jueves, 29 de junio de 2023

Napoleón Bonaparte. ¡Héroe o tirano!

 
Los Inválidos y la Tumba de Napoleón en París


Prólogo

Cuando escribo estas humildes letrillas sobre la figura de Napoleón y la Guerra de la Independencia española como contexto histórico, se me viene al pensamiento un comentario que con cierta ironía, realizara una antigua docente en la tierra de Villalón, hace ya algunos lustros, manifestando con respecto a la figura del primer Bonaparte, que entre sus aportaciones, introdujo un Código Civil, la separación Iglesia y Estado, entre otras aportaciones.

¡Mejor hubiese sido habernos quedado bajo la influencia del Bonaparte! ¡Total, para lo que nos vendría después!, refiriéndose al regreso de Fernando VII con sus continuas felonías! 

"Marchemos, y yo el primero, por la senda constitucional"

Fernando VII, 10 de marzo de 1820

Entre otras perlas llegó a degorar y jurar la Constitución de 1812 "La Pepa", restaurando el absolutismo y persiguiendo a los liberales, lo que servirá como pretexto para la emancipación de las colonias americanas aunque el camino de la independencia fuera irreversible.

No hace falta recordar que una de las páginas más vergonzosas de la Historia de España tuvo lugar cuando Carlos IV consiguió que su hijo Fernando VII renunciara a la Corona de España y que su padre abdicase en favor de Napoleón a cambio del Palacio de Chambord y una renta anual. Napoleón le ofreció a Fernando VII un castillo y una pensión anual de 4 millones de reales por devolverle la corona a su padre Carlos IV aceptando el 6 de mayo de 1808. Fernando VII ignoraba que su padre ya había renunciado en favor del emperador por la suma de 30 millones anuales.

Otra felonía del inefable Fernando VII será felicitar a Napoleón por sus triunfos en España, desde su exilio dorado en Valençay.

…Y la enésima felonía [por si no fueran pocas] será pedir por carta a Napoleón ser su hijo adoptivo:

"Mi mayor deseo es ser hijo adoptivo de S. M. el emperador nuestro soberano. Yo me creo merecedor de esta adopción que verdaderamente haría la felicidad de mi vida [...]".


Y tal vez, no le faltara razón a esta docente al comprobar que Fernando VII con su macrofalosomía absolutista acabaría con el sueño progresista de muchos políticos liberales, que en el mejor de los casos, les esperaba el cruel exilio [Londres y Gibraltar, entre otros] e incluso acabaría con patriotas españoles de la talla de El Empecinado, Riego, Torrijos con sus 48 compañeros y Mariana de Pineda, en su Granada. 

"La fragua del absolutismo sólo forjaba tiranos con escaso temple"


"Vivre libre ou mourir" [Vivir en libertad o morir]



Algunas breves pinceladas históricas…


La Revolución Francesa fue realizada por la burguesía que despertó de su letargo histórico a las masas campesinas desatándose la violencia ciudadana hasta extremos nunca antes vistos. Por vez primera participaban las masas asalariadas, separándose la Iglesia del Estado.

Será un importante cambio ideológico y estructural de la sociedad francesa donde las Ideas se llevarán a la práctica: brillarán las ideas enciclopedistas, la libertad se reflejaba en el Derecho, la necesidad de una Constitución que refleje el consenso social y el equilibrio de los tres poderes independientes: legislativo, ejecutivo y judicial que esté por encima de todos los ciudadanos, incluso del rey, que deberá jurarla como expresión de soberanía que reside a partir de ahora en el pueblo.

La Revolución Francesa supondrá la destrucción de los privilegios del rey, de la nobleza y del poder de la Iglesia. Actuará como verdadera bisagra entre dos épocas aunque no llegará a cambiar la estructura de la propiedad ni los problemas en el mundo rural.

Después de 1789 Europa ya no volverá a ser la misma. Se produce un cambio en el control de la educación, hasta entonces en manos de la Iglesia, que pasará al Estado como escuela laica. La Revolución Francesa pretende reestructurar la sociedad de arriba abajo eliminando los privilegios del Antiguo Régimen, la nobleza y el alto clero.

No se puede olvidar “La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano” de 1789, aprobada por la Asamblea Nacional el 26 de agosto de 1789 como uno de muchos de los documentos fundamentales de la Revolución Francesa  (1789-1799).

La figura de Napoleón se quiso realzar en la pintura y Jacques-Louis David lo pintó montado sobre un caballo cruzando los Alpes al nivel de Aníbal y Carlomagno. Pero en realidad, Napoleón cruzó los Alpes montado sobre una mula, por ser un animal más seguro y que afronta mejor los rigores del clima. 


Bonaparte cruzando los Alpes. Jacques-Louis David, 1811
Palacio de Charlottenburg, Berlín


Bonaparte cruzando los Alpes. Paul Delaroche, 1850


Charles Darwin [1809-1882] escribió sobre la mula:

"La mula me parece el animal más sorprendente. Que un híbrido presenta más razón, obstinación, memoria, apego social, resistencia muscular y duración de la vida que cualquera de sus progenitores parece indicar que el arte ha superado a la Naturaleza".

La mula puede soportar mejor que el caballo los rigores del clima sin disminuir el ritmo de trabajo y no se expondrá a ninguna situación que ella perciba como peligro. Ese es el motivo de su presunta terquedad.


En 1802, cuando Napoleón era Primer Cónsul de Francia, restablece la esclavitud en el Caribe francés, después de abolirla en 1794 tras una rebelión de esclavos en Santo Domingo. La esclavitud quedará abolida definitivamente el 27 de abril de 1848 tras la Revolución homónima. Pero, al coronarse emperador Napoleón en 1804 traicionará los ideales de la Revolución Francesa "Liberté, Égalité, Fraternité" .


