jueves, 28 de noviembre de 2019

Entre el Museo de Louvre y Orsay


Museo de Louvre
Bajo una intensa lluvia, atravesamos el Palais Royal donde se encuentra el patio central con la enorme Pirámide de vidrio y aluminio [altura de 20,1 m.] con una inclinación de 51º, al igual que las pirámides egipcias, que da acceso al Museo de Louvre y que fuera diseñada por el arquitecto Leoh Ming Pei e inaugurada el 29 de marzo de 1989 por el entonces Presidente de Francia, Francois Mitterrand. 



Mientras esperábamos nuestro turno para entrar, éramos observados por la estatua ecuestre de Luis XIV y el Arco del Triunfo del Carrusel, que fuera mandado construir entre 1806 y 1808 por Napoleón siguiendo el modelo del Arco de Constantino en Roma. Su parte superior se encuentra coronada por una cuadriga escoltada por las alegorías de la Victoria y de la Paz en oro, copia de los Caballos de San Marcos de Venecia.

Los cuatro caballos originales de la cuadriga son una réplica de los que se encuentran en el museo de la Basílica de San Marcos de Venecia ya que los originales fueron conseguidos por Napoleón como botín de guerra al abolir la república de Venecia en 1797 [que se encontraban en la plaza de la catedral de San Marcos y que habían sido traídos de Constantinopla tras el saqueo de la ciudad en 1204] y que a su vez eran copias de los originales griegos de bronce dorado del siglo IV a.C. que procedían del Templo del Sol en Corinto.

El Museo del Louvre es uno de los museos más famosos del mundo. Posee unas 35.000 obras de arte expuesta a lo largo de 16 km. de galerías. Se dice que quedándose apenas 3 segundos delante de cada obra, se tardaría casi tres meses, durante noche y día, en recorrer todo el museo. 

Los orígenes del Museo del Louvre se remontan al siglo XII como antigua residencia real. Fue transformada en museo a partir de 1793 durante la Revolución Francesa. Alberga obras de arte que van desde el VII milenio a.C. hasta los años 1850. 

Las colecciones se encuentran distribuidas entre cinco plantas con tres alas enlazadas entre sí que coinciden con el centro de gravedad de la Pirámide. Las alas llevan el nombre de tres ilustres franceses:

1. Sala Richelieu (1585-1642), ministro del rey Luís XIII, al norte.
2. Sully (1559-1641), ministro del rey Enrique IV, al este.
3. Denon (1747-1825), primer director del Museo del Louvre, al sur.



Al no ser posible visitar todas las obras, apuntamos con anterioridad en nuestra libreta las obras más significativas donde queríamos detenernos, como por ejemplo:



Ala Richelieu

Código de Hammnurabi (3)

El Código de Hammurabi se encuentra en la planta 0, en el Ala Richelieu, sala 3, una estela de diorita con 2,25 metros de altura y casi medio metro en su parte más ancha, está cubierta en su casi totalidad por inscripciones en acadio antiguo con caracteres cuneiformes. Es considerado como uno de los conjuntos de leyes más antiguos del mundo [282 leyes del Código de Hammurabi dividida en capítulos] siendo escrito por el rey de Babilonia en torno al 1750 a.C. Es sin duda alguna, un legado de una riqueza increíble por su enorme importancia histórica.

Hammurabi fue el primer soberano que decidió convertir las reglas que, hasta entonces, se transmitían oralmente, en un verdadero código de leyes.
La estela se divide en dos partes: en la superior, se observan dos figuras en relieve, y la inferior, el texto de las leyes. La figura que se aprecia de pie a la izquierda es el propio Hammurabi, mientras recibe de manera simbólica las leyes de manos del dios del sol Shamash, patrón de la justicia.
Las leyes se vertebran en la denominada "Ley del Talión", similar al ¡ojo por ojo y diente por diente!
La paridad de la pena correspondía únicamente a las personas del mismo nivel social. Si el hijo de un noble es asesinado por una persona del mismo rango, dicho noble podrá vengarse matando al hijo de este último. Por el contrario, si la víctima hubiera sido un esclavo, al asesino solo se le impondría una multa.
En el código de Hammurabi se hacía alusión una ley sobre el vino, por la que se castigaba a los vendedores de vino deshonestos a ahogarse en el río.


