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sábado, 28 de febrero de 2015

En busca de las huellas de Blas Infante II


"Allá, en mi Sierra de Casares, durante los crepúsculos inefables, contemplaba yo a los campesinos caminando a lo largo de sendas pedregosas, después del trabajo agobiante, de sol a sol, empapados por el sudor en el verano y por la lluvia en el invierno. Volvían macilentos, apagados, retorciendo en los labios el cante que no era más que la pronunciación dolorosa de una tortura en la propia entraña" (Manuscrito ACR, 72)

…Atravesamos el puente del Centenario por la SE-30, para llegar a Coria del Río. Desde el Museo de la Autonomía se accede a la única casa en propiedad que tuviera Blas Infante después de ser destinado allí como notario. 

Despacho de Blas Infante

La diseñó y construyó en 1931 sobre un lugar emblemático; un altozano con vistas privilegiadas sobre el río Guadalquivir (Wad -al-Kabir) que vertebra Andalucía. Es de estilo neomudéjar, a la que denominó Dar al-Farah -la casa de la alegría-. A la casa de Blas Infante se accede a través de unos jardines que él mismo diseñara en 1931 donde hiciera plantar casi 500 árboles y plantas de toda Andalucía. Naranjos, almendros y una hilera de chumberas como perímetro de su finca entre arbustos como los granados, arrayanes o adelfas, rosas jazmines, geranios… Un entorno cargado de simbolismo y pedagogía reconocido como Bien de Interés Cultural y Lugar de la Memoria Histórica. 

Por él navegaron tartesios, romanos y árabes que fueron dejando sus huellas culturales y forjándose poco a poco la identidad andaluza. 

El río Guadalquivir a su paso por Coria del Río

El Guadalquivir es el heredero universal de Andalucía donde Blas Infante decide establecerse. Civilización, sabiduría, arte, prosperidad, tolerancia y desarrollo. Marta nos mostró de manera muy didáctica la casa de Blas Infante mostrándonos todos y cada uno de sus bellos rincones andalusíes. Blas Infante se inspira en el legado andalusí para proyectar su casa. La Mezquita de Córdoba, la Alhambra de la antigua Garnatha, el Patio de los Naranjos de la Catedral de la antigua Ishbiliya o los paramentos de ladrillos de La Giralda permanecerán siempre en su retina. En la Casa de la alegría se reproduce visualmente una mezcla de lo universal con la universalización de lo andaluz.

La mayoría de albañiles que intervienen en la obra son jornaleros de Coria del Río y La Puebla del Río, contratados por Blas Infante como si fueran auténticos profesionales de la construcción. Era su manera de contribuir a la empobrecida economía de estas familias. 

“Mi nacionalismo, antes que andaluz, es humano” porque los pueblos son entes no políticos sino culturales.


Puerta por la que sacaron a Blas Infante de su casa el 2 de agosto de 1936

El legado de Blas Infante se traduce en tres facetas distintas: Sus pertenencias nos permiten hacernos una idea de su personalidad. Su biblioteca nos permite descubrir su dimensión intelectual y los símbolos de Andalucía en los cuales contribuyó de manera fundamental, lo que supone un auténtico legado para todos los andaluces. 

El cuarto arabesco con sus bellos paños de yeserías posee la firma de los alarifes “Alí Qaád y el cuñado Tanat Aray, 1933”. El despacho junto con el piano donde compusiera Blas Infante el himno de Andalucía emociona a cualquier visitante. 

Allí disfrutamos de la recreación virtual en movimiento (holograma) donde Blas Infante fuera detenido un domingo 2 de agosto de 1936 por varios falangistas que lo sacaron de su casa por una pequeña puerta que da al vestíbulo. Nunca más volvió a Dar al-Farah -su casa de la alegría-, que en la actualidad acoge el Museo de la Autonomía donde nos mostraron la original bandera de Andalucía y su escudo diseñado por Blas Infante junto a la letra del himno.  


