sábado, 13 de mayo de 2023

Entre Priego y Lucena, con el Aula de la Experiencia de Morón


“Andalucía es el resultado de un proceso histórico con identidad histórica como base de su identidad cultural, modelada a lo largo de siglos que nos ha dado nuestra forma de entender la vida y como resultado final nuestra cultura que forma parte de la memoria colectiva”.

Isidoro Moreno (antropólogo) 


Desde la tierra de Villalón, de la Cal y del Flamenco, enarbolamos nuestras frágiles naves que impulsadas por vientos favorables permiten orientar nuestro mascarón de proa en busca de la Subbética andaluza para acompañar al Aula de la Experiencia de Morón.

Después de haber dejado atrás la "Ruta de los Almorávides y Almohades" que transitara en tiempos andalusíes por Olvera, en la serranía gaditana y cercana a la tierra de Villalón, pusimos viento en popa en busca de Priego cercano a la antigua Eliossana [Lucena] que fuera denominada por los judíos “la Perla de Sefarad” durante los siglos XII, XIII y comienzos del XIV. En aquel lugar de la Subbética andaluza llegaría a encontrarse el alma de las juderías del sur de la Península Ibérica.



Atrás dejamos nuestro desvencijado castillo empapado en ingrato olvido que custodia el antiguo arrabal [arrabád] de Santa María cuyos sillares se lamentan, no solo por la artrosis degenerativa que padece, sino lo que es más preocupante, por la indiferencia y el olvido absoluto de su pueblo, conocedor de su primer milenio como reino de taifa en 2013, y que pasaría sin pena ni gloria a efectos prácticos esperando una ansiada intervención integral que le permita salir de su triste ocaso. 

¡No sólo de ponencias se mantiene erguida la vieja alcazaba!

El timón autodidacta de nuestra nave se reencontraba de nuevo con Luz Marina, coordinadora local del Aula de la Experiencia de Morón que con Viajes Pablo Romero [y con la grata compañía de Gloria], referente de no pocos viajes didácticos y gastronómicos, nos permiten cultivar en pequeñas alícuotas el conocimiento de nuestro legado cultural que permanece [o debiera permanecer] grabado en la memoria colectiva.

Nos acompañaba Pepe Dávila, docente, naturalista y pintor que en breves minutos dibujó la Fuente del Rey en su cuaderno de campo para estímulo de nuestra retina. 

Con nuestra mochila cargada de ilusión para seguir reencontrándonos con nuestro pasado "Nuestras horas son minutos cuando esperamos saber, y siglos cuando sabemos lo que se puede aprender diría Antonio Machado", comenzamos sin prisas a soltar amarras con nuestro particular cuaderno de bitácora que nos acompaña siempre a lo largo de nuestra ruta cultural, y que nos servirá para compartir con nuestros amigos del blog de mis culpas. 

Como dijera Antonio Machado, máximo exponente de la lírica española del siglo XX:

¡En cuestiones de cultura y de saber, sólo se pierde lo que se guarda; sólo se gana lo que se da!


Nuestra ruta cultural nos impulsa con vientos alisios en busca de la vecina Puebla de Cazalla [con gentilicio morisco], lo que nos permitirá reorientar nuestra proa autodidacta a través de la A-92 en busca de Osuna, Estepa y Puente Genil que nos irán acercando a nuestro destino ubicado en la Subbética Cordobesa.

Es posible que el origen del gentilicio “morisco” en la Puebla de Cazalla pueda ser debido a que Juan Téllez Girón "IV Conde de Ureña" no obedeció aquella Pragmática Conversión Forzosa que aprobaron los Reyes Católicos en 1502 [por influencia del Cardenal Cisneros que el 23 de febrero de 1502 mandaría quemar todos los libros en lengua árabe en la Plaza de Bib Rambla de Granada] y que obligaba a la población musulmana residente en España a la conversión o a emigrar con la intención de unificar religiosamente el nuevo Estado cristiano.

Recuerdo allá por los años 70 del siglo pasado, en mis tiempos de bachiller en el antiguo Instituto Nacional de Enseñanza Media (I.N.E.M.) -posterior Fray Bartolomé de las Casas-, cuando escuché por primera mencionar el gentilicio “morisco” y que hacía referencia a aquéllos compañeros que se desplazaban desde la Puebla de Cazalla a Morón para estudiar en el Instituto.

