lunes, 9 de septiembre de 2019

Reencuentro con la escuela "Shotoyama", tras una longeva ausencia



"El Espiritu del Karate-do se pierde cuando falta la cortesía"

Gishin Funakoshi


"Lo más importante en el karateca no debe de ser el color de su cinturón,
sino la humildad en su corazón"

Sensei Manuel Serralbo


Cercano el otoño en la tierra de Villalón, de la Cal, del Flamenco y de nuestra propia esperanza, hemos vuelto a pisar un dojo [superficie donde se realiza el entrenamiento en las disciplinas de las artes marciales], tras cuarenta años de ausencia, acompañado de alguna que otra cana de plata que comienzan a encalar mis sienes [como si de la Cal de Morón se tratara], y todo hay que decirlo, sorprendido también con algún que otro gramo de más, aunque no cabe la menor duda de que vuelvo a ilusionarme con la práctica del karate como si de aquel zagal de tiempos pretéritos se tratara, con mis alforjas llenas de ilusión, al volver a recordar con la máxima humildad aquellas primeras nociones adquiridas en tiempos pretéritos y otras nuevas, aunque con las limitaciones propias de una persona que comienza a dar sus primeros pasos por la recién estrenada senda sexagenaria cuya pendiente me dispongo a escalar sin prisas, pero con la ventaja ahora de asimilar el karate a mis facultades.

¡Tan sólo espero que en esta ocasión, no haya mandado mis frágiles naves a luchar contra los elementos!..

Todo ello, bajo la atenta mirada del prestigioso sensei [maestro docto en las artes marciales] Manuel Serralbo cuya dilatada trayectoria, desde que fundara y dirigiera la escuela Shotoyama en 1992, se encuentra jalonada a través de numerosos éxitos, tanto provinciales, autonómicos y nacionales. Las medallas de oro, plata y bronce brillan con luz propia en la historia de su estimada escuela e incluso algunos alumnos se han ganado el derecho de participar ni más ni menos, que en competiciones internacionales, campeonatos de Europa y del Mundo.


El 25 de octubre de 2019 el karateka perteneciente a la escuela "Shotoyama", Antonio Ángel Álvarez consiguió la medalla de bronce en el Campeonato del Mundo celebrado en Chile en la modalidad kumite-combate [+76 kilos junior].

El 28 de noviembre de 2021 en Málaga Antonio Ángel conseguía ser campeón de España de kárate en la categoría sub-21 [+84 kilos] con el del C.D. Shotoyama bajo la dirección de Manuel Serralbo. Antonio Ángel ya fue campeón de España en 2019 después de que una lesión de rodilla le impidiera revalidar el título en 2020.

¡Enhorabuena, Antonio Ángel!

A lo largo de varios lustros, Manuel con su dilatado magisterio ha formado a decenas de cinturones negros en la disciplina del kárate [shotokan], los cuales han labrado una sólida formación en la escuela "Shotoyama", en la tierra de Villalón, de la Cal y el Flamenco, que se proyecta por los cuatro puntos cardinales de nuestra geografía.



Manuel Serralbo, además de su sólida formación en la disciplina marcial es árbitro de la Federación Española de Kárate habiendo sido innumerables veces "coach" de la selección sevillana de kárate y también seleccionador de katas de la delegación sevillana.

Por su escuela han pasado cientos de alumnos que continúan siendo fieles testigos del buen hacer del magisterio de su maestro ejercido en las escuelas “Shotoyama”, que se encuentran ubicadas en los vecinos pueblos de Marchena, Puebla de Cazalla, El Coronil y Morón, en la frontera de nuestra propia esperanza.

Aunque la memoria no pocas veces es efímera, guardo en la retina del recuerdo y con el máximo cariño aquellas gratas clases autodidactas que nos facilitara nuestro amigo Gregorio Alfonso -pionero del kárate en aquel Morón de mis tiempos- en la antigua y desaparecida Ermita de los Remedios, a un grupo de jóvenes cargados de ilusión que aprendíamos con nuestros humildes pijamas [al brillar por su ausencia los karateguis en aquellos tiempos en Morón]. También recuerdo al amigo Manolete, otro pionero del karate, quienes nos facilitaban las primeras nociones en aquel solar de la Iglesia de la Merced de mi pueblo [hoy Casa de Hermandad]. 

