jueves, 26 de junio de 2025

Prólogo

 


 Foto. Antonio Ramos 

¡Muchas gracias por compartir el blog que estás leyendo!

¡Thank so much for sharing the blog that you´re reading right now!

...


¡Que cada uno leyese lo que quisiese y quién no quisiese, que no leyese!

sábado, 21 de junio de 2025

"Noches de Silverio" en la tierra de Villalón, de la Cal y del Flamenco [II]

 



“Para cantar unas seguiriyas no es necesario ser gitano o payo;
es necesario saber cantarlas”

Miguel Mendiola

Si en la primera jornada de las “Noches de Silverio” organizadas por la Delegación de Cultura del Excmo. Ayuntamiento de Morón de la Frontera logró elevadas cotas de calidad con Elena de Morón, David el Galli y Antonio Ruiz "el Carpintero" acompañados a la guitarra de Paco de Amparo, no le irá a la zaga la enorme calidad que seguirán atesorando los artistas que vendrían el viernes 20 de junio en la segunda cita de las "Noches de Silverio".

Todos los artistas invitados a las Noches de Silverio dieron las gracias a la Delegación de Cultura por la organización de las “Noches de Silverio” y que ¡ojalá se quede asentado en el calendario flamenco local para que vuelva a repetirse cada año!

No hace falta recordar que Silverio Franconetti sacó el cante delas fraguas y de las tabernas, regentando el Café Silverio en 1881. Fue llamado “enciclopédico” aquellos que conocen todos los palos del flamenco. Silverio contrataba artistas para sus locales en Sevilla, Jerez y Cádiz. Según la biografía de Demófilo “Antonio Machado Álvarez”, padre del inmortal poeta Antonio Machado, Silverio consiguió sacar al arte flamenco de su humilde entorno social original y llevarlo a foros distintos. Demófilo estaba convencido de la enorme cultura que atesora su pueblo.

En mayo de 1864 cuando Silverio regresa a España, el folclorista Demófilo, biógrafo y amigo de Silverio, recogió su actuación acompañado a la guitarra por el maestro Patiño. Según cuenta Demófilo, un Silverio de incógnito fue reconocido por la concurrencia gitana al comenzar a cantar por seguirillas.

¡Quién de los que peinamos ya algunas canas no recuerda en las antiguas tabernas el tradicional cartel “Se prohíbe el cante”!



Foto. Ana Candón


Diego Valle ganó el Primer Premio del “Certamen Interritmos: Ritmos y Pueblos” de ámbito nacional, así como el Primer premio local de Morón en la Peña Montegil y un Segundo premio de la Comunidad valenciana, cuando contaba con tan solo 21 años de edad.


Comenzó el certamen flamenco Diego Valle con una soleá: «Sí a ti te duelen tus carnes, a mí me duelen las mías; si a ti te quiere tu madre, más me quiere a mí la mía» donde salió de nuevo el toque de Morón con la guitarra de Ignacio de Amparo. Después vinieron unas seguiriyas cuyo quejío emocionó al numeroso público asistente “Porque me encuentro malito de muerte en el hospital”, a lo que siguió un tango, terminando su gran actuación con unas bulerías para alegrar la noche.


Antonio Chacón recibió en 1970 en Cornellá el Primer Premio de Cante Flamenco, que le fue entregado por una gran figura del Cante, Fosforito, quien recibiera en 2005 la "Llave de Oro del Cante", el más prestigioso galardón dentro del mundo del Flamenco.

A continuación, Antonio Chacón con su voz limpia y clara nos regaló una soleá, seguida de un tango del Piyayo, unas bulerías, terminando con un martinete.



Ignacio de Amparo, hermano de Paco es un gran autodidacta dentro del mundo de la guitarra flamenca siendo un gran conocedor de muchos cantes. Tiene dos discos en el mercado: "Sonándola" [2013] y "Entre dos castillos" [2024]. Al igual que su hermano Paco de Amparo, cuando brotan de las cuerdas de su guitarra el toque de Morón, arranca los aplausos de un público entendido y entregado a sus artistas. 



Tras unos minutos de descanso para hidratar un poco los cuerpos con alguna cerveza fría, nos quedaba “Moi de Morón”, gran artista que acompaña a muchos grupos flamencos por todo el mundo y que nos ofreció en primer lugar, con su enorme voz bronca y gorda, un martinete.

“Desgraciaíto de aquel que come pan de mano ajena, siempre mirando a la carita si la ponen mala o buena”

A continuación disfrutamos de unas seguiriyas, una soleá y como colofón a su actuación, unas bulerías como fin de fiesta, invitando a algunos de sus amigos a subir al escenario para acompañarlo con las palmas.


