sábado, 24 de junio de 2017

La Exposición "EL ADN DE LA MEMORIA"



"Había que sacar el dolor de la mesa camilla, de las velas de recuerdo, había que elaborar el dolor y sacarlo a la calle, transformado en lucha. Había que contarlo".


Breve introducción

No hace mucho tiempo, asistí a una didáctica conferencia sobre la Memoria Histórica y escuché a un vecino de Morón octogenario -ya fallecido- manifestar con amargura:

"Que a su padre lo fusilaron en Morón durante la Guerra Civil de 1936, siendo trasladado a una fosa común existente en cementerio de la vecina localidad de la Puebla de Cazalla donde se conoce perfectamente su ubicación. Se preguntaba emocionado el motivo que le impedía enterrar dignamente a su padre en un denominado "Estado de Derecho" y hasta ahora las “circunstancias” se lo habían impedido. Tan sólo pretendía enterrar en paz a su ser querido y así poder cerrar un círculo personal y hasta eso se le negaba"...

Es evidente que la Guerra Civil  continúa polarizando sentimientos. Un conflicto fratricida entre españoles que acompañado de su posterior represión ha sido uno de los episodios más traumáticos de la Historia de España. Pasados más de 81 años de aquella tragedia entre españoles sigue pesando como una gran loza en la Memoria Colectiva, proyectándose hasta nuestros días.

La Memoria Histórica no trata de recuperar ningún sentimiento ni de reabrir viejas heridas como pueda pensar esa parte de la España, rancia, cutre y deprimente sino de recuperar la Memoria que dote de dignidad a todas y cada una de las víctimas inocentes que cayeron en el más absoluto de los olvidos y que padecieron persecución, represalias, exilio o asesinatos en las tapias del cementerio, cunetas o paladas de cal viva permaneciendo en primer lugar, en la retina del recuerdo de sus seres queridos y posteriormente, en la Memoria Colectiva de los pueblos. 

Ahora, son los hijos de sus hijos -ya sin miedo- los que se atreven a exigir con toda la fuerza de la razón una reparación que rescate la "Memoria" con mayúsculas de la amnesia colectiva que nos inculcaron los centinelas del miedo y así poder cerrar dignamente un capítulo fundamental en la historia reciente de nuestro país para que de esta manera, el proceso de cicatrización de aquéllas heridas mal suturadas sea definitivo.

Sólo así, se podrá afrontar con ilusión los sueños de futuro por parte de las nuevas generaciones para que nunca más a ningún "españolito que venga al mundo, ninguna de las dos Españas les vuelva a helar el corazón", como manifestara nuestro gran poeta, don Antonio Machado.

Alguien dijo una vez con acierto que un pueblo que no conoce su historia, está condenado a repetirla. En Andalucía, pasados 81 años de la Guerra Civil española, aún existen 641 fosas comunes, lo cual contribuye a que España siga encabezando esa desafortunada, y trágica clasificación. 

Ha tenido que ser la justicia argentina la que investigue la causa sobre las víctimas del franquismo durante la Guerra Civil española y posterior represión, porque la justicia española en este aspecto, ni está ni se le espera. En ese contexto, uno de los magistrados españoles con mayor prestigio, respetado y valorado del mundo, Baltasar Garzón abre una investigación sobre la Memoria Histórica y se declara competente para investigar los crímenes del franquismo con el objetivo de intentar dar respuestas a las víctimas. Pero las ascuas de las dos Españas de don Antonio Machado que creíamos apagadas, comienzan a echar humo en un incendio que entendíamos ya extinguido pero, nada más lejos de la realidad. 

El juez Garzón posiblemente sin pretenderlo, se ha convertido en la "Voz de la Memoria" porque ha sido el único juez español que ha intentado esclarecer los crímenes contra la Humanidad durante la Dictadura y su posterior represión. Pero ha sido cuestionado por una parte de la genética española anclada en tiempos pretéritos y con cierta nostalgia del régimen anterior, lo que demuestra nuestra gran inmadurez como país al no ser todavía capaz de afrontar nuestras asignaturas pendientes. Posiblemente porque la Ley de Amnistía de 1977 silenciaba el pasado para garantizar una Transición hacia la Democracia "sin traumatismos" impidiendo investigar tales hechos.

Decía Rafael Alberti en su “In Memoriam” que la actual Democracia le debe mucho al dolor de esas heridas. Es obvio que el juicio al magistrado Garzón impedirá a otros jueces seguir el camino iniciado por éste, aunque se tenga que pedir amparo al Tribunal Constitucional, al Tribunal de Estrasburgo o la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, lo que volvería a situarnos de nuevo en el punto de mira internacional al carecer de la madurez suficiente para afrontar definitivamente las páginas de nuestra historia. Lo contrario sería un insulto a la propia historia, al Estado de Derecho y a la razón.

Aunque existe una Ley sobre la Memoria Histórica, es necesario dotarla de los recursos suficientes de tal manera que los descendientes de las víctimas de la Guerra Civil puedan "revertir" el dolor sufrido mediante la Verdad, Justicia y Reparación que permita recuperar la Memoria, para de este modo cerrar su duelo con dignidad. 

Es necesario que la Administración dote de todos los medios necesarios para que el proceso de estas exhumaciones siga su curso aunque gracias a los arqueólogos y antropólogos desinteresados se siguen buscando los restos de los familiares para darle una sepultura digna.



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La pasada tarde del 21 de junio, a las 20 horas, tuvo lugar en el Espacio Cultural Santa Clara de Morón la inauguración y posterior visita guiada a la exposición “ADN de la Memoria”, organizada por la Asociación por los derechos de las víctimas del franquismo “Nuestra Memoria”. 


La Mesa sobre el "ADN de la Memoria" estuvo presidida por Alejandro Romero, representante de la Asociación de afectados de Morón y La Puebla de Cazalla, Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica "Romance de Juan García", Gracia Maqueda, secretaria de la Asociación "Nuestra Memoria", el escritor e investigador local, Miguel Guardado, autor del libro "Morón, Consumatum Est", y Cristóbal Guerrero.

Alejandro Romero hizo referencia a José Saramago sobre que “la historia hay que estudiarla de hoy hacia atrás” para responder a la pregunta de “a cuanto de qué levantar viejas heridas, puesto que no están cerradas”. “Un pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla. Eso es lo que por todos los medios habría que evitar”.

Por su parte, Gracia Maqueda y Cristóbal Guerrero leyeron algunos testimonios de sus seres queridos fusilados.

Por último, Miguel Guardado reconoció que “los testimonios leídos me han recordado un poco los muchos que escuché en su momento cuando estaba haciendo la investigación para el libro. Fueron más de 300. En muchísimos de ellos estaba oyendo esa voz de estas personas que habían estado silenciada durante décadas y que por fin encontraban la oportunidad de aflorar esos recuerdos trágicos”.

En este sentido, aseguró que esas personas “hablaban en principio desde el agradecimiento por ponerle voz, pero nunca desde el rencor. Simple y llanamente pedían reconocimiento. Pedían ese lema de verdad, justicia y reparación”. Sin embargo, “mientras los archivos de la Guardia Civil y de Falange con respecto a Morón no estén disponibles no se podrá saber el alcance de la represión aquí, pero con todo han salido los nombres de 451 personas como mínimo que sufrieron la represión y que pagaron con su vida el haber hecho uso de una libertad que por aquel entonces la sociedad se la permitía y la ley también”.