¡Cómo pasa el tiempo!

Aquellos principios fundamentales de la génesis del karate en aquel Morón de mis tiempos que de alguna manera nos orientaba [y que se repetía al comienzo de cada clase] sirviendo como referente durante el aprendizaje cuya vigencia atemporal aún permanece guardado en nuestra retina:
  1. Formación de la personalidad.
  2. Rectitud.
  3. Esfuerzo y constancia.
  4. Respeto a los demás.
  5. Y reprimir la violencia.
También guardo grato recuerdo de otro pionero de las artes marciales Antonio Sánchez Larqué [que compaginaba los estudios con las artes marciales en Sevilla], y cuyas clases de taekwondo [con nuestros amigos Félix Cabrera y Antonio Torres] refrescan la retina del recuerdo con cierta nostalgia. Aquel viejo maniquí [curtido por multitud de batallas bajo el tórrido sol del verano en los escaparates] y que ya sin uso, se lo trajo nuestro amigo Félix Cabrera al polideportivo para señalarle los puntos vitales con su nombre correspondiente.

¡La cantidad de cosas que se podía hacer, tan sólo con la ilusión de unos adolescentes!

Más tarde, comenzamos a entrenar durante la tarde-noche en el colegio Luis Hernández mediados de los años 70 del pasado siglo [donde en aquélla época, su director Juan Antonio Marín, nos autorizó a entrenar por las tardes en el polideportivo de la escuela. Y también, como no recordar aquel Polideportivo Municipal durante las tórridas tardes estivales, donde el amigo Silverio (Q.E.P.D.) nos ubicaba cerca de las antiguas espalderas, en el antiguo campo de fútbol-sala.

Poco a poco íbamos asimilando términos como makiwara "tabla vertical para el entrenamiento de puños" y algunas posiciones de kárate donde en la realización de las katas brillaban con luz propia. Todavía recuerdo de manera efímera algunas términos como: kiba dachi, zenku sudachi, mawashi geri, ushiro geri, yoko fumikomi o patada aplastante, golpes frontales como mae geri o el grito "kiai", que brotaba del diafragma proyectando toda la energía en un punto determinado, sin olvidar el kumite "combate" que nos permitía plasmar lo aprendido sobre el tatami y que de vez en cuando lo practicábamos en el depósito del castillo con nuestro amigo Pepe (que trabajaba en la antigua emisora de Radio Juventud de Morón, cuando se encontraba ubicada en la calle Utrera).

Al igual que nuestro sensei Manolo Serralbo, no sólo eran “maestros enseñando a sus alumnos” sino que también éramos amigos que salíamos juntos los fines de semana. Cuando terminaba el entrenamiento solíamos hidratarnos algún que otro viernes al terminar las clases, con alguna cruzcampo fría para recuperar las energías perdidas. 


El grito "kiai" es una respiración profunda que brota del diafragma donde se ubica el centro de energía de todo el cuerpo y nos ayuda a liberar la tensión y el estrés acumulado durante toda la jornada de trabajo. El grito "kiai" forma parte no sólo del misticismo oriental sino que también puede intimidar de alguna forma al oponente. 

Cada kata posee uno o varios "kiai" aunque no pocas veces, el karateca incorpora alguno más, que emerge del alma.

Todos los karatecas tienen su kata preferido o de libre elección denominado Tokui-kata. 

Aunque la memoria es efímera, recuerdo a comienzos de los años setenta del pasado siglo una serie de T.V. donde el actor James Franciscus actuaba como alumno ciego y un joven Bruce Lee como su maestro, poco antes de convertirse en una estrella cinematográfica. No cabe duda, de que películas como “Furia orientalEl furor del Dragón”, “Operación Dragón” y un largo etcétera, que se proyectaban en los desaparecidos cines de verano de mi pueblo [Central y Oriente] y que aún añoramos, haciendo las delicias de adolescentes y mayores.  Con el escaso dinero de nuestras frágiles faltriqueras, comprábamos alguna que otra revista de karate de la época que hacían las delicias de aquéllos jóvenes pioneros, cuyos conocimientos se irían diluyendo con el tiempo.

