miércoles, 27 de septiembre de 2023

Visita a Teruel mudéjar

 

Desde Albarracín [de los Banu Razín], orientamos nuestro sextante a través de la Autovía Mudéjar o A-23 [donde brilla en cada puente una estrella mudéjar de ocho puntas] para transitar a través del color rojo de sus pueblos que nos irán acercando a Teruel, donde el arte mudéjar brilla en todo su esplendor, no solo en la Catedral de Santa María, sino también entre sus esbeltas torres e iglesias hasta llegar a su bella Escalinata del Óvalo, neo-mudéjar.

La estrella mudéjar es una estrella de ocho puntas cuyo origen se remonta a las antiguas civilizaciones mediterráneas, como los Tartessos (en Andalucía Occidental); también aparece en la Biblia y se la conocía como Estrella de Salomón. Platón llegará a llamarla "Estrella Gadeira" por su procedencia gaditana. 

En la época andalusí se la conoció como Estrella de Abderramán I (731-788) [Abd al-Rahman ben Muawiya al Dajil], primer califa del Al-Ándalus. Representa el símbolo originario del pueblo tartésico y de Andalucía desde el Neolítico, donde se realizaban ofrendas al Sol representado con ocho rayos.



Entramos por el Acueducto de los Arcos de estilo renacentista, obra del maestro Pierres Vedel, entre 1537-1558, para traer el agua a Teruel desde la Peña del Macho [a unos 4.200 m. de la ciudad] que nos permite en un breve paseo acercarnos hasta la Plaza del Torico o Plaza Mayor con su fuente homónima. Destaca en el centro de la fuente una columna de siete metros de longitud que se encuentra coronada con un torico de 45 centímetros de longitud y 55 kg de peso.


En la parte baja de la fuente se encuentran cuatro cabezas de toro [de la que brota un chorro de agua en cada una] realizada también por el forjador Matías Abad y que simbolizan los cuatro puntos cardinales.

Cuentan las páginas de la historia que Alfonso II funda Teruel en 1170, en un intento de implantar, entre los ríos Alfambra y Turia, una cabeza de puente que sirviera de base de operaciones para la conquista de la medina de Valencia, que llegaría en 1238.

Cuenta la leyenda que durante la Reconquista llevada a cabo por el rey Alfonso II, los adalides buscaban un lugar para levantar un asentamiento, y soltaron un toro que se detuvo justo debajo de una estrella. En ese punto se levantó la ciudad a la que se llamó "Toruel".

Durante los siglos XIII y XIV, el abismo social entre señores y campesinos llegará a su punto más elevado. Los señores dominaban el sistema productivo y colaboraban con el rey en la defensa del reino. En el otro extremo social se encontraban los campesinos, pastores, artesanos y pequeños comerciantes urbanos que vivían de su trabajo en un manifiesto estado de dependencia frente a los señores.


El Fuero de Teruel

El Forum Turolii o Fuero de Teruel constituye un código jurídico formado por una recopilación de preceptos elaborados entre el último cuarto de siglo XII y mediados del XIII con el propósito de regular los aspectos de la vida de la villa y sus aldeas, desde los relacionados con los órganos de poder, en especial la constitución del concejo, en los que entraba el ámbito de la familia, el trabajo o la guerra. Estaría en vigor durante toda la Edad Media hasta su derogación en 1598.




Lo primero que capta nuestra retina en la Plaza del Torico es la Catedral de Santa María de Mediavilla con su bella torre mudéjar. Un grato paseo entre sus tranquilas calles nos permite observar como legado mudéjar la torre de San Martín, la del Salvador y la torre de la iglesia de San Pedro donde se encuentra el Mausoleo de los Amantes de Teruel cuya leyenda nos demuestra que "de amor también se puede morir en tiempos difíciles". 



La Torre de San Martín

Se encuentra adosada a la iglesia del mismo nombre y forma parte del conjunto mudéjar declarado Patrimonio de la Humanidad en 1986. Esta torre se construyó entre 1315 y 1316. El interior tiene la estructura típica de los alminares almohades de dos torres, una envolviendo a la otra, y entre ambas, se encuentra la caja de escalera.

