viernes, 29 de diciembre de 2023

Don Aníbal González, una vida al servicio de la arquitectura

 

...Dicen que en aquella Sevilla del siglo XX hubo dos grandes entierros,
el de Joselito “El Gallo” y el de Aníbal González”
 

Desde la tierra de Villalón, de la Cal y del Flamenco orientamos nuestro sextante por enésima vez hacia la ciudad hispalense, donde no dejan de sorprendernos las antiguas casas y monumentos regionalistas labrados en ladrillos vistos y cerámica, brillando con luz propia el legado del genial arquitecto Aníbal González, el padre de la arquitectura regionalista.

Aníbal González nace en 1875, un año más tarde que Antonio Machado [coloso de la literatura española y símbolo del exilio]. El mismo año que se tituló como arquitecto [en 1902] nacería Rafael Alberti y Luis Cernuda, poetas de la Generación del 27, la Edad de Plata de la literatura española.

Aníbal González fue arquitecto director de la Exposición Iberoamericana de Sevilla [desde 1911 hasta 1926]. Exposición que sería inaugurada el 9 de mayo de 1929 por el rey Alfonso XIII siendo clausurada el 21 de junio de 1930. Aquel acontecimiento fue decisivo para el urbanismo sevillano y la evolución de la ciudad hispalense.

La Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929 supuso para Aníbal González la principal fuente de su prestigio como arquitecto mientras su gran popularidad en la ciudad de Sevilla crecería exponencialmente. ​Pero, aunque parezca mentira, Aníbal González murió pobre el 31 de mayo de 1929.


Entierro en Sevilla de Aníbal González el 1 de junio de 1929

La capilla ardiente de Aníbal González quedaría instalada en la Iglesia del Sagrario de Sevilla donde pasarían las más altas personalidades de la ciudad hispalense, desde el Cardenal Ilundáin y el alcalde Manuel Halcón pasando por el Hermano Mayor de la Maestranza, los miembros del Ateneo hasta un sinfín de trabajadores de la construcción que le quisieron rendir un último y póstumo homenaje al inolvidable arquitecto que convirtió una ciudad solapada en tiempos pretéritos en una ciudad con altura de miras de cuyo legado Sevilla y la retina de los sevillanos seguimos disfrutando en la actualidad.

“Se sabía que por desavenencias con el Comité, que apenas cobró sus honorarios, que trabajó prácticamente gratis, que había salido por la puerta de atrás. Sabía, en definitiva, que se había cometido una gran injusticia: “Don Aníbal, por cuyas manos pasaron tantos millones, muere pobre”.

Aníbal González había muerto pobre días antes de cumplir los 53 años [a las 2,30 a.m. del 31 de mayo de 1929] y Sevilla quedó conmocionada con grandes muestras de fervor popular. El periódico El Liberal de José Laguillo propuso una colecta para su familia donde diversos ciudadanos y organizaciones de la ciudad donaron dinero hasta llegar a 150.000 pesetas de la época.



Entre 1930 y 1932 se construyó en una parcela del marqués de Esquivel una nueva casa para su viuda, Ana Gómez Millán, que sería entregada por el alcalde de la época José González y Fernández de la Bandera cuyo diseño y obras corrieron a cargo de los arquitectos Juan Talavera y Heredia y José Espiau. Esta casa es de estilo regionalista y se encuentra en el número 14 de la Avenida de la Palmera.

Aún puede leerse tras el cerramiento de la mencionada casa un azulejo donde se recuerda el espíritu que dio origen a la vivienda, el espíritu de una ciudad agradecida.



“ESTA CASA, HOGAR DE LA FAMILIA DEL GRAN ARQUITECTO DN ANIBAL GONZÁLEZ Y ÁLVAREZ OSSORIO SE HIZO MEDIANTE EL ESFUERZO Y LA APORTACIÓN DE TODAS LAS CLASES SOCIALES DESEOSAS DE RENDIR UN PÓSTUMO HOMENAJE AL GLORIOSO ARTISTA HISPALENSE. LA CIUDAD DE SEVILLA SE ENALTECE A SÍ MISMA RECORDANDO EN ESTE LUGAR AL HOMBRE INSIGNE QUE LEVANTÓ EN SU RECINTO TANTAS OBRAS DE IMPERECEDERA BELLEZA. MCMXXXII

Publicaba el Liberal tras su fallecimiento


¡Cómo pudo permitir aquella Sevilla [que siempre ha presumido con razón de tener un color especial] que el gran arquitecto hispalense muriera pobre al final de sus días! 

Sirva la presente como triste aldabonazo en las conciencias de aquellos que no llegaron a pagarle sus merecidos honorarios, aunque ya no se encuentren entre nosotros.


Museo de Artes y Costumbres Populares [Aníbal González]



Museo Arqueológico de Sevilla


…Pero señalemos en unas breves pinceladas la vida de don Aníbal González, que puso su vida al servicio de la arquitectura y que sin embargo, murió pobre como ironía de la vida y del destino.

Aníbal González curso su licenciatura en la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid recibiendo el título de arquitecto el 25 de noviembre de 1902 obteniendo los mejores resultados de su promoción. Dicen que sus compañeros lo sacaron a hombros como si fuera un torero.

También influyeron en su trabajo sus viajes realizados por España, Italia y Francia en 1922 y su viaje a Gran Bretaña en 1924.

Entre otros reconocimientos, Aníbal González fue nombrado en febrero de 1929 “Hijo Predilecto de Sevilla” después de haber recibido en 1920 la Gran Cruz de la Real Orden de Isabel la Católica y en 1922 la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso XII.

El 9 de enero de 1920 Aníbal González sufrió un atentado [dos disparos que no llegaron a alcanzarle junto a su casa saliendo ileso], al parecer llevado a cabo por cuatro anarquistas del Sindicato de Peones Albañiles. En esa etapa el ramo de la construcción se encontraba en huelga y las Juntas de Albañiles publicaron un manifiesto donde se culpaba a los arquitectos de ser los responsables de que el gremio no hubiera conseguido sus objetivos.


Aníbal González admirando la realidad de su magnífica Plaza de España


Entramos por la Puerta de Navarra, en la Plaza de España, ubicada en el Parque de María Luisa, considerado como uno de los pulmones verdes de la ciudad que fuera donado a la ciudad de Sevilla en 1893 por la Duquesa de Montpensier, la infanta María Luisa Fernanda de Borbón, que formara parte en tiempos pretéritos de los jardines privados del Palacio de San Telmo.

En dicho Parque se construyeron la Plaza de España, iniciada entre 1914-1928, la Plaza de América con el Pabellón Mudéjar y el antiguo Pabellón de Bellas Artes –hoy Museo Arqueológico de Sevilla- entre 1911-1919, con motivo de la Exposición Iberoamericana de 1929. Todo diseñado por Aníbal González.

En 1914 se realiza la Reforma de los tendidos de la Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, también diseñado por el arquitecto Aníbal González. Se cambia el antiguo por otro realizado en ladrillo.



La Plaza de España de Aníbal González para disfrute de nuestra retina cinéfila nos recuerda aquella gran película de “Lawrence de Arabia” con Peter O´Toole en el cuartel general del ejército británico en el Cairo.