Desde Coria del Río atravesamos el río Guadalquivir en una barcaza en busca del km. 4 de la antigua carretera de Carmona donde fuera conducido Blas Infante en un camión hasta el lugar en que fuera fusilado la madrugada del 11 de agosto de 1936 sobre las paredes de un antiguo cortijo del siglo XV bautizado popularmente como “de la gota de leche”. 

La literatura popular dice que en el cortijo "de la gota de leche" se socorría con la leche de sus vacas a muchos huérfanos y viudas sin recursos. 

Blas Infante, máximo exponente del andalucismo moderno y Padre de la Patria Andaluza fue fusilado por la sinrazón fascista durante la trágica Guerra Civil española, sin juicio ni sentencia. 

Dicho lugar es considerado como lugar emblemático dentro de la Memoria Histórica de Andalucía. 

En el 2011 el km. 4 de la antigua carretera de Sevilla a Carmona y la "Casa de la Alegría" serán los dos primeros lugares de la Memoria Histórica reconocidos por la Junta de Andalucía.

Sus últimas palabras pronunciadas fueron:

 ¡Viva Andalucía libre!. 


Blas Infante vivió por Andalucía y por ella murió, con su nombre en los labios un 11 de agosto de 1936.

El monumento erigido a su memoria consta de una escultura con su imagen con los brazos abiertos. Tras él un mural en bronce con palomas volando y un texto que dice lo siguiente:
  


En 2006, además del monumento fueron añadidas ocho losas con los escudos de las ocho ciudades andaluzas, dispuestas en orden alfabético Almería, Cádiz, Córdoba, Granada, Huelva, Jaén, Málaga y Sevilla. 

El Estatuto para Andalucía, en su artículo 3, se refiere a los símbolos del pueblo andaluz: la Bandera, el Escudo y el Himno como referente para los andaluces. 

Bandera y escudo original de Andalucía

Los tres símbolos fueron concebidos, definidos y popularizados por Blas Infante que serán asumidos por el pueblo andaluz, que los reconoce como parte de su realidad histórica. 




En el Parlamento de Andalucía se puede apreciar la estatua del Padre de la Patria andaluza Blas Infante donada por el Ayuntamiento de Casares al Parlamento Andaluz. Para celebrar el “Día de Andalucía” no existe nada mejor que conocer las reminiscencias y efluvios andalusíes que complementa el crisol de cultura que posee el pueblo andaluz.

Sueños blancos de la blancura de nuestra cal y verde de nuestra propia esperanza por encontrar un futuro mejor para nuestros pueblos y sus gentes. 

Desde la antigua Dar al-Farah -la casa de la alegría de Blas Infante- para el Blog de mis culpas...



Yo tengo clavada en la conciencia desde la infancia la visión sombría del jornalero. Yo le he visto pasear su hambre por las calles del pueblo, confundiendo su agonía con la agonía triste de las tardes invernales; he presenciado cómo son repartidos entre los vecinos acomodados, para que éstos les otorguen un limosna de trabajo, tan sólo por fueros de caridad; los he contemplado en los cortijos, desarrollando una vida que se confunde con la de las bestias; les he visto dormir hacinados en sus sucias gañanías, comer el negro pan de los esclavos, esponjado en el gazpacho maloliente y servido como a manadas de ciervos, trabajar de sol a sol, empapados por la lluvia en invierno, caldeados por los horrores de la canícula; y he sentido indignación al ver que sus mujeres se deforman consumidas por la miseria de las rudas faenas del campo; al contemplar cómo sus hijos perecen faltos de higiene y de pan, como sus inteligencias se pierden atrofiadas por la virtud de una bárbara pedagogía, que tiene un templo digno en escuelas como cuadras; o permaneciendo totalmente incultas desde la más tierna niñez, por el cuidado de la propia subsistencia, a conocer todas, absolutamente todas las estrecheces y miserias de sus hogares desolados. Y, después, he sentido indignación al leer en escritores extranjeros que el escándalo de su existencia miserable ha traspasado las fronteras, para vergüenza de España y de Andalucía. 

“Ideal Andaluz”. Blas Infante 



P.D. El Tribunal de Responsabilidades Políticas dicta el 4 de mayo de 1940 una sentencia post-mortem que justificaba el fusilamiento de Blas Infante por su actividad política andalucista. Además se le impuso una multa de 2.000 euros en 1940 habiendo sido fusilado en 1936...

