sábado, 26 de febrero de 2022

"Pongamos que hablo de Madrid"…



Breve reflexión

"La vejez comienza a manifestarse cuando tienen mayor peso [en nuestras frágiles entendederas] los recuerdos que nuestras ilusiones. Es entonces, cuando la nostalgia en forma de canas de plata, se manifiesta bajo un enorme peso en nuestra alma".

Con el paso del tiempo el ser humano se va dando cuenta a través de la razón de que las únicas verdades existenciales son que el tiempo pasa [o mejor dicho, pasamos nosotros]...teniendo como única aspiración permanecer en paz con mis seres queridos y con mi propia conciencia porque las arrugas del alma son más ingratas que las del propio cuerpo sin nadie que las pueda hilvanar.

El Síndrome de Stendhal o del viajero autodidacta pudiera sorprendernos si recibimos “altas radiaciones culturales” al contemplar obras de arte de enorme belleza o percibir abundantes alícuotas de cultura en un breve periodo de tiempo que nuestras frágiles neuronas [o al menos las mías] no son capaces de asimilar. Un goce cultural que nos puede impedir saborear todo el contenido en su conjunto, al entender que ese escenario histórico donde ha impartido sus clases magistrales un gran poeta, estimular nuestra retina a través del óleo de un inmortal pintor o escuchar una partitura de un músico de enorme trascendencia, no sólo estimulan nuestros sentidos sino que posiblemente, no se nos vuelva a presentar la ocasión de visitarlo. 

¡Siempre quedarán asignaturas pendientes en el otoño de nuestra vida!

Algunas veces, mis frágiles entendederas me proyectan la imagen del Quijote y me pregunto si no me estará ocurriendo algo similar como al caballero andante [salvando las distancias] que le sorprendió la locura al leer compulsivamente tantos libros de caballería. El que escribe estas humildes letrillas lee mucho menos de lo que quisiera pero a veces, cuando se le presenta la oportunidad, acumula alguna que otra legua  en las viejas suelas de sus zapatos.

Sin embargo, una de las ventajas que tiene este bendito síndrome, es que los contenidos que se aprenden por los senderos de la cultura difícilmente se olvidan, son didácticos, y no son contagiosos, que en estos días que corren no es poco...

¡Doy fe de ello!

Blog de Antonio Cuevas


Etimología del término “Madrid”

Antes del siglo II a.C. Roma había llegado a Carpetania cuyo asentamiento ocupaba aproximadamente la extensión de la Comunidad de Madrid. “Complutum” fue muy importante en el siglo I de nuestra era y el origen de la actual Alcalá de Henares, que ya aparecía en el itinerario Antonino [donde aparecen las rutas del Imperio Romano] desde Emérita Augusta hasta Toletum [pasando por Matrice o Matrich], Segovia y Caésar Augusta que conectaba con Tarraco en la Vía Augusta [en Hispania], la Vía Domitia y Julia Augusta [en la Galia], y la Vía Aureliana hasta llegar a Roma.

La primera villa romana descubierta será la de Carabanchel del siglo I. Madrid se encontraba situada geoestratégicamente en un importante cruce de caminos de las legiones y los romanos tenían predilección por el agua y allí la tenían en abundancia para situar sus termas.

Los antiguos mozárabes y visigodos la llamaron “matrich” [matriz o fuente de aguas].  Junto al puente de Segovia se asentaría el “mayrit” andalusí cerca de la Catedral de la Almudena cuya etimología proviene del andalusí “Almudayna” que significa la ciudadela. Muy cerca del Palacio Real se erigía la Puerta de la Xagra [o de la Huerta] perteneciente al primer recinto de la muralla árabe o Almudayna.

Mayrit era considerada por los cristianos del norte una importante plaza fuerte siendo cristianizada en 1083 por las tropas de Alfonso VI [rey de Castilla y León] que atravesaron el río Tajo a finales del siglo XI mientras Toledo “ponía sus barbas a remojar en 1085”. 

