lunes, 31 de julio de 2017

En busca de las huellas de "Pernales"


"El bandolero que no tiene leyenda, el que no lo canta el pueblo, 
ese no es un bandolero, ese es un bandido".



Entre la inmortal Baeza de Antonio Machado y Villa Amparo en Rocafort como ciudades machadianas llegamos a Alcaraz en Albacete), etimología que proviene del término andalusí "alkurz o cerezo", donde visitamos la tumba del considerado como el último bandolero Francisco González Ríos “El Pernales” junto a su inseparable compañero de infortunio Antonio Jiménez Rodríguez “El Niño de Arahal”, que encontraron la muerte aquel 31 de agosto de 1907, en Villaverde del Guadalimar (Albacete) con tan sólo 28 y 26 años respectivamente.


Una de las rutas más interesantes que se pueden realizar por el interior de Andalucía transita entre la frontera de la provincia de Jaén y Albacete, en el término de Villaverde del Guadalimar, en la Sierra de Alcaraz donde el infortunado bandolero Francisco de Paula Ríos González “El Pernales” con tan sólo 28 años encontró la muerte aquel 31 de agosto de 1907 cuando fue sorprendido por la Guardia Civil, en un lugar denominado “Las Morricas” cuando se dirigía junto con su inseparable compañero Antonio Jiménez Rodríguez “El Niño de Arahal”, al puerto de Valencia para embarcar hacia América, en busca de la libertad.

Al realizar una mirada retrospectiva desde las páginas de la historia, nos proyecta hacia una época estrechamente ligada a la opresión, al caciquismo y al descontento social, destacando la miseria de los pueblos y de sus gentes. 

Es evidente que detrás del bandolerismo andaluz del siglo XVIII y comienzos del XIX ha existido una razón de orden sociológico, al ser empujados por la miseria bajo el amparo de una justicia corrompida. No hace falta recordar que los caciques en las áreas rurales estaban sostenidos por sus altas influencias políticas designando alcaldes, controlando a los jueces locales y funcionarios públicos, actuando en definitiva, con la máxima arbitrariedad posible. 

Con la llegada al trono español de la dinastía borbónica el país comenzó a sufrir importantes cambios en todos los ámbitos, con nuevas ideas y formas de gobierno importadas de Francia; sin embargo, el fuerte contraste existente entre estratos sociales, herencia de los siglos anteriores, la miseria y el hambre que potenció la Guerra de Sucesión o las drásticas medidas tomadas contra las minorías, fueron el desencadenante de nuevos conflictos sociales, delincuencia y crímenes que adquirieron con el tiempo una forma concreta de manifestación: el bandolerismo.

Óscar Herradón
Revista de Historia de España (Hª de Iberia Vieja).

En torno al mundo de los bandoleros los sentimientos siempre han estado polarizados en función con el cristal con que se mire. Para la aristocracia, caciques y señoritos cortijeros andaluces de la época eran considerados bandidos, ladrones o asesinos mientras que para la gran masa de braceros sin tierra, gente humilde y campesina eran una especie de héroes en unos tiempos donde el campesinado estaba desposeído de cualquier derecho social permaneciendo anclados en la pobreza más extrema donde la justicia social ni estuvo ni tampoco se le esperaba.

Para salir de la pobreza extrema no existía otra opción que hacerse contrabandista o bandolero, lo que los obligaba permanecer siempre en el filo de la navaja y como consecuencia, ser perseguidos por la ley y no pocas veces delatados para cobrar alguna que otra recompensa. Una corta vida llena de cansancio, mal aspecto con barba de muchos días y sudorosos transitando a través de múltiples senderos en busca de alguna guarida que les brindara protección. 

El bandolero armado de trabuco y navaja a lomos de un pura sangre -generalmente robado a algún terrateniente-, se lanzaron a asaltar por los caminos reales en busca del preciado botín, desvalijando incluso las diligencias oficiales de la Corona. Frente al delincuente común, el bandolero gozaría del aprecio del pueblo, que lo convertiría en una especie de héroe.

El fenómeno del bandolerismo llegó a ser considerado como un auténtico latrocinio y asunto de Estado durante el siglo XVIII y comienzos del XIX aunque mayor latrocinio fue impedir que el espíritu de la España de 1812 “La Pepa” siguiera por la senda constitucional de progreso y libertad que permitiera sentar las bases definitivas para sacar a España de la miseria, del analfabetismo, de la hambruna en la que estaba sumida por la mala administración y sempiterna corrupción de sus clases dirigentes. 


Haciendo una breve historia, el bandolerismo ha existido desde tiempos muy remotos. La represión y la miseria generaba exclusión social, cuyo caldo de cultivo obligaba a muchos excluidos de la sociedad, a “echarse al monte”.
  • Viriato en el siglo II a.C. fue calificado por los romanos como “capitán de bandoleros”. 
  • En el siglo IX el guerrillero andalusí Omar Ben Hasfún y sus leales de Bobastro fueron considerados durante un tiempo bandoleros del Emirato de Córdoba.
  • Durante el siglo XVI y comienzos del XVII los monfíes “moriscos refugiados en Las Alpujarras a partir de 1568”, fueron también considerados bandoleros por culpa de la represión a la que fueron sometidos por los reyes cristianos, después de la Toma de Granada.
  • El bandolerismo fue considerado como una razón de Estado durante el siglo XVIII y comienzos del XIX al estar en peligro las rutas y caminos desde Despeñaperros hasta Andalucía la Baja y el Camino inglés “Gibraltar”. Pero no hay que olvidar que fue el resultado de tanta miseria moral del propio Estado que permitía fuertes contrastes sociales beneficiando siempre a las clases privilegiadas como los caciques, la nobleza y el clero mientras predominaba en el pueblo llano la miseria y hambruna que actuaba como detonante para que muchas personas se pusieran al "margen de la ley" y se echaran al monte en las sierras de Andalucía como verdadero territorio donde ejercían su influencia.
  • Los maquis serán considerados después de la Guerra Civil española como “bandoleros” por la Dictadura de Franco, pero nunca lo fueron. Fueron por derecho propio, el único movimiento de resistencia anfifascista, que sufrieron el exilio o la muerte y lo que es peor, el ingrato olvido de la historia.


Considerado el último bandolero, “El Pernales” se sentía como en su propia casa al ejercer su influencia por los términos municipales de Osuna, Marchena, Puebla de Cazalla y Morón. 

Atrás queda en la retina de la historia, su encuentro con el poeta de “Andalucía la Baja” Fernando Villalón en las inmediaciones del cortijo “La Rana”, ubicado entre Morón y la Puebla de Cazalla donde el célebre poeta intentara echarle una mano, con la promesa de hacerlo un hombre decente. 

Se podría decir -salvo excepciones-, que la vida del bandolero llegó a ser la “crónica de una muerte anunciada”. Pernales tenía el santo de espalda y sus huellas eran oteadas por la Guardia Civil “con la orden de entregarlo vivo o muerto”.

¡Pero quién fue este bandolero forjado entre Andalucía la Baja y la Sierra de Alcaraz que incluso la literatura popular lo ha convertido en una leyenda viva que ha pasado a formar parte de la Memoria Colectiva de los pueblos donde ejerciera su influencia, llegando incluso a movilizar un tercio de la Guardia Civil en su época y que incluso algún que otro jefe de línea de la Benemérita llegó a solicitar voluntariamente destino con la esperanza de dar captura al Pernales y a su inseparable compañero de “hazañas” el Niño de Arahal!.

