jueves, 17 de noviembre de 2016

Visita a la tumba de Karl Marx en el “Highgate Cementery” de Londres

Sus admiradores se han disputado el asiento 07 de la sala de lecturas de la British Library [donde se sentaba Karl Marx], hasta su nueva ubicación.


Cercano el 135º aniversario de la muerte  de uno de los más grandes pensadores que haya dado la Humanidad [14 de marzo de 1883], realizamos nuestra última ruta en Londres un 12 de noviembre de 2016, lo que nos hizo retroceder no pocos lustros en el tiempo y en la concepción de la historia. 

Bajo un cielo desapacible acompañado de la tradicional lluvia londinense, que sin prisas pero sin pausas no dejaba de caer, íbamos realizando transbordos en los tradicionales buses de color rojo de dos plantas hasta llegar a nuestro destino el “Highgate Cemetery” [distrito de Camden] donde se encuentra nuestro protagonista Karl Marx que tuvo un compromiso vital, inquebrantable y absoluto con la causa proletaria, contra el que nada pudo la miseria que lo persiguió hasta sus últimas consecuencias. 

No es un secreto para nadie que Friedrich Engels, con quién mantuvo una gran amistad de conmovedora lealtad recíproca, lo sostuviera económicamente hasta el final de sus días.

Desde “Trafalgar Square” en el kilómetro 0 de Londres, iniciamos nuestra visita en busca del “Highgate Cementery” en el norte de Londres, donde se encuentra la tumba más visitada del Reino Unido, la de “Carlos Marx”, considerado indiscutiblemente uno de los más grandes pensadores de toda la historia. 

Para dirigirnos al “Highgate Cementery”, tomamos el bus 91 que nos llevaba hasta “King Cross”. Es digno de mencionar que tuvimos la suerte de dar con un conductor del bus y auténtico cicerón llamado Marc que al darse cuenta de nuestras serias limitaciones con el “dominio" de la lengua inglesa, nos dio a entender “don´t worry”, manifestándonos que hablaba un español correcto y que había estado viviendo en Tenerife.

Por motivos de la crisis en España, Marc tuvo que emigrar a Londres. Nos comentó que hablaba diez idiomas, siete autóctonos de África, además del francés, inglés y español correctamente. Marc nos informó sobre nuestro destino “Highgate Cementery”, en el norte de Londres. 

Aunque es posible que no lea nunca este texto, sirva la presente para testimoniarle nuestro agradecimiento. Marc nos comentó que gracias a Dios encontró trabajo y vive con su familia en Londres, donde cualquier persona con ganas de trabajar, encuentra trabajo.

El recorrido desde Trafalgar Square hasta el “Highgate Cemetery” en bus es el siguiente:

1. Trafalgar Square hasta King Cross ( bus 91).

2. King Cross hasta Archway “donde existe un McDonald´s” (bus 390).

3. Desde Archway hasta el cementerio de Highgate (bus 271).


Por 5 libras se obtiene un ticket de bus (denominado tarjeta Oyster) en cualquier cajero de las estaciones de metro (underground) válido para 24 horas, lo que nos permite movernos con cierta facilidad por Londres. El servicio de bus es muy eficiente.

No hace falta ser gran observador para darse cuenta de que a medida de que nos alejábamos de Trafalgar Square hacia el norte de Londres, se empieza a percibir diferentes barrios obreros musulmanes, indios, etcétera.

Plano del "Highgate Cemetery" de Londres

Breve historia del “Highgate Cemetery”

Hasta comienzos del año 1800 la mayoría de los entierros habían tenido lugar en el cementerio de la iglesia. A partir de la década de 1820 estos se habían saturado e insalubres. Los brotes de cólera y fiebre tifoidea hicieron necesaria buscar una solución. Las personas que no eran miembros de la iglesia de Inglaterra también tendrían un lugar donde poder enterrar a sus muertos según sus propios ritos.

