martes, 11 de abril de 2023

La miel silvestre "el eterno néctar de los dioses"

 

…La miel es como el sol de la mañana,
tiene toda la gracia del estío
y la frescura vieja del otoño.
Es la hoja marchita y es el trigo...

El canto de la miel



Prólogo

Desde tiempos ancestrales la miel ha formado parte de la dieta de la Humanidad siendo utilizada por la mayoría de las culturas como alimento natural mucho antes de que surgiera la escritura [los pictogramas sumerios nacieron hacia el 3200 a. C. en Uruk, en la antigua Mesopotamia (del griego: Μεσοποταμία, "entre ríos") ubicada entre los ríos Tigris y Eúfrates donde se usaban cañas biseladas para imprimir en arcilla.

El hombre primitivo ya recolectaba la miel de los panales silvestres hace 20.000 años, como demuestran las pinturas rupestres que se han encontrado en Namibia [26.000 años a.C.]. El asentamiento de Catal Huyuk en la península de Anatolia [Turquía] es considerada la primera ciudad de la humanidad, de la cual procede una representación rupestre de una colmena [7.200 a.C.].

Durante la prehistoria en la Península Ibérica existe constancia de que no solo se usaba la miel como alimento, también como combustible para las lámparas que se empleaban en el interior de las cuevas.


La pintura rupestre de la “Cueva de la Araña” en Bicorp, Valencia [entre 10.000 y 8.000 años a.C.] representa a un hombre o una mujer escalando un árbol o quizás trepando por una liana para recolectar miel de un enjambre de abejas, porta un utensilio para recoger la miel y alrededor aparecen varias abejas. 

Llama la atención como el pintor rupestre utiliza un vacío de la roca donde supuestamente se halla escondido el panal. La Cueva de la Araña es Patrimonio de la Humanidad desde 1998 siendo considerada un referente en el arte rupestre de la Península Ibérica. Destaca por la escena de la recolección de la miel. La cueva fue descubierta por el maestro de escuela local Jaime Porch y Gari en los años 20 del siglo pasado.


Antigua Mesopotamia

Los Sumerios, una de las civilizaciones más antiguas surgida entre los ríos Tigris y Eufrates aproximadamente hacia 4000 a. C., conocían ya la miel y a las abejas. Con su escritura cuneiforme sobre tablillas de arcilla reflejaron algunos datos sobre ellas que han llegado hasta nuestros días.

Cultura hebrea

“Come miel, hijo mío, porque es buena; sí, la miel del panal es dulce a tu paladar.”

Proverbios 24:13

Para la cultura hebrea la miel tiene un enorme valor simbólico de prosperidad y abundancia, pues es el regalo más dulce de Dios al pueblo judío. Además, es costumbre comer manzanas bañadas en miel la primera noche del año. Los días siguientes al 1 de enero, se ingiere jalá [pan de origen judío] untado en miel que se consume en las festividades judías y el Shabat.


En el Antiguo Egipto

Los jeroglíficos en la tumba de Abydos [más de 5500 años] así lo atestiguan. Los egipcios utilizaban la miel para endulzar los alimentos. Se ha encontrado miel en perfectas condiciones en el interior de las tumbas como ofrendas a los dioses en su viaje al más allá. Por su alto valor, los egipcios la utilizaron como pago de impuestos.

La civilización egipcia consideraba que la miel provenía de las lágrimas del Dios "Ra" (Dios del Sol) que se transformaban en abejas al tocar el suelo, y al que atribuían el origen de la vida. Por ello, este alimento se usaba como ofrenda religiosa.

La miel en el Antiguo Egipto comenzó a emplearse como conservante para la carne y para producir cerveza; también como cosmético y en la cura de diversas heridas junto con el tratamiento de las cataratas, en medicina y en los ritos funerarios.

En la tumba de Tutankamón [1342-1325 a.C.] de la XVIII Dinastía descubierta por Howard Carter en 1922 fueron encontradas varias vasijas con miel en perfectas condiciones a pesar de los más de tres milenios transcurridos. 

Los fenicios, griegos, romanos y árabes consideraban la miel como el néctar de los dioses, siendo utilizada en la mayoría de las ceremonias religiosas.


En la Antigua Grecia

Los griegos usaban la miel como sustento para aumentar la longevidad de las personas. Hipócrates en el siglo V a.C. [que vivió hasta los 107 años] la recomendaba para tal fin y se consideraba un comestible para alcanzar la espiritualidad más profunda, ya que era el alimento de los dioses del Olimpo [Ὄλυμπος]. Hipócrates, padre de la medicina alabó los poderes curativos de la miel empleándolas para la cura de úlceras, afecciones en la piel y para aliviar el dolor en general.