La Plaza de España es tal vez la obra más emblemática del arquitecto Aníbal González y de la Exposición Iberoamericana de 1929. Fue construida de forma semielíptica con ladrillo visto, bellos artesonados, columnas de mármol y hierro forjado con arcos donde figuran los 52 bustos en relieve de los personajes más importantes de nuestra cultura e historia Todo el conjunto se encuentra flanqueado por dos torres de 74 metros de altura unidas por un canal de agua con sus barcas, que hacen las delicias de los niños y mayores, cruzado por cuatro puentes que representan los antiguos reinos de España: Castilla, León, Aragón y Navarra.

En aquella época existía una leyenda urbana que decía que no podía haber un edificio en Sevilla por encima de la cota de la Giralda. Pero aquella leyenda urbana llegará a convertirse en una realidad ya que durante las obras de la Exposición Iberoamericana de 1929, la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría, se opuso a la gran altura de las Torres de Plaza España (74 metros) por rivalizar con la Giralda (104 metros). Hoy en día son un símbolo de la ciudad y no se concebiría esta gran plaza sin sus dos torres.

Este conjunto está formado por una plaza semicircular, de 200 metros de diámetro, bordeada por un canal que recorre 515 metros y que es atravesado por cuatro puentes. Los edificios que envuelven la plaza se estructuran en un edificio central, alas con edificaciones intermedias que compensan una excesiva longitud y dos torres en los extremos, con una altura de setenta y cuatro metros. La construcción está realizada con ladrillo visto y amplia decoración de cerámica, artesonados, hierro forjado y repujado y mármol labrado.

Sus bancos ordenados en orden alfabético con el nombre de provincias de España en paños de azulejos que reflejan los acontecimientos históricos y culturales más significativos de nuestra historia y de nuestra cultura. Una fuente central con sus grandes chorros de agua preside el centro de sus doscientos metros de diámetro, mientras los coches de caballo pasean por aquel bello entorno ubicado en el centro histórico de Sevilla, cercano a la Universidad.

Frente al Pabellón Mudéjar se encuentra el Museo Arqueológico de Sevilla donde se encuentran varias piezas arqueológicas de Morón, entre ellas una campana de la Basílica Visigoda y un ídolo cilíndrico de mármol perteneciente al Periodo Calcolítico (III milenio a.C.). 



En la magnífica Plaza de España en dirección a la Universidad de Sevilla y al monumento al Cid nos encontramos con la estatua de Aníbal González admirando la realidad de su magnífico proyecto regionalista. 

Más tarde nos dirigimos a la Capilla del Carmen, en el lado occidental del Puente de Triana.



La retina de la historia comienza a proyectarnos en breves pinceladas la cronología de éste genial arquitecto, desde sus primeras creaciones de tipo modernista durante el periodo de 1900 a 1909. A partir de entonces comienza su etapa bajo estilo neomudéjar donde el ladrillo, la cerámica vidriada y el hierro forjado tendrán su propio peso.

Entre sus obras más representativas se encuentran la Plaza de España de Sevilla, el Museo Arqueológico, El Museo de Artes y Costumbres Populares, la Capilla del Carmen, el tendido de la Real Plaza de toros de la Maestranza de Sevilla, el Casino Arias Montano de Aracena, entre un largo etcétera…


Panteón de la familia Aníbal González, en la calle Esperanza, cerca de la rotonda del Cristo de las Mieles. Cementerio de San Fernando [Sevilla] 


Se trata de una construcción de aire neomudéjar levantado como panteón familiar hacia 1913 por el propio Aníbal González. Es de planta cuadrada cubierta con un tejado a cuatro aguas con tejas de cerámica vidriada. Destaca en su fachada un arco de medio punto, en cuya rosca aparece una decoración geométrica, enmarcada en el interior de un alfiz. 

Su panteón encierra un misterio profundo. Si se asoma por su reja forjada, se verá en su interior un impresionante crucificado. Dicen de él que es el auténtico Cristo del Cachorro de 1919, de Eduardo Muñoz Martínez [que solía trabajar con Aníbal González como ornamentalista] llevado allí para acompañar en su último viaje al insigne arquitecto sevillano. 

¡Habrá quien diga que hasta el mismísimo Cachorro ha querido visitar al más universal de sus devotos!


Aníbal González era gran devoto del Cristo del Cachorro de Triana


Sevilla atesora un rico patrimonio de leyendas a la largo de los siglos. Cuenta una de ellas, que en la Cava de Triana [desde San Jacinto hasta la Plaza de Cuba] vivía un gitano con una gran habilidad para tocar la guitarra y el cante jondo, conocido como «el Cachorro». Nunca se le conocieron amores a este hombre, pero cada día cruzaba el puente de barcas para ir a Sevilla en busca de una misteriosa persona. Un payo que lo veía día tras día sospechó que estas visitas recurrentes se debía a que lo hacía para cometer adulterio con su esposa.

Fueron estos celos tan intensos que un día, sabiendo el payo de la salida de Cachorro, lo esperó escondido y mientras que éste sacaba agua del pozo de la Venta Vela, le asestó siete puñaladas que le quitaron la vida.

Por otra parte, el escultor Don Francisco Ruiz Gijón estaba sumido en una crisis creativa, ya que la nueva Hermandad de la Expiración necesitaba una escultura que representase al Señor en el momento de su muerte y se la encargó a él. Era una de los mejores imagineros de la ciudad, pero este encargo le obsesionó hasta un punto en que ni dormía.

Una noche, el escultor se despertó repentinamente y tuvo un súbito impulso de salir a la calle. Atravesó el puente de barcas y fue hasta la puerta de la capilla de Patrocinio, donde presenció el terrible asesinato del «Cachorro». Quedó impresionado ante la mirada del moribundo, así que sacando el artista que llevaba dentro y su parte menos humana, retrató la cara del difunto con carboncillo. El escultor plasmó esta agonía del gitano en una talla: el Cristo de la Expiración.

Cuenta la leyenda que cuando en el año 1682 salió la nueva imagen de la Hermandad del Patrocinio por primera vez, los vecinos de Triana comenzaron a gritar, «¡Mirad, si es el cachorro!»

...

En febrero de 1973 se incendió la Capilla del Patrocinio provocando que la Virgen del Patrocinio acabase reducida a cenizas, mientras que por suerte el Cachorro tan solo sufrió daños en las piernas y en los pies.

Y es aquí donde comienza la leyenda: se cuenta que la Hermandad encargó otra talla en secreto para reemplazar la original y una vez que el Cachorro se restauró a manos de los hermanos Cruz Solís en 1974, la réplica se trasladó al panteón de Aníbal González.

Lo que se sospecha es que la réplica permanece en la Capilla del Patrocinio y el verdadero Cristo del Cachorro es el que acompaña en la eternidad a Aníbal González porque tiene daños en piernas y pies.

Como toda leyenda, tiene una parte que no la sostiene: en 1919 Aníbal González pidió permiso a la Hermandad del Cachorro para hacer una copia y el responsable de esta copia fue Eduardo Muñoz Martínez, mientras que Cayetano González, sobrino de Aníbal, se encargó de la policromía. De manera que los desperfectos del Cristo son resultado de la humedad.


Muy cerca del Mausoleo de Aníbal González se encuentra el Mausoleo de Joselito El Gallo donde también se encuentra el poeta y mecenas de la Generación del 27 Ignacio Sánchez Mejías, pero eso formará parte de otra didáctica historia.


Desde la Plaza de España de Sevilla, tal vez la obra más emblemática del arquitecto Aníbal González y de la Exposición Iberoamericana de 1929, para el blog de mis culpas...