Francisco de Paula Ríos González nació sin un pan bajo el brazo -como tantos otros niños de su generación- en el pueblo de Estepa, en la provincia de Sevilla un 23 de julio de 1879. Su padre lo introduce en el magisterio de adueñarse de lo ajeno y en una de sus fechorías se tropieza con la Guardia Civil que lo mata.

Como la mayoría de los campesinos andaluces Pernales no recibió instrucción alguna en la escuela, y a los diez años trabajaba de cabrero con su padre.

Este hecho se graba perenne en su retina y se “echa al monte” al margen de la ley formando una partía con Antonio López “el Niño de la Gloria”, Juan Muñoz “el Canuto”, Antonio Sánchez “el Reverte”, Pedro Ceballos “el Pepino” y Antonio Jiménez Rodríguez, “el Niño de Arahal”, atracando entre Sierra Morena y la Serranía de Ronda. Incluso se atrevió a asaltar a un Gobernador Civil de Córdoba.

El 13 de mayo de 1844 se crea la Benemérita “Bene (bien), méritus (merecedor)” por D. Francisco Javier Girón y Ezpeleta, II Duque de Ahumada con el objetivo de combatir la inseguridad de los caminos y perseguir a los malhechores. Es evidente que las fuerzas del orden de la época contaron con la enorme ayuda del telégrafo y ferrocarril que poco a poco irán poniendo cerco a las “partías de bandoleros”.

El Pernales a lomos de su caballo Relámpago recorría los campos de Morón, Marchena, Puebla de Cazalla, Osuna, La Roda de Andalucía, Écija, el Valle del Genal, Lucena y Antequera refugiándose en las sierras abruptas que reúnen las condiciones adecuadas para cobijar a los bandoleros.



“Esta noche Pernales ha robado en la finca de los condes de Miraflores. Se supone que como el ladrón no anda durante el día y salió de madrugada de la Hacienda de la Rana, no ha podido ir muy lejos y estará escondido hasta la noche por aquellos contornos. La Guardia Civil le sigue la pista”…

Fernando descubrió su escondite, le echó una mano:

“¡Animal! –le dijo-. He querido advertirte que tu cabeza, hace tiempo pregonada, corre peligro inminente. Hay un tercio de la Guardia Civil movilizado únicamente en tu busca.

Tienen la orden de entregarte vivo o muerto. Ahora mismo en la gañanía hay una pareja y debajo de cada olivo de la Rana hay un civil. Huye de aquí o métete en la Marisma. Acércate a la Ciñuela, donde yo tengo los toros bravos. Te haré vaquero. Te haré un hombre decente. Tendrás mujer, hijos, casa y un caballo. ¡Mejor que éste!. Tendrás paz.

-Don Fernando, yo se lo agradezco; pero de sobra sé que estoy perdido. Si he de hacer algo para salvarme, tendrá que ser trasponiendo la Sierra Morena y metiéndome en Castilla. Por acá se me ha vuelto el santo de espaldas, y, como siempre, la culpa la tiene una mujer. Por una mujer me eché al campo, pedí dinero para comer y maté para que no me matasen. Ahora por una mujer tendré que dejar lo que más quiero: mi caballo y mi tierra.

“Le dejo a usted esto en recuerdo. Le juro que con él no hice sangre a nadie”.

El poeta lo vio partir y desaparecer en la oscuridad. Y Una vez más, tragado por la noche, se fugó el bandolero.

A partir de este episodio, de Pernales jamás se supo en Morón.

Manuel Halcón sobre el poeta Fernando Villalón y “El Pernales”.

Aunque su captura era muy dificultosa al tener una gran movilidad geográfica y destreza como jinete acompañado de su buena montura, el cerco de la Guardia Civil se estrechaba. En 1907 su “partía” aunque cohesionada -ya que la traición se pagaba con la muerte- quedó desmantelada en Alcolea, Córdoba quedándole tan solo como cómplice el “Niño de Arahal”, por lo que decidieron iniciar su último viaje por la Sierra de Segura y Alcaraz con la intención de llegar hasta el puerto de Valencia con el objetivo de emigrar rumbo a América.

Desde Onsares, un pueblo de Jaén, limítrofe con la provincia de Albacete, nuestro malogrado bandolero se dirigió hacia el Cambrón para dirigirse hacia la aldea del Bellotar, donde fue visto por un agente de la Guardia Civil ya retirado, que al verlo profusamente armado, sospechó de él y dio parte al cuartel de la Guardia Civil de Villaverde del Guadalimar que organizó la batida y posterior emboscada.

Pero su trágico final junto con su inseparable compañero de correrías Antonio Jiménez Rodríguez “El Niño de Arahal” tuvo lugar un 31 de agosto de 1907 donde encontraron la muerte a tiros en Villaverde de Guadalimar al ser sorprendidos por la Guardia Civil al mando del teniente Juan Haro López, jefe de la línea de Alcaraz, Albacete. 

Sus cadáveres se trasladan primero a Villaverde del Guadalimar y luego a Alcaraz (Albacete) donde los cuerpos de los desafortunados bandoleros fueron expuestos al público en el patio del ex-convento de Santo Domingo de dicha localidad. 

La Cruz del Pernales recuerda este luctuoso acontecimiento. Tenía tan sólo 28 años de edad. Existe un monolito con la narración de su vida y muerte del trágico acontecimiento.



Informe oficial del teniente Haro tras ser abatido “El Pernales”:

“Aparenta ser de unos 28 años, de 1,49 metros, ancho de espaldas y pecho, algo rubio, quemado por el sol, con pecas, color pálido, ojos grandes y azules, pestañas despobladas y arqueadas hacia arriba”.

Al Pernales se le ocupó, según el informe del teniente Haro, un macho castaño oscuro, una escopeta de dos cañones de fuego central de retroceso, un revólver sistema Smith de seis tiros, un anteojo de larga vista, un reloj sistema Roskof, una cartera de bolsillo con tres billetes de 100 pesetas, una pluma para escribir, una carta con un sobre que se dirigía a Carmen Morales González, calle Alcoba, Estepa, participándole a su madre que tenía un hijo más, firmándola Francisco Ríos y otra carta en un sobre, sin dirección, proponiendo a una tal Mariana que asistiera a una entrevista para llevársela al campo, entre otras cosas.

Al Niño de Arahal se le ocupó una yegua castaña clara, un revólver sistema Smith, una navaja de muelles de grandes dimensiones, fabricada en Albacete y una cartera de bolsillo con cuatro billetes de 100 pesetas, entre otras cosas.

Pernales y el Niño llegaron, según el informe del teniente, hasta 8 pasos de donde estaban apostados el cabo Villaescusa y el guardia Segovia quienes les dieron el alto, a lo que respondieron los bandidos disparando. Este lugar donde murió Pernales es una pequeña elevación de terreno con dos grandes piedras detrás, donde seguramente se ocultaron los guardias. La senda, que todavía hoy se distingue perfectamente, es muy estrecha por lo que Pernales iría delante y detrás el Niño, que así pudo escapar de una nueva descarga, aunque finalmente fue abatido ya que tropezó con el teniente Haro, el guardia Redondo y el guardia Codina, este último al parecer fue quien le alcanzó con un disparo, pues así lo afirmaba el oficial en su informe….

