lunes, 24 de febrero de 2014

Visita al Parlamento de Andalucía


Cercano el día de Andalucía hemos tenido la grata oportunidad de visitar el antiguo Hospital de las Cinco Llagas o de la Sangre, considerado como una de las joyas del renacimiento español y la obra civil más grande erigida en España hasta la construcción del monasterio del Escorial en el siglo XVI. Situado a extramuros de las murallas almohades en el barrio de la Macarena de Sevilla, el Hospital de las Cinco Llagas es en la actualidad la sede del Parlamento de Andalucía.


Haciendo una breve historia, en el año 1500 albergaba una Fundación de Caridad mediante una bula papal de Alejandro VI que acogía a mujeres enfermas gracias a su benefactora, doña Catalina de Ribera y Mendoza pero una bula de Clemente VII en 1524 la hizo extensible para los hombres pobres. Las bulas en este tipo de edificios dejaba sin efecto cualquier jurisdicción ordinaria ya que el Hospital de las Cinco Llagas estuvo bajo jurisdicción papal desde su fundación.


En 1535 el hijo de doña Catalina de Ribera, Fadrique Enríquez de Ribera, I Márquez de Tarifa que dota de presupuesto al hospital situado a extramuros de la ciudad  iniciándose las obras el 12 de marzo de 1546 pero Don Fadrique murió y no pudo ver terminada la obra que abre sus puertas el 5 de marzo de 1559, realizando durante su existencia una gran labor asistencial, especialmente en épocas de inundaciones o epidemias.


El Hospital de las Cinco Llagas fue diseñado por el arquitecto Martín Gainza quien la dirige hasta su fallecimiento en 1556. En 1558 fue designado para proseguir su construcción Hernán Ruiz II, -que trazó su iglesia-, siendo inaugurado en 1559 aunque las obras no se terminarían por completo.
La portada de acceso principal al edificio fue terminada en 1617 por Miguel de Zumárraga.


En 1649 y 1709 el Hospital padece una grave crisis con la epidemia de peste que azota la ciudad que junto con las sequias, plagas y las grandes inundaciones de 1708, 1740 y 1750 contribuyeron a incrementar la mortalidad de la población. A partir de 1750 se utiliza como hospicio.


Bandera de Andalucía, en Cádiz.

Durante la Guerra de la Independencia, con la ocupación francesa, el hospital se quedó sin patronos. A lo largo de su dilatada historia, El Hospital de las Cinco Llagas tuvo muchos benefactores hasta la Desamortización de Mendizábal.


Tras diversos avatares,-abandono y expolio en sus últimos años-, el Hospital cierra sus puertas en febrero de 1972 siendo en 1982 cedido a la Junta de Andalucía por la Diputación de Sevilla. Entre 1987 y 1992 se realiza la primera rehabilitación, en cinco patios –Farmacia, San Carlos, Recibimiento, Alcohol y de Cobalto-.

...Desde el jardín exterior llegamos hasta una amplia verja de hierro desde la que se puede observar el alzado de la fachada en piedra compuesta de dos plantas con 17 ventanas en su parte izquierda y 16 en su parte derecha con dos torres en las esquinas. La portada principal de estilo manierista fue terminada en 1617 por Miguel de Zumárraga. En la parte sur del edificio se puede apreciar el grupo escultórico Hércules con dos leones y columnas, obra del escultor malagueño José López-García Seguirí.


Entramos por el patio del Recibimiento y como su propio nombre indica los ciudadanos que visitamos el Parlamento fuimos recibidos por acordes de música clásica que otorgaba al recinto una gran solemnidad acorde con tan magno día.

En dicho patio pudimos apreciar la estatua del padre de la patria andaluza Blas Infante donada por el Ayuntamiento de Casares al Parlamento Andaluz, así como varios paños de azulejos de la antigua Casa Mensaque y Ramos Rejano de Sevilla, ceramistas de prestigio del siglo XIX que han mantenido la herencia cultural andalusí.
Desde ese lugar, pasamos al Patio del Cardenal donde está ubicado la efigie de Plácido Fernández Viaga, primer presidente de la Junta Preautonómica de Andalucía el 27 de mayo de 1978, donado por el Ayuntamiento de Antequera y donde destaca un magnífico magnolio. Junto a la sala de comisión destaca una cúpula rebajada de piedra coronada en su  parte central por las Cinco Llagas.


Llegamos a la biblioteca bajo acordes de piano para llegar a la Iglesia, hoy Salón de Plenos del Parlamento de Andalucía desde el 28 de febrero de 1992. Cuando se celebran plenos, el altar mayor se cubre con un tapiz con el escudo de Andalucía para respetar la pluralidad de todos los andaluces. 

