sábado, 5 de noviembre de 2022

"Los de abajo en la poesía de Fernando Villalón", por Jacques Issorel


Mis amigos me desprecian
porque me ven abatió.
¡Toito el mundo corta leña
de l'arbo q´está caío!

Dentro de las Jornadas “Casa de la Cultura” en homenaje al escritor y cronista local desde 1972 Juan José García López [1936-2022] recientemente fallecido, el pasado viernes 4 de noviembre de 2022 a las 19,00 horas tuvo lugar en la “Fundación Fernando Villalón” de Morón de la Frontera una conferencia de Jacques Issorel titulada “los de abajo en la poseía de Fernando Villalón”.



La conferencia estuvo presentada por Juan Diego Mata Marchena, director de la Biblioteca Pública Municipal “Cristóbal Bermúdez Plata” quien elogió la figura y obra de Jacques Issorel, conocido en la tierra de Villalón por ser un gran conocedor y divulgador de la vida y obra del poeta de “Andalucía la Baja” y Romance del 800.

Jacques Issorel es un prestigioso hispanista y catedrático emérito de la Universidad de Perpiñán “Via Domitia” e Hijo Adoptivo de la tierra de Villalón, dedicando una gran parte de su labor docente e investigadora a la poesía española [Fernando Villalón y Antonio Machado entre otros]. Visitó la tierra de Villalón por vez primera en 1977.

Una parte importante de la obra de Jacques Issorel se ha dedicado al proceso de elevar la indiscutible talla del poeta Fernando Villalón situándolo en el mapa de la gran poesía española de la Edad de Plata de las Letras españolas.

Con su investigación Jacques Issorel nos ayuda a descubrir uno de los poetas más olvidados y fascinantes de la Generación del 27 que vivió en Andalucía la Baja, entre Morón y el cortijo de La Rana.


Cercano el Centenario de la muerte del poeta de Andalucía la Baja, su obra poética sigue siendo atractiva. Fernando Villalón paisajístico con el poema “el pozo de la cañada” evoca los paisajes de las marismas y del campo donde predomina el ganadero con sus toros.



“Andalucía la Baja” [1926] será su primer libro

El pozo de la cañada

La cañada verdeguea entre trigos raspinegros
y las palmas aplastadas van marcando los senderos
de los pobres caminantes andariegos…
En el codo del trigal banquea el pozo
con su rústico brocal ancho y lustroso.
Pozo Real
blanqueado de cal.

En la poesía de Andalucía la Baja predomina la gente que trabaja en el campo, los gañanes [yunteros y jornaleros], así como los gitanos, bandoleros y contrabandistas, sin olvidar el oficio de mandadero del convento, el “lañador”, esquilador, afilador, farolero, sereno, la gitanilla del Saucejo y los corrales de vecinos del siglo XIX y comienzos del XX. Todo ello es auténtico y forma parte de los Romances de tierra adentro.

Agarrada a los barrotes [la gitanilla del Saucejo]

Agarrada a los barrotes
de la cárcel del Saucejo
lloraba una gitanilla
que tiene a su amante preso.

“Si el robar fuera un pecado
no se cabía en el infierno,
y el señor juez de instrucción,
ladrón convicto y confeso.
Si mi novio algarabó
una burra y dos muletos,
usted me ha robado a mí
la prenda que yo más quiero;
y si jayeres valían,
mi amante no vale menos;
váyase lo uno por lo otro,
juez de instrucción del Saucejo.”

Los aristócratas no quieren que sus hijos se casen con la gente pobre. En la poesía de Fernando Villalón se representan dos constantes unidas y complementarias:

Su interés por la gente humilde y marginada de Andalucía la Baja.

¡Oh corral sevillano...! ¡Oh panal donde moran
las abejas obreras con su reina y su zángano...!
Eres el triste estigma de mi Sevilla de ahora
aunque en Norte de América gusten mucho de tus cuadros...

El corral de vecinos sevillano consistía en un patio más o menos amplio en cuyo centro se alza una fuente o un pozo. Cada familia habita una sala. El corral de vecinos lo habitaba el pueblo llano. En el poema de Fernando Villalón, que denuncia la miseria.

[Romances de tierra adentro]

Madre venda usted la mula

Madre, venda usted la mula,
compraremos una jaca,
que yo tengo quien me fíe
en Gibraltar una carga...

…Antes que apuntara el día,
subiendo Cuesta las Cabras,
y en cuatro jornadas justas,
entre Morón y Paradas,
que son tierras de campiña
en donde corre la plata.

Y con cuatro días de venta
y otros cuatro de jornada,
y en Benaoján de vuelta
en el cinto veinte varas.

Este poema revela que Fernando Villalón poseía la música del verso, dándole a cada palabra la medida justa. El ritmo es la cualidad poética del poeta según Luís Cernuda.

