sábado, 30 de julio de 2022

Pablo Ruiz Picasso, entre breves pinceladas


 Monumento a Picasso [plaza de la Merced, en Málaga]


Bajo la influencia del rigor estival cuyos rayos solares caen a plomo sobre la tierra de Villalón, colocamos nuestro sextante autodidacta en la plaza de la Merced de Málaga donde en su esquina norte [frente a su casa natal] brilla con luz propia el monumento en bronce dedicado a la memoria del inmortal coloso de la pintura Pablo Ruiz Picasso, quien sentado sobre un banco de mármol, con su cuaderno y un lápiz entre sus manos [obra de Francisco López Hernández inaugurada el 5 de diciembre de 2008] daba la impresión de que nos esperara para inmortalizar en una fracción de segundo nuestra visita, con el objetivo de nuestra humilde cámara. 



Cercano al monumento a Picasso dirigimos nuestra mirada hacia el museo homónimo, en el Palacio de Buenavista, en la calle de San Agustín, donde sorprende más el continente que el contenido, al estar muchas de sus obras más importantes diseminadas por los grandes museos del mundo, como por ejemplo, "las señoritas de Avignon" en el MoMA de Nueva York o el inmortal óleo "Guernica" en el Museo Reina Sofía de Madrid y otras obras significativas en los museos de Berlín, París, Londres, Praga, Barcelona o Melbourne, entre otras prestigiosas pinacotecas.


Diversas placas de cerámica a lo largo de su casco histórico nos recuerdan que sería en la iglesia de Santiago donde sería bautizado Picasso un 10 de noviembre de 1881. También nos encontramos paseando otra placa en cerámica que señala el lugar donde estuvo ubicado el parvulario donde asistió Picasso de niño.


Guernica urbano en la calle Huerto del Conde, cerca de la casa natal de Picasso


Nos ha sorprendido que en el Museo de Picasso de Málaga no se encuentre una copia del Guernica, por lo trascendental del cuadro, al ser “la mayor toma de posición política durante el siglo XX". Para ello, tuvimos que dirigirnos a la calle Huerto del Conde, en el deteriorado barrio de La Lagunilla de Málaga, donde aparece un Guernica urbano, de autor anónimo.

En el Museo Reina Sofía de Madrid se encuentra el óleo original del Guernica de Picasso. Pero está terminantemente prohibido fotografiarlo [a no ser que te llames Mr. Pierce Brosnan [2016], Sir Mick Jagger [2022] o las primeras damas y caballeros de las delegaciones de la OTAN el 29 de junio de 2022, por citar algunos ejemplos. 

Picasso de niño, ya pintaba como un adulto. Copiaba a su padre, que era profesor de dibujo y conservador del Museo Municipal de Málaga, quien enseñó al niño para que siguiera sus huellas. Aquel ambiente artístico donde vivía Picasso le permitirá potenciar su talento innato, tan sólo al alcance de los elegidos en el Olimpo de la pintura.

“Cuando yo era niño mi madre me decía: “Si llegas a ser soldado, serás general. Si cuando seas mayor eres monje, llegarás a ser Papa”. Pero en lugar de todo eso fui pintor y terminé siendo Picasso”.

Gracias a su hermana Lola y a su madre, María Picasso, que guardarán cada dibujo, cada recorte, cada balbuceo artístico del niño, ha permitido conocer a la perfección la evolución del artista. El joven Picasso de Málaga fijará en su imaginario de adulto los toros, el sol, la cerámica o las palomas, evocando sus raíces malagueñas como si fuera un paraíso perdido.

El primer óleo que se guarda de Picasso es una marina que copió a su padre con tan sólo ocho años, a escondidas, debajo de una cama, iluminado por una vela.

El padre de Picasso reconocerá que su hijo ya era mejor que él cuando pintó un cuadro “La alternativa”, con una emotiva despedida en el mar de la Coruña.