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Al entrar en la sala de la exposición, nuestra retina se detuvo un instante para leer un panel ilustrativo con el título:

La Exposición “EL ADN DE LA MEMORIA”. Fosas del franquismo: semillas de la memoria.

La Asociación por los Derechos Humanos de las víctimas del franquismo “Nuestra Memoria”, es una asociación sin ánimo de lucro que se creó con fines, entre otros de:

1. Apoyar a todas las víctimas del franquismo en la reivindicación y consecución de sus derechos de Memoria, Verdad, Justicia y Reparación.

2. Impulsar el estudio y la difusión de los conocimientos sobre las víctimas del franquismo.

3. Promover, estimular y apoyar cuantas acciones culturales, en los términos más amplios, tengan relación con la misión y actividad.

La Asociación, con motivo del 80º aniversario del Golpe Militar el 18 de julio de 1936, ha organizado esta exposición consistente en fotografías de personas desaparecidas tras el golpe de estado de 36 y cuyos cuerpos están en fosas comunes, y de los familiares de estas personas que a día de hoy forman parte del movimiento de Memoria Histórica. 

El objetivo de esta exposición, de carácter itinerante, es visibilizar la lucha contra el OLVIDO y el constante trabajo que desde las asociaciones memorialistas realizamos, en pos de la VERDAD, LA JUSTICIA Y LA REPARACIÓN que aún hoy se les debe a las víctimas del franquismo. Con la exposición de estas fotografías generacionales, queremos transmitir un mensaje: los familiares hemos recogido el testigo de los nuestros, para que sus historias no caigan en el olvido.


La fotografía, la imagen, ha tenido una importancia vital en todo lo relacionado con la Recuperación de la Memoria Histórica y el movimiento memorialista desde su nacimiento “oficial” en el año 2000. La visualización de los huesos de los “nuestros” en los procesos exhumatorios de las fosas comunes, junto a los propios rostros de esas víctimas que por primera vez salían del interior de nuestras casas han roto, de hecho, los silencios de miles de ciudadanas y ciudadanos, más allá del ámbito familiar y local.

La exposición consta de un total de 39 fotografías de 70x50 cm. sobre soporte de cartón pluma. Así mismo, esta serie de fotografías se acompañan de un video con testimonios de los familiares. Este proyecto ha sido posible gracias al trabajo desinteresado de más de 30 profesionales de la fotografía y de medios audiovisuales de Sevilla y provincia.

Antes de finalizar el acto con un vídeo sobre los testimonios de algunos familiares, Gracie Maqueda leyó un texto que comparto no dejando indiferente a ningún asistente a tan emotivo acto.



VALORACION DE LA EXPOSICION

Las reivindicaciones de los colectivos memorialistas son a día de hoy sobradamente conocidas por la sociedad española. Hemos logrado romper el silencio familiar y llevar a las calles, a las plazas, nuestras peticiones. A pesar de las mentiras que hemos oído sobre el movimiento memorialista (nos acordamos de sacar a nuestro padre de la fosa cuando hay dinero, queremos levantar viejos odios y rencillas pasadas, pretendemos ganar la guerra civil después de haberla perdido), de la ausencia de políticas públicas de Memoria Histórica en las instituciones (aunque se está avanzando algo en determinadas comunidades autónomas), del incumplimiento sistemático de la Ley de Memoria Histórica por parte de los sucesivos gobiernos y administraciones, de las agresiones sufridas, de los insultos soportados, de la negación del pan y del agua, a pesar de todo, seguimos adelante. En el año 2015, la asociación “Nuestra Memoria” se planteó la posibilidad de conmemorar los 80 años del inicio de la guerra civil en el estado español. 

Pretendíamos unir dos ideas fundamentales: denunciar el estado de impunidad en el que se encuentras las víctimas de desapariciones forzadas después de transcurridos esos 80 años y proclamar públicamente que los familiares no las olvidamos. Nuestro compromiso con la memoria de nuestros familiares y conciudadanos es un ejercicio de amor hacia ellos, las víctimas, y un deber con la sociedad civil. Y se nos ocurrió realizar una foto donde la vieja fotografía de la persona desaparecida, (amorosamente guardada por la familia) estuviera sostenida por los descendientes del desaparecido. Con una premisa: estos familiares debían militar en las filas del movimiento memorialista. Y se nos ocurrió hacer esa foto a 38 familias. Y se nos ocurrió ofrecer a un colectivo de fotógrafos este proyecto, para que colaboraran de forma altruista con él. Y el fruto de esta idea ha cuajado en la exposición “El ADN de la Memoria: fosas del franquismo semillas de memoria”, exposición que va y viene de un lugar a otro. 


Desde la inauguración en abril de 2016, hasta hoy, son numerosos los colectivos, asociaciones de memoria histórica, ayuntamientos, etc. que han solicitado a nuestra asociación que la exposición acompañe jornadas y encuentros de memoria histórica. A día de hoy, contamos con una larga lista de peticiones. Nos sentimos orgullosos de este trabajo. Muy orgullosos. Hemos sabido plasmar el sufrimiento por la desaparición de un ser querido y también la dignidad de la lucha por su memoria, encarnado en los familiares que posan en las fotos. Aquellos que hemos tomado el relevo. En algunas aparecen, a pesar de la avanzada edad de muchos, los hijos de las personas que un día desaparecieron de sus hogares y que después de 80 años, aun no se sabe qué pasó con ellos. Los arropan en el dolor y el orgullo, los nietos, los bisnietos y en algunas fotos, los tataranietos. Unos sonríen al fotógrafo; otros lloran de emoción. Muchos se abrazan alrededor de la foto de su familiar. En algunas no aparece la foto del desaparecido, porque ni ese recuerdo le queda a la familia. En otras aparecen 17 personas de una misma familia, en bloque, unidos en el reclamo de la figura familiar. Muchas han sido tomadas en el lugar donde fueron asesinados las personas desaparecidas o donde se suponen reposan sus restos: fosas comunes, paredones, campos, parques, lugares de memoria que no debemos olvidar. 


Nuestro corazón siente un especial agradecimiento al colectivo de fotógrafos que de forma desinteresada han colaborado en este proyecto, así como al documentalista que ha elaborado el vídeo. Para algunos de nosotros forma parte ya de nuestra familia. Porque para realizar la fotografía ha sido necesario que bucearan en nuestras historias, en nuestras vidas. Alrededor de una mesa, les hemos contado nuestros recuerdos, les hemos enseñado la foto familiar, les hemos presentado a nuestros padres y madres, abuelos y abuelas, a nuestros hijos. Han escuchado con respeto el porqué de nuestro dolor y el sentido de nuestra lucha. Y con esos trozos de nuestras vidas en sus retinas, emocionados, han sabido captar lo más profundo de nosotros. Han sabido plasmar en una foto de 50 por 70 el amor, el orgullo, la dignidad, el dolor, el desafío, la fuerza, la ternura, la constancia y como no, la alegría de cada una de las 38 familias. 

La alegría de seguir vivos, juntos, rodeados del recuerdo de nuestros familiares y conciudadanos y dispuestos a seguir batallando. Porque estamos convencidos de que esta batalla, la de la MEMORIA y la DIGNIDAD, la ganaremos. 

Salú!