Son las tres de la tarde, Sevilla es una hoguera;
por sus turradas calles nadie acierta a pasar.
El corral arde y duerme. En uno de sus cuartos
una bella muchacha se entretiene en bordar.
La puerta está entornada y el sol por la rendija
metiéndose, su rayo ilumina el ajuar…

También le canta Fernando Villalón con pasión al campo, a la trilla que separa el grano de la paja y el trabajo en torno a ellos. Un impulso que le hará dedicarse a las actividades de ganadero primero y poeta después.

Véanse, por ejemplo, los poemas «Las Eras» y «La Jarria»

A la sombra de la higuera ronca un pobre
pordiosero, boca arriba y el petate bajo el cuerpo.
De sus rotas vestiduras brota el vello...
los cabellos en desorden... a sus pies se enrosca un perro.

Otro ejemplo de la Andalucía rural lo hallamos en «La Jarria»

Ya suena la zumba, ya viene la jarria.
Los asnos parduzcos y rucios ya vienen
por la senda estrecha. Ya asomó el primer
y al pararse en firme todos se detienen...

…¡Lleva el arriero en su faja encarnada
la vara enhebrada!
¡La vara en la faja parece una espada…!


Calle de Fernando Villalón, en Morón de la Frontera [Sevilla]


“La Toriada”, segundo libro de Fernando Villalón [1928] 521 versos

El amor de Villalón por la naturaleza se manifiesta en La Toriada, el origen mítico del toro andaluz.

¡Oh valle moteado,
de toros negros fieros!
¡Oh ribera en carrizos bigotada!
¡Oh trebal agobiado de rocío!
¡Vega asaeteada
por los dardos que el Sol quebró en el río!

Los primeros ciento veintiún versos evoca la belleza de las marismas, los toros y los pájaros hasta que llegan los mayorales que separan siete toros para la próxima corrida. Cuando interviene el ser humano en la naturaleza, se rompe el equilibrio natural.

Fernando Villalón fue un aristócrata andaluz fuera de la norma. Nació rico y murió arruinado pero fue un campero con una exquisita delicadeza que jamás se lució a expensas de la miseria ajena. Fernando Villalón nos habla de ecología en una época donde nadie hablaba de la defensa del medioambiente. Comprendió que al destruir la marisma, el hombre era un peligro terrible para la civilización.

A partir del verso 417 la marisma padecerá el poder destructor del hombre como punto de inflexión en el paraíso terrenal "la marisma". Al arrancar los toros de su hábitat natural para una muerte segura, el edén andaluz deja de existir.

La ecología y la defensa del medio ambiente predominaba en la poesía de Fernando Villalón treinta años antes de que salieran las asociaciones de ecologistas.

Una larga introducción de Issorel nos conduce a “los de abajo en la poesía de Villalón”, que pertenecen a la parte inferior de la escala social.

Casa de la Cultura de Morón [antigua Casa de Fernando Villalón]


“Romance del 800” [1929], tercer libro. Un año antes de morir el poeta

Coloca en el mismo plano la muerte de un torero y la batalla de Bailén, el ataque a una diligencia y el pronunciamiento de Riego. El pueblo que vive dichos acontecimientos y vibra con ellos, sin disponer de la perspectiva ni de la cultura suficiente para valorarlo. Pero, el poeta de Andalucía la Baja expresa la aspiración de un pueblo a liberarse de las opresiones.

El Romance del 808 está dedicado a Bailén, donde la hipérbole acentúa lo épico del romance.

¡No fueron tres mil garrochistas sino cuatrocientos!

Consta de cincuenta y cinco poemas, muchos de los cuales nos recuerdan algunas pinceladas históricas y la visión del pueblo, no la del historiador. La victoria del pueblo de Bailén con el general Castaños en julio de 1808 sobre las tropas de Napoleón [Dupont].

808

Con los estribos muy cortos
y las cinchas apretadas,
a todo palo las picas
y las crines en la barba;
tres mil caballos tenidos
apenas la arena rayan.
Garrochistas de la Ysla
los de las ovejas jacas,
yegüerizos de Xerez
los de las corvas navajas;
caballistas los de Utrera
los de la marisma llana.

Ni Bailén tiene campiña,
ni los Dragones corazas,
ni Dupont es general
ni Castaños tropas manda.

Fernando Villalón descartó en Romances del 800 un bello poema que establece la igualdad entre los seres humanos, destacando el ritmo como cualidad del poeta. El interés por los de abajo no fue nunca una postura esteticista. Como ejemplo, su esposa Conchita Sánchez Ruiz [1890-1980] la eligió “de las de abajo”.