"Las señoritas de Aviñón". Tapiz realizado por Jacqueline de la Baume-Dürrbach. [Museo Picasso, de Málaga]


Pero vayamos por partes...


Pablo Ruiz Picasso [Málaga, 25 de octubre de 1881-Mougins, 8 de abril de 1973] mostrará desde muy joven un prodigioso talento artístico. En 1900, uno de sus cuadros fue seleccionado para la sección española de la Exposición Universal de París. Comienza a visitar con frecuencia la capital francesa, donde se instalaría en 1904. Su trabajo evolucionó desde el tono de la tragedia bohemia del Periodo Azul hasta la melancolía elegíaca del Periodo Rosa.

En 1905, los coleccionistas americanos Leo y Gertrude Stein comienzan a comprar sus cuadros y fue en su salón donde Picasso conoció a Henri Matisse, el líder de la vanguardia parisina. El encuentro impulsó a Picasso a acometer una innovación radical. Sus señoritas de Aviñón (1907) y sus Tres Mujeres (1908) se convirtieron en los puntos de partida del cubismo.

En 1911, Picasso, junto con su interlocutor artístico Georges Braque, había sustituido la perspectiva por un andamiaje de líneas y la forma orgánica por planos geométricos, sentando las bases del arte abstracto. Del mismo modo, la introducción del collage por parte de Picasso en la primavera de 1912 inspiró el inicio del fotomontaje y el ready-made. La onda expansiva de la revolución cubista continúa apreciándose en la actualidad.



El guía de la vanguardia

Ya en 1914, Picasso comenzó a trabajar al mismo tiempo en múltiples estilos, alternando las composiciones cubistas con las naturalistas. Su característico clasicismo moderno contribuyó a inspirar el “retorno del orden” de comienzos de la ´década de 1920, mientras que los planos amplios, los colores intensos y las ricas texturas de cuadros como “Los Tres músicos” (1921) propusieron un nuevo y monumental lenguaje para el cubismo.

En 1925, André Breton trazó una línea directa entre el cubismo y el surrealismo, argumentando que ambos representaban un “modelo puramente interno”, y añadiendo que “desde hace quince años”, Picasso ha estado explorando ese camino, adentrándose en territorio desconocido con rayos de luz en ambas manos”. Surgieron nuevos estilos en rápida sucesión “las figuras entrelazadas” de 1926, “los dibujos en el espacio” y los “monstruos”, de 1928-1930, los desnudos líricos de 1932, el surrealismo político de Guernica, (1937) y cada uno de ellos inspiraba una nueva escuela de pintura o escultura. En las décadas de entreguerras, Picasso llegaría a ser el maestro indiscutible del mundo del arte.


1906-1914 Cubismo: Cuerpos

La revolución cubista comienza en 1907 con la brutal simplificación que llevó a cabo Picasso en las figuras de “Las señoritas de Aviñón”. En los dos años siguientes, condensó el cuerpo en curvas y lo dividió en facetas. En 1910-1912 se despidió de la anatomía convencional, transformando el cuerpo en un marco abierto de planos, conos y cilindros.


Frutero [1919] Donación de Christine Ruiz-Picasso al Museo Picasso de Málaga


1911-1922 Cubismo: Bodegones

“La escultura es el mejor comentario que un pintor puede hacer de la pintura”

(Picasso, en conversación con Renato Guttuso, 1964)

Las naturalezas muertas cubistas de Picasso representan mesas de café, o aparadores cargados de fruteros e instrumentos musicales. En su revolucionaria escultura de una copa de absenta, el cáliz aparece abierto violentamente para revelar su interior, mientras que una cucharilla de absenta auténtica sostiene un terrón de azúcar de bronce. El metal noble permanece oculto bajo una capa de pintura ordinaria.