En el debe de Napoleón se hace constar que fue un tirano sanguinario al provocar la muerte de más de tres millones de personas durante las guerras napoleónicas, entre ellas, medio millón de muertos en la Guerra de la Independencia española, en una población de once millones de personas. 

...Y todo, por ver arrodillada a Europa ante su megalomanía. 

En el haber, consta que Napoleón era un hombre de luz y mecenas de la ciencia y del arte, con un elevado culto a su personalidad, que incluso Ludwing van Beethoven, Alexander von Humboldt [humanista, geógrafo y astrónomo], Friedrich Hegel [filósofo], quedarían fascinados por su figura.



Napoleón entronizado. Jean Auguste Dominique Ingres,  1806
Musée de l'Armée (Francia)


…Desde el Panteón de París en el Distrito V donde se encuentran los personajes más ilustres de Francia orientamos nuestro sextante en busca del VII Distrito de París en busca de la antigua residencia de los inválidos de guerra que se quedaban sin hogar “Los Inválidos”. En su parte central se encuentra la impresionante cripta de Napoleón, la de su hijo Napoleón II y la del hermano “José I de España” junto a grandes mariscales.

En el Panteón de París se encuentran ilustres personajes de la talla de Voltaire “quien aportara a la Ilustración la libertad de conciencia y de religión”, Rousseau “El Contrato Social y Emilio, considerado el primer tratado sobre filosofía de la educación del mundo occidental”, Víctor Hugo “Los Miserables”, Émile Zola “Naná o Germinal, entre otras”, Pierre Curie [Premio Nobel de Física [1903] y Marie Curie “Premio Nobel en Física [1903] y Química [1911]”, Alejandro Dumas “Los Tres mosqueteros y el Conde de Montecristo”, etcétera.

Frente a la tumba de Napoleón se encuentra un baldaquino muy parecido al de San Pedro de Roma, con sus columnas salomónicas, aunque más reducidas, lo que contribuye a dar al conjunto mayor solemnidad.


Monumental mural en la calle "Los Sitios" de Astorga



Pintura urbana en el casco histórico de Astorga con la Guerra de la Independencia que nos recuerda que Astorga fue asediada por las tropas napoleónicas en 1810. En la pintura se puede observar un gran realismo en los disparos de varios soldados de las tropas de voluntarios de León. En la Guerra de la Independencia, León será una de las primeras ciudades en sublevarse de toda España.

Napoleón Bonaparte, aún pasados más de dos siglos de su muerte sigue polarizando sentimientos. Recientemente, Francia ha conmemorado el Bicentenario de su muerte pero no ha realizado festejo alguno. 

Para unos, es razonable el culto al héroe que llegó a ser un gran estratega dominando la Europa de su tiempo. 

Si para unos historiadores Napoleón extenderá los principios burgueses de la Revolución Francesa por la Europa, destruyendo el Antiguo Régimen. Para otros, será un tirano que traicionó el espíritu de la Revolución.

Para otros, ha sido un verdadero tirano que traicionó los ideales de la Revolución Francesa reintroduciendo la esclavitud en Francia y sus colonias hasta que fuera abolida definitivamente en la Revolución de 1848. Una decisión que pesará como una enorme loza en su legado.


Estatua de Napoleón en el Hotel "Los Inválidos" de París

Napoleón Bonaparte “el azote de Europa”


Napoleón Bonaparte nace en Ajaccio, isla de Córcega, el 15 de agosto 1769. Emerge durante la Revolución Francesa con 20 años de edad y en pocos años llegará a convertirse en uno de los símbolos imperialistas más relevantes de Europa.

Napoleón fue nombrado comandante de las fuerzas que sitiaban la fortaleza realista de Tolón [1793]. La estrategia que planificó le permitió recuperar la ciudad y obtener el grado de general de brigada. Será el inicio de un meteórico ascenso que consolidará durante el gobierno del Directorio (1795-1799), las campañas en Italia contra los austríacos (1796-1797), la ocupación de Venecia (1797) y la campaña en Egipto y Siria (1798-99) que aunque serán un fracaso, volverá aclamado a Francia como un héroe, tras haber manipulado hábilmente a la opinión pública parisina.

Napoleón contrajo matrimonio civil el 9 de marzo de 1796 con una viuda cinco años mayor que él, Josefina de Beauharnais.

El 1 de abril de 1810 Napoleón contrajo segundas nupcias con María Luisa de Austria.

El Directorio, el gobierno que dirigía Francia en aquel momento, había comenzado a temer al general Bonaparte, que había vuelto de sus campañas en Italia no sólo con la victoria en la mano, sino acompañado de un ejército fiel y disciplinado que podía utilizar en cualquier momento para alzarse con el poder. Por ello, una campaña en un escenario lejano y complicado como Egipto sería un medio perfecto para alejarle de Francia e intentar quebrantar la fidelidad de las tropas. Napoleón aceptó ese reto con entusiasmo al ser un apasionado de la Antigüedad y experimentó un vivo interés por la civilización del Antiguo Egipto.

Los textos de Herodoto o Diodoro de Sicilia junto a los relatos del Génesis y el Éxodo marcaron la imaginación de Europa sobre el mundo de los faraones. La idea de que la Gran Pirámide de Gizeh era más que una simple tumba, se remonta a los antiguos historiadores anteriormente mencionados. Herodoto hablaba de un lago o río subterráneo debajo de su estructura.

Francia había planeado dar un golpe a su enemiga Gran Bretaña en uno de sus puntos vitales: el comercio en el Levante mediterráneo para estrangular la ruta oriental de Gran Bretaña a la India.


Napoleón ante la Esfinge. Jean León Gérôme. 1886


Expedición de Napoleón a Malta, Egipto, Palestina y Siria [1 de julio de 1798 a 1801]

El carisma y las ambiciones políticas de Bonaparte preocupaban al Directorio que regía en esos momentos los destinos de Francia tras la Revolución Francesa, proyectando la invasión de las Islas Británicas, desestimada por Napoleón ante la superioridad naval de Gran Bretaña, que tras la pérdida de las colonias americanas dependía de las materias primas procedentes de la India.