Fernando Villalón saca a escena en un romance largo a una joven obrera “Sarillo la Pinturera”, que se ganaba la vida trabajando, se hizo un corte de pelo a la garcome. La joven obrera asume su condición y no se deja seducir por la riqueza. El amor correspondido le aporta la felicidad ante los embates de la vida. El ritmo sigue siendo la mayor cualidad del poeta que emplea metáforas para describir la ciudad por la mañana y las venas de hierro [railes] sueñan tendidas/la fábrica había encendido supuro de chimenea.

…Desde que me fui contigo
mis amigos me desprecian,
mis hermanos no me hablan
los señoritos me asedian.

A los 49 años y en el umbral de la muerte...

AUDACES FORTUNA JUVAT,
TIMIDOSQUE REPELLIT
(La fortuna favorece a los audaces; y repele a los tímidos)

Incendia tu cuerpo en el mío, y simula una evasión del presidio de la normalidad;
Y con una aurora en cada mano, paladearemos juntos el placer de la alegría sin trabas.

Haremos poemas como nos dé la gana.
Con la pluma o con el cuerpo.
Sin ropa de nadie.
Sin levitas de academia,
sin chaquets de sabios, sin trincheras de señorito.
Sin la blusa del obrero tampoco;
y libres y sin ropa, y los pulmones plenos
de respirar atrocidades bellas”…

En la biblioteca de Fernando Villalón encontramos libros de sociología que demuestran la inquietud del poeta por los problemas y desigualdades sociales, la injusticia y la segregación social y la miseria. Fernando Villalón demuestra tener una profunda empatía con los de abajo.

Menos conocido es el poema surrealista de Alberti “Ese caballo ardiendo por las arboledas perdidas” que el autor concibió como una “elegía” a su gran amigo, el poeta Fernando Villalón.

Desde la tierra de Villalón, esperando que no se dilate en el tiempo una nueva conferencia de nuestro amigo Jacques Issorel, para el blog de mis culpas...



P.D. Villalón revela sus simpatías liberales y por tanto, se desmarca de su clase social, de la que se mantuvo al margen, que no le perdonará que se mezclara con los poetas de malvivir, toreros, contrabandistas o que hiciera héroes a los facinerosos bandoleros como Tragabuches, Juan Repiso, Satanás y Malafacha, José Candio y el Cencerro y el capitán Luís de Vargas, sin olvidar el encuentro, según Manuel Halcón, entre Fernando Villalón y el célebre bandolero "El Pernales".

Se supone que como el ladrón no anda durante el día y salió de madrugada de la Hacienda de la Rana, no ha podido ir muy lejos y estará escondido hasta la noche por aquellos contornos. La Guardia Civil le sigue la pista”…

Fernando descubrió su escondite, le echó una mano:

“¡Animal! –le dijo-. He querido advertirte que tu cabeza, hace tiempo pregonada, corre peligro inminente. Hay un tercio de la Guardia Civil movilizado únicamente en tu busca.

Tienen la orden de entregarte vivo o muerto. Ahora mismo en la gañanía hay una pareja y debajo de cada olivo de la Rana hay un civil. Huye de aquí o métete en la Marisma. Acércate a la Ciñuela, donde yo tengo los toros bravos. Te haré vaquero. Te haré un hombre decente. Tendrás mujer, hijos, casa y un caballo. ¡Mejor que éste! Tendrás paz.

-Don Fernando, yo se lo agradezco; pero de sobra sé que estoy perdido. Si he de hacer algo para salvarme, tendrá que ser trasponiendo la Sierra Morena y metiéndome en Castilla. Por acá se me ha vuelto el santo de espaldas, y, como siempre, la culpa la tiene una mujer. Por una mujer me eché al campo, pedí dinero para comer y maté para que no me matasen. Ahora por una mujer tendré que dejar lo que más quiero: mi caballo y mi tierra.

“Le dejo a usted esto en recuerdo. Le juro que con él no hice sangre a nadie”.

El poeta lo vio partir y desaparecer en la oscuridad. Y Una vez más, tragado por la noche, se fugó el bandolero.

A partir de este episodio, de Pernales jamás se supo en Morón.

Manuel Halcón sobre el poeta Fernando Villalón y “El Pernales”.


El ataque a la diligencia por parte de los bandoleros a quienes los inmortaliza en su poema, de alguna manera lo desmarca de su clase social.


825

I
Diligencia de Carmona.
la que por la vega pasas
caminito de Sevilla
con siete mulas castañas,…

IV
…Echa vino, montañés,
que lo paga Luis de Vargas,
el que a los pobres socorre
y a los ricos avasalla…

828

Catites, rojos pañuelos,
patillas de boca de hacha.
Ellas navaja en la liga;
ellos la faca en la faja;
ella la Arabia en los ojos,
ellos el alma a la espalda.


Foto. Bibliotecas de Morón de la Frontera

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Fernando Villalón, una pasión andaluza

“Últimos días en Colliure, 1939 y otros estudios breves sobre Antonio Machado”, por Jacques Issorel

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