Desbrozando algún que otro Libro de Actas Capitulares y Libros de Protocolos entre 1828 y 1833 y poniéndome en contacto con el Juzgado me comentan que anterior al año 1870 no existía el Registro Civil. Cualquier información anterior a esa fecha había que buscarla en las parroquias y en los ayuntamientos.



Observando un plano sobre las vías pecuarias de la orografía del terreno Morón por donde transitaba el Pernales se puede comprobar la salida desde Morón por la antigua Fuente Nueva hacia la colada del Piojo-Los Melonares en busca de la colada de Percoya y el Pedernal que desemboca en el arroyo Salado como inicio de la ruta para llegar a las Rozas de San Juan ya en plena sierra donde se refugiaban en sus guaridas alguna que otra “partía” de bandoleros como “El Tempranillo y el Pernales”. Por tanto, entra dentro de la lógica, que “Pernales” bajara desde la Sierra a través del Paso del río Salado y llegar hasta la colada del Pedernal y Percoya para conectar con la Colada de los Remedios-Fuente del Piojo que llegaba hasta la antigua Fuente Nueva, donde la gente mayor recuerda el antiguo abrevadero donde brotaba agua.

La muerte de un bandolero con leyenda que “robaba a los ricos para entregárselo a los pobres” encuentra en la literatura popular los ingredientes necesarios para proyectar esa imagen pintoresca que pervivirá en la “Memoria Colectiva de los Pueblos”, lo que contribuye a dinamizar de alguna manera las rutas transitadas por los infortunados bandoleros para su puesta en valor mostrando la diversidad cultural de los pueblos transitados por tan célebres personajes como “El Tempranillo”, “El Pernales” y otros viajeros románticos.

El bandolerismo romántico ha llegado hasta nosotros gracias a las plumas de viajeros románticos de finales del siglo XVIII y comienzos del XIX como Washington Irving, Gautier o Merimée que proyectaron fuera de España a través de leyendas e historias reales una figura del bandolero idealizada como el “mártir de las causas injustas y la opresión social y política”. 

Tal vez haya sido la poesía de Fernando Villalón pionera en facilitarnos esa visión romántica del bandolero como héroe social, una especie de Robin Hood con el “Tragabuches, Juan Repiso, Satanás y Mala Facha, José Candio y el Cencerro y el capitán Luis de Vargas” el que a los pobres socorre y a los ricos avasalla.

…-Echa vino montañés
que lo paga Luis de Vargas
el que a los pobres socorre
y a los ricos avasalla-.

Fernando Villalón


Francisco de Paula José Ríos González, alias “El Pernales“ por la dureza de sentimientos, ha sido considerado el último de los bandoleros andaluces.

A partir de la fecha de su muerte -le pasará como a otro célebre bandolero José María Hinojosa Cobacho “El Tempranillo”- morirá el bandolero y comenzará su leyenda, cantada por el pueblo que será transmitido a través de generaciones…

Existen varias coplas populares dedicadas a su memoria


Pernales en toda su vida

no ha matado a ningún hombre,

que el dinero que robaba

lo repartía entre los pobres…



Ya mataron al Pernales.

Ladrón de Andalucía.

El que a los ricos robaba.

Y a los pobres socorría.

La Sierra de Alcaraz, desde el mirador


P.D. Un hecho que voy a relatar se lo he escuchado siempre a mi padre. Es una historia que ha sido transmitida través de varias generaciones. 

La abuela de mi padre María García León era recovera y visitaba los cortijos de la zona para llevar productos del pueblo para cambiarlos a su vez por huevos, queso y otros productos del campo para suavizar un poco su maltrecha economía. 

Como la inmensa mayoría de las mujeres de su época, vestía de negro. Un día se le echó la noche encima y anduvo todo lo ligera que pudo para llegar a su casa. En el silencio de la noche, escuchó tras ella el trote de un caballo, lo que le hizo aligerar aún más el paso, posiblemente por el miedo. 

Cuando el jinete la alcanzó le preguntó. ¡Señora, de donde se viene!.

La buena mujer temerosa le contestó:

¡De buscarme la vida, soy recovera, vendo por los cortijos y hoy se me ha hecho tarde!.

El jinete le preguntó si no lo conocía a lo que le respondió la señora, ¡No, señor!. El jinete le manifestó siempre según la versión de la recovera, ¡No diga que me ha visto!. ¡Yo soy Pernales! y le entregó dos pesetas en plata, para que se ayudara un poco.

Este hecho tuvo lugar en una vereda cercana a Morón, llamada "Los Melonares", entre la antigua finca del Pernal y el Piojo, lo que demuestra que el célebre bandolero Pernales considerado ¡el último bandolero! anduvo por el término de Morón al igual que en julio de 1832, José María Hinojosa Cobacho “El Tempranillo”, celebrara el indulto de Fernando VII, en la Hacienda “Arroyo del Rosal” junto con otro bandolero Juan Caballero, en julio de 1832.

También me cuenta un vecino y amigo de Morón, de un hecho significativo que le ocurrió a un vecino de Dos Hermanas y pariente suyo llamado Antonio López Gómez, administrador de fincas que se vio sorprendido por el célebre bandolero “Pernales” cuando llevaba dinero para pagar a los jornaleros. Le pegó una paliza, lo amarro y acto seguido le quitó el dinero de las alforjas perdiéndose por los caminos.

Enlaces interesantes



martes, 11 de julio de 2017

Viaje a Portugal con el Aula de la Experiencia de Morón (II Parte)

"Biblioteca Joanina de Coimbra"

...La cuarta jornada estuvo dedicada a visitar Coimbra, atravesada por el río Mondego que recorre exclusivamente territorio portugués. Coimbra es sede de la primera Universidad portuguesa y una de las más antiguas de Europa, creada en 1290 por iniciativa del rey D. Dinis I, mediante bula papal de Nicolás IV

La Unesco reconoció la Universidad de Coimbra fundada por Dionisio I de Portugal como Patrimonio de la Humanidad en el año 2013.




Recorriendo su casco histórico, nuestra retina captaba uno de los máximos exponentes del Románico en Coimbra “ la Iglesia o Igreja de Santiago” construida entre finales del siglo XII y comienzos del siglo XIII. 

La Torre de la Universidad de Coimbra del siglo XVIII está coronada por el reloj y sus campanas rigen la vida académica de las ocho facultades interdisciplinares que forman parte de la Universidad. 

La Biblioteca Joanina -en honor al rey D. João V, el “Rey Magnánimo”-, se encuentra situada en el patio de la Facultad de Derecho. Fue edificada por las ideas de la Ilustración entre 1717 y 1728 por el rey Juan V de Portugal. Su portada es de estilo barroco, coronada por un escudo del monarca.

De estilo Rococó, es una de las más bellas bibliotecas de toda Europa. Sus libros sólo ser consultados en la propia biblioteca y por orden expresa del Rector, no pudiéndose sacar ninguno fuera de la biblioteca. Cuenta con un bello mobiliario de maderas brasileñas y orientales.

La capilla barroca de la Universidad es impresionante. No está abierta al culto. Con el permiso previo del rector, pueden contraer matrimonio en dicha capilla los estudiantes que acaben su carrera.