En busca de las huellas de Blas Infante en el Día de Andalucía I



Bandera de Andalucía ondeando en Cádiz


“Andalucía es el resultado de un proceso histórico con identidad histórica como base de su identidad cultural, modelada a lo largo de siglos que nos ha dado nuestra forma de entender la vida y como resultado final nuestra cultura que forma parte de la memoria colectiva”.

Isidoro Moreno, antropólogo

Durante el 28 de febrero “Día de Andalucía” la retina de la historia nos recuerda la vida y obra de Blas Infante, denominado el Padre de la Patria Andaluza que reivindicara bajo una España convulsa el autogobierno para Andalucía.


Después de haber visitado el Parlamento de Andalucía el 28 de febrero de 2014, pusimos en esta ocasión viento en popa en busca de esos pueblos que han formado parte de la memoria colectiva vinculada con la figura de Blas Infante.

No hay nada mejor para celebrar el Día de Andalucía que conocer los escenarios de la vida y obra del "Padre de la Patria Andaluza" vinculados con la génesis de nuestra autonomía.

Casares, Ronda, Córdoba, Isla Cristina, Peñaflor, Castro del Río, Archidona, Manilva, Coria del Río y Sevilla han estado vinculados con su vida y posterior legado. 


En Ronda pudimos visitar el monumento erigido en honor de Blas Infante que está ubicado junto a la Alameda del Tajo. Atravesamos la antigua Puerta de Almocábar en dirección a Casares en cuyo trayecto pudimos transitar por los pueblos que formaron parte en tiempos pretéritos de la "Ruta de los almorávides y almohades" observando el verde del paisaje junto a los pueblos blancos desparramados por la serranía, blanco y verde de nuestra "Bandera de Andalucía".


La Puerta de Almocábar en Ronda tuvo una importancia estratégica durante la época andalusí. Su origen proviene del término “al-maqabir“, cementerio, por estar cerca de la necrópolis principal extramuros, según costumbre islámica.

Desde Montejaque transitamos hacia Benaoján, Jimena de Líbar, Cortes de la Frontera, Benadalid, Algatocin, Gaucín hasta llegar a Casares, ciudad natal de Blas Infante. 

Casares es un tradicional pueblo andaluz con su trazado andalusí donde la angostura de sus callejuelas estrechas, sinuosas y empinadas se proyectan hacia el arco medieval de la calle Arrabal buscando la protección de su alcazaba junto a la antigua Iglesia de la Encarnación del siglo XVI, que a su vez fuera levantada sobre una mezquita árabe de la que todavía conserva su antiguo alminar donde el almuédano llamara a los fieles a orar en tiempos pretéritos.

El viajero puede apreciar los vestigios de su castillo medieval sobre un macizo de roca caliza, desde el cual se domina una bella panorámica para que nuestra retina capte al instante la belleza de la Serranía de Ronda, el Campo de Gibraltar, el Mar Mediterráneo y las primeras estribaciones montañosas del continente africano.


Casares limita al N.E. con Gaucín que fuera epicentro del Camino inglés donde pernoctaban las diligencias y en tiempos muy pretéritos de las rutas de los Almorávides y Almohades, lo mismo que Benarrabá y Genalguacil situados al N. Limita al S. con el Mar Mediterráneo y al Oeste con San Roque, ciudad fundada por los españoles después del saqueo de Gibraltar por los ingleses en 1706 durante la Guerra de Secesión española.


Casares vería nacer a Blas Infante un 5 de julio de 1885 a las 11 de la mañana en la calle Carrera 51 donde se encuentra su casa natal, convertida en la actualidad en museo. Esta casa junto a la de Coria del Río tienen una importancia simbólica en la historia contemporánea de Andalucía.

En Casares transcurre la infancia y primera juventud del político e ideólogo andaluz donde vivirá hasta los 21 años, suficiente para tener sus primeros contactos con el mundo agrario y tomar conciencia de la situación por la que atraviesan los jornaleros andaluces, cuya realidad social marcará su vida y su obra. La figura del jornalero será el pilar fundamental sobre el que basa todo su pensamiento político. 