El término “morisco” se aplica a múltiples palabras: la oliva morisca, la moneda (la dobla morisca),  algún que otro animal como el gorrión, el gato o la cabra morisca e incluso se habla de la construcción y de la teja morisca. Todo ello, son sólo un bello ejemplo de antiguas reminiscencias andalusíes que se encuentran la memoria colectiva e identidad de nuestra tierra.


"Bandoleros de Grazalema", en Montellano


Al transitar por Estepa la retina de la historia nos refresca nuestra frágil y efímera memoria [que no pocas veces suelta lastre para que no enloquezca de la cruda e injusta realidad histórica] al ser la cuna natal del facineroso Pernales, quien fuera amigo del poeta de Andalucía la Baja, Fernando Villalón, lo que nos dará sólidos argumentos para plasmar en el blog de mis culpas alguna que otra breve pincelada sobre el bandolerismo como verdadero fenómeno social y antropológico y producto de la miseria de una época, donde el hambre, en tiempos de Fernando VII obligaba a muchos hombres a "echarse al monte" por culpa del caciquismo como forma de gobierno. Es sin duda alguna, una de las épocas más oscuras y tenebrosas de las páginas de España.

Una de las páginas más vergonzosas de la Historia de España tuvo lugar cuando Carlos IV consiguió que su hijo Fernando VII renunciara a la Corona de España y que su padre abdicase en favor de Napoleón a cambio del Palacio de Chambord y una renta anual.

Fernando VII fue aquel rey que pidió por carta a Napoleón ser su hijo adoptivo: "Mi mayor deseo es ser hijo adoptivo de S. M. el emperador nuestro soberano. Yo me creo merecedor de esta adopción que verdaderamente haría la felicidad de mi vida [...]"

Napoleón le ofreció a Fernando VII un castillo y una pensión anual de 4 millones de reales por devolverle la corona a su padre Carlos IV aceptando el 6 de mayo de 1808. Fernando VII ignoraba que su padre ya había renunciado en favor del emperador por la suma de 30 millones anuales.

Cuando Fernando VII entró en Madrid en 1814, fue recibido por una masa enfervorecida e ignorante que gritaba:

¡Muera la libertad, vivan las cadenas!




Atrás queda el encuentro de Francisco Ríos González "Pernales" con el poeta de Andalucía la Baja Fernando Villalón en las inmediaciones del cortijo “La Rana”, ubicado entre Morón y la Puebla de Cazalla donde el célebre poeta intentaría echarle una mano, con la promesa de hacerlo un hombre decente.

Será la justicia la que le tienda una emboscada en las Morricas el 31 de agosto de 1907, en el término de Villaverde de Guadalimar [Albacete], cuando iba con su inseparable compañero de correrías Antonio Rodríguez Jiménez [el Niño de Arahal] en busca de la libertad en el puerto de Valencia para embarcar con destino a América, al estar Gibraltar muy vigilado. Será la crónica de una muerte anunciada.

Otro facineroso importante que ejercerá su influencia sobre estos territorios será José María "El Tempranillo" [1805-1833] cuya tumba visitamos tiempo atrás en el pueblo de Alameda [Málaga].

En Corcoya recibirá el Tempranillo el indulto de Fernando VII siendo nombrado servidor de la ley para erradicar precisamente el bandolerismo del que él había formado parte, lo que le traerá graves consecuencias.

En el cortijo de Buenavista [Alameda] -con tan sólo 28 años- será herido mortalmente "El Tempranillo" aquel 22 de septiembre de 1833 por otro bandolero compañero suyo. La casualidad quiso que también se llamara "José María" su asesino apodado “el Barberillo”, natural de Estepa, quien le diera muerte desde un ventanuco del cortijo. Un trabucazo por la espalda acabó con su joven vida.

Al día siguiente José María Hinojosa Cobacho “El Tempranillo” sería enterrado en el Patio de la Parroquia de la Purísima Concepción, en Alameda, Málaga.

Aquel radical cambio en la vida del Tempranillo no sería aceptado por muchos de sus antiguos compañeros. La muerte del legendario bandolero pondrá fin a una época romántica del bandolerismo andaluz.