Algunos relatos leídos:


Relato 1

Mi nombre es Ramona Navarro Ibáñez. Tengo 24 años. Nací en Zufre pero el destino me condujo hacia Guillena donde formé una familia junto a mi marido y mis dos hijas. En mi familia somos de izquierdas. Algunos activos en política, mi esposo uno de ellos. En noviembre de 1937, fui asesinada y vejada junto a otras vecinas de mi pueblo. ¿Motivo? ¿A caso existe motivo alguno Antes de matarme en Gerena, me mandaron a mi pueblo, Zufre, pero me volví. Tenía que volver con mi familia. Volví a Guillena y encontré la cárcel y la muerte lo mismo que le ocurrió a otras rosas en Zufre y de otros pueblos de la comarca en esos días. Las mismas órdenes, los mismos asesinos. ¡Maldita guerra! ¡Malditos asesinos!

Dicen que Franco fue el culpable, Queipo de Llano, General Carranza, los falangistas de mi pueblo, los asesinos de mi pueblo. Y yo digo que todos fueron culpables, apretaran gatillo o no, en estos días, hasta con las palabras o un gesto condenaban, mataban.

Ay Antonia, hija mía. Con 4 añitos te dejaré huérfana de madre. Corta edad para comenzar una vida de sufrimientos. Carmen, mi pequeña. Tu vida será corta. Tan corta que dejarás a tu hermana Antonia aún más sola. No tendrá su compañera de juego porque con 3 años dejarás el mundo de los vivos y una España en guerra donde las enfermedades y el hambre matarán a miles de niños.

Y a ti, ¡qué decirte! Te llamaré Libertad. Esa que tanta falta nos hizo.

No podré verte tu carita, besarte, abrazarte. Contigo en mis entrañas, no me dejarán ser madre de nuevo y ver hecho realidad mi sueño, ver a mis tres hijas jugar en el Prado San Sebastián. Porque en estos tiempos no existe razón, ni libertad. Sólo miedo, muerte, hambre y guerra. ¡Maldita guerra! ¡Malditos asesinos!

Mi biznieta me encontró en 2012. Mis huesos estuvieron bajo tierra 75 años. Ahora descanso en paz en el Cementerio Municipal de Guillena. Le dirán que era una mujer que no me callaba, que me metía en camisa de once varas, que tenía mucho carácter… pero no hay explicación alguna para mi asesinato. Y ella lo sabe. Cómo también sabe que debe seguir en la lucha, con esa buena gente que se ha encontrado en el camino. Tu bisabuelo Gabriel, y el resto de tus familiares asesinados y desaparecidos te darán el empujen y la fuerza para que no ceses en conseguir justicia, dignidad y respeto que merecen todas las víctimas de la dictadura franquista y sus familiares.

Desde aquí seguimos pidiendo VERDAD, JUSTICIA Y REPARACIÓN!

MI FAMILIA ES EL ADN DE LA MEMORIA.

PARA QUE MI NOMBRE NO SE OLVIDE.

PARA QUE NO SE BORRE DE LA HISTORIA.


Relato 2


Mi nombre es Juan Rodríguez Tirado. En Carmona, mi pueblo, soy conocido como “el cubero”. Tengo 62 años. Estoy detenido, junto con un grupo de hombres y mujeres, en “la casilla”, lugar que hace funciones de cárcel del pueblo. Fui detenido días después de que las tropas franquistas tomaran el pueblo, el 24 de Julio de 1936.

Estamos hacinados en un sótano pequeño, al que apenas le llega la luz. Vemos muy poco a nuestros familiares, y casi no tenemos noticias de cuál es nuestra situación y cuál será nuestro destino. Cada noche pasan lista a unos cuantos de nosotros, mujeres, hombres, chicos muy jóvenes, y se los llevan. Nunca vuelven.

Me acusan de haber defendido Carmona ante el avance de las tropas golpistas que venían desde Sevilla. Las mismas tropas que después seguirían sembrando de dolor y muerte otros pueblos cercanos. Por eso van a asesinarme en la madrugada del 22 de Agosto de 1936, en las tapias del cementerio, poco antes de que amanezca. Por eso correré la misma suerte que mis compañeros, a los que nombran cada noche para que jamás vuelvan.

Llega el camión. Aún es madrugada. La hora de la muerte. Mis compañeros, más jóvenes y fuertes que yo, me ayudan a subir a él. Nuestras miradas se cruzan con infinita amargura. Avanzamos por la carretera de Lora del Rio, y pasamos por mi casa, donde duermen mi compañera Dolores y mis hijos de tres y diecisiete años. Cierro los ojos y me despido de ellos. Confío en que mis otros dos hijos, Pascual y Enrique, afiliados a la CNT, que han salido del pueblo con un grupo de hombres para seguir luchando por la República, vean algún dia un país más justo y democrático. Por eso hemos luchado. Por eso hoy me asesinan.

Dentro de unos días le dirán a mi compañera que la casa familiar queda incautada, y que ya no tiene dónde vivir. Esta es la justicia del nuevo régimen, que también le prohibirá vestir de luto por mí.

Siento el frio de la tapia del cementerio en mi espalda. Los soldados cargan las armas. Alguien grita un ¡Viva la república! y el miedo y la incertidumbre se disipan.

Mi familia, después de ochenta años, me busca. Pide VERDAD, JUSTICIA Y REPARACIÓN.

MI FAMILIA ES EL ADN DE LA MEMORIA

PARA QUE MI NOMBRE NO SE OLVIDE 

PARA QUE NO SE BORRE EN LA MEMORIA


Relato 3

Me llamo Cristóbal Guerrero Romero. Soy de un pequeño pueblo de la provincia de Málaga, de Teba, y soy jornalero, como casi todos los vecinos de aquí. Los jornales son de miseria, y no siempre hay faena para todos, según le parezca a los señoritos del pueblo. Por todo ello muchas veces no hay ni para dar de comer a las familias. 

Como en el pueblo la mayoría de nosotros no sabemos ni leer ni escribir, nos hemos afiliado a un sindicato, para que nos digan los jornales que tenemos que cobrar y no nos engañen los señoritos.

Yo todavía soy joven, tengo 20 años. Tengo amistad con una muchacha, hija de Diego el de la Justa un hombre trabajador pero que ha tenido muy mala suerte ya que se enfrentó al propietario de unas tierras y durante una fuerte discusión, Diego lo mató. Cumplió años de prisión hasta que la República lo amnistió.

Cuando las tropas franquistas tomaron Teba, Diego tuvo que huir a la sierra de Ronda porque sabía lo que le esperaba si permanecía en el pueblo.

El párroco del pueblo sentía una cierta simpatía por la lucha de los jornaleros, y sabía cuántos de nosotros estábamos afiliados al sindicato. También conocía mi amistad con la hija de Diego. Cuando entraron los fascistas en el pueblo, las simpatías del Párroco cambiaron de bando. Así que un día vinieron a buscarme, para hacerme unas preguntas, dijeron.

En la madrugada del 23 al 24 de Febrero de 1937 me fusilaron en las tapias del cementerio de mi pueblo. Esa noche asesinaron a 81 hombres y a 3 mujeres, la gran parte de ellos gente que huyó a la sierra y que volvió confiando en la promesa de los franquistas de no hacer daño a nadie que no tuviera las manos manchadas de sangre.

La noche ha sido muy larga. Tan larga y dramática que será conocida para siempre en Teba como “la noche de los 80”…Ha sido terrorífico para nosotros esperar en el cementerio en grupo de 10 a que terminaran de ejecutarnos a todos. Algunos hemos llorado y gritado de impotencia, dolor, rabia e incomprensión. Otros permanecían en un hondo silencio Muchos dejaban hijos e hijas muy pequeños, y otros, como yo, comenzábamos a vivir. Lo único que queríamos todos era unas condiciones laborales más justas y una vida mejor para los nuestros. Ninguno merecíamos la muerte.

