Cercano el 60º aniversario de nuestra presencia en la tierra de Villalón, de la Cal y del Flamenco, debo comenzar a saborear profundamente el tiempo que me quede y que no podemos comprar -como diría el poeta Mario Andrade en su hermoso poema "Mi alma tiene prisa"-, buscar la esencia de las cosas, sin soportar a personas absurdas, tóxicas o vanidosas, que a pesar de su edad cronológica, aún no han crecido. En definitiva, llegar al final de mis días en paz con mis seres queridos y con mi conciencia.
La vejez comienza a manifestarse cuando ocupan mayor peso en nuestras frágiles entendederas, los recuerdos que las ilusiones y proyectos. Es entonces, cuando la nostalgia puede proyectarse a través de nuestras canas de plata y manifestarse bajo un enorme peso en nuestra alma, -se canta lo que se pierde, como diría uno de los colosos de la literatura del siglo XX, don Antonio Machado-.
Por tanto, leer y viajar “haciendo camino al andar” con vientos alisios nos irá permitiendo ir soltando amarras para expandir nuestra mente y por consiguiente, cambiar nuestra concepción del mundo, valorando y respetando siempre las identidades culturales junto con la diversidad.
¡Tenemos dos vidas y la segunda comienza cuando te das cuenta que sólo tienes una! Porque cada día es un comienzo nuevo, como diría el inolvidable poeta Mario Benedetti.
“La Paz sea contigo”
Comenzaba a despertar el Jueves Santo entre el antiguo Cerro de la Atalaya "al-kúdya aṭṭaláya", ubicado en el antiguo arrabal de Santa María, mientras la tierra de Villalón, impregnada entre efluvios de incienso y azahar, se preparaba para vivir con la máxima intensidad los días mayores de nuestra Semana Santa. Sin embargo, nuestra retina miraba al cielo que nos desafiaba con las más preocupantes previsiones meteorológicas.
Era la segunda vez que se nos presentaba con “Jolin Viajes” con Eli a la cabeza de la expedición -desde la tierra de Villalón, de la Cal y del Flamenco-, la grata oportunidad de visitar Marruecos (Tánger, Rabat, Marrakech, y el Valle de Ourika en el Atlas) que complementa nuestro primer viaje realizado en septiembre pasado al país alauita (Tánger, Tetuán, Chauen, en las montañas del Rif, Meknés, Rabat y Asylah).
Tal vez haya sido el denominado "Mal de África", -que no es ninguna patología- lo que nos ha hecho volver a visitar el Norte de África y Marrakech en esta ocasión, porque es posible que sea cierto que su magia contagia y nos atrapa entre olores, colores y sabores, con sus profundos contrastes.
Atrás dejamos bellos términos geográficos o ciudades bajo etimología andalusí que se rezumen por todos y cada uno de los poros de nuestra geografía, y donde el aceite “azzeit” de oliva como oro verde extraído de las antiguas almazaras “al-ma'sara” junto a la blancura de la cal de mi pueblo como patrimonio inmaterial de la Humanidad, forman el “verde y blanco” de nuestra bandera de Andalucía.
¡El color verde de la bandera de Andalucía corresponde al color de los omeyas y el blanco, al imperio almohade. Dos de las épocas con mayor esplendor de un poder político en el territorio de la actual Andalucía según la óptica de Blas Infante como máximo ideólogo del andalucismo político!
La antigua Ishbiliya “Sevilla”, Wad al Kabir “río Guadalquivir”, Taraf al-Ghar “Trafalgar” o Yebel al Tarik “Gibraltar” entre otros muchos términos como al-kúdy, Dar al Bayda o Dar al Imara, son un ejemplo de una bella etimología de tiempos andalusíes como referentes importantes en la historia de Andalucía y en nuestra identidad cultural.
La antigua Ispal “tierra llana de los tartessos” llegaría a ser romanizada bajo el nombre de “Híspalis” en la Bética Romana con su aportación al Imperio y arabizada en tiempos de Al Ándalus como “Ishbiliya” que se manifiesta en toda su grandiosidad en tiempos de los almorávides y almohades que dejaron su impronta en la Giralda, hermana de la torre de la Kutubiya de Marrakech y de la Torre Hasán de Rabat.
Y llegamos a Tarifa “entre dos aguas” donde existe el refrán “la madre que parió el viento de levante y de poniente” al desarbolar no pocas veces los sentidos de quien la visita por razones obvias. Después de pasar los trámites fronterizos nos esperaba un ferry a las 9,00 a.m. que nos acercaría a Tánger, ubicado en las antiguas costas de Berbería “bárbaros o extranjeros”.
Al no pertenecer Marruecos a la Unión Europea es necesario llevar en regla nuestro pasaporte y DNI se recomienda cambiar algo de dinero “1 euro = 10,85 dírham”, sin olvidar que en Marruecos es necesario atrasar el reloj una hora.
Poco a poco ponemos “viento en popa a toda vela” gracias a nuestra proa autodidacta a partir del punto más meridional de la península ibérica “Punta de Europa o Punta marroquí” cerca de la Isla de las Palomas donde se abrazan el cálido Mar Mediterráneo con la inmensidad del frío Océano Atlántico. Abandonamos el Puerto de Tarifa a través del dique exterior en busca de la Punta del Santo.
La angostura del Estrecho nos permite percibir en días claros el antiguo Monte Calpe (Gibraltar) en la orilla peninsular y el Monte Hacho (Ceuta) junto con el Monte Musa -el guardián de África- en el territorio de Marruecos, de los cuales nos recuerda la leyenda que los griegos llegaron a llamarla “Estelas de Heracles” en honor al mítico Hércules y los romanos “Columnas de Hércules”.
Los fenicios eran grandes navegantes que conocían este lugar señalando a los pueblos mediterráneos los límites seguros de la navegación. Sin embargo, los antiguos griegos creían que el mítico héroe "Hércules" abrió el Estrecho de un solo golpe para unir el Mar Mediterráneo con el Océano Atlántico para seguir buscando el ganado del gigante deforme Gerión que posiblemente vivía en África.
La columna norte denominada “Calpe” es un término que posiblemente venga del fenicio y cuya historia se pierde en la noche de los tiempos. La columna sur denominada “Abila” se le atribuyen dos elevaciones: la denominada Yebel Musa (839 m.s.n.m.) en el norte de Marruecos junto a la otra costa del Estrecho o el Monte Hacho, de 180 m.s.n.m. en Ceuta cuya etimología deriva al parecer del vocablo romano “septem fratres”, la ciudad de las siete colinas al igual que Roma. Los romanos comenzaron a llamar Mauretania al Norte de África latinizando a sus habitantes bajo el término “Maurus”.