Cuenta la mitología griega que el dios Zeus cuando era joven fue alimentado con leche y miel por las ninfas. En la Antigua Grecia la miel era un alimento imprescindible. Los griegos llamaban melissa a las abejas [μέλιττα] productoras de miel [μελι -miel-] que liban para sus colmenas.

Pappus de Alejandría [290-350], importante matemático griego dijo que “las abejas, en virtud de una cierta intuición geométrica, saben que el hexágono es mayor que el cuadrado y que el triángulo, y que podrá contener más miel con el mismo gasto de material”. De hecho, la forma hexagonal de las celdas puede almacenar un 30% más de miel que un cuadrado u otras formas simples, lo que demuestra que las abejas son capaces de aprender los fundamentos abstractos de las matemáticas.

Las declaraciones de Pappus de Alejandría demuestran que las abejas son unas expertas en geometría y matemáticas. Su intuición natural les dice que el hexágono es la figura más eficaz para almacenar la miel en las celdas, construyendo así, una estructura sólida y digna al alcance de grandes arquitectos. 

En la Antigua Roma

El origen del término “luna de miel” proviene de la Antigua Roma cuando la madre de la novia depositaba cada noche en la alcoba nupcial y a disposición de los recién casados la miel para “reponer energías”. La miel se ingería como alimento y se utilizaba en la conservación del pescado y de la fruta.

Los romanos utilizaban la miel como alimento para potenciar la longevidad. De hecho, existían personas que superaban los 100 años. Entre ellos se encontraba Asinio Pollión Romilis, quien, al cumplir la centuria, explicó la razón de sus muchos años de vida: «Aceite por fuera y miel por dentro».

En el capítulo VI de la Eneida de Virgilio  aparece la profetiza Sibila que adormece con una torta de miel al Can Cerbero, el perro con tres cabezas que vigilaba el Infierno de los dioses, para que el héroe Eneas pudiera salir indemne del Averno.

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La Biblia ha dedicado sendos pasajes a hablar de la leche y de la miel.

La mayoría de las veces que la Biblia menciona la miel de abejas se refiere a la miel silvestre, como la que Juan el Bautista comía en el desierto. (Mateo 3:1, 4).

Y he descendido para librarlos de mano de los egipcios, y para sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y espaciosa, a una tierra que mana leche y miel...

Éxodo 3:8
...

Uno de los productos estrellas del Ramadán por su gran aporte nutricional es la miel. Como dice Dios en el Corán, la miel “es remedio para los hombres” (Corán16:69). La miel es mencionada con frecuencia en el Corán como un alimento saludable.

Durante la Edad Media (siglos V al XV) se usó la miel como único edulcorante. Además, se utilizaba la cera de abeja para elaborar velas para las iglesias y los hogares ricos.

La obtención del azúcar de la caña no se conocerá hasta el tercer viaje de Cristóbal Colón a las Indias. Poco a poco, la miel dejará de ser el único endulzante.


¡A quien tiene abejas nunca le falta el postre en su mesa!

La retina del recuerdo me proyecta aquella antigua e insufrible asignatura denominada "Formación del Espíritu Nacional" [F.E.N.] a la que llamábamos "política" a comienzos de los años 70 del pasado siglo y que estaba dedicada a enaltecer los valores de la patria con su adoctrinamiento correspondiente. 

¡Qué lejos estaba aquella educación del tardofranquismo que explicaba a su libre albedrío la "lengua de las abejas", muy diferente a lo que nos proyectaría posteriormente la película "la lengua de las mariposas" protagonizada por el inolvidable Fernando Fernán Gómez.

Aquel profesor de la F.E.N. con su fino bigote explicaba la relación existente entre la división social de las abejas y el mundo del trabajo en nuestra sociedad manifestando que "los zánganos ni producen ni trabajaban". 

¡Y se quedaba "tan a gustín"!

Recuerdo que aquel profesor de "política" en el antiguo bachiller elemental, curso 1970-71, era militar de alto rango durante las mañanas y por la tarde nos daba clases de "Formación del Espíritu Nacional". Además, aquella casta tendría también el privilegio de vivir en uno de los dos bloques de pisos [16 viviendas] construido por el Patronato Provincial de Viviendas para funcionarios afines al régimen y para los hijos de éstos en una zona privilegiada de la ciudad "Todo fuera por la Patria". 