Un contexto histórico en aquélla España rural infrahumana que actuaba como verdadero caldo de cultivo para que los antígenos del hambre y de la miseria por un lado y el caciquismo por otro fueran el anverso y el reverso de la sociedad española de su época. Una población oprimida en la que incluso los niños tenían que abandonar prematuramente la escuela para colaborar en el sostén económico del hogar, lo que les hacía madurar antes de tiempo para entrar en un mundo laboral de extrema dureza y explotación.

Su casa natal nos recuerda que en 1895 comenzaba su Bachillerato en el Colegio de los Escolapios de Archidona que continuará en Málaga. Entre 1905-1906 termina la Licenciatura de Derecho en la Universidad de Granada como estudiante libre conociendo su pasado musulmán. En 1909 toma posesión de la notaría de Cantillana.


En 1915 se publicó su obra más importante: Ideal Andaluz, donde explica su visión personal de la historia, la identidad y los problemas de Andalucía así como propuestas para su fortalecimiento.



Ronda. Imagen de la bandera de Andalucía. Hércules entre dos columnas dominando a dos leones.

La retina de la historia nos retrotrae en tan señalada fecha a la Asamblea de Ronda de 1918 donde de Blas Infante evocara vínculos históricos que coinciden con el máximo esplendor de nuestra cultura [la antigua Al Ándalus].



El primer Escudo de Andalucía propuesto en la Asamblea de Ronda de 1.918 


La primera Asamblea Regionalista celebrada en Ronda en 1918, en la que, entre otras cosas, se debaten y fijan las directrices políticas a seguir por el andalucismo. En esta primera asamblea se aprueban la bandera blanca y verde y el escudo como símbolos de Andalucía, que definitivamente serán adoptados en la Asamblea de Córdoba en 1919 apareciendo Hércules entre dos columnas dominando a dos leones y por debajo una leyenda:

 “Andalucía por sí, para España y la Humanidad”

Para Blas Infante las raíces de Andalucía está atravesada por un hilo conductor, un hilo cultural subterráneo que fluye bajo las distintas etapas históricas donde se manifiesta la personalidad específica andaluza.

Blas Infante se inspiró en elementos propios de nuestra cultura y nuestro pasado histórico para crear los tres símbolos oficiales de Andalucía “Nada vinimos a crear”. Sólo había que entroncar el pretérito andaluz con lo presente.


Junto a la Torre de la Sal, en el término municipal de Casares


Los emblemas andaluces fueron trazados a partir de elementos culturales heredados del esplendor de Andalucía en la época de Tartessos a la que mitifica, de la Bética romana con su aportación autóctona al Imperio y de Al-Ándalus, cuando ese ideal se manifiesta en toda su grandiosidad.

El dios Hércules tiene para los andaluces una significación particular. Representa el poder eternamente joven de espíritu, capaz de apaciguar las fuerzas desatadas de la naturaleza, que son encarnadas por la figura de dos leones que le acompañan. Hércules simboliza al hombre que no cree nada más que en su propio esfuerzo. A hombres como él está encomendada la heroica tarea de volver a fundar Andalucía. Infante escribió “Si yo pudiese elegir un estado para Andalucía señalaría sin vacilar el de la gloriosa Cádiz.



Andalucía tiene himno propio aprobado por la Junta Liberalista de Andalucía en 1933. Su autor fue el ideólogo Blas Infante quien compuso su letra. Fue presentado por la Banda Municipal de Sevilla, bajo la dirección de José Castillo Díaz, en un concierto celebrado en la Alameda de Hércules (Sevilla) el 10 de julio de 1936, una semana antes del comienzo de la Guerra Civil española. 

Blas Infante se inspiró en la melodía del Santo Dios, un canto popular de carácter religioso y litúrgico, que había escuchado a los jornaleros andaluces.

