lunes, 24 de abril de 2017

¡Por Coripe no pasa el tren, ni por Morón tampoco!…


IV Encuentro de antiguos alumnos del Instituto de Morón, en Coripe

El pasado sábado 22 de abril de 2016 tuvo lugar en la antigua estación de Coripe el "IV Encuentro entre compañeros (1970-1977)" del antiguo Instituto Nacional de Enseñanza Media (I.N.E.M.) de Morón, ubicado en la retina de nuestro recuerdo. El primer encuentro tuvo lugar en Morón, al que siguió El Coronil, La Puebla de Cazalla, Coripe. En Montellano, será el próximo año coincidiendo con el sábado siguiente a la Semana Santa.  

Estos pueblos vecinos en la década de los años setenta del pasado siglo, se desplazaban en autobús hasta el añorado Instituto ubicado en La Alameda. Este año de 2017 celebra el 50º Aniversario desde su fundación, allá por el año 1967.

A comienzos de los años 70 del pasado siglo ¡casi ná!, era obligatorio llevar el tradicional uniforme con aquella corbata roja, chaqueta azul marino y chaleco, pantalón y calcetines de color gris. ¡Si te faltaba alguna prenda, te mandaban a casa a por ella!. Los alumnos teníamos prohibido entrar por la entrada principal, que estaba destinada sólo y exclusivamente a los profesores. El recreo aún tenía las gradas del antiguo campo de fútbol del Morón. ¡Recuerdan los antiguos alumnos más longevos!...



Un grato encuentro entre compañeros que nos produce -al menos para el que escribe estas humildes letrillas- cierta nostalgia, porque hablamos ya de 40 años, y eso en el mejor de los casos, ya es media vida.


Cuando bajamos desde Coripe a la vieja Estación de ferrocarril, nuestra retina capta al instante desde el mirador ubicado en la carretera, una impresionante panorámica natural convertida en "Vía Verde de la Sierra", con sus grandes infraestructuras en forma de puentes, pontones y grandes túneles que atraviesan la montaña esperando un ferrocarril que nunca llegaría a transitar, porque jamás llegarían las vías.

Las vías verdes son antiguos trazados ferroviarios recuperados para el disfrute y prácticas de actividades al aire libre. En concreto, la Vía Verde de la Sierra transita por la antigua línea de ferrocarril Jerez-Almargen, uniendo las localidades de Puerto Serrano y Olvera.


Las características de la “Vía Verde de la Sierra”: tiene una longitud de 36,5 kms. con 30 túneles, el mayor, el Túnel del Castillo con 990 metros de longitud, 4 viaductos, el más espectacular el de Coripe con 237 m. de longitud atravesando la Junta de los Ríos, desembocadura del río Guadalporcún en el Guadalete de gran trascendencia histórica por la batalla en el 711 entre moros y cristianos aunque no pocos historiadores la ubican con más lógica geográfica en la "Batalla de la Janda", cerca del río Barbate.


Desde el punto de vista arquitectónico, el primer túnel iluminado en dirección a Olvera “Cádiz” tiene una longitud de 175 metros (túnel nº 11), al que le sigue el Viaducto de Zaframagón con 68 metros de longitud. El túnel del Castillo tiene una longitud de 990 metros en dirección a Puerto Serrano (túnel nº 10), también iluminado.

Muy cerca -a 1,5 km.-, se encuentra un impresionante Monumento Natural compuesto por una espectacular encina (Quercus Rotundifolia), conocida en esta zona geográfica como “el chaparro” y que la literatura popular ha bautizado como “El Chaparro de la Vega”, considerado como Monumento Natural de Andalucía, con más de 200 años de antigüedad alcanzando unas sobresalientes dimensiones (13 metros de altura, 1 metro de diámetro en el tronco y un diámetro de copa de 30 metros). Situado en el entorno de la Sierra Sur de Sevilla, en el municipio de Coripe, dentro de un bello entorno de gran valor natural y paisajístico. La vegetación circundante está compuesta por bosques de encinas adehesados, con un sotobosque formado por matorral mediterráneo.

Los túneles y viaductos unen los pueblos de Puerto Serrano y Olvera. La retina de la historia nos recuerda que esta franja geográfica llegó a ser en tiempos pretéritos “zona donde ejercía su influencia algún que otro bandolero”. Muy cerca se encuentra Montellano, Olvera y Grazalema donde en diferentes épocas históricas transitaron José María “El Tempranillo” y “Antonio Ríos González “El Pernales”. 

Túnel nº 10 en dirección hacia Puerto Serrano (Cádiz)

Antes de que llegaran los compañeros al Hostal Restaurante "La Estación" ubicado en la antigua Estación de ferrocarril, por donde no pasa el tren, nos sentamos a refrescarnos con una Cruzcampo bien fría. Nuestra retina capta al instante un documento colgado sobre la pared sobre la historia y construcción de esta vía del ferrocarril entre Jerez y Almargen realizado por los profesores de la Universidad de Sevilla Juan y María Dolores Rincón Millán, y que comparto con los compañeros.