Foto. Ayto. de Morón


A falta de algunos minutos para el término del Festival Flamenco "Noches de Silverio" el sonido y la luz del escenario desparecieron como por arte de magia. Pero, a Moi de Morón con su potente voz no le hizo falta que volviera el flujo eléctrico, ya que su potente voz acompañada de la guitarra de Ignacio de Amparo elevó el tono de sus cuerdas vocales hasta la silueta del castillo "antigua tierra de los alkevires de Morón" y Reino de Taifa en el siglo XI (1013 a 1066), entre el aplauso del numeroso público asistente a tan magno festival flamenco.

Las “Noches de Silverio” nos ha dejado un nivel muy elevado de cante flamenco, con ese pellizco que llega hasta el alma, junto con la personalidad de todos y cada uno de los artistas que se subieron al escenario como prólogo no sólo de la entrada del verano, sino también como preámbulo del LVIII Gazpacho Andaluz.


Terminada la "Noche de Silverio" salimos por el mismo sitio que habíamos entrado donde se encuentra un bello mural dedicado al gran cantaor “Joselero”. Nos espera realizar la ruta flamenca en orden inverso hasta llegar a la casa donde habito, e intentaré plasmar en la medida de lo posible algunas humildes letrillas para compartir con el máximo cariño en el blog de mis culpas.

Aunque fue un día muy caluroso la noche se presentaba algo más benigna que la anterior. Al pasar de vuelta por una de las farmacias de mi pueblo sobre las 24,00 horas, el termómetro marcaba 26ºC cuando la noche anterior no bajaba del umbral de los 28ºC. Unas noches tórridas que dificultan el sueño. Pero, gracias al tío Fujitsu [en palabras de David el Galli] se paliarán un poco las elevadas temperaturas que estamos padeciendo en la tierra de Villalón, de la Cal y del Flamenco.


Desde las "Noches de Silverio", junto al mural de Joselero, para el blog de mis culpas...


viernes, 20 de junio de 2025

"Noches de Silverio" en la tierra de Villalón, de la Cal y del Flamenco [I]

 

El cartel oficial de esta magnífica primera edición "Noches de Silverio" se encuentra ilustrado con una obra de Francisco Moreno Galván, pintor y figura clave del flamenco contemporáneo, en homenaje a Silverio Franconetti (Sevilla, 1831–1889).


El pasado jueves 19 de junio tuve la satisfacción de asistir en la Peña Cultural Flamenca El Gallo, ubicada en los Altos de la Plaza de Morón, a las “Noches de Silverio”, una calurosa noche de verano que hizo las delicias del numeroso público asistente a tan magno acto cultural, y que, ¡ojalá pudiera repetirse cada año!





Una grata ruta cultural nos acercaba al monumento en bronce a la memoria de Diego Amaya Flores “Diego del Gastor” ubicado desde 1974 en el Paseo de los Palomitos, en la Alameda. Diego fue el creador del toque de Morón.





Minutos más tarde pasamos por un mural dedicado a su memoria en los Jardines de la Carrera. Dicho mural fue realizado el 30 de marzo de 2023 por Alejandro, Antonio y Laura. 





Un poco más adelante, en la Plazoleta Meneses, nos encontramos con otro monumento dedicado a la memoria de Silverio Franconetti [1831-1889] que fuera inaugurado el 20 de julio de 2024.




Placa de cerámica inaugurada el 30 de mayo de 2019 en memoria de Silverio en la calle Fernando Villalón, esquina Pozo Nuevo




Al pasar por la fachada lateral del Ayuntamiento de Morón se puede observar un enorme cartel que nos anuncia el LVIII Festival Flamenco Gazpacho Andaluz de Morón 2025 hermanado en esta ocasión con la vecina Utrera.




Junto a la iglesia de la Compañía nuestra retina capta otro bello mural dedicado a la memoria del cantaor Luis Torres Cádiz “Joselero” cuyos autores Alejandro Pérez, Antonio García y Laurística Ilustrada inauguraron la mañana del 20 de diciembre de 2024. 




Si darnos cuenta hemos realizado una breve ruta flamenca sin olvidar Casa Pepe en la esquina de San Miguel como lugar de encuentro de reuniones de cabales de flamencos y artistas junto con el azulejo de Diego del Gastor tocando la guitarra al subir la "Escalereta de la Peña".




El acto estuvo presentado por Paco Aguilar como representante de la Tertulia Cultural Flamenca “El Gallo”

 


Decía el inmortal Federico García Lorca en su poema “Retrato de Silverio Franconetti”, ¿cómo cantaría aquel Silverio? que hasta los viejos decían que se erizaban los cabellos cuando cantaba, y se abría el azogue de los espejos. Silverio fue un gran impulsor del Cante Jondo en su etapa más primitiva. Silverio reside en Morón desde muy joven hasta los 22 años.

Dicen algunos historiadores que Silverio frecuentaba las fraguas de Morón bebiendo el cante de aquellos tiempos.

En palabras de su mejor investigador, el moronense Luis Javier Vázquez (Silverio Franconetti y Los Fillos. Un viaje por la historia del flamenco. Colección cal y cante Vol 2), «Silverio es el personaje más trascendental de la historia del flamenco. Supo venderlo, vio que había un género artístico que no estaba creado y supo ver el valor del flamenco.