Enlaces interesantes

sábado, 23 de diciembre de 2023

La Casa del Tratado de Tordesillas

 
..¡Inmenso siglo, siglo de gigantes.
Que abrió Colón y que cerró Cervantes!

«EL SIGLO XVI», Francisco Escudero y Perosso


Breve introducción

En torno al 340 a.C., Aristóteles afirmaba que la Tierra era redonda basándose en la simple percepción en el mar cuando aparecía un barco en el horizonte, al observar en primer lugar las velas y más tarde el casco del barco.

Al sabio griego Eratóstenes de Cyrene se le atribuye la invención, hacia 255 a.C. de la esfera armilar. Unos 1750 años antes de que la famosa expedición de Magallanes y Elcano demostrara la circunnavegación de la Tierra, el sabio griego comprobaría su diámetro al poseer amplios conocimiento en geometría y matemáticas.



Mapamundi de Ptolomeo realizado en Florencia durante el siglo XV, perteneciente a la Geographia de Claudio Ptolomeo, quien nació en Pelusium, ciudad del delta del Nilo, entre el año 100 y 110. Fue director de la Biblioteca de Alejandría, cargo que le permitirá estudiar las obras clásicas que allí se conservaban y recopilar otras muchas. Este método le llevó a la necesidad de localizar cada ciudad y puerto, tratando de hacerlo lo más científicamente posible, reuniendo en tablas con valores de latitud, longitud y referencias climáticas, la mayor parte de las localidades y accidentes geográficos conocidos. Había nacido lo que llamamos Atlas, elemento imprescindible para estudiar la historia de los pueblos. Su gran obra fue el Manual de astronomía esférica y teórica, conocido vulgarmente como “Almagestum” cuyo capítulo VIII está dedicado a la Geografía.

Ptolomeo creía que la Tierra estaba inmóvil y ocupaba el centro del Universo, y que el Sol, la Luna, los planetas y las estrellas giraban a su alrededor.

Fue el autor del "Tratado de Almagesto" traducido al español como "el gran Tratado". Se preservó, como todos los tratados griegos clásicos de ciencia, en manuscritos árabes (de ahí su nombre) y sólo está disponible en la traducción en latín de Gerardo de Cremona, realizada en el siglo XII.

Heredero de la concepción del Universo dada por Platón y Aristóteles, su método de trabajo difirió notablemente del de éstos, pues mientras Platón y Aristóteles dan una cosmovisión del Universo, Ptolomeo fue un empirista al estudiar el movimiento de los planetas con el fin de construir un modelo geométrico que explicase dichas posiciones en el pasado y fuese capaz de predecir sus posiciones futuras.

El marinero y comerciante Alonso Sánchez nacido en Huelva [España] a mediados del siglo XV habría llegado a América antes de que lo hiciera Cristóbal Colón en 1492, motivo por el cual es conocido como el Prenauta.

El padre Bartolomé de las Casas narra la historia de un navío que se ve envuelto en una tormenta y es desviado de su ruta original para acabar llegando al Nuevo Mundo:

La primera persona en darle nombre al piloto anónimo fue el Inca Garcilaso de la Vega en sus Comentarios Reales aparecidos en 1609, donde cuenta que había oído la historia cuando era niño, de boca de viejos conquistadores. De acuerdo con este cronista, Alonso Sánchez hacía frecuentes viajes a Inglaterra, a Ias Islas Canarias y Madeira. En una travesía entre estos dos últimos lugares, en un navío pequeño y con pocos marineros, fue sorprendido por una tormenta que lo desvió de su ruta y lo llevó hacia el oeste por aguas desconocidas.

Cristóbal Colón conocía tales teorías y en sus viajes buscaba una vía oceánica por Occidente que le condujera a la ruta de las especias, pero se encontró con la isla de Guanahaní “San Salvador” en las Bahamas, Cuba y La Española “Santo Domingo”. Lo que desconocían los navegantes de la época era que entre América y Asía existía el Océano Pacífico.

Alejandro VI (Rodrigo de Borja) estableció mediante la bula “Inter Caetera” una línea imaginaria situada a 370 leguas al oeste de las Islas de Cabo Verde, que dividiría al mundo otorgando a los Reyes Católicos el dominio y monopolio del comercio de las nuevas tierras conquistadas. Las tierras descubiertas al Este de ésta línea imaginaria, serían de propiedad portuguesa, y las del Oeste, serían de propiedad españolas. América quedaba en manos de España mientras Brasil pertenecería a Portugal.

Esta nueva concepción del mundo pasaría por alto los derechos de la población indígena de aquellas tierras sometidas y explotadas, dando paso a siglos de disputas internacionales por el poder marítimo entre España, Francia e Inglaterra. Podría ser considerado como el detonante que pondría en marcha el colonialismo posterior.

El 7 de junio de 1494 quedará plasmado el acuerdo en el Tratado de Tordesillas entre los representantes de los Reyes Católicos y los del rey Juan II de Portugal.


Desde la tierra de Villalón, de la Cal y del Flamenco orientamos nuestro sextante didáctico en dirección a la Vía de la Plata que nos acercará a Zamora, Toro, Tordesillas, Medina del Campo, Simancas y Valladolid, donde murió Colón a la edad de 54 años.

Recuerdo en mis años del antiguo bachiller elemental a una profesora de historia en el antiguo instituto de enseñanza media de mi pueblo ubicado en la tierra de Villalón [su esposo era militar de alto rango que impartía la asignatura de Formación del Espíritu Nacional F.E.N.]. Esta profesora dedicaba muchas horas lectivas a la Toma de Granada por los Reyes Católicos, a Cristóbal Colón y al Descubrimiento de América, al Tratado de Tordesillas, a la Guerra de las Comunidades de Castilla contra Carlos I, Fray Bartolomé de las Casas, a la Primera Vuelta al Mundo de Magallanes-Elcano y a su hijo Felipe II, con las guerras de religión en Europa [que servían para sembrar desencuentros y crear intolerancia con el dinero de Castilla]. Los Reyes Católicos, Carlos I y su hijo Felipe II serán considerados los verdaderos forjadores del Imperio español. 

Como otros profesores panegiristas del régimen, cuando llegaba al periodo histórico del "Glorioso Alzamiento Nacional", la figura de Franco "Caudillo de España por la Gracia de Dios" para una de las dos Españas brillaba con luz propia. No cabe duda de que durante aquella época, primaba más la ideología del docente que el rigor histórico que se le presupone [como el valor al soldado]. 

Pero pelillos a la mar...[expresión muy utilizada en el sur de España].



Monumento a Santa Teresa de Jesús en Ávila


Algo similar ocurría con otra profesora en la asignatura de literatura donde brillaba siempre Teresa de Jesús, fray Juan de la Cruz o fray Luís de León, entre un extenso elenco de místicos y beatos.

...Pero volvamos a la Casa del Tratado de Tordesillas ya que los vientos alisios y contralisios de la historia pueden hacernos naufragar por otros mares...

La Plaza Mayor a través de la calle San Antolín nos acerca a la Casa del Tratado, dos palacios unidos, del siglo XV el primero y del siglo XVII el segundo, éste de mayores proporciones, puerta adintelada y con patio interior porticado sobre columnas de piedra. La más antigua, iniciada en 1488, y donde se sitúan las negociaciones del Tratado, mantiene portada en arco con las armas de los Reyes Católicos y de sus propietarios, Alonso Gonzáles de Tordesillas [que tenía cargo de aposentador de la Corte] y su mujer Leonor de Ulloa. La Casa del Tratado de Tordesillas junto al río Duero está declarada Bien de Interés Cultural.