Para estrangular su economía Napoleón decide emular a Alejandro Magno al intentar conquistar Egipto y Siria aun sabiendo que la Escuadra Británica controlaba el Mar Mediterráneo y Nelson no tardaría en aparecer en escena.

Napoleón reúne un ejército cercano a los 40.000 hombres con 1.000 cañones y 700 caballos acompañados por los mejores generales de la época [Kléber, Lannes y Murat, entre otros]. Además, se llevaron 154 científicos denominados “los sabios” entre ingenieros, geógrafos, naturalistas, médicos, arquitectos, cartógrafos y astrónomos comprometidos con el progreso de la Humanidad llegando incluso a estudiarse la posibilidad de construir un paso desde el Mediterráneo hasta el Mar Rojo [el futuro Canal de Suez, 1859-1869] y llegando a levantarse mapas hasta del Alto Egipto.

Partieron del puerto de Tolón en el más absoluto anonimato. Cuando llegó a los británicos la noticia de la toma de Malta por Napoleón, Horacio Nelson moviliza la flota mediterránea con base en Gibraltar para interceptarlos. Mientras tanto, Napoleón desembarca en Alejandría que será tomada sin dificultad. Pero, será hostigado por las partidas de mamelucos “guerreros otomanos” a los que vencería ante las Pirámides en inferioridad de condiciones haciéndose célebre una de sus frases:

“Desde lo alto de esas pirámides, cuarenta siglos os contemplan”

Napoleón junto con los sabios del Instituto de Egipto en El Cairo contribuye a modernizar la administración del país de los faraones, emprendiendo obras públicas destinadas a mejorar la calidad de vida de los egipcios, a los que mostraría sus avances tecnológicos. Promulgó leyes preservar los “Derechos de los Ciudadanos” con el beneplácito del Diwan o asamblea de notables.

Los egipcios siempre verán a los franceses como fuerza de ocupación infiel a sus tradiciones religiosas y sociales. Una violenta sublevación costaría la vida a 300 franceses, lo que será aprovechado por los británicos en 1801 para vencerlos y hacerse con la Piedra de Rosetta [ese es el motivo por la que se encuentra en el Museo Británico de Londres y no en el Museo del Louvre de París]. Aquella expedición de Napoleón servirá para que Europa redescubriera la egiptología.

En la ciudad de Rosetta (actual Rashid) en el delta del Nilo, un oficial francés Pierre-François Buchard el 15 de julio de 1799 halló durante la campaña francesa en Egipto la famosa Piedra de Rosetta, que será la llave para el amanecer de la egiptología.

Pero, la matanza y ejecución de 3.000 prisioneros en Jaffa [a los que no podía alimentar ni liberar] en su campaña contra el ejército otomano iba a erosionar su reputación para el resto de su vida.

Mientras las tropas francesas vencían a los mamelucos en Abukir, Horacio Nelson hacía lo propio con la flota francesa en la había homónima. Napoleón llegaba hasta San Juan de Acre pero la falta de víveres y la desmoralización le obligaron a levantar el asedio. Ante el fracaso de Napoleón en Egipto y Siria, decide volver a Francia a finales de 1799, siendo recibido como héroe.

En noviembre de 1799 [18 de brumario en el calendario revolucionario] Napoleón daba un golpe de Estado que pondrá fin al Directorio encumbrándose en el poder.


Piedra de Rosetta. British Museum. Londres



La piedra de Rosetta, el amanecer de la egiptología

A pesar de que la campaña en Egipto fue un fracaso que acabó con la retirada francesa, desde el punto de vista científico será considerada una de las hazañas más notables de finales del siglo XVIII, siendo publicados los trabajos entre 1809 y 1822, en nueve volúmenes de texto y once de grabados, bajo el título “Descripción de Egipto”, lo que permitió la difusión por todo el mundo occidental de información actualizada y fidedigna sobre las antigüedades y monumentos que se conservan en Egipto.

Entre los logros del ejército expedicionario francés, los hubo también casuales pero también de gran envergadura. En 1799, unos soldados realizaban obras de acondicionamiento en la fortaleza de la ciudad de Rosetta (actual Rashid). Cuando estaban demoliendo un muro localizaron y extrajeron un bloque de granodiorita negra de 762 kg. de peso, fragmentado por tres de sus lados. Una de sus caras estaba grabada con signos, por lo que el oficial de ingenieros a cargo de las obras lo envió a Alejandría para su estudio.

Se había descubierto casualmente uno de los hallazgos arqueológicos más importantes del mundo “La Piedra de Rosetta”. Un fragmento de una gran estela que fue erigida en el recinto del templo de la ciudad de Sais (en el delta) para su conocimiento público. Sería una de las diversas copias que se hicieron del decreto y que fueron emplazadas en diferentes lugares de culto del país. Se han encontrado fragmentos de otras 17 inscripciones similares.

La famosa Piedra de Rosetta de 112,3 cm. de altura por 75,7 cm. de ancho y un peso de 762 kg. reproduce un decreto sacerdotal del año 196 a.C. en Menfis. Conmemora el primer aniversario de la coronación del faraón Ptolomeo V (miembro de la dinastía lágida, una larga estirpe de monarcas griegos que gobernó Egipto entre los siglos IV y I a.C.).

La Piedra de Rosetta recoge el mismo texto en dos lenguas y tres escrituras distintas. Por un lado, se conservan varias líneas de jeroglíficos (de los que se ha perdido la mayor parte) y el contenido íntegro en la escritura demótica.