1922-1923 Clasicismo moderno

Casado con Olga Khoklova, una hermosa bailarina rusa y padre de un hijo común, Paulo, Picasso se inspiró en los grabados etruscos y en el manierismo francés para crear una versión reducida y moderna de la figura clásica. Transformó las fotografías familiares en cautivadoras composiciones de decididas líneas suspendidas cobre una colorida bruma.


1928-1938

Cuando las tensiones políticas de los años veinte contribuyeron a provocar la guerra civil española en los años treinta, Picasso se apropió de este mito griego para exponer la violencia latente en la naturaleza humana. Su minotauro celebra el placer compartido, perpetra actos de violencia sexual, se arrepiente, muestra su ternura inesperada. Sus imágenes casi abstractas de cabezas de mujeres evocan tanto la agresión como el deseo.

Separado de su esposa Olga, Picasso se sintió atraído por el contraste de dos personalidades: la calma de Marie Thérèse Walter y la intensidad de la fotógrafa surrealista Dora Maar. Los rasgos de ambas se alternan y se mezclan en sus retratos.


1936-1948 La anatomía del terror

“La pintura no ha sido hecha para decorar los departamentos. Es un instrumento de guerra ofensiva y defensiva contra el enemigo”.

Es palpable el terror ante la inminente guerra en los desnudos de Picasso de finales de los años treinta. Permanece en el París ocupado y continúa trabajando pero un velo gris de desesperación se cierne sobre sus pinturas. A su vez, sus pequeñas esculturas de cabezas se asemejan a guijarros tallados que a pesar de su tamaño, transmiten con fuerza la angustia de la época.



1931-1962 Hecho de tierra “la cerámica”

En el sur de Francia, Picasso se sintió fascinado por la tradición local de la cerámica. Como los artistas de la contemporánea Escuela de Altamira, remontó la mirada hasta los pintores rupestres prehistóricos que usaban tierra, huesos y fuego para crear arte. Otras pinturas reflejaban las casas y los pasajes que rodearon sus últimos trabajos.

1944-1950

En 1943, Picasso conoció a una joven artista Françoise Gilot, que se convirtió en su compañera después de la guerra. Celebrando el renacimiento de Francia, la pintó como una flor radiante. Su rostro y su cabello exuberante también inspiraron una larga serie de litografías que abarcan desde el realismo hasta la abstracción. Su primer hijo, Claude, nació en 1947.

El viejo mago

Después de la Segunda Guerra Mundial, Picasso se convirtió en una celebridad mundial hasta el extremo de que ningún otro artista anterior a él había experimentado. Su vida y sus relaciones amorosas fueron relatadas en periódicos, revistas y películas. Las exposiciones de sus cuadros anunciaban el renacimiento cultural de Francia después de los nefastos años de la ocupación nazi.

En 1944 declaró su adhesión al Partido Comunista, que había encabezado la resistencia francesa; en 1953 su retrato conmemorativo de Josef Stalin fue condenado por el Partido; y en 1956 protestó contra la represión de la revolución húngara por parte de la antigua URSS, poniendo fin a su compromiso con el Partido Comunista. Picasso inventó nuevas formas de escultura, revolucionando el grabado y explorando nuevos estilos de pintura, volviéndose más libre y atrevido con cada década que pasaba hasta su muerte en 1973.

Aunque ejerció una poderosa influencia en la Escuela de París de la posguerra, su obra parecía anticuada en comparación con los nuevos movimientos que estaban surgiendo en otros lugares: el expresionismo abstracto, el arte pop y el minimalismo en los Estados Unidos, el arte cinético, el neo-constructivismo en América latina o el arte de la perfomance en Japón y Estados Unidos. Sin embargo, desde la década de 1980, a medida que el posmodernismo ha ido subvirtiendo la historia monolítica de las vanguardias, la importancia de la obra tardía de Picasso se ha hecho evidente, lo que supone un grato desafío para las nuevas generaciones de artistas, críticos e historiadores.



“La pintura no está hecha para decorar apartamentos, es un instrumento de guerra ofensivo y defensivo contra el enemigo”. Quizás nunca un comentario fue más pertinente a la gran tela del Guernica.