Los paneles ilustrativos, mapas, reproducción de barcos e instrumentos de navegación existentes en la Casa del Tratado nos han ilustrado sobre aquella fecha histórica del 7 de junio de 1494 donde España con los Reyes Católicos y Portugal con el rey Juan II firmaron un acuerdo que establecía una nueva división territorial tras el Descubrimiento del Nuevo Mundo.

Tordesillas se encuentra ubicada sobre un cerro que domina un llano a orillas del Duero ubicado geoestratégicamente a 704 m.s.n.m. con una fértil ribera que nos permite pasear a lo largo del caudaloso río Duero, verde y manso en palabras del inolvidable poeta Federico García Lorca. Un privilegiado emplazamiento que será la razón de ser de su poblamiento prehistórico, vaccea o pueblos celtas peninsulares y romano. La construcción del puente medievo de diez arcos [con sus tajamares] sobre el río Duero contribuyó al auge económico y social durante este periodo histórico de los siglos XIV, XV y XVI. La villa fue declarada Conjunto Histórico en 1977.

Tordesillas es famosa históricamente por la firma del Tratado homónimo el 7 de junio de 1494 entre Portugal y España para repartirse el mundo, tras el Descubrimiento de América. Y también, por haber sido recluida Juana I de Castilla durante cuarenta y seis años, desde 1509 hasta su muerte el 12 de abril de 1555, sin olvidar las guerras de las Comunidades de Castilla entre los partidarios del emperador Carlos I y los comuneros de Castilla que deseaban cambiar la historia de España [desde el 16 abril 1520 al 25 octubre de 1521]. 

La nobleza al ver peligrar sus intereses se pasarán al bando de Adriano de Utrech. Los ecos de aquel conflicto perdurarán a través de los siglos. Padilla y Bravo acuden el verano de 1520 a Tordesillas (Valladolid) para hablar con la reina Juana I de Castilla (madre de Carlos I), y pedirle que apoye su causa con la esperanza de que Juana firme algún documento que de alguna manera deslegitime a su hijo Carlos, cosa que no sucedió.



Juana I de Castilla “Juana La Loca” fue hija de Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón [los Reyes Católicos]. Su presunto estado mental constituye uno de los enigmas de la Historia de España. Era una mujer culta e inteligente que, sin embargo, no pudo evitar ser utilizada por los reyes, nobles y plebeyos en sus disputas por el poder.

Nació en Toledo el 6 de noviembre de 1479. De acuerdo con la política de alianzas matrimoniales, se casó con Felipe el Hermoso, hijo único del emperador alemán Maximiliano.

En 1500 se convirtió en Princesa de Asturias, heredera de Castilla y de Aragón. En 1504 falleció su madre en Medina del Campo en julio de 1506 Juana y Felipe son proclamados reyes en Valladolid. Felipe morirá dos meses después en la ciudad de Burgos. Tras o pocas intrigas, Fernando terminará ejerciendo el gobierno del reino hasta su fallecimiento en 1516.

Con la intención de enterrar el cadáver de su esposo Felipe “el Hermoso” en Granada, Juana viajó por el páramo castellano hasta que, a principios de 1509, la caravana fúnebre se detuvo en el Palacio Real de Tordesillas donde su padre Fernando ordenó la reclusión de la reina. Su estancia en la villa de Tordesillas se alargará cuarenta y seis años, hasta su muerte el 12 de abril de 1555. En casi medio siglo recibió Tordesillas las visitas de Carlos I, Felipe II y los comuneros de Castilla.




Isabel I de Castilla muere en Medina del Campo el 26 de noviembre de 1504. Inmediatamente sus restos se trasladan al Convento de San Francisco de la Alhambra, tal como estaba previsto en su testamento.

El 23 de enero de 1516 muere su esposo Fernando en Madrigalejo [Cáceres].

El traslado de los cuerpos Isabel y Fernando a la cripta de la Capilla Real de Granada se llevó acabo el 10 de noviembre de 1521 a instancias del emperador Carlos I.

En 1525, Carlos I ordena también el traslado de los restos de su padre Felipe el Hermoso muerto en 1506, de Tordesillas a Granada.

Felipe II trasladó el cuerpo de Juana I de Castilla a Granada en 1574.

Terminada la “Reconquista” España necesitaba encontrar una vía marítima que les permitiera llegar a las especias sin tener que bordear África [en manos de los portugueses que navegaban hacia Asia sin tener que financiar nuevas vías], mientras que el Imperio otomano ejercía su influencia en la ruta terrestre de las especias y de la Ruta de la Seda, cerrada para el mundo cristiano.

En España y Europa era necesario conservar la carne y para ello, existía una gran demanda de sal y de pimienta, ésta última procedía de Oriente y de África Occidental en manos portuguesas.

En la Europa medieval se codiciaba como producto de verdadero lujo las especias de Oriente considerada “oro vegetal” cuyo comercio se encontraba monopolizado por las repúblicas italianas y cuyo valor crecía exponencialmente al pasar de mano en mano durante las largas rutas terrestres. A mediados del siglo XV, su alta demanda coincide con el cierre de la Ruta de la Seda.

Las especias [clavo, canela, nuez moscada, jengibre y pimienta] alcanzan entonces un precio desorbitado, lo que servirá de estímulo para atravesar los océanos desconocidos.

América aparece en la proa de los españoles como un inesperado obstáculo en el camino hacia las Islas de las Especias. Durante veinticinco años se busca sin cesar un paso que permita avanzar hacia el oeste, pero, fracaso tras fracaso, el Nuevo Mundo se revela como un continente infranqueable. Castilla no abandona el objetivo, pero queda rezagada en la carrera hacia Oriente. Portugal que lleva años explorando el norte de África, toma la iniciativa en el camino a Oriente y se dirige al este bordeando el continente africano.

A finales del siglo XV, Portugal y Castilla se lanzan a ejercer su influencia en los océanos en una carrera sin precedentes con un mismo objetivo: descubrir una ruta marítima que les permita alcanzar el lejano Oriente y las míticas Islas Molucas, origen de las codiciadas especias. Aquel impulso descubridor alimentado por el afán de riqueza y la sed de conocimiento, transformará a la Humanidad para siempre.

La influencia náutica mediterránea y andalusí forjarán en Portugal y sur de España una forma de navegar propia que se traslada a la construcción naval. El arte de navegar se convierte en ciencia y las viejas carracas derivan en un nuevo concepto de nave apta para la exploración y navegación de altura: la carabela.

En 1492 Castilla había confiado su viaje a Oriente a Cristóbal Colón mientras los portugueses bajaban por las costas de Guinea para expoliar el marfil, azúcar, esclavos y oro creando un gran imperio comercial con factorías en Madeira, Cabo Verde, Cabo Bojador y Guinea, aunque no penetrando en su interior, por su débil demografía.

Su potente marina barrería a cañonazos las frágiles naves musulmanas que habían convertido el Índico en su Mediterráneo islámico. Los portugueses emplearían pilotos árabes aprovechando sus conocimientos en la utilización de monzones. Una verdadera talasocracia "dominio marítimo".

En 1487, Bartolomé Díaz dobla el cabo de las Tormentas que a partir de ahora se llamará el Cabo de Buena Esperanza mientras Vasco de Gama llega a Calicut (Calcuta) el 20 de mayo de 1498, en la costa occidental de la India. En 1501, Cabral llega a Brasil.


