De vuelta de la necrópolis
romana que nos ha permitido reconocer las señas de identidad del ámbito
funerario romano, llegamos al Alcázar de la Puerta de Sevilla, situada en la
parte occidental de Carmona donde se puede apreciar desde allí la calle
principal o Cardus Maximus, llamada por los romanos hasta llegar por calles
empedradas y angostas, a la parte oriental "la puerta de Córdoba" que ha
representado uno de los símbolos de la antigua "Carmo"
romana como arranque de la Vía Augusta desde los tiempos de la expansión de
Roma hasta llegar a la Qarmuna musulmana.
En las murallas del Alcázar de la
Puerta de Sevilla se observan sucesivas etapas constructivas: un foso defensivo
de la época cartaginesa-romana, la torre del homenaje que nos da una idea de
los diferentes estratos que contiene. El inferior con sillares cartagineses, el
central con sillares romanos y el superior con tapial medieval. Su importancia
no decreció en época musulmana que llegó a ser capital de uno de los reinos de
Taifas, en el siglo XI a raíz de la desintegración del Califato de Córdoba.
Entramos a visitar el Alcázar que nos
impresionó por su posición estratégica visitando el salón de presos alto con el
patio de los aljibes que recogían las aguas pluviales donde en primer plano nos
observaba el pódium del templo romano. Ascendimos al salón de la Torre del Oro
con su laboriosa cúpula realizada a base de ladrillo sobre ocho arcadas. En la
terraza de dicha torre oteamos como fiel vigía la ciudad que nos regalaba una
bella postal con la Iglesia de San Pedro diseñada por Hernán Ruíz el joven, a
imitación de la Giralda de Sevilla, donde destaca su bella
torre coronada por el Giraldillo en bronce.
En la historia de Al Ándalus, "Carmo" pasó a denominarse la Qarmuna musulmana
que mantuvo sus cuatro puertas desde que en el año 895 esta plaza fuera
conquista por Al-Mudaffar. Tras cinco siglos de historia musulmana, Carmona fue
reconquistada por Fernando III el Santo en el año 1247, comenzando la repoblación.
Su territorio municipal fue delimitado por Alfonso X “el Sabio” siendo objeto
de favores por parte de Pedro I "el Cruel" ó el Justiciero que
residió frecuentemente en ella, engrandeciendo y transformando el Alcázar Real
que era originariamente un alcázar árabe en el punto más alto de Carmona en el
extremo oriental de la ciudad.
Patio de los naranjos de la antigua mezquita mayor, a la entrada de la Iglesia Prioral |
Iglesia Prioral Sta. María de la Asunción sobre la antigua mezquita mayor |
En el camino observamos
y bellas casas solariegas hasta llegar a la Puerta de Córdoba para
descansar en una fuente. Ascendiendo por las calles empedradas llegamos a los
extramuros del sistema defensivo árabe perteneciente al Alcázar del rey Pedro I
de Castilla, llamado Pedro I el Cruel o el Justiciero, denominado Alcázar de
arriba o de la Puerta de Marchena desde donde se divisa una increíble vista de
la Vega de Carmona hasta Morón. Entramos en el Alcázar bajo
un gran arco de herradura apuntado y enmarcado por un alfiz (elemento típico
de la arquitectura musulmana que servía para enmarcar la
parte exterior del arco) al que le sigue la doble puerta árabe de
ladrillo. El material que prima en este tipo de construcción es la mampostería
con mortero de cal o el sillar, piedra labrada de gran tamaño que se colocan en
las esquinas para reforzar el sistema defensivo ó también el ladrillo que por
influencia musulmana alcanzó su máxima difusión.
En el siglo XV, las luchas
entre los partidarios de Ponce de León, señores de Arcos y Marchena, y los
Guzmán, Condes de Niebla y Duques de Medina Sidonia, azotaron fuertemente a la
ciudad. En 1.630, Felipe IV le concedió el "título de ciudad".
Desde el Alcázar del rey
Pedro I, bordeando los alcores divisamos en la parte más baja la Ermita de San Mateo, donde según nuestro mapa se ubicaba cercana la antigua Puerta de Morón, ya desaparecida. Se ve vino al pensamiento cuando
visitamos una casa solariega en la cual había un bello carruaje de color
amarillo con asientos de piel negro, la poesía de Fernando Villalón “Diligencia de Carmona”, con aquélla visión
romántica del bandolero.
Diligencia de Carmona
la que por la vega pasas
caminito de Sevilla
con siete mulas castañas…
…Echa vino, montañés,
el que a los pobres socorre
y a los ricos avasalla.
Carmona, legado de
cartagineses y arteria vital de la Vía Augusta y de las Rutas del legado
andalusí, donde el romántico escritor norteamericano Washington Irving en su
viaje en 1829 quedó fascinado por el exotismo y la exuberancia de los vestigios
árabes de Al Ándalus, como tierra de antiguas fronteras y que ahora nosotros tenemos la oportunidad de saborear los efluvios de aquel magnífico legado cultural.
Desde la antigua Qarmuna musulmana para el blog de mis culpas...