MI FAMILIA ES EL ADN DE LA MEMORIA

PARA QUE MI NOMBRE NO SE OLVIDE 

PARA QUE NO SE BORRE EN LA MEMORIA




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viernes, 2 de junio de 2017

Tras las huellas de Boabdil



No ha habido sobrenombre más bien aplicado a Boabdil que el “Zogoibi o el Desdichado”, que le pusieron sus súbditos al comenzar sus infortunios desde la cuna.

Washington Irving “Cuentos de la Alhambra”



Breve introducción


Han sido ocho siglos de civilización andalusí que han marcado la Historia de España desde al-Sharq hasta al-Gharb de Al Ándalus, lo que ha configurado muchos aspectos de nuestra personalidad como pueblo y cultura. 

La derrota de Las Navas de Tolosa en 1212 desembocará en la caída de gran parte de Al Ándalus, a excepción del reino de Granada. Esta descomposición será muy bien utilizada por Fernando III anexionándose territorios hasta conseguir la capitulación de Córdoba en 1236 y Sevilla en 1248. Paralelamente Jaime I de Aragón ocupó Baleares (1229-1235) a excepción de Menorca que pagó tributo hasta un lustro después, y Valencia (1238) llegando a Murcia y Lorca en 1266. En la parte occidental, Portugal, independizado de Castilla y León desde 1139 ocupara en el Algarbe, Tavira en 1238 y Faro en 1249. El avance de Fernando III "el Santo" forzó a los musulmanes a retirarse hacia el sur peninsular. 

Tanta fragmentación irá marcando la agonía del Islam. Tan sólo del desastre se salvará el territorio controlado por Muhammad ibn Yusuf Nasr “Ibn al-Ahmar”, más conocido como Abenamar en los romances cristianos, tributario de Castilla y León que creó un reino en 1238 con capital en Granada abarcando las actuales provincias de Málaga “Takurunna”, Granada “Elvira” y Almería “Bayanna”. 

En medio de este desastre, el fundador de la dinastía nazarí, consiguió salvarse gracias a su habilidad política y diplomática, obteniendo ayuda de los cristianos frente a los rivales musulmanes. Posteriormente, la astucia de Abemanar logrará la ayuda de los musulmanes norteafricanos contra los cristianos.



El estado granadino se extendía desde Tarifa hasta Almería. Es evidente que en la independencia del Reino de Granada intervino su naturaleza montañosa, con picos bastante elevados y fortalezas poderosas, con la proximidad de África para pedir ayuda, no haciéndola fácilmente conquistable.

La supervivencia del reino nazarí como isla musulmana durante más de dos siglos se debió a varias causas: 

  • Su emplazamiento estratégico al ocupar una de las regiones más abrupta de la Península, casi imposible de conquistar por las armas. 
  • Al ser Granada tributaria de Castilla, era más rentable cobrarle un impuesto que asediarla.


Los nazaríes eran hábiles diplomáticos y no dudaron en llamar en su auxilio a los meriníes y bereberes que sustituyeron a los almohades en el norte de África. En 1340 se produce la batalla del Salado donde las tropas castellanas y portuguesas derrotaron a los benimerines (banu Marín) como último pueblo invasor de la península ibérica. A partir de este momento y según sus conveniencias, Granada se alía tanto con Castilla como con Aragón, teniendo importantes intercambios comerciales.

Granada llegó a ser una taifa en 1013 formada por miembros de la tribu bereber banu Zirí que serán depuestos por los almorávides en 1090. Amurallada desde el comienzo del siglo XIV, Granada totalmente islámica no dejó de crecer por causa de la política de repoblación cristiana, que expulsaba a los musulmanes de los territorios anexionados, aumentando considerablemente su población.




Una visita por Granada

La antigua Puerta de Elvira “Bab Elvira” de estilo nazarí perteneciente al siglo XI servía como acceso a la antigua Garnatha (Granada), llegando a ser la puerta principal de la ciudad con funciones militares y control aduanero para todas clases de mercancías. Todas las sedas que entraban por la Puerta de Elvira hacia la Alcaicería, lo hacían por este enclave.

Estrechas callejuelas nos introducen por la Alcaicería, barrio típico musulmán donde se ubicaba el "zoco" o mercado en el cual se fabricaba y vendía la seda. Entre el Zacatin y la Alcaicería se fraguaba la vida comercial en la antigua Granada nazarí.

Entre la angostura de sus calles nos encontramos con el Palacio de la Madraza que conserva un mirhab u oratorio de la primitiva escuela coránica. Muy cerca de la madraza se encontraba la Mezquita Mayor de Granada sobre cuyos cimientos se construyó la obra maestra del Renacimiento español “La Catedral de Granada” donde se encuentra su Capilla Real con los restos mortales de los Reyes Católicos Isabel y Fernando que forjaron en su época la idea de una España unificada y refractaria, consolidada por la Iglesia Católica. 


La Madraza fue la primera universidad de la antigua Granada, fundada por Yusuf I en 1349 con todo el esplendor nazarí de la época. Etimológicamente el término "madrasa", significa escuela o universidad coránica. Por desgracia, su biblioteca sería quemada en 1499 por orden del cardenal Ximénez de Cisneros en la plaza de Bib-Rambla.

Al salir de la Alcaicería nos encontramos el “Corral del Carbón” que pertenecía a la casa real nazarí. Nuestra retina capta un enorme y bello arco de herradura cuya entrada da acceso a un zaguán cubierto con una bóveda de mocárabes. Un patio grande cuadrado está presidido en su parte central por un pilón de piedra del cual brotan dos caños de agua.



Según la tradición popular, el pilón central tiene dos caños que vierten agua de los dos principales ríos de Granada: el Darro y el Genil.

En sus cuatro lados destacan sendas galerías en sus cuatro lados con tres pisos de altura sostenidos por pilares de ladrillo. La antigua alhóndiga sirvió de albergue y almacén a viajeros y mercaderes que realizaban grandes rutas para realizar negocios. Las estancias interiores no tienen más iluminación que su puerta de entrada. Fue mandado a construir por el sultán Muhammad V en el año 1336.

Con la conquista de Granada la alhóndiga comenzó a utilizarse como hospedería y almacén de carboneros utilizándose con posterioridad como corral de comedias.

Al llegar a la Plaza de Isabel la Católica se puede observar con gran realismo el monumento de la reina católica Isabel de Castilla sentada en una silla gótica y delante de ella con un gesto de inclinación aparece Cristóbal Colón mostrando un pergamino con las intenciones de su viaje. Todo el conjunto se asienta sobre una peana de piedra que fuera realizado en 1882 por el insigne artista valenciano don Mariano Nelliure y Gil para conmemorar el IV Centenario del Descubrimiento de América.



Representa las Capitulaciones de Santa Fe, momento en el que la reina Isabel concede el permiso al Almirante Colón para realizar su viaje a las Indias.

Un paseo por las riberas del Darro bajo el sol primaveral nos permite observar el antiguo asentamiento de la “Puerta de los Tableros” del siglo XI, de estilo zirí. La puerta y puente eran de uso militar sirviendo para enlazar los dos dispositivos para el suministro de agua situados en la Alcazaba “Qadia” o Vieja del Albaicín y la Alcazaba “Yidida” o Nueva de la Alhambra.