En el siglo XVI, se incorpora a la torre un muro de piedra en forma de talud, para consolidar la cimentación, obra del maestro Pierres Vedel, que fue el autor del acueducto turolense de los Arcos entre 1537-1558, para traer el agua a Teruel.

El arte mudéjar es un arte característico de la Edad Media en España. Surgió gracias al intercambio y mezcla cultural y artística entre cristianos y musulmanes en territorio cristiano. Aunque nace en el siglo XI, alcanza la época de mayor esplendor durante los siglos XIV y XVI.

Los mudéjares [mudaʒʒan, «aquel a quien se ha permitido quedarse»] eran los musulmanes que continuaron viviendo en territorio cristiano en barrios [al rabad] denominados morerías. En sus comienzos siguieron practicando su religión, su lengua y sus costumbres. Los mudéjares trabajaban en el sector de los oficios [artesanía, alarifes “al-arif o maestro de obra”, yeserías, albañiles “al banní o el que edifica”, etcétera].



En la plaza del Seminario, junto a la torre de San Martín, lugar de paso obligado para las procesiones, observamos una escultura de Daniel Elena dedicada a la Semana Santa y a los cofrades. Un niño junto a su madre cofrade, que simboliza la procesión del Domingo de Resurrección, libera a una paloma.




Torre del Salvador

Es muy similar a la torre de San Martín y está fechada entre la segunda y tercera década del siglo XIV. Por sus características se encuadra bajo la tipología de torre alminar almohade, muy característica del mudéjar aragonés.

Está formada por dos torres, una en el interior de la otra y entre ambas discurren las escaleras, con 119 peldaños, que da acceso al campanario. Se accede desde la calle por medio de una puerta con forma de arco apuntado cubierta con bóveda de crucería.

La torre exterior es de influencia islámica. Destaca en su fachada los paños de sebka o entrelazados geométricos y paños de lazaos de cuatro formando estrellas de ocho puntas y cruces de grandes proporciones. En la parte superior destaca la cerámica en tonos verdes y blancos que también forman estrellas de ocho puntas.


La Torre de San Pedro

Es de planta rectangular y responde al modelo de torre-puerta. Es obra del siglo XIII con una altura original de 25 m. y forma parte del conjunto mudéjar reconocido mundialmente en 1986. Es la más antigua de las torres turolenses. Responde al modelo de torre-puerta ya que en su planta inferior se abre un paso abovedado de cañón apuntado que permite la circulación viaria y su integración en la red urbanística de la ciudad.

Se encuadra dentro de las torres mudéjares de estructura cristiana formada por una única torre exterior de planta rectangular y dividida en tres estancias superpuestas. Su decoración exterior, sobria y elegante, presenta la típica ornamentación mudéjar y basada en cerámica vidriada y ladrillo. La escalera por donde se accede al campanario consta de 76 escalones. Junto a la torre encontramos el Mausoleo de los Amantes.


La iglesia de San Pedro se construyó a lo largo del siglo XIV y su estructura es de una sola nave con capillas laterales. Alberga un claustro mudéjar aragonés.

De su decoración exterior estaca el ábside, de siete lados, decorado con paños de arcos mixtilíneos e incrustaciones cerámicas verde y blanca de influencia almohade. Sobre su cubierta encontramos seis torreoncillos de planta octogonal, decorados con cerámica estrellada.

Sobre la cubierta aparecen siete torreoncillos de forma octogonal que conceden al ábside un aspecto muy singular. El jardín era un antiguo cementerio de la Iglesia de San Pedro restaurado en 2015, donde se ubicaba la casa de los Sánchez Muñoz, una de las familias más importantes de Teruel, a quienes se debe la construcción del Claustro de San Pedro.


Entrando a mano derecha destaca la capilla de San Cosme y San Damián, patronos del gremio de los médicos, cirujanos, farmacéuticos y barberos. El color dorado significa riqueza y ostentación.

El casco histórico de Teruel se encuentra jalonado también por la forja modernista de Matías Abad Civera [1870-1923]. En 1909 realiza la forja del coro de la iglesia de San Pedro y la reja modernista del pórtico de la Catedral de Teruel.