Ambas grafías representaban la misma lengua: la de los antiguos egipcios, siendo la jeroglífica la reservada para los escribas y sacerdotes y la demótica la empleada por las clases letradas de la época. Por último, la inscripción está traducida y escrita en griego clásico en la base, la lengua empleada por los gobernantes y alta burguesía lágida.

Su escritura ha sido el resultado de un desarrollo autóctono como una de sus más importantes señas de identidad. El ejercicio de la escritura estuvo siempre ligado a aquellos que la dominaban, constituyendo un porcentaje muy reducido de la población total. La escritura estaba protegida por el dios de la sabiduría “Thot”, el patrón de los escribas.

La campaña de Napoleón a Egipto en 1798 desde el punto de vista científico sería muy importante. Supuso el momento crucial en la historia francesa, egipcia y arqueológica. Egipto le otorgó a Napoleón el trampolín para adueñarse del poder absoluto de Francia, para el país de los faraones, supondrá el inicio de la Era Moderna tras siglos de dominación otomana y mameluca aunque también será el inicio de una turbulenta época de colonialismo. El interés por el Antiguo Egipto para Occidente se había descubierto durante la invasión de Napoleón.

La Piedra de Rosetta sería transportada a Londres para ser expuesta al público en el Museo Británico desde 1802 hasta nuestros días, siendo la pieza más visitada. A su llegada a Gran Bretaña, la Piedra de Rosetta pudo ser analizada en profundidad por numerosos estudiosos. La valiosa información de esta piedra facilitará la clave para comprender los jeroglíficos egipcios hasta entonces ininteligibles y por consiguiente, conocer aquella poderosa civilización que abarca tres milenios.


Napoleón y sus Generales en Egipto. Jean Léon Gerôme. 1867


Jean-Francois Champollion encuentra la clave para descifrar los jeroglíficos egipcios

El carácter de las pirámides junto con la Piedra de Rosetta llegó a ser indescifrable hasta que en 1822 un joven erudito francés, Jean-Francois Champollion anunciara en París el descifrado de los textos jeroglíficos egipcios. Nadie había sido capaz de leer o reproducir el lenguaje y la escritura de los antiguos egipcios hasta entonces.

Jean-Francois Champollion (1790-1832) era un auténtico genio en los idiomas. Con tan sólo 19 años había logrado ocupar una plaza de profesor en la Universidad de Grenoble. Champollion era un lingüista fascinado por el mundo egipcio. Estudió el árabe, hebrero, copto, sirio y caldeo, entre otras disciplinas.

Champollion se percató de que los jeroglíficos eran fonéticos, representando los sonidos que hablaban los antiguos egipcios, lo que le dio la clave para comenzar a descifrarlos. En 1822 presentó su hallazgo a la comunidad científica publicando su “Carta a M. Dacier relativa al alfabeto de los jeroglíficos fonéticos”, donde exponía por primera vez el funcionamiento de la escritura jeroglífica.

Aunque Champollion [será conocido como el padre de la egiptología] falleció en 1832, su trabajo se siguió publicando, llegando a ver la luz póstumamente una gramática y un diccionario de egipcio antiguo. El impacto de la obra fue sensacional. Como recuerda el profesor Wilkinson, Champollion “tradujo correctamente la versión jeroglífica del texto, iniciando así el proceso que habría de revelar los secretos de la historia del Antiguo Egipto. Su gramática y su diccionario de la lengua del antiguo Egipto […] permitieron a los estudiosos leer las palabras de los propios faraones tras un intervalo de 2.000 años”. Se podría decir que la Piedra de Rosetta había sido cincelada para transmitir mensajes a la posteridad. Un nuevo mundo se abría ante los ojos de los investigadores modernos.

“Será el amanecer de la Egiptología”

1796

Se firma el tratado de San Ildefonso el 18 de agosto de 1796 entre Manuel Godoy, enviado de Carlos IV y el mariscal francés Catherine-Dominique de Pérignon en el Palacio Real de La Granja de San Ildefonso de Segovia, por el cual se aliaba España con Francia para hacer la guerra a Gran Bretaña.

España demostraba muy poca cordura al entregar a Francia todas las tropas y navíos que pidiera, quedando a su disposición mientras durase la guerra, sin que en ningún caso pudieran ser gravosos. El 5 de octubre de 1796 se le declara la guerra a Gran Bretaña con lo que los gastos para el Erario español serán incalculables con el consiguiente perjuicio para nuestro comercio, al mismo tiempo que se arruinaba nuestra Marina y nuestra navegación mercantil.


9 de noviembre de 1799 [18 de brumario]

Napoleón Bonaparte da un golpe de Estado y derriba el Directorio. En 1800 establece el consulado del que será primer cónsul y en 1802 se nombra cónsul vitalicio. La mayoría de los franceses apoyaba la toma del poder por Napoleón porque entendía que traería estabilidad política y mayor gloria a la nación francesa. En 1804, se proclama emperador de Francia.


Coronación de Napoleón. Jacques-Louis David [1805 a 1809]
[6,21 m x 9,79 m]. Museo de Louvre. París


1804. Coronación de Napoleón

Ludwig van Beethoven [1770-1827] admiraba a Napoleón Bonaparte porque encarnaba los ideales de la “Liberté, Égalité, Fraternité” de la Revolución Francesa de 1789. A comienzos de 1804 se llamaba "Sinfonía Bonaparte" cuando aún era Primer Cónsul de la Primera República Francesa pero cuando Napoleón se corona emperador el 2 de diciembre de 1804 se siente tan decepcionado que le cambia el nombre por el de “Sinfonía Heroica”.

Napoleón establece el orden en Francia y firma un concordato con el Papa Pío VII llegando a concentrar todo el poder en sus manos. La ceremonia de su coronación tuvo lugar el domingo 2 de diciembre de 1804 en la Catedral de Nôtre Dame de París, en la isla de Cité, en medio del río Sena, en el corazón de la ciudad de París [que se levanta sobre el emplazamiento de un antiguo templo romano dedicado a Isis], con la asistencia de Pío VII. El Papa debía coronarlo, pero Napoleón lo desairó, colocándose a sí mismo la corona y luego a la emperatriz Josefina.