"Temprano has empezado y temprano levantó su muerte el vuelo"


Tumba de José María Hinojosa Cobacho "El Tempranillo" en el patio interior de la Iglesia Parroquial Inmaculada Concepción [Alameda, Málaga]

Entre lomas de olivos y bajo los efluvios del aceite de oliva virgen que se almacena [al-mahzen] en las almazaras [al-ma'sara] a nuestro tránsito, nos vamos acercando a Puente Genil cuyo río denominaran los antiguos andalusíes "Sinnil" porque nada tenía que envidiar al río Nilo [Νειλος lo denominaban los griegos] por los numerosos afluentes que se le unían durante su curso.

El nombre del río Nilo aparece por vez primera en la obra Teogonía [Θεογονία, 338] del poeta griego "Hesíodo" en el siglo VII a.C.

Las almazaras en la Bética romana estaban a cargo de los "magister oleiarius" o maestros aceituneros. El privilegiado primer aceite de la cosecha "óleum viride u óleum primus" extraído de las muelas olearias de granito de la Bética romana estaba reservado para el panteón de los dioses de Roma junto con el codiciado "garum" de Baelo Claudia, muy codiciado en las mesas patricias mientras la Antikaria romana servirá como granero para las legiones.


Desayuno

Un alto en el camino se hizo necesario en Estepa en el "Restaurante Don Polvorón", no sólo para desentumecer un poco nuestros frágiles huesos sino también para estimular el paladar más exigente dando cuenta de un buen desayuno cardiosaludable andaluz, que forma parte de nuestra dieta mediterránea.

Una trilogía perfecta compuesta por el tradicional mollete o tostada de pan de pueblo acompañada del aceite “azzeit” de oliva virgen extra y el tomate triturado con jamón ibérico [manteca colorá o zurrapa de lomo ibérica para los que hayan alcanzado un mayor rango en el yantar], lo que nos permitirá afrontar con energías nuestra intensa pero grata jornada cultural y gastronómica que se avecinaba.


Puente Genil

"Si el nombre del río más grande de Andalucía proviene del árabe, Guadalquivir; el de nuestra montaña más imponente, Mulhacén; el de nuestro templo más universal, Mezquita de Córdoba; y el de nuestro palacio más hermoso, Alhambra... Que no digan que Flamenco proviene de Holanda."

Antonio Manuel


Atravesamos el río Genil, afluente del Guadalquivir “wādi al-kabīr andalusí”, que nos recuerda los años de párvulos en la escuela cuando cantábamos aquella lección de los ríos españoles como un coro infantil y en voz alta al igual que si de la tabla de multiplicar se tratase:

…“El Guadalquivir nace en la Sierra de Cazorla”... pasa por Córdoba, Sevilla y desemboca en el Océano Atlántico por Sanlúcar de Barrameda.

 

La cuenca del Guadalquivir ha sido testigo de una fusión entre la cultura autóctona con diferentes pueblos mediterráneos cuyo resultado final ha sido un crisol de culturas con un fuerte soporte demográfico autóctono.

No podemos olvidar que nuestro paisano Diego Bermúdez Cala “El Tenazas” pasaría parte de su vida en Puente Genil donde murió en 1933. Diego sería el ganador por méritos propios del ya mítico “Concurso de Cante Jondo” celebrado en Granada en 1922 con organizadores de enorme talla intelectual como Federico García Lorca, Manuel de Falla o Andrés Segovia, entre otros.


Retrato del "Tenazas"
Alejandro Pérez Morilla 2021
Fondo documental de Luís J. Vázquez Morilla


El investigador local Luis Javier Vázquez Morilla ha sacado de las páginas del olvido a Diego Bermúdez Cala “El Tenazas” en su libro “El Tenazas de Morón. Eso es cantar por derecho”

Como dice en su libro Luis Javier, Diego Bermúdez "El Tenazas" falleció tan pobre que ni un nicho pudo acoger sus restos, y que tras un entierro de caridad fueron arrojados a una fosa común. Su vida y su obra merecieron un adiós más digno. Allí quedará enterrado su cuerpo pero no su legado.

Nos decía hace unos años el cantaor flamenco local Antonio Gallardo Gallego “El Niño Rosa” (1922-2021) en los "Jardines de La Carrera" de Morón que el cantaor jerezano Manuel Torres le puso a Diego Bermúdez Cala el nombre de “Tenazas” porque atenazaba muy bien los cantes y de ahí se le quedó el nombre artístico de Diego Bermúdez “El Tenazas”.