El acto flamenco estaba previsto sobre las 21,30 horas con entrada gratuita. Todos los artistas son de Morón, la tierra de Villalón, de la Cal y del Flamenco. Fue una calurosa y entrañable noche de puro flamenco. Una iniciativa flamenca muy bonita.




Comenzó Elena de Morón con una copla por bulería, una soleá por Levante, terminando con unas seguiriyas, siendo muy aplaudida por el público.




David el Galli, con su enorme experiencia en los tablaos del mundo, nos regaló su cante desgarrador que estuvo acompañado por el genial guitarrista Paco de Amparo, sobrino nieto del legendario Diego del Gastor, nieto de Luis Torres Cádiz, Joselero de Morón y también sobrino de Diego de Morón y Andorrano. Comenzó con un romance de Guerinaldo, con trilla, martinete y toná, dedicando la noche al tío Fujitsu [por aquello del aire acondicionado en la calurosa noche]. Continuó con unas cantiñas y una soleá, donde Paco de Amparo sacó el tradicional toque de Morón, terminando con unas bulerías, donde de nuevo aparece el toque de Morón, que hizo saltar las lágrimas a más de uno de los presentes.




El broche final lo puso Antonio Ruiz "El Carpintero", con enorme madera de cantaor en el bosque del arte, que sin ser profesional eleva el cante a cotas muy elevadas. Antonio conoció personalmente a Diego del Gastor y al Vizco Méndez, entre otros grandes artistas. Antonio escuchó a Diego en la casa de su amigo Chimenea, en los Remedios con 17 años, cuando vivía por entonces en la calle Fuensanta.

Comenzó Antonio con unos tangos “Las campanas de Carmona”, seguido por una soleá de Alcalá, donde de nuevo brotaría de la guitarra de Paco de Amparo el Toque de Morón, terminando con unas bulerías del Vizco Méndez [Enríque Méndez García Plata], tío de Diego del Gastor. En definitiva, una grata noche de Flamenco con letras mayúsculas que ojalá se repita cada año.

El toque magistral con la guitarra lo puso la guitarra de Paco de Amparo, fundador del grupo “Son de la Frontera”, grupo flamenco que nominados a los premios Grammy en el año 2007 con su disco “Cal”. Entre sus discos destaca “Son de la Frontera” [2004] y Cal [2006] presentado en la Bienal de Flamenco.


En definitiva, Cante Jondo con mayúsculas que se rezume por los poros de la piel en nuestra frontera imaginaria de los sueños blancos.


Desde las Noches de Silverio en Morón, la tierra de Fernando Villalón, de la Cal y del Flamenco, acompañado del cantaor local Diego Valle y del genial guitarrista Paco de Amparo, para el blog de mis culpas...





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martes, 3 de junio de 2025

El inicio de un nuevo sendero en la escuela Shotoyama [bajo la mirada sexagenaria]



Solemne entrega del cinturón negro a algunos karatecas de Shotoyama por parte de nuestro sensei Manuel Serralbo en el Dojo Shotoyama

Foto. Frank Armellones


“No se deja de hacer karate cuando se envejece,
se envejece cuando se deja de hacer karate”

Dicho popular en el mundo del kárate




Foto. Frank Armellones



De cada mil personas que entran en una escuela de Artes Marciales, la mitad de los alumnos se retiran durante los primeros seis meses de práctica. Sólo doscientos completarán su primer año antes de rendirse. Cincuenta llegarán al segundo año y solamente diez completarán el tercer año de práctica. Menos de seis obtendrán el preciado cinturón negro primer dan y sólo tres el segundo dan. Y de éstos tres, sólo UNO será un SENSEI.

He de confesar que me encuentro en el ecuador de esa atalaya sexagenaria que me permite afrontar mi propio envejecimiento activo bajo esa privilegiada cifra de alumnos que pretende "hacer camino al andar" tras varios años de formación marcial [si mis frágiles naves me lo permiten]. 

Para el que escribe estas humildes letrillas sería un inmenso honor llevar algún día en el extremo de su cinturón el nombre de “SHOTOYAMA” en letras mayúsculas y en el otro, el nombre de pila que eligieron mis inolvidables progenitores [a los que venero]. Sería como si hubiese aprobado una asignatura pendiente que empecé hace no pocos lustros y por circunstancias nunca terminé.

Cuando un sensei entrega en el dojo a un alumno suyo el grado de cinturón negro, no cabe duda de que representa un inmenso honor, tanto para el instructor que otorga dicho rango como para quien lo recibe. Atrás quedan algunos años de entrenamiento, esfuerzo y constancia, mientras que un nuevo sendero de conocimiento se abre ante nosotros.