Una reja dispuesta sobre el cauce del río Darro permitía el paso de agua pero no de intrusos. Hoy tan sólo se conserva uno de los dos estribos que conformaban la puerta, en el que también ha sobrevivido el arranque de un gran arco de herradura. En la base del macizo de aprecia una puerta, hoy tapiada, que daba acceso a unas escaleras interiores, que servía para coger agua del río en caso de necesidad.




A través de la ribera del Darro se llega al-hamman o baños árabes del "Bañuelo". Los baños árabes le daban una mayor categoría a las medinas musulmanas. Normalmente se ubicaban en la confluencia de las rutas comerciales como un paso obligado para los viajeros y forasteros que la visitaban, sirviendo como antesala para la posterior visita a las mezquitas. Los baños árabes eran un lugar de encuentro y escenario del ritual musulmán para la limpieza física y espiritual.

Llegó a haber 21 baños árabes en la antigua Granada, lo que nos da una idea de la magnitud que alcanzó esta ciudad nazarí tras la conquista de Córdoba por los cristianos el 29 de junio de 1236 por Fernando III de Castilla.

El Bañuelo es el edificio civil más antiguo de Granada. Su “hamman” está considerado como uno de los baños más antiguos y mejor conservados de España siendo conocido como "al-hamman al-yawza". Un patio que servía como patio de las abluciones comunica con la antigua vivienda del guardián (hoy entrada principal). Un vestíbulo da paso a las tres estancias termales: fría, templada y caliente. La sala caliente tenía su hipocausto subterráneo con la misión de calentar el agua y dos pilas para almacenarla. 

Las bóvedas tienen unas lucernas que facilitan la ventilación y regular la climatización. La sala templada es de planta cuadrada siendo la mayor de las tres con una bóveda váida o semiesférica formada por cuatro planos verticales y paralelos entre sí. En 1918 el Bañuelo será declarado Monumento Nacional.

El integrismo y la intolerancia del nuevo estado cristiano llegaron a tal extremo que incluso los baños árabes fueron clausurados por Felipe II al considerarse un lugar pecaminoso.

El Paseo de los Tristes nos dirige hacia la Cuesta de Chapiz destacando numerosas callejuelas angostas y empedradas que desembocan en el barrio más antiguo de Granada “El Albaicín”. Desde el “Mirador de San Nicolás” se puede observar una bella panorámica de la Alhambra “kalat al Hamra” (fortaleza bermeja).




Las primeras piedras de la Alhambra las mandó a colocar en 1238, el rey al-Hamar en la colina roja de la Sabika "al Sabikat o cumbre de los ángeles", siendo Patrimonio de la Humanidad desde 1984. Los campesinos de la vega granadina denominaron a la Alhambra “kalat al Hamra” (fortaleza bermeja), alcanzando su esplendor durante la segunda mitad del siglo XIV bajo el sultanato de Yusuf I (1333-1354) y el segundo reinado de Muhammad V (1362-1391). Los erúditos dicen que "no hay monumento donde la arquitectura y el agua conformen mejor sintonía".

En el vecino barrio del Sacromonte, moteado de cuevas, late el cante flamenco, declarado Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Humanidad. El flamenco es una de las señas de identidad de Granada, en especial de los barrios del Albaicín y Sacromonte. En sus cuevas maduró la zambra cuyo origen es necesario remontarse a las antiguas zambras moriscas y gitanas de tiempos  pretéritos que se pierden bajo las ancestrales reminiscencias y efluvios de nuestra tierra.

En el barrio nacieron artistas de renombre como el desaparecido Enrique Morente (1942-2010), que entre otros han contribuido a que el flamenco se haya convertido en Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

El Albaicín conserva su semblante andalusí. El silencio de nuestra visita al Albaicín se quiebra por las cuerdas de una guitarra acompañada por un sentimiento en forma de "quejío". Cante jondo como cultura ancestral arraigada en lo más profundo de nuestras raíces.

Al fondo, como si de una bella panorámica se tratara, se erige majestuosamente Sierra Nevada como génesis de múltiples ríos y manantiales donde el río Genil “Xennil” brillará con luz propia como afluente del Guadalquivir “Wad al-kabir”. Destaca el pico más alto de la Península Ibérica, el Mulhacén con 3.470 metros en honor al antepenúltimo rey nazarí Muley-Hacén.



Existen referencias de Sierra Nevada en la Antigüedad. Plinio el Viejo ya mencionó en el siglo I la existencia del monte Solarius en la zona fronteriza entre las provincias romanas de la Hispania de la Bética y la tarraconense. Durante la época visigoda, Isidoro de Sevilla habló del monte Solorio, monte en el que luce el sol antes de salir. 

Diversos autores islámicos mencionan a Sierra Nevada como Yabal Sulayr (monte del Sol o del Aire), Yabal al-Tay (Monte de la Nieve), siendo bautizada a partir del siglo XVIII como Sierra Nevada. Durante el siglo XVI fue el escenario de la Rebelión de las Alpujarras y en el siglo XX, el escritor e hispanista británico Gerald Brenan se estableció en las Alpujarras “Yegen” dedicando su obra “Al Sur de Granada” a inmortalizar las comarcas de Sierra Nevada.

Xennil en la etimología árabe significa "Mil Nilos", tal vez por parecerse al río africano por el alto número de fuentes que lo abastecen

La Cuesta de Gomérez a través de la Puerta de Carlos V nos introduce en el Paseo del Generalife “Jinnat al-Arif” o “jardín alto” y de la Sabica “al-Sabikat o cumbre de los ángeles”. Muy cerca de dicha puerta se encuentra el monumento a Washington Irving en los jardines de la Alhambra.


David Roberts en 1833 con su mirada romántica inmortalizará uno de los más bellos monumentos del pasado nazarí de Granada cuyos grabados dedicara a la Puerta de Bab Rambla “Puerta del río” se convirtieron en la mejor promoción de Granada causando fascinación a aquellos viajeros románticos. 

La literatura popular de la época lo bautizará con el sobrenombre del “Arco de las Orejas”, al mostrarse los miembros mutilados de los malhechores (manos, orejas, etc.), tras un probable ajusticiamiento en la cercana plaza de Bab-Rambla.



El principio del fin

Boabdil, último dignatario nazarí luchó desde su más tierna infancia contra su propio destino, a lo que contribuyó la desastrosa división política que causaría en gran medida la ruina del último bastión nazarí. 

Dejar de pagar el reino de Granada regularmente los tributos a Castilla al final del siglo XIV ha llegado a ser considerado por algunos historiadores como la principal causa del estallido de la Guerra de Granada y otros que consideran la pérdida de Granada la génesis del odio entre civilizaciones “moros y cristianos”. 

Al declive del reino nazarí como último reducto musulmán contribuyeron sin duda, las guerras intestinas entre clanes o linajes, destacando personajes históricos como: Soraya, Aixa, Muley Hacén, el Zagal y Boabdil como último rey nazarí junto a su esposa Morayma, mujer cuya desdicha estuvo irremisiblemente vinculada a la incierta vida de su esposo.

Hay que remontarse al año 1483 cuando la mayoría de las autoridades musulmanas de Granada dictaron una fatwa o sentencia que negaba el derecho de Boabdil “Muhammad XII” al trono por su manifiesta amistad con Castilla, al haberse convertirse en vasallo de un rey infiel y por consiguiente, atentaba contra los principios de la sharia o ley islámica.