Ese mismo año [1804] implantaba el Código Civil estableciendo en la  Europa bajo su influencia la igualdad jurídica, la libertad de cultos y la abolición de los derechos feudales, allanando el camino del ascenso de la burguesía.

Napoleón establece un imperialismo agresivo [toda la Administración en sus manos bajo una rígida censura y con represión para los presos políticos cerrando en París 60 periódicos y 33 teatros, y teniendo el apoyo de la mayor parte de la burguesía y de los campesinos.

Otorgó la seguridad social a la nación francesa pero prohibió cualquier tipo de huelga y asociación de obreros y protestas en las fábricas. Napoleón creó el Código civil y criminal y sus leyes comerciales (el Código de Napoleón) como base del Derecho en Europa, la creación de prefectos como representantes de la Administración en cada uno de los Departamentos o divisiones provinciales, el establecimiento del Concordato entre el Estado y la Iglesia, la organización de los Liceos o Institutos de Enseñanza de Bachillerato y la Universidad Centralizada. También creó la Legión de Honor como máxima condecoración civil francesa.

Batalla de Trafalgar. Rafael Monleón y Torres, 1870. Museo Naval de Madrid


21 de octubre de 1805

La Armada española se verá arrastrada por decisiones políticas subordinadas a los intereses de Napoleón. Después de Trafalgar, la marina española, la única que podía ligar los pedazos esparcidos en el mundo entero morirá de abandono por falta de carena en los arsenales junto a la decepción de sus marinos por la incomprensión y el olvido de su propia nación.

En Trafalgar morirá la flor y nata de nuestra Marina [cientos de héroes anónimos], destacando las graves consecuencias para el comercio colonial español herido de muerte al carecer España desde ese momento de una sólida Armada que pudiera defender los intereses comerciales. La nefasta política exterior española del siglo XVIII elegirá siempre a los aliados equivocados llevando a España a la ruina.

La batalla de Trafalgar significará un duro golpe para el dominio marítimo de Francia y, para España, su epílogo como potencia colonial y marítima. A partir de Trafalgar, Gran Bretaña ostentará la hegemonía de los mares.

 

1807 

Tras el fracaso de la invasión de Gran Bretaña por parte de Napoleón se firma el Tratado de Fontainebleau el 27 de octubre de 1807 entre Manuel Godoy, en nombre de Carlos IV y Napoleón Bonaparte, donde se estipulaba la invasión militar conjunta franco-española de Portugal aliada de Gran Bretaña y se permitía el paso de las tropas francesas por territorio español.

La defensa del Parque de Artillería de Monteleón durante el 2 de mayo

Joaquín Sorolla

 

1808

En los trances duros, los señoritos invocan la patria y la venden; el pueblo no la nombra siquiera, pero la compra con su sangre y la salva.

Antonio Machado


En mala hora decidió pactar España con Francia en contra de Inglaterra. El “Príncipe de la Paz” Manuel Godoy tan sólo buscaba garantizar su permanencia como hombre imprescindible y mantener una alianza con Francia.

En marzo de 1808, las tropas francesas campaban a sus anchas por la Península mientras Carlos IV y Godoy hacían esfuerzos para tranquilizar a la población, recordándole al pueblo que Napoleón era un “fiel aliado” de la causa española. Pero, nada más lejos de la realidad.

La Corte se encontraba en Aranjuez, donde se produce un golpe de Estado, un motín cortesano urdido por los fernandinos y apoyado por la Guardia de Corps. Serían tres días de disturbios y de protestas populares que acabaron con el cese de Godoy y con la abdicación de Carlos IV, el 19 de marzo de 1808 a favor de su hijo, el futuro Fernando VII.

Aunque el pueblo acogió el ascenso al trono de Fernando VII con gran alborozo, los franceses se negaron a reconocer al nuevo rey apoyando las reivindicaciones de Carlos IV que pide ayuda a Napoleón para ser repuesto en el trono.

El 27 de abril, el mariscal Murat solicita en nombre de Carlos IV la autorización para el traslado a Bayona de los dos hijos de Carlos IV que quedaban en la ciudad, la reina María Luisa, y el infante Francisco de Paula. El 2 de mayo de 1808, a primera hora de la mañana, grupos de madrileños comenzaron a concentrarse ante el Palacio Real.

Un grupo de personas que creyeron que los franceses se llevaban al infante por la fuerza atacaron a una patrulla francesa, que solo pudo zafarse de la acometida por la intervención de un batallón y dos piezas de artillería, que dispararon contra la multitud. Aquel desafortunado choque desencadenó una violenta reacción popular en la ciudad, y precipitó que la lucha se extendiese por todo Madrid.




El pueblo de Madrid se levanta el 2 de mayo de 1808 contra las tropas napoleónicas, reflejado fielmente en los óleos de Goya “La carga de los mamelucos” y “Fusilamientos del 3 de mayo” [1814], junto con el cuadro de Eugenio Álvarez Dumont “Malasaña y su hija se baten contra los franceses” [1887] o Joaquín Sorolla “La defensa del parque de Artillería de Monteleón” [1884] que plasmarán con la máxima fidelidad en sus óleos aquella tragedia.

Mientras se desarrollaba la lucha, los militares españoles permanecieron acuartelados y pasivos obedeciendo órdenes. Sólo los artilleros del Parque de Monteleón desobedecieron las órdenes y se unieron a la insurrección popular destacando los capitanes Luis Daóiz y Pedro Velarde, que asumieron el mando. Se encerraron en el cuartel de Monteleón junto a sus hombres y decenas de vecinos que allí fueron en busca de armas para combatir contra los franceses, repeliendo las oleadas de las tropas de Murat mandadas por el general Lefranc. Sin embargo, Daóiz y Velarde acabarán murieron en el combate. Otros militares tampoco acataron la orden superior de no intervenir y lucharon junto a Daóíz y Velarde, como el teniente Ruiz que morirá posteriormente a consecuencia de las heridas recibidas.