El interior consta de tres salas comunicadas entre sí. En la última sala nos encontramos con un retrato del propio rey Juan V. La biblioteca Joanina cuenta con cerca de 70.000 volúmenes, la mayoría libros hasta el siglo XVIII. 

Nos comentó nuestra guía Carolina que la biblioteca cuenta con algunos murciélagos que garantizan la conservación de los libros gracias a su dieta insectívora. También nos comentó que las mesas de la biblioteca se cubren con pieles para protegerlas de las excrecciones de los murciélagos que vuelan libremente para comerse los insectos. Ese es el motivo de que los libros no hayan sufrido ningún deterioro hasta la fecha. 

Es cierto que la biblioteca joanina fue un importante referente para la autora de Harry Potter J.K. Rowling que estuvo como profesora de inglés durante varios años en Oporto, a orillas del Duero.




Se puede decir que si la Universidad es el símbolo de Coimbra, la biblioteca joanina es el símbolo de la propia Universidad.


La mañana de la quinta jornada estuvo dedicada a visitar el centro histórico de la ciudad de Gimaráes que fuera declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2001. 

Su fundación se le atribuye a Vimara Pérez -vasallo del rey de Asturias Alfonso III, quien daría nombre a la ciudad. Vimara fue nombrado el primer conde del Condado Portucalense, después de haber reconquistado y repoblado la ciudad de Oporto en 868.

El castillo de Guimaráes está situado sobre un montículo y pertenece al siglo IX. En Vimaraes “Guimaráes” tuvo lugar el 24 de junio de 1128 la Batalla de San Mamede, en la cual Teresa de León, infanta de León y condesa de Portugal, se enfrentó a su hijo Alfonso Enríquez, que ganó la batalla y que posteriormente se convertiría en el primer rey de Portugal. 

Por tanto, la ciudad histórica de Guimaráes está directamente relacionada con la identidad nacional de Portugal siendo el culpable de su independencia y primer rey Alfonso Enríquez. Por consiguiente, el castillo se ha convertido en un icono de Portugal. Su torre del Homenaje posee 28 metros de altura. Se conservan siete torres cuadradas que actuaban como murallas defensivas.


Junto al castillo se encuentra la pequeña iglesia románica de San Miguel del Castillo "São Miguel do Castelo". En su interior dice la leyenda que se encuentra la pila bautismal donde se bautizó Alfonso Enriquez.

Una vez me dijo un amigo mío relacionado con la historia que en ella todo era falsable mientras no se mostraran las fuentes. Por tanto, si las páginas de la historia nos dicen que la iglesia tardorrománica de San Miguel se construyó durante el siglo XIII, difícilmente pudiera haberse bautizado el primer rey de Portugal nacido en 1110...

También se encuentran en el suelo algunas lajas de piedra con el símbolo de las profesiones que tenían quienes allí descansan en paz “hospitalarios, cazadores, constructores, etcétera”.

Desde el castillo y la iglesia de San Miguel nos dirigimos al antiguo monasterio de Santa Clara donde brilla con luz propia su bella fachada barroca y el retablo mayor con columnas salomónicas. Entre sus estrechas calles llegamos al antiguo Palacio del Consejo en la Plaza de Oliveira donde se puede observar el Padrao do Salado con el portal de la Iglesia de Nuestra Señora de la Oliveira.

El centro histórico de Guimaráes en su conjunto es un auténtico monumento. Sus calles estrechas y empedradas junto con los barrios típicos forman un bello conjunto de aspecto medieval.


Son frecuentes en algunos rincones de su casco histórico las capillas con representaciones de la Pasión de Jesús. Desde una de ellas se observa una espectacular avenida llena de jardines, donde se encuentra la Iglesia de San Gualter en honor al patrón de la ciudad. Destacan sus dos agujas gemelas del siglo XIX.


Después de la grata jornada matinal, recuperamos energías para desplazarnos por la tarde a la cercana ciudad de Braga, donde se encuentra el Santuario del “Bom Jesus do Monte” como ejemplo de peregrinaje. Sus escaleras barrocas salvan un desnivel de 116 metros. El Santuario se comenzó a construir en 1722 bajo el patrocinio del Arzobispado de Braga. Existen varias capillas dedicadas a la Pasión de Cristo. El Retablo Mayor del Santuario está formado por varias figuras que representan la Crucifixión de Cristo. 

Para facilitar el acceso al Santuario se construyó en 1882 el “Elevador do Bom Jesús” que salva una pendiente del 42%.


La sexta y última jornada la dedicamos a visitar Aveiro. Un monumento en bronce de gran envergadura dedicado al piloto portugués del siglo XV y nativo de Aveiro, Joao Afonso de Aveiro preside la plaza que da acceso a los moliceiros. Joao Afonso de Aveiro en su viaje a la costa de África en 1484 participó en el descubrimiento del Congo y Zaire estableciendo puestos comerciales.

Esta comarca estuvo aterrorizada por los saqueos de los vikingos y de los piratas. Los efluvios y reminiscencias vikingas han llegado hasta nuestros días a través de la construcción de estos barcos de tipo nórdico denominados “moliceiros” que tienen unos colores muy llamativos (azul, amarillo, verde, rojo, negro o blanco). 

Otra reminiscencia de tiempos pretéritos que perdura en los moliceiros es que cuando navegan por los canales de Aveiro con sus largas embarcaciones tocan una especie de trompeta -que simulan el ruido que proyectaba aquellos cuernos vikingos- al llegar a la bifurcación de los canales para evitar posibles colisiones.

Tienen 15 metros de eslora y 2,5 metros de manga, lo que le permite una gran estabilidad con los extremos de proa y popa levantados, pudiendo desplazar hasta 5 toneladas de peso. Su escaso calado les permite moverse libremente a través de los canales con menor profundidad o en lugares donde los bancos de arena impiden la navegación de embarcaciones con quilla.


El castillo de proa guarda un espacio cerrado que sirve de camarote para los tripulantes y de almacén para la vela de la embarcación. El castillo de popa, utilizado para guardar el barril de agua para los tripulantes.

Su función en el siglo pasado era recoger y transportar el molico, plantas acuáticas del fondo de la ría, que se dejaba secar al sol para luego utilizarla como abono, de tal forma que se convertían los terrenos arenosos e improductivos en excelentes tierras agrícolas. 

Al desaparecer “el molico” debido a la degradación de los fondos marinos de la ría por culpa de los vertidos contaminantes y abonos químicos han llevado a la desaparición de esta tipo de embarcaciones de trabajo recuperándose con fines turísticos.

Terminada la intensa mañana en los canales de Aveiro considerado “la Venecia del Norte” nos dirigimos a Leira al restaurante Tromba Rija que nos ha permitido conocer muchos platos tradicionales de la cocina portuguesa con entradas típicas, segundos platos, postres, frutas y frutos secos y café acompañado del vino de Oporto, brandy y café. Un buen punto de referencia para la gastronomía portuguesa.


Después de estimular nuestro apetito con no pocos quilates de nutrientes acompañado del buen vino de la tierra, nos esperaba nuestro bus que haría el recorrido inverso para retomar de nuevo la Vía de la Plata donde nos esperaba Almendralejo, Santa Olaya de Cala, Sevilla y Morón "Tierra de la Cal, del Flamenco y de nuestra propia esperanza".