En tiempos muy pretéritos, las Columnas de Hércules delimitaban el fin del mundo conocido hasta 1492 “Non terrae Plus Ultra" (no hay tierra más allá). Más allá sólo existían las tinieblas e inseguridad para la navegación. Al-Ándalus viene del griego Atlantis. Platón situó aquí la Atlántida. Lo mismo que Sefarad viene del Jardín de las Hespérides. Al-Ándalus y Sefarad serán los paraísos perdidos de la cultura grecolatina, no de mitos beduinos o árabes.
El Peñón de Gibraltar -424 m.s.n.m.- fue denominado Yabal al-Tarik en recuerdo del general Táriq ibn Ziyad, quien dirigiera el desembarco en este lugar allá por el 711 de nuestra era. Al Ándalus se encontrará en la cima cultural del mundo “Abderramán III y Alhakén II” comenzando el primer Renacimiento europeo pero en lengua árabe. La negación de Al Ándalus es un componente de nuestro complejo por ser españoles. El descubrimiento de los presuntos restos de Santiago Apóstol será la génesis de la peregrinación cristiana de Europa, similar a la árabe a la Meca “Oriente y Occidente”, “Yihad frente a futuras Cruzadas”.
Y llegamos al Norte de África "Marruecos"
Es evidente de que si pretendemos introducirnos en el antiguo Al Magrib “donde se pone el sol” es necesario aparcar al menos durante unos días nuestra mentalidad europea al darnos no pocas veces la impresión de que penetramos en una especie de túnel del tiempo como si nos sumergiéramos por momentos en la literatura de Harún al-Rashid "Las Mil y una noches", sobre todo en Marrakech.
Dos grandes civilizaciones, dos religiones, dos continentes, con dos formas diferentes de pensamiento bajo una realidad social que nos permite valorar aún más nuestro lugar de origen, en la tierra de Villalón, ubicada en la frontera de nuestra propia esperanza.
Nos esperan de nuevo efluvios y reminiscencias andalusíes en el Norte de África, donde Marrakech brillará con luz propia, al igual que Fez, Chauen o Meknés. La retina del recuerdo nos refresca la memoria cuando visitamos por vez primera en Tánger una farmacia bereber, donde nos manifestaron que aunque estamos pocos kilómetros de distancia entre Marruecos y España, es posible que mentalmente nos encontrásemos a varios siglos de distancia.
Las relaciones entre Islam y Cristianismo nunca fueron fáciles a lo largo de la historia. Dos grandes civilizaciones, dos continentes, dos religiones, vecinas históricamente aunque cargadas de desencuentros a lo largo de su dilatada historia, con enormes contrastes sociales, religiosos y culturales que jamás dejarán indiferente al viajero aunque siempre se quedará con ganas de volver a visitarlo; tal vez sea el denominado "Mal de África" que aunque no sea patológico, nos obliga de alguna forma a volver a visitarla.
Tánger
Y llegamos por segunda vez al puerto de Tánger, cuyo puerto en tiempos pretéritos llegaría a ser testigo del tránsito a su destierro del rey poeta “Abu I-Qasim Muhammad Al-Mutamid” de la antigua Ishbiliya “Sevilla” en busca del aduar de Agmet, cerca de Marrakech. Aquel acontecimiento histórico (7 de septiembre de 1091) nos recuerda salvando las distancias, la diáspora del desdichado Boabdil siglos más tarde.
En el puerto de Tánger nos esperaba de nuevo nuestro guía Abdul "el bereber", natural de Tánger, acompañado de Omar, el chófer y su acompañante Mohamed. Cada vez que se le presentaba una oportunidad, Abdul nos recordaba algunas frases tradicionales en árabe para que las fuéramos asimilando:
“Salam Aleykum” -que la paz sea contigo-, a lo que se debe contestar “Aleykum Salam”.
Cuando concluía Abdul sus "arengas", usaba siempre el término “Wakja, ¡sí!”. Aunque en verdad, lo que aprendimos a decir el mayor número de veces al observar a las decenas de vendedores callejeros que nos “acosaban” con sus productos era “la Choukran -no gracias-” mientras ejercían el tradicional regateo.
El perro y el cerdo son considerados por la religión musulmana animales impuros, siendo el gato el animal preferido de compañía.
Transitando por Tánger nuestra retina iba captando varios colegios con nombres españoles como “Severo Ochoa” o el “Instituto Cervantes” entre otros, ubicados en la antigua zona española. “Abdul” nos comentaba que los profesores españoles estaban muy valorados y cotizados echando raíces algunos en el Norte de África.
En pleno corazón de Tánger nuestra mirada captaba la primera vez que la visitamos sobre un altozano el mítico Hotel “El Mizah -bella vista-” que según muchos cinéfilos serviría de inspiración para la mítica película Casablanca -con Humphrey Bogart e Ingrid Bergman-, en aquel Tánger lleno de espías y agentes dobles que conspiraban desde el ocaso hasta el alba en los salones del hotel, llamados por necesidades de guión Rick's Cafe. Por las habitaciones de El Minzah y por su famoso Caid's Bar han pasado los actores como Rita Hayworth y Rock Hudson, el diseñador Yves Saint-Laurent y los escritores Tennessee Williams o Paul Bowles, de quien se cuenta que daba sus entrevistas acomodado en los sillones del bar. El cineasta Bernardo Bertolucci rodó parte de su película “El cielo protector” inspirada en la obra de Bowles, en los salones de El Minzah, como también lo fueron algunas escenas de “El tiempo entre costuras”.
No cabe duda de que cuando entramos en cualquier medina del Norte de África nuestra visión captaba los impresionantes minaretes que continúan como referentes verticales de la religión musulmana al igual que el campanario lo es de la cristiana, muchos de los cuales se encuentran en la península cristianizados con cuerpos de campanas como es el caso de la Giralda de Sevilla o la torre de San Miguel de Morón entre otros monumentos, testigos de un pasado andalusí. A lo largo de todo el recorrido por Marruecos se puede observar infinidad de mezquitas incluso en las pequeñas aldeas con escasos habitantes, lo que demuestra la enorme influencia que ejerce la religión en los aspectos cotidianos de la comunidad musulmana.
Nuestro guía nos recordaba a nivel didáctico:
El Estado de Marruecos es semi-laico, moderado y permisivo siendo además una sociedad multirracial donde los bereberes autóctonos llegan al 60% de la población. El analfabetismo supera el 35% siendo la educación obligatoria hasta los 15 años "artº 7 de la Constitución", aunque muchos niños no terminan su educación al tener que trabajar en el sustento familiar. No se cobran impuestos en la agricultura, pesca y artesanía estando mal visto que se cobre de la prostitución y de la droga.