Los ríos Duero y Tajo actuaban como importantes fronteras naturales entre los cristianos del Norte y el reino de Al Ándalus.

Nuestra ruta particular

Desde la tierra de Villalón, de la Cal y del Flamenco atravesamos Despeñaperros que nos permite llegar hasta Alcázar de San Juan y Campo de Criptana, donde el Quijote tuviera su aventura con los gigantes. A pocas leguas se encuentra Puerto Lápice, donde el ingenioso hidalgo tuviera su primera aventura en la venta al ser nombrado caballero andante.

A la altura de Alcázar de San Juan oteábamos una avanzadilla de gigantes que observaban nuestra presencia al acercarnos hacia Campo de Criptana, donde se inspirara Cervantes para escribir tan épica batalla. La tensión emocional comenzaba a elevarse ante aquellas descomunales figuras que con sus brazos extendidos nos daba la impresión de una amenaza incierta.

Mi amigo Manuel me aconsejaba que me tranquilizara que no eran gigantes aunque mi presbicia acompañada de mis frágiles entendederas me decían lo contrario... Aquéllos grandes ojos no eran tales sino los ventanucos por donde el molinero observaba el viento... Y que no llevan grandes rabos de gigantes sino que son los enormes palos de gobierno en el exterior del molino que le servía al molinero para orientar las aspas y aprovechar mejor la fuerza del viento.

Al final, medio confundido, pude ordenar un poco mis frágiles neuronas y darme cuenta de que se trataban de los molinos de viento encalados como verdaderos baluartes defensivos, con bellos nombres como "El Inca Garcilaso", "Quimera", "Pilón", "Poyatos", "Burleta", "Culebro", "Infante" o "Lagarto", entre otros gigantes que estimulan la retina del viajero.

Y llegamos a la capital del reino. Nuestro centro logístico se encontraba ubicado a escasos metros del Km 0 de Madrid. La primera tarde paseamos hasta la Plaza de España donde se encuentra el monumento ecuestre [en bronce] de don Quijote y Sancho escoltando la pétrea figura de su creador don Miguel de Cervantes, que sostiene dos ediciones del Quijote.

En los jardines de la Plaza de España se encuentra el Monumento de Madrid a los héroes del 2 de Mayo de 1808, obra de Aniceto Marinas. 

No muy lejos de la Montaña del Padre Pío [Jardines de Debod] se encuentra el Cementerio de La Florida [construido en 1796] donde serían enterrados 43 de los héroes del 2 de mayo de 1808 que fueron fusilados durante la madrugada del 3 de mayo e inmortalizados por Goya.

En la entrada se puede observar un azulejo que reproduce el inmortal cuadro de Goya “Fusilamientos del 2 de mayo” en honor de los fusilados que dieron su vida por España aunque ese día darían su vida muchos madrileños en la Puerta del Sol, en la Puerta de Toledo, en la Avenida del Prado, en el cuartel de Monteleón, Moncloa, etcétera.


Templo de Debod  “un rincón del Antiguo Egipto”

El rey nubio Meroe Adijalani [siglo II a.C.] dedicó una capilla a los dioses Amón e Isis, dos de los dioses más importantes del Antiguo Egipto. Amón fue considerado dios solar, de la fecundidad y el creador del mundo. Isis era la esposa de Osiris, el dios de los difuntos, madre de Horus y protectora de todos los seres mortales. Su culto se extendió a toda la cultura grecorromana. Isis perteneció a la triada de Tebas.

Más tarde la dinastía ptolemaica [bajo el faraón Ptolomeo IV] construyó nuevas estancias alrededor del núcleo original del templo de Debod.

Fue donado por Nasser a España en 1968 por la contribución española a la Unesco en la salvación de los templos nubios [Abu Sibel] a causa de la construcción de la Presa de Asuán.