Desde Portugal, bajo el marco incomparable de nuestro inolvidable viaje realizado con el Aula de la Experiencia de Morón, que quedará grabado en la retina del recuerdo, para el blog de mis culpas...




Enlaces interesantes

Viaje a Portugal con el Aula de la Experiencia de Morón (I parte)


Viaje a Emérita Augusta, Salamanca y Béjar con el Aula de la Experiencia de Morón

Viaje a la antigua Córdoba musulmana con el Aula de la Experiencia

Viaje a la antigua Isbilya con el Aula de la Experiencia

Visita al Parque de Doñana con el Aula de la Experiencia de Morón

Visita a la antigua Elvira con el Aula de la Experiencia de Morón

lunes, 10 de julio de 2017

Viaje a Portugal con el Aula de la Experiencia de Morón (I parte)



Si no me hubiera subido a ese autobús cultural del Aula de la Experiencia de Morón aquel 3 de julio de 2017 que guardaré “per secula seculorum” en la retina del recuerdo, es posible que me arrepintiera durante no pocos años.

El Blog de mis culpas

Breve introducción

Desde la antigua Ishbiliyya "Sevilla" -donde recogimos a nuestra magnífica guía Carolina Besada-, transitamos en busca de la "Vía de la Plata" como testigo de nuestra historia. En primer lugar, oteamos el Monasterio de San Isidoro del Campo en “Sevilla La Vieja” ubicado junto a las faldas del Aljarafe “al-Xaraf”, cerca de las Ruinas de Itálica y que formara parte en tiempos pretéritos de la “Vía de la Plata” y también de la “Vía de la Bética Romana”. 

La retina de la historia nos recuerda que la antigua calzada romana denominada "Vía de la Plata" enlazaba la “Antigua Emérita Augusta”, capital de la provincia romana de Lusitania con Astorga “Asturica Augusta”, en la provincia Tarraconense. Esta histórica vía comienza a construirse en el siglo II a.C. en el marco de la guerra contra el caudillo lusitano Viriato recibiendo un fuerte impulso a finales del siglo I a.C. Después de las Guerras Cántabras (29 a. C.-19 a. C.), llega por fin la paz a tierras de Hispania.

Santa Olaya de Cala nos recuerda que estamos en la ruta del jamón ibérico D.O. de Huelva donde el olivo y el aceite "azzeit" comienza a perder su influencia para dejar paso a las abundantes dehesas de encinas y alcornoques con la bellota como exquisito manjar para el cerdo ibérico durante la época de montanera, quien a su vez dejara a su vez de ejercer su influencia al adentrarnos en la Tierra de Barros, con numerosas viñas y bodegas, siendo sede de la D.O. Ribera del Guadiana, donde Almendralejo y Villafranca de los Barros brillan con luz propia entre vinos blancos joven o amontillado, olorosos, tintos de tinto de crianza, tinto de reserva, gran reserva y tintos muy viejos. 

Dicen las páginas de la historia que incluso a pesar de la prohibición coránica, la vid se cultivaba tanto en Oriente como en Al-Ándalus.

La provincia de Huelva y el sur de Portugal formaron parte en tiempos pretéritos del antiguo al-Gharb andalusí en contraposición con el término Axarquía o al-Sharq al Andalus como parte oriental. Tras la expulsión progresiva de los musulmanes, los reyes cristianos formaron un cinturón defensivo denominado la “banda gallega” para protegerse de la denominada “banda morisca”, de tal modo que salpicaron de castillos territorios como Aroche, Cortegana, Cumbres Mayores, Aracena, Santa Olaya de Cala, etcétera, y que han quedado como legado de aquéllos tiempos convulsos.

...

Desde Morón, tierra de la Cal, del Flamenco y de nuestra propia esperanza, en cuyo término ejercieran su influencia en tiempos pretéritos los célebres bandoleros José María “El Tempranillo” y “El Pernales”, colocamos nuestro sextante autodidacta con el Aula de la Experiencia de Morón en dirección de lo que denominaran los antiguos andalusíes “al-Garb” o parte occidental de Al Ándalus.

Nuestro viaje estuvo ilustrado en todo momento por nuestra guía y magnífica cicerón Carolina Besada quien nos ilustró sobre la historia de todas y cada una de las ciudades históricas que visitamos “Lisboa, Sintra, Oporto, Coimbra, Braga, Gimaráes y Aveiro sin olvidar a nuestro conductor “Cayetano”, el cual nos acercaba con el bus hacia el centro histórico de todas las ciudades que visitamos. La estancia en los hoteles así como la gastronomía de la zona que estimuló nuestros sentidos quedando grabado en nuestro recuerdo.

Cuando nos íbamos acercando a Lisboa, nuestra retina captaba un enorme Cristo con los brazos abiertos en la fregresia de Almada que se eleva sobre su punto más elevado, desde el cual se puede observar el puente 25 de abril y el estuario del río Tajo “Tejo”.

Desde el mirador se puede observar uno de los iconos de la ciudad de Lisboa, el Puente Colgante 25 de abril en honor a la Revolución del 25 de abril de 1974 "de los claveles" que restauró la Democracia en Portugal y que atraviesa el estuario del río Tajo “Tejo”. Una construcción en acero de casi dos km. donde la parte inferior alberga las vías del tren y por la superior circulan los vehículos a motor. Los atascos que se producían en este puente fueron solventados de alguna manera por la construcción del Puente Vasco de Gama de unos 17 km. de longitud.



Nos comentaba Carolina que esta monumental estatua de 28 metros de altura es una copia del Cristo Redentor ubicado en Río de Janeiro.  Fue esculpida por Francisco Franco de Sousa quien no llegará a ver terminada su obra en vida. La estatua del Redentor está situada sobre un pórtico de 75 metros de altura, diseñado por el arquitecto Antonio Lino.

En 1934 el Cardenal de Lisboa visitó Río de Janeiro y quedó tan impresionado con la colosal estatua sobre el Corcovado que de vuelta a Portugal impulsó la idea de un monumento similar “El Santuario del Cristo Rey”. El proyecto será aprobado en 1937, año en el que comenzó la recolección de fondos. Las enormes dificultades ocasionadas por la II Guerra Mundial, retrasaron la construcción del monumento que quedará terminado el 17 de mayo de 1959.


Desde el barrio de Almada transitamos hacia la ribera del Tajo donde nos esperaba el "Restaurante Bacalhau". Allí degustamos cuatro tipos de balacao:
  1. “A Brass” -balacao desmigado con cebolla y patata paja-.
  2. “As natas” -lomitos de balacao y nata gratinada con taquitos de patatas-.
  3. “Lagareira” -bacalao a la plancha con patata cocida y cebolla por encima-.
  4. “Broa” -sellado con pan de maíz por encima-.
Los portugueses en este aspecto presumen de tener una manera diferente de preparar el bacalao de manera diferente los 365 días del año. La comida estuvo acompañada por el vino de la tierra, cerveza portuguesa “ Sagres o Superbock” y de postre, una tarta bolache, dulce casero de galletas portuguesas, mantequilla y café.

El término andalusí jamr “jamar o comer con apetito” siempre viene bien si va acompañado de un buen vino de la tierra.

Desde la ribera del Tajo se observa el Puente Vasco de Gama que fuera construido en el contexto de la Expo ´98 como emblema de dicha Exposición Universal. Está considerado el puente más largo de Europa con casi 17 km. de longitud, que une Lisboa con Setúbal.