La Administración en Marruecos se encuentra afrancesada. La mayoría de las asignaturas se dan en francés, no en árabe. En la escuela se estudia como idioma el árabe clásico y el francés ampliándose a los trece años otro idioma que puede ser el español.
La monarquía en Marruecos es constitucional, parlamentaria, democrática y social que coincide con los vientos de la primavera árabe. El Parlamento tiene 600 diputados y el 20% son mujeres. Las riendas del poder las tiene el presidente del Gobierno, existiendo treinta y siete partidos políticos con Mohamed VI mientras que con Hasan II existían 12 partidos. Existe la "libertad de expresión con sus límites y normas". La clase política tiene inmunidad parlamentaria siendo intocables.
Todo el Derecho en Marruecos está regido por el Derecho Internacional mientras el 10% lo forma la Sharia "herencias y casamientos".
La familia real desde 1666-67 es la segunda más antigua del mundo, descendiente del Profeta. El Rey posee un título espiritual "Califa o príncipe de los Creyentes".
En muchas tribus nómadas existe la poligamia aunque si no existe el acuerdo de la primera mujer no te puedes casar con la segunda. "Todas las mujeres son legales" no existiendo hijos bastardos.
El alminar musulmán se encuentra orientado en dirección NE-SE mientras que la iglesia cristiana se encuentra su ábside y presbiterio donde se encuentra el altar orientado a oriente (E) donde nace el sol y la luz mientras la puerta principal orientada al oeste.
La vestimenta tradicional en Marruecos es la chilaba “zellaba” de lana o algodón utilizada tanto por hombres como mujeres. Es una especie de túnica con capucha que protege del sol y del frío. El traje elegante masculino se denomina “kandura”.
Las chilabas pueden ser prendas anchas y largas y de varios colores (los hombres optan por colores muy claros), dependiendo del gusto de cada persona. Pero tradicionalmente, los colores elegidos entre las tribus pueden indicar el estado civil, por ejemplo, el color marrón oscuro es utilizado por los solteros. La chilaba posee un bolsillo en su parte izquierda que permite miccionar sin dificultad.
Entre lo que nuestro guía Abdul nos proyectaba con lo didáctico de su disertación entre ruta y ruta y lo que nuestra retina captaba “in situ” se estaba formando en nuestras frágiles entendederas -lo que está a la vista no necesita candil se dice en nuestra tierra- una idea aproximada de la sociedad del país vecino, sobre todo cuando nos adentramos en las entrañas de las medinas donde brilla con luz propia la pobreza de un pueblo.
Es evidente que todos los guías de Marruecos tienen una comisión en los establecimientos a los que nos acercaban (farmacia bereber, curtidurías, talleres de cerámica, tiendas de plata y bisutería, visitas a las casas bereber, restaurantes, hoteles y un largo etcétera.
Larache
Después de terminada la Reconquista, Melilla fue tomada en 1497 por las tropas españolas siendo Ceuta, traspasada por Portugal en 1640 -con la isla de Perejil-, lo que constituía para la Corona española el control del Mediterráneo occidental contra las incursiones de otomanos y piratas berberiscos. Las relaciones con las cabilas de aquellos territorios siempre fueron complejas, sobre todo desde que los alauitas llegaron al poder en el siglo XVII. Cabe destacar que Fernando VII (1820-1823) llegó a plantearse la venta de las plazas de Ceuta y Melilla.
La pérdida de las últimas colonias de ultramar habían sensibilizado a la población española "antimilitarismo" al actuar la clase trabajadora como verdadera carne de cañón siendo las principales víctimas de la guerra "Semana trágica de Barcelona en julio de 1909". Aquéllos que podían pagar la cuota "clase pudiente" quedaban exentos de ir a la guerra de África mientras la carne de cañón "clase obrera" estaban destinados a pelear en la guerra de Marruecos para defender los intereses de los capitalistas españoles en el Rif y las ansias expansionistas de España tras el desastre del 1898. El Ejército y su prestigio saldrían malparados de aquellos acontecimientos.
Ante la carencia de perspectivas, en el Ejército existía una desproporción significativa. En 1900 existían 471 generales y cerca de 25.000 oficiales, para un número teórico de 80.000 soldados, lo que absorbía la mayor parte del presupuesto. Tras la pérdida de los últimos jirones de nuestro imperio colonial en 1898 "Cuba y Filipinas", la retina del ejército español comenzaba a fijarse en el Norte de África. Era una oportunidad para que las escalas se movieran y se crearan vacantes para ocuparlas y ascender en grados (García Cortés).
El 25 de agosto de 1844 se firma el Acuerdo de Tánger y el 6 de mayo de 1845 el Convenio de Larache.
El 3 de octubre de 1904 Francia y España firman un acuerdo por el cual se repartían las áreas de influencia en Marruecos que ratificarían dos años más tarde en la Conferencia de Algeciras en 1906. La Guerra de África ensombrecieron la política interior española. La ambición expansionista de Francia, les llevó a tomar Casablanca y Fez mientras España ocupaba Larache y Alcazarquivir en la zona Occidental de Marruecos. El 27 de noviembre de 1912 se establecía entre ambas una zona de protectorado español y francés, siendo declarada Tánger, ciudad internacional. Francia concedería la independencia a Marruecos el 2 de marso de 1956 y España lo haría el 7 de abril del mismo año.
Se podría decir que entre España y Marruecos ha existido siempre a lo largo de la historia una atracción fatal estando condenados por razones históricas, culturales y de vecindad a entenderse.
Después de terminada la Reconquista, Melilla fue tomada en 1497 por las tropas españolas siendo Ceuta, traspasada por Portugal en 1640 -con la isla de Perejil-, lo que constituía para la Corona española el control del Mediterráneo occidental contra las incursiones de otomanos y piratas berberiscos. Las relaciones con las cabilas de aquellos territorios siempre fueron complejas, sobre todo desde que los alauitas llegaron al poder en el siglo XVII. Cabe destacar que Fernando VII (1820-1823) llegó a plantearse la venta de las plazas de Ceuta y Melilla.
La pérdida de las últimas colonias de ultramar habían sensibilizado a la población española "antimilitarismo" al actuar la clase trabajadora como verdadera carne de cañón siendo las principales víctimas de la guerra "Semana trágica de Barcelona en julio de 1909". Aquéllos que podían pagar la cuota "clase pudiente" quedaban exentos de ir a la guerra de África mientras la carne de cañón "clase obrera" estaban destinados a pelear en la guerra de Marruecos para defender los intereses de los capitalistas españoles en el Rif y las ansias expansionistas de España tras el desastre del 1898. El Ejército y su prestigio saldrían malparados de aquellos acontecimientos.