El color verde de la bandera corresponde al color de los omeyas y el blanco, al imperio almohade. Dos de las épocas con mayor esplendor de un poder político en el territorio de la actual Andalucía según la óptica de Blas Infante como máximo ideólogo del andalucismo político en todas sus vertientes que además fue notario, historiador, humanista, antropólogo, escritor y musicólogo.


Monumento a Blas Infante en Casares

La bandera original fue confeccionada por la esposa de Blas Infante, Angustias García Parias, estando presente en la Asamblea de Córdoba de 1933 y durante el periodo de la Segunda República fue izada en actos regionalistas andaluces. Tras la Guerra Civil y la Dictadura fue recuperada, presidiendo y participando en las manifestaciones pro-Autonomía de los años 1977 y 1979.

La primera referencia escrita que se conserva de una bandera de similares características a la de Andalucía pertenece al reinado de Al Mutasim de la taifa de Almería en el siglo XI (año 1051), según el visir y poeta Abú Asbag. Posiblemente nos encontramos con la bandera más antigua de toda Europa. El 18 de julio de 1195 el sultán Ben Yusuf Yaqub derrota a Alfonso VIII de Castilla en la batalla de Alarcos (última gran victoria musulmana).Para conmemorar el triunfo ordena colocar una bandera verde y blanca en la Mezquita de Sevilla, que representaba la unidad almohade (blanco almohade) y la colaboración andalusí (verde omeya). Un símbolo de unión entre tierras andalusíes de un lado y otro del Estrecho y verdiblancas.

En 1923 la Dictadura de Primo de Rivera ordena cerrar los Centros Andaluces y el sueño autonómico tiene que aplazarse. Se traslada a Isla Cristina en contacto con el mar, quizás por temor a represalias del régimen y en previsión de una salida forzada a Portugal.

En Isla Cristina conoció las duras faenas de la mar que junto con el campo, constituyen para él las principales labores del pueblo andaluz. En su visión de Andalucía, los agricultores y los “jornaleros de la mar” tienen un papel fundamental pues deberían llegar a ser los encargados del renacimiento de Andalucía. En esa etapa, viviendo en la costa de Huelva, cuando emprende un viaje que le marca de forma profunda: marcha a Marruecos para reconocer y estrechar lazos con los últimos vestigios de la cultura andalusí, los herederos de aquellos campesinos moriscos a los que se les arrebató la tierra para ser expulsados de la Península. De nuevo el interés por los orígenes y de nuevo el sentido por la justicia.

En su viaje a Marruecos en 1924 visitó la tumba del último emir de la antigua Isbiliya Motamid en Agmat, al este de Marrakech. Motamid encarnaba para Blas Infante un ejemplo de pacifismo y tolerancia encarnado por el espíritu de Andalucía. Blas infante otorga una gran importancia al periodo de convivencia entre musulmanes y cristianos de Andalucía y se inspira en los enamorados de Antequera que proviene del siglo XV, cuando ésta ciudad, frontera de los reinos de Castilla y Granada. 

Tras haber escuchado allí las nubas magrebíes, es el primero en poner en relación los cantos populares de ambos lados del estrecho de Gibraltar. En su obra “Orígenes de lo flamenco y secreto del cante jondo” (1929) da forma a una de las teorías más serias sobre el origen del término “flamenco” cuyo origen estaría en los cantos de los moriscos que se escondieron en los montes tras el decreto de expulsión de Felipe III, que con el tiempo se confundirían con los gitanos errantes. Flamenco vendría de "fellah mengu" cuyo significado sería “campesino huido” en el dialecto andalusí. 




En 1931, con la llegada de la II República la situación política española cambia radicalmente y Blas Infante abandona su retiro interior de Isla Cristina. Han sido ocho años en los que no ha podido desarrollar ninguna actividad pública debido a la Dictadura de Primo de Rivera. La propia Constitución de ese año reconoce el derecho de las regiones a la autonomía.

Cambia su plaza de notario por la de Coria del Río y se traslada a Sevilla. A los pocos meses, compra una parcela sobre un altozano desde donde se divisa el Guadalquivir y empieza a construir la que será su única vivienda en propiedad: Dar al-Farah, la Casa de la alegría.