Picasso, marzo de 1945

“Guernica” 

La Guerra Civil española comenzará con la muerte de un coloso de la literatura española del siglo XX [Federico García Lorca “símbolo de la represión”] y termina con la muerte de otro coloso de las letras [Antonio Machado “símbolo del exilio”]. Pero entre ambas muertes, se producen varios genocidios que pasarán a la historia de la ignominia.

Uno de ellos ocurrió en el Valle de la Sauceda [nuestro particular Guernica andaluz, entre el 31 de octubre y el 2 de noviembre de 1936] sin un Picasso que inmortalizara aquella tragedia que se irá diluyendo a través del tiempo y de la amnesia colectiva.

No cabe duda de que Picasso pensaba en la tragedia del trágico éxodo desde Málaga a Almería “la desbandá” cuando pinta el Guernica en su taller parisino. A Picasso le llegaron noticias de la caída de su ciudad natal el 8 de febrero de 1937, donde había pasado toda su infancia y donde aún vivía parte de su familia, sintiéndose conmocionado".


La tarde del 26 de abril de 1937, sobre las 16.30 horas se produce el primer “bombardeo en alfombra” de la historia sobre una población civil indefensa que posteriormente se proyectará durante la Segunda Guerra Mundial y que incendiará el mundo. La Legión Cóndor [la Luftwaffe] arrasará Guernica, un indefenso pueblo ubicado a 30 km de Bilbao. A esa hora tan sólo se encontraban en el pueblo mujeres, ancianos y niños. Tan sólo quedará como testigo del luctuoso crimen sobre una población civil e inocente el antiguo roble como símbolo de la libertad del pueblo vasco.

George Lowther Steer, periodista británico corresponsal de The Times y que publicaba sus artículos en The New York Times llegó ese trágico día al atardecer a Guernica con su colega Noel Monks del Daily Express, contemplando la macabra escena. Steer escribirá más tarde “El árbol de Guernica”, escrito en París y publicado en Londres, en 1938, dedicado a su esposa Margarita, muerta a comienzos de 1937 en un parto prematuro por las adversidades del conflicto. Gracias a Steer y sus colegas, el mundo pudo saber qué había ocurrido aquella trágica tarde del 26 de abril de 1936 “La tragedia de Guernica”.

El 70% de los edificios fueron destruidos. Guernica fue borrada de la faz de la tierra, una ciudad indefensa como Guernica, consagrada a las tradiciones del pueblo vasco. Su destrucción se estrelló contra la conciencia de Europa que miró hacia otro lado [en particular las democracias de Francia y Reino Unido que al no intervenir dejarán sentenciada a la República]. Los nacionalistas del “Glorioso Movimiento Nacional” rechazaron cualquier responsabilidad llegando a culpar incluso a los rojos, a los republicanos, a los vascos, a los mineros asturianos y a los rusos. Las mentiras del bombardeo agudizaba la angustia de los vencidos.

El bombardeo en alfombra [bombas incendiarias] se convertirá en el principal instrumento de la Segunda Guerra Mundial cuyo prólogo se escribirá trágicamente en Guernica. La crueldad y la barbarie horrorizarán a las democracias que le volverán la espalda a la República, por temor a tener algún desencuentro con el nazismo y fascismo, en auge en Europa. El bombardeo de Guernica dejará muy pronto claras las intenciones del Ejército rebelde: una guerra de aniquilación.

El Ejército alemán utilizó los efectos del bombardeo como arma política durante la guerra fría que mantenía con Inglaterra, y les interesó que la prensa mundial exagerase los resultados. Guernica habría sido una especie de ensayo de lo que luego serían los bombardeos masivos de la Segunda Guerra Mundial.