Ante la carencia de perspectivas, en el Ejército existía una desproporción significativa. En 1900 existían 471 generales y cerca de 25.000 oficiales, para un número teórico de 80.000 soldados, lo que absorbía la mayor parte del presupuesto. Tras la pérdida de los últimos jirones de nuestro imperio colonial en 1898 "Cuba y Filipinas", la retina del ejército español comenzaba a fijarse en el Norte de África. Era una oportunidad para que las escalas se movieran y se crearan vacantes para ocuparlas y ascender en grados (García Cortés).
El 25 de agosto de 1844 se firma el Acuerdo de Tánger y el 6 de mayo de 1845 el Convenio de Larache.
El 3 de octubre de 1904 Francia y España firman un acuerdo por el cual se repartían las áreas de influencia en Marruecos que ratificarían dos años más tarde en la Conferencia de Algeciras en 1906. La Guerra de África ensombrecieron la política interior española. La ambición expansionista de Francia, les llevó a tomar Casablanca y Fez mientras España ocupaba Larache y Alcazarquivir en la zona Occidental de Marruecos. El 27 de noviembre de 1912 se establecía entre ambas una zona de protectorado español y francés, siendo declarada Tánger, ciudad internacional. Francia concedería la independencia a Marruecos el 2 de marso de 1956 y España lo haría el 7 de abril del mismo año.
Se podría decir que entre España y Marruecos ha existido siempre a lo largo de la historia una atracción fatal estando condenados por razones históricas, culturales y de vecindad a entenderse.
A 90 km. de Tánger se encuentra Larache con reminiscencias españolas que provienen del antiguo protectorado español entre 1911 y 1956. Allí almorzamos durante nuestra primera jornada en el Restaurante "SALIME-Al Khozama". De Larache en dirección a Rabat nos encontramos las tierras de cacahuetes, almendras, nueces, fresas, sandías, cañas de azúcar y aguacates.
A partir de Tánger, cuando el turista paga en cualquier restaurante u hotel, normalmente lo realiza en euros haciéndonos la devolución de la cuenta en dirham, con lo que ganan más dinero con la picaresca, al tener un valor superior la moneda europea. Casi siempre que pagamos la cuenta va otro camarero con dinero en la mano para efectuar el cambio.
En Quetama "Isaguen", en las montañas del Rif a 150 km. de Chauen, se cultiva el cannabis. Los narcos engordan sus enormes faltriqueras mientras que los campesinos siguen siendo muy pobres. Es evidente que la demanda en Occidente anima su producción. Son muchos los millones de euros los que se mueven por el camino. El Estado es duro con las drogas extranjeras mientras es permisivo con las nacionales. Actualmente, una coalición de tres partidos gobernantes está por la labor de la pro-legalización en las farmacias, llevándose el Estado la mayor parte de las ganancias.
Rabat
Mulay Ismael acabó con la insurrección de los bereberes “mudayjan” unificando el país en el siglo XVII “Salam y Rabat”.
Al mediodía llegamos a Rabat, la capital política y administrativa de Marruecos -mientras Casablanca es la capital financiera del país-, para instalarnos en esta ocasión en el “Helnan Chellah Hotel” ubicado en el corazón de la ciudad junto al Museo de la Historia y Civilizaciones y cercano al Parlamento de Marruecos. No es nada extraño encontrarse en la calle a fieles de rodillas sobre una alfombra con sus rezos diarios en dirección a la Meca.
En todas los hoteles, tiendas, restaurantes, cafeterías o puestos ambulantes se puede observar la fotografía del rey Mohamed V.
"Patria, Dios y Rey es el lema de Marruecos".
En la Mezquita Inacabada de Rabat se puede observar la impronta almohade caracterizada por su grandiosidad, sobriedad y el uso magistral del tapial y la piedra. Fue mandada construir al igual que la Giralda en la antigua Isbylia “Sevilla” por el califa Yacub al-Mansur “El Victorioso”.
Destacan en las enormes murallas los abundantes mechinales que eran orificios que servían para introducir las vigas de maderas horizontales que formaban un andamio que permitía seguir labrando la muralla. Al ser retirados los andamios quedaban unos grandes orificios que tenían la finalidad de que la corriente de aire entrara por ellos, refrescando y no dilatando la obra por los cambios bruscos de temperaturas.
En Rabat nuestra retina capta las enormes murallas que rodean la medina para amparar a sus habitantes. La Casba de los Udays "Alcazaba de los Udayas" se encuentra en un vergel, en la desembocadura del río Regreg, que divide Rabat con la vecina Salam. El tramo de la alcazaba actual se remonta al imperio almohade. Destaca la puerta monumental de Bab el-Kebir.
Nuestro guía nos introducía en la alcazaba a través de sus grande puertas "Bab" que se encuentran cerca de la desembocadura del río Buregreg, que divide a la ciudad de Rabat con la vecina Salé. La alcazaba fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2012. Después de pasear por las angostas y sinuosas callejuelas, hicimos un alto en el camino en una tetería junto a los jardines de la alcazaba donde degustamos sin prisas el tradicional té verde con menta o hierbabuena acompañado con unas deliciosas pastas que nos permitía recuperar energías para afrontar el resto de la tarde.
Desde la Alcazaba de los Udayas nos dirigimos a la explanada de la Mezquita Inacabada donde nos sorprenden -como si fuesen centinelas haciendo guardia- unas enormes hileras de columnas solitarias bajo el cielo de Rabat, con diversos tamaños que deberían de haber sustentado una enorme mezquita con capacidad para 40.000 fieles con su alminar que debería alzarse a los 80 metros de altura; proyecto que quedará interrumpido tras la muerte del califa y donde un gran alminar con algunos paños de “sebka o motivos decorativos de origen islámico en forma geométrica” también inacabado quedará reducido a 44 metros como testigo de una época histórica.
Los pilares de la "Mezquita Inacabada" provienen de las ruinas romanas de Volúbilis.
La Torre Hasan II es muy similar a su “hermana gemela” la Giralda de la antigua Ishbiliya “Sevilla” sin el cuerpo de campanas. Ha sido restaurada por la Unesco junto con la alcazaba que se encuentra siendo restaurada. Junto a ella se encuentra una bella fuente con el árbol genealógico de la familia real alauita.