[En 1776 a.C. Babilonia era la mayor ciudad del mundo. El Imperio babilonio era probablemente el mayor del mundo, con más de un millón de súbditos. Gobernaba la mayor parte de Mesopotamia, que incluía practicamente todo el Irak moderno y partes de lo que hoy es Siria e Irán. El rey babilonio más famoso fue Hammurabi. Su fama se debe al texto que lleva su nombre, el Código de Hammurabi. Se trata de una colección de leyes y decisiones judiciales cuyo objeto era presentar a Hammurabi como un modelo de rey justo, servir como base para un sistema legal más uniforme para todo el Imperio babilonio y enseñar a las futuras generaciones qué es la justicia y cómo actúa un rey justo. 

Las generaciones futuras tomaron nota. La élite intelectual y burocrática de la antigua Mesopotamia canonizó el texto, y los aprendices de escribas continuaron copiándolo mucho después que Hammurabi muriera y su imperio se desmoronara. Por tanto, el Código de Hammurabi es una buena fuente para comprender el ideal de orden social de los antiguoa mesopotámicos.

El texto se inicia diciendo que los dioses Anu, Emlil y Marduk (las principales deidades del panteón mesopotámico) designaron a Hammurabi "para que la justicia prevaleciera en la tierra, para abolir a los inicuos y a los malos, para impedir que los fuertes oprimieran a los débiles"...

El Código de Hammurabi afirma que el orden social babilonio se basa e principios universales y eternos de justicia, dictados por los dioses. El principio de jerarquía es de importancia capital. Según el código, las personas se dividen en dos géneros y tres clases: personas superiores, plebeyos y esclavos].


Sapiens, de Yuval Noah Harari
Los caballos de Marly (102)

Es una representación de dos grupos escultóricos: unos caballos salvajes y sus palafreneros -mozos a su cuidado-. Fueron realizados por Guillaume Coustou en el siglo XVIII en mármol de Carrara. Fueron encargados por Luis XV para decorar la entrada del parque del Palacio de Marly. Después de recorrer otras ubicaciones, como la plaza de la Concordia, acabaron en el museo del Louvre.



Tumba de Philipe Pot (10)

Monumento funerario del siglo XV realizado en piedra caliza policromada, plomo y oro. Ocho dolientes llevan a hombros al noble, que está vestido con su armadura. Un conjunto que sorprende por su fuerza y calidad de las esculturas. Se encuentra en la planta 0, sala 10.

El intendente Ebih-il (236)

Antigüedades de Oriente Próximo 2400 a.C. Mesopotamia, la civilización más antigua de la historia entre los ríos Eúfrates y Tigris. Periodo Dinástico Arcaico.



Ala Denon

La Victoria de Samotracia

Subiendo una bella escalera que nos introduce en el Ala Denon, nos encontramos en la meseta superior con la Victoria de Samotracia que representa a Niké, diosa de la victoria. Fue tallada en mármol blanco hacia 190 a.C. Destaca el realismo de su vestuario, agitado por el viento.

Las Bodas de Caná, de Veronese (6)

En la sala 6 se encuentra un enorme cuadro “Las Bodas de Caná” que representa el pasaje del Evangelio de San Juan en el que Jesús realiza su primer milagro, convirtiendo el agua en vino. El artista se inspiró en su época del Renacimiento para evocar las grandes fiestas venecianas para ambientar la fiesta. Es un cuadro que impresiona por sus enormes dimensiones: 9,94 metros de largo por 6,77 metros de alto. Este cuadro como tantas obras existentes en diversos museos del mundo, fue fruto del expolio por parte de Napoleón no habiendo sido devuelto a Italia, quien durante varias veces ha solicitado su devolución.



La Gioconda, de Leonardo da Vinci (6)

Frente a las Bodas de Caná en la misma sala 6, se encuentra la Gioconda, también conocida como La Mona Lisa, sin duda alguna, la obra que más medida de seguridad posee y que obliga a los cientos de turistas a guardar insufribles colas para poder llevarse una foto sin flash de recuerdo. Se trata de la última de las obras que pintara Leonardo da Vinci. En 1911 Vincenzo Peruggia robó el cuadro, que sería recuperado dos años más tarde. Posiblemente podría considerarse la pintura más famosa del mundo. Dicen que Francisco I se enamoró de ella y quiso regalársela a los franceses.