Edificado en época meroítica, (S.II a.de C), el templo de Debod se encontraba situado en la pequeña localidad homónima junto a las orillas del Nilo, próximo a la primera catarata, en la Baja Nubia. Un poco más al norte, en la isla de Filé, se encontraba el gran santuario de la diosa Isis. El templo en sus orígenes [2200 años] se encontraba en el pueblo que lleva su nombre [Debod], a orillas del río Nilo, cerca de la primera catarata, en la baja Nubia, al sur del Antiguo Egipto.


Fue inaugurado en Madrid el 20 de julio de 1972 dando la impresión de que flota sobre el agua aunque en nuestra visita el agua brillaba por su ausencia. Un templo que nos transporta a la época de los faraones y donde los bellos atardeceres estimulan nuestros sentidos. No obstante, el egiptólogo Zahi Hawass en cartas dirigidas tanto al regidor madrileño como a la vicepresidenta primera del Gobierno indica que se proteja el templo de la lluvia o que se devuelva a Egipto.

Palacio Real

Desde la antigua Puerta de la Xagra [o de la Huerta] perteneciente al primer recinto de la muralla árabe o Almudena paseamos hasta la residencia oficial de los Reyes de España hasta Alfonso XIII. Es uno de los palacios reales más grandes de Europa Occidental cuya construcción abarca desde 1738 hasta 1764 siendo utilizado por los Reyes de España para las audiencias y los actos oficiales.

En tiempos de Felipe V se colocó la primera piedra en 1738 hasta 1751 siendo Carlos III el primer monarca que estableció la corte en el Palacio Real donde se instaló en 1764. Su hijo Carlos IV vivirá durante las vacaciones de diciembre, Semana Santa y parte de julio. El resto del año vivirá en El Escorial, Aranjuez y La Granja.

Entre los espacios más destacados del Palacio Real se encuentran:

Salón del Trono, Real Armería, Salón de Columnas, Escalera Principal, Salón de Gasparini, Capilla Real y el Salón de Alabarderos.



Catedral de la Almudena

Es la sede episcopal de Madrid ubicada en el centro histórico, frente al Palacio Real. Etimológicamente proviene del término andalusí al-mudayna "ciudadela". Fue consagrada el 15 de junio de 1993 por el Papa Juan Pablo II. 

La fachada principal con sus dos torres y la puerta principal de bronce mira hacia la Plaza de la Armería del Palacio Real. Los extremos de la fachada se encuentran escoltados por dos estatuas en bronce de san Pedro con las llaves de la Iglesia en la mano y la conversión de san Pablo, obra de Juan de Ávalos. Un edificio sobrio en su conjunto.


Reloj Losada, similar al de Londres y Morón de la Frontera [Sevilla]


La Puerta del Sol

Y llegamos al kilómetro 0 de las carreteras radiales españolas donde se pueden apreciar las antiguas carreteras radiales de España junto con el escudo antiguo de Madrid y el emblema de los Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, con un puente, un canal en sección y un ancla bordeado por dos ramas enlazadas.

A escasos metros se encuentra el monumento ecuestre de Carlos III y el monumento del oso [en realidad, es una osa] y el madroño que representan los símbolos del escudo de Madrid, que data del siglo XIII. La escultura es obra de Antonio Navarro Santafé de 1967 en piedra y bronce, mide 4 metros y supone uno de los puntos de encuentro más populares de Madrid.



Al parecer, en la Edad Media en esta zona eran abundantes los osos, que por otra parte eran animales fuertes y poderosos y por ello presentes en muchos escudos de armas. Años más tarde, hubo una desavenencia entre el clero y el poder civil por el disfrute de montes y pastos hasta la sierra y, tras 20 años de litigio, se decidió que el clero disfrutase de los pastos y el poder civil de montes con sus correspondientes árboles. Esa es la razón de que se incorporase el árbol al escudo. No se sabe en qué momento se decide que el árbol sea un madroño, porque los investigadores concluyen que no era un árbol frecuente en esta zona. En cualquier caso, el Ayuntamiento de Madrid siembra cada vez más madroños en parques y jardines.

