"La Guerra Civil española no es solo una página capital de la historia moderna sino una de las claves históricas del presente y del futuro de España. La actual democracia le debe mucho al dolor de esas heridas".
Rafael Alberti
En el nombre de la Memoria I
La Guerra Civil y su posterior represión siguen polarizando sentimientos que se proyectan hasta nuestros días y conviene tener presente que hemos tenido, obligado por las circunstancias, una enorme capacidad para el olvido y la amnesia colectiva, pues el anterior régimen se encargó de anestesiarnos, atando y bien atadas, mediante el miedo, a generaciones enteras y que hoy los hijos de los hijos, ya sin miedo, se atreven a rescatar del injusto olvido, con justicia y dignidad, la memoria colectiva de todo un pueblo.
Es cierto, que no olvidando nuestra historia como raíz de nuestro pasado, podemos afrontar con ilusión los sueños del futuro y eso empieza por cicatrizar con su asepsia correspondiente nuestras propias heridas pero sin adulterar la Historia para que nunca más a ningún españolito que venga al mundo ninguna de las dos Españas les hiele el corazón como dijo don Antonio Machado.
La Guerra Civil fue una tragedia y una ruptura en el desarrollo de la vida española que contribuyó a ahondar las diferencias ideológicas en la Europa de su tiempo ya que en España se jugaba el futuro de las democracias europeas ante el empuje del nazismo y el fascismo. Sin embargo las democracias occidentales fueron cobardes y claudicaron por el recelo ante la posible expansión del bolchevismo. El Acuerdo de Munich de 1938 entre los jefes de gobierno de Alemania, Italia, Francia e Inglaterra relegó a un segundo plano el asunto español. Francia e Inglaterra, al haber carecido de altura de miras, se dieron cuenta demasiado tarde de que la Guerra Civil española resultaría el detonante de lo que ellos sufrieron después en sus carnes con el nazismo en la II Guerra Mundial.
Los países de la Europa Moderna, después de la II Guerra Mundial constituyeron su columna vertebral de progreso en base a la experiencia del pasado erradicando al nazismo y al fascismo que los llevaron a dicho conflicto. Sin embargo en España no fue así ya que después de la muerte del dictador en 1975, la Transición dejó algunas asignaturas pendientes lastrada por las circunstancias del momento.
En el caso de España, hay que reconocer que se provocó una guerra civil y cuyas repercusiones se dejan sentir aún hoy ya que todavía se polarizan sentimientos que han pasado de generación en generación y que sólo la recuperación de la memoria y la dignidad canalizará de forma adecuada el proceso de cicatrización de aquéllas heridas mal suturadas.
A las pocas horas de proclamarse la República, ya existían conspiradores que comenzaron a recaudar fondos para financiar un alzamiento contra la misma. Su primera tentativa fue el fracasado golpe militar del 10 de agosto, “la Sanjurjada”, que les sirvió como ensayo para el posterior golpe de estado del 17 de julio de 1936 silenciando a las autoridades republicanas y a los líderes sindicales.
No debemos olvidar que ya el 31 de marzo de 1934 una delegación monárquica viajó a Roma en busca de apoyo financiero en un intento de derrocar a la República y más tarde la CEDA de Gil Robles, al conocer los resultados de las elecciones del 16 de febrero de 1936 que otorgó la mayoría absoluta al Frente Popular con 257 diputados mientras las derechas 139 y el centro 57, invitó al general Franco a dar su ansiado para usurpar el poder legítimo que las urnas habían deparado.
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La Iglesia no le perdonó nunca a la República haber roto el monopolio de la educación y el clero se alineó con la derecha, con los poderosos y con la dictadura. La cuestión religiosa ofreció una buena excusa para elevar la temperatura del conflicto. Ese era el talante que tenía la derecha de la época que odiaba a la República por ser democrática y sin embargo, no le preocupaba lo más mínimo ni el paro endémico, ni la desesperanza de las clases populares, ni el hambre, ni los niños que desfallecían en las escuelas por falta de alimento, ni las familias con raquitismo y tuberculosis, ni los campesinos hambrientos que mendigaban en Salamanca, Badajoz y Andalucía, en la España rural de 1936 con grandes tasas de analfabetismo. Jamás se preocupó la CEDA de estas circunstancias cuando gobernaban en 1934 pero si aplaudieron con entusiasmo las acciones inhumanas de Franco en octubre de 1934 en Asturias para llevar el terror sobre la población civil con las tropas africanas, modelo que se aplicaría en el sur de España en el verano de 1.936 con Queipo de Llano que autorizó a matar como a un perro a cualquiera quedando exento de responsabilidad.
Y la derecha no desaprovechó la gran oportunidad de poner en marcha el ansiado golpe de estado cuando se produjeron los asesinatos del teniente José Castillo el 12 de julio de 1936 y de José Calvo Sotelo al día siguiente en respuesta al anterior. El asesinato de Calvo Sotelo se utilizó más adelante para justificar la sublevación pero los planes estaban ya en marcha...
