La piedra caliza es una roca sedimentaria compuesta en su inmensa mayoría por carbonato cálcico CaCO3 que después de someterlas a un proceso de calcificación (descomposición de la caliza mediante calor en hornos a una temperatura mayor de 1000ºC) , da lugar a una sustancia llamada óxido cálcico CaO -cal viva-. Posteriormente debido a una reacción violenta de la cal viva con el agua (que la hace hervir), da lugar a una sustancia química llamada hidróxido cálcico Ca(OH)2 o cal apagada.
La cal era ya conocida varios milenios a. de C.
como material de construcción para morteros y revestimientos en Catal Hüyük,-Turquía-, en Mesopotamia, en el antiguo Egipto, en China y en la India. Roma
hizo uso de la argamasa de cal desde principios del siglo II inventando el opus caementicium, una mezcla de
piedras pequeñas, grava, arena, cal, agua.
La cal ha sido utilizada desde tiempos
inmemoriales como material aglomerante en la construcción de edificios civiles,
castrenses y religiosos así como en las obras públicas ya que mezclada con agua y
arena se obtenía una especie de mortero o argamasa que se utilizaban para pegar
ladrillos o piedras, lo que otorgaba una gran resistencia. Grandes lienzos de
murallas, acueductos, puentes, catedrales ó canalizaciones de aguas han sido
elaborados con morteros de cal, al ser un material duradero e impermeable en la
construcción hasta la aparición del cemento en el siglo XIX y su auge en el
siglo XX como el principal agente cimentador en la construcción al endurecerse
al contacto con el aire.
La cal tiene tantas utilidades que incluso en la actualidad se utiliza para reforzar
los pilares deteriorados de importantes monumentos históricos, a las que se le
inyecta cal hidráulica para regenerar las grietas dañadas por el paso del
tiempo. Incluso la restauración de los leones de la Alhambra de Granada se ha
realizado con Cal de Morón.
Posee también un comportamiento bioclimático
que da al interior de la vivienda frescor el verano y calor en invierno,
logrando lo que se denomina el “efecto botijo”, al permitir la circulación del aire y evaporación de la humedad, muy conocido en las casas antiguas
de Andalucía al ser una solución barata, eficaz y ecológica.
Otros usos importantes de la cal incluye la neutralización de los suelos ácidos en agricultura, en la fabricación de vidrio y papel, el lavado de ropa blanca, el refinado de azúcar, etcétera. La cal viva reduce la acción bacteriana en el tratamiento de residuos animales al mismo tiempo que permite la circulación del aire y la evaporación de la humedad. Dichos residuos constituyen un excelente fertilizante como la gallinaza que se aplica en los campos de cultivo, aportando al suelo fósforo, nitrógeno, potasio, calcio, magnesio, azufre y materia orgánica. También se usa la cal en la protección del medio ambiente al tratar las aguas residuales y lodos.
Otros usos importantes de la cal incluye la neutralización de los suelos ácidos en agricultura, en la fabricación de vidrio y papel, el lavado de ropa blanca, el refinado de azúcar, etcétera. La cal viva reduce la acción bacteriana en el tratamiento de residuos animales al mismo tiempo que permite la circulación del aire y la evaporación de la humedad. Dichos residuos constituyen un excelente fertilizante como la gallinaza que se aplica en los campos de cultivo, aportando al suelo fósforo, nitrógeno, potasio, calcio, magnesio, azufre y materia orgánica. También se usa la cal en la protección del medio ambiente al tratar las aguas residuales y lodos.
Foto. Museo de la Cal de Morón |
Morón ha tenido y tiene fama por su cal, explotada de manera racional y tradicional por los caleros extendiendo la calidad de su producto por toda Andalucía. Las Caleras del Prado y La Caleras de la Sierra han sido dos aldeas que vivieron de esta actividad, existiendo un equilibrio entre la naturaleza y el ser humano. Su explotación en tiempos remotos se ha basado en la utilización de hornos tradicionales que han recogido el testigo de los romanos y que los árabes mejoraron su proceso, utilizando la leña de olivo como combustible por su alto contenido calórico.
Recordamos todos en nuestra infancia a nuestros padres y abuelos encalar las fachadas y los paredones de nuestras casas con los tradicionales pinceles quedando relucientes con su clásico y tradicional color blanco. En la provincia de Sevilla, la Sierra Sur y la ruta de los pueblos blancos cercana a ésta son claro ejemplo de blancura de sus casas.
Foto. Museo de la Cal. 7º día de cochura |
Los caleros de Morón eran las personas que fabricaban la cal, de manera tradicional cuyo proceso iba desde barrenar las rocas y colocar en su interior pequeñas cargas de explosivos, llevar las piedras hasta el horno tradicional, utilizando las piedras grandes en círculos como armaderas, llenando la parte trasera con los llamados matacanes o piedras pequeñas, con leña de olivo en el centro del horno y así sucesivamente hasta llegar hasta la altura indicada, con huecos en el cono final para que salgan los gases y una puerta donde se introducía la leña para seguir manteniendo el fuego durante al menos dos semanas. Al final del proceso de calcificación, se extraía casi dos terceras partes de óxido cálcico debido a la deshidratación del carbonato cálcico.
Foto. Museo de la Cal. Abriendo la clave |
Todos los utensilios dedicados a la elaboración de la cal están en su entorno natural como los hornos de la cal, la casilla del calero etc... En el Museo de la Cal, situado en las Caleras de la Sierra a unos 5,5 kms. de Morón de la Frontera hacia Montellano se puede visitar la seña de identidad por excelencia más importante de nuestro pueblo, la cal.
Las Caleras de la Sierra con su olor a lentisco y a romero, cuenta con una tradición calera arraigada en lo más profundo de su ser, con un valor cultural y antropológico importantísimo, consideradas unas reliquias vivas.
Me viene a la mente una frase de un viejo profesor del Aula de la Experiencia de Sevilla:
Me viene a la mente una frase de un viejo profesor del Aula de la Experiencia de Sevilla:
¡Cuando muere una persona mayor se quema una biblioteca viviente!
Y creo que podríamos añadir lo siguiente...
¡Cuando muera el último calero, se habrá quemado el último pergamino de una biblioteca viviente que ha contribuido fielmente a un desarrollo sostenible de su hábitat con un alto interés etnológico!. El futuro, por desgracia irá por otros derroteros, enfocado a una explotación cada vez más irracional.
Como ciudadano de Morón, me siento orgulloso de que un pequeño grupo de ciudadanos unidos por una causa cultural común hayan conseguido que el espacio denominado Caleras de la Sierra, haya sido declarado Bien de Interés Cultural con la tipología de lugar de interés etnológico.
Y me pregunto, dentro de mi ignorancia. ¡Si un pequeño grupo de personas ha conseguido rescatar del olvido este legado cultural para Morón, ¡que no podrían hacer las instituciones públicas, si unificaran criterios y recuperaran nuestro patrimonio cultural, como por ejemplo recuperar la catedral de la Sierra Sur (Iglesia de San Miguel) y el antiguo castillo de los alkevires de Morón!.
http://www.elcorreoweb.es/
http://www.juntadeandalucia.es/boja/boletines/2009/144/d/76.html
http://www.museosnaturales.org/es/centro-museo-de-la-cal-de-moron-25.html
http://www.youtube.com/watch?
No hay comentarios:
Publicar un comentario