Al igual que en la tierra de Villalón, destaca en la Plaza del Sol un bello reloj de Losada de 1866 que fuera inaugurado por Isabel II marcando las horas de Madrid con una enorme exactitud. En 1941 RNE proporcionaba las señales horarias con el sonido de sus campanas.

En la fachada principal de la Real Casa de Correos se encuentra una placa conmemorativa que nos recuerda el histórico levantamiento de los  madrileños contra los invasores franceses el 2 de mayo de 1808, plasmado por Goya en su inmortal lienzo "La carga de los mamelucos [Museo del Prado]".


Detrás de la estatua ecuestre de Carlos III  se encuentra la publicidad de Tío Pepe cuyo origen en la Plaza se remonta al año 1935. Una botella vestida con chaquetilla y sombrero llevando una guitarra sobre su lado izquierdo, destacando la marca "TÍO PEPE" encima del lema “Sol de Andalucía embotellado”. Al igual que la silueta del toro bravo como símbolo de España en las carreteras, la marca Tío Pepe y la Puerta de Alcalá siguen viendo pasar el tiempo.


2º día de ruta

Desde la Gran Vía conectamos con la calle Alcalá donde a lo lejos se puede apreciar la Fuente de Cibeles, el Palacio de las Comunicaciones, la fachada del Banco de España [cuya fotografía salía en el reverso de los antiguos billetes verdes de mil pesetas], y a lo lejos se erige majestuosamente la Puerta de Alcalá [viendo pasar el tiempo].



La Fuente de Cibeles

Diseñada también por Ventura Rodríguez en tiempos de Carlos III fue realizada en mármol y representa a la diosa griega Cibeles [se le debe a Francisco Gutiérrez], diosa de la Tierra, de la agricultura y de la fecundidad [en la mitología romana, Ceres] sobre un carro tirado por dos leones mitológicos “Hipómenes y Atalanta” realizados en mármol por el francés Roberto Michel. Se ha convertido en uno de los símbolos de la ciudad a la que acuden los madridistas y aficionados de la Selección española de futbol a celebrar sus triunfos.

Se encuentra escoltada por edificios tan emblemáticos como el Cuartel General del Ejército, la antigua Casa de Correos, la Casa de América y el Banco de España.


Puerta de Alcalá [de Henares] viendo pasar el tiempo

La Puerta de Alcalá se inauguró en 1778 para conmemorar la entrada de Carlos III como rey de España. Fue diseñada por el arquitecto italiano Francesco Sabatini [donde convive el pasado y el presente], será otra de las obras construidas bajo mandato de Carlos III para embellecer Madrid. Se encuentra entre la Fuente Cibeles y el Parque del Retiro. Es una de las cinco puertas que daban acceso a la Villa de Madrid. A través de la Puerta de Alcalá se accedía al camino que unía Madrid con Alcalá de Henares, que comunicaba con Aragón.



El Congreso de los Diputados

La Fuente de Neptuno nos indica que muy cerca se encuentra la calle Plaza de las Cortes y el Congreso de los Diputados. Frente a éste puede observarse la estatua de Cervantes “El Príncipe de los Ingenios”.

El 31 de octubre de 1850 Isabel II inauguraba el Palacio de la Carrera de San Jerónimo que albergará la soberanía popular después de siete años de construcción [entre 1843 y 1850]. Anteriormente se encontraba allí el viejo convento del Espíritu Santo. Sería diseñado por el arquitecto Narciso Pascual y Colomer con un costo de 14.800.000 reales. La fachada principal es de estilo neoclásico con un gran pórtico de seis columnas corintias como base para el frontispicio, con un relieve de Ponciano Ponzano [España abrazando la Constitución con sus valores fundamentales “Justicia, Bellas Artes, Agricultura, Ciencias entre otros fundamentos]. A través de una gran escalinata de granito se accede a la Puerta de Bronce que se utiliza para la entrada del Rey y del Pueblo durante las Jornadas Abiertas.