Todos los de mi generación recordaremos aquel inolvidable combate entre Bruce Lee y Chuck Norris -que fuera campeón del mundo de la disciplina en su momento desde 1968 hasta 1974- en el Coliseo de Roma como testigo de dos grandes artes marciales “kung fu proveniente de China y el kárate, de Japón” “The way of dragon”, en 1972.

Una de las peleas más icónicas del séptimo arte, donde tan sólo diez minutos de acción proyectarían aquella pelea como el “combate del siglo”. Ambas artes marciales pertenecen a la autodefensa, que promulga sobre todo una conducta ética, formación de la personalidad, rectitud, esfuerzo y constancia, respeto a los demás y reprimir la violencia. En definitiva, una verdadera conducta ética dentro de una escala de valores que se proyecta hacia los alumnos.


También aquella famosa serie de televisión “Kung Fú” protagonizada por el inolvidable actor David Carradine (entre 1972 y 1975), que interpretaba aquel monje shaolín [Kwai Chang Caine] y que hace no pocos lustros contribuyó sin duda alguna a que el karate-do "el camino de la mano vacía", también llamado karate o kárate, arte marcial de superación personal cuyo origen está en Okinawa siendo su máximo exponente el maestro Gichin Funakoshi (1868-1957), creador del Karate japonés estilo  Shotokan [shoto "sonido del viento" y kan "escuela"].

El término “shoto” era el pseudónimo que el maestro Funakoshi había escogido en su juventud para firmar sus poemas. Posteriormente serán sus alumnos, los que en honor a la memoria de su maestro llamarán bajo el término "Shotokan" al Dojo donde realizarán sus entrenamientos del Karate-do.

El maestro de Okinawa Gishín Funakoshi [al que se rinde un respetuoso saludo, tanto al entrar como al salir del dojo o templo de las artes marciales en todas las escuelas de kárate] fue maestro de escuela y hombre culto que será conocido como el "padre del karate moderno" gracias a su labor no sólo de recopilación y ordenación de las diferentes katas que jalonaban el territorio del antiguo Japón sino también por su labor de difusión del mismo y por ser el fundador del Karate-Do estilo Shotokan. 


Una bella simbiosis entre la historia y el karate 
[Castillo de Morón, 16 de mayo de 2021]

Y como no recordar aquella película de 1984 “Karate Kid” donde el Sr. Miyagi, interpretado magníficamente por el actor “Par Morita”, enseñaba a su alumno Daniel las artes marciales japonesas para defenderse de la actitud agresiva de algunos pandilleros cuyo sensei sin escrúpulos John Kreese interpretado por Martín Kove los incitaba a actuar de forma agresiva y violenta “golpear siempre fuerte y sin piedad”… 

Daniel se ve en la necesidad de aprender kárate para defenderse y le ruega al Sr. Miyagi -que es un experto en kárate- que lo entrene. Daniel se da cuenta de que las artes marciales son un método para superarse a sí mismo venciendo sus inseguridades y llegar a ser mejor persona, lo que hará que vaya modelando su personalidad dejando aparcado todos sus temores anteriores que le impedían enfrentarse a la vida. 

En un combate con su enemigo Johnny Lawrence, Daniel lesionado decide por orden de su maestro aplicar la técnica de la grulla, venciendo a su rival y coronándose campeón del campeonato de kárate, pero sobre todo, se había ganado el respeto de sus enemigos.

...Sin olvidar la mítica película de Akira Kurosawa "Los siete samurais" (1954) -una de las mejores películas en la historia del cine- donde un pueblo de campesinos desamparados y sin recursos del Japón del siglo XVI contrata a siete humildes samuráis a cambio tan sólo de tres comidas diarias [con arroz] para defenderse de un numeroso grupo de forajidos que cada año arrasan su poblado durante la época de la cosecha, dejándolos en la inanición más absoluta.




El alumno a través de su tiempo de formación irá almacenando a nivel didáctico un importante arsenal de conocimientos [su armamento] que le facilitará su sensei mediante las katas fundamentales y superiores; conocimientos que proyectará cuando tenga que realizar las katas o el kumité [combate], pero siempre dentro de la máxima humildad. 