Las empresas privadas intervinieron proporcionando lo que la iglesia establecida y el estado no podían realizar por falta de recursos. Construyeron hermosos cementerios ajardinados junto a los pueblos abiertos a todas las personas de todas las denominaciones. Los cementerios también estaban interesados ​​como atracciones turísticas desde sus primeros días, no sólo como lugar donde llorar a los seres queridos. Los visitantes leerán epitafios, admirando el arte de los monumentos, y escapando del ruido y la contaminación de la metrópoli. Se hizo muy popular. En las décadas de 1830 y 1840, ocho cementerios se instalaron en Londres. Highgate fue el tercero en abrirse, en 1839.

La compañía del cementerio de Highgate fue llamada la Compañía del Cementerio de Londres, y estaba firmemente convencida de lucrarse con el negocio. La primera parte a abrir fue el cementerio oeste, al otro lado de la carretera, 17 acres (6,9 ha), donde se puede observar la Avenida de Egipto, el Líbano Círculo y las Catacumbas en Terraza. La visita al cementerio oeste es guiada.

La nueva legislación en la década de 1850 prohibía los entierros en el centro de Londres, lo que hizo que la Compañía entendiera que su inversión sería aún más rentable. Ellos compraron 19 acres (7,7 ha) para crear el cementerio del Este, que abrió sus puertas en 1860. Se dispuso para maximizar el espacio disponible para el entierro y por lo tanto no se caracteriza del cementerio oeste.

Hoy en día, el cementerio este es el hogar de muchos de los residentes. El más famoso de todos es sin duda, Karl Marx pero hay personajes ilustres en todos los ámbitos. Algunos de los prominentes están marcados en un pequeño mapa que nos facilitaron en la entrada. A diferencia de la situación en muchos otros países, una vez enterrados los difuntos permanecen en sus tumbas a perpetuidad -para siempre-. Durante el siglo XX el cementerio se convirtió poco rentable y la compañía que lo gestionaba se derrumbó en un escándalo financiero. Allí no quedaba dinero, y nadie para cuidar el cementerio. La responsabilidad de los cementerios fue asumida por los consejos locales y en la actualidad son apoyados por los contribuyentes.

El Highgate Cemetery fue rescatado por una organización benéfica, “The Friends of Highgate Cementery Trust”, y ahora se gestiona sin ánimo de lucro. Las 4 libras que cuesta su visita dice la información que es reinvertido en su conservación, restauración y mantenimiento del Cementerio de Highgate para que el visitante lo disfrute hoy y en el futuro al no estar financiado por el gobierno. No estamos financiados por el gobierno. Lo cierto y verdad, es que me pareció vergonzoso aprovecharse de los trabajadores que quieren visitar su tumba para rendirle respeto, con esas 4 libras.

Se pretende mantener la atmósfera de decadencia romántica que muchos visitantes encuentran tan atractiva desde hace al menos, 175 años.

Karl Marx fue enterrado en el “Highgate Cemetery”, al norte de Londres en 1883. Marx y Friedrich Engels sentaron las bases del socialismo científico y del marxismo a través del examen de la historia y su transformación. Fueron los fundadores de la I Internacional. Su influyente obra abarca la filosofía, la historia, la ciencia política, la sociología y la economía. Junto a su amigo y compañero Friedrich Engels, es considerado el padre del socialismo científico, del comunismo moderno, del marxismo y del materialismo histórico. Sus obras más conocidas son el Manifiesto Comunista (junto con Engels) y el Capital. Karl Marx ha sido descrito como una de las figuras más influyentes en la historia de la humanidad siendo considerado uno de los mayores pensadores del Milenio.



Se trasladó a París en 1843 y comenzó a colaborar con otros periódicos radicales, así como una serie de libros, algunos de ellos coescritos con Engels. Fue exiliado a Bruselas en 1845, donde se convirtió en una figura importante de la Liga de los Comunistas y en 1849 se trasladó a Londres junto con su esposa Jenny y sus hijos. En Londres, la familia se redujo a la pobreza, pero Marx siguió escribiendo y formulando sus teorías sobre la naturaleza de la sociedad y cómo creía que podría mejorarse, así como una campaña por el socialismo y convirtiéndose en una figura destacada de la I Internacional.