Cuando el viejo Abu´l-Hassan Alí Ibn Nasr “Muley Hacén” sufre una apoplejía en 1485 queda incapacitado para el gobierno abdicando en su hermano el Zagal bajo el nombre de “Muhammad XIII”.

Cuando Muley Hacén muere en 1485 el reino nazarí se fragmenta entre el Zagal (Málaga, Almería y Guadix) y Boabdil “Muhammad XII” que llegará a ser rey de la Alhambra en 1482 tras rebelarse contra su padre Abu´l-Hassan (Muley Hacén) con ayuda de los Abencerrajes.

El legendario caudillo octogenario Ali Atar, padre de Morayma, esposa de Boabdil

Boabdil buscará legitimar su posición mediante alguna victoria militar, pero el resultado será una derrota cerca de Lucena durante la primavera de 1483, donde caerá prisionero de los Reyes Católicos siendo liberado con la condición de hostigar a su padre Muley Hacén. 

En la batalla de la Axarquía (1483) aunque Boabdil fue derrotado, obtuvo la victoria final gracias a la ayuda de los Reyes Católicos a cambio de su vasallaje.


Los cristianos ocupan Gibraltar en 1462. Pero el desastre final hubiera podido dilatarse si los gobernantes musulmanes hubiesen sido más inteligentes no arrebatando el castillo de Zahara a los cristianos en 1481, lo que se convirtió en el detonante para que Isabel y Fernando decidiesen acabar, de una vez por todas, con Granada, aprovechándose de las divisiones musulmanas.

La crisis interna del reino nazarí será aprovechada por los reyes cristianos con óptimos resultados. Málaga caerá en agosto de 1487 y el Zagal se declaró vasallo de los Reyes Católicos en 1489 entregándoles Almería y Guadix. En 1491 se exilio a África, siendo encarcelado por el rey de Fez, amigo de Boabdil. 

Todos estos acontecimientos desencadenarán la capitulación de Granada un 25 de noviembre de 1491 ocurriendo la toma de Granada el 2 de enero de 1492.

Con la toma de Granada se pone fin a la ruta hacia la antigua Damasco de Occidente “Granada” como epílogo de las innumerables rutas de Al Ándalus como la del Califato de 180 km. que unía Córdoba y Granada o la de los nazaríes de 100 km. que unía la antigua Jayyan (Jaén) con la cabecera del Valle del Guadalquivir y la vega de la antigua Elvira…

Si la batalla de las Navas de Tolosa en 1212 es el prólogo de la Cristiandad en Andalucía, el año 1492 se convertirá en el comienzo de la liturgia del terror “La Inquisición” para la población sefardí y posteriormente la morisca como nueva fuerza de represión político-religiosa.

La Inquisición será utilizada por el nuevo Estado para imponer su idea de unidad nacional donde en la cúspide de la nueva pirámide social tendrán una enorme influencia los nobles descendientes de los líderes de la “Reconquista”. 

Existía la creencia cristiana de que con el deseo de servir a Dios y a la Santa Fe Católica “algún día un rey de España reconquistaría Granada, cruzaría el Estrecho, recuperaría Jerusalén, acabando de raíz con el Islam, y se convertiría en el “Último Emperador”. Ese día llegaría el Juicio Final.

Aunque sea posible que el origen del odio entre Islam y Occidente venga con la Toma de Granada hace 525 años, parece evidente que la liturgia del terror comienza con la expulsión de los judíos en 1492, la intolerancia en forma de quema de manuscritos, libros árabes y textos científicos en la Plaza de Bib-Rambla en 1499 junto con la posterior expulsión de los moriscos en 1609 que tenían como objetivo extirpar del territorio español la memoria y el conocimiento de los últimos andalusíes, lo que ha contribuido a incrementar dicho odio.

La Toma de Granada por Francisco Pradilla 1882

El comienzo del exilio

Las páginas de la historia la escriben casi siempre los vencedores pero los efluvios y reminiscencias que impregnan el legado cultural de los pueblos tan sólo se encuentra en su Memoria Colectiva, que forma parte de nuestra identidad histórica y cultural.

La figura de Boabdil que se nos ha proyectado a través de los libros de texto siempre ha estado maltratada por la historia. Sin embargo, la Alhambra y Granada le deben a su valiente actitud, el que los Reyes Católicos no arrasaran la ciudad nazarí como hicieron en 1487 con Málaga, defendida por Hamet El Zegrí. 

Por tanto, Boabdil es el responsable de que en la actualidad podamos disfrutar de ese enorme patrimonio histórico-artístico existente en la ciudad nazarí.

No hace falta imaginarse lo que sentiría el desdichado Boabdil al perder la Alhambra, un “paraíso terrenal” de enorme belleza, donde la frescura y el encantador murmullo de sus fuentes y corrientes continuas de agua que entran desde Sierra Nevada para volver al Valle del Darro.

Para no atravesar la ciudad de Granada, Boabdil tuvo que salir en busca del exilio hacia La Alpujarra, por la “Puerta de los Siete Duelos”, rogando el desafortunado y último dignatario nazarí a Isabel y Fernando que no se permitiera a nadie, en adelante, pasar por esta puerta. Su ruego -según antiguas crónicas- fue respetado, por la mediación de Isabel, y aquélla puerta se tapió.

Esta puerta será dinamitada por los franceses durante la Guerra de la Independencia y posteriormente reconstruida.

Boabdil descendió por la parte exterior de las murallas hacia la Vega de Granada, por el mismo camino por el cual entraba el gran cardenal de España, don Pedro González de Mendoza, ascendiendo a la cabeza de un grupo de caballeros para tomar posesión de la Alhambra.

La ruta de Boabdil en su camino hacia la Vega transitaba hasta una pequeña ermita dedicada a San Sebastián, que había sido una antigua mezquita. En este lugar histórico entregará “Boabdil, el Desdichado” el trono de Granada a los Reyes Católicos.


No muy lejos de la ermita de San Sebastián -en dirección a la autovía Sierra Nevada-Costa Tropical-, se encuentra un lugar histórico denominado “El Suspiro del Moro”, cerca del Valle de Lecrín “alegría” donde dice la leyenda que Boabdil volvió su cabeza para observar por última vez Granada con su bella Alhambra y lloró, mientras su madre la sultana Aixa la Horra "la Honesta" le decía:

“Llora como mujer el reino que no has sabido defender como hombre”.

Desde el “Suspiro del Moro” se observa la Vega de Granada al fondo y la torre Bermeja de la Alhambra rodeada de una frondosa arboleda. Por delante le quedaba a Boabdil un futuro lleno de incertidumbres y dificultades en la inmensidad de su lacerante dolor. Al ser expulsado de la Alhambra Boabdil perderá todos los honores de su linaje.

Pero Boabdil lloró con más amargura cuando su esposa Morayma muere en Laújar de Andarax en 1493 siendo enterrada en un pequeño pueblo granadino llamado Mondújar donde dejará Boabdil sus restos mortales de la persona que tanto amó, y que se mantuvo fiel a su lado sufriendo en silencio su desdichado reinado. Según el rito musulmán, su cadáver se colocó sobre la tierra mirando en dirección a La Meca. 


Dúrcal, Mondújar, el Valle de Lecrín y Lanjarón “Al-Anŷarūn, lugar de manantiales”, será considerado la puerta de entrada a la Alpujarra granadina que nos acerca a Órgiva “Urŷuba” en la falda de Sierra Nevada indicándonos el camino hacia la Alpujarra Alta “último refugio de los moriscos” donde se encuentra Capileira, Bubión y Pampaneira con el Pico Veleta y Mulhacén como testigo de la historia.