Era otra división social diferente a la de las abejas. Aquello sí que era "una tierra de leche y miel" para una de las dos Españas, siempre beligerante y antagónica con la que soñaba Antonio Machado...

¡Qué bien se vive cuando se vive bien, hubiese dicho un amigo mío!

Pero volvamos con la verdadera miel silvestre de las abejas que será más productivo...

Cada colmena puede albergar entre 20.000 y 60.000 abejas que liban el jugo de las flores. La división social de la colmena se encuentra formada por tres castas: 

1. La abeja reina es el alma de la colmena y la encargada de depositar los huevos en el interior de las celdas que elaboran las abejas obreras. Será una por enjambre. Vive unas 150 semanas. La abeja reina guarda el esperma de los zánganos y lo va usando durante toda su vida.

2. Las abejas obreras representan el 96% de la población y son las encargadas de la construcción de las celdas prismático-hexagonales de los enjambres y de que todo funcione. Su ciclo vital está cercano a las 12 semanas. Las larvas provenientes de huevos fecundados dan hembras.

3. Los zánganos o abejas machos representan el 4% de la población y son los encargados de fecundar a la reina durante los vuelos nupciales cayendo al suelo y muriendo poco tiempo después de depositar sus espermatozoides en la vagina de la reina. Su ciclo vital es de 50 días. Cabe destacar que si el alimento es escaso en la colmena, los zánganos son expulsados de ella por las abejas obreras, muriendo de frío o de hambre. Los huevos no fecundados se convierten en zánganos.

No es oro todo lo que reluce en la vida del zángano. Se puede decir que en la fecundación le va la vida a los zánganos [eso pertenece a mi cosecha]. La existencia de muchos zánganos muertos o expulsados de una colmena es un fiel indicador de la escasez de alimento en el interior de la colmena. 

La función polinizadora de las abejas es esencial para el equilibrio y sostenibilidad de la vida, tal y como la conocemos en nuestro planeta. Las abejas actúan como intermediarias entre el néctar de las flores y la miel silvestre.

La lengua de las abejas extraen los azúcares de las flores que transportan en su cuerpo. Cuando llegan las abejas de vuelta a sus colmenas traspasan el néctar de su estómago a otras abejas obreras que le añaden enzimas y descomponen la sacarosa en azúcares simples como la glucosa y la fructosa que depositan en las celdas hexagonales del panal. Con la ventilación producida por sus propias alas, se produce la evaporación del agua de la mezcla. Las celdas quedarán selladas con cera para ser conservadas durante muchos años.

El pH ácido de la miel [4] aumenta considerablemente las propiedades antibacterianas de la miel. Cuando la humedad desaparece la miel cristaliza formando pequeños cristales formándose la miel sólida que habrá que someterla al agua caliente para ser licuada.

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Visita a una colmena de abejas en la tierra de Villalón

Una soleada mañana de primavera, después de que el azahar y el incienso hayan embriagado nuestros sentidos durante la Semana Mayor y la cera derramada cubra el pavimento como secuela del paso de las cofradías, el soplo de abril abre los pétalos de las flores para atraer a las abejas polinizadoras que desarrollan su máxima actividad mientras los olivos muestran su primeras flores o esquimo que coinciden en el mes de abril o mayo madurando durante el verano. 


Pero hace falta agua con urgencia para paliar la preocupante sequía que acecha a los campos andaluces y a los embalses que abastecen a los pueblos.


Será en este contexto cuando pongamos viento en popa a toda vela con nuestra proa autodidáctica orientada en esta ocasión hacia la Sierra de Morón, para acompañar con nuestra inseparable cámara fotográfica a nuestro apicultor  de confianza [Antonio], que nos aportará nuevos y amplios conocimientos sobre el hábitat de nuestras amigas polinizadoras para poder compartir un nuevo sendero con los amigos del blog de mis culpas. 

Antonio es un gran conocedor del hábitat rural como forma de poblamiento estrechamente vinculado a la vida rural, desde el cultivo de los olivos y del aceite de oliva virgen hasta la apicultura como actividad dedicada a prestarle los cuidados necesarios a las abejas para la elaboración de la miel.

Del humo del incienso hemos pasado al ahumador para las abejas. Una rica y grata experiencia no exenta del natural miedo escénico a las picaduras de las abejas pero con la miel como sólido argumento, exquisito alimento ancestral y saludable producido por las abejas cuyo origen se pierde en la noche de los tiempos y que nos servirá para endulzar la vida de forma natural.