Dibujo de Cristóbal Colón pintado [en bic negro] por nuestro inolvidable compañero Juan Rodríguez Zambrana para un trabajo de historia  en el desaparecido 4º de bachiller antiguo [Curso 1973-1974].


Cristóbal Colón arribaba a las costas de América, seis años antes de que Vasco de Gama llegase a la India. Incluso veinte años más tarde del viaje de Colón, muchos cartógrafos se obstinaban en negar la existencia del continente americano al que consideraban un apéndice de Asia. El centro de gravedad económico comenzaba a desplazarse del Mar Mediterráneo y Mar del Norte hacia el inmenso océano, señalando el ascenso de España y Portugal, seguidos más tarde por Holanda, Francia e Inglaterra. Comenzaba la expansión de la influencia europea sobre el resto del mundo.

De América comenzarán a venir productos coloniales como la patata, el maíz, el tomate [tomatl]. El gazpacho carecía de tomate al no conocerse en España denominándose gazpacho mozárabe, el tabaco, la caña de azúcar o el chocolate "chocahuatl".

Portugal tiene naves y una gran experiencia en la navegación de altura, gobernantes implicados junto con un espíritu explorador que la convierte en la gran potencia naval del momento al alcanzar la India en 1498 y las Islas Molucas en 1512.

En 1517 Portugal lleva nueve años en la India y cinco comerciando con las Islas Molucas, mientras Castilla se encontraba atascada en América, buscando un paso hacia Oriente y el Nuevo Mar del Sur descubierto por el español Vasco Núñez de Balboa. Ese año, un joven rey con sueños de emperador sube al trono de Castilla y de Aragón.

En 1518 el dominico Fray Bartolomé de las Casas de encuentra en Valladolid siendo testigo de excepción de la llegada de Magallanes a la corte y de la presentación del proyecto el 20 de febrero de 1518. Describe con gran detalle la escena ocurrida en el despacho del Canciller y los argumentos expuestos por Magallanes, en su obra “Historia general de las Indias”.

Según las capitulaciones de Valladolid, a Magallanes le otorgaba la Corona española -a la que juró servir- el título de gobernador y adelantado de todas las tierras que descubriese.

Por otro lado, a pesar de lo logrado por el Almirante Cristóbal Colón, quien murió sin pena ni gloria al ignorar su propia hazaña ya que nunca supo que había descubierto otro continente. Además le quitaron el mérito de dar su nombre a las nuevas tierras descubiertas ya que Américo Vespuccio identificó esas tierras como un Nuevo Continente, por lo cual esas tierras descubiertas se le llamó América en su honor, usurpándole ese honor al Almirante Cristóbal Colón.


Mausoleo de Colón en la Catedral de Sevilla


Cristóbal Colón [1451-1506]

Desde su ciudad natal de Génova, el joven Cristóbal Colón pronto tendrá ocasión de conocer el mundo que le rodeaba gracias al negocio mercantil al que se dedicaba su familia. Así, tras conocer varios enclaves del Mediterráneo, viajó a puntos más lejanos, como África…

En 1476 llegó a Portugal como náufrago, conociendo poco después a la que sería su primera esposa, Felipa Moniz de Perestrelo. Su familia política le facilitó el acceso a noticias relativas a los descubrimientos geográficos de la época, lo que hizo que surgiera en él la idea de llegar a Oriente por Occidente, es decir, atravesando el Océano Atlántico.

Tras presentar su idea el monarca portugués, Juan II, y ver que no se le tenía en cuenta, el genovés decidió probar suerte en la corte castellana, donde se trasladó, ya viudo y con su hijo Diego, en 1485. Entra en Castilla por el Monasterio de la Rábida, donde encontró los primeros apoyos en la persona de fray Juan Pérez. A este fraile le suceden otros amigos, como Alonso de Quintanilla, fray Hernando de Talavera o fray Diego de Deza, que facilitaron la presentación de Colón en la Corte, exponiendo su plan en Alcalá de Henares en 1486.

Siguió un periodo de negociaciones hasta 1492, año en que, con el apoyo de Martín Alonso Pizón, realizó su primer viaje descubridor. A este viaje le sucedieron otros tres (1493, 1498 y 1502) regresando finalmente a Castilla en 1504, muriendo en Valladolid en 1506.


Casa Museo de Colón en Valladolid



El objetivo esencial del viaje de Cristóbal Colón era establecer una ruta más corta hacia Asia [Catay y Cipango] por el oeste donde los comerciantes europeos obtenían las preciadas especias, sustancias vegetales usadas para condimentar los alimentos, que alcanzaban en Europa precios altísimos por el control de su comercio, casi monopolizado por los italianos, lo que se convertirá en una prioridad económica.

Los Reyes Católicos ofrecieron una recompensa de los 10.000 maravedíes a la primera persona en descubrir tierra. Pero no la cobró Rodrigo de Triana sino Cristóbal Colón, con lo que su comportamiento en este caso fue desleal a la vista de las informaciones que el historiador Francisco López de Gómara narra en su libro “Historia General de las Indias” escrito en 1552 relatando al respecto lo siguiente:

“Y porque la carabela Pinta era más velera e iba delante del Almirante, halló tierra e hizo las señas que el Almirante había mandado. Esta tierra vio primero un marinero que se decía Rodrigo de Triana…

El vigía Rodrigo de Triana, quien el 12 de octubre de 1492 a las 2 de la madrugada avistó “tierra” subido a la cofa del palo mayor en la carabela “La Pinta” que iba delante del Almirante Colón. Por tanto, la recompensa de los 10.000 maravedíes que ofrecieron los Reyes Católicos a la primera persona en descubrir tierra no la cobró Rodrigo de Triana sino Cristóbal Colón, con lo que el comportamiento del Almirante Colón fue desleal.

…Y así, el marinero de Lepe se pasó a Berbería, y allí renegó de su fe, porque ni Colón le dio albricias ni el Rey merced ninguna, por haber visto él antes que nadie de la flota, lumbre en las Indias.

Colón de alguna manera se creía ser un elegido por Dios para llevar el cristianismo a los nuevos territorios por descubrir. Sólo así, justificaría su afán de conseguir todo el oro posible en dichos territorios de cara a la conquista de Jerusalén, obsesión ésta que mantuvo hasta su muerte.


Tratado de Tordesillas

El 12 de octubre de 1492 Colón había llegado a América. A su regreso, Portugal reclamó los derechos de las nuevas tierras descubiertas alegando que le correspondían por el Tratado de Alcaçovas (1479), pero los Reyes Católicos rechazaron sus pretensiones y apelaron al Papa Alejandro VI quien finalmente les dio la razón, iniciándose las negociaciones entre Castilla y Portugal para establecer un nuevo marco que rigiera el reparto de los futuros descubrimientos.

El 7 de junio de 1494, en la villa de Tordesillas, se firmó un acuerdo entre los reinos de Castilla y Portugal que fijará los límites que corresponderían a cada Corona de las tierras americanas ya descubiertas o por descubrir. El acuerdo, conocido como el Tratado de Tordesillas, dibujaba una línea imaginaria dividiendo el Océano Atlántico, de polo a polo, 370 leguas al oeste de las islas de Cabo Verde, quedando para Castilla el hemisferio occidental y para Portugal el oriental.