Cuando Boabdil “Abu abd Allah «az-Zughbî», el Desdichado” (Mohamed XII) se tuvo que exiliar en Órgiva “Urŷuba” en “La Alpujarra”, cedida por los Reyes Católicos en 1492 a Boabdil como lugar de retiro, iniciaba sin pretenderlo, el preámbulo de la trágica diáspora que les esperaba al pueblo morisco a partir de 1609, al estar considerados fuera de la nueva escena histórica. 

Felipe III se dejó influir por el arzobispo de Valencia, Juan de Ribera y la opinión del duque de Lerma, decretando la expulsión definitiva a partir de 1609, sufriendo la población morisca todo tipo de calamidades y despojos. Aunque no es fácil calcular la cantidad de moriscos que salieron de España, casi todos coinciden en afirmar que las cifras podría estar cercana a las 500.000 personas. 

La expulsión tuvo consecuencias lamentables para la economía del país con pueblos enteros que quedaron desiertos. Muchos campos se convirtieron en auténticos páramos, contribuyendo a la despoblación de España y acentuando su decadencia.

Desde La Alpujarra se puede observar al fondo el Mar Mediterráneo, que nos recuerda que en Almuñécar "ḥiṣn al-munakkar" un 756 la Casa del Islam “Dar al Islam” en Al Ándalus dará comienzo bajo la figura histórica de Abderramán I ben Muawiya al-Dajil “El Inmigrado”. 

Por el contrario, el rey de la Alpujarra “Boabdil” señalará el ocaso de Al Ándalus.

El 31 de marzo de 1492 emiten los Reyes Católicos el Decreto de la Alhambra por el cual se obliga a los judíos a la Diáspora como preludio de lo que más tarde ocurriría con la población morisca a partir de 1609. Será la mayor expresión de intolerancia ocurrida en Europa durante este periodo de la historia. 

Unos sucesos trascendentes que atrasaron el reloj de nuestra historia al acabar con una civilización cuyo legado forma parte de una de las principales riquezas del pueblo andaluz como resultado de su proceso histórico como base de su identidad cultural, modelada a lo largo de siglos y que forma parte de la memoria en palabras del prestigioso antropólogo Isidoro Moreno.

Por desgracia, la liturgia del terror comenzará con la quema en la plaza de Bib-Rambla de más de cinco mil libros en lengua árabe provenientes de la biblioteca de la madraza de Granada en 1499 por orden del cardenal Francisco Ximénez de Cisneros, primado de España y tercer inquisidor general de Castilla, perteneciente a la orden franciscana Francisco Ximénez de Cisneros. Los libros en lengua árabe fueron considerados “malditos” para el nuevo marco histórico, siendo pasto de las llamas coránes, tratados de astronomía y astrología, tratados científicos, poemas, títulos de propiedad, etcétera, que acabarán en la hoguera como producto de la intolerancia del nuevo estado intolerante. 

“Era necesario erradicar lo más importante que poseían los vencidos”: la memoria y el conocimiento.

La intolerancia del Cardenal Cisneros, echará por tierra una labor que se hubiera podido conseguir sus frutos con tolerancia y paciencia. En 1499, el prelado visitó Granada y discutió con los juristas de la ciudad a lo que siguió una gran quema de libros islámicos, así como conversiones forzadas, lo que sirvió como caldo de cultivo para sembrar el descontento y humillación en la población morisca con el resultado de una insurrección que comenzó en 1500 hasta 1501 recibiendo como castigo la población morisca el bautismo o el exilio si no abjuraban de su religión. El problema iba a dilatarse durante más de un siglo. 

“El nuevo proyecto histórico de los Reyes Católicos de forjar una España refractaria e intolerante como idea de Castilla consolidada por la Iglesia Católica, pasaba por eliminar su pasado andalusí. 

Por tanto no era nada extraño que Federico García Lorca, considerara aquel 10 de junio de 1936 sobre la toma de Granada en 1492 por los Reyes Católicos que estuvo acompañada de intolerancia e integrismo religioso:

“Fue un momento malísimo, aunque digan lo contrario en las escuelas. Se perdieron una civilización admirable, una poesía, una astronomía, una arquitectura y una delicadeza única en el mundo, para dar paso a una ciudad pobre…”.




“Cuentos de la Alhambra”

Podría dar la impresión de que estas historias pudieran estar sacadas de la obra de Washington Irving “Cuentos de la Alhambra” e incluso pudiera pertenecer por derecho propio a las “Mil y una Noches”.

Abu-l-Hasan Alí “Muley Hacén” estaba casado con Aixa la Horra “La Honesta”, que le había dado dos hijos: Abu Abd el Zaquir “El Chico”, más conocido como Boabdil, y Yusuf.

Durante una de las luchas fronterizas entre los cristianos y musulmanes de Granada, Isabel de Solis, hija del alcaide del castillo de la Higuera de Martos, Sancho Jiménez de Solís, fue capturada en 1481 por Muley Hacén y llevada a la Alhambra siendo encerrada en la famosa Torre Cautiva, nombrada así en su honor.

Era tal la belleza de ésta joven que Muley Hacén se enamora de su prisionera Isabel de Solís "Soraya", el cual quiso favorecer a los hijos que tuvieron en común, posibles rivales para su hijo Boabdil en detrimento de su primera esposa Aixa, quien defendió los derechos de su hijo Boabdil, aliándose con el clan de los Abencerrajes que odiaban a Muley Hacén desde que éste 29 años antes hubiera masacrado a sus padres y parientes en una sala de su palacio de la Alhambra. 

Desde el siglo XVI se le llama Sala de los Abencerrajes al atribuirle la tradición las sangrientas disputas que acabarían con esta familia aunque no existen fuentes históricas que lo demuestren.

Ambos se enamoraron, Isabel abjuró de su religión e ingresó en el harem del rey granadino. Cuenta la leyenda que era una mujer muy bella y que el rey de Granada, Muley Hacén (1464-1482 y 1483-1485), se enamoró locamente de ella, convirtiéndola en su esposa favorita.

Los conflictos de intereses empezaron a surgir en la corte granadina, pues Aixa, esposa de Muley Hacén y madre del heredero al trono, Boabdil, vio como una amenaza la intromisión de Isabel de Solis que se convirtió al Islam adoptando el nombre de Zoraida, cuyo significado es “Lucero del Alba”.

Los recelos de Aixa aumentaron cuando Zoraida dio dos herederos a Muley Hacén "Nasr ben Ali y Saad ben Ali", posibles rivales para el futuro de su hijo Boabdil, debido a que Muley Hacén había otorgado a Zoraida el título de sultana, con las ventajas que ello conllevaba para ella y sus descendientes. Se inició de este modo una guerra de intrigas en la corte entre los partidarios de una y otra que tuvo como consecuencia el inicio de una guerra civil granadina. Este conflicto interno, debilitará enormemente el reino nazarí, siendo aprovechado por los Reyes Católicos para culminar la Reconquista en 1492.

Aixa, la madre de Boabdil no soportó la intrusión de una extranjera en su ámbito de influencia e inició su venganza para derrocar a su marido amparando una serie de intrigas y disputas internas en la corte nazarí. En el invierno de 1482 Boabdil y sus aliados Abencerrajes consiguieron controlar la ciudad de Granada y la parte del reino ocupada por sus partidarios. 