La tarde la dedicamos a visitar el Barrio de Belém donde brilla con luz propia el Monasterio de los Jerónimos de Santa María de Belém fundado en 1501, diseñado en estilo manuelino por el arquitecto Juan de Castillo, por encargo del rey Manuel I de Portugal para conmemorar el afortunado regreso de la India de Vasco de Gama. 

Una característica que nos llamó la atención ha sido el pavimento realizado por los tradicionales "Calceteiros", en vías de extinción ya que no quedan más de 12 en Lisboa. Colocan piedras irregulares sobre el acerado originando una especie de marca "Portugal". En otoño e invierno puede ser peligroso al resbalar. Algunas compañeras lo comprobaron incluso en julio.


Se cuenta que Vasco de Gama y sus hombres pasaron la noche anterior rezando antes de partir a la India en dicho enclave que fuera la Erida do Restelo, en la playa del mismo nombre. Dicho edificio se financió gracias al 5% de los impuestos obtenidos de las especias orientales, a excepción de los de la pimienta, la canela y el clavo, cuyas retas iban destinadas a la Corona.

Desde el Monasterio de los Jerónimos de Santa María de Belém, nuestra retina capta la Torre de Belém y el Monumento al Descubrimiento en el estuario donde el río Tajo regala sus aguas al Océano Atlántico. 


Antes de llegar a la Torre de Belén nos sorprende una réplica del hidroavión “Fairey” que conmemora el histórico vuelo de la Primera Travesía del Atlántico Sur, entre Lisboa y Río de Janeiro -entre el 30 de marzo y 17 de junio de 1922-. Este vuelo fue organizado para celebrar la independencia de Brasil el 30 de marzo de 1922.

La Primera Travesía del Atlántico Sur que unió Lisboa y Río de Janeiro fue realizada por los aviadores portugueses “Carlos Viegas Gago Coutinho y Artur de Sacadura Freire Cabral. 

La travesía se iniciará en el rio Tajo “Tejo” frente a la Torre de Belém, sobre las 4,30 p.m. del 30 de marzo de 1922 “79 días con 8.383 km”, en un avión monomotor Fairey IIID Mk II especialmente diseñado para este viaje, equipado con un motor Rolls-Royce y bautizado con el nombre de Lusitania. Sacadura Cabral actuaba de piloto y Gago Coutinho de navegante, éste último había creado un sextante al que había adaptado un horizonte artificial. Aunque el vuelo se convirtió en una auténtica odisea, este invento revolucionó la navegación aérea de la época.

El vuelo de Sacadura Cabral y Gago Coutinho, a través del Atlántico Sur, demostró que con la ayuda de un sextante de precisión la navegación aérea puede llevarse a cabo con seguridad, aunque también probó que los hidroaviones de 1922 no eran lo suficientemente fiables para emprender tan magnas aventuras. 

En 1927, Lindbergh, cruzó el Atlántico Norte, de Nueva York a París, en un vuelo excepcional, equipado con brújulas, cronómetros y derivómetros, pero sin hacer uso de la navegación astronómica. Su vuelo fue aclamado y se considera uno de los más grandes de la historia de la aviación, pero pudo completarlo gracias a la suerte. Lindbergh llegó a Europa, pero decenas de pilotos desaparecieron cuando intentaron cruzar los océanos, antes de que la navegación astronómica inventada por Coutinho se convirtiese en el estándar de los navegantes aéreos de los años 1930.



La Torre de Belém constituye uno de los ejemplos más representativos de la arquitectura manuelina caracterizada por la mezcla de motivos arquitectónicos y decorativos del Gótico tardío y del Renacimiento. Es obra de Francisco de Arruda y Diogo de Boitaca en 1516-1542, bajo el reinado de Manuel I de Portugal.

Cuando dejó de servir como defensa del estuario del río Tajo, se utilizó como prisión, como faro y como centro de recaudación de impuestos. Es uno de los monumentos más representativos de Lisboa siendo declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1983.

La Torre de Belém esculpida en piedra formaba parte del sistema defensivo junto con el baluarte de Cascais, el fuerte de San Sebastián en Caparica.

El “Padráo dos Descubrimientos” en la margen izquierda del río Tajo “Tejo”, conmemora el V Centenario de la muerte de Enrique el Navegante, que aunque apoyó la navegación, nunca navegó. En esta obra de 52 metros de altura están representados todos los que participaron en la “Era de los Descubrimientos”. Esta obra ha sido realizada por el arquitecto José Ángello Cottinelli Telmo (1897-1948) y el escultor Leopoldo de Almeida (1898-1975). 

El monumento tiene forma de una proa de barco donde destaca al frente Enrique el Navegante con una carabela en sus manos. Acompañando a Enrique el Navegante se pueden observar 33 personas entre navegantes, cartógrafos, reyes, frailes y misioneros, matemáticos o pintores, destacando nombres tan ilustres como el poeta Luis de Camoens, Vasco de Gama, Pedro Álvarez Cabral “descubridor del Brasil”, Fernando de Magallanes, Bartolomé Díaz “descubridor del Cabo de Buena Esperanza”...

Al norte del monumento se encuentra situada en el suelo una “Rosa de los Vientos” de 50 metros de diámetros, que fuera regalo de Sudáfrica en 1960.


Se muestra las rutas de los descubridores en los siglos XV y XVI. Los descubrimientos portugueses mostrados allí, son los siguientes (agrupados por orden cronológico): 

1427 Azores, 1434 Cabo Bojador, 1444 Cabo Verde, 1460 Guinea, 1471 Mina, 1475 Santo Tomé y Príncipe, 1483 Congo, 1483 Angola, 1488 Cabo de Buena Esperanza, 1497 Natal, 1498 Quelimane, 1498 Calicut (India), 1500 Madagascar, 1500 Terranova, 1500 Porto Seguro (Brasil), 1502 Cananea, 1505 Ceilán, 1507 Ormuz, 1509 Damao, 1509 Malaca, 1511 Pegu, 1512 Molucas, 1512 Timor, 1514 Río de la Plata, 1514 Río Perla (China), 1516 Río Ganges y 1525 Palau.

Concluye nuestra primera e intensa jornada en el Hotel Tryp Lisboa Caparica esperando nuestra próxima visita a Sintra, al día siguiente, donde nos espera el “Castillo dos Mouros”, una verdadera atalaya en el al-Gharb andalusí que controlaba la costa atlántica y los territorios del norte como puesto avanzado en la antigua al-Lixbûnâ "Lisboa".

Según la mitología, los griegos conocían Lisboa como Olissipo, nombre que pensaban que derivaba de Ulises, que para los griegos era Odiseo, debido a que esta fue la ciudad que, según la mitología, fue fundada por Ulises en la península ibérica tras huir de Troya. 


II
“Ay, María la portuguesa, desde Ayamonte hasta Faro, se oye este fado por las tabernas”… “Que la canta María, al querer de un andaluz. María es la alegría, y es la agonía que tiene el sur”…

Carlos Cano

La mañana del 4 de julio comenzaba nuestra visita al centro de Lisboa. Nuestro bus entró por la plaza del Marqués de Pombal, que preside el centro de la Lisboa moderna, donde se le erige un enorme monumento al que fuera gobernador de Lisboa entre 1750 y 1777, junto con un león, el símbolo clásico del poder. Por tal motivo, en ese punto se encuentran ubicadas las sedes corporativas de las empresas más importantes, grandes bancos y hoteles.