Ni que decir tiene que la construcción de este trazado ferroviario Jerez-Almargen supuso la ilusión de muchos pueblos olvidados de la Sierra de Sevilla y Cádiz por salir del estancamiento económico al que estaban sometidos, al carecer de vías de comunicación que les permitieran sacar sus productos al exterior.


Breve Historia

En el año 1888 la Diputación de Cádiz propone la construcción de un ferrocarril hasta las olvidadas sierras gaditanas, el Ferrocarril Jerez a Setenil y Grazalema, de 160 km. de longitud y un costo de unos 8 millones de pesetas, cuya construcción no pasó del papel. La segunda intentona se remonta a principios del siglo XX, cuando en la misma sede de la Cámara de Comercio de Jerez de la Frontera se creaba la Sociedad Anónima Estudios del Ferrocarril de Jerez a Villamartín y Setenil para la que se suscriben por distintas personalidades de los pueblos interesados 2.125 acciones de 50 pesetas cada una. La idea era, además del transporte de personas por la compleja orografía gaditana, dar salida a los vinos y productos agrícolas de Jerez, de su comarca y de algunos pueblos de Cádiz y de Sevilla, donde se incluía a Coripe. La Sociedad encarga el proyecto del Ferrocarril a Villamartín y Setenil al ilustre ingeniero jerezano Antonio Gallegos Sánchez, quien proyecta un ferrocarril de 130 km. de longitud, en vía ancha (1.672 mm.) y un coste de 24 millones de pesetas, pero que al no encontrar financiación para su uso terminaría también quedando en el olvido.


El Gobierno, entonces presidido por Antonio Maura, pretende reactivar la construcción de ferrocarriles de vía estrecha (ancho de vía 1m.) más acorde a nuestra topografía y de menos costo, y para ello aprueba el 26 de marzo de 1908 la Ley de Ferrocarriles Secundarios y Estratégicos, donde se incluye, la línea Jerez a Setenil por Villamartín, como ferrocarril secundario de vía estrecha. La citada sociedad presenta el proyecto, redactado en diciembre de 1909 también por Antonio Gallegos pero, tanto este ferrocarril como los incluidos en la extensa lista de la citada ley, quedaría en el olvido debido a la crisis económica mundial (I Guerra Mundial "1914-1918"), las revueltas sociales internas por la guerra marroquí y la debilidad del sistema político.

Con este escenario político y bajo el reinado de Alfonso XIII (abuelo del actual rey), en Septiembre de 1923 el General Miguel Primo de Rivera, jerezano de nacimiento, proclama la Dictadura y nombra en diciembre de 1925 a Rafael Benjumea y Burín, Ministro de Fomento. Este hombre ingeniero de profesión afincado en Málaga pero nacido en Sevilla, era profundo defensor de las obras públicas y sería el impulsor de un ambicioso Plan de Ferrocarriles que tenían la misión de vertebrar las comunicaciones ferroviarias del país y entre otras cosas servirá a intereses militares y estratégicos. A raíz de ello, proclama el Plan Preferente de Ferrocarriles de Urgente Construcción mediante Real Decreto-Ley de 5 de marzo de 1926, publicado en la Gaceta Nª 65 al día siguiente. En este Plan aparecen las líneas Jerez a Villamartín, Olvera a la Sierra y Totana o La Pinilla (Murcia) de marcado carácter estratégico, pues pretendía conectar más directamente las Bases Navales de Cádiz y Cartagena. Las primeras se convertirían a la postre en el Ferrocarril Jerez de la Frontera (Cádiz) a Almargen (Málaga) cuyo proyecto, redactaría, en Septiembre de 1925, el joven ingeniero Gonzalo Torres-Quevedo Polanco.

El 10 de agosto de 1926 se publica en la Gaceta de Madrid la adjudicación de las obras de la Sección Primera (Jerez-Arcos) a la empresa de Manuel Troitiño Endreira por importe de 2.469.071 Ptas. Seguidamente en Marzo de 1927 se adjudican el resto de obras de la Sección Primera y la Sección Segunda (Arcos-Olvera) a la empresa Valentín Valhonrat, S.A. por importe de 27.291.479 Ptas. y el 14 de Agosto de 1928 se adjudican las obras de la Sección Tercera a Manuel Troitiño Endreira por importe de 10.322.404 Ptas., prolongándose estas hasta finales de 1933. A pesar del impetuoso comienzo de las obras y del empeño mostrado por la Dictadura por construir el ferrocarril, la llegada de la II República, la Guerra Civil Española, la crisis de la posguerra y la II Guerra Mundial harían que estas se ralentizaran enormemente, retomándose allá por los años 50 a un ritmo muy lento, hasta que en 1962 un informe del Bando Mundial aconseja abandonar varias líneas férreas, entre ellas la línea Jerez-Almargen. Desde entonces hasta finales del siglo XX, la línea ha estado abandonada y sometida a numerosos actos vandálicos, robos e inclemencias del tiempo, sin ningún tipo de conservación, a cuyo pesar sus infraestructuras están en buen estado actualmente.