En un extremo superior de la explanada se alza majestuosamente el Mausoleo de Mohamed V en mármol blanco que contrasta con la sobriedad del conjunto. Destacan sus bellos alicatados y una enorme bóveda de caoba con paños de pan de oro que acogen los sepulcros del Rey Mohamed V, de su padre Hasan II y de su hermano Muley Abdalá, velados por un talib que recita el Corán para el descanso eterno de los ilustres difuntos.
El Mausoleo de Mohamed V -al igual que las mezquitas y alminares musulmanes- se encuentra rematado como todas las grandes obras musulmanas por el “yamur” que son tres esferas en orden descendente como terminación de la arquitectura musulmana sin un significado definido aunque existen diversas teorías proyectadas a una plenitud asociada al Universo y a Dios.
Durante nuestra primera visita escuchamos por los altavoces ubicados en la explanada el eco de aves rapaces grabado al objeto de espantar a las palomas y evitar que sus heces “la palomina” erosionen las piedras. Pero durante la segunda visita no se pudo escuchar.
El mausoleo posee cuatro puertas principales escoltadas por guardias reales tanto en su exterior como en su interior. La dinastía alauita es la segunda más vieja del mundo (1666…), descendiente del Profeta Mahoma, árbol genealógico al cual pertenece.
A la salida de Rabat se encuentra el Bosque de Mamora con más de 130.000 hectáreas de alcornocales donde entrenaran los legendarios atletas marroquíes Saïd Aouita e Hicham El Guerrouj, especialistas en carrera de medio fondo. Se pueden apreciar también las cuadras de caballos de pura sangre árabe. También nos comentó Abdul que en Rabat existen siete clases diferentes de eucaliptos, muy buenos para paliar las molestias respiratorias.
Casablanca
“Dar al Baida”
Entre Rabat y Marrakech transitamos por la capital financiera y la mayor ciudad de Marruecos “Casablanca” con siete millones de habitantes. Su origen se remonta a tiempos muy pretéritos, cuando los marinos portugueses costeaban por un lugar que la identificaban con una pequeña casa blanca situada sobre la antigua colina “Anfa”. Los nativos denominaban casa a la medina.
Marrakech
Abraham es el padre de las tres religiones monoteístas
“judía, cristiana y musulmana”. El Viernes es un día sagrado pero laborable
donde la oración es obligatoria. No es nada extraño encontrarse a algunos
fieles orando en los jardines o aceras,
en dirección a la Meca.
Entre bosques de eucaliptos y alcornocales desde Rabat llegamos entre grandes montañas de color ocre al Gran Oasis de Marraquech cuyo palmeral de más de 150.000 palmeras sirviera de asentamiento a las tropas del emir almorávide Yúsuf ibn Tašufín, primero de la dinastía bereber de los almorávides, que reinó sobre Marruecos. Los guerreros representan las tradiciones de tiempos pretéritos.
Etimológicamente, el término Marruecos proviene del nombre de su antigua capital Marrakech “Tierra de Dios” fundada en 1062 por los almorávides que hicieron de ella su capital en el sur de Marruecos al pie del Atlas a 466 m.s.n.m. Marrakech junto con Meknés, Fez y Rabat han sido consideradas desde tiempos muy pretéritos las cuatro ciudades imperiales de Marruecos con monumentos que forman parte del Patrimonio de la Humanidad.
En Marrakech reposan los restos de filósofos y médicos andalusíes de la talla de Averroes o Abentofail entre otros personajes de la cultura universal cuyo legado llegaría a ser el faro de Europa que ayudaría a disipar nuestras brumas culturales beneficiando al pensamiento posterior del mundo latino (Santo Tomás).
No debemos de olvidar que la lengua árabe en la antigua Al Ándalus llegó a ser sinónima de refinamiento y erudición sirviendo como vehículo para introducir las primeras traducciones al árabe de los filósofos griegos. La madraza o universidad islámica, creada en el siglo XI, llegaría a ser el embrión de las universidades europeas.
Cuando la Europa cristiana, en el año 1000 estaba bajo el influjo del fin del mundo, Al-Biruní calculó el radio de la Tierra demostrando que nuestro planeta giraba alrededor del Sol. También confirmaron la esfericidad de la Tierra siglos antes de que Colón descubriera el Nuevo Mundo.
Abentofail “Ibn Tufail” (Guadix 1110 - Marrakech, 1185).
Fue filósofo autodidacta y eslabón previo a Averroes. Fue traducido al hebreo por Moisés de Narbona en 1349 y al latín por Pico de la Morandola a finales de 1400. Explicaba viajes y situaciones de la mente andalusí que llevaría hasta el Robisón Crusoe de Daniel Dafoe en 1719. Su obra fue ignorada en España durante siglos.
Ibn Tufail "Abū Bakr Muḥammad ibn ʿAbd al-Malik ibn Muḥammad ibn Ṭufail al-Qaisī al-Andalusī" fue médico, filósofo, matemático y poeta. Participó en la vida cultural, política y religiosa de los almohades en Granada. Estudió Derecho islámico y medicina. Estuvo al servicio del califa almohade Abu Yaqub Yusuf, como médico. Ibn Tufail “Abentofail” atrajó a la corte all filósofo Averroes aconsejándole que transmitiera de forma fiel la filosofía de Aristóteles.
Averroes “Ibn Rush” (Córdoba, 1126 - Marrakech,1198).
Averroes modificó el enfoque del pensamiento árabe oriental oponiéndose a una cierta Teología de la Creación, acercándose a un cierto materialismo “madiyya”. El método averroísta de libre pensamiento parcelaba muy bien los límites en que la religión y la filosofía no deben cruzarse. Con Averroes, la mirada a los griegos es diferente al separar la filosofía “el conocimientos” de la religión. La fuente estaba en acercarse a los antiguos sin hipoteca teológica. Al sabio le incumbe buscar la verdad.
“Refutación de los filósofos”. La razón y revelación son dos modos de conocimiento que no deberían entremezclarse, Averroes delimitaba los ámbitos: la razón para la filosofía y le fe para la religión.
Averroes estudio medicina y astrología. Pero Averroes será conocido en toda Europa como el comentarista de Aristóteles apareciendo como tal en las anotaciones de Tomás de Aquino, en los consejos de Maimónides, en sus correligionarios judíos interesados en el griego.
En 1168, se había producido la primera entrevista con el califa, a instancias de Abentofail. Y Abu Yacub, lo habría acogido bajo su protección nombrándole cadí de Sevilla, así como médico de la corte.