Las teorías de Marx sobre la sociedad, la economía y la política, que se conocen colectivamente como el marxismo, sostienen que todas las sociedades avanzan a través de la dialéctica de la lucha de clases. Fue muy crítico de la forma socioeconómica vigente de la sociedad, el capitalismo, al que llamó la "dictadura de la burguesía", afirmando que se llevaba a cabo por las acaudaladas clases dueñas de los medios de producción, para su propio beneficio. 

Y teorizó que, como los anteriores sistemas socioeconómicos, inevitablemente se producirían tensiones internas, producidas por las leyes dialécticas, que lo llevarían a su reemplazo por un nuevo sistema a cargo de una nueva clase social, el proletariado. Sostuvo que la sociedad bajo el socialismo, sería regida por la clase obrera en lo que llamó la "dictadura del proletariado" o el "Estado obrero". Creía que el socialismo sería, a su vez, finalmente reemplazado por una sociedad sin Estado y sin clases llamada comunismo puro. Junto con la creencia en la inevitabilidad del socialismo y del comunismo, Marx luchó activamente para la aplicación del primero (el socialismo), argumentando que los teóricos sociales y las personas desfavorecidas debían realizar una acción revolucionaria organizada para derrocar el capitalismo y lograr un cambio socioeconómico. 

Aunque Marx se mantuvo como una figura relativamente desconocida durante su vida, sus ideas y la ideología del marxismo comenzaron a ejercer una gran influencia sobre los movimientos socialistas poco después de su muerte. 

Vladimir Illich Ulianov "Lenin" será el primer teórico-práctico que intentó desarrollar el pensamiento de Marx. Los llamados gobiernos revolucionarios socialistas, tomaron el poder en una variedad de países a lo largo del siglo XX, llevando a la formación de Estados como la antigua Unión Soviética "U.R.S.S." en 1922 “leninismo” y la República Popular China en 1949.


El “Highgate Cementery” se inauguró el 20 de mayo de 1839 debido al crecimiento descontrolado de Londres. Por tal motivo, el gobierno de la época manda a construir siete grandes cementerios a extramuros de la “city” denominados “Magnificent Seven [Los Siete Magníficos]”. 

La entrada al cementerio este “Highgate” cuesta 4 libras. Resulta anecdótico que muchos camaradas comunistas del mundo que llegan en peregrinación tengan que pagar esa cantidad por presentarle sus respetos al ilustre filósofo y pensador.

Al funeral del gran filósofo Karl Marx, apenas acudieron un puñado de familiares y amigos, entre ellos Friedrich Engels, con el que había sentado las bases del comunismo moderno y que manifestara frente a su tumba: 

“El 14 de marzo de 1883, a las 2,45 de la tarde, dejó de pensar el más grande pensador de nuestros días…”.

Marx vivió los últimos treinta y cuatro años de su vida en Londres, donde se trasladó en 1849 hasta le fecha de su óbito en 1883. Marx se cruzaría en el tiempo con Darwin al que quiso dedicar la edición inglesa de "El capital", pero éste no accedió. Marx descubrió las leyes del desarrollo histórico de la Humanidad.

Es digno de resaltar los diferentes orígenes y credos de los difuntos allí acogidos. El cementerio comenzó su decadencia después de la I Guerra Mundial. Estando totalmente en ruinas cambiaría su situación cuando en 1982 la Sociedad de Amigos de Highgate se hizo cargo de él, ocupándose de su mantenimiento y administración pasando a formar parte del Patrimonio inglés con especial interés histórico.

Bajando por el cementerio este entre la niebla y la lluvia nos encontramos con una bifurcación. Al final del camino de la izquierda se haya la tumba más célebre y visitada del cementerio, la del filósofo y teórico social Karl Marx. Da la impresión de que el cementerio está dejado por la mano del tiempo.

Originalmente la tumba de Marx estaba en otra parcela, pero el partido comunista decidió exhumarlo, pagando el coste Engels, y situarlo en este lugar.