Fuente del Rey, de Priego

Priego

Existen tres Priegos bien definidos: del agua [subterránea], de la Cal [donde convivían en tiempos andalusíes las tres culturas en armonía] y del Barroco [la Iglesia de San Francisco con la imagen de Jesús Nazareno de Pablo de Rojas]. En el Barroco destaca el agua, las esculturas y naturaleza en perfecta armonía.

...Y llegamos a la ciudad de Priego, uno de los pueblos más bellos de Andalucía que llegara a formar parte en tiempos pretéritos de una de las rutas más importantes del Califato que comunicaba dos de las capitales más importantes de la historia andalusí de alcance universal: Córdoba y la antigua Elvira (Granada). No hubo ciudad alguna en su época que pudiera compararse a Córdoba en número de habitantes, en condiciones de vida ni en actividad cultural hasta muchos siglos posteriores. 

Córdoba llegaría a convertirse en el mayor faro cultural de Europa durante el Califato con las figuras de Abderramán III y Alhakén II superando a nivel científico, filosófico y cultural incluso a Bizancio o Bagdad.

Una ruta del Califato salpicada de medinas (al madinat), mezquitas, atalayas, alcazabas (al qasaba), arrabales (al rabad), aljamas (al-gamieh), alhamas (al-hamma), tabernas, posadas (fundaq), ladrillos, tejados árabes, costumbres y gastronomía dentro de nuestro proceso histórico modelado durante siglos.



La Corá de Priego llegó a formar parte de una de las dos rutas del Califato. La primera ruta pasaba por Castro del Río y Alcaudete hasta Alcalá la Real. La siguiente ruta transcurría por Fernán Núñez, Aguilar de la Frontera, Lucena y Priego de Córdoba hasta Alcalá la Real donde se unían ambas rutas que acercaban las caravanas hasta Granada.

En el año 863 contribuye con 900 jinetes a una campaña militar del emir Muhammad I contra el reino de Asturias y León.

También esta ciudad cordobesa desempeñó a finales del siglo IX con Muhammad I un destacado papel durante las rebeliones del muladí Umar ibn Hafsun [y su aliado Ibn Mastana] que extendió su autoridad desde Ronda hasta Reyyo (Málaga), Elvira, Jaén, Baeza, Úbeda, Priego y Écija hasta que Abd al Rahman III (912-929) restablece el prestigio de los omeyas en Al Ándalus y acaba con la anarquía y con los sublevados de Ibn Hafsun.

Durante el Califato [siglo X] Priego será fiel a los omeyas cordobeses, experimentando una gran prosperidad, al igual que en la época almohade [siglos XII y XIII] cuando la medina alcanzaría mayor extensión llegando incluso a acuñar moneda. La alcazaba, murallas, baños y el barrio alfarero junto con varias necrópolis pertenecen a esta época.

Fernando III la reconquista en 1225 siendo entregada a la orden de Calatrava como cabeza de una encomienda de la orden que construye la imponente torre del homenaje y uno de los aljibes pero se pierde en 1327 para engrosar el reino nazarí. En 1340 Alfonso XI la reconquista definitivamente repoblando el lugar y reparando el perímetro amurallado.

Con Alfonso XI pasará Priego a la Orden de Calatrava, primero, y a los Fernández de Córdoba [Casa de Aguilar] después. En 1501 se crea el Marquesado de Priego, iniciándose con ello el camino hacia la modernidad.

Llegamos paseando hasta el Vial del Castillo, una calle peatonal cuyo trazado coincidía con el espacio transitable entre las murallas del castillo y las de la villa medieval hasta llegar a su imponente entrada. Al entrar, lo primero que destaca es la torre del homenaje que posee un aljimez con arcos de herradura en la planta noble (1246-1327). El castillo de Priego es una de las fortificaciones de la Baja Edad Media más importantes de Andalucía. Es un castillo cristiano (siglos XIII al XV) que ocupa el mismo lugar que una alcazaba andalusí (siglo X al XIII).

Desde la parte más alta de la fortaleza podemos observar la Torre fechada en 1541 junto a la Iglesia de la Asunción, edificio gótico mudéjar del siglo XVI y al fondo una bella panorámica de la serranía. Desde el castillo nos dirigimos al barrio de la villa, entre angostas y sinuosas callejuelas blancas encaladas y sus paredes adornadas de macetas con flores que otorgan un bello colorido.