Los leones del Congreso

Escoltando la escalinata del Congreso se encuentran los dos leones de bronce, [también obra de Ponciano Ponzano] que protegen simbólicamente la entrada de las Cortes, que representan la soberanía popular. Se les conocen como Daóiz y Velarde [en honor a los capitanes Luis Daóiz y Torres y Pedro Velarde, oficiales de artillería del cuartel de Monteleón y héroes del levantamiento del 2 de mayo de 1808 contra las tropas francesas].

El 23 de marzo de 1860, tras la batalla de Wad-Ras en la Guerra contra Marruecos, el ejército español tomó unos cañones al enemigo que servirán como materia prima para la fundición de los leones del Congreso, que serán fundidos en el año 1865 en la Real Fábrica de Artillería de Sevilla en el año 1865.

Se comenta en algunos mentideros de la villa que la leona Atalanta con 2.219 kg mantiene su mirada fija hacia la Plaza de Neptuno [es posible que simpatice con el Atlético de Madrid] mientras que el otro león “Hipómenes” con 2.668 kg mira hacia la Puerta del Sol. Ambos leones fueron condenados por la diosa Cibeles a no cruzar su mirada nunca más.

La ninfa Atalanta se enamoró del joven Hipómenes porque ambos estaban en la flor de la vida. Una noche sin saberlo y bajo la influencia de Afrodita [según el poeta romano Ovidio], la pareja copuló en uno de los templos de la diosa Cibeles, que enfadada y ofendida por el atrevimiento de la pareja los castigó convirtiéndolos en dos leones en castigo por faltarle el respeto, condenados a tirar eternamente de su carro  y a no cruzar jamás la mirada entre ambos".

Como curiosidad cabe destacar que la diosa griega Cibeles tiene su equivalente en la mitología romana como "Ceres". De ahí proviene el término latino "cervicia o cerevisia" del que deriva el término castellano "cerveza", que forma parte de la Dieta Mediterránea.


Museo del Prado

La Fuente de Cibeles nos acerca al Museo del Prado donde nuestra retina capta al instante el monumento a Goya, la Real Academia de la Lengua Española y la Iglesia de los Jerónimos. En su fachada principal destaca el monumento al pintor Velázquez.

Cuando me acerco a la fachada de la principal pinacoteca española, se me viene al pensamiento la imagen del copista más antiguo del Museo del Prado, Antonio Ríos (Q.E.P.D.), natural de Morón de la Frontera donde naciera en 1935. 

¡Mientras la salud se lo permitió, nunca dejó los pinceles!



Hace algún tiempo, me encontré un artículo del dominical ABC con fecha 18-10-98 de Madrid [que guardaba mi padre con el máximo cariño de su amigo y paisano], sobre la figura del pintor Antonio Ramírez Ríos, que naciera en Morón de la Frontera, y que ha sido considerado el decano de los copistas del Museo del Prado. Incluso Rockefeller le compró un cuadro y Dalí no aceptó el reto de sus pinceles. Este hombre -que pintara infinidad de veces las obras de Velázquez, de Goya, de Tiziano, del Greco, de Rubens, de Ribera o de Murillo entre otros, era de nuestra tierra [la de Villalón]. Antonio Ramírez Ríos era uno de los 51 copistas autorizados por el Museo del Prado. 



Fotografía Museo del Prado

"La tradición de los copistas se mantiene", asegura Zugaza, "porque nos recuerda que los museos se crean, entre otras cosas, para la formación de artistas. Y para el público, ver a un copista es muy didáctico porque observa la dificultad de componer, de pintar". Las únicas normas que rigen son las de no incomodar a los visitantes y no hacer una copia del mismo tamaño que el original.

Antonio Ríos llega cada mañana al Prado como si fuera a la oficina, de lunes a viernes, de nueve de la mañana a siete de la tarde. Sólo sale para comer. El menú que ofrece la nueva cafetería le resulta caro -más de 14 euros- y además aprecia la comida casera. Ríos es el decano de los pintores de copia.