El barrio histórico de Malasaña será en honor de la heroína Mariana Malasaña, la joven que murió en la plaza Dos de Mayo a manos de las tropas francesas cuando defendía Madrid junto a otros compatriotas.

La represión de Murat será cruel aplicando un riguroso castigo como escarmiento afirmando que era él quien gobernaba España. La tarde del 2 de mayo de 1808 firmaba un decreto que sentenciaba a muerte a todos aquellos que hubiesen sido cogidos con las armas en la mano.

Napoleón citó a Carlos IV y Fernando VII en Bayona -entre el 5 y el 10 de mayo- consiguiendo que Fernando le devolviese el trono a Carlos IV. Tras el desafortunado episodio de las abdicaciones de Bayona, Napoleón le cederá la Corona de España a su hermano José Bonaparte.

 


Fusilamientos del 3 de mayo. Francisco de Goya, 1814. Museo del Prado


Etapas de la Guerra de la Independencia
  • Ocupación y levantamiento del pueblo [1808]. Batalla de Bailén.
  • Dominio francés [1808-1811] La Coruña [1809], Zaragoza.
  • Derrota francesa [1811-1813] con la ayuda de Inglaterra y Portugal. Victorias de Arapiles, Vitoria y San Marcial hasta que logran expulsar a José Bonaparte de España.

15 de junio de 1808

Las tropas de Napoléon Bonaparte iniciaron el Primer Sitio de Zaragoza el 15 de junio de 1808. Una ciudad sin murallas, sin apenas soldados profesionales, sin munición ni alimentos, con civiles aterrorizados y armados solo con picas, trabucos y navajas había repelido el ataque del ejército más poderoso del mundo.

Zaragoza era para los franceses una ciudad geoestratégica que les permitirá dominar la línea del Ebro con vistas a la Meseta y al Levante.

El Segundo Sitio de Zaragoza comenzará el 21 de diciembre de 1808 terminando con la capitulación de Zaragoza el 20 de febrero de 1809.

El mariscal Lannes narró en una carta a Napoleón: 

"El sitio de Zaragoza no se parece en nada a la guerra que nosotros hemos hecho hasta ahora. Estos desgraciados se defienden con un encarnizamiento del que no se pueda dar idea. En fin, esta es una guerra que da horror".

La capitulación se firmó el día 20 y los pocos supervivientes que quedaron salieron de la ciudad por la Puerta del Portillo el 21 de febrero de 1809. Viendo a esas gentes con tal mal aspecto, los franceses no comprendían como habían logrado detenerlos durante dos meses a ellos, el mejor ejército conocido hasta la época.

 


La rendición de Bailén. José Casado del Alisal. Museo del Prado


19 de julio de 1808. La batalla de Bailén

El general Dupont tenía órdenes directas de Napoleón de someter Andalucía. Llegó hasta Córdoba que fue terriblemente saqueada. Un ejército organizado por las Juntas de Sevilla y Granada y por gente del pueblo produjo el milagro.

Bajo el mando de los generales Castaños y Reding, en la llanura de Bailén, derrotaron a los franceses, cortándoles la retirada. Dupont se rindió, junto a 20.000 hombres el 19 de julio de 1808. Por primera vez en la historia las tropas napoleónicas sufrían una derrota en campo abierto.

José I abandonaba Madrid, levantando el sitio de Zaragoza y los franceses se retiraron por encima de la línea del Ebro.

Bailén, le otorgará la gloria al general Castaños frente a las tropas del general Dupont durante la Guerra de la Independencia obligando a Napoleón Bonaparte a participar directamente en la Guerra de la Independencia, lo que conllevará quitar recursos materiales y humanos de territorios europeos para traerlos a España.

Napoleón en 1808 nombra a Lannes comandante en jefe y lo manda a España, donde obtiene una victoria en la Batalla de Tudela sobre las tropas del general Castaños el 23 de noviembre de 1808.

En enero de 1809 Napoleón le encarga conquistar Zaragoza y decide usar la artillería y las minas para destruir uno a uno los bastiones que más resistencia oponían a su avance. El 21 de febrero de 1809 después de una de las defensas más señaladas de la historia capitula Zaragoza con condiciones.


Napoleón cerca del Borodino. Vasili Vereschaguin, 1897. Museo de Historia de Moscú


Invasión de Rusia

Napoleón decide invadir la Rusia del zar Alejandro I con cerca de 700.000 hombres [el mayor ejército formado en Europa hasta ese momento]. El 7 de septiembre de 1812 la Grande Armée de Napoleón derrota a las tropas rusas en la sangrienta batalla de Borodino, lo que le abrirá el camino hacia Moscú.

Napoleón entra en Moscú que se encuentra reducida a cenizas, sin habitantes ni suministros.

Entre el 15 y el 18 de noviembre de 1812, franceses y rusos librarían feroces combates en torno a Krasnoi [entre Moscú y Minsk] resultando desastroso para la Grande Armée, que se verá obligada a abandonar gran parte de su artillería y suministros.


Napoleón se retira de Moscú. Adolph Northen, 1851


Pero, lo peor quedaba por llegar, la destreza militar de los rusos junto con el crudo invierno ruso había que añadir el agotamiento y la desorganización de las tropas francesas que transformarían la aventura rusa de Napoleón en un verdadero desastre militar. Se calcula que entre 300.000 franceses murieron en España y más de 350.000 en Rusia junto con 450.000 rusos. Entre civiles superará el millón de muertos. Se estima que las guerras napoleónicas murieron entre civiles y militares entre tres y seis millones y medio de personas.