La Libertad guiando al pueblo, de Eugéne Delacroix (77)

Es posible que por error, muchas personas la puedan asociarlo con la Revolución Francesa de 1789. Sin embargo, representa las barricadas de París del 28 de julio de 1830 después de que el rey Carlos X hubiera suprimido el Parlamento. En esta revolución no hubo líder. Por tal motivo, el artista pintó a la Libertad encabezando la revuelta en forma de mujer sensual que sostiene la bandera tricolor. Es un cuadro con enorme fuerza expresiva, color y sentimiento se ha convertido en un símbolo histórico.

El cuadro de Delacroix “La libertad guiando al pueblo” es una alegoría que representa a una diosa altiva y beligerante “Libertad” siempre comprometida con su pueblo. Delacroix representa a una Marianne rebelde que, con sus pechos descubiertos, se abre camino sobre los caídos guiando y alimentando al pueblo hacia la victoria final a través de los valores de la República “Liberté, Igualité y Fraternité”. El gorro frigio será aceptado universalmente como símbolo de la libertad que protege a los hijos de la República.

El nombre “Marianne” deriva del Jesuita, teólogo, filósofo e historiador español Juan de Mariana (1536-1624), heredero de la Escuela de Salamanca, que recorrió Europa difundiendo su pensamiento. Entre otros lugares, estuvo en París como profesor (1569-1574) siendo un precursor del liberalismo.

La derecha de la época llamaban en tono peyorativo “marianos” a los revolucionarios que representaban al pueblo, aludiendo a la influencia del pensamiento de Juan de Mariana. El denominado “Régimen del Terror” de Robespierre colocaba como referente la soberanía popular a partir de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. La soberanía popular generaba miedo y terror al soberano.

La revolución francesa destruyó las viejas formas feudales, combatiendo al mismo tiempo, todo tipo de opresión y tiranía conjugando el derecho a la existencia con la plena libertad política para todos.

El nombre de "Mariana" apareció en la Revolución Francesa como un insulto, siendo retomado por los propios revolucionarios que dignificaron su nombre, lo que causó gran escándalo en los reaccionarios que siempre han ido en contra del progreso.


La balsa de la Medusa, de Théodore Géricault (77)

Un cuadro de gran formato que representa el naufragio de la fragata Méduse el 2 de julio de 1816 frente a la costa de Mauritania, cuando casi 150 personas quedaron a la deriva en una balsa durante 13 días. Un cuadro que causó gran polémica en su época debido al realismo y dramatismo con el que Géricault pintó los cadáveres.




La Coronación de Napoleón (75)

Sería encargada por el mismo Napoleón y ambientada en la Catedral de Notre Dame. Representa a Napoleón imponiendo a su esposa Josefina la corona, mientras el Papa se encuentra en un segundo plano, reflejando el poder que adquirió Napoleón durante su

Ala Sully

La Venus de Milo (16)

Sin duda, es una de las esculturas más representativas y conocidas de la escultura helenística. Esta famosa estatua fue encontrada en Milo -Cícladas, archipiélago en el Mar Egeo-,​ desenterrada por un campesino y vendida a Francia entre 1819 y 1820. Aunque a punto estuvieron de comprarla los turcos.



Museo de Orsay, visto desde el río Sena

Museo de Orsay

Originalmente, el museo de Orsay fue una estación de ferrocarril inaugurada en 1900, para la Exposición Universal de París, permitiendo a los viajeros de todo el sudoeste de Francia llegar al corazón de la capital parisina. Con la modernización de los trenes, la estación ferroviaria fue abandonada poco a poco y en 1977, el Gobierno francés decidió transformar el edificio que la albergaba, en un museo siendo inaugurado en 1986. Alberga en su seno pinturas, esculturas, dibujos, fotografías y toda la creación artística del mundo occidental desde 1848 hasta 1914.

La ribera izquierda del Sena nos acercaba de nuevo a la fachada principal del Museo de Orsay [pero en esta ocasión para impregnarnos de sus cuadros] con sus dos magníficos relojes en su fachada exterior mientras que en su interior se encuentra otro bello reloj de grandes dimensiones suspendido en la antigua estación de ferrocarril que fuera construida con motivo de la Exposición Universal de París. 