De esta forma, con la intermediación del Papa Alejandro VI, los Reyes Católicos y el rey Juan II de Portugal se ponen de acuerdo sobre las conquistas que podrán realizar cada uno de sus estados en relación con el mundo recién descubierto. El acuerdo consiguió esquivar un conflicto y avanzar en la denominada hermandad peninsular.

El Tratado de Tordesillas, presentado de forma conjunta por España y Portugal, es el primer documento español inscrito en el Registro “Memoria del Mundo” de la UNESCO (2007). Este registro universal se creó en 1992 con el fin de preservar el patrimonio documental, auténtica memoria del mundo y espejo de la diversidad de lenguas, pueblos y culturas de nuestro planeta. La creación del programa obedeció a la constatación de la suma fragilidad de esa memoria y al hecho de que días tras días desaparecen elementos importantes del patrimonio documental que la componen.

El Museo del Tratado nos muestra a través de sus salas la reproducción de mapas, barcos e instrumentos de navegación de la época de los descubrimientos.

El punto esencial del Tratado de Tordesillas es el trazado de una raya divisoria de polo a polo en el Atlántico que los portugueses querían establecer a 370 leguas al oeste de Cabo Verde, petición justificada por la necesidad de regresar desde la fortaleza africana de la Mina sin invadir la zona castellana. La propuesta, tras duros debates, fue aceptada por los monarcas castellanos, cerrándose de esta manera el proceso negociador.

Firmada bilateralmente la paz, los representantes añadieron también el deseo de que el Papa confirmara las condiciones acordadas y que en un plazo de cien días los reyes de ambas naciones aprobaran y ratificaran la capitulación mediante un solemne documento en pergamino, validado por el sello de plomo y con las firmas autógrafas de los monarcas. La parte portuguesa pidió y logró que el diploma castellano fuese firmado también por el heredero de la corona, el príncipe Juan.




Desde la Plaza Mayor como una de las más puras esencias de la plaza castellana, rodeada de soportales, que data del siglo XVI paseamos a través de la calle de San Antolín para llegar al Museo del Tratado, cercano al río Duero.


Mapa original de Juan de la Cosa realizado en el año 1500 en el Puerto de Santa María
Museo Naval de Madrid


Mapamundi de Juan de la Cosa


El mapamundi de Juan de la Cosa es un documento elaborado en 1500 con el método de rumbos y distancias que los italianos denominaban portulanos. Es la primera representación de un mapamundi terráqueo, apareciendo el Nuevo Mundo (América) en el conjunto geográfico clásico. Geográficamente, se trata de la más completa expresión del mundo conocido en aquel tiempo.

La vida de este documento único desde su creación hasta la actualidad es apasionante. Sobre él se han escrito infinidad de estudios. En la carátula correspondiente, podemos leer:

“Juan de la Cosa la hizo en el puerto de S. Mª en el año de 1500”

El autor de este documento histórico fue Juan de la Cosa [mapa de 93 centímetros de alto por 183 de ancho], al menos quien realizó el trabajo material. El autor político debemos atribuirlo al clérigo Juan Rodríguez de Fonseca [quien fue alumno de Nebrija] y el grupo de colaboradores que tenía.

Nos encontramos ante un documento político presentado por Fonseca a los Reyes Católicos como prueba fehaciente de los resultados obtenidos por los viajes de descubrimiento realizados desde Cristóbal Colón, hasta Vicente Yáñez Pinzón en 1500.


Carta del Tratado de Tordesillas de 1494

Recordemos que al regreso del primer viaje, Colón no sabía localizar con certeza las tierras descubiertas y los monarcas castellanos se veían presionados por el rey Juan II de Portugal para comenzar las negociaciones que solucionaran la cuestión planteada con las nuevas tierras. Colón, tras ser recibido en Barcelona, propone a los monarcas que en las bulas que se van a solicitar al Papa aparezca una raya divisoria, a la que llamaremos “Raya de Colón”, que pasaría sobre Cabo Verde y, seguramente, las islas Azores.

El Papa admite la propuesta, pero considera excesivo privar a Portugal de la seguridad en la vuelta de la Mina, por lo que en la bula “Inter Caetera” desplaza esta segunda raya 100 leguas al Oeste de las Azores y Cabo Verde, denominada “Raya de Alejandro VI”.

Juan II había aceptado la modificación que los Reyes Católicos le proponían en el trazado de la Raya, pasando de ser un paralelo, como en el Tratado de Alcaçobas-Toledo de 1479-80. Será un meridiano que parte el océano Atlántico de polo a polo.

Pero también, en el proceso de las discusiones de Tordesillas, los lusos solicitan un desplazamiento a 370 leguas al Oeste de Cabo Verde, petición que tras duros debates, y justificada por la necesidad de regresar desde la Mina sin invadir zonas castellana, fue aceptada por los monarcas españoles, considerando que estaban concediendo un espacio en el que solo había agua. De esta manera, en junio de 1494 se llega a la tercera y definitiva raya, denominada “Raya del Tratado de Tordesillas”.

El 24 de enero de 1500 Vicente Yáñez Pinzón quien el 24 de enero de 1500 descubrió nuevas tierras a unas 370 leguas aproximadamente al oeste de las Islas Canarias. Este nuevo hallazgo, que acercaba la tierra nueva hacia Europa, modificaría sensiblemente las repercusiones del Tratado de Tordesillas, pues el descubrimiento de Pinzón generaría dudas en la definición de los límites soberanos de los Estados castellano y portugués. Había nacido el Brasil.


Colegio de San Gregorio en Valladolid


La Controversia de Valladolid de 1550

Carlos V quedaría tan impresionado con los argumentos de Fray Bartolomé de las Casas que convocó para el 15 de agosto de 1550 la Junta en Valladolid compuesta por eminentes juristas y teólogos de la talla de Domingo de Soto o Melchor Cano, pertenecientes a la Escolástica e influidos por el dominico español Francisco de Vitoria. Carlos V le llevaría a plantearse incluso abandonar las Indias si se demostraba que la actuación a nivel moral de España era ilícita.

Pero el verdadero protagonismo correspondería a Fray Bartolomé de las Casas y a Ginés de Sepúlveda, que representaban tesis antagónicas y enfrentadas en la “Controversia de Valladolid”. Se enfrentaban en el Colegio de San Gregorio de Valladolid dos posturas:

La defensa de los indígenas por parte de Fray Bartolomé de las Casas mientras que Sepúlveda invocaba la barbarie de los indígenas y la guerra justa contra los indios.

Sepúlveda como portavoz de los ricos encomenderos defendía el imperialismo tradicional, la de un pueblo dominador que ejerce la explotación sobre el dominado. Defendía incluso la guerra contra los indios para lograr su conversión forzosa al cristianismo con la finalidad de equiparar sus costumbres a las de las sociedades europeas mientras que Bartolomé de las Casas, defendía a ultranza a los pacíficos indios que de repente se vieron violentados por una jauría de codiciosos y sanguinarios encomenderos que veían en el indio una mano de obra esclava.

De las Casas sostenía que la única causa que justificaba la presencia española en América era la evangelización, tal como recogía el testamento de Isabel la Católica. Y dicha evangelización no podía sostenerse por la fuerza sino por medios pacíficos. Ampararse en la fe para conquistar a unos pueblos incultos tergiversaba el espíritu de la conquista. De las Casas ponía como contraargumento que ningún castigo podía aplicarse a los indios bajo la jurisdicción de la Iglesia y súbditos de la Corona. Los indios necesitaban una convivencia pacífica con los españoles bajo una importante labor evangelizadora.