Entró en el museo con 15 años menos un día, y aún recuerda su primer trabajo, Cristo y el Cirineo, de Tiziano. En 58 años ha copiado tres veces "Las meninas", la primera vez en 1958. "Aquí no viene a pintar cualquiera, tiene que tener un currículum mínimo", dice Ríos, quien señala con orgullo cómo ha conocido a 14 directores del Prado. Sus preferencias se reparten entre Sotomayor y Alfonso Pérez Sánchez, "para mí, el mejor", dice.

El País,13 de abril de 2008

Antonio Ríos realizando una de sus copias "Adoración de los pastores", de Murillo. Museo del Prado. Diario ABC


El 2 de abril de 2020 fallecía el pintor Antonio Ramírez Ríos (Q.E.P.D.), natural de Morón y decano de los copistas del Museo del Prado. Llegó a Madrid con tan sólo 17 años demostrando un enorme amor por la pintura. Recuerdo que siempre que venía a su pueblo, en la tierra de Villalón, se llegaba a ver a mi padre Curro Cuevas y daban un paseo hasta la Ermita de Nuestro Padre Jesús de la Cañada, de la cual era hermano y a la que donó un óleo del Cristo de la Compañía, que se encuentra a la entrada, a mano derecha.

Los antiguos flamencos llegaron a decirle: Usted es la reencarnación de Velázquez. Antonio Ríos firmaba sus cuadros como: “R. Ríos”. Sería grato que su pueblo natal [que también es el mío] le rindiera un merecido homenaje y que no cayera en las páginas del ingrato olvido de sus paisanos.


Real Academia de la Lengua 

Junto al Museo del Prado se encuentra la Iglesia de los Jerónimos y la Real Academia del Lengua [cuyo edificio fue inaugurado el 1 de abril de 1894], pasan casi inadvertidos para la inmensa mayoría de los turistas. Es la actual sede de la Real Academia de la Lengua.

Recuerdo en mis tiempos de zagal [a comienzos de los años setenta del siglo pasado] cuando abríamos el libro de literatura de 3º de bachiller antiguo se destacaba una fotografía de la Real Academia de la Lengua bajo el lema: “Limpia, Fija y da Esplendor” a la Lengua Española.

“Limpia” de impurezas y semillas extrañas nuestro idioma, “Fija” cohesiona el sistema lingüístico español, y da “Esplendor” a la educación proyectando al mismo tiempo la lengua española por el mundo entero.


Monumento en bronce a Goya vestido con gabán, bastón y sombrero alto. Realizado por el escultor valenciano Mariano Benlliure entre el 1 de enero de 1902 y el 31 de diciembre del mismo año.


Plaza de Neptuno

De estilo neoclásico, fue diseñada por el arquitecto Ventura Rodríguez. Se construyó entre el año 1777 y 1786. El carro se le debe a Francisco Gutiérrez y los leones a Roberto Michel. Neptuno [dios romano] con su tridente representa al dios del mar, sobre un carro en forma de concha tirado por dos caballos marinos.

Las fuentes Neptuno y Cibeles junto con la Puerta de Alcalá formaban parte de las mejoras de Madrid en tiempos de Carlos III. La Fuente de Neptuno se ha convertido también en un símbolo para los aficionados del Atlético de Madrid.

 

Plaza de la Lealtad

Desde la Fuente Cibeles podemos observar dos monumentos emblemáticos de Madrid como la Bolsa de Madrid de estilo neoclásico inaugurado en 1893 y el Hotel Ritz que fuera inaugurado por el rey Alfonso XIII el 2 de octubre de 1910.

En la Plaza de la Lealtad se erige en el mismo lugar donde el mariscal Joaquín Murat [cuñado de Napoleón] ordenara fusilar a muchos patriotas madrileños que se levantaron contra los franceses aquel 2 de mayo de 1808 y que serían fusilados 3 de mayo, y que fueran inmortalizados por Goya. La Plaza de la Lealtad fue construida en tiempos de Isabel II y tiene una llama permanente en honor a los caídos por España.