Al igual que en el Museo de Louvre, al no ser posible visitar todas las obras en tan corto periodo de tiempo, nos dirigimos al nivel 5 donde se encuentran los impresionistas Cézanne, Manet, Monet, Renoiur o Van Gogh entre otros pintores. Allí realizamos "in situ" alguas fotografías sin flash para tenerlas como grato recuerdo. La visión de “La noche estrellada", "La iglesia de Auvers-sur-Oise", "Autoretrato", "El dormitorio en Arlés", "El doctor Gachet", de Van Gogh, "El baile de Moulin de la Galette", de Renoir, entre otros, no se olvidan fácilmente.




Noche estrellada, de Vincent Van Gogh


Desde la ribera derecha del Sena,  nuestro sextante nos había acercado hasta una colina a 130 metros de altura "Montmartre", considerada la cuna de los impresionistas y bohemia de París durante el siglo XIX, lo nos "obligaba" en cierta manera, a realizar una visita al Museo de Orsay, para impregnarnos de los efluvios que proyectan algunos cuadros del impresionismo.


Moluin Rouge, en Montmartre

La primera visita de Antonio Machado a París la realizó con 21 años cuando aún no había terminado el bachillerato mientras su hermano se había licenciado en Filosofía y Letras el 8 de noviembre de 1897. Esta etapa de exploración estuvo marcada por una vida cargada de bohemia con escasos recursos junto a su hermano Manuel que ganaban lo justo para ir sobreviviendo realizando una vida muy de calle, entre cafés.

Manuel Machado se enamora de la bohemia de París mientras su hermano Antonio va afianzando la lengua francesa. El ambiente de París no le gustaba a Antonio. Sin embargo, para Manuel Machado solo había dos ciudades habitables en el universo: Sevilla y París. 


Los hermanos Machado visitaron en su primer viaje a París el antiguo y mítico cabaret Moulin Rouge, donde conocieron a Oscar Wilde. En esa primera época en París escribiría en la revista satírica “La Caricatura”. Antonio Machado frecuenta con asiduidad la Biblioteca Nacional en París casi todos los días de la semana, leyendo a los clásicos como Miguel de Cervantes, Lope de Vega, Calderón de la Barca, Francisco de Quevedo, etcétera. Es en esa época cuando conoce a Pío Baroja, descubrieron al poeta francés Paul Verlaine y al poeta Jean Moréas.


El autor de los Girasoles, Vincent Van Gogh estuvo siempre azotado durante su corta vida por la miseria y el fuerte viento interior, que le llevaría a la marginación y al finalmente al suicidio. Su obra de incalculable valor artístico estuvo siempre invisible durante toda su vida que rozaba no pocas veces, el mundo de Dickens "la pobreza". Sin embargo,  la muerte lo elevaría al mito gracias a sus prodigiosos cuadros.



La iglesia de Auvers-sur-Oise

En su época parisina realizaba frecuentes visitas en solitario a los molinos de Montmartre que levantaban sus alas al cielo y a los puentes como símbolo de unión. Siempre se encontraba a gusto con los campesinos y ante el destello de las noches estrelladas. A partir de 1887 se relaciona con los pintores de su tiempo pero será Montmartre donde encuentre a los artistas libres y pensadores.


Dr. Gachet

Cuando Van Gogh alquiló en Montmatre una habitación con una ventana que daba a un jardincillo tapizado de hiedra, se apresura a llenar las paredes de los cuadros que más le gustan, porque le hablaban de la naturaleza y de Dios, en un lenguaje del que captó el doble carácter: artístico y espiritual.



El Molin de la Galette, se encontraba a dos pasos de la casa de su hermano Théo. Renoir había hecho un cuadro admirable en 1876. Los domingos se celebraba un baile popular que frecuentaban las modistillas. Al bajar de Montmafrtre al Molin Rouge pudimos observar el Moulin de la Galette, convertido actualmente en un restaurante.



El baile de la Galette, de Renoir. Museo de Orsay

sábado, 23 de noviembre de 2019

"La Nueve", en la retina colectiva


 


Para recuperar su autoestima la historia oficial francesa ignoró durante demasiados lustros la participación de la Nueve en la liberación de París mientras España continuaba en la amnesia más absoluta ¡Por qué la historia no ha querido recordar sus nombres!

Desde la tierra de Villalón, de la Cal y del Flamenco, en cuyo término ejercieran su influencia en tiempos pretéritos los facinerosos José María "El Tempranillo" y "El Pernales", enarbolamos nuestras frágiles naves para colocar nuestro sextante cultural en París, donde nuestro inolvidable poeta universal Antonio Machado visitara varias veces antes de que una de las dos Españas le helara el corazón para siempre.