Dice nuestro sensei que el buen karateca es aquel que se levanta siempre frente a las adversidades, buscando incansablemente aprender y crecer desde lo físico, mental y espiritual.

Tradicionalmente en Japón los conocimientos se valoraban por el tiempo que llevaban los karatecas realizando la práctica del karate. Todos los cinturones eran blancos y se iban deshilachando poco a poco hasta coger un tono oscuro que llegaba hasta el negro gracias a la práctica continua, experiencia y sudor acumulado. 



Jornada de convivencia con el sensei José Herrera Muñoz
16 de mayo de 2021


El uniforme se llama karategui y los cinturones que se entregan en las escuelas a través del esfuerzo y la constancia son siete. El alumno comienza a familiarizarse en la disciplina marcial a través de la escala representada por los diferentes "kyus". La evolución del alumno comienza con el cinturón blanco y en función de su esfuerzo, formación y constancia se irá alcanzando el amarillo, naranja, verde, azul, marrón hasta llegar al negro demostrando la madurez alcanzada [y donde comienzan los danes o grados de progreso donde verdaderamente se empieza a sentir el karate]. Es un largo camino donde no existen atajos para recorrerlo.

Las katas como columna vertebral del karate, correctamente realizadas por el karateca, son consideradas como verdaderas obras de arte [deportivamente hablando] dentro el dojo. El sensei ayuda siempre al alumno a perfeccionar aquellos movimientos que a su juicio son mejorables.



El motivo de subir primero con la pierna derecha en posición "seiza" es debido a que los antiguos samuráis portaban la katana o el wakizashi en el lado izquierdo, evitando tropezar con ésta, y al mismo tiempo, dejaba espacio para su posible utilización.

Siempre que se entra o sale del dojo, al comienzo o finalización de las clases es necesario realizar el saludo "osu" en señal de respeto entre el maestro y alumno. Se realiza en posición de firme e inclinando el tronco sobre 90º. Cuando se entra en el dojo se saluda "osu" al maestro Funakoshi en señal de cortesía y respeto.

Las clases en el dojo se encuentran muy bien estructuradas por el sensei: calentamiento, kihón [técnicas con ejercicios], realización de las katas fundamentales y superiores, bunkai [aplicar los fundamentos de las katas] y terminan con un tiempo de ejercicios de relajación.

El entrenamiento comienza con un calentamiento progresivo, de menor a mayor intensidad, teniendo nuestro sensei siempre en cuenta que a las personas mayores se les exige un ritmo menos exigente, por razones obvias. En el dojo repasa el sensei todas y cada una de las katas y su proyección a través del uke "bloqueo" entre compañeros, intentado cada alumno perfeccionarlo, dentro de sus conocimientos:

Entre las katas fundamentales [que comienzan con una defensa] se encuentran: 

HEIAN SHODAN "Una mente apacible o pacífica" (primera kata).
HEIAN NIDAN (segunda kata).
HEIAN SANDAN (tercera kata).
HEIAN YONDAN (cuarta kata).
HEIAN GODAN  (quinta kata).

Existen además muchas katas superiores hasta llegar a 27 como por ejemplo "Meikyo [Mirando al espejo pulido], Bassai dai [Asalto a la fortaleza], Kanku Sho [Saludo al cielo], Sochin [Fuerza en calma], Enpi [Vuelo de la golondrina], Ji´in y Jion "nombres de templos budistas" o Gojushiho [con 54 movimientos], Wanku "Corona de rey",
  entre otras muchas. Los tekis "Caballo de hierro" son katas de transición hacia katas superiores. 

Fijarse en un compañero con más experiencia en la práctica del karate nos permite crecer como karateca.

A medida que el joven karateca avanza en sus conocimientos, aprende nuevos términos como por ejemplo “bunkai o análisis”, donde se proyecta la esencia de las katas fundamentales y superiores para su uso práctico. Se realiza por parejas. El sensei “desmonta” por partes las katas y las explica a sus alumnos de manera didáctica, quienes le prestan la máxima atención. Un karateca ataca mientras el otro se defiende [y viceversa] aplicando los fundamentos aprendidos en las katas a la vida real.

