La Avda. de Valdelagrana nos introduce en el Puerto de Santa María a través de la Plaza de las Américas donde nuestra retina capta al instante una réplica de la carabela de Colón “La Niña”, realizada por profesor Coín Cuenca en el año 1990. Al observar dicha réplica la retina de la historia refresca nuestra memoria para recordarnos que el Castillo de San Marcos serviría de hospedaje durante dos años a Cristóbal Colón que, al amparo de D. Luis de la Cerda, Duque de Medinaceli, concibe la ruta de las Indias por Occidente, con el decisivo apoyo de Juan de la Cosa, vecino del Puerto de Santa María, dueño de la Nao " María Galante" que una vez pertrechada se convertiría en la "Santa María", capitana del descubrimiento.
Nuestra proa puso viento en popa por la ribera del Guadalete hacia el Centro Cultural Alfonso X el Sabio que se encuentra en la calle Virgen de los Milagros (antigua calle Larga) donde visitamos una exposición sobre la figura de Cristóbal Colón junto con una copia del mapamundi de Juan de la Cosa (cartógrafo) y una maqueta a escala de la carabela Santa María.
El Puerto de Santa María tuvo una considerable participación en el descubrimiento del Nuevo Mundo, reproducido en dos importantes documentos como la carta del 19 de marzo de 1493 en la que el Duque de Medinaceli informa a su tío el cardenal Mendoza de su relación e interés en el descubrimiento del Nuevo Continente, y el mapamundi de Juan de la Cosa, realizado en el Puerto en 1500.
En dicha carta del 13 de marzo de 1493 el duque de Medinaceli manifiesta a su tío el Cardenal Mendoza "que tuvo en su casa a Cristóbal Colomo, que venía de Portogal, y se quería ir a ver al rey de Francia para que emprendiese de ir a buscar las India".
Aunque se daba por hecho, estos documentos corroboran como prueba irrefutable la participación y mediación de la Casa de Medinaceli en el proyecto colombino. Luís de la Cerda, duque de Medinacelli, hace una exposición de cómo mantuvo a Colón durante dos años, de las posibilidades de éxito que tenía el proyecto, de que pensó organizarlo enviando tres o cuatro carabelas desde el Puerto de Santa María (que en esos años formaba parte de esa casa señorial) y de cómo advirtió que se trataba de una empresa para la Corona, por lo que se la ofreció a la reina con el ruego de que el centro de tal negocio estuviese en el Puerto.
No obstante, la corona no accedió a la pretensión de Medinaceli de que el Puerto fuese en centro de operaciones de la empresa colombina, dado su carácter de villa de señorío.
Otro personaje ilustre que tuvo relación con el Puerto de Santa María fue Juan de la Cosa, navegante y cartógrafo español que participó en los dos primeros viajes a América.
- Juan de la Cosa nació en Santoña en 1450 muriendo en Turbaco, Colombia, el 28 de febrero de 1510 en un enfrentamiento con los indígenas. Fue cartógrafo y marino participando con Colón en los dos primeros viajes. En 1492 lo hizo al mando de la nao Santa María, de la que era armador y piloto. En la de 1499, con Alonso de Ojeda, obtuvo información para la realización del mapamundi.
- La carabela “La Niña” se llamó en un principio “Santa Clara” en honor del Monasterio de Santa Clara situado en Moguer pero se cambió su nombre a La Niña debido a sus constructores: los hermanos Niño, Pedro Alfonso, Francisco y Juan. La amistad de estos hermanos con los Pinzón fue clave para que la gente de Huelva se embarcara en la gran aventura colombina.
- La nao Santa María era propiedad de Juan de la Cosa y cuando embarrancó en las tierras recién descubiertas sirvió como base para hacer el Fuerte Navidad donde se quedaron 39 hombres abandonados ya que todos no cabían en el viaje de retorno.