En el nombre de la Memoria II
Federico García Lorca |
Hasta tal punto invirtieron en terror que el 19 de agosto de 1936 asesinaron al poeta español más célebre del siglo XX, Federico García Lorca llevado a cabo por quienes había denominado tiempo atrás “la peor burguesía de España”. Y ello en Granada, “su Granada”, como dijo Antonio Machado en su elegía. También se llevaron por delante mediante la razón de la fuerza a toda la fuerza de la razón truncando la trayectoria de progreso en la que la nómina de intelectuales que salieron de España fue interminable dejando a España huérfana definitivamente en la cultura. Hablamos de Unamuno que murió en Salamanca el 31-12-1936, Antonio Machado, Rafael Alberti, Miguel Hernández que murió en la cárcel de Alicante el 28-3-1942, León Felipe entre otros e innumerables maestros de escuelas anónimos, médicos, poetas, campesinos, etc…Llevaron su odio por la Democracia al pie de la letra, “eliminar sin escrúpulos ni vacilación a todos los que no piensen como nosotros” como manifestó el general Emilio Mola. Había que matar -aunque no se fuera responsable de nada- para sembrar el terror.
Antonio Machado |
Este periodo de 1936-1939 y posterior represión supuso uno de los episodios más traumáticos de la historia española, con decenas de miles de seres humanos inocentes que se vieron forzados a abandonar su tierra natal, a desplazarse a otros países por motivos ideológicos, de conciencia o por temor a las represalias por parte del bando vencedor. Franco se había convertido como dice Thomas Hugh en el Octavio de España con un culto a la personalidad sin precedentes, amparado sin fisuras por la jerarquía católica de la época llegando el 14 de septiembre de 1936 el papa Pío XI a bendecir el denominado Movimiento Nacional de los militares rebeldes y el 1 de julio de 1937 cuando en la Carta Colectiva del Episcopado español, la sublevación militar del 18 de julio es legitimada como "cruzada". Solo los obispos de Tarragona y Vitoria se negarían a firmarla.
La violencia y el terror emplearon el aceite de ricino, el tiro en la nuca y las paladas de cal viva a deshoras de la noche porque carecieron de la tolerancia necesaria para aceptar los resultados de las urnas. En definitiva, la sinrazón y los instintos más primitivos del ser humano elevados a la enésima potencia motivada por aquéllos que expresaron su gozo sin reparos cuando observaron que peligraba su posición social o estaban temerosos del anticlericalismo.
En el nombre de la Memoria III
Unamuno |
Este periodo histórico tuvo enormes dificultades y graves carencias en todos los órdenes con datos terroríficos de mortalidad infantil que expresan el grado de subdesarrrollo en que las clases dominantes habían mantenido al pueblo durante muchos años. Y sin embargo, la República implantó una educación pública, laica y gratuita que intentó resolver de algún modo las desigualdades existentes a través de valores universales y llevar la enseñanza elemental a todos los rincones del país en una sociedad donde el analfabetismo era endémico ya que por entonces, la educación era elitista, tan sólo al alcance de unos pocos privilegiados.
El periodo 1931-1936 fue considerado como el primer periodo democrático de nuestra historia que consideró a la Educación con mayúsculas como un Derecho Universal. Se crearon más de 15000 escuelas y miles de plazas de maestro así como una red de bibliotecas siendo también considerada como la Edad de Plata con de las letras españolas en la que destacan los grandes de la literatura como la Generación del 98 Miguel de Unamuno, Ángel Ganivet, Valle-Inclán, Pío Baroja, Azorín, Ramiro de Maeztu, Manuel Machado, Antonio Machado entre otros y de la Generacion del 27 con Jorge Guillén, Pedro Salinas, Rafael Alberti, Federico García Lorca, Dámaso Alonso, Gerardo Diego, Luis Cernuda, Vicente Aleixandre, Manuel Altolaguirre y Emilio Prados, Fernando Villalón, León Felipe, Miguel Hernández, así como la Institución Libre de Enseñanza (Francisco Giner de los Rios) o la Residencia de Estudiantes (Luis Buñuel, Federico García Lorca, Salvador Dalí. Rafael Alberti , Jorge Guillén, Juan Ramón Jiménez, Miguel de Unamuno, Manuel de Falla, José Ortega y Gasset, Pedro Salinas, Eugenio d'Ors, Manuel Altolaguirre entre otros.
No se puede poner ninguna ideología ni visión personal por encima de la historia ya que le estamos faltando el respeto a miles de víctimas en aquélla triste contienda entre españoles. Existe una tradición de hispanistas extranjeros que han sabido observar el conflicto y posterior represión desde una atalaya con más objetividad. El Laberinto español de Gerald Brenan, escrito en 1943 sirvió de cimiento para todas investigaciones posteriores sobre los viejos estereotipos del carácter español, convirtiéndose por derecho propio en punto de referencia para otros escritores como Gabriel Jackson, Hugh Thomas, Paul Preston, Ian Gibson etc…
Miguel Hernández |
Y es posible que muchos hayan heredado esa impromta en su código genético argumentando que la Ley de la Memoria Histórica abre de nuevo las heridas cuando lo que pretende realmente es cerrarlas definitívamente con la máxima dignidad. La misma impronta franquista ha ocurrido no hace mucho, con falta de rigor sobre el Diccionario Biográfíco de la Historia de la Real Academia de la Historia que ha costado 6,4 millones de euros al erario público. Y la misma impromta con la actual jerarquía eclesiástica pidiendo el voto para un determinado partido que coincide son sus valores en vez de labrar su amor al prójimo. Son las mismas actitudes con mentalidad de sacristía que expresaron su gozo sin reparos en tiempos pretéritos.