Averroes llevó a cabo tres grados de comentarios a Aristóteles. Comentó a Ptolomeo, Galeno, Avicena y Avempace entre otros. Redactó la Refutación a la refutación frente a Algazel emprendiendo después, diversos estudios teológicos “su célebre Damima” y su “Compendio de Medicina”.
Averroes “Ibn Rushd” es junto Abentofail “Ibn Tufail” y el tunecino Ibn Jaldun, uno de los tres árabes occidentales más influyentes.
Los
almorávides en Al Ándalus (1086-1147)
Los almorávides eran bereberes fanáticos de la actual Mauritania que adoptaron la doctrina malikí. Comenzaron una guerra santa que les llevó a controlar todo el Magreb. La capital de su imperio fue Agmat (1040-1062) y Marrakech, fundada en 1062 donde permanecieron hasta 1147. Los almorávides prohibieron los escritos de filósofos y poetas considerados heterodoxos.
La doctrina jurídica malikí fundada por Malik ben Anas (siglo VIII) en Cairuán Tunez fue la más intransigente de las cuatro seguidas por el Islam, siendo introducida en Al Ándalus en tiempos de Abd al-Rahman I ben Muawiya al-Dajil “el Inmigrado” y declarada oficial por Hisam I. Su interpretación de la ley coránica se basa en una serie muy amplia de supuestos de actuación cotidiana a los que da respuestas concretas y prácticamente inapelables.
La fundación de Marrakech tiene lugar en 1062 cuando Ibn Tafsún instala en ella la sede de la dinastía almorávide y desde allí conquistaron todo Marruecos, Mauritania, la cuenca del río Senegal y parte de Argelia. Por tal motivo, se le considera a Ibn Tafsún el padre de Marruecos.
Los almorávides en sus orígenes eran criadores de camellos pero gracias a su hábil conjunción de fusionar los dogmas religiosos con la fuerza guerrera, le permitieron aumentar su influencia desde el norte de África hasta Al Ándalus donde ejerceron su control entre los años 1090 y 1146.
En 1061, Abu Bakr entregó a su primo, Yusuf ibn Tafsún, el mando, fundando en 1062 Marrakech. El fraccionamiento del antiguo Califato Omeya en reinos de taifas “banderías” llevaba implícita su fragilidad. Su modelo jurídico malikí profesaba obediencia al califato abbasí.
Los almorávides “almuravit u hombres del ribat -rábita-”, eran una confederación de tribus bereberes para proteger las rutas comerciales y los centros musulmanes aislados. Las rábidas eran fortalezas escuelas musulmanas propagadoras de la fe islámica dedicadas a la oración y a la “yihad o guerra santa”. Estos lugares implicaba como lugares de oración la existencia de una mezquita. Los monjes guerreros recibían el nombre de morabitos “la Rábida, la Rápita o Rabat en Marruecos", son un ejemplo de ello”.
Al-Motamid ibn Abbad de la antigua Ishbiliya pidió ayuda a los almorávides tras la pérdida de Toledo en 1085. Los almorávides vencieron a los cristianos en Zalaca o Sagrajas -cerca de Badajoz-el 23 de octubre de 1086, lo que permitió detener el avance cristiano.
Pero la debilidad de las taifas musulmanas “banderías” ante la continua relajación de sus costumbres religiosas continuaron por la misma senda, volviendo éstas a pedir ayuda a los integristas almorávides que gustaban del tipo de vida de Al Ándalus.
En la primavera de 1090, desembarcaron los almorávides en Algeciras, contando con el apoyo de los juristas malikíes, fanáticos ortodoxos, lo que hizo que ocuparan en marzo de 1091 Córdoba, en septiembre Sevilla de Motamid, Badajoz cayó en 1094, en los últimos meses de 1099 Granada sin ningún tipo de oposición y Valencia en 1102. Estas conquistas pusieron de manifiesto que los almorávides eran superiores militarmente a los cristianos aunque no pudieron conquistar Toledo.
Los almorávides llegarían a acuñar moneda en la ceca de Córdoba. La voluntad almorávide de continuar moralizando el mundo islámico se desvaneció ante el lujo y las riquezas de la corte de Córdoba que junto con los rencores e intrigas palaciegas por conseguir el poder, les llevaría en poco más de un siglo a su ruina definitiva.
En 1118 comenzará el declive almorávide, tras la conquista de Zaragoza por Alfonso I el Batallador.
Los
almohades “al-muwahidum, unitario” en Al Ándalus (1147-1213)
Eran bereberes del Atlas y opuestos a la interpretación literal del Corán y doctrinas malequíes. Los almohades “unificadores del Islam”, negaban la intercesión de los morabitos o santones ante Dios. Su movimiento acabó con el poder almorávide y fundaron un imperio que duraría hasta 1260 con su capital en Marrakech, que sería conquistada por otro grupo bereber “los banu Marín o meriníes “benimerines” arrebatándoles Fez en 1268.
La torre de Kutubiya de Marrakech llamada Mezquita de los Libreros -kutub en árabe significa libro- es un ejemplo del arte almohade del siglo XII. Fue mandada construir por el monarca almohade Yaqub al-Mansur, cercana a los 70 metros de altura. Es de planta cuadrada y sirvió de modelo para la construcción del minarete sevillano “La Giralda” que tiene una altura de 97,5 metros.
La Torre Hasan de Rabat fue mandada a construir por el califa almohade Yaqub al-Mansur que proyectaba construir una de las mezquitas más grandes del mundo, pero sus obras fueron abandonadas tras su muerte en 1199. Su altura debería de medir más de 60 metros, aunque se quedaría en sólo 44. La torre es hermana del alminar de la Giralda de Sevilla.
La Torre Hasan de Rabat fue mandada a construir por el califa almohade Yaqub al-Mansur que proyectaba construir una de las mezquitas más grandes del mundo, pero sus obras fueron abandonadas tras su muerte en 1199. Su altura debería de medir más de 60 metros, aunque se quedaría en sólo 44. La torre es hermana del alminar de la Giralda de Sevilla.
...Lo primero que nos encontramos en la parte baja del alminar son dos grandes azulejos –del árabe hispano azzuláyg que significa ladrillo vidriado-, en castellano y árabe, donde se menciona la obra del califa Abu Yusuf Yaqub al-Mansur a su alarife Ahmad Ibn Baso al que ordena la erección de esta Sawmua -torre- en 13 de safar -febrero- del año 580 de la Hégira (26 de mayo de 1184 d.C.) terminando la edificación Alí Al Gumari a finales del año 593 Hégira (19 de marzo de 1197). Renovó el arquitecto Hernán Ruiz esta Sawmua en el año 1568 añadiendo en su parte más alta el campanario renacentista, cristianizando el antiguo alminar.