Bellos nombres de callejuelas como azahar o Maimónides, etc., nos retrotraen a la época andalusí. 



Nuestra ruta comenzaba en la calle Río cuyo trazado nos recuerda el curso de un río. En el número 33 se encuentra la Casa Museo de Don Niceto Alcalá Zamora donde realizamos una emotiva visita. Frente a la fachada de su casa natal se encuentra el monumento de don Niceto descansando sobre un banco de piedra [que nos recuerda al existente en Baeza dedicado a la memoria de Antonio Machado] que nos debiera hacer reflexionar al no haber podido volver a su tierra por las trágicas circunstancias históricas.


Cambiando impresiones con don Niceto


Detalle del monumento a Don Niceto Alcalá Zamora

Uno de los vecinos más ilustres de Priego ha sido Don Niceto Alcalá-Zamora y Torres. Nació en Priego (Córdoba, 8-07-1877; Buenos Aires, 18-2-1949). Del Partido Liberal, llegó a ser ministro de Fomento (1917-18) y de la Guerra (1922-23). Su oposición a la dictadura del dictador Miguel Primo de Rivera le llevó a declararse partidario de la República en 1930, participando en el Pacto de San Sebastián para derrocar a la monarquía y a presidir el gobierno provisional que se hizo cargo del poder tras la renuncia de Alfonso XIII, el 14 de abril de 1931. Fue elegido primer Presidente de la República el 11 de diciembre de 1931. 



Visitamos la planta baja destacando la distribución normal de una gran casa solariega de su época con mobiliario original e información histórica con diversos retratos. En el jardín de la casa natal de Don Niceto Alcalá Zamora pudimos observar con letras mayúsculas una bella frase que no debiéramos de olvidar:

"EL MOTOR DE UNA DEMOCRACIA ES UN PUEBLO EDUCADO"


Destaca en el jardín, posiblemente el chaparro más republicano que exista en España, y que fuera sembrado por Alcalá Zamora de niño dando sombra a un busto de don Niceto realizado por Aurora Cañero y colocado en 1987 con motivo de la inauguración de la Casa Museo.

Tras nuestra visita a la Casa Museo de Don Niceto Alcalá Zamora nos dirigimos a la Fuente del Rey que fuera construida a comienzos del siglo XIX. Está compuesta por tres estanques con el nivel de agua escalonado de la que manan 139 caños. En el primer estanque aparece un león, obra atribuida al escultor prieguense Álvarez Cubero. El segundo estanque se encuentra presidido por Neptuno [dios de las aguas subterráneas] y Anfítrite [diosa del mar].

La Fuente de la Salud fue construida en el siglo XVI y está compuesta por un amplio frontispicio de estilo manierista. Existía la costumbre de echar monedas a la Fuente para pedirle algún milagro a la Virgen de la Salud. Ambas fuentes han sido declaradas Monumento Nacional.


Sagrario de la Iglesia de la Asunción. Monumento Nacional desde 1932

Numerosas iglesias [algunas construidas sobre antiguas mezquitas como la de la Aurora] jalonan nuestra ruta "la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, de San Francisco, de la Aurora, de las Angustias, San Juan de Dios, de las Mercedes, etcétera.


Angostas callejuelas con reminiscencias y efluvios andalusíes entre casas encaladas y decoradas por abundantes macetas y numerosas fuentes de agua potable y cristalina nos irán acercando al Barrio de la Villa.

Por la calle Jazmines nos acercamos a la Plaza de San Antonio donde cuenta la tradición que las mujeres solteras suelen dar una vuelta por la pequeña plazuela para que San Antonio, el protector de los amores imposibles, les encuentre un novio acorde con sus expectativas.



Desde allí, entre casas con abundantes macetas con flores seguimos paseando hasta calle Bajondillo que nos acerca al balcón del Adarve por cuya calle homónima descubrimos la estatua de Joselito. En el Paseo del Adarve o de Colombia brillan con luz propia los monumentos a Gamínedes “el copero de los Dioses” y en su parte central el grupo escultórico “La Defensa de Zaragoza” [copia] que fuera creado por el escultor José Álvarez Cubero en 1818 en su taller de Roma convirtiéndose en su obra cumbre. 

Para algunos estudiosos, Álvarez Cubero se inspiró en la Ilíada, presentando al anciano Néstor, herido de muerte, defendido por su hijo Antíoco [héroes de la Guerra de Troya]. El original de mármol de Carrara se encuentra en el vestíbulo del Museo del Prado [280 x 210 cm].