El maestro verá reconocido su trabajo que ha sido labrado durante muchos años mientras que el alumno recoge el preciado rango como fruto su entrega, disciplina y constancia cincelado durante un dilatado periodo de tiempo, no debiendo nunca de olvidar que aunque termina un camino por el que ha pasado a través de muchas postas, se inicia una nueva senda de formación, disciplina y respeto.

Aunque el joven karateca proyecte una luz muy fuerte en sus inicios para asimilar los fundamentos principales, tan sólo será una pequeña llama tenue, que irá alimentando para mantenerse siempre en armonía y equilibrio consigo mismo, aunque siempre centrada en su propio crecimiento personal.

“…Y recuerda, aunque un tigre sea viejo seguirá siendo un tigre”

Blog de Antonio Cuevas

 

Si algún compañero adulto por cualquier circunstancia no pudiera realizar algún ejercicio, no lo realiza. En definitiva, una hora de clase de karate [que es nuestra hora] nos sirve a los adultos para desconectarnos de la rutina diaria y disfrutar del karate como filosofía de vida.


Desde la experiencia que me otorga haber pasado el ecuador de mi propia senda sexagenaria, no cabe duda de que la solemne entrega del cinturón negro a algunos guerreros y guerreras de Shotoyama, ceremonia a la cual tuve el honor de asistir ayer, me proyecta alguna que otra reflexión tras haber sido sorprendido por la edad de jubilación ["iubilare" o saltar de alegría] que me permite seguir creciendo como persona, y que intentaré compartir con nuestros amigos. 

Porque ya lo dijo el poeta Antonio Machado, aunque en otro ámbito "En cuestiones de cultura y de saber, sólo se pierde lo que se guarda, sólo se gana lo que se da", lo que nos sugiere que el conocimiento y la experiencia carecen de valor si no son compartidos con los demás.

Es cierto que nunca he pretendido ser el miembro más longevo del karate Shotokán en la tierra de Villalón [el único mérito es la edad]. Como también es cierto, que el tiempo pasa y como consecuencia, llega un día en que afloran las canas de plata que nos sorprenden cuando menos lo esperamos. El tiempo nos pasa anualmente facturas al cobro debido al aumento progresivo de nuestras limitaciones físicas con algún que otro dolor osteoarticular como consecuencia del desgaste de algún que otro cartílago, y que combatimos en la medida de lo posible con la práctica deportiva.

“Cuando tiene mayor peso en nuestra mente la nostalgia que los proyectos e ilusiones, nos sorprende la vejez. Y es que la vida es tan corta y el oficio de vivir tan difícil, en palabras de Sabina, que cuando uno lo aprende ya somos mayores. Por ello, es necesario, mientras que las facultades físicas nos acompañen, de buscar ese envejecimiento activo a través del deporte que nos permite seguir creciendo. Y el karate cumple a la perfección dichas funciones”.

En el dojo me he sentido arropado siempre por el cariño de todos mis compañeros y compañeras karatecas, algunos de los cuales me dejan caer el cariñoso comentario que me recuerda que soy algo mayor que ellos:

“Ya quisiera yo llegar a tu edad practicando karate. Eso es una buena señal de que se ha vivido”.

La práctica del karate en una persona que ha superado la barrera sexagenaria e incluso septuagenaria, es muy buena para nuestra salud ya que se potencian los reflejos, nos aporta seguridad y mejora nuestra propia autoestima; también se progresa en flexibilidad y precisión mejorando la coordinación y el equilibrio, además de ejercitar nuestra memoria [al recordar "mil veces cien" los movimientos de las katas, tanto lentamente marcando los movimientos como "a full"], favoreciendo nuestro sistema cardiovascular. En definitiva, el karate contribuye a ralentizar de alguna manera nuestro proceso de envejecimiento y nos mantiene en forma.

Es digno de destacar la socialización dentro del dojo al aumentar nuestro círculo de amistades. En su conjunto, se percibe una mejora considerable en nuestra calidad de vida, lo que nos permite seguir creciendo como karatecas debiendo de tener presente que nuestro principal objetivo es llegar a ser mejores personas y superarnos a nosotros mismos.

Pero sobre todo, no competir con nadie, sino mejorar cada día como karateca:

“Hoy soy mejor karateca y mejor persona que lo fuí ayer, aspirando a mejorar mañana”.

Recuerdo cuando retomé mis clases en septiembre de 2020 tras una longeva ausencia del dojo. Contaba tan sólo 60 años de edad, pero había algo en mi interior que me empujaba a visitar la escuela Shotoyama de mi pueblo y preguntarle al sensei sobre mi intención de volver a retomar la práctica del karate [o al menos intentarlo], aunque con la moderación de una edad que comenzaba a ser ya respetable. 

Sobre todo cuando observé a un karateca mayor de 70 años [nuestro inolvidable compañero Felipe] practicar dicho arte marcial como si fuera un zagal, con la mirada puesta en el senpai o alumno con mayor experiencia en el dojo que se coloca en primer lugar por su rango, gozando del respeto y cariño de todos los compañeros y compañeras karatecas.