Una colmena de abejas durante un buen año produce entre 20/25 kilogramos de miel.

300 colmenas producirán entre 6000 y 7500 kilogramos.

Para producir una sola cucharada de miel una abeja tendrá que visitar miles de flores y recorrer decenas de kilómetros al día muriendo al perder el aguijón, siempre y cuando se vea amenazada y obligada a picar.

¡Las abejas no quieren atacarnos, porque cuando clavan su aguijón se mueren!

No usemos ni químicos ni insecticidas. Y si podemos, es conveniente dejar en el jardín o en el patio un plato con agua, porque las abejas también tienen sed.

Las abejas son insectos sociales y excelentes polinizadoras. Por tal motivo, es considerada como el animal más importante del planeta siendo cada vez más necesario preservarlas junto con su hábitat.

Las abejas son las mejores arquitectas y botánicas de la naturaleza e imprescindibles para el mantenimiento de la biodiversidad. Conocen a la perfección el clima y se orientan a través del sol. 

El telescopio más potente del planeta, llamado James Webb de la Nasa, está inspirado en los hexágonos perfectos de un panal de las abejas "Apis mellífera" para optimizar los espacios.

El color de la miel está determinado por su química y por la fuente floral donde las abejas han recogido la miel. Se clasifica en clara, ámbar y oscura, siendo las variedades oscuras las más potentes a nivel medicinal.

La hidromiel como precursora de la cerveza era una bebida alcohólica elaborada con agua y miel fermentada. Se cree que surgió antes que la cerveza y fue consumida por todos los pueblos: griegos, romanos, celtas, sajones, normandos y vikingos. La elaboración de hidromiel es similar a la de la cerveza, aunque no se usa malta. 


Las abejas son expertas en matemáticas [por aquello de los panales hexagonales] y entienden una sencilla ecuación: "Sin lluvia no hay flores, sin flores no hay polen y sin polen no hay abejas".

Propiedades de la miel de abejas [Apis mellifera]

Los beneficios y propiedades que tiene la miel en la salud humana son conocidos desde la antigüedad por su química natural que la hace un producto nutritivo, sano y rico en sabor. La miel es la despensa de las abejas durante la época de invierno. Nunca caduca, como lo demuestran las vasijas encontradas en las pirámides egipcias en perfecto estado de conservación.

Los minerales más frecuentes que se encuentran en la miel son: calcio, cobre, hierro, magnesio, manganeso, zinc, fósforo y potasio. Están presentes también alrededor de la mitad de los aminoácidos existentes, ácidos orgánicos (ácido acético, ácido cítrico, entre otros) y vitaminas del complejo B, vitamina C, D y E. Posee también una variedad considerable de antioxidantes (flavonoides y fenólicos).

La miel contribuye a reducir el colesterol malo o LDL, aumentando los niveles de colesterol bueno o HDL evitando la ateroesclerosis como factor de riesgo. Además, la miel posee propiedades antisépticas, antiinflamatorias y antioxidantes. 

La miel cruda de manera moderada se utiliza fundamentalmente para tratar la tos y las molestias en la garganta así como el insomnio, la anorexia, el estreñimiento, la osteoporosis y la laringitis. Y acompañada de limón suaviza la faringitis. Siempre se debe guardar en envases de vidrio con cierre hermético y a temperatura adecuada para conservar intactas sus propiedades.

En la actualidad, España es el primer productor de miel de la Unión Europea, aunque el consumo de este alimento no llega al kilo por persona/año mientras que en el resto de los países comunitarios se superan los dos kilos por persona. China y Turquía son los primeros productores de miel a nivel mundial.


La apicultura

¡Las que más saben de apicultura son las abejas!

Se puede decir que el oficio de la apicultura nace con el asentamiento de las primeras comunidades humanas en el Neolítico, cuando las comunidades pasaron de ser nómadas a sedentarias. Los agricultores y ganaderos empleaban la cera de las abejas en la elaboración de cosméticos, medicinas, impermeabilizar recipientes o como aglutinante para las flechas.

Cuando se castra un panal se le deja a las abejas el 50% de miel para que éstas puedan alimentarse y seguir elaborando el néctar libado de las flores [de 12 paneles se dejan 6].

Los panales de miel pasan al extractor centrífugo de miel que la recoge mediante un grifo y de ahí pasa al bidón madurador de miel [de color amarillo] para su posterior envasado y consumo.

Según el estudio de la Revista Nature, la apicultura como oficio nace hace 9.000 años, en la península de Anatolia (Turquía), en el asentamiento de Çatalhöyük, considerada la primera ciudad de la humanidad, y del que procede una representación rupestre de una colmena.