La lápida de Marx lleva inscrito un mensaje grabado: "¡Proletarios de todos los países, uníos!, presente en la última línea del Manifiesto Comunista y la frase de la Tesis XI sobre Feuerbach (editada por Engels): 

"Los filósofos sólo han interpretado el mundo de distintos modos, pero de lo que se trata es de transformarlo".

La tumba original de Karl Marx tenía apenas un humilde adorno. El Partido Comunista de la Gran Bretaña construyó la lápida monumental en 1954 con un busto hecho por Laurence Bradshaw. En 1970 hubo un intento fallido de destruir el monumento con una bomba casera. 

Su obra tuvo un importante impacto en los movimientos de izquierda en Alemania y Rusia reconociendo los partidos socialistas su influencia. Karl Marx buscaba una sociedad ideal sin clases, rechazando el capitalismo.

Al año siguiente de su muerte, 6.000 manifestantes fueron hasta allí, siendo recibidos por unos 500 policías con las puertas del cementerio cerradas.

Pero el pensamiento de uno de los más grandes pensadores de todos los tiempos comenzaba a germinar en los movimientos revolucionarios socialistas posteriores, que incluso llegaron a tomar el poder como la “Antigua U.R.S.S. o la República Popular China”.

Una vida dedicada al movimiento obrero y a mejorar sus condiciones laborales para librarlos de unas condiciones crueles y miserables sin derecho alguno con exhaustas jornadas entre 12 y 14 horas, el abusivo trabajo infantil, la discriminación laboral y económica a mujeres y niños, la inexistente seguridad social (médico, jubilación, maternidad, bajas o permisos... Aquéllos hombres lucharon también por nuestros derechos, sufriendo en sus carnes la incomprensión, las duras represalias, despidos y hambre para sus familias, e incluso la muerte…como aquellos hombres que el 1 de mayo de 1890 fueron ajusticiados al pedir en una manifestación una jornada laboral digna de 8 horas para poder así, conciliar la vida laboral con la familiar.

Marx y Engels tenían poderosas razones para criticar el capitalismo y la propiedad privada que incluso se proyecta hasta nuestros días al estar en vigor la explotación de los seres humanos. El sistema de libre mercado excluye a los obreros de la riqueza que producen. Los propietarios de empresas de cualquier índole contratan empleados mientras sacan de ellos provecho y son expulsados a la calle cuando se acaban los beneficios.

Monumento a Marx y Engels, en Berlín

Discurso pronunciado en inglés por F. Engels en el cementerio de Highgate en Londres, el 17 de marzo de 1883

El 14 de marzo, a las tres menos cuarto de la tarde , dejó de pensar el más grande pensador de nuestros días. Apenas le dejamos dos minutos solo, y cuando volvimos, le encontramos dormido suavemente en su sillón, pero para siempre. Es de todo punto imposible calcular lo que el proletariado militante de Europa y América y la ciencia histórica han perdido con este hombre. Harto pronto se dejará sentir el vacío que ha abierto la muerte de esta figura gigantesca.

Así como Darwin descubrió la ley del desarrollo de la naturaleza orgánica, Marx descubrió la ley del desarrollo de la historia humana: el hecho, tan sencillo, pero oculto bajo la maleza ideológica, de que el hombre necesita, en primer lugar, comer, beber, tener un techo y vestirse antes de poder hacer política, ciencia, arte, religión, etc.; que, por tanto, la producción de los medios de vida inmediatos, materiales, y por consiguiente, la correspondiente fase económica de desarrollo de un pueblo o una época es la base a partir de la cual se han desarrollado las instituciones políticas, las concepciones jurídicas, las ideas artísticas e incluso las ideas religiosas de los hombres y con arreglo a la cual deben, por tanto, explicarse, y no al revés, como hasta entonces se había venido haciendo. Pero no es esto sólo. Marx descubrió también la ley específica que mueve el actual modo de producción capitalista y la sociedad burguesa creada por él. El descubrimiento de la plusvalía iluminó de pronto estos problemas, mientras que todas las investigaciones anteriores, tanto las de los economistas burgueses como las de los críticos socialistas, habían vagado en las tinieblas.