Al observar el Arco del Triunfo, los Campos Elíseos, la Torre Eiffel y la fachada de Notre Dame la retina de la historia nos proyecta de alguna manera el paso de la División Leclerc “La Nueve”, formada en su mayoría por republicanos españoles -146 de sus 160 miembros eran soldados republicanos-, que ayudaron a liberar París del nazismo hace más de 75 años y que han caído en el más ingrato de los olvidos. No será hasta 2015 cuando hayan sido reconocidos en Francia aunque aún no lo han sido en España, donde la memoria al parecer sigue permaneciendo anestesiada.



Pero hagamos un poco de historia… 

La mayoría de los republicanos españoles que formaron la 9ª Compañía de la 2º División Blindada de la Francia Libre “La Nueve” tenían en 1936 veinte años. Ninguno podía presagiar que la noche del 24 de agosto de 1944 serían llamados por el destino para liberar París. 

Muchos exiliados españoles se encontraron en Francia tras huir del dictador Franco. El 24 de junio de 1940, el III Reich vencía a Francia tras 40 días imponiéndole un Armisticio. La Francia de Vichy les obligó a elegir entre prestar trabajos forzados en la metrópoli, enrolarse en la Legión Extranjera Francesa o ser repatriados a España. 

De nuevo, éstos valientes republicanos -muchos de ellos habían pasado por los campos de refugiados de Gurs y Argelés súr Mer- reanudaron su lucha contra el fascismo bajo bandera francesa, entrando en combate contra los restos del África Korps entre diciembre de 1942 y la primera mitad de 1943 en los desiertos de Túnez conquistando el 7 de mayo de ese año la ciudad portuaria de Bizerta.

Muchos republicanos españoles tenían la esperanza en un renacido ejército republicano español, siéndoles permitido bordar en sus uniformes la bandera tricolor republicana. Sería conocida como “La Novena” al mando del capitán francés Raymond Dronne. La mayor parte de la Novena estaba integrada por socialistas, anarquistas, del POUM catalán o combatientes hostiles a Franco.

En septiembre de 1943, la División Leclerc fue transferida a Rabat, dotándola de armamento procedente de los Estados Unidos: 160 tanques M4 Sherman, 280 semiorugas M3 blindados y M8 Greyhound, camiones Dodge y GMC y muchos jeep.

Los republicanos españoles le dieron a los vehículos acorazados nombres como Don Quijote, Madrid, Guernica, Teruel, Brunete, España cañí, Ebro, Guadalajara, Santander…siéndoles permitido también pintar la bandera de la Segunda República Española.

Fachada principal del Ayuntamiento de París

La División Leclerc se trasladó desde Marruecos a Gran Bretaña desembarcando al norte de Normandía y encuadrada en el III Ejército estadounidense del general Patton, teniendo los republicanos españoles un papel muy destacado. El 7 de agosto la Novena sufriría su primer muerto en combate, el español Andrés García. El 12 de agosto los españoles capturaron a 129 prisioneros en Eccouché, demostrando su experiencia bélica. 

El 16 de agosto la División Leclerc sería atacada por las divisiones de las Waffen SS Leibstandarte SS Adolf Hítler y Das Reich, las 9ª y 116 Divisiones Panzer y la 3ª División de Paracaidistas. El 16 murió en combate Constant Pujol y el día 17, cayó Roberto Helios. Los días 18 y 19 el II Ejército británico de Montgomery lanzó un contraataque salvando a los españoles de una verdadera masacre. 

El 20 de agosto de 1944 París se subleva contra los alemanes y De Gaulle pidió a los aliados que las tropas de la Francia Libre acudieran a liberar la capital francesa antes de que la Wehrmacht comenzara a destruir los `puentes sobre el río Sena, las redes de agua y los edificios públicos como había ordenado Hítler. 

De Gaulle ordenó a sus tropas aprovechar la revuelta de la Resistencia eligiendo a la División Leclerc que fue la primera unidad aliada en penetrar en París, siendo el primer blindado en llegar a la plaza del ayuntamiento de París “Guadalajara”, con tripulación extremeña. Los primeros disparos se realizaron desde el blindado “Ebro” mandado por el capitán canario Campos y conducido por el catalán Bullosa.