El mapamundi es una carta náutica manuscrita realizada sobre pergamino y formada por dos pieles unidas de 93 x 183 cm. Es la primera obra cartográfica en la que aparece representado el continente americano. Aparecen dibujadas las costas de Europa, zonas de Asia y el contorno de África, con los últimos descubrimientos portugueses. Pero su novedad está en la representación de las costas de América del Norte, las Antillas y la costa de América del Sur, con una parte del actual Brasil. Recogía los conocimientos geográficos de la época. Su finalidad era mostrar las tierras recién descubiertas y ponerlas en relación con el mundo conocido de la época. Está decorada con las rosas de los vientos, banderas, escudos, etcétera.
Debajo del personaje principal, san Cristóbal figura la siguiente leyenda:
“Juan de la Cosa la hizo en el Puerto de Santa María en anno de 1500”.
La incorporación de San Cristóbal a la carta náutica puede estar relacionada con el nombre de pila de Colón, considerado como personaje de leyenda y santo, que llevara el cristianismo a la otra orilla del océano. Incluso puede ser un homenaje al descubridor. En esta época san Cristóbal era conocido como san Cristobalón.
Aparecen representados los Reyes Magos con el oro de Oriente y la rosa de los vientos, que algunos autores la relacionan con el Fuerte de Navidad, construido en la costa norte de la española con los restos de la Santa María: la nave de Juan de la Cosa. Las banderas y escudos se utilizaban para identificar países y soberanías. Las carabelas se relacionan con los viajes de los descubrimientos y la nao con los viajes comerciales.
Alfonso X el Sabio hizo del Puerto de Santa María concejo independiente mediante otorgamiento de carta-puebla fundacional en el año 1281.
En nada menos que en 24 cantigas, todo un cancionero propio de Santa María Do Porto, el Rey narra en verso las peripecias de la construcción de la Iglesia fortificada.
Cuenta la leyenda que la Virgen se apareció a Alfonso X en las almenas del Castillo, instándole a su conquista; de ahí que el escudo del Puerto sea la Virgen sobre el castillo y el río justo abajo.
A finales del siglo XIV, el Puerto de Santa María era una importante villa marinera formada por marinos, marineros, comerciantes, armadores, carpinteros de la ribera, calafates, rederos, cordoneros, cartógrafos, en definitiva, gente de la mar con edificaciones como muelles, altarazanas, varaderos, almacenes, aduanas, hospital, etcétera.
Más tarde nos dirigimos hacia la Plaza Alfonso X el Sabio donde se encuentra el edificio más representativo de la ciudad “el Castillo de San Marcos”, propiedad de la firma Luís Caballero S.A. desde mediados del siglo pasado.
Verónica actuó de cicerón en nuestra grata visita al Castillo, explicándonos “in situ” la impresionante historia de la fortaleza que en sus orígenes formara parte de un templo romano convertido posteriormente en una fortaleza almohade transformada en la antigua mezquita de Alcanate de la
que se conservan los muros, sobre todo el de la Quibla, y el Mirhrab orientado hacia la Meca y algunas
inscripciones. El arco de herradura era un elemento característico en el arte musulmán.
Conquistada la alquería por Alfonso X El Sabio (años 1257/1260), el Rey participó personalmente en la construcción del santuario fortificado llamando a la Iglesia-Fortaleza con el nombre de Santa María.
La ciudad fue vendida al almirante genovés Micer Benedicto Zacarías, pasó a la Corona en tiempo de Sancho IV "El Bravo", y finalmente al Señorío de la Casa de Medinaceli.
El Castillo sirvió de hospedaje durante dos años a Cristóbal Colón que, al amparo de D. Luis de la Cerda, Duque de Medinaceli, concibe la ruta de las Indias por Occidente, con el decisivo apoyo de Juan de la Cosa, vecino del Puerto de Santa María.