Fracasos de Napoleón


El imperialismo francés llevará a Napoleón a dominar Europa entera con victorias en Austerlitz [Países Bajos], Jena [Alemania] y Eylay [cerca de Kaliningrado] llegando por el sur de España hasta el asedio de Cádiz. Pero su ambición le lleva hasta Moscú. Sólo Inglaterra resiste siendo derrotado en 1814 en Leipzig el 16 de octubre de 1813 marcando el declive de Napoleón.

Napoleón fracasó en la batalla de Trafalgar el 21 de octubre de 1805 y en Egipto; también lo haría en la batalla de Bailén [19 de julio de 1808] y en la de Vitoria cuando las tropas francesas que escoltaban a José Bonaparte en su huida de España [21 de junio de 1813] fueron derrotadas por las tropas españolas, británicas y portuguesas, al mando de Arthur Wellesley, el futuro duque de Wellington; en Campaña de Rusia; en la batalla de Leipzig, y, por último, en la batalla de Waterloo [8 de junio de 1815], donde se rindió al duque de Wellington. 

Con la amarga derrota con las guerrillas españolas en España y la derrota en Moscú, Francia le abandonaba.

El 1815 vuelve Luis XVIII que acepta la Constitución triunfando de nuevo los reaccionarios por toda Europa. Ese mismo año el Congreso de Viena remodela las fronteras de Europa creando la Santa Alianza para defender la legitimidad monárquica y restablecer el absolutismo.

Isla de Elba

Tras la derrota de Napoleón en España y Rusia, Napoleón será deportado a la isla de Elba en 1814. Mientras tanto, el Congreso de Viena pretendía decidir el futuro de Europa, Napoleón preparaba el regreso con sus hombres a Francia. En su ruta hacia París, los diversos regimientos de soldados deciden unirse al emperador, llegando a París en marzo de 1815 sin haber disparado un solo tiro.

Tras 300 días de destierro, consigue huir de la isla de Elba, en la denominada operación “El Vuelo del Águila” resurgiendo de sus propias cenizas, como el “Ave Fénix”. En la mitología del antiguo Egipto, el Ave Fénix representaba al Sol, que muere por la noche y renace por la mañana.

Enterado el rey de Francia de la huida de Napoleón de la isla de Elba el 26 de febrero de 1815, declara a Napoleón "enemigo de la paz mundial" y ordena al mariscal Michel Ney apresarlo.

Cuando ambos se encuentran, Ney pone a disposición de Napoleón Bonaparte sus 6.000 hombres en su camino hacia París mientras Napoleón pronuncia discursos prometiendo la paz [será la de los cementerios, digo yo], el bienestar y mejoras económicas. En marzo de 1815, Napoleón llega a París sin haber pegado un solo tiro [El Imperio de los 100 días].

El 19 de mayo de 1804, en una solemne ceremonia, Napoleón le otorga el bastón de mariscal del Imperio a Ney.

Napoleón estuvo a punto de conseguir sus objetivos de no haber sido por la “úlcera española” como la denominó en Santa Elena, una guerra que no concluía en España junto con la imposibilidad de vencer a Rusia en 1812 y la inquebrantable resistencia británica. El ejemplo español y el desastre ruso acabaron movilizando a media Europa contra Napoleón provocando su derrota en 1813 y su destierro a la isla de Elba.

Santa Elena

Tras la vuelta de Bonaparte al poder tiene lugar la batalla de Waterloo el 8 de junio de 1815. Napoleón con 95.000 hombres se enfrentaba a una alianza formada Gran Bretaña, Prusia, el Imperio ruso, Austria, Suecia, los Países Bajos, España y algunos Estados alemanes al mando del duque de Wellington, cayendo la victoria del lado de la coalición.

Si la batalla de Leipzig el 16 de octubre de 1813 fue el comienzo del declive de Napoleón, la batalla de Waterloo el 18 de junio de 1815 significará el fin del Imperio napoleónico, siendo desterrado por los británicos en la isla de Santa Elena, en cuyas memorias recordará siempre la "úlcera española" de las guerrillas.

En Agosto de 1815, el barco “Northumberland” atraca el 17 de octubre de 1815 en una remota isla del Atlántico [la isla de Santa Elena], llevando a bordo a Napoleón Bonaparte hasta hace poco último emperador de Francia y ahora prisionero británico tras su fracaso de la Grande Armée en la batalla de Waterloo mientras Europa apuesta en la restauración absolutista. Napoleón Bonaparte muere el 5 de mayo de 1821, a las 5,45 p.m. a los 51 años de edad.

En 1840 el rey Luis Felipe de Orleans [Luis Felipe I, último rey de Francia] decide la repatriación del cuerpo de Napoleón desde la isla de Santa Elena a Francia a bordo del barco la "Belle Poule". Un día de Gloria para Francia y frío como la propia tumba aquel 15 de diciembre de 1840 [Victor Hugo]. Además, se le cantó durante la ceremonia fúnebre el Requiem de Mozart.



Algunos monumentos erigidos en honor de la Grande Armée 

En el VIII Distrito, sobre la Plaza Charles de Gaulle confluyen doce grandes avenidas coronadas por otro de los grandes símbolos de París “El Arco del Triunfo” más célebre del mundo.

Fue construido por Napoleón Bonaparte entre 1806 y 1836 para celebrar su victoria en Austerlitz sobre las fuerzas combinadas ruso-austriacas de Alejandro I y del emperador de Austria Francisco I en el contexto de las Guerras napoleónicas.

De estilo neoclásico, posee una altura de 50 metros por 45 de ancho con una profundidad de 22 metros.

En el Distrito VIII de París se encuentra también la Iglesia de la Madeleine con su enorme pórtico octástilo. Es de estilo neoclásico rodeada por 52 columnas corintias, con una longitud de 108 metros, una anchura de 43 metros y una altura de 30 metros.