En Valladolid se sometieron a discusión varias cuestiones:

· La legitimidad de la soberanía española.

· Si era lícito o no la guerra contra los indios.

· Y la naturaleza del indio.

Sepúlveda disertaba sobre la división natural entre los pueblos donde unos deben de obedecer a otros. Todo ello importado del pensamiento de Aristóteles, que justificaba la esclavitud. Los indios para Sepúlveda eran gentes bárbaras que se encontraban situados en un escalón inferior, lo que justificaba la dominación de un pueblo civilizado como España.

De las Casas contradecía los argumentos de Sepúlveda pensando que la interpretación de la doctrina aristotélica era errónea. En muchos aspectos los indios estaban más adelantados que los europeos como en medicina, astronomía o matemáticas. Sepúlveda presentaba a los indios como caníbales que no conocían la rueda siendo causa de una guerra justa.

Siete meses duraría la controversia de Valladolid resultando vencedor Fray Bartolomé de las Casas como demuestra el documento legal “Las Leyes Nuevas”, que supondrá un giro radical en la política de España en el Nuevo Mundo.

Pero en la práctica se declarará una verdadera guerra entre la clase encomendera contra España porque las Leyes Nuevas limitaban los derechos de los encomenderos sobre los indios que podían trabajar en la encomienda libremente a cambio de un salario justo. Las Leyes Nuevas proclamaban la extinción de la encomienda tras la muerte del encomendero, sin posibilidad alguna de sucesión de los herederos.

El dominico Francisco de Vitoria, creador de la Escuela de Salamanca, será el verdadero inspirador intelectual de la protección del indio americano, plasmado de una manera nítida en las Leyes de Indias. Sus lecciones magistrales serán los fundamentos del moderno Derecho Internacional y de los Derechos Humanos.

Los dominicos encabezados por Fray Bartolomé de las Casas sacudieron las conciencias de los encomenderos. En la controversia de Valladolid se habían enfrentado dos posturas antagónicas: el dominio natural de España representado por Ginés de Sepúlveda frente a la defensa a ultranza de los indios, representada por Fray Bartolomé de las Casas.

Bartolomé de las Casas para relevar a los indios de las penosas tareas impuestas por los españoles vería positivo importar negros africanos para tal fin, olvidando que éstos últimos también eran hijos de Dios.

La Controversia marcará de forma definitiva la política oficial de España y de la Corona hacia los indios. A partir de este momento, España considerará al indio como persona frágil, débil e indefenso que necesitaba la protección del Estado. Y esta protección se la brindaban las Leyes de Indias cuyas comunidades se salvarán de la extinción en América, muy al contrario de las regiones colonizadas por los británicos, donde las comunidades indias se llegarán a extinguir. 


Personajes significativos de la época

Pedro Álvarez Cabral [1467-1520]

Era hijo de Fernando Cabral, noble luso de rancio abolengo, y de Isabel de Gouveia. Fue elegido por el rey Manuel el Afortunado para dirigir la expedición a la India del año 1500, que Portugal organizó en apoyo de los logros de Vasco de Gama.

Zarpó de Lisboa el 3 de marzo de 1500 con una flota de trece barcos, llegando a tierras brasileñas el 22 de abril del mismo año. Cabral envió a Gaspar de Lemos a Portugal para dar la noticia del descubrimiento y siguió rumbo al cabo de Buena Esperanza, donde perdió cuatro navíos en una tormenta, falleciendo Bartolomé Díaz [quien descubriera en 1488 el Cabo de Buena Esperanza].

Reunida de nuevo la flota en Quiloa, continuó viaje a la India arribando a Angeldiva el 22 de agosto de 1500. De allí pasó a Calicut donde inició contactos comerciales. Cabral, con seis naves como resto de la flota, volvió a Portugal, arribando a Lisboa de forma escalonada entre los meses de junio y julio de 1501.

La situación personal de Cabral en este momento era delicada, pues habiendo rehusado el nombramiento de Capitán Mayor, el rey se sintió ofendido y lo apartó de la Corte. Cabral pasó los últimos años de vida retirado de la política portuguesa y debió morir entre 1518 y 1520.


Vicente Yáñez Pinzón [1446-1515]

Al igual que su hermano Martín Alonso, era un gran conocedor en el arte de navegar. En el primer viaje colombino fue capitán de la carabela Niña, nave en la que embarcaría el genovés días después de perder la Santa María en las costas del Norte de la isla Española. En ella los dos capitanes regresarían a la Península.

Posteriormente participaría en varios viajes a las nuevas tierras descubiertas en 1492. Así, en 1500 realizó el primer viaje conocido al Brasil, descubriendo la desembocadura del río Amazonas, que llamó Santa María del Mar Dulce. Desde allí ascendió por la costa hasta el Golfo de Paria y la Española.

Más tarde participó en Burgos (1508) en una reunión convocada por Fernando el Católico con el propósito de encontrar la ruta americana hacia las Islas de las Especias, y continuó su labor descubridora llegando hasta el Yucatán junto a Juan Díaz de Solís.


Muelle de las Carabelas en Palos de Moguer [Huelva]


La Niña

Era la carabela predilecta de Colón por su maniobrabilidad y ligereza. Al igual que la Pinta, fue aportada a la expedición por los vecinos de Palos. De nombre Santa Clara, fue siempre llamada la Niña por su maestre y propietario Juan Niño, de Moguer. La capitaneaba Vicente Yáñez Pinzón. En Las Palmas se cambiaría su aparejo latino por el redondo, igual al de la Pinta. La Niña se convirtió en el más marinero de los buques de la flota colombina, tanto a la ída como a su regreso a Palos, por eso Colón contó de nuevo con ella para que formara parte de la flota del segundo viaje, siendo la capitana de las tres carabelas que Colón llevó en su exploración de las islas de Cuba y Jamaica. Una vez más, en este segundo viaje fue una de las dos carabelas que regresó a la Península. Así mismo, se contó con esta nave tan adecuada para los descubrimientos en el tercer viaje colombino y en la expedición de 1501 a la Costa de las Perlas [NE de Venezuela].




Martín Alonso Pinzón [1445-1493]

Nacido en la zona enmarcada entre los ríos Tinto y Odiel, perteneció a una de las importantes familias de navegantes del litoral atlántico andaluz. Poseía una gran experiencia como navegante en el Mediterráneo y el Océano Atlántico, hasta las costas de Guinea.

Capitán de la carabela Pinta, su presencia fue decisiva para el éxito del primer viaje colombino, tanto por sus conocimientos náuticos, como por su prestigio e influencia entre los marineros de la localidad. Una vez en el Nuevo Mundo, la diferencia de criterios entre Martín Alonso y Cristóbal Colón se hizo evidente al dirigirse el primero a la Isla de Babeque en busca de oro, separándose el 21 de noviembre. Ambos capitanes se reunieron nuevamente a causa de una tormenta. Pinzón llegó al puerto de Bayona [Galicia] en febrero, y Colón a Lisboa, en marzo. Ambos desembarcaron en Palos el 15 de marzo de 1493, muriendo allí poco después.





La Pinta

Era una carabela redonda procedente de Palos [Huelva], propiedad de Cristóbal Quintero (quien se enrolaría como marinero). No se conoce su verdadero nombre y es la embarcación de la que menos datos se poseen. Desde esta “velera” carabela el marinero Juan Rodríguez de Bermejo dio la voz de “tierra” y capitaneada por Martín Alonso Pinzón fue la primera en llegar a la isla del Salvador [Guanahaní]. Más tarde se separaría de la capitana y de Colón frente a la isla de Cuba el 22 de noviembre, hasta que se reencontraron el 6 de enero de 1493. En el viaje de regreso a España, después de separarse de la Niña el 14 de febrero, a la vista de las Azores, recaló en este mes en el puerto de Bayona.