Las Cinco Llagas en el centro de la cúpula

La Iglesia es de cruz latina con cuatro capillas laterales y ábside semicircular con escalera de mármol rojo con jaspe blanco portugués. Dispone de 173 metros cuadrados de fachada y 156 de fondo.

El diseño del retablo mayor se atribuye a Asensio de Maeda y su ejecución a Diego López Bueno y las pinturas, fechadas en 1602, son obras del pintor rondeño Alonso Vázquez.


En el primer cuerpo se puede observar San Sebastián, San Laureano y San Roque. En el segundo cuerpo, San Francisco, Cristo Resucitado y San Antonio de Padua y en el Ático, San José, El Calvario y San Juan Bautista, coronado el retablo Mayor en su arte más alta con el escudo con las Cinco Llagas de Jesús.

Nuestro Cicerón  Diego Lorenzo, explicando la historia del Parlamento de Andalucía

La portada de la Iglesia del Hospital de las Cinco Llagas fue concebida con un arco triunfal con dos cuerpos, dórico el bajo y jónico el superior, rematados por un frontón.  Sobre la clave del arco, se sitúan tres relieves de las virtudes teologales: Fe, Esperanza y Caridad, ejecutadas por Juan Bautista Vázquez, en 1564.

La particularidad la marca la iglesia, de bellas proporciones y mayor altura que el conjunto, que se levanta independiente en el patio central. Su ejecución corresponde a Hernán Ruiz II, que la dota de gran coherencia formal y decorativa.

La Iglesia presenta planta de cruz latina con brazos cortos, capilla mayor semicircular y sacristía rectangular tras ella.


Así pues, los andaluces nunca hemos querido ser como pueblo más que nadie pero tampoco menos que nadie. Lejano aunque peremne en la retina de nuestra historia queda ya el artículo 151 de la Constitución que nos otorgaba identidad histórica junto con el mayor autogobierno posible dentro de nuestro Estatuto de Autonomía aunque nuestra memoria colectiva siempre ha entendido que hemos formado parte de un proceso histórico con identidad como pueblo.

En definitiva, una grata visita al Parlamento de Andalucía donde se elaboran y aprueban leyes que nos afectan a todos los andaluces. El Parlamento de Andalucía con 109 diputados representa al pueblo andaluz y expresa su pluralidad siendo una institución muy cercana físicamente a los andaluces pero al mismo tiempo nos puede dar la impresión de que lo percibimos como algo distante en nuestra retina. El primer Parlamento de Andalucía se constituyó el 21 de junio de 1982 en el Real Alcázar de Sevilla.


Desde el Parlamento de Andalucía...


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miércoles, 5 de febrero de 2014

28 de febrero. "Día de Andalucía"


“Andalucía es el resultado de un proceso histórico con identidad histórica como base de su identidad cultural, modelada a lo largo de siglos que nos ha dado nuestra forma de entender la vida y como resultado final nuestra cultura que forma parte de la memoria colectiva”.

Isidoro Moreno (antropólogo)




Cercano el día de Andalucía [28 de febrero] la retina de la historia nos retrotrae a tiempos pretéritos donde en la Asamblea de Ronda de 1918 a propuesta de Blas Infante se evocaron vínculos históricos que coinciden con el máximo esplendor de nuestra cultura (Al Ándalus).



Andalucía por sí, para España
y la Humanidad

Asamblea de Ronda de 1918

La primera referencia escrita que se conserva de una bandera de similares características a la de Andalucía pertenece al reinado de Al Mutasim de la taifa de Almería en el siglo XI (año 1051), posiblemente nos encontramos con la bandera más antigua de toda Europa. 

Recogida por Henri Peres en su libro Esplendor de Al Andalus, en los versos del poema de Abú Asbag Ibn Arqam: 


“Una verde bandera

que se ha hecho de la aurora blanca un cinturón,

despliega sobre ti un ala de delicia,

que ella te asegure la felicidad

al concederte un espíritu triunfante”.

El 18 de julio de 1195 el sultán Ben Yusuf Yaqub derrota a Alfonso VIII de Castilla en la batalla de Alarcos (última gran victoria musulmana). 

Para conmemorar el triunfo ordena colocar una bandera verde y blanca en la Mezquita de Sevilla, que representaba la unidad almohade (blanco almohade) y la colaboración andalusí (verde omeya). 