Andalucía ha sido el resultado del crisol de culturas en su constante histórica en la que destaca por derecho propio una brillante civilización que tuvo su máximo esplendor bajo la antigua Al Andalus (la España musulmana) estimulando durante siglos la imaginación de una Europa de su época sumida en las tinieblas de la ignorancia. Un patrimonio material e inmaterial de la Humanidad que ha sido almacenado en la retina colectiva de los pueblos. Es obvio que dicha civilización andalusí ha marcado la historia y la cultura de España que al mismo tiempo dejaron huella en muchos aspectos de nuestra personalidad y manera de entender la vida. Negar esto sería amputar la realidad.

Una civilización que ha legado topónimos tan bellos como Andalucía, Sevilla, Algarbe, Algeciras, Alpujarras, Axarquía, Elvira, Gibraltar, Guadalquivir, Trafalgar, Mulhacén, Pico Almanzor junto a otras palabras enraizadas en la memoria colectiva de los andaluces tales como acebuche, aceite, aceituna, alarife, albañil, alcuza, aldaba, alfarero, alféizar, aljibe, almohada, barrio, laud, mozárabe, muladí, mudéjar, posada, presa, taberna, zaguán y un largo etcétera que pertenecen a ese gran legado andalusí con cuatro mil arabismos que con su esencia han enriquecido nuestro léxico…

Blas Infante reclamaba un despertar del patriotismo andaluz frente a las injusticias reclamando una educación libre y universal controlando la economía mediante una reforma agraria defendiendo al mismo tiempo nuestros orígenes andalusíes. 

Político, escritor y pensador fue proclamado el 5 de julio de 1936 presidente de honor de la futura Junta Regional de Andalucía. 

Blas Infante daba una enorme importancia a la educación. Consideraba que sólo a través de ella los pueblos pueden cambiar su sociedad y avanzar hacia un verdadero progreso. Por ello, su casa tiene también una intención pedagógica. A través de la combinación de los distintos estilos arquitectónicos pretende recoger las señas de identidad de la historia de Andalucía. 

La lucha contra las injusticias se desarrolló en varias direcciones. A través de su solidaridad y colaboración directa con el desfavorecido, como ideólogo y también a nivel político. Su despacho sirvió también como lugar de estudio y de lectura.

En su casa natal de Casares, convertida en museo, la Sala I está dedicada a la historia más reciente de Andalucía, sus valores, identidad y cultura.


La alacena de la escalera que sube a la segunda planta acoge objetos almacenados en la retina colectiva del pueblo andaluz. En la sala II se conserva la antigua cocina de carbón -anafe- y el certificado de nacimiento de Blas Infante. En la sala III podemos ver una exposición sobre su vida y obra, además de visionar el documental Casares, tras los pasos de Blas Infante.



Tradicional anafe andaluz grabado en la retina colectiva

Desde la casa natal de Blas Infante en la calle Carrera 51, donde nos ilustramos un poco más de su vida y obra, adquiriendo su primer libro "Ideal Andaluz", que publicara en 1914 cuando contaba con 28 años, transitamos hacia Manilva donde pasara Infante inolvidables excursiones en sus playas. En Sabinillas, un barrio costero de Manilva, se encuentraba la residencia veraniega donde Blas Infante veraneara -Villa Matilde-, nombre de la cuñada del Padre de la Patria Andaluza. Desde allí atravesamos el Parque de los Alcornocales -Jimena de la Frontera y Cortes de la Frontera- hasta llegar a Ubrique, El Bosque y Prado del Rey que nos indicaba que nuestro punto de destino estaba ya cerca.

La visita a la "Casa de la alegría" en Coria del Río donde fuera detenido el 2 de agosto de 1936, formará parte de otro capítulo del Blog de mis culpas...