Claustro de San Pedro

Construido en la segunda mitad del siglo XIV, pertenece al grupo de los cuatro claustros mudéjares que todavía se conservan en Aragón. Se encuentra adosado junto al lado de la epístola de la iglesia de San Pedro, es decir, orientación sur. Es de planta cuadrada, realizado en ladrillo y presenta tres vanos abiertos en cada lado del patio central, único espacio donde puede vislumbrarse el aspecto mudéjar que pudo tener.

El claustro fue el lugar en el que reposaron los cuerpos de los amantes, sufriendo diversas reformas a lo largo de los siglos que han ido dejando su impronta como la acontecida a comienzos del siglo XX, en la que se rebaja el nivel del suelo, se reviste completamente de yeso y se añade la decoración neogótica. La última restauración ha sido en 2008 siendo dirigida por los arquitectos Antonio Pérez y José María Sanz, lo que supone su apertura con fines turísticos y culturales.



Los Amantes de Teruel


Nuestra ruta tendría su epílogo en la iglesia de San Pedro donde se encuentra el Mausoleo de los Amantes de Teruel. 

La leyenda nos recuerda la tragicomedia de Calisto y Melibea en la Celestina de Fernando de Rojas imprimida Burgos,  en los talleres de Fadrique de Basilea y Juan de Burgos en 1499 o la de William Shakespeare “Romeo y Julieta” [1597] entre los Montesco y los Capuleto.



Leyenda de los Amantes de Teruel

La historia de los Amantes procede de una antigua tradición posteriormente documentada. En los primeros años del siglo XIII viven en la ciudad de Teruel Juan Diego de Marcilla e Isabel Segura, cuya temprana amistad se convierte pronto en amor.

Diego de Marcilla es rechazado por la familia de Isabel por ser de humilde cuna. Pero el pretendiente Diego consigue del padre un plazo de cinco años para enriquecerse. Parte hacia la guerra contra los moros y regresa a Teruel cuando expira el plazo.

Isabel ya es esposa de don Pedro de Azagra, hermano del señor de Albarracín. Ante su desesperación, Juan Diego escala a los aposentos de Isabel y le pide un beso. Isabel, siendo ya una mujer casada, se lo niega por no faltar a su marido, y Diego, ante el dolor que le produjo este rechazo, cae muerto.

Al día siguiente se celebran los funerales en la iglesia de San Pedro. Pero, Isabel quiere dar al difunto el beso que le negara en vida. Lo hace y repentinamente muere junto a él. Ante tales hechos, las familias decidieron enterrarlos juntos.

En 1555 se descubrieron las momias enterradas en la capilla de San Cosme y San Damián. Según el testimonio posterior del notario Yagüe de Salas apareció un documento antiguo que recogía el suceso.

Juan de Ávalos esculpió las estatuas yacentes bajo las que reposan ahora las momias. La fría serenidad de Los Amantes, cuyas manos no llegan a juntarse es símbolo de un amor que desborda los conceptos humanos.

La prueba del Carbono 14 ubica a las momias en la época histórica de los Amantes pero no se pueden hacer pruebas de ADN debido a que Isabel era hija única y no tuvo descendencia. La leyenda continúa...



La Escalinata del Óvalo

Esta magnífica construcción se realizó entre 1920 y 1924 por el ingeniero José Torán y une el camino de la Estación de Ferrocarril con el Paseo del Óvalo.

De estilo mudéjar armoniza los rasgos más representativos de la ciudad. Conjuga el ladrillo y la decoración de cerámica vidriada del mudéjar con la forja del modernismo. 


Incluso la leyenda de los Amantes de Teruel ha tenido cabida en esta construcción con el altorrelieve del escultor Aniceto Marinas que capta el momento principal de la leyenda.

Cuenta con un tramo único de escaleras en sus dos tercios inferiores para bifurcarse en el superior en dos brazos en torno a las figuras de los Amantes.


Desde Teruel mudéjar orientamos nuestro sextante hacia la antigua Saraqusta andalusí donde el Palacio de la Aljafería como joya taifal brilla con luz propia...

Desde Teruel mudéjar, para el blog de mis culpas...



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