En el siglo XIX, además de ser iglesia se convierte en casa de vecinos. En 1934 pasa a manos del municipio, que derriba lo construido en el siglo XV y retira los retablos. Así aparecerán detrás del altar mayor el Mihrab (destruyendo lamentablemente todos los azulejos mudéjares que lo recubrían) y tras el retablo del Sagrario la imagen de Santa María de Sidueña traída de una ermita del siglo XIII.
En 1930 fue declarado Monumento nacional.
Nuestra retina capta al instante por su belleza el muro de la quibla que como en casi todas las mezquitas salvo que el urbanismo de la época lo impidiera estaban orientadas en dirección a la Meca (NE-SE) en el cual se encuentra el mihrab o recinto sagrado con una acústica perfecta, donde el imán dirigía la oración. Se conserva en perfectas condiciones.
Casi todas las mezquitas estaban orientadas a la Meca en dirección NE-SE. La Kaaba en la Meca representa el lugar más sagrado del Islam. Por tanto, la quibla debería estar orientada en esa dirección.
Desde el interior de la antigua mezquita pasamos al patio de las abluciones donde los creyentes musulmanes purificaban su cuerpo antes de pasar a su interior.
Casi todas las mezquitas estaban orientadas a la Meca en dirección NE-SE. La Kaaba en la Meca representa el lugar más sagrado del Islam. Por tanto, la quibla debería estar orientada en esa dirección.
Según Google Earth La Kaaba está orientada 21º-25´19.49" N / 39º-49´32.05" E
Desde el interior de la antigua mezquita pasamos al patio de las abluciones donde los creyentes musulmanes purificaban su cuerpo antes de pasar a su interior.
Entre pasadizos sinuosos y angostos nuestra retina desglosa sin prisas las entrañas del edificio fortaleza ubicado en un lugar estratégico, junto al estuario del río Guadalete.
El río Guadalete nace en la Sierra de Grazalema, cerca del Puerto del Boyar. Etimológicaente "Lete" significa en la mitología griega, "río del olvido". Algunos historiadores ubican la histórica batalla, al que da nombre el río entre el 19 y el 26 de julio del 711 entre don Rodrigo, último rey visigodo y las fuerzas musulmanas, lo que dio origen a la génesis de un nuevo periodo histórico.
En el castillo se entraba a través de un reducto cuyo pasillo estrecho tiene una entrada recta de tamaño mediano y una salida con curva y del mismo tamaño de la entrada con el objeto de que por ese punto pasara un caballo adiestrado con el jinete que podía entrar. Sin embargo, al enemigo por desconocimiento le era imposible entrar, ya que al llegar a la curva quedaba atrapado teniendo en cuenta que el caballo medía aproximadamente 1,62 cm y el jinete 1,48.
Dicho reducto se convertía en una verdadera ratonera al poder caerle infinidad de saetas arrojadas desde las saeteras e incluso aceite hirviendo desde los matacanes ubicados en la parte más alta de la muralla. También desde las aspilleras podían llover innumerables flechas lo que hacía que estas fortalezas fueran prácticamente inexpugnables en su época.
Al pasear los patios se pueden observar varios pozos, uno de los cuales serviría para arrojar a los “enemigos” a su fondo, provocando una gran epidemia de peste durante el siglo XVII con numerosas víctimas, al filtrarse el agua en los tres pozos del castillo.
Otro periodo triste de la historia del Castillo de San Marcos en el Puerto de Santa María ocurriría entre el 1 de febrero de 1810 al 25 de agosto de 1812 al establecer los franceses en la Guerra de la Independencia su cuartel general con miras puestas en el “asedio de Cádiz”.
El denominado desembarco maldito en 1822 en el Puerto de Santa María de los "Cien Mil Hijos de San Luis" permitiría restablecer en el trono al desleal y absolutista Fernando VII, derogando la Constitución de Cádiz de 1812 "la Pepa" y provocando una dura represión contra los liberales que nos llevaría a la "Década Ominosa" .