El Museo Naval

La península Ibérica se encuentra rodeada de mar por todas partes menos por los Pirineos. Desde la Era de los Descubrimientos ha sido necesario poseer una Armada que defienda las rutas marítimas y comerciales hasta el siglo XIX [cuando se produjo el ocaso del mayor y más frágil Imperio que haya existido nunca] frente al continuo hostigamiento de los “Hijos de la Gran Bretaña”. Hubo un tiempo en España donde “no se ponía el sol”. Pero las innecesarias guerras de religión con Carlos I y Felipe II, la incompetencia de una parte de nuestra clase política como Carlos IV, Fernando VII e Isabel II que contribuyeron a debilitar nuestras arcas públicas así como el calibre menor de nuestros barcos frente a los barcos ingleses convirtieron en lodos todos aquellos vientos favorables que se nos presentaron en tiempos pretéritos.

Todos los siglos de la Historia de España han sido agitados pero el siglo XIX fue especialmente convulso comenzando con el Desastre de Trafalgar el 21 de octubre de 1805, la Guerra de la Independencia [1808-1814] o las Guerras Carlistas [1833-1876] por el que España quedará anclada en la miseria política, social y económica.

En Trafalgar morirá la flor y nata de nuestra marina con graves consecuencias para el comercio colonial español herido de muerte al carecer España desde ese momento de una sólida Armada que pudiera defender los intereses comerciales. Después de Trafalgar, la marina española, la única que podía ligar los pedazos esparcidos en el mundo entero moriría de abandono por falta de carena en los arsenales junto a la decepción de sus marinos por la incomprensión y el olvido de su propia nación. La política exterior española del siglo XVIII llevará a España a la ruina.

Una de las páginas más vergonzosas de la Historia de España tuvo lugar cuando Carlos IV consiguió que Fernando VII renunciara a la Corona y que su padre abdicase en favor de Napoleón a cambio del Palacio de Chambord y una renta anual.

Sin embargo, aquel periodo histórico será capaz de alumbrar las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812 “La Pepa”, que supuso en un principio el fin del absolutismo y el nacimiento del liberalismo, lo que introducía a España en el progreso y la modernidad.

En 1898 surge la Generación del 98 profundamente afectada por la crisis moral, política y social que se produjo en España durante la Guerra hispano-estadounidense con la pérdida de los últimos jirones de nuestro frágil Imperio [Puerto Rico, Cuba y Filipinas entre otras]. Ese fue el mal pago que nos daría los Estados Unidos por haberles apoyado durante su Independencia.

Muchas de las páginas gloriosas de nuestra Armada sirven como gran legado del Museo Naval de Madrid inaugurado en 1843, que nos podemos encontrar en el Paseo del Prado.. Se puede apreciar a través de paneles ilustrativos desde la Armada Invencible hasta marinos ilustres y sabios de la mar de la talla de Blas de Lezo y Olavarrieta [héroe de la batalla de Cartagena de Indias], Gravina, Cosme Damián Churruca o Dionisio Alcalá Galiano [héroes de la batalla de Trafalgar “Taraf al-Ghar o cabo de las cuevas], entre otros marinos, sin olvidar la bandera española en la batalla de Trafalgar, los avances científicos de la época y la Vuelta al Mundo de Fernando de Magallanes junto a Juan Sebastián Elcano entre varios recorridos temáticos.

Actualmente la Fragata F-103 lleva el nombre de Blas de Lezo.




El Paseo del Prado nos permite introducirnos en el Barrio de las Letras [calle Cervantes, Quevedo, Lope de Vega, del León, de las Huertas, calle Atocha hasta llegar a la Plaza Mayor].

Colocamos nuestro punto de mira en el Barrio de las Letras en busca del convento de las Trinitarias Descalzas donde todos los indicios señalan que en ese lugar se encuentran los restos mortales de Don Miguel de Cervantes Saavedra.