El arquitecto Hernán Ruiz renovaría esta Sawmua -torre- en el año 1568 añadiendo en su parte más alta el campanario renacentista, cristianizando el antiguo alminar.
Abd al-Mumín (Sevilla, 1148-1163)
Abu Yacub Yusuf (1163-1184)
Abu Yusuf Yaqub al-Mansur (1184-1199)
Abu Abdalá (1199-1213)
En la batalla de Alarcos -cerca de Ciudad Real- (19 de julio de 1195) los almohades derrotaron a las huestes de Alfonso VIII de Castilla frenando el avance cristiano. Pero el Islam en Al Ándalus estaba sentenciado de muerte, víctima de sus contradicciones y divisiones. El declive del imperio almohade comenzaría tras la batalla de las Navas de Tolosa (1212). Tras su decadencia, el reino nazarí de la antigua Garnatha (Granada) se consolidará hasta 1492.
El blanco de la cal de las paredes de las mezquitas será el distintivo almohade junto con sus monedas cuadradas, que quedarán hasta la época nazarí. Se trata de fenómenos exógenos que afectan a lo andalusí.
En 1230 al-Maymun, de la dinastía de los benimerines, ayudado por Fernando II conquistó Marrakech. Poco después su hermano Abu Yusuf eliminó a los almohades y los benimerines gobernaron Marrakech durante dos siglos. En la etapa benimerin, la ciudad estuvo un poco olvidada y no hay vestigios que resaltar de su paso.
A la dinastía benimerin o marinie, como también se la denomina, le siguió la dinastía de los Wattasi y de ésta, y por último, el poder pasó a la dinastía de los Jerife, descendientes de Mahoma por línea de su hija Fátima casada con Alí. De éste último procede el nombre de alauíes, dinastía a la que pertenece el actual rey de Marruecos y de ahí la denominación de "reino alauí", anteriormente también llamado "Imperio jerifiano". Los Jerifes tomaron el poder en el siglo XVI.
En la ciudad de Marrakech a nivel de circulación reina el caos. Casi nadie respeta los semáforos, pasos de cebra ni encienden los intermitentes, etcétera...
Abdul nos introdujo por el interior de la medina indicándonos que prestáramos atención en algunas casas que tenían dos puertas y dos aldabas. Una puerta pequeña con una aldaba era para la entrada y salida de la familia y otra puerta grande con otra aldaba para las grandes amistades, significando que la casa abría su corazón a las visitas.
En nuestra anterior visita a Fez adquirimos el tradicional Kandura "túnica árabe marroquí" acompañada del sombrero "Fez o tarbush". En Marrakech adquirimos la tradicional chilaba "zéllaba".
Todas las grandes avenidas de Marrakech convergen en la Torre Mezquita Kutubía. La Plaza de Djemaa el-Fna o Plaza de la muerte por ser donde se exponían a los condenados a muerte en tiempos pretéritos, los jardines de la Menara con su gran laguna, el Jardín Botánico o el Palmeral, etcétera.
En el zoco de la Plaza Djemaa el-Fnaa encontramos saltimbanquis, portadores de agua con su traje tradicional, encantadores de serpientes que abusaban como querían de los turistas pidiéndoles cantidades respetables por una fotografía (20 euros por una fotografía con una serpiente que ellos mismos se la colocaban sobre el cuello sin permiso del turista), coches de caballos, motocarros de tres ruedas, músicos y grupos tradicionales con sus coros y danzas, cuenta cuentos y un largo etcétera. Una tierra de contrastes que a veces nos proyecta a los cuentos de “Las Mil y una Noches”.
Abdul nos introdujo por el interior de la medina indicándonos que prestáramos atención en algunas casas que tenían dos puertas y dos aldabas. Una puerta pequeña con una aldaba era para la entrada y salida de la familia y otra puerta grande con otra aldaba para las grandes amistades, significando que la casa abría su corazón a las visitas.
En nuestra anterior visita a Fez adquirimos el tradicional Kandura "túnica árabe marroquí" acompañada del sombrero "Fez o tarbush". En Marrakech adquirimos la tradicional chilaba "zéllaba".
Todas las grandes avenidas de Marrakech convergen en la Torre Mezquita Kutubía. La Plaza de Djemaa el-Fna o Plaza de la muerte por ser donde se exponían a los condenados a muerte en tiempos pretéritos, los jardines de la Menara con su gran laguna, el Jardín Botánico o el Palmeral, etcétera.
En el zoco de la Plaza Djemaa el-Fnaa encontramos saltimbanquis, portadores de agua con su traje tradicional, encantadores de serpientes que abusaban como querían de los turistas pidiéndoles cantidades respetables por una fotografía (20 euros por una fotografía con una serpiente que ellos mismos se la colocaban sobre el cuello sin permiso del turista), coches de caballos, motocarros de tres ruedas, músicos y grupos tradicionales con sus coros y danzas, cuenta cuentos y un largo etcétera. Una tierra de contrastes que a veces nos proyecta a los cuentos de “Las Mil y una Noches”.
Actualmente Marrakech posee una parte importante de su economía vinculada al turismo, junto con los productos agrícolas que se exportan a Europa. Es centro comercial de su región y centro del trasporte del mineral extraído en el Atlas. Cabe decir que en la inmensa mayoría de los restaurantes y tiendas se podía pagar en euros o en dírham.
Como si se tratara de un verdadero tuareg “nómadas del desierto” nos vestimos con las tradicionales chilabas, a falta del tradicional traje de color añil . |
Durante la mañana visitamos en el oeste de Marrakech "los Jardines de la Menara" construidos en el siglo XII por el califa almohade Abd al-Mumin. El pabellón y la dársena se encuentran rodeados de huertos y olivare. Un complejo sistema hidráulico transporta el agua desde las montañas del Atlas a la dársena. Su color telúrico proviene de las tormentas y de la tierra que arrastra desde el Atlas. Nos dijo Abdul que es posible que Menara fuera el nombre de la favorita del sultán. La dársena ha sido restaurada por la Unesco.
Desde los Jardines de la Menara pasando por la Mezquita Koutubia nos dirigimos al Palacio de la Bahía "alegre" -se pronuncia bajía-, un verdadero palacio de un antiguo visir del siglo XIX con más de 20 Ha. donde se pueden observar varios patios, jardines botánicos, etc., y donde se rodaron escenas de Lawrence de Arabia. Destacan sus artesonados realizados con madera de cedro.
Es posible que "mal bajío"venga del término bahía "bajía".