 


La Madeleine fue concebida por Napoleón Bonaparte como un templo griego dedicado a la gloria de su Grande Armée en 1806.


El Arco del Triunfo del Carrusel se encuentra en el I Distrito de París. Fue mandado construir entre 1806 y 1808 por Napoleón siguiendo el modelo del Arco de Constantino en Roma. Su parte superior se encuentra coronada por una cuadriga escoltada por las alegorías de la Victoria y de la Paz en oro, copia de los Caballos de San Marcos de Venecia.

Los cuatro caballos originales de la cuadriga son una réplica de los que se encuentran en el museo de la Basílica de San Marcos de Venecia ya que los originales fueron conseguidos por Napoleón como botín de guerra al abolir la república de Venecia en 1797 [que se encontraban en la plaza de la catedral de San Marcos y que habían sido traídos de Constantinopla tras el saqueo de la ciudad en 1204] y que a su vez eran copias de los originales griegos de bronce dorado del siglo IV a.C. que procedían del Templo del Sol en Corinto.



Hasta tal punto sigue siendo importante en la historia Napoleón Bonaparte que en noviembre de 2023 se estrenará la película "Napoleón" dirigida por Ridley Scott e interpretada magistralente por Joaquín Phoenix.



Jardines del Alcázar, en Segovia



Lugares emblemáticos de la guerra de la Independencia en España


Plaza de la Lealtad de Madrid

La emblemática obra de la Plaza de la Lealtad de Madrid se erige en el mismo lugar donde el general Murat, cuñado de Napoleón, ordenara fusilar a numerosos madrileños tras del 2 de mayo de 1808 y que el genial Goya dejara inmortalizado en sus cuadros.

En la base frontal del monumento [con una llama permanente] figura en letras doradas la siguiente inscripción:

"HONOR A TODOS LOS QUE DIERON SU VIDA POR ESPAÑA"


Monumento a Goya, en el Museo del Prado


Muy cerca de la Montaña del Príncipe Pío, donde se ubica actualmente el Templo de Debod, se encuentra el Cementerio de la Florida donde permanecen enterrados algunos de los héroes que perdieron su vida entre el 2 y 3 de mayo de 1808. Y la ermita de San Antonio de la Florida donde reposan los restos del pintor Francisco de Goya, quien dejara inmortalizado en sus óleos aquellos trágicos acontecimientos históricos.

Y no muy lejos, nuestra retina captaba en el Barrio de Malasaña para visitar el monumento a Daóiz y Velarde en el Arco de Monteleón [obra de Antonio Solá, en mármol de Carrara realizado en 1822 durante su estancia en Roma]. 

El barrio histórico de Malasaña en memoria de la heroína Manuela Malasaña, la joven que murió en la plaza Dos de Mayo a manos de las tropas francesas cuando defendía Madrid junto a otros compatriotas.



En la Plaza del Rey se erige la estatua en memoria del teniente Ruiz [Jacinto Ruiz y Mendoza], uno de los líderes de la resistencia del parque de Artillería de Monteleón durante el levantamiento del 2 de mayo de 1808 en Madrid. Inaugurada en 1891, es obra del escultor Mariano Benlliure.


Sin embargo, aquel periodo histórico llegó a ser capaz de alumbrar las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812 “La Pepa” que supondrá en un principio el fin del absolutismo y el nacimiento del liberalismo, que introducía a España en el progreso y la modernidad.

 


Grupo escultórico en los Jardines del Alcázar de Segovia



Algunos monumentos erigidos en España a los héroes de la Guerra de la Independencia

En los Jardines del Alcázar de Segovia se puede observar el impresionante grupo escultórico en piedra, granito, bronce y mármol en homenaje a los capitanes Luis Daóiz y Pedro Velarde héroes de la Guerra de Independencia.

En Zaragoza, la Plaza de los Sitios, la Puerta del Carmen, el monumento a Agustina de Aragón en la Plaza del Portillo, entre otros monumentos son un fiel reflejo de la memoria de los zaragozanos que permanece guardada en la retina de la historia.


En Madrid, la Plaza de la Lealtad, el Monumento a Daóiz y Velarde, el monumento al 2 de mayo de 1808, el barrio de Malasaña, los cuadros de Goya “Los fusilamientos del 3 de mayo y la carga de los mamelucos”, la placa en la Puerta del Sol, el monumento el teniente Ruiz, el cementerio de la Florida, entre otros.

...Y Bailén, Tudela, León, Astorga, Gerona, Cádiz…


 Desde "Los Inválidos" en París, para el Blog de mis culpas...




P.D. Desde 1789 la monarquía francesa será la "Crónica de una muerte anunciada". Después de la Revolución de 1830 contra Carlos X subió al trono Luis Felipe de Orleans, llamado el rey burgués quien estableció una carta constitucional pero con una base electoral restringida, para favorecer a la alta burguesía, en detrimento de los trabajadores, los intelectuales y la pequeña burguesía. 

El sistema carecía de sufragio universal, teniendo derecho a voto quienes pagaban mayores impuestos, la alta burguesía y los terratenientes. Será el último rey de Francia entre 1830 a 1848 con la Segunda República.


La Libertad guiando al pueblo. Eugène Delacroix. Museo del Louvre [París]



Habrá que esperar a la Segunda República francesa instaurada entre el 25 de febrero de 1848 al 2 de diciembre de 1852.  En poco más de cuatro años se produjeron grandes reformas, que llevarían a implantar el sufragio universal, la abolición definitiva de la esclavitud en las colonias y el derecho al trabajo, instalando los talleres nacionales para dar trabajo a los obreros.



Fuentes

La razón de Trafalgar, por el capitán de navío Hermenegildo Franco Castañón

Episodios Nacionales, de Benito Pérez Galdós



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