“La bandera blanca y verde -el verde perteneciente al Califato Omeya y el blanco del Imperio Almohade-, vuelve tras siglos de guerra. A decir Paz y Esperanza, bajo el sol de nuestra tierra”…




Andalucía ha sido el resultado de un crisol de culturas en su constante histórica en la que destaca por derecho propio una brillante civilización que tuvo su máximo esplendor bajo la antigua al Andalus estimulando durante siglos la imaginación de una Europa de su época sumida en las tinieblas de la ignorancia y donde coexistieron en tolerancia tres culturas (cristiana, judía y musulmana).


Un marco geográfico desde la antigua Sharq al-Andalus (oriente) hasta el antiguo Garb al-Andalus (occidente) con la cuenca del Wad al Kabir (Guadalquivir) como gran receptora histórica de las civilizaciones como fiel testigo de la historia, fusionando la cultura autóctona con diferentes pueblos mediterráneos, formando un auténtico crisol de culturas, donde la lengua árabe de Al Andalus ha sido una lengua sinónima de refinamiento y erudición en su época, lo que sirvió como vehículo para introducir las primeras traducciones al árabe de los filósofos griegos, en especial Aristóteles de la mano de Averroes y que posteriormente se benefició el pensamiento posterior del mundo latino (Santo Tomás).



Una civilización que ha legado topónimos tan bellos como Andalucía, Algarbe, Algeciras, Alpujarras, Axarquía, Elvira, Gibraltar, Guadalquivir, Trafalgar, Mulhacén, Pico Almanzor, Sevilla junto a otras palabras enraizadas en la memoria colectiva de los andaluces tales como acebuche, aceite, aceituna, alarife, albañil, alcuza, aldaba, alfarero, alféizar, aljibe, almohada, barrio, laud, mozárabe, muladí, mudéjar, posada, presa, taberna, zaguán y un largo etcétera que pertenecen a ese gran legado andalusí con cuatro mil arabismos que con su esencia han enriquecido nuestro léxico siendo el único pueblo de habla latina que ha impregnado el castellano a pesar de las tristes circunstancias históricas que tuvo consecuencias lamentables para la economía española como la expulsión de los judíos en 1492 y la expulsión de los moriscos en 1609.

Es obvio que dicha civilización refinada ha marcado la historia y la cultura de España y al mismo tiempo dejaron su huella en muchos aspectos de nuestra personalidad y costumbres que han forjado nuestro carácter. Negar esto sería amputar la realidad.


También nos legaron una configuración urbana cuyos orígenes emanan de las alcazabas y fortalezas en busca de protección y que se irradiaban a través de los arrabales (al-rabad), plasmado como una crónica del desarrollo de su propia historia.


Configuración urbana en la que destaca una brillante cultura del agua que dotaba a las medinas de un complejo sistema de alcantarillado que evitaban que las aguas fecales fueran derivadas a la vía pública y al mismo tiempo contaban con sistemas de riesgo ayudado por la noria que hizo inmensamente fértiles las huertas y vegas andaluzas y levantinas, al contar con cultivos como la caña de azúcar, el azafrán, árboles frutales y hortalizas desconocidos en Europa, lo que contribuyó a enriquecer la dieta mediterránea.


Para celebrar tan magna efemérides, no existe nada mejor que conocer Andalucía, sus pueblos y sus gentes. Sueños blancos de la cal y de nuestra propia esperanza por encontrar un futuro mejor para nuestros pueblos (verde y blanco de nuestra bandera).


Unas rutas del legado andalusí -Califato, Almorávides y Almohades, Nazaríes, Pueblos Blancos, etcétera-, salpicadas de aldeas blancas diseminadas en perfecta armonía con el paisaje, calles angostas y sinuosas encaladas con cal que han permanecido generación tras generación.


Efluvios y reminiscencias andalusíes que han pasado a formar parte de la genealogía del pueblo andaluz. Costumbres que han formado parte dentro de nuestro proceso histórico modelado durante siglos y que nos ha proporcionado nuestra forma de ser y de entender la vida a través del crisol de culturas. Medinas (al madinat), mezquitas, atalayas, alcazabas (al Qasaba), arrabales (al rabad), aljamas, alhamas (al hamma), posadas (fundaq), ladrillos, tejados árabes, calles angostas y sinuosas inundan los cascos históricos de nuestras ciudades históricas.

"Desde Morón, en el Día de Andalucía"...



Lomas trenzadas de olivos verdes retorcidos por el tiempo

legado de pueblos blancos diseminados bajo la serranía

y el verde intenso del azzeit que se rezume en la vieja

al masara, mientras la Cal legado de nuestros ancestros,

encala de sueños y utopías la blancura de nuestras miradas.



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