La apicultura se expandió por Europa, norte de África y Oriente Próximo en paralelo a la agricultura y ganadería. Se conoce en la Península Ibérica desde al menos 5.500 a.C. A mayor biodiversidad mayor calidad de la miel.

Las abejas cuando se ven amenazadas por el hombre atacan a la cara [donde se encuentran las vías respiratorias], a las manos y también al color oscuro. Por tal motivo, los apicultores visten generalmente de blanco. Algunos apicultores se encuentran tan inmunizados como Antonio [que ya no sienten las picaduras] al estar acostumbrados a visitar los colmenares con escasa protección. 


Ahumador de abejas


Nuestro apicultor Antonio emplea el ahumador [alimentado con pequeñas ramas y un fuelle manual] porque atonta a las abejas y las desorienta dejándola más dóciles. Este invento se le debe al apicultor estadounidense Moses Quinby de Baltimore, que en 1875 inventó el ahumador, un fiel instrumento de gran ayuda para el apicultor en la inspección del colmenar.


Breves pinceladas sobre la historia de la apicultura:

  • Nikel Jacob, en 1568 descubre que las abejas crían reinas a partir de huevos de larvas jóvenes.
  • Luis Méndez Torres, en 1586 dice que la reina es hembra, que es quien pone los huevos y es madre de todas las abejas.
  • Charles Butler, en 1609 descubre que los zánganos son machos.
  • Richard Remnant, en 1637 averigua que las abejas son hembras.
  • Hornbostel, en 1744 constata el origen de la cera.
  • Anton Janscha, maestro apicultor vienés, en 1771 descubre la fecundación de las reinas.
  • François Huber, apicultor suizo ciego, en 1792 con su libro “Observations”, fundó las bases de la ciencia apícola.
  • George Layens, en 1874 inventa la colmena y el ahumador que en la actualidad llevan su nombre.



En nuestra más tierna adolescencia recuerdo a la abeja Maya con su amigo Willy y el elegante Flip con su sombrero de copa que cautivó al mundo infantil con su escala de valores donde predominaba la empatía, la cooperación, el respeto a los demás, la autoestima o la construcción de la identidad personal, entre un largo etcétera. También existen algunos escudos de ciudades como Béjar [Salamanca] o el de la Diputación de Salamanca donde aparecen cinco abejas de oro o en el de Colmenar [Málaga] con siete. El símbolo de la abeja ha significado siempre laboriosidad.

Como curiosidad cabe destacar que los valores junto con el color amarillo y negro de la abeja Maya coinciden con los de nuestro querido "Club Shotoyama", aunque eso formará parte de otra interesante historia que compartiré con los amigos.


Desde nuestro particular panal de rica miel acompañando a nuestro apicultor Antonio, en la tierra de Villalón y cercano al Museo de la Cal como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, donde "in situ" hemos observado con el máximo respeto la laboriosidad de las abejas en la producción de la miel silvestre, para el blog de mis culpas...



¡Salud y buen día con los múltiples beneficios que aporta a nuestras defensas la miel silvestre!


P.D. El día 20 de mayo se celebra el Día Mundial de las Abejas. Una de cada diez especies de abajes se encuentra en peligro de extinción por culpa de los plaguicidas, pérdida de hábitats, plagas y enfermedades pero sobre todo, por el cambio climático que provoca un declive sin precedentes de la población de las abejas junto con otros polinizadores. Nuestra alimentación depende de la polinización de las abejas. Por tanto, es necesario frenar la emergencia climática y la pérdida de biodiversidad.

El consumidor debe saber que el 66% de la miel de importación llega adulterada. Por tanto, “la compra directa al apicultor que nos inspire confianza [sobre todo en los pueblos] es la mejor garantía de la máxima calidad de la miel pura”. Una falsa miel destroza la vida de nuestros apicultores y engaña a los consumidores. 

Por tanto, en un mundo cargado de picaresca y para evitar verdaderos sablazos al consumidor es conveniente comprar la miel silvestre directamente a los apicultores de confianza y de este modo, poder llevarnos a nuestra casa un producto de alta calidad a un precio justo.

La miel también es utilizada también por los senderistas y corredores de montaña como combustible para recorrer grandes distancias. Y hablando de combustible,  Luiz Jordans es un apicultor brasileño que extrae de los excedentes de la miel etanol [alcohol etílico] desde 2015 para su autoconsumo ecológico.



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