Como manda la tradición nos tomamos un té verde con pastas en el "Argana Restaurant de Marrakech". De vuelta hacia nuestro Hotel Atlas Asni por el Boulevard Mohamed VI, nos encontramos una pequeña caravana de dromedarios descansando donde inmortalizamos nuestro viaje con la enésima fotografía.
Las cafeterías son usadas por muchos profesionales como abogados, vendedores de coches, etcétera ahorrándose la renta del local.
El dromedario originario de la Península Arábica ha sido el vehículo tradicional de los bereberes en las zonas desérticas. Posee una enorme capacidad de resistencia ante la deshidratación para soportar las condiciones climáticas del desierto, pudiendo llegar a recorrer casi 200 km. sin necesidad de beber agua. Cuando llegan a un oasis pueden llegar a beber casi 150 litros de agua en poco tiempo.
El alimento básico de los nómadas son los dátiles y su hogar las jaimas. Se orientaban a través de las estrellas para conocer el rumbo a seguir. Cuando algún nativo enfermaba utilizaban los fármacos bereberes. En verano el calor es insoportable y antes de llegar el estío se mueven para la supervivencia de sus animales. En invierno es muy frío y seco. Los nómadas no se suben a los camellos sino que los utilizan para transportar mercancías.
El alimento básico de los nómadas son los dátiles y su hogar las jaimas. Se orientaban a través de las estrellas para conocer el rumbo a seguir. Cuando algún nativo enfermaba utilizaban los fármacos bereberes. En verano el calor es insoportable y antes de llegar el estío se mueven para la supervivencia de sus animales. En invierno es muy frío y seco. Los nómadas no se suben a los camellos sino que los utilizan para transportar mercancías.
Marrakech pasa por todos los avatares históricos del propio Marruecos donde portugueses, españoles y franceses pusieron sus pies, unas veces para eliminar a los corsarios, otras por represalias por permitir la piratería y, en general, por el control de sus riquezas naturales y su privilegiada situación de puerta de África.
En 1911 la capital de Marruecos pasó a ser Rabat y Marrakech pasó a un segundo plano teniendo una convulsa historia hasta la independencia de Marruecos en 1956.
También visitamos una farmacia bereber en Marrakech, donde nos mostraron diversos productos milagrosos entre especias, tisanas, aceites vegetales y esencias, cremas o perfumes, aptos para todas las economías:
Azafrán, como condimento para el arroz y el pollo.
Té a la menta, té afrodisíaco, té que mejora la próstata, naigella contra el asma, ginseng, aceite de argam, productos contra el acné, hemorroides, manchas en la piel, antiarrugas, aceites para las quemaduras, y un interminable etcétera...
A partir de Marrakech comienza la majestuosa Cordillera del Atlas que trae a la zona lluvias frecuentes durante estas fechas. Más allá se encuentra el territorio presahariano y el desierto del Sáhara, donde viven los tuareg u hombres azules.
Los bereberes del desierto usan el turbante azul índigo o añil porque consideran que los protege de los malos espíritus. Sólo dejan los ojos expuestos, para protegerse de las fuertes tormentas de arena.
El Valle de Ourika
Entre una carretera sinuosa y empinada llegamos al Valle de Ourika, famoso por su azafrán “medicinal, colorante y culinario” entre cerezos,
almendros y plantas aromáticas. Para obtener 1 kg de azafrán se necesitan
100.000 flores por lo que es una especia muy cara.
El Valle de Ourika es considerado la puerta de entrada a Oukaïmeden, la estación de esquí más importante de
todo el Norte de África, a una altitud de unos 3.200 metros. El río Ourika llevaba un importante caudal como consecuencia de las constantes lluvias durante la primavera. Muchos restaurantes colocan sus mesas y sillas en las orillas del río, para que los visitantes disfruten en plena naturaleza.
Visitamos una humilde casa bereber donde nos ofrecieron un té tradicional junto con su explicación correspondiente. Muchas familias encuentran en el turismo una ayuda importante a su escasa economía.
La
gastronomía marroquí
En todos los hogares de Marruecos siempre tienen té verde acompañado de dulces realizados con miel y almendras que duran muchos días al estar realizados con miel pura que es un gran conservante.
Durante la primera tarde-noche asistimos a las afueras de Marrakech en un Ryad llamado "Chez Alí" a una fiesta bereber en una jaima donde mientras degustamos los productos de la tierra por el "módico precio de 50 euros por barba". Durante la cena iban llegando tribus de bereberes con sus tradicionales cantos mientras el tradicional ulular nos daban la bienvenida animando nuestra visita. Al final de la cena esperaba un espectáculo ecuestre donde decenas de jinetes mostraban sus habilidades recordándonos tiempos pretéritos cuando la caballería brillaba con luz propia en los palmerales de Marrakech.
La gastronomía es muy rica y variada, destacando:
1. Sopa harira con legumbres, verduras y especias.
2. Pastela marroquí con pollo y almendra.
3. Tradicional plato bereber “cuscús”.
4. Pinchos morunos de pollo, ternera o cordero.
5. Tallines.
6. Bandeja grande con frutas del tiempo: naranjas, manzanas y plátanos.
Todo ello acompañado durante la comida por el excelente vino tinto de Meknés y el pan típico marroquí “khubz”. Entre los exquisitos postres: destaca la chebakia “chibakiya”, que es un postre de almendras acompañado de un buen té verde con menta.
La cena terminó con un espectáculo ecuestre con bereberes montados en caballos de pura sangre y bailarinas.
Desde la antigua ciudad imperial de Marrakech transitamos hasta Tánger en busca de nuestro ferry, que salía a las 5 p.m. al menos en teoría. La aglomeración de personas durante la Semana Santa en el Norte de Marruecos junto con la ineficacia de la administración marroquí hizo que tuviéramos que guardar cola de pie en el puerto de Tánger durante varias cinco horas.
Por fin, nuestro ferry salís sobre las 8,00 p.m. jurando al Hacedor Supremo que no volvería más a Marruecos por vía marítima, al menos durante la Semana Santa.
Por fin, nuestro ferry salís sobre las 8,00 p.m. jurando al Hacedor Supremo que no volvería más a Marruecos por vía marítima, al menos durante la Semana Santa.
Desde Rabat, Marrakech y el Valle de Ourika que complementa de alguna forma nuestro primer viaje a Tetuán, Chauen, Fez, Meknés y Asylah, para el blog de mis culpas...
“Salam Aleykum”.
“Que la paz sea contigo”.
Enlaces interesantes
Viaje al Norte de Marruecos "Tánger, Tetuán, Chauen, Fes, Meknés, Rabat y Asilah" (II).
La imagen del "moro" en la memoria colectiva de los españoles.
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