Patio de la Universidad |
Una visita a la monumental e histórica ciudad de Osuna, enclavada en una encrucijada de caminos entre Sevilla, Córdoba, Granada y Málaga, nos puede dar una idea sobre la importancia que tuvo esta Ciudad Ducal en tiempos pretéritos.
Entramos por una rotonda en la que destaca el escudo de Osuna, junto al Parque de San Arcadio, muy cerca de la antigua Puerta de Écija. Su escudo es uno de los más antiguos de Andalucía, con dos osos y una torre como símbolo de tiempos pretéritos que nos recuerda la antigua plaza fortificada. Desde el Arco de la Pastora, -antigua puerta de Écija, de estilo
neoclásico, construido en tiempos de Carlos IV, única puerta de entrada que se
conserva en Osuna-, llegamos paseando hasta la Torre de la Merced con su iglesia
del siglo XVIII y ascendemos hasta la Plaza de la Encarnación, junto al
Monasterio del mismo nombre.
Entramos por la nave de la epístola y lo primero que se percibe es el Cristo de la Misericordia de Juan de Mesa.
Bajamos por una escalera a la capilla privada de los IV Condes de
Ureña, llamada Escorial y considerada la catedral más chica de España con tres
naves, coro, púlpito con sus capillas laterales.
Capilla privada de los Duques de Osuna |
Y desde ahí seguimos bajando por una escalera con elevada pendiente a la cripta, -cuyo significado en griego es lugar oculto- donde están enterrados los Duques de Osuna. Los féretros están escritos en latín como lengua vehicular. En el Museo también se pueden apreciar una serie de textos escritos en latín, obra de personas cultas llamadas pendolistas cuya característica principal era que escribían con mucha destreza y muy buena caligrafía.
Desde la cripta pasamos a un bello patio plateresco,-nombre inspirado en el trabajo de los plateros- para al final ver los tesoros artísticos entre los que destacan los cinco cuadros pintados por Ribera, máximo exponente de la escuela tenebrista del barroco español, llamado “El Españoleto”, porque era muy pequeño de estatura.
Ribera conoció al III Duque de Osuna en Nápoles cuando era virrey, entre 1616 y 1620 encargándole para la Colegiata
cuatro cuadros: San Sebastián, San Jerónimo y el ángel del Juicio Final, San Pedro penitente junto con el Martirio de San Bartolomé en el Museo. El Calvario fue encargado por la duquesa y fue acabado en 1618. Todos se encuentran en la Colegiata.
Desde la cripta pasamos a un bello patio plateresco,-nombre inspirado en el trabajo de los plateros- para al final ver los tesoros artísticos entre los que destacan los cinco cuadros pintados por Ribera, máximo exponente de la escuela tenebrista del barroco español, llamado “El Españoleto”, porque era muy pequeño de estatura.
San Jerónimo y el ángel del Juicio Final. Ribera |
Terminada la grata visita a la Colegiata, subimos por una suave cuesta empedrada y nos encontramos con uno
de los edificios más emblemáticos de la ciudad “La Universidad de Osuna” desde
donde se divisa la monumental ciudad ursaonense y parte de la campiña.
Su
magnífico patio porticado de columnas de mármol, consta de dos plantas con un
pozo de brocal de piedra labrada en su parte central que le otorga gran
belleza. Los cuatro ángulos de sus fachadas en piedra están escoltados por
cuatro torres cilíndricas de cerámica azul y blanca. La fachada está rematada
en su parte alta con un tejado, lo que da al conjunto un singular atractivo
arquitectónico.
La Universidad fue fundada por Don Juan Téllez Girón, IV Conde de Ureña el 10 de octubre de 1548, mediante una Bula de fundación obtenida del Papa Paulo III. Don Juan Téllez Girón mecenas de muchos alumnos para cursar estudios universitarios, proporcionándoles alojamiento y manutención en el antiguo Corral de la Sopa. La Universidad ha manteniendo su actividad hasta 1834 en que fue clausurada para volver a ser de nuevo sede universitaria desde finales del siglo pasado.