Blas Infante (Casares, 1885) era el referente indiscutible del andalucismo cuando se proclamó la República. La creación de la Junta Liberalista de Andalucía y la presentación a las elecciones constituyentes de la Candidatura Republicana Revolucionaria Federalista de Andalucía fueron los primeros pasos de una aventura política que reivindicaba la autonomía andaluza en el marco de un estado federal. Tras la aprobación del Anteproyecto de Estatuto en la Asamblea de Córdoba de enero de 1933 y la paralización de los procesos autonomistas durante el bienio radical-cedista, la victoria del Frente Popular dio un nuevo impulso al proyecto andaluz. Parecía imparable cuando en julio se celebraron la Asamblea Pro Estatuto de Andalucía en Sevilla y la asamblea de la Junta Liberalista en Cádiz, que habría de ser el último acto público de Infante. El golpe militar se produjo cuatro días después de que la bandera blanca y verde fuese izada en el Ayuntamiento sevillano y cortó de raíz el proceso constituyente de la autonomía andaluza.



Blas Infante fue detenido el 2 de agosto por una escuadra de Falange en Coria del Río. “A las 11 de la mañana -recordaría su esposa- vinieron a registrar la casa y a llevárselo para siempre”. El encarcelamiento en la checa sevillana del Cine Jáuregui fue la antesala del asesinato. Lo sacaron la noche del 10 de agosto, junto a tres dirigentes de izquierda, y lo fusilaron en el kilómetro 4 de la carretera de Carmona. Se cree que su cuerpo fue arrojado a la fosa común del Cementerio de San Fernando de Sevilla. Cuatro años después del asesinato, el Tribunal Regional de Responsabilidades Políticas le impuso, por haberse significado “como propagandista para la constitución de un partido andalucista” y suponiéndole “una grave oposición y desobediencia al mando legítimo y a las disposiciones de él emanadas”, una multa de 2.000 pesetas.

EXPOSICIÓN "TODOS (...) LOS NOMBRES".

Enlaces interesantes

Visita al Parlamento de Andalucía

miércoles, 5 de febrero de 2014

28 de febrero. "Día de Andalucía"


“Andalucía es el resultado de un proceso histórico con identidad histórica como base de su identidad cultural, modelada a lo largo de siglos que nos ha dado nuestra forma de entender la vida y como resultado final nuestra cultura que forma parte de la memoria colectiva”.

Isidoro Moreno (antropólogo)




Cercano el día de Andalucía [28 de febrero] la retina de la historia nos retrotrae a tiempos pretéritos donde en la Asamblea de Ronda de 1918 a propuesta de Blas Infante se evocaron vínculos históricos que coinciden con el máximo esplendor de nuestra cultura (Al Ándalus).



Andalucía por sí, para España
y la Humanidad

Asamblea de Ronda de 1918

La primera referencia escrita que se conserva de una bandera de similares características a la de Andalucía pertenece al reinado de Al Mutasim de la taifa de Almería en el siglo XI (año 1051), posiblemente nos encontramos con la bandera más antigua de toda Europa. 

Recogida por Henri Peres en su libro Esplendor de Al Andalus, en los versos del poema de Abú Asbag Ibn Arqam: 


“Una verde bandera

que se ha hecho de la aurora blanca un cinturón,

despliega sobre ti un ala de delicia,

que ella te asegure la felicidad

al concederte un espíritu triunfante”.

El 18 de julio de 1195 el sultán Ben Yusuf Yaqub derrota a Alfonso VIII de Castilla en la batalla de Alarcos (última gran victoria musulmana). 

Para conmemorar el triunfo ordena colocar una bandera verde y blanca en la Mezquita de Sevilla, que representaba la unidad almohade (blanco almohade) y la colaboración andalusí (verde omeya). 

“La bandera blanca y verde -el verde perteneciente al Califato Omeya y el blanco del Imperio Almohade-, vuelve tras siglos de guerra. A decir Paz y Esperanza, bajo el sol de nuestra tierra”…




Andalucía ha sido el resultado de un crisol de culturas en su constante histórica en la que destaca por derecho propio una brillante civilización que tuvo su máximo esplendor bajo la antigua al Andalus estimulando durante siglos la imaginación de una Europa de su época sumida en las tinieblas de la ignorancia y donde coexistieron en tolerancia tres culturas (cristiana, judía y musulmana).


