sábado, 4 de mayo de 2013

Consecuencias sociales de la crisis económica

Profesor Malagón Bernal (dcha.)  acompañado del sociólogo Ramón Ramírez (izda.) de la universidad Pablo de Olavide de Sevilla

...No hay más que un millón de herreros
forjando cadenas para los niños que han de venir...

Federico García Lorca

El pasado viernes 4 de mayo de 2013 tuvo lugar en el Centro Social Julio Vélez de Morón, una interesante conferencia bajo el título “Consecuencias sociales de la crisis económica” cuyo ponente fue el antropólogo y paisano José Luís Malagón Bernal acompañado por el sociólogo Ramón Ramírez de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla. En octubre de 2010, el mismo ponente nos ilustró con otra didáctica conferencia bajo el título “la influencia de la crisis en el sector de las personas mayores” que no dejó indiferente al público asistente al acto, que nos hizo reflexionar.

Recordó el profesor Malagón en el prólogo de su charla la figura de Julio Vélez junto al compromiso ético por la memoria histórica de los autores del libro Consumatum Est José María García Márquez y Miguel Guardado.

Destacó la importancia que tiene lo económico en nuestras vidas, desde la crisis económica como tema estrella con la quiebra de “Lehman Brothers” hace más de cinco años. A partir de ese momento, nos encontramos con el ataque más brutal hacia el Estado del Bienestar por los mismos que mandan desde su arsenal ideológico, con una bajada de salarios, aumento de la edad de jubilación, congelación de las pensiones, etc… Todo ello, para calmar a los mercados como bancos y agencias de calificación.


El trabajo social es la cenicienta a la que le sigue la salud, la dependencia o la educación como base del estado del bienestar. Como ejemplo cabe destacar que en la Universidad Pablo de Olavide durante los dos últimos años, más de trescientos profesores, a los que no se les ha renovado el contrato.


La desigualdad se ha instalado en nuestra sociedad. Las rentas más bajas han aumentado, la tasa de paro está por encima del 26%, lo que supera en 10 puntos a países como Portugal o Irlanda. Por otro lado, el trabajo se ha convertido en un privilegio con más de 75.000 ejecuciones hipotecarias.

En 2012 la Dependencia tuvo su punto de inflexión. Las políticas de austeridad han afectado a las personas más frágiles. La crisis tiene muchos matices con efectos asimétricos (escala de valores). Es evidente que la crisis no ha llegado a empresarios que todos tenemos en mente.


En el siglo XVIII (1720), Adam Smith, padre de la economía clásica describió ya una burbuja financiera, doscientos años antes de la crisis de 1929 que afectó a Inglaterra, conocida como el "crack de 1720". Una burbuja especulativa que aceleró el crecimiento de unas acciones que cuadruplicaron su valor en pocos meses con una eficaz campaña de marketing  y acciones emitidas y pagadas con deuda pública. La burbuja no tardó en estallar dejando a los bancos y a las personas arruinadas.

La libertad se utiliza para transferir derechos de propiedad pero al mismo tiempo predomina también la organización de los trabajadores. En el siglo XIX empiezan las grandes movilizaciones obreras. Carlos Marx analiza la situación y manifiesta que es necesario cambiar el rumbo. Otro sistema distinto con una buena carga simbólica ha sido la U.R.S.S. tenida como modelo en muchos países. A partir de ese momento comienza el estado del bienestar como forma de hacerle frente al sistema comunista. Se crea el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional en 1944.


El “Estado del Bienestar”  legitima de alguna manera al sistema capitalista para que no triunfara el otro sistema socioeconómico. El 15 de agosto de 1971 fue el día que empezó la crisis. Por aquel entonces, era presidente de los Estados Unidos Richard Nixon que emitió un comunicado en el que abandonaba el patrón oro, vigente desde Bretton Woods en 1944. Dicho patrón establecía que todas las monedas del mundo estaban vinculadas al dólar, a su vez atado al oro. A partir de ese momento los billetes pasaron a ser papeles sin respaldo. Se produce una represión del sistema capitalista neoliberal con la desregularización.


La alianza Thatcher y Reagan ratifica el predominio universal del capitalismo y pone de rodillas al estado del bienestar. A partir de ese momento lo social se subordina al buen funcionamiento de los mercados.


En 1992 mediante el Tratado de Maastricht se otorgan las únicas disposiciones legales. En 1989 mediante la caída del muro de Berlín, se caen definitivamente las caretas y empieza el capitalismo agresivo. El pensamiento único se va imponiendo en todo el mundo y la globalización neoliberal esquilma todos los recursos. Se confunde el avance tecnológico con el retroceso de lo social donde predominan los directivos autoritarios que imponen la precariedad, la movilidad y los salarios bajos. Se produce un cambio ideológico en valores con deterioro laboral y social, lo que contribuye a fragilizar el concepto de familia (ruptura).

El Estado del bienestar con el neoliberalismo es imposible ya que tienen el poder de transmitir su media verdad bajo la desregulación y desprotección social al actuar como una auténtica tenaza en lo social ¡Aumentar en represión ó aumentar en derechos sociales!


Decía el premio Nóbel de Economía Joseph Stiglitz que el 1% de la población mundial dicta la política al 99 % restante. Ese 1 % de la población disfruta de las mejores viviendas, la mejor educación, los mejores médicos y el mejor nivel de vida, pero hay una cosa que el dinero no puede comprar: la comprensión de que su destino está ligado a cómo vive el otro 99 %.


El empresario Warren Buffet manifestó “durante los últimos veinte años ha habido una guerra de clases y mi clase ha vencido”. Existe hoy más desigualdad social que en la Gran Depresión de 1929. 

La caridad se ejerce para apagar el incendio social. La caridad es una virtud privada que adormece las conciencias. Decía Victoria Kemp que los derechos emanan de la Justicia y esta es una virtud pública.

Por otra parte, la sumisión erosiona la dignidad de las personas junto con la ignorancia y el miedo. Hay una falta de conciencia de clase que es necesaria reconstruir. Se pretende legitimar una educación de élite que solo irá dirigida a quien se la pueda pagar, despeñando la educación pública.

En definitiva, una conferencia muy didáctica, enriquecedora y participativa  que dio lugar en su epílogo a una reflexión conjunta en la que cada asistente aportó su grano de arena con sus preguntas.

P.D. Me viene al pensamiento una frase del profesor Carrillo Salcedo que decía lo siguiente:

"Lo que de verdad es global es la miseria porque la hay en África, en Asia, en América latina, en Europa,en España, en Sevilla, en barrios marginales donde no hay equipamiento social, no hay ambulatorio médico, no hay instituto...".

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