En los Juicios de Núremberg, el entonces mariscal de la Luftwaffe, Hermann Goering, fue explícito respecto a la utilización del pueblo español en la Guerra Civil con esta finalidad:

«España me dio una oportunidad de poner a prueba a mi joven fuerza aérea, así como para que mis hombres adquirieran experiencia»; preguntado por Guernica, el dirigente nazi respondió: «En efecto, fue una especie de banco de prueba para la Luftwaffe. Es lamentable, pero no podíamos obrar de otra forma. En aquel momento, estas experiencias no podían efectuarse en otro lugar».

Guernica en el taller de Picasso


Falacias sobre el bombardeo de Guernica

El Gobierno franquista ante semejante vergüenza tuvo que recurrir a verdaderas falacias achacando en un principio la responsabilidad a las víctimas. La sublevación hubiese fracasado [dos tercios del territorio permanecía en manos de la República mientras un tercio en manos de los sublevados] si no hubiese sido por la intromisión de la Alemania nazi y la Italia fascista que pensaba que ayudando a Franco podía recuperar de nuevo el antiguo “Mare Nostrum” del Imperio Romano. Los alemanes facilitaron un puente aéreo desde el Norte de África a la península. Las tropas marroquíes y falangistas precedían la llegada de las fuerzas regulares sembrando el terror.

El “Glorioso Movimiento Nacional” pronto recibirá el reconocimiento sin fisuras de la Iglesia. El nuevo obispo de Salamanca Pla y Deniel ayudó a oficializar la Cruzada a finales de septiembre de 1936, evocando a san Agustín y a sus dos “Ciudades”: la divina y la mundana. La España de Franco, baluarte de la cristiandad, de la nación y el orden frente a los “Hijos de Caín”.

La propaganda que proyectaba el nacionalcatolicismo español en la década de 1930 se basaba en la figura de Cristo frente al Anticristo [el Bien contra el Mal]. Las fuerzas clericales no habían digerido la Constitución republicana de 1931 con la pérdida de sus privilegios y la Iglesia de alineó con Franco.

El 1 de julio de 1937, el arzobispo Gomá y Tomás legitimaba a Franco y a su régimen lo que “dará incalculables beneficios morales a la causa franquista”. Franco, Mola, Queipo de Llano y Sanjurjo estaban “para restablecer el orden”.

El poeta nacionalista José María Pemán será uno de los panegiristas del “Glorioso Movimiento” cuya victoria será saludada por el Papa Pío XII.

Si España fue considerada el banco de prueba donde se probará el armamento alemán e italiano como preámbulo de la Segunda Guerra Mundial, también será el banco de pruebas donde se pruebe la resistencia contra el fascismo [las Brigadas Internacionales]. En Guernica tendrá lugar el primer acto de la trágica escena de la Segunda Guerra Mundial que se convertirá en una guerra de exterminio.

El redentor del nacionalcatolicismo [dictadura y teocracia] Francisco Franco sería nombrado por su corifeo de panegiristas “Hijo predilecto de la ciudad” el 13 de febrero de 1946. Llegada la democracia, el 24 de abril de 1979 Guernica le retirará dicho título al fallecido Franco el 20 de noviembre de 1975.

Gernika fue completamente destruida y cientos de personas murieron en una lluvia de bombas, metralla y fuego. El bombardeo de Gernika fue el primer ataque aéreo indiscriminado contra una ciudad indefensa y su población civil, y como tal un anuncio de futuras tragedias que culminaron en la destrucción de Pforzheim, Dresde e Hiroshima.


El Guernica de Picasso “la mayor toma de posición política durante el siglo XX”

La destrucción de Guernica, el 26 de abril de 1937 conmocionó las conciencias de muchos artistas, entre ellos al ya universalmente conocido pintor Pablo Picasso. El Guernica ha sido definido como “la mayor toma de posición política del siglo XX” independientemente de ser también “la manifestación más evidente del poder del arte contemporáneo”.