Nuestro sensei nos recuerda el significado de dos estilos de katas: “Shorin” y “Shorei”. Según el maestro Funakoshi, “Shorín”, era ideal para las personas que imprimen más velocidad a sus movimientos mientras que "Shorei", lo era para las personas con mayor corpulencia física, que aunque sean menos veloces imprimen mayor fortaleza a sus movimientos, sin olvidar que siempre será conveniente adquirir los puntos buenos de cada uno.

Algo similar ocurre con el binomio "kumité" y "katas". Nos manifestó nuestro sensei [en la última clase] que cuesta mucho encontrar a un alumno que aglutine en su formación  la práctica del kumité o combate y al mismo tiempo realice perfectamente las katas [como verdaderas obras de arte marciales] ya que la mayoría de las escuelas se han especializado en una u otra disciplina. Para aglutinar ambas técnicas, nuestro sensei con la máxima humildad aconseja siempre al buen karateca con amplios horizontes la realización de cursos, jornadas de convivencia con otros maestros e incluso iniciar su especialización en otra escuela que le permita completar su ya elevada formación.

Poco a poco, el karateca amplia su vocabulario con términos como tori [quien aplica una determinada técnica] y uke [sobre el que se proyecta dicha técnica] sin olvidar el término kihon [aplicación individual de una determinada técnica en el dojo que permite al karateca mejorar sus movimientos como ejercicios de repetición [mae geri, yoko geri, age uke, gedan barai o tsuki entre otros].


No cabe duda de que el kárate contribuye a la formación de la personalidad desde pequeño, generando autoconfianza y serenidad, respetando a los demás al realizar deporte con limpieza para ser en definitiva, personas honorables y sanas. Lo que persiguen las escuelas de artes marciales con su maestro a la cabeza es convertirse en verdaderos referentes para sus alumnos.




Las zonas del cuerpo donde se proyecta tanto el ataque como la defensa se dividen:

Godan o nivel superior [correspondiente a la cabeza].

Chudan o nivel medio [comprendido entre el abdomen y el cuello].

Gedan o nivel inferior [comprendido por dejajo del abdomen].


Áreas del pie

Koshi (Base de los dedos)

Haishoku (Empeine).

Sokuto (borde del pie).

Kakato (talón).

Hizagashira (rodilla).


Áreas de ataque con el puño

Seiken (puño).

Uraken (revés del puño).

Tetsui (puño de martillo).


Áreas de mano y brazo

Shuto [mano de sable].

Nukite [mano de punta].

Haishu [dorso de la mano].

Teisho [base de la palma de la mano].

Ude [antebrazo].

Empi [codo].


Inolvidable clase de adultos del Club Shotoyama en el Colegio Salesianos de Morón (14 de diciembre de 2019). Al finalizar la clase, todos los alumnos fueron obsequiados con una medalla, que permanecerá guardada en la retina de nuestro recuerdo.


"Parábola acerca del Do [camino] y un hombre insignificante" [que refleja fielmente el sentido del kárate]: 

Un karateka preguntaba a su Sensei "Oh, maestro que ha recorrido el camino: ¿Cuál es la diferencia entre un hombre del Do y un hombre insignificante?" 

El Sensei respondió: "Cuando el hombre insignificante recibe el cinturón negro primer Dan, corre rápidamente a su casa gritando a todos el hecho. Después de recibir su segundo Dan, escala el techo de su casa, y lo grita a todos. Al obtener el tercer Dan, recorrerá la ciudad contándoselo a cuantas personas encuentre." 

El Sensei continuó: "Un hombre del Do que recibe su primer Dan, inclinará su cabeza en señal de gratitud; después de recibir su segundo Dan, inclinará su cabeza y sus hombros; y al llegar al tercer Dan, se inclinará hasta la cintura, y en la calle, caminará junto a la pared, para pasar desapercibido. Cuanto más grande sea la experiencia, habilidad y potencia, mayor será también su prudencia y humildad".


Desde el laureado club de karate “Shotoyama” [al que tengo el inmenso honor de pertenecer] en la tierra de Villalón, de la Cal y del Flamenco, bajo la docencia del prestigioso sensei Manuel Serralbo, para el blog de mis culpas...