El joven sultán Boabdil contaba con la ayuda de su suegro Aliatar, el prestigioso y temido general musulmán que era el alcaide de la localidad de Loja “Madinat Lawsa”, ciudad estratégica denominada “la llave de Granada”.

Muley Hacen para proteger a Zoraida y a sus hijos los trasladó al castillo de Mondújar que mandara construir como regalo de boda para su esposa…

Ese mismo año Muley Hacén se vio obligado a huir de Granada acompañado de su hermano, el Zagal. Se inició así una lucha entre padre e hijo que debilitaría aún más el reino nazarí.  

Cuenta la leyenda que encontrándose Muley Hacén ya anciano se retiró a morir al castillo de Mondújar en el “Valle de Lecrín”, en compañía de Zoraya. El 28 de octubre de 1485, tras invocar al arcángel Azrael y tapàrse el rostro con un Corán abierto, entregó su alma a Alá. Cuentan que Zoraya, para que su sepultura no fuera profanada jamás, ordenó conducir el cadáver a lo más alto de Sierra Nevada -Solair, para los árabes-, en cuya más alta cumbre mandó inhumar sus restos, cubiertos por la bandera roja de los nazaríes, bajo las nieves perpetuas. Desde entonces este pico -el más alto de la Península Ibérica con 3478 m.- lleva el nombre de este monarca nazarí: Muley Hacén “padre de Boabdil y hermano de El Zagal”.

En estas circunstancias, los Reyes Católicos sacaron partido de la guerra civil entre Muley Hacén y Boabdil. 

Morayma, fallecida en Laujar de Andrax eb 1493 será el nombre literario atribuido por Washington Irving a la esposa del rey Boabdil, hija del caudillo de Loja Aliatar, en la “Crónica de la conquista de Granada” (1829). 



La tumba de Boabdil

Cuando Boabdil abandonó Granada se llevó con él los despojos de la mayoría de sus antecesores enterrados en la “rawda” o cementerio real, de la Alhambra (en 1925 se encontraron las tumbas vacías). Según todos los indicios, se los volvió a enterrar en el cementerio musulmán (macáber) de Mondújar. 

Existen documentos que relatan cómo Boabdil trasladó desde la Alhambra a Mondújar el Cementerio Real Nazarí aunque sigue siendo un misterio donde se encuentran los restos del rey Boabdil y de la reina Morayma como parte de la dinastía nazarí que reinó entre 1237 y 1492 con 22 monarcas.

Después de 525 años, Morayma sigue enterrada en algún lugar desconocido cercano al viejo castillo de Mondújar, en el Valle de Lecrín, donde al parecer también pueden estar los restos de los reyes nazaritas que gobernaron el Reino de Granada, entre ellos el de Muley Hacén. 

Pero lo más lacerante para nuestro legado cultural, es que hasta ahora nadie se ha preocupado -tras haber pasado más de 525 años- de recuperar esa parte importante y esencial de la historia de Al Ándalus. Posiblemente, los restos del Cementerio Real Nazarí se encuentren sepultados en algún lugar de la Autovía Sierra Nevada-Costa Tropical.

Probablemente Boabdil no llorara aquel 2 de enero de 1492 en el “Suspiro del Moro” como nos han hecho ver aunque cabe imaginarse el dolor que le produjo la muerte de su querida esposa, Morayma en 1493.

Tras morir su mujer Morayma, Boabdil marchó de la Alpujarra en octubre de 1493 con su séquito acompañado de Aixa la Horra, su madre, en dirección a la ciudad de Fez como huésped del sultán hasta su muerte ocurrida en 1533. 

Recientemente un equipo de investigación multidisciplinar árabe-español pretende exhumar y probar con modernas técnicas de ADN lo que creen que podían ser los restos del último dignatario nazarí bajo un templete abandonado en Fez (Marruecos). 

Este proyecto está financiado por Mustafá Abdulrahman, asesor cultural de la familia real de los Emiratos Árabes Unidos y apasionado por la historia, entre los que se encuentra el prestigioso forense vasco Francisco Etxeberría y el cineasta Javier Balaguer, que creen haber descubierto en Fez la tumba del último rey nazarí de Granada “Boabdil” junto a la de un santón llamado “Sidi Bel Kassem”, dentro de un pequeño templete cuadrado con cúpula denominado “qubba”. Para evitar la profanación era costumbre enterrar a un hombre santo junto a los reyes.

Por otro lado, la investigadora y académica de la Universidad de Cambridge Elizabeth Drayson ha analizado el origen de la tensión entre el Islam y Occidente remontándose al 2 de enero de 1492, “Día de la Toma de Granada”, tras pasar tres años trabajando en su nuevo libro “The Moor's Last Stand: The life of Boabdil, Muslim King of Granada”. 

"Que Boabdil fue una figura clave en un momento crucial en la historia del mundo no se puede dudar: las actuales tensiones entre el Islam y Occidente tienen sus raíces en su reinado y en el reino que perdió. La posteridad cristiana lo ha tratado con desprecio y compasión, visto desde la perspectiva de los vencedores. Pero mi relato presenta el otro lado de la moneda, revelando que las cuestiones de violencia, tensión y compromiso entre musulmanes y cristianos eran tan urgentes como ahora", opina Drayson.

Traicionado por su familia y socavado por las facciones y el conflicto interno, la derrota de Boabdil a manos del rey Fernando y de la reina Isabel simbolizó la transición que cambiaba la época de Granada del estado islámico al nuevo Estado cristiano que estaba en camino de convertirse en el mayor poder en la Europa moderna temprana.


La victoria cristiana marcó la finalización de la larga reconquista cristiana de España y terminó con siete siglos en los que cristianos, judíos y musulmanes habían vivido en su mayor parte pacíficamente y con provecho juntos, remarca la investigadora de Cambridge.

El fin del dominio musulmán en el corazón de España llegó a su fin el 2 de enero de 1492, cuando Boabdil entregó las llaves de la capital árabe al rey Fernando y a la reina Isabel. "Éstas son las llaves del paraíso", dijo antes de abandonar Granada con su madre Aixa.

Boabdil entregó Granada para evitar una matanza. El "Último Suspiro" ha sido usado por los historiadores para menospreciar y disminuir el legado de Boabdil, ignorando según Drayson, el inmenso sacrificio que él demostró al salvar a su pueblo de una cierta matanza a manos de los irrefrenables ejércitos de Fernando e Isabel que rodeaban Granada.

Según ella, el heroísmo de Boabdil, largamente repudiado por la mayoría de los comentaristas históricos, es evidente en su capacidad para reconocer la futilidad de la resistencia y la elección que hizo al rechazar el sufrimiento, la hambruna y la masacre de su pueblo. En su lugar, negoció los mejores términos de rendición posibles, rechazando el martirio y voluntariamente sacrificando su reputación por el bien mayor.

La celebración de la Toma de Granada cada 2 de enero desde 1495 como uno de los hechos históricos más importantes de la historia de España cada 2 de enero desde 1495 no está exenta de polémica al seguir polarizando sentimientos.

Muchos ciudadanos celebran en su lugar actos alternativos recordando bajo el lema" los genocidios no se celebran" recordando en su lugar la figura del poeta universal Federico García Lorca o Mariana de Pineda.

Lo que es evidente es que gracias a la valentía de Boabdil, que al capitular liberó a su pueblo de males mayores, la Alhambra de Granada no ha sido destruida, formando parte del legado andalusí, siendo actualmente el monumento más visitado de España con 2.500.000 de visitas en 2015.

Desde Granada, último bastión del legado andalusí, para el blog de mis culpas...