Ya lo manifestó el hispanista Paul Preston que la apertura de la investigación judicial en el Tribunal Supremo sobre el juez Baltasar Garzón "da la impresión de que el franquismo está más vivo que nunca dentro de la democracia española”.
Un prestigioso juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón abre una investigación sobre la memoria histórica y las ascuas de los tiempos pretéritos (las dos Españas de don Antonio Machado que creíamos olvidadas) empiezan a echar humo en un incendio que creíamos ya extinguido pero nada mas lejos de la realidad, ya que las heridas de aquel trágico conflicto no han cicatrizado todavía.
La transición ha sido para los que añoran el franquismo una especie de ley de punto final y sin embargo las víctimas inocentes no han tenido ningún tipo de reconocimiento hasta el punto que la ley de memoria histórica tiene enormes problemas para aplicarse. El juez Garzón se ha convertido en la voz de las víctimas de la guerra civil prestando servicios excepcionales a nuestra Democracia y pretende investigar la suerte de decenas de miles de personas que desaparecieron sin dejar rastro durante la Guerra Civil y posterior represión en base a una ley de amnistía de la España de 1977 aduciendo el juez Garzón que las desapariciones deben ser considerados crímenes contra la humanidad y, por tanto, no cubiertos por la amnistía.
Parece surrealista la causa contra el juez Garzón, que sólo ha impulsado la Defensa de los Derechos Humanos y cuestionado por ello, de una parte de la genética española anclada en tiempos pretéritos. Lo que ha provocado un escándalo internacional que puede cuestionar nuestra salud democrática.
Nuestra historia no podemos cambiarla aunque nos duelan algunos párrafos de ella. Es urgente y necesario saldar la deuda que tiene España con las víctimas del franquismo ya que pesa como una gran losa en la memoria colectiva y su repercusiones se proyectan todavía sobre el presente.
Como dice el historiador Miguel Ordóñez en Público el 11 de noviembre de 2011 titulado La naturaleza de la violencia:
Pretender que la Guerra Civil fue la consecuencia de dos violencias enfrentadas, equiparando la culpabilidad de víctimas inocentes con la de sus asesinos es no sólo un insulto a la razón sino una muestra de miseria moral.
Pretender que la Guerra Civil fue la consecuencia de dos violencias enfrentadas, equiparando la culpabilidad de víctimas inocentes con la de sus asesinos es no sólo un insulto a la razón sino una muestra de miseria moral.
Muerte de un miliciano Federico Borrell García. Robert Capa
5 de septiembre de 1936. Cerro Muriano, provincia de Córdoba
El 27 de diciembre de 2007 se publicó en el Boletín Oficial del Estado la Ley 52/2007, de 26 de diciembre por la cual, se reconocen y amplían derechos estableciendo medidas a favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura". Simplemente la ley está para cumplirla y no mirar hacia otro lado después de treinta y dos años de ayuntamientos democráticos. Tiempo suficiente para tener altura de miras y madurez como Democracia.
"No olvidando nuestra historia como raiz de nuestro pasado, podemos afrontar con ilusión los sueños del futuro".
Facultad psíquica por medio de la cual se retiene y recuerda el pasado
Histórico, ca. (Del lat. historícus).
Persona que ha tenido existencia real o del hecho que verdaderamente ha sucedido.
Histórico, ca. (Del lat. historícus).
Persona que ha tenido existencia real o del hecho que verdaderamente ha sucedido.
Amnesia. ( Del gr. Aμνησiα).Pérdida o debilidad notable de la memoria.
Bibliografía y Libros interesantes
El laberinto español por Gerald Brenan
La II República y la Guerra Civil española (1931-1939) por Gabriel Jackson
El holocausto español por Paul Preston
La Guerra Civil española por Hugh Thomas
El hombre que detuvo a Lorca por Ian Gibson
MORÓN:Consumatum est 1936-1953. Historia de un crimen de guerra
por José María Márquez y Miguel Guardado
Enlace interesante
http://blogs.publico.es/dominiopublico/4239/la-naturaleza-de-la-violencia/
La II República y la Guerra Civil española (1931-1939) por Gabriel Jackson
El holocausto español por Paul Preston
La Guerra Civil española por Hugh Thomas
El hombre que detuvo a Lorca por Ian Gibson
MORÓN:Consumatum est 1936-1953. Historia de un crimen de guerra
por José María Márquez y Miguel Guardado
Enlace interesante
http://blogs.publico.es/dominiopublico/4239/la-naturaleza-de-la-violencia/
Muy bueno Antonio, lo publicado en mi facbk. un saludo francisco narváez.
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