Se dice que sería Fray Diego de Deza quien puso el nombre de “La Pinta” a una de las tres carabelas de Colón, haciendo referencia con ese nombre a una medida de vino utilizada en la época. Así fue como el primer vino que se bebió en aquel continente fue el de Toro gracias a que Cristóbal Colón lo llevó en La Pinta.




La Santa María

Era una nao propiedad del maestre Juan de la Cosa. Fue construida con toda probabilidad en Galicia, razón por la que se conocía con el nombre de "La Gallega". Cristóbal Colón la eligió como capitana por ser mayor que las carabelas Pinta y Niña. Era la nave más lenta de la flota. Tras encallar en las costas del norte de la isla Española, frente a lo que se conocería como Puerto de la Natividad, Colón se quejaría de sus deficientes cualidades marineras y del excesivo calado para sus propósitos.



Documento que contiene la ratificación del tratado firmado en la villa de Tordesillas el 7 de junio de 1494 entre los representantes de los Reyes Católicos y don Juan II de Portugal.

Arévalo, 2 de julio de 1494



Documento que corresponde a la confirmación por Juan II de Portugal de los acuerdos firmados en Tordesillas sobre la partición del Mar Océano.

Setúbal, 5 de septiembre de 1494


Fray Diego de Deza

Nació en Toro en 1443. Llegó a ser obispo de Zamora, Salamanca, Jaén, y Palencia, arzobispo de Sevilla, confesor de la reina Isabel la Católica e inquisidor General de Castilla.

Se dice que era amigo de Cristóbal Colón y defensor de sus ideas, por lo que actuó como mediador entre éste y los Reyes Católicos para ayudarle en su propósito de emprender el viaje hacia América.

También se dice que sería Fray Diego de Deza quien puso el nombre de “La Pinta” a una de las tres carabelas de Colón, haciendo referencia con ese nombre a una medida de vino utilizada en la época, por lo se puede afirmar que el primer vino que llegó a América era de Toro, que al ser fuerte y recio, era el ideal para aguantar las largas travesías hacia América, y así fue el primer vino que se bebió en aquel continente gracias a que Cristóbal Colón lo llevó en La Pinta [donde Rodrigo de Triana viera por vez primera tierra]. De este modo, el vino de Toro participó en el Descubrimiento de América hasta el siglo XVII, calmando la sed y las heridas de la tripulación en una larga e incierta travesía.


Juan Rodríguez de Fonseca [1451-1524]

Este toresano nació en el seno de una familia de gran peso político en la Castilla del siglo XV. Desde 1488 participó activamente en la política internacional de los Reyes Católicos, sin dejar de lado la carrera eclesiástica, llegando a ser en 1493 arcediano de Sevilla. Los Reyes Católicos le nombran encargado de los asuntos indianos. Se le encomendó la gestión de los preparativos del segundo viaje de Colón y de todas las armadas realizadas a las nuevas tierras desde ese momento hasta 1503, año en que se crea la Casa de Contratación de Indias en la ciudad de Sevilla.

Tras la creación de la Casa de Contratación de Sevilla, seguirá interesado en la búsqueda de la ruta de las islas de las Especias, manteniendo un contacto directo con los aventureros que buscaban nuevas tierras. Así mismo, se interesó por los descubrimientos geográficos y su plasmación cartográfica.



Alejandro VI [1431-1503]


Rodrigo Borgia nació en Játiva (Valencia). Dedicó su vida a la carrera religiosa, en la que ascendió rápidamente, siendo nombrado Cardenal en 1456 y Papa en 1492 con el apoyo de la Casa de Aragón, con el nombre de Alejandro VI. Amigo personal de Fernando el Católico, a petición de los Reyes, el Pontífice concedió tres bulas que puede ser consideradas como la base del dominio castellano sobre América.

La primera, “la Inter Caetera”, de 3 de mayo de 1493, es una bula de donación y soberanía del Papa a los monarcas castellanos sobre las tierras descubiertas y por descubrir.

La segunda, “la Eximiae Devotionis”, también de 3 de mayo, reconoce los derechos evangelizadores de los reyes, pues la soberanía se otorga junto al deber de cristianizar a los habitantes del terreno donado.

Con la tercera bula, conocida como “Segunda Inter Caetera”, de 4 de mayo, los Reyes Católicos logran el establecimiento de “una raya o línea” trazada de polo a polo separando claramente los ámbitos de actuación de cada monarquía peninsular.

A la petición de los monarcas de esta división, basada en la idea de Colón de trazar la raya sobre las islas Azores y Cabo Verde, Alejandro VI realiza una pequeña modificación, desplazando la raya 100 leguas al Oeste de Cabo Verde, raya que se vería nuevamente trasladada tras la firma del Tratado de Tordesillas.


Réplica de la Nao Victoria en el Puerto de Sevilla


Posteriormente vendrá la enorme gesta de la Primera Vuelta al Mundo cuando fuimos los primeros en circunnavegar la tierra «Primus circumdedisti me» cuya inmortal proeza fuera realizada para gloria de España y de la Humanidad por la expedición Magallanes-Elcano entre 1519 y 1522.

“Desde que habíamos partido de la bahía de San Lúcar hasta que regresamos a ella recorrimos, según nuestra cuenta más de catorce mil cuatrocientas sesenta leguas y dimos la vuelta al mundo entero…”

(Del diario de Antonio de Pigafetta)


Pero eso formará parte de otra interesante historia del blog de mis culpas, que compartiremos con nuestros amigos…


Desde la Casa del Tratado en Tordesillas, para el blog de mis culpas...


P.D. Instrumentos náuticos de la época


Antecedente náutico andalusí

Astrolabio del andalusí al-Sahli (Toledo 1068) expuesto en el Pabellón Al-Ándalus y la Ciencia, sede de la Fundación Pública Andaluza El legado andalusí. ©Enrique J. Herrera.




El astrolabio es un instrumento fundamental para la navegación astronómica durante la época de la gran expansión oceánica europea. Utilizado para obtener la altura de los astros Sol, Estrella Polar o Cruz del Sur, es decir, la latitud. Su uso ya se describe detalladamente en los Libros del Saber de Astronomía de Alfonso X el Sabio, tanto el astrolabio esférico como el plano o llano. Al extenderse su uso de tierra al mar, este se simplificó, apareciendo el astrolabio náutico y quedando reducido a una rueda con el limbo graduado.



Brújula militar de avistamiento 

Es un instrumento que permite determinar la dirección de viaje o rumbo y tiene su fundamento en una aguja imantada que señala el Norte magnético. Su origen es probablemente de China, y posteriormente pasó a los árabes quedando su uso generalizado. Hizo posible la navegación alejada de la costa permitiendo abandonar la servidumbre de navegar a la vista de la tierra o cabotaje.




Compás de cartear español anterior a 1588


Enlaces interesantes

Zamora, con el río Duero donde mirarse

Juana I de Castilla

La ruta del hereje en el Valladolid del siglo XVI

La primera vuelta al mundo «Primus circumdedisti me»

El Viaje más largo, desde el Archivo General de Indias, en Sevilla