El Balcón del Adarve «ad-darb» es un tajo natural que daría origen a la medina y posterior ciudad garantizando su defensa durante siglos. Desde aquí, pudimos contemplar una bella panorámica destacando la "Huerta de las Infantas" y las vías que llevaban a la antigua Córdoba califal y a la Granada nazarí, considerada "La Damasco de Occidente".

Terminada nuestra ruta por Priego, hicimos un alto en el camino para hidratarnos con una buena cerveza fría antes de dar buena cuenta de nuestro almuerzo, donde los sabrosos entremeses darían su merecida escolta tanto al pescado como a los lingotes de secreto ibérico para los comensales de mayor rango en el yantar.


Muy cerca de Lucena y Priego se encuentran los pueblos de Zuheros y Cabra


Y llegamos a Lucena [Eliossana “Dios nos salve”]


La Iglesia de San Mateo Apóstol fue una antigua Sinagoga y posterior mezquita. Desde los siglos XVI al XVIII se observan varios estilos arquitectónicos: gótico- mudéjar, renacentista y barroco. Planta rectangular con tres naves y bóvedas de crucería. Destacan la capilla del sagrario del siglo XVIIII y el retablo mayor del siglo XVI.


“Entre el sur y el oeste (de Cabra) se encuentra Lucena, la ciudad de los judíos. El arrabal está habitado por musulmanes y algunos judíos; en él se encuentra la mezquita, pero no está rodeado de murallas. La villa, por el contrario, está ceñida de buenas murallas, rodeadas por todas partes de un foso profundo y por canales cuyos excedentes de agua vierten en ese foso. Los judíos viven en el interior de la villa y no dejan penetrar en ella a los musulmanes. Son allí los judíos más ricos que en ningún país sometido a la dominación musulmana, y están muy sobre aviso de las empresas de sus rivales”.

Al-Idrisi, cartógrafo, geógrafo y viajero del siglo XII

Tras haber dado buena cuenta de los sabrosos lomos de secreto ibérico se acercaba la hora de asentar nuestros reales en el autobús observando las lomas de olivos que jalonaban nuestro recorrido hasta la antigua Lucena [Eliossana "Dios nos salve], que fuera denominada la "Perla de Sefarad". Sería también conocida como la ciudad de las Tres Culturas (judía, musulmana y cristiana). 

Visitamos en la Plaza Nueva de Lucena la Iglesia de San Mateo Apóstol que fuera en tiempos pretéritos una importante sinagoga mayor judía. Visitamos la Capilla del Sagrario del siglo XVIII como una de las obras más significativas del barroco andaluz.


Destaca el tabernáculo central de la Capilla del Sagrario, realizado por Pedro de Mena y Gutiérrez entre 1740 y 1772. La construcción de la iglesia comienza en 1498 bajo el mecenazgo de Diego Fernández de Córdoba, con diseño del arquitecto Hernán Ruiz I finalizando las obras en 1544.

Tras la desaparición del Reino nazarí de Granada, este enclave fortificado en tierras de antiguas fronteras se convierte en alcázar de los señores de Lucena. Cerca de la Iglesia de San Mateo se encuentra el Castillo del Moral con su Torre del Homenaje de planta octogonal que nos transporta a tiempos pretéritos albergando en su interior el Museo Arqueológico y Etnológico de Lucena.

El Castillo del Moral fue declarado Monumento Nacional por haber sido prisión de Boabdil, último rey de Granada, al intentar tomar la ciudad de Lucena durante el decenio que duró la guerra de Granada, lo que marcaría la influencia definitiva del mundo cristiano frente a la media luna.

En 1483, Diego Fernández de Córdoba derrotó y apresó al último rey de Granada Boabdil "Abu Abdallah, el Zogoibi o el Desdichado" que sería encerrado en la Torre del Castillo del Moral.


La Virgen de Araceli es una de las pocas de España que ostenta el título de Mariana teniendo una gran devoción en la ciudad de Lucena. Desde el penúltimo domingo de abril que baja en romería hasta el primer domingo de junio, que vuelve en “Romería de Subida” al santuario de Aras, permanece en la iglesia de San Mateo de Lucena.


La imagen de San Pedro preside el retablo del gran escultor granadino Pablo de Rojas realizada en 1590.