El senpai a falta del sensei, es para los jóvenes karatecas “kohai” y no tan jóvenes guerreros de Shotoyama una especie de mascarón de proa que aporta y comparte sobre el dojo su amplio arsenal de conocimientos marciales.

Siempre que se entra o se sale del dojo al comienzo o finalización de las clases es necesario realizar el saludo "osu" en señal de respeto entre el maestro y alumnos. Se realiza en posición de firme e inclinando el tronco sobre 90º. Cuando se entra o se sale del dojo también se saluda "osu" al maestro Funakoshi en señal de cortesía y respeto.

 

Según el maestro Funakoshi, el término “shorín”, era ideal para las personas que imprimen mayor velocidad a sus movimientos mientras que el término “shorei”, lo era para las personas con mayor robustez, que aunque sean menos veloces imprimen mayor fortaleza a sus movimientos. Siempre será conveniente adquirir los puntos positivos de cada uno.

El motivo de subir primero con la pierna derecha en el dojo en posición "seiza" se debe a que los antiguos samuráis portaban la katana o el wakizashi en el lado izquierdo, evitando tropezar con ésta, y al mismo tiempo, dejaba espacio para su posible utilización en caso necesario.

Cada kata tiene su bunkai [aplicar los movimientos de las katas en combate real]. Nuestro sensei nos recuerda continuamente que nunca se puede dejar dormir un kata en su realización [como por ejemplo, altibajos en la concentración, velocidad, mirada, etcétera]. En Karate Shotokan la defensa es un ataque y el ataque una defensa.  Y realizarlo con kime [concentración, poder mental y precisión] es fundamental.

 

A veces, me parece mentira que continúe manteniendo las alforjas cargadas de ilusión como si del primer día se tratara. Aún recuerdo con humildad mi época de kōhai o alumno con menor experiencia.

Tras una caída es necesario levantarse para seguir adelante, ya que la verdadera fuerza no estar en caer, sino en levantarnos con mayor sabiduría para seguir creciendo en todos los aspectos que forman nuestra personalidad.

Existe un proverbio japonés que dice: "Si te caes siete veces, levántate ocho [Nana korobi, ya oki] ", que nos recuerda la importancia de no dejarnos derrotar por los fracasos, ya que las caídas se presentan como una oportunidad para mejorar.

 

Según Funakoshi, Shorin ryu era una escuela ideal para personas de complexión más débil y más ágiles, mientras Shorei ryu era más adecuado para gente más robusta y fuerte. Por lo tanto, al pasar el que escribe estas letrillas de algún gramo de más [110 kg ni más ni menos] es de suponer que pertenezco a la clase “Shorei”.

Desde que se entra en el dojo aprendemos algunos términos de la lengua japonesa que iremos asimilando sin esfuerzo, y se convertirán en familiares.

Como ejemplo cabe destacar:

· Yoi - Preparados

· Kamae - En guardia

· Hajime - Comenzar

· Yame - Detenerse...

· Seiza - Posición de sentarse sobre las rodillas

· Arigato Gozai Mashita ¡Muchas gracias!

· Bunkai - Aplicar los movimientos de los katas al combate real

· Kime ´- Alma del kata donde mente y cuerpo se fusionan



Línea vigente de "Karate Shotokan" en España hasta llegar a la tierra de Villalón

 Atsuo Hiruma/ Osamu Nomura/ José Herrera/ Manuel Serralbo


  • Atsuo Hiruma [1941]. Primer Sensei de karate en España en 1966 y primer Sensei que tuvo José Herrera Muñoz.
  • Osamu Nomura [1947]. Sensei de José Herrera, desde hace más de cuarenta años.
  • José Herrera Muñoz. Sensei de Manuel Serralbo.
  • Manuel Serralbo Gamero. Sensei del Club Shotoyama de Morón y del que escribe estas humildes letrillas.

 


Un cinturón negro manchado de sudor y deshilachado es el resultado del continuo sacrificio y cientos de horas de entrenamiento, esfuerzo y disciplina, pero también de muchas caídas. Cada gota de sudor caído en el dojo dará como resultado alcanzar la maestría.


El color de los cinturones

Desde la pureza del cinturón blanco hasta la andadura del marrón que nos acercará al negro como inicio de un nuevo sendero pasarán algunos años donde la ilusión por seguir aprendiendo alcanzará cotas elevadas de disciplina, respeto, actitud, compromiso, constancia y formación integral.

 

Si el karate es el camino de la vida, los cinturones [obi] a través de sus diversos colores forman una especie de arco iris donde la formación integral brilla con luz propia. El color de un cinturón indica el nivel de aprendizaje del alumno.