Desde esa importante zona comercial transitamos hacia la Baixa Pombalina, al ser el marqués de Pombal quien reconstruyera la zona más representativa de la Lisboa moderna tras el terremoto-maremoto que asoló Lisboa en el siglo XVIII.

Desde la Baixa pombalina se comienzan a observar los tradicionales tranvías de color amarillo que transitan desde el centro comercial al barrio de la Alfama “al-hamma” de clara influencia andalusí.

Al igual que el flamenco "fellah mengu" lo ubicaba históricamengte Blas Infante en tiempo de los moriscos, también la literatura popular lo remonta a tiempos de los andalusíes, cuando vivían en la colina del castillo de San Jorge de Lisboa argumentando que el fado tiene parecido con la música popular del norte de África en sus prolongados quejidos y en el tratamiento de lo cotidiano. 

Otros sin embargo, ubican el fado en el siglo XIX cuando el alma del pueblo estuvo dominado por la melancolía de los que partían en los barcos y de los que esperaban su regreso y el eco del fado se escuchaba en las viejas tabernas de la Alfama.




Para entender de alguna manera el sentimiento de la ciudad nos dirigimos al barrio de la Alfama, donde el fado tanto alegre como melancólico, está cargado de nostalgia. Una música tradicional portuguesa que expresa momentos amargos de la vida y que producen cierta melancolía. 

Nuestra cicerón Carolina nos manifestó en el barrio de la Alfama que aunque en nuestra retina del recuerdo la tuviéramos impregnada por el famoso fado “María la Portuguesa” de nuestro inolvidable Carlos Cano, quien ha sido verdaderamente una diva del fado en Portugal fue Amália da Piedade Rebordão Rodrigues, más conocida como Amália Rodrigues (1920-1999).



Se aprecia en Oporto la influencia británica al observar las típicas cabinas de teléfono y los buzones de correos de color rojo. También es típico los tendederos de ropa en las fachadas de las casas del barrio de Alfama que simboliza que alguien está esperando al marinero en su hogar.

La verdadera historia de "María la portuguesa"

El periodista David López Frías estuvo detrás de esta historia. Ni se llamaba María, ni era portuguesa. David descubre la identidad de la mujer que inspiró la mítica canción de Carlos Cano en su 30 aniversario. “María la portuguesa” se llamaba en realidad Aurora Murta Gonzaga y nació en Ayamonte (Huelva) el 23 de agosto de 1923. Aún hoy, Aurora es un símbolo en ese municipio. Fue una mujer adelantada a su tiempo. Entre sus conquistas se contaban jueces, capitanes de barco, políticos o toreros. 

Curiosamente, el nombre con el que fue bautizada al nacer sí que fue María, María de los Ángeles, “la portuguesa” le vino porque su padre era portugués. Bella, escultural, exiliada y luchadora, su fuerte personalidad, su sentido del humor, su carisma desbordante, su humanidad y su apasionamiento por los hombres la situaron en la primera fila de la popularidad en tiempos tan difíciles como los que le tocaron vivir.



En lo alto de una colina y en la zona de más difícil acceso se encuentra el Castillo de San Jorge, una sólida fortificación de la época islámica, construida a mediados del siglo XI cuya función era albergar la guarnición militar.

Al bajar desde el castillo de San Jorge a la altura de la Catedral de Lisboa “Santa Maria Maior de Lisboa o Sé de Lisboa” nos sorprenden los tranvías tradicionales de madera y de color amarillo, eléctricos y de manejo manual.

La Catedral de Lisboa es la iglesia más antigua de la ciudad. Su inicio comienza en el año de la toma de Lisboa en 1147 por orden de D. Afonso Enriques hasta el siglo XIII teniendo diversos estilos arquitectónicos “románico y progótico” y habiendo sobrevivido a varios terremotos.

Después de una intensa mañana cultural, dejamos Lisboa por el mismo sitio que entramos dejando atrás la Plaza del Marques de Pombal y el Acueducto de Aguas Libres de 19 km. en su camino principal y que en tiempos pretéritos suinistrara el agua desde Sintra a Lisboa.


III

Al Gharb incluía cinco importantes territorios: Coímbra, el Estuario del Tajo, el Alto Alentejo, el Baixo Alentejo y el Algarve además de Extremadura y las coras de HUelva y Niebla, destacando ciudades como Lisboa “al-Lixbuna”, Santarém, Silves, Mértola, Faro, Mérida y Badajoz.


El Castillo de Sintra o "Castelo dos Mouros" se encuentra en la cima sobre un macizo rocoso, en la villa de Sintra. Desde sus sólidas murallas se disfruta de una bella panorámica que estimula la retina de cualquier viajero al ser visible desde Lisboa hasta el Océano Atlántico.

Nos dice la toponímia del lugar que su etimología proviene de un templo erigido en el 308 a.C. dedicado a la Luna y que los celtas denominaran “Cynthia” arabizado posteriormente a partir del siglo VIII por los andalusíes bajo el nombre de “as-Shantara”. 

Entre el siglo VIII y IX tiene su origen la fortificación geoestratégica con la única finalidad de controlar las vías terrestres que unían Sintra con Cascais y la antigua Lixbuna “Lisboa”.

Sintra formó parte del Reino de Taifa de Badajoz. Ante la amenaza de las tropas de Yusuf ibn Tasufin, el gobernante de la taifa de Badajoz, entregará en alianza Sintra, Santarém y Lisboa en 1093, al rey Alfonso VI de León y Castilla que le fue imposible de mantener al tener que defender sus propios territorios. El destino de Sintra junto con Lisboa pasará al dominio almorávide a partir de 1094 aunque será conquistada por las tropas de Alfonso VI, volviendo a manos musulmanas en 1095, hasta caer definitivamente bajo las tropas de Alfonso Henriques en 1147 otorgando un fuero a Sintra para su repoblación y defensa. 

Un Isocarro nos acercó a la cima de la montaña para visitar el Castillo de los Moros, una verdadera atalaya de control de la costa atlántica y de los territorios del norte, desempeñando funciones de puesto avanzado de la antigua Lixbuna “Lisboa”.

Lo primero que nos sorprende desde el Patio de Armas es una bandera verdiblanca con grafía árabe diseñada para simbolizar el origen del castillo. Se encuentra ubicada sobre la Puerta de la Traición, una pequeña puerta de acceso al exterior, en caso de fuga, así como permitir el acceso del enemigo desde el exterior. De ahí su nombre.

Desde la Puerta de la Traición , a través de los adarves, nos dirigimos a visitar la alcazaba con sus diversas torres. Destacan los silos o estructuras excavadas en las rocas para almacenamiento de cereales y leguminosas. Esta técnica de conservación de los alimentos está descrito en varios y tratados árabes de agricultura. Las cisternas de agua potable se construían sobre los bloques de granito. No existe constancia de que algua vez se secara el agua e esta fortaleza. 

Un segundo cinturón de murallas incrementaba la zona fortificada para proteger los arrabales “al-rabbad o barrio” y a la población que se había instalado en la vertiente. 