Esta línea, de 127 km. de longitud, sería una magnífica y emblemática obra de ingeniería para su época, lo mismo que las restantes del Plan considerando los escasos medios técnicos de entonces, por donde jamás circularía ningún tren, a excepción del tramo Jerez-Jédula donde circularon algunos trenes de mercancías. La línea con origen en Jerez, discurriría por las estaciones de El Rito (Apeadero), Jédula, Arcos de la Frontera, Bornos, Villamartín, Puerto Serrano, Coripe, Zaframagón (Apeadero) Navalagrulla (Apeadero), Olvera y Corbones (Apeadero) para terminar en Almargen. Durante su recorrido se han perforado 55 túneles, se han tendido 7 grandes puentes y viaductos, además de varios pontones, muros, trincheras y alcantarillas. Actualmente, de este largo recorrido, se han recuperado 36 km. para la Vía Verde de la Sierra, una de las mejores vías verdes del país, que cuenta con varios premios y distinciones nacionales e internacionales. Casi en el punto medio de este recorrido se encuentra perfectamente comunicada, acondicionada y dotada de múltiples servicios la Estación de Coripe.

Después de haberme ilustrado un poco con la historia del ferrocarril de Coripe, llegaron los compañeros que visitaron el Chaparro de la Vega. Poco a poco se iban integrando al grupo otros compañeros que recordaban con cariño y cierta nostalgia aquéllos años vividos en la década de los 70 donde por razones de nuestra edad aún teníamos algún que otro proyecto de vida por realizar entre “viejos sueños, utopías y alguna que otra quimera” propias de la edad adolescente. 



¡Quién no recuerda aquéllos pupitres unipersonales cerca del profesor que nadie quería ocupar por no permanecer “aislado” de los compañeros y ser el al mismo tiempo, el alumno que tenía el mayor número de posibilidades para que el profesor se fijara en ti, para salir a la pizarra!...

...O cuando el Sr. Conserje “Don Romualdo -Q.E.P.D.-" abría la puerta del aula  y nos levantábamos en señal de respeto, para transmitirnos a cualquiera de nosotros que el director o el jefe de estudios quería comunicarnos tal o cual cosa sin importancia. Íbamos por aquéllos pasillos pensando ¡para qué querrá vernos!, por aquello del “miedo escénico” que generaba la Dictadura y que se proyectaba al profesorado de la época.

Recuerdo aquella profesora de historia que se detenía durante muchas clases en aquel "nacionalcatolicismo" como la Reconquista, los Reyes Católicos, el Descubrimiento de América o la Evangelización de los indios que ocupaban una gran parte de la asignatura...

También recuerdo a su esposo y otros profesores que simpatizaban con el Movimiento Nacional que dieron aquella infumable y aburrida asignatura denominada F.E.N. "Formación del Espíritu Nacional" a la que llamábamos "Política" y casi siempre se daba los lunes, a primera hora de la tarde, recién comido. 

También recuerdo algún que otro "profesor", que al pertenecer a la O.J.E. "Organización Juvenil Española", tenía más posibilidades de dar clases en aquéllas asignaturas denominadas "Marías" en el Instituto o en algún que otro colegio privado.



En definitiva, un grato encuentro entre compañeros de varios pueblos que se repite cada año y que produce -al menos para el que escribe estas humildes letrillas-, una cierta nostalgia porque muchos hemos perdido ya a nuestros progenitores, que entregaron su vida por nosotros. Casi sin darnos cuenta, hablamos ya de la friolera de 40 años. Y eso, en el mejor de los casos, forma parte del ecuador de nuestra vida.

El tener un blog me permite como "pretexto" realizar algún que otro viaje para conocer nuevos puntos geográficos de la antigua Al Ándalus, el bandolerismo, la ruta machadiana, etcétera y poder compartirlos con los amigos como decía don Antonio Machado:

"En cuestiones de cultura y de saber, sólo se pierde lo que se guarda; sólo se gana lo que se da».

Y se me viene a la memoria aquel dicho que tiene muchos lustros a sus espaldas:

"La vejez comienza a manifestarse cuando pesan más -en nuestras frágiles entendederas- los recuerdos que nuestras ilusiones. Es entonces, cuando la nostalgia en forma de canas de plata, se manifiesta bajo un enorme peso en nuestra alma".

Un abrazo para todos los compañeros que formamos parte de algún modo, de la vida del "Viejo Instituto Nacional de Enseñanza Media (I.N.E.M.) de Morón", en la frontera de nuestra propia esperanza.

Compañeros en el Monumento Natural Andaluz "El Chaparro de la Vega"

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