  • La retina del recuerdo me proyecta el mes de octubre de 2020 cuando mi sensei me entregaba el cinturón verde, tras su examen correspondiente, embargándome una gran alegría. Comenzaba a dar mis primeros pasos en el Dojo tras el cinturón naranja. El continuo entrenamiento junto a la constancia daban sus primeros frutos.
  • También recuerdo aquel 25 de octubre de 2021 “Día Mundial del Karate”. Nuestro sensei Manuel Serralbo, tras su examen correspondiente, me entregaba el cinturón azul, embargándome de nuevo una gran alegría que contribuía a recargar de nuevo mis pilas. Aquel día entendí que debemos adaptar el karate a nuestras propias limitaciones físicas [62 años contemplaban ya al que escribe estas humildes letrillas].



  • El 23 de abril de 2025 [con 65 años y ocho meses] me examinaba nuestro sensei de cinturón marrón como paso previo al día en que tenga que enfrentarme a un tribunal de grados donde pueda tener la grata ocasión de templar los nervios para poder conseguir el cinturón negro como inicio de un nuevo sendero. Un tribunal que no te va juzgar por ser más o menos alto, ni más o menos guapo, sino por los verdaderos conocimientos marciales adquiridos a lo largo de muchos años. Ese es el único camino.

Obtener el cinturón marrón significa poder demostrarle a nuestro estimado sensei que se dominan perfectamente al menos, las cinco katas fundamentales [Heian Shodan, Nidan, Sandan, Yondan y Godan] y dos katas superiores, como por ejemplo, Bassai Dai “Asalto a la fortaleza” y Ji´ín “Piedad y sombra”, entre otros conceptos. Además, el que escribe estas humildes letrillas, tenía preparada la kata Tekki Shodan “Jinete de Hierro”, por si estimaba nuestro sensei pedir alguna otra. 

Dicen las páginas del karate que las katas Jitte, Jion y Jiin, pudiera tener raíces budistas.

Al finalizar la prueba el sensei nos entregaba un diploma firmado con el símbolo de Karate Shotokan que guardaré con el máximo cariño.

Dice nuestro sensei que tras una correcto entrenamiento de las katas fundamentales y superiores, será didáctico conocer su origen, significado, estilo, etcétera. Por ejemplo, la kata superior "Bassai dai" es una kata muy explosiva que significa, arrancar las piedras de la fortaleza o destruirla. Su origen es posiblemente chino con variantes de Okinawa y de estilo, shorin, una kata superior muy dinámica con movimientos rápidos. Y así sucesivamente, ya que es bueno la fusión entre lo deportivo con la historia del estilo Shotokan.

Siempre me he preguntado los diversos colores que existen dentro de los niveles más elevados dentro de las artes marciales. Los instructores que se encuentran entre el 1º y 5º Dan utilizan el cinturón negro y se denominan sensei.




Del 6º al 8º Dan utilizan el cinturón rojo y blanco, mientras que el 9º y 10º Dan utilizan el cinturón de color rojo intenso.

Del 6º al 10º Dan se conceden por méritos adquiridos. A partir del 5º Dan los instructores se denominan Shihan [“shi” (profesor, experto), y “han” (ejemplo, modelo a seguir)]. Alcanzar estos niveles significa que se ha llegado a “Toda una vida dedicada al karate”.

En Japón, según la Dai Nippon Butokukai “La Gran Sociedad Japonesa de las Virtudes Marciales”, las artes marciales adquieren otra dimensión similar a la docente:

  • RENSHI. Es el reconocimiento de «persona pública» siendo necesario ser 6º Dan y tener, al menos 40 años. Es un título equiparable a una Licenciatura.
  • KYOSHI. «Persona que enseña». La edad y grado mínimos son 48 años y 7º Dan. Equivaldría a un Máster universitario.
  • HANSHI.- «Persona ejemplar» debiendo tener al menos el 8º Dan y 58 años o más. Es como un Doctorado universitario.
  • MEIJIN.- «Gran Persona». Es el grado más alto que otorga la Dai Nippon Butoku Kai. Sólo unos pocos Hanshi ostentan este honor, y son personas que han consagrado toda su vida a las artes marciales y a su comunidad.


Foto ManuHacher


Para el que escribe estas humildes letrillas fue un honor poder fotografiarme con José Herrera Muñoz (Pepín) 8º Dan de la Federación Española de Karate, en los Juegos Deportivos Municipales de Sevilla, el 21 de enero de 2024.


Altos vuelos docentes que tan sólo se encuentran al alcance de grandes maestros ubicados en el Olimpo de las Artes Marciales. Merece la pena seguir entrenando con la máxima humildad, disciplina y constancia “se hace camino al andar diría el poeta” para emprender un nuevo sendero que nos acerque a una óptima formación integral.

A las katas superiores que más cariño les tengo por adaptarse mejor a mis limitadas condiciones físicas son:

Basai dai, Kanku sho, Jitte, Ji´in, Enpi o Tekki Shodan

En el Karate Shotokan existen 26 katas oficiales:

  • 5 Heian fundamentales (Shodan, Nidan, Sandan, Yodan, y Godan)
  • 3 Tekki (Shodan, Nidan y Sandan).
Y 18 katas superiores:

Bassai dai y Bassai sho, Kanku dai y Kanku sho, Enpi, Jion, Jitte, Hangetsu, Gankaku, Sochin, Ji'in, Jitte, Ninjushiho, Meikyo, Unsu, Wankan, Gojushiho dai y Gojushiho sho.