La noticia y, sobre todo, las fotografías de Guernica bombardeada, publicadas en el periódico parisino “L´Humanité”, “Ce Soir” o “Paris Soir”, fueron para Picasso, el resorte que resolvió todas las dudas del artista, que en enero había sido nombrado director del Museo del Prado, aunque fuera de manera virtual y permaneciendo él en París quien recibió el encargo por las autoridades republicanas de decorar el Pabellón Español en la inminente Exposición Universal de Paris de 1937, prevista para el verano.

Cuando le llegó a Picasso la noticia del bombardeo de la ciudad vasca le pareció “la manifestación de la brutalidad fascista en el sentido más completo de la palabra”. Aquella noticia lo perturbó y extrajo toda la inspiración, colaborando su compañera Dora, quien tuvo parte en la decisión de regalar a la República un cuadro de denuncia. Cuando Guernica fue bombardeada, “era una ciudad de mujeres, ancianos y niños”.

Fueron tantas mentiras y falacias las que hizo correr la propaganda franquista sobre la presunta adhesión del Picasso a la sedición militar, como también mintieron con la adhesión de Unamuno y Antonio Machado ya que la inmensa mayoría de los intelectuales y artistas se encontraban en el bando republicano. Es reveladora la declaración de Picasso en un diario estadounidense, mientras el cuadro estaba aún en vías de realización, quizás para desmentir los bulos que dejaban las cosas en su lugar. La declaración apareció en julio de 1937, cuando la obra estaba ya expuesta.

El conflicto español es la lucha de la reacción contra el pueblo, contra la libertad. Toda mi vida de artista no ha sido más que una lucha continua contra la reacción y contra la muerte del arte. ¿Cómo se podría pensar un solo momento que yo pueda estar de acuerdo con la reacción y la muerte? […] En la tela en la que estoy trabajando, que llamaré Guernica, y en todas mis obras recientes, yo expreso claramente mi odio por la casta militar que ha hundido a España en un océano de dolor y de muerte.

Guernica proyectará a la Humanidad la tragedia universal de la guerra, de la injusticia del atropello de los más fuertes contra los débiles. Nos avisa de que lo que ha ocurrido puede volver a ocurrir. Picasso intentaba poner a Europa y al mundo sobre aviso al convertir el cuadro en un mensaje y un símbolo que proclame a los cuatro vientos que no puede haber una responsabilidad más importante para el arte moderno que restituir el sentido humanitario en medio de las cenizas. No hay pintura sin denuncia de las atrocidades de la guerra.

Guernica se convertirá en el símbolo de un siglo de genocidios que el mundo no supo evitar. Demasiadas familias rotas por el conflicto fratricida entre españoles, demasiado odio germinado, demasiada sangre derramada. No era posible olvidar Guernica.

Era necesario esconder las mentiras ante la opinión pública ante la agresión a un Estado legítimo. Los periódicos franquistas para ocultar la verdad de lo sucedido afirmaron:

“Guernica había sido destruida por los rojos [por las hordas rojas] al servicio de los separatistas vascos”.

El lienzo Guernica nació para formar parte del Pabellón Español en la Exposición Internacional de París, de 1937. El motivo que impulsó a Pablo Picasso a realizar la escena representada en esta gran pintura fue la noticia de los bombardeos efectuados por la aviación alemana sobre la villa vasca.

Cuando nos llegó la noticia del bombardeo de Guernica, Picasso quedó conmocionado […] Encargó una gran tela y comenzó a pintar [...] Trabajó febrilmente, cada día, empleando solo en negro, el gris y el blanco porque estaba demasiado enfadado como para andarse con las sutilizas del color o con problemas de armonía y de composición. Repintaba una parte de lo que había pintado el día anterior, no para mejorarlo, sino porque quería expresar otra idea que se le había ocurrido. Y pintó en una única tela. Cuando hubo desahogado una parte de su rabia y terminó la tela, continuó con dibujos brutales: cabezas de mujeres sangrantes y bestias agonizantes.