En las cercanías del Arco del Triunfo patrullaban Alfredo Piñero y Francisco Izquierdo, que se quedó mudo cuando una muchacha, tras los besos y abrazos de rigor exclamó:
«¡Eres el primer soldado francés al que beso», a lo que éste contestó «Somos rojos españoles». 

El 22 de agosto de 1944 llegaron al Ayuntamiento de París los half-track: bautizados como Madrid, Jarama, Ebro, Teruel, Guernica, Belchite, Guadalajara, Brunete y Don Quijote, junto con un tanque tripulado por 4 franceses: el «Romilly». Con toda justicia, serían llamados «los liberadores de París».

A las 3:30 horas de la tarde del 25 de agosto, la guarnición alemana de París se rindió y fueron los soldados españoles quienes recibieron como prisionero a Dietrich Von Choltitz, comandante de las fuerzas de ocupación nazis, en el Hotel Meurice, donde estaba instalado el alto mando.

El general nazi y su estado mayor fueron capturados por un extremeño (Antonio Gutiérrez), un aragonés (Antonio Navarro) y un sevillano (Francisco Sánchez) que lograron romper el cerco defensivo y subir hasta el primer piso del hotel. Sin embargo, tuvieron que retenerlos, encañonados, hasta que un oficial francés formalizara el arresto. “Antes de salir de su guarida, el general se quitó su reloj y se lo regaló a Gutiérrez, agradeciéndole haber respetado las leyes de la guerra”, cuenta la periodista Evelyn Mesquida en “La Nueve”.

Ilustración de la novela gráfica "Los surcos del azar" de Paco Roca, que recrea la entrada de La Nueve a París.

El 26 de agosto, las tropas aliadas entraron triunfantes en París. Los españoles desfilaron frente a la Catedral de Notre Dame escoltando posteriormente al general Charles de Gaulle por los Campos Elíseos. Los soldados españoles de la División Leclerc desfilaron llevando en sus estandartes los colores de la Segunda República española.  

Tras la liberación de París La Nueve abandonó la capital francesa el 8 de septiembre para volver al frente. El día 12 los españoles hicieron prisioneros a 300 alemanes al tomar la ciudad de Andelot. De Gaulle reconocería la importancia de la 9ª Compañía dentro del Ejército francés.

La Medalla Militar y la Croix de Guerre fueron entregadas al capitán francés Raymond Dronne, al subteniente canario Miguel Campos, al sargento catalán Fermín Pujol y al cabo gallego Cariño López.

El 23 de noviembre “la Novena” tomó la capital alsaciana de Estrasburgo, siendo esta la última gran ciudad francesa perdida por las tropas alemanas. 

La Novena atravesó el río Rin en suelo alemán quedándose estancados por el frío invierno bajo gélidas temperaturas de -22ºC hacia Munich. Sufrieron unas 50 bajas por congelación y bombas. El 5 de mayo, tras el duro invierno participó en la toma del Nido del Águila, donde se refugiaba Adolf Hítler, en Berchtesgaden.

Solo 16 de los 144 españoles que desembarcaron en Normandía con La Nueve llegaron ilesos al final de la II Guerra Mundial. 

El territorio de origen más frecuente fue Andalucía (37), seguido de Catalunya y Valencia (18) y lo que entonces era Castilla La Nueva (11, cinco de ellos madrileños). Y, ya en menor medida, Aragón (7), Galicia (6), Euskadi (4), Canarias (4), Melilla (4), Murcia (4), Cantabria (3), Extremadura (3), Baleares (1), Asturias (1) y el Marruecos español). Otros cinco no especificaban su lugar de nacimiento, señala el historiador en su libro. Ninguno de ellos sigue vivo, el último en fallecer fue Rafael Gómez.


El 3 de junio de 2015, 70 años más tarde, el rey de España Felipe VI acompañado de la alcaldesa de París de origen español Anne Hidalgo, rendía un merecido homenaje a aquellos 146 hombres de la Nueve que contribuyeron a liberar París de los nazis. 

Desde marzo de 2015, el jardín del Ayuntamiento de París se denomina oficialmente “Jardín de los combatientes de la Nueve”.

Después de visitar el College de France, la Biblioteca Nacional y el Moulin Rouge [en la retina machadiana], nos queda "Collioure" donde descansa junto a su madre, un coloso de la lírica española del siglo XX, Antonio Machado, completando nuestra particular ruta machadiana. Pero eso, formará parte de otra interesante historia...

Desde París, para el blog de mis culpas...