Y unas diez katas no oficiales. El buen karateca deberá al menos, si no dominarlas, conocerlas [de estilo Shotokan]. Aunque las practicamos todas, siempre se tienen más trilladas las fundamentales con cuatro o cinco superiores que más se adaptan a nuestras características físicas o técnicas.

Decía el maestro Nomura [en palabras de mi sensei Manolo Serralbo] que en katas como Kanku dai [“KAN” mirada, observar “KU” cielo. “DAI” grande], vendrían reflejados todos los fundamentos del karate.

Es el más largo de los katas de estilo Shotokan y representa la defensa y contraataque frente a ocho adversarios. Parece ser que Kanku dai era supuestamente el kata favorito de Funakoshi. Lo realizó durante su demostración para el Príncipe Hirohito en 1922.

En el karate Shotokan se utilizan posiciones fundamentales como Zenkutsu, Kokutsu, Kiba Dachi. Se utiliza además el Gyaku Tsuki, Tettsui y Uraken Uchi, Mae Geri o patada frontal, Yoko Geri o patada lateral, entre otras. El kata tiene un gran trabajo de defensas, desplazamientos y giros de piernas, predominando siempre el “kime” o alma del kata donde se fusionan el cuerpo y la mente.

Para llegar a la obtención del grado de cinturón negro es necesario tener aprendidas las nociones teóricas básicas [fundador del karate Shotokan, posiciones fundamentales del karate shotokan "Zenkutsu-dachi, Kokutsu dachi y Kiba dachi, entre otras", conocer el fundador del karate estilo shotokan, etcétera], cinco katas fundamentales, tres katas superiores a elegir por el aspirante, la serie tekki [Shodan, Nidan y Sandan] así como el bunkai o desglose de las técnicas que comprende una línea de kata con un compañero que ataca [tori] y otro que defiende [uke].

 

No cabe duda de que el karate es un arte marcial apto para todas las edades y el sensei como docente en dicho magisterio posee la suficiente altura de miras para adaptarlo a las limitaciones de sus alumnos [adultos en este caso], alimentando con pequeñas alícuotas diarias nuestra formación integral.

Para los alumnos, el sensei ejerce una importante labor pedagógica, y por tanto, será un modelo a seguir a través de su conducta y cercanía. Es de agradecer que comparta con nosotros sus amplios conocimientos y reflexiones.

 

Tras asimilar las katas fundamentales es necesario adaptarse dentro del dojo de “Shotoyama” a las katas superiores, después de repetirlas "mil veces ciento", con la mirada siempre proyectada sobre el senpai o alumnos con más experiencia.

 



Un cinturón Negro es un lienzo en Blanco que espera sus primeras pinceladas marciales para convertirse en un cinturón Amarillo que si no abandona y se supera conseguirá el cinturón Naranja como primer paso para alcanzar el cinturón Verde, para continuar aglutinando conocimientos que le hagan crecer al karateca.

Escuchando a su sensei conseguirá dominar su ego, para convertirse en un cinturón Azul, que le permitirá llegar Marrón, como primer paso del inicio de un nuevo sendero que supondrá llegar al negro, convirtiéndose en un verdadero karateca con la ayuda de su sensei.

EL CINTURÓN NEGRO REPRESENTA EL COMIENZO DE UN NUEVO SENDERO DE DISCIPLINA, DE TRABAJO Y DE BÚSQUEDA DE NORMAS CADA VEZ MÁS ELEVADAS.

Perder algunas facultades físicas no significa que tus conocimientos sobre las artes marciales hayan desaparecido. Al contrario, los que somos algo más longevos tenemos al alcance de la mano adquirir un gran arsenal de conocimientos que tenemos a nuestra disposición sin olvidar que es necesario hacer buen uso de ellos.

El maestro FUNAKOSHI afirmaba que el propósito del Karate es la perfección de nuestro carácter, y que nunca se es demasiado viejo o se está demasiado herido para seguir mejorando el carácter.

Decía Funakoshi que "el sensei no sólo enseña técnicas, sino que protege el espíritu del karate. Por eso, cada falta de respeto al arte es una herida en su corazón".





El profundo grito “KIAI” y su importancia en el karate

Cuando se entra por vez primera en un dojo para realizar artes marciales sorprende al principiante el grito "kiai" realizado por los karatecas. Es una respiración profunda que brota del diafragma donde se ubica el centro de energía de todo el cuerpo y nos ayuda a liberar la tensión y el estrés acumulado durante toda la jornada de trabajo. Dicho grito forma parte no sólo del misticismo oriental sino también de la intimidación que puede ejercer dicho grito sobre el oponente. 