Guernica constituye un alegato genérico contra la barbarie y el terror de la guerra. Concebido como un gigantesco cartel, el gran lienzo es el testimonio del horror que supuso la Guerra Civil española, así como la premonición de lo que iba a suceder en la Segunda Guerra Mundial. La sobriedad cromática, la intensidad de todos y cada uno de los motivos, y la articulación de esos mismos motivos, determinan el extremado carácter trágico de la escena, que se iba a convertir en el emblema de los desgarradores conflictos de la sociedad de nuestros días.


Análisis del Guernica

Al analizar su iconografía, uno de los estudiosos de la obra, Anthony Blunt, divide a los actores de esta composición piramidal en dos grupos, el primero de los cuales está integrado por tres animales: el toro, el caballo herido y el pájaro alado que se aprecia tenuemente al fondo, a la izquierda.

Los seres humanos componen un segundo grupo, en el que figuran un soldado muerto y varias mujeres: la situada en la zona superior derecha, que se asoma por una ventana y sostiene hacia fuera una lámpara; la madre que, a la izquierda del lienzo, grita llevando al hijo muerto; la que entra precipitadamente por la derecha; y finalmente, la que clama al cielo, con los brazos alzados, ante una casa en llamas.

En este mismo contexto, tampoco hay que olvidar que dos años antes, en 1935, Picasso había grabado al aguafuerte la Minotauromaquia, obra sintética que condensa en una sola imagen todos los símbolos del ciclo dedicado a este animal mitológico y que es, a la vez, el antecedente más directo de Guernica.

 

El Guernica de Pablo Picasso fue pintado en París entre los meses de mayo y junio de 1937. Fue realizado por encargo del director general de Bellas Artes, Josep Renau, a petición del Gobierno de la Segunda República Española. Estuvo expuesto en el Pabellón Español durante la Exposición Internacional de 1937 en París [donde estuvo expuesto en el Pabellón Español desde la segunda quincena de junio hasta el 25 de noviembre de 1937] con la intención de atraer a la opinión pública hacia la causa republicana en plena guerra civil española.

 

En julio de 1936 el pintor Josep Renau, director general de Bellas Artes, nombraría a Picasso director honorario del Museo del Prado. ​ El artista aceptó emocionado el nombramiento, que se hizo efectivo en septiembre de 1936, aunque jamás llegaría a tomar posesión de su cargo.

En la década de 1940, puesto que en España se había instaurado la dictadura militar del general Franco, Picasso optó por dejar que el cuadro fuese custodiado por el Museo de Arte Moderno de Nueva York, aunque expresó su voluntad de que fuera devuelto a España cuando se reinstaurara la República.

​En 1981 la obra llega a España. Se expuso al público primero en el Casón del Buen Retiro, y luego, desde 1992, en el Museo Reina Sofía de Madrid, donde se encuentra en exhibición permanente. Su valor artístico está fuera de discusión siendo considerada una de las obras más importantes del arte e icono del siglo xx, y símbolo de los terribles sufrimientos que la guerra inflige a los seres humanos.

El crítico Robert Hughes afirmó del Guernica que era «la última gran pintura histórica», y que fue asimismo el último lienzo moderno de relevancia en utilizar un tema político para concienciar al público, labor que a finales de la Segunda Guerra Mundial pasaría a realizar la fotografía bélica.

 

Guernica fue una obra no sólo de pablo Picasso, sino también de Dora Maar, compañera de Picasso que compartía su angustia por la situación española. En el cuadro “Guernica” con 27 metros cuadrados [7,76 m. x 3,49 m.] se desterró el color. Su sencillez hace que la obra sea universal y atemporal de la denuncia contra la guerra.

La enorme tela se pobló con aquellas figuras, aquellas cabezas, aquellos miembros despedazados, que aullaban, que imploraban piedad al espectador que se sentía tragado por ellas, impotente ante tanto dolor, que manaba irrefrenable. Aquella obra gritaba repulsa contra aquella guerra, el odio hacia los franquistas y sus partidarios nazis y fascistas, la voluntad del pueblo español de liberarse.