El Retablo de San Pedro Apóstol fue encargado en el año 1788 al maestro tallista Diego de Burgos. La obra es de estilo neoclásico y perteneció en origen a una capilla desaparecida. El retablo está realizado en madera tallada, combinando elementos dorados con jaspeados imitado el mármol rosado.

Todo el conjunto envuelve la urna donde se custodia la imagen de San Pedro Apóstol.


...Pero no todo van a ser iglesias en nuestra ruta cultural. Vamos a retomar algunas pinceladas de la interesante historia de Lucena.

Etimológicamente, Lucena proviene del hebrero “Eliossana o ciudad de los judíos” denominada por los musulmanes “al-Yussana”. Los judíos de la Edad Media la denominaron la “Perla de Sefarad” cuyos vestigios mantienen viva el alma hebrea en Sefarad. Muchos judíos siguen viniendo a España en busca de los Caminos de la antigua Sefarad para encontrar sus raíces.

Se encuentra rodeada por un entorno natural digno de ser conocido como por ejemplo, Cabra a 14 km o Zuheros a 28,5 km entre otros muchos pueblos sin olvidar Córdoba a 70 km que forma parte por derecho propio de la trilogía andalusí con la Mezquita como monumento religioso o la Alhambra "al-Hamra" y el Generalife "Yannat al-Árif o finca del alarife" como arquitectura civil.

Nos encontramos en las mismas calles por donde pasearan la población hebrea hace un milenio y que hará de Lucena el centro erudito judío más importante de Sefarad con su Academia rabínica de fama universal por donde pasaron eruditos de enorme talla como Ibn Megas, Maimónides o Jehudá ha Leví.

En el casco antiguo de Lucena se aprecia como la antigua Perla de Sefarad mantiene su legado sefardí, la nomenclatura de las calles rotuladas en hebreo y castellano, sus tradiciones, vocablos, gastronomía, las menorás de bronce e incluso la gastronomía y repostería. La judería de Lucena es tan interesante que forma parte de los "Caminos de Sefarad" jalonados entre lomas de olivos, donde el aceite de las almazaras brilla con luz propia como si de una bendición se tratase.

 


Algunas calles en el casco histórico de la ciudad con su nomenclatura hebrea, demuestra la trascendencia y vinculación de Lucena con dicha cultura.

Cabe destacar las persecuciones que sufrieron los judíos en Granada [1066] Sevilla y Córdoba [masacre antisemita de 1391], lo que tendrá como consecuencia que muchos judíos sefardíes se refugiaran en Lucena. El interior del recinto amurallado albergaba una población exclusivamente judía.

Una leyenda afirma que cuando se produjo la destrucción del Primer Templo de Jerusalén por el rey babilonio Nabucodonosor II en el 587 a.C. con la consiguiente diáspora judía, algunas familias llegarían a establecerse ya en Eliossana, dedicándose al cultivo de viñedos y olivares, industria textil y tintorerías.

Así se interpretaba también un versículo bíblico, del libro del profeta Abdías, en el que se hablaba de «los desterrados de Jerusalén que están en Sefarad»; la Península habría sido ese lugar de refugio que, a lo largo de los siglos, se convirtió en una verdadera patria para generaciones de judíos, hasta la dramática expulsión de su antiguo hogar por los Reyes Católicos en 1492.

La arqueología y la epigrafía nos dice que la presencia judía en la Península no fue anterior a la destrucción del Segundo Templo de Jerusalén por los romanos (emperador Tito en el 70 d.C.). El “cassus belli” sería el rechazo judío a guardar culto a la figura del emperador y a las divinidades romanas. A partir de entonces, las comunidades judías se desarrollaron en la costa levantina y en el sur peninsular.

En el siglo VII sufrieron una creciente persecución por parte de las autoridades visigodas, que alcanzó su momento culminante con Egica (687-702), quien ordenó la confiscación de todas las propiedades de los judíos y la retirada a los padres de la custodia de sus hijos para educarlos en el cristianismo.

Para los judíos la invasión musulmana de la Península ibérica del 711 significará el fin de la persecución a la que habían sido sometidos por los monarcas visigodos y por la propia Iglesia católica. A partir de ahora los judíos se beneficiarían de una política tolerante en su condición de dhimmies que será un elemento determinante en la expansión islámica. La dhimma  era un impuesto que les permitía la propiedad de sus bienes y un alto grado de autonomía para dirigir los asuntos de sus comunidades. Las principales comunidades hebreas andalusíes eran las de Córdoba, Toledo, Lucena y Granada.