Una vista panorámica sobre Sintra nos ofrece unas vistas privilegiadas sobre la costa atlántica, las vegas y la sierra de Sintra, donde el Castillo de los Moros ocupa una posición estratégica en la defensa del territorio local y de los accesos marítimos a la ciudad de Lisboa. 

Desde la cumbre se observa el Palacio de la Pena, el Cabo da Roca, el Palacio de Moserrate, Palacio de Soteais, el Palacio Nacional de Sintra, Finca de la Regaleira…


IV

Al llegar a Oporto nuestra retina capta al instante la enorme obra de ingeniería del Puente Luis I “Ponte Luiz I” que fuera proyectado por el ingeniero Teófilo Seyrig, Su característica más destacable será el hecho de tener dos pasos horizontales: uno superior por el que cruza el Metro de Oporto en doble sentido, y el inferior por donde circula al tráfico rodado.

Llegamos al centro histórico de Oporto donde brilla con luz propia la Catedral. Junto a ésta, emerge una enorme estatua de Vimara Perez creada por el escultor Salvador Barata Feyo en 1968. Este personaje histórico fue caudillo del reino de Asturias en la segunda mitad del siglo IX en el noroeste de la península ibérica y fue el primer gobernador del Condado Portucalense. 


Vimara Pérez fue el responsable de expulsar a los vikingos cuando invadieron Galicia en 858 ejerciendo su influencia en las tierras del sur del Miño, extendiendo el reino de Asturias hasta el Valle del Duero, reconquistando y repoblando la ciudad de Oporto (Portu Cale). También fue el fundador de un pequeño burgo en las proximidades de Braga “Vimaranis (derivado de su propio nombre), convirtiéndose con el paso del tiempo en el término Gimaráes “la cuna de Portugal”.

El inicio de la construcción de la Catedral de Oporto data de la primera mitad del siglo XII, prolongándose hasta principios del siglo XIII. Es de estilo románico, sufriendo muchas modificaciones a lo largo de los siglos. De la época románica datan el carácter general de la fachada con las torres y el bello rosetón, además del cuerpo de la iglesia de tres naves cubierto con bóveda de cañón. La bóveda de la nave central está sostenida por arbotantes, siendo la Catedral de Oporto uno de los primeros edificios portugueses en que se utilizó ese elemento arquitectónico. 

La parte exterior de la plaza está presidida por una enorme columna salomónica con una cruz de piedra (pelourinho) que era el lugar donde se exponían los reos para escarnio público, aunque ésta es una réplica de la original, de 1940.

Llegamos a la antigua cárcel de Oporto fechada en 1796 realizada por el arquitecto Eugénio dos Santos. En la actualidad se encuentra el Museo de Fotografía de Oporto. Muy cerca se encuentra la “Torre de los Clérigos”, uno de los principales iconos de Oporto en el casco antiguo de la ciudad. La torre está realizada en granito y tiene una altura de 75 metros con 240 peldaños.


Cercana a la Torre de los Clérigos se encuentra en el número 144 la Rúa de las Carmelitas la mítica Librería Tello e Irmão, considerada entre las librerías más bellas del mundo. Esta librería denominada "de Harry Potter" en Oporto se ha hecho famosa porque la autora de la serie de novelas J.K. Rowlin, Joanne Rowling creadora de la aclamada serie de libros Harry Potter, vivió una temporada en Oporto como profesora de inglés. 


Foto. Carolina

Foto. Carolina

La historia de esta librería comienza en 1869, cuando se llamaba “Ernesto Chardron”, como su dueño y fundador. Al morir cambió de manos y nombre, ya que fue rebautizada “Lugan & Genelioux Sucessores”. Posteriormente, en 1881 la compró José Pinto Sousa Lello junto a su hermano (Irmão quiere decir hermano en portugués). La obra del arquitecto Esteves la transformó y la convirtió en el lugar preferido de literarios y personajes de la cultura local de principios del siglo pasado.

Si bien Lello e Irmão no ha aparecido en las películas de Harry Potter, se sabe que su escritora, J.K. Rowling la usó de inspiración para sus libros. Y es que Rowling pasó una temporada dando clases de inglés en la ciudad y quedó impresionada con esta librería.

En la Plaza de la Libertad, la más importante de Oporto que comunica el antiguo Oporto con el moderno -a escasa distancia de la Torre de los Clérigos y la Estación de San Bento-, destaca la estatua ecuestre del rey Pedro IV, realizada en bronce en 1862, donde el monarca muestra la Carta Constitucional al pueblo.

En Oporto resaltan edificios públicos y religiosos donde destacan sus fachadas con bella azulejería -cuyo término proviene del árabe azzuláyg- de color azul. Una visita obligada será a la “Estação Ferroviária de Porto-São Bento”, especialmente conocida por sus paneles de azulejos.

Un edificio de influencia francesa y considerado una de las más importantes obras artísticas de comienzos del siglo xx, obra del arquitecto José Marques da Silva. Su atrio está revestido con 20.000 azulejos que narran episodios históricos (551 metros cuadrados) con representaciones históricas del Norte del País del pintor Jorge Colaçao instalados entre 1905 y 1906.

En la parte alta de la ciudad se ubicaba la nobleza y el clero mientras que en la parte cercana al río estaba ocupada por los comerciantes y artesanos con sus diferentes gremios. 


No cabe duda de que la Estación de Tren de São Bento pueda ser considerada una de las más bellas estaciones de tren del mundo. 

Desde la Estación de San Bento nos dirigimos hacia el río Duero "Douro" para observar el impresionante puente de hierro de Luís I. En su ribera nos encontramos una tuna universitaria cuyas composiciones hacían las delicias de los transeúntes. 

En la margen del río se pueden observar unos barcos denominados “rabelos”, embarcación portuguesa construida al estilo nórdico que posee un mástil y un timón de grandes porporciones, tablones superpuestos -a diferencia del estilo mediterráneo-, típica del río Duero que tradicionalmente transportaba las barricas de vino desde el Alto Duero donde se encontraban las viñas hasta Oporto, donde se almacenaba, para ser posteriormente comercializado. 

Cuando era necesario, los barcos eran remolcados desde los caminos de sirga “cuerdas” por un equipo de tiradores o yuntas de bueyes que pudieran arrastrar el barco durante los vientos desfavorables hasta la ribera del río. Actualmente, la función de las sirgas es realizada por los remolcadores.

La diferencia fundamental del vino de Oporto con el resto de los vinos, es el aguardiente que le añaden para interrumpir la fermentación. De esta forma se conserva la dulzura original de las uvas conservando un alto nivel de alcohol.

La idea de añadirle aguardiente al vino surge en el siglo XVII, cuando los comerciantes ingleses se interesan por comprar vinos portugueses; estos vinos no soportaban los largos viajes en los barcos en los que los transportaban, así que empezaron a fortalecerlo con aguardiente para evitar su deterioro.


De nuevo la intensa jornada cultural y gastronómica llega a su epílogo. Nos espera el hotel para recuperar fuerzas y proseguir una nueva ruta al día siguiente. Nos espera aún la antigua ciudad de Guimaráes con su antiguo castillo, Braga con el “Bom Jesús do Monte” y Aveiro donde nos espera “La Venecia del Norte” con sus réplicas de barcos vikingos denominados “moliceiros” en cuyos canales se adentran en la ciudad de Aveiro, pero eso formará parte de otra interesante historia, que compartiré con los amigos en el blog de mis culpas…