Dos descubrimientos como éstos debían bastar para una vida. Quien tenga la suerte de hacer tan sólo un descubrimiento así, ya puede considerarse feliz. Pero no hubo un sólo campo que Marx no sometiese a investigación -y éstos campos fueron muchos, y no se limitó a tocar de pasada ni uno sólo- incluyendo las matemáticas, en la que no hiciese descubrimientos originales. Tal era el hombre de ciencia. Pero esto no era, ni con mucho, la mitad del hombre. Para Marx, la ciencia era una fuerza histórica motriz, una fuerza revolucionaria. Por puro que fuese el gozo que pudiera depararle un nuevo descubrimiento hecho en cualquier ciencia teórica y cuya aplicación práctica tal vez no podía preverse en modo alguno, era muy otro el goce que experimentaba cuando se trataba de un descubrimiento que ejercía inmediatamente una influencia revolucionaria en la industria y en el desarrollo histórico en general. Por eso seguía al detalle la marcha de los descubrimientos realizados en el campo de la electricidad, hasta los de Marcel Deprez en los últimos tiempos.

Pues Marx era, ante todo, un revolucionario. Cooperar, de este o del otro modo, al derrocamiento de la sociedad capitalista y de las instituciones políticas creadas por ella, contribuir a la emancipación del proletariado moderno, a quién él había infundido por primera vez la conciencia de su propia situación y de sus necesidades, la conciencia de las condiciones de su emancipación: tal era la verdadera misión de su vida. La lucha era su elemento. Y luchó con una pasión, una tenacidad y un éxito como pocos. Primera Gaceta del Rin, 1842;Vorwärts de París, 1844; Gaceta Alemana de Bruselas, 1847; Nueva Gaceta del Rin, 1848-1849; New York Tribune, 1852 a 1861, a todo lo cual hay que añadir un montón de folletos de lucha, y el trabajo en las organizaciones de París, Bruselas y Londres, hasta que, por último, nació como remate de todo, la gran Asociación Internacional de Trabajadores, que era, en verdad, una obra de la que su autor podía estar orgulloso, aunque no hubiera creado ninguna otra cosa.

Por eso, Marx era el hombre más odiado y más calumniado de su tiempo. Los gobiernos, lo mismo los absolutistas que los republicanos, le expulsaban. Los burgueses, lo mismo los conservadores que los ultrademócratas, competían a lanzar difamaciones contra él. Marx apartaba todo esto a un lado como si fueran telas de araña, no hacía caso de ello; sólo contestaba cuando la necesidad imperiosa lo exigía.

Y ha muerto venerado, querido, llorado por millones de obreros de la causa revolucionaria, como él, diseminados por toda Europa y América, desde la minas de Siberia hasta California. Y puedo atreverme a decir que si pudo tener muchos adversarios, apenas tuvo un solo enemigo personal. 

Su nombre vivirá a través de los siglos, y con él su obra.

Terminada nuestra interesante visita cultural al cementerio este de Londres en "Highgate Cemetery" bajo la lluvia londinense, iniciamos el camino inverso en bus:

Recorrido desde Highgate hasta Trafalgar Square en bus:

1. Desde el cementerio de Highgate hasta Archway (bus 271).

2. Desde Archway hasta King Cross (bus 390).

3. Y desde King Cross hasta Trafalgar Square ( bus 91).


El resto de la jornada la dedicamos a pasear por Picadilly Circus, China Town, Oxford Circus, la National Gallery o el Museo Británico para estimular nuestros sentidos. Pero eso formará parte de otra interesante historia en el Blog de mis culpas, que compartiré con los amigos.



Desde el "Highgate Cemetery", en el este de Londres para el Blog de mis culpas...



P.D. Para alimentar las visitas existe una leyenda urbana originada en la década de los años 60 del siglo pasado, que aseguraba que el "Highgate Cemetery" contaba con su propio vampiro, convirtiéndose este camposanto en un lugar de culto para curiosos y “cazavampiros”.



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