nuestra guía nos obsequió con una pieza de chocolate de Motril para endulzar un poco la jornada, entregándonos un comics titulado “La caña de azúcar en Motril” con ilustraciones de Juanfran Cabrera que nos ilustraba sobre la época dorada del azúcar. También nos comentó que en Motril había existido en tiempos pretéritos una fábrica de chocolates “La Restauradora”.

Actualmente, el Museo Industrial de la Caña de Azúcar intenta preservar aquellos conocimientos, siendo utilizado como centro de interpretación de un importante legado que permanece en la Memoria Colectiva de los motrileños.



Tras nuestra visita a la Fábrica Azucarera orientamos nuestro sextante gastronómico en busca de la playa donde en uno de sus restaurantes [Natalio] degustamos platos típicos de Motril, donde la quisquilla y la parrillada de pescado brillan con luz propia a orillas del Mediterráneo, acompañados de unas cervezas "Victoria" que nos darían energías para continuar nuestra ruta paseando. 

Un grato paseo que tendría su epílogo en la rotonda del ron, muy cerca del monumento al Doctor Norman Bethune en la Avenida homónima. Un emblemático lugar desde donde nuestra brújula didáctica nos acercaba a la calle Zafra como centro logístico, donde se encuentra el Museo Preindustrial de la Caña de Azúcar, cercano al monumento al Acarreador de Cañas "Acarreto". 

Desde Motril [ciudad de cine], ubicado entre el Mediterráneo y Sierra Nevada, para el blog de mis culpas…


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