Homenaje a Picasso [Salvador García, Torremolinos]


La negación de la autoría por el bando franquista


Al día siguiente del bombardeo de Guernica el lendakari del Gobierno Vasco José Antonio Aguirre hizo pública una nota en la que denunciaba que los autores de la acción habían sido «los aviadores alemanes al servicio de los facciosos españoles». La nota decía:

Los aviadores alemanes al servicio de los facciosos españoles han bombardeado Guernica, incendiando la histórica villa, que tanta veneración tiene entre los vascos. Nos han querido herir en lo más sensible de nuestros sentimientos patrios, dejando una vez más de manifiesto lo que Euzkadi puede esperar de los que no vacilan en destruir hasta el santuario que recuerda siglos de nuestra libertad y de nuestra democracia (...)

Las afirmaciones del lendakari Aguirre fueron contestadas por la propaganda franquista, que atribuyó la destrucción de Guernica al propio Ejército vasco:  ​


Son completamente falsas las noticias transmitidas por el ridículo presidente de la República de Euzkadi relativas al incendio provocado por las bombas de nuestros aviones en Guernica. Nuestros aviadores no han recibido ninguna orden de bombardear esa población. Los incendiarios son los que, el verano pasado, incendiaron Irún y ayer Éibar. En la imposibilidad de contener el avance de nuestras tropas, los rojos han destruido todo y acusan a los nacionalistas de hechos que no son más que la puesta en práctica de sus criminales designios.

¡Miente Aguirre! Miente vilmente. En primer término no hay aviación alemana ni extranjera en la España Nacional. Hay aviación española. Noble, heroica aviación española que lucha constantemente con aviones rojos que son rusos, franceses y conducen aviadores extranjeros. En segundo lugar, Guernica no ha sido incendiada por nosotros, la España de Franco no incendia. La tea incendiaria es monopolio de los incendiarios de Irún, de los que han incendiado Éibar, de los que trataron de quemar vivos a los defensores del Alcázar de Toledo.

Los «nacionales» acusaban a los republicanos de que la destrucción de Guernica había sido obra suya. Solo a finales de la dictadura franquista se reconoció la verdad, que la destrucción de Guernica fue realizada por las tropas que apoyaban a Franco.

La Iglesia católica, completamente alineada con el bando sublevado, se sumó a la negación de la autoría franquista y además justificó la matanza, a pesar de que el cardenal primado Isidro Gomá estaba perfectamente enterado de lo que había ocurrido en Guernica por la carta que le había enviado el canónigo Alberto Onaindía en la que calificaba el bombardeo como «crimen horrendo».

En la carta de respuesta del cardenal Gomá a Onaindía le escribe: «Los pueblos pagan sus pactos con el mal y su protervia en mantenerlos». A continuación le dice: «Me permito responder a su angustiosa carta con un simple consejo: que se rinda Bilbao, que hoy no tiene más solución. Puede hacerlo con honor, como pudo hacerlo hace dos meses. Cualquiera que sea el bando autor de la destrucción de Guernica, es un terrible aviso para la gran ciudad».

Guernica de Picasso [pintado en blanco y negro con muchas tonalidades de grises] se convertirá en un símbolo de los horrores de la guerra para todo el mundo. Será la mayor toma de posición política del siglo XX que supera los límites del tiempo.


Desde la plaza de la Merced de Málaga junto al monumento de Pablo Ruiz Picasso, para el blog de mis culpas...


P.D. La paloma de la paz picassiana que lleva una ramita de olivo en el pico se ha convertido en el símbolo universal de la paz y concordia entre los pueblos.


Enlaces interesantes

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Bibliografía

Museo Picasso de Málaga

Guernica, 1937 por Angelo d´Orsi