El objetivo de un buen alumno en las artes marciales no es llegar a superar a los demás y menos aún, tratar de superar a su maestro. El objetivo primordial es poder superarse a sí mismo para alcanzar el propio equilibrio personal mediante el respeto y la humildad. Manolo, por su experiencia, ha pasado esa frontera que separa al buen karateca del buen docente en las artes marciales. Y todo ello, en la tierra de Villalón, de la Cal y del Flamenco, donde Shotoyama brilla con luz propia.

Enlaces interesantes


"No se trata de ser mejor que otra persona, se trata de ser mejor que antes de lo que solía ser".

Fotografía: ManuHacher


Nuestro compañero Diego [senpai y cinturón negro 2º dan
] con su magistral técnica. 

Fotografía: ManuHacher


Nuestra compañera Adela compitiendo en katas [Sevilla]
Fotografía: ManuHacher


El importante papel de la mujer en el karate


Es indudable que para el Club Shotoyama el papel de la mujer en el karate es muy importante. Una mujer con ciertos conocimientos en las artes marciales, no sólo mejora la autoestima [al igual que el hombre] sino que afrontará con mayor seguridad su propia defensa personal cuando se encuentre en peligro su propia integridad física.

Para ello, es muy importante la autodisciplina y el entrenamiento regular que permite no sólo mejorar nuestra formación en el dojo sino al mismo tiempo, tener la posibilidad en caso necesario de proyectarla en la vida real, superando nuestras propias limitaciones, lo que ayuda a incrementar nuestra autoestima con la máxima humildad.

Se me viene al pensamiento verdaderas guerreras en el dojo de la talla de Andrea, Alba, Alicia, Helena, Adela o Chari, entre otras muchas. 

¡Acordarse del nombre de todas ellas sería una enorme tarea, sólo apta para nuestro sensei!



Algunos términos técnicos y de cortesía dentro del "dojo":
  • Arigato - Gracias
  • Oss - Fórmula de respeto tradicional
  • Yoi - Preparados
  • Kamae - En guardia
  • Hajime - Comenzar
  • Yame - Detenerse
  • Barai - Barrer
  • Dachi - Postura
  • Gedan - Nivel bajo [bajo vientre y piernas]
  • Geri - Técnica de pie 
  • Hara - Vientre
  • Empi - Técnica de codo
  • Kiai - Grito [liberación de la energía concentrada]
  • Kime - Concentración de la energía en un momento determinado
  • Kumite - Combate
  • Mae - Posición frontal
  • Senpai - Persona con mayor experiencia, jerarquía y conocimientos a falta del sensei
  • Tsuki (Zuki) - Técnica de puño directa
  • Uchi - Técnica de puño circular; Técnica de mano abierta
  • Uke - Técnica de defensa; Blocaje
  • Ushiro - Técnica ejecutada hacia atrás
  • Yoko - Posición lateral
Números del 1 al 10
  • Ichi  --Uno
  • Ni - Dos
  • San - Tres
  • Yon - Cuatro
  • Go - Cinco
  • Roku - Seis
  • Shichi - Siete
  • Hachi - Ocho
  • Kyu - Nueve
  • Jyu - Diez




Comida de convivencia "Shotoyama adultos" 11 de diciembre de 2021

Alguna que otra vez nuestro sensei ha estimado conveniente de que utilicemos algo similar al hachimaki [pañuelo o bandana] para cubrir nuestra visión con el objeto de poder realizar algunas katas [fundamentales o superiores] en total oscuridad, lo que nos permite coger confianza y llegar al final de las katas a su punto de origen, en el tiempo y el espacio desde donde partimos. Es muy útil para defenderse incluso en total oscuridad.

A nuestro club Shotoyama no le falta ni un perejil. Hasta las felicitaciones navideñas son originales, como las que realiza ManuHacher.


REFLEXIONES DE UN VIEJO SENSEI
(Historia para leer y reflexionar)

"... El anciano maestro observaba desde lo alto el último entrenamiento del año de sus alumnos, mientras rememoraba los inicios de aquellas prácticas. Podía recordar cómo llegaron al Dojo temerosos e inseguros de no saber qué esperar o si aquello era lo que tanto habían estado buscando.