"Ki" significa espíritu y "Ai" unión o armonía, es un grito donde el karateca intenta sacar del combate a su oponente utilizando la máxima potencia liberando energía.

Un buen kiai en el momento adecuado penetra en la mente del oponente perturbando su kamae o posicionamiento físico y mental. Cada kata posee uno o varios "kiai" aunque no pocas veces, el karateca incorpora alguno más, que emerge del alma.

Los antiguos samuráis utilizaban el grito "banzai" con fines similares en combate. Los generales solían emitir gritos que eran respondidos por las tropas como demostración de que estaban preparados para guerra, y no pocas veces se ahogaban con los gritos del dolor del combate. Por tal motivo, las artes marciales son tradiciones ancestrales que fueron escritas con sangre y como tales deben ser respetadas no debiendo de olvidarse nunca el origen de las mismas.

La palabra "kiai" se compone de ki que significa energía vital, y a(i), que significa coordinación. Por tanto, kiai significa la unión de toda tu energía interior, que se libera al concentrarse toda la energía mental en un punto para tener la capacidad de vencer emociones como el miedo, la ira o la ansiedad, canalizando nuestra energía.

El grito “kiai” no sólo hace que controlemos mejor la respiración sino que intimida al oponente, desconcentra al adversario, dificultándole su respuesta.



Las comidas de convivencia

Las reuniones de convivencia contribuyen a cohesionar aún más a este sólido grupo de guerreros y guerreras, que nos convierte en una verdadera familia.

¡También quiero agradecer los encuentros con otros maestros de karate que invita “Shotoyama” y que nos produce más alegría que la manzanilla en rama de Sanlúcar!

No quiero olvidarme tampoco del sempai [alumno con mayor experiencia en el dojo] que nos dieron las clases de karate a falta del sensei, que con su arsenal de conocimientos siguen aportando un importante grano de arena en la escuela Shotoyama. 

Nos explicaron el kihon o movimientos repetitivos de una  o varias técnicas de defensa y ataque, así como el bunkai o desglose de las técnicas que comprende un kata.

Por todo ello y para que conste donde proceda, la escuela Shotoyama [con su sensei Manuel Serralbo a la cabeza y su senpai Diego] ubicada en la tierra de Villalón es considerada como una familia marcial que se proyecta a los cuatro puntos cardinales de nuestra geografía e incluso brilla con luz propia en los foros internacionales.

Será todo un honor pertenecer algún día a ese 0,6% de alumnos que no abandonan y emprenden un nuevo sendero como proceso de un continuo aprendizaje.


Desde el Club Shotoyama ubicado en la tierra de Villalón, para el Blog de mis culpas…




P.D. El tigre como símbolo del karate Shotokan se le debe al pintor Hoan Kosugi, que fuera amigo y alumno del Maestro Gichin Funakoshi, al cual se le debe el primer libro sobre el karate “Ryu Kyu Tempo Tode”, escrito en 1922, pero sus planchas fueron destruidas por el fuego de un terremoto, en 1923. Su amigo Kosugi prometería a Funakoshi que si escribía un nuevo libro, él le haría su diseño. Sin pretenderlo, aquel dibujo en la portada [un tigre enrollado dentro de un círculo se convertiría posteriormente en el símbolo del karate estilo Shotokan]. El libro vería la luz en 1935 bajo el título “Karate do Kyoan”.




El término “Shoto” significa “pino que se balancea” y era el pseudónimo que el maestro Funakoshi había escogido en su juventud para firmar sus poemas. Posteriormente serán sus alumnos, los que en honor a la memoria de su maestro llamarán bajo el término “Shotokan” al dojo donde realizarán sus entrenamientos del Karate-do.

"Tora no Maki" en japonés se traduce como "El rollo o el Libro del Tigre", ya que en la época de Funakoshi los libros, pinturas, caligrafías, ilustraciones e incluso textos como obras de arte se escribían tradicionalmente en rollos de papel. Si la escritura en rollos era en posición horizontal se denominaba "makimono" y si era en vertical "kakemono".




Significado del Tigre en el Karate estilo Shotokan

El logotipo del Tigre posee un profundo significado ligado a la filosofía del estilo Shotokan, pero también la calma y el control

El Tigre simboliza la fuerza, el coraje y el poder. Una fuerza que debe ser restringida, y solo ser usada si es absolutamente necesaria.

El Círculo. El círculo representa la perfección, la continuidad y un viaje interminable a dominar el karate. Recuerda que aprender karate es un proceso que dura toda la vida.

En definitiva, el espíritu del karate Shotokan es el resultado de la fusión de fuerza, disciplina y aprendizaje infinito.

Aunque el día 25 de octubre sea el Día Mundial del karate y el 27 de noviembre el Día del Maestro, donde queda englobado el Maestro de karate, sirva la presente como agradecimiento a nuestro sensei Manuel Serralbo. 





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