La Constitución de 1812 con su obra legisladora, sólo por justicia debería haber pasado a la historia como inmortal aunque el espíritu de la Pepa y la Revolución de 1820 siguieron vigentes hasta la "Gloriosa de 1868".
Otra etapa desafortunada en la impresionante historia del Castillo de San Marcos sería tristemente la barbarie ocurrida en 1936 que llevó al enfrentamiento entre españoles. Se puede observar en una parte de la torre numerosos orificios como consecuencia de los fusilamientos.
Los orificios altos eran la consecuencia de las “personas” que formaban el piquete de ejecución y que apuntaban alto para no ser autores de ninguna muerte. Sin embargo, los orificios medianos y bajos en la piedra testimonian lo contrario.
Paseando entre sus almenas y observados por la torre del homenaje terminó nuestra visita al castillo de San Marcos, degustando nuestro paladar en la Bodega Caballero cuatro clases de vinos de alta calidad que nos ofrecieron:
Desde el castillo nos dirigimos hacia la Plaza de España donde se erige la Iglesia Prioral de construcción gótica con su bella fachada y la torre del reloj junto al campanario. En el interior junto al altar mayor nos encontramos un enorme óleo sobre tela realizado en 1852 por José María Rodríguez Losada idealizando a Alfonso X "el Sabio" recibiendo del alguacil musulmán de Jerez las llaves de la aldea de Alcanate. Al fondo el castillo de San Marcos y, sobre la torre del homenaje, se aparece la Virgen de los Milagros, escudo de la ciudad.
Muy cerca de allí se encuentra la casa natal y Fundación de Rafael Alberti, uno de los máximos representantes de la Generación del 27.
En dicha exposición podemos observar un recorrido cronológico de la vida del poeta entre fotografías, libros, pinturas, dibujos y bellos poemas. Cabe destacar su compromiso político con la República; unas profundas convicciones que lo llevarán al exilio en Francia, Argentina e Italia. En su casa natal podemos encontrar su primer libro de poemas Marinero en tierra (1924) que fuera Premio Nacional de Poesía.
La Guerra civil no es solo una página capital de la historia moderna sino una de las claves históricas del presente y del futuro de España. España es hoy un país democrático y las heridas, aunque tal vez todavía duelan, están (o debieran estar ya) cicatrizadas. Pero la actual democracia le debe mucho al dolor de estas heridas; sin ellas, sin su recuerdo, correríamos el riesgo de volver a repetir los errores del pasado.
Rafael Alberti in memoriam
Tras treinta y ocho años en el exilio, el ilustre poeta regresa a la España ya democrática el 27 de abril de 1977.
Rafael Alberti ha sido reconocido con numerosos premios entre los que destacan el Nacional de Literatura, el Lenin de la Paz en la antigua URSS en 1965, el Nacional de Teatro en 1981 y el Cervantes de Literatura en 1983.
La calle de los moros nos acercaba hasta la Plaza de Toros del Puerto de Santa María que fuera inaugurada en junio de 1880. En la Puerta principal de la plaza de toros se encuentra el monumento en bronce al toro de lidia y en la parte posterior de la plaza el monumento a Paquirri haciendo una cambiada a portagayola.
En el ecuador de nuestra grata visita al Puerto de Santa María deleitamos nuestro paladar junto a la “Ribera del Marisco” en Romerijo, junto a la desembocadura del río Guadalete, donde brilla con luz propia la rica gastronomía mediterránea en lo referente a los productos del mar, descansando posteriormente en las rubias arenas de la playa de Valdelagrana.
Estuario del río Guadalete en el Puerto de Santa María |
Terminada la visita atravesamos la glorieta de Osborne para deleitarnos más tarde con la portada renacentista del Monasterio de la Cartuja de Xerez.
Desde el Puerto de Santa María para el Blog de mis culpas...
P.D. Quiero dar las gracias a Verónica, relaciones públicas de la Casa Caballero por ilustrarnos sobre la historia del Castillo de San Marcos en el Puerto de Santa María.
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