Un marco geográfico desde la antigua Sharq al-Andalus (oriente) hasta el antiguo Garb al-Andalus (occidente) con la cuenca del Wad al Kabir (Guadalquivir) como gran receptora histórica de las civilizaciones como fiel testigo de la historia, fusionando la cultura autóctona con diferentes pueblos mediterráneos, formando un auténtico crisol de culturas, donde la lengua árabe de Al Andalus ha sido una lengua sinónima de refinamiento y erudición en su época, lo que sirvió como vehículo para introducir las primeras traducciones al árabe de los filósofos griegos, en especial Aristóteles de la mano de Averroes y que posteriormente se benefició el pensamiento posterior del mundo latino (Santo Tomás).



Una civilización que ha legado topónimos tan bellos como Andalucía, Algarbe, Algeciras, Alpujarras, Axarquía, Elvira, Gibraltar, Guadalquivir, Trafalgar, Mulhacén, Pico Almanzor, Sevilla junto a otras palabras enraizadas en la memoria colectiva de los andaluces tales como acebuche, aceite, aceituna, alarife, albañil, alcuza, aldaba, alfarero, alféizar, aljibe, almohada, barrio, laud, mozárabe, muladí, mudéjar, posada, presa, taberna, zaguán y un largo etcétera que pertenecen a ese gran legado andalusí con cuatro mil arabismos que con su esencia han enriquecido nuestro léxico siendo el único pueblo de habla latina que ha impregnado el castellano a pesar de las tristes circunstancias históricas que tuvo consecuencias lamentables para la economía española como la expulsión de los judíos en 1492 y la expulsión de los moriscos en 1609.

Es obvio que dicha civilización refinada ha marcado la historia y la cultura de España y al mismo tiempo dejaron su huella en muchos aspectos de nuestra personalidad y costumbres que han forjado nuestro carácter. Negar esto sería amputar la realidad.


También nos legaron una configuración urbana cuyos orígenes emanan de las alcazabas y fortalezas en busca de protección y que se irradiaban a través de los arrabales (al-rabad), plasmado como una crónica del desarrollo de su propia historia.


Configuración urbana en la que destaca una brillante cultura del agua que dotaba a las medinas de un complejo sistema de alcantarillado que evitaban que las aguas fecales fueran derivadas a la vía pública y al mismo tiempo contaban con sistemas de riesgo ayudado por la noria que hizo inmensamente fértiles las huertas y vegas andaluzas y levantinas, al contar con cultivos como la caña de azúcar, el azafrán, árboles frutales y hortalizas desconocidos en Europa, lo que contribuyó a enriquecer la dieta mediterránea.


Para celebrar tan magna efemérides, no existe nada mejor que conocer Andalucía, sus pueblos y sus gentes. Sueños blancos de la cal y de nuestra propia esperanza por encontrar un futuro mejor para nuestros pueblos (verde y blanco de nuestra bandera).


Unas rutas del legado andalusí -Califato, Almorávides y Almohades, Nazaríes, Pueblos Blancos, etcétera-, salpicadas de aldeas blancas diseminadas en perfecta armonía con el paisaje, calles angostas y sinuosas encaladas con cal que han permanecido generación tras generación.


Efluvios y reminiscencias andalusíes que han pasado a formar parte de la genealogía del pueblo andaluz. Costumbres que han formado parte dentro de nuestro proceso histórico modelado durante siglos y que nos ha proporcionado nuestra forma de ser y de entender la vida a través del crisol de culturas. Medinas (al madinat), mezquitas, atalayas, alcazabas (al Qasaba), arrabales (al rabad), aljamas, alhamas (al hamma), posadas (fundaq), ladrillos, tejados árabes, calles angostas y sinuosas inundan los cascos históricos de nuestras ciudades históricas.

"Desde Morón, en el Día de Andalucía"...



Lomas trenzadas de olivos verdes retorcidos por el tiempo

legado de pueblos blancos diseminados bajo la serranía

y el verde intenso del azzeit que se rezume en la vieja

al masara, mientras la Cal legado de nuestros ancestros,

encala de sueños y utopías la blancura de nuestras miradas.



Enlaces interesantes