Recordaba sus torpes pasos y rígidos movimientos al inicio y sus caras de frustración al no lograr dominar una técnica y también cómo muchos de ellos abandonaron en el camino su entrenamiento. Y sin embargo, allí estaban los pocos que aún quedaban, aquellos que al pasar los años lograron comprender que en las Artes Marciales al igual que en la vida misma todo forma parte de un proceso constante de aprendizaje, de evolución e involución y que el verdadero  Do (camino) jamás se termina de recorrer.

Y el anciano maestro sonrió para sí mismo, al ver al Sempai (alumno más avanzado) dirigir al grupo de estudiantes y se mostró satisfecho de las correcciones que realizará pues eran exactamente las mismas que él hubiese indicado! Lo que señalaba que había estado prestando atención durante toda su vida a las lecciones y movimientos que su maestro le transmitía.

Pero de improviso, una sombra oscura se poso sobre los ojos del viejo, su sonrisa se esfumó y su entrecejo se hizo más profundo, porque reconoció que no todos los alumnos habrían de comprender las enseñanzas del Bushido (Código del Guerrero) que él intentaba a diario transmitirles, sabiendo que simplemente muchos de ellos solamente incorporarían la técnica, sólo lo superficial, lo puramente físico del Arte sin lograr comprender su verdadera esencia ni contenido espiritual o filosófico. Y su corazón se apretó un poco al pensar lo que pasaría cuando él ya no estuviese en este mundo. Y no pudo evitar preguntarse si sus enseñanzas terminarían con su muerte o si realmente alguno de sus alumnos habría logrado captar un poco más allá de la mera técnica?

Se mantuvo cabizbajo reflexionando tristemente en este hecho, hasta que volvió a levantar su cabeza, un brillo nuevo alumbraba sus ojos. Había comprendido que lo único que realmente podía hacer era intentar llevar su papel de Sensei de la mejor manera posible y enseñarles, explicarles y hablarles sobre los principios de la humildad, la benevolencia, la rectitud, el coraje, la honradez, el honor y el sacrificio; pero que no dependía y que escapaba a sus manos, el hecho que sus alumnos los absorbieran realmente aquellas valiosas enseñanzas y pudiesen interiorizarlas en sus vidas.

Y se dijo así mismo que "que todo es parte de un proceso" y así como este año estaba a punto de terminar, también llega ya el nuevo año a punto de empezar.

Y qué las personas no aprenden lo que es ser padres hasta que tienen a sus propios hijos y que por lo tanto sus alumnos no comprenderían lo difícil que es transmitir y sus enseñanzas hasta que les tocara convertirse a su vez en maestros y guías de las nuevas generaciones de estudiantes, porque la vida es cíclica, y después de cada noche sale el sol y después de cada día viene la noche y las estaciones del año... Pero fundamentalmente que estamos condenados a repetir nuestros errores sino aprendemos de nuestras experiencias y equivocaciones...

Después de haber reflexionado de aquel modo, el viejo Sensei se incorporó lentamente de su asiento en lo alto de la ladera y miró directamente hacia dónde estaban entrenando sus estudiantes, estiró sus cansadas articulaciones y se dispuso a bajar para darles a aquellos jóvenes el último Keiko (entrenamiento) del año, pero sobre todo explicarles que nada se termina en realidad, que todo se transforma, que todo es mutable y transitorio y que esperaba que algún día pudiesen compartir aquellas palabras de un anciano maestro a las próximas generaciones de pequeños Kokai (alumnos principiantes) que quisieran iniciarse en el Budo. Y una vez más como lo hizo al principio el viejo maestro sonrió para si mismo..."

Fernando Cartofiel
Instructor Aikido y Profesor de Defensa Personal)


Encuentros Shotoyama


11 de diciembre de 2021. Clase de karate en la escuela Shotoyama de Morón por el sensei David Gómez Carreño [4º dan de karate]


 

15 de enero de 2022. Curso de Iván Leal en Morón 
6º Dan de karate, 6 veces campeón del mundo, 
9 veces campeón de Europa y 27 veces campeón de España...
Foto. Manu Hacher

1 comentario:

  1. felicidades nuevamente compañero de Tatami y dojo, Antonio, tu post plasma la esencia del karate y aquello que nos trasmiten nuestro sensei. OS. uN ABRAZO.

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