Desde el siglo XX hasta nuestros días se ha recuperado la memoria de Miguel de Cervantes donde no han faltado en los últimos tiempos homenajes militares a su soldado más ilustre, aunque sea justo reconocer que precisamente su patria [a la que defendió en la batalla de Lepanto aquel 7 de octubre de 1571 perdiendo la movilidad del brazo izquierdo] le permitió morir en la más absoluta pobreza al carecer de recursos para pagar su propio entierro, llegándolo a olvidar durante cuatro siglos. Hasta tal punto este dato es cierto que en el año 2014 comenzaron a preocuparse por la tumba perdida del autor de la mayor obra escrita en lengua castellana “El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha”.

Será en el año 2015, tras ser encontrados los restos de Miguel de Cervantes [en el Convento de las Trinitarias Descalzas de Madrid] cuando descansen definitivamente en paz en una lápida erigida en su honor en el interior de la iglesia de dicho convento.

La ironía del destino ha querido no sólo que Cervantes y Lope de Vega vivieran en la misma calle sino también que la antigua calle Cantarranas [donde descansan en paz los restos de Miguel de Cervantes en el convento de las Trinitarias Descalzas] se llame en la actualidad, calle Lope de Vega y que la casa donde Cervantes vivió, [antigua calle Francos], se encuentre en la actualidad “La casa museo de Lope de Vega”. Y para más “inri”, Lope de Vega se encuentra enterrado en la Parroquia de San Sebastián, muy cerca del Convento de las Trinitarias.



Plaza Mayor 1580-1619

En 1561, tras el traslado de la corte a Madrid, Felipe II encargó el proyecto de remodelación de la plaza a Juan de Herrera siendo Juan Gómez de Mora, quien concluirá la plaza en 1619 en tiempos de Felipe III.

Los caminos de Toledo y Atocha confluyen en la Plaza Mayor de Madrid [antigua Plaza del Arrabal], donde se encuentra la estatua ecuestre de Felipe III.

A escasos metros se encuentra el Colegio San Isidro en la calle de Toledo, testigo de la presencia de ilustres profesores y alumnos de la talla de Lope de Vega, Calderón de la Barca, Francisco de Quevedo, los hermanos Machado, Jacinto Benavente, Pío Baroja, Gregorio Marañón, Pedro Salinas, Vicente Aleixandre o Camilo José Cela, entre otros muchos.

Después de varias horas paseando sin prisas pero sin pausas por el casco histórico de Madrid y tras la pérdida de algunos minerales y vitaminas como consecuencia de las leguas recorridas su amplio casco histórico, nos esperaba una buena cerveza fría sentado al solecito [Vitamina D] cuyos componentes naturales favorecen una rápida y efectiva rehidratación como complemento a nuestra dieta mediterránea, legada por fenicios, griegos, romanos, visigodos y andalusíes que sentaron las bases en nuestra cultura de la trilogía mediterránea [trigo (pan), la vid (vino) y el olivo (aceite de oliva)].

Tras nuestro tiempo de hidratación estimulando nuestro paladar con algunos pinchos o tapas de la tierra, volvimos a la Puerta del Sol [nuestro km 0]. Por la noche nos sorprendió un grupo parecido a “Hare Krisna” algunos con sus tradicionales túnicas de color azafrán y amarillo con su percusión, que animaban con su música “espiritual” a los turistas.



Tercer día de ruta

El epílogo de nuestra ruta estaba dedicado a la ciudad que viera nacer a Cervantes en Alcalá de Henares donde brilla con luz propia el monumento al Quijote y Sancho sentado en un banco de piedra en la Calle Mayor porticada, el Colegio Mayor de San Ildefonso que fuera fundado por el Cardenal Cisneros en 1499, la Plaza de Cervantes o la Catedral Magistral de los Niños Justo y Pastor, pero eso, formará parte de otra historia que compartiré con los amigos del blog de mis culpas…

Desde Madrid, para el blog de mis culpas...


Enlaces interesantes

Tras las huellas de Miguel de Cervantes, [desde la tierra de Villalón]

Consuegra, en la "Ruta el Quijote"

Segovia, en la "Ruta Machadiana"

TOLEDO

CUENCA

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