Establecidos en la Península Ibérica desde tiempos remotos, los judíos vivieron su época de esplendor en Sefarad durante los siglos XII y XIII y comienzos del XIV destacando en el comercio, artesanos, como consejeros de la corte, medicina y prestamistas de los reyes. Sus aljamas conocieron un gran auge cultural y económico.

Ya a finales del siglo IX se encuentran documentos que constatan la presencia judía en Lucena, y sería a partir de entonces cuando encontremos gran cantidad de documentos literarios y poéticos. No resulta extraño que se formase en la «Perla de Sefarad” la Academia de Estudios Talmúdicos, en la que se juntaron eminencias en el plano intelectual, como filósofos, médicos o poetas del momento.

Algunas de las personalidades que pasaron por la ciudad fueron Jehudá ha Leví, Abraham Ibn Ezrá o el gran Maimónides. Saldrán de Eliossana algunos de lo que después fundarían la escuela de traductores de Toledo.

Si la palmera era considerada por la cultura andalusí como un árbol sagrado y símbolo de la hospitalidad, el olivo lo será para la población hebrea y el ciprés para la cristiana.



Con la llegada del rigorismo almorávide y almohade, los judíos se verán obligados a escoger entre convertirse al Islam o el cruel exilio. Con frecuencia los científicos se verán obligados al exilio como le sucede por ejemplo a Maimónides, que vivirá en Egipto desde 1166 hasta su muerte en 1204.

En 1232, el rabí Salomón de Montepellier acude al Tribunal del Santo Oficio para advertirles de que el maimonismo es por su racionalismo tan peligroso para cristianos como para judíos. Será uno de los firmantes de la prohibición proclamada en 1233 contra "La Guía para los perplejos".

Hasta tal extremo llegaron los críticos judíos contra Maimónides, que éstos solicitaron en Montpellier la intervención de la propia Inquisición, a través de los monjes dominicos, para que vigilaran y persiguieran su obra. Así sucederá, pues en Montpellier [1233] y en París [1242] con la Guía de Perplejos [el "opus magnum" e influyente de Maimónides] que será quemada públicamente. 

El importante filósofo medieval Maimónides tomó como punto de comienzo una obra de Al-Fasi, Halakot («Leyes»), una de las síntesis más importantes del Talmud. Al-Fasi fue jurista y uno de los más destacados talmudistas junto a Maimónides, aunque mucho menos conocido. Se trató de uno de los presidentes de la academia de Lucena, lugar donde fue sepultado en 1103 (si bien su lugar de nacimiento fuese Argelia). El epitafio en su tumba, escrito por ibn Ezra apunta:

“Aquí está enterrada la fuente de la sabiduría”

Por su parte, dos personalidades destacadas tudelanas se relacionarán con Eliossana. Por un lado el poeta ibn Ezra quien dedicaría una de sus obras más significativas al esplendor cultural de Lucena, y por otro lado Yehudá ha-Levi, que también pasó por la Perla de Sefarad.

Aunque pocos restos arquitectónicos quedan de la existencia judía en Lucena, sí que notamos su presencia en varios puntos de la población. Así, en uno de los barrios más antiguos, el de Santiago, se halla la iglesia del mismo nombre, la cual fue construida con restos de la iglesia de San Mateo, que fue mezquita en su tiempo, que a su vez se situó en el lugar donde tenía su emplazamiento una sinagoga. Estudios más recientes sitúan la Sinagoga Mayor en el lugar donde está San Mateo y no Santiago como se llegó a pensar, ya que ésta se encontraría extramuros, debiendo situarse la sinagoga principal dentro de la zona amurallada que es donde habitó la comunidad judía al menos durante los siglos IX y X.

El Barrio de Santiago rinde homenaje al pueblo judío en la persona de Yosef Ibn Meir Ha-Levi Ibn Megas, uno de los rabí más importantes de la ciudad y quien tiene un busto en la plaza colindante a la iglesia de Santiago. Nacido en Sevilla o Córdoba a finales del siglo XI, desde muy joven vivió en Lucena para estudiar con el talmudista Al-Fasi, durante casi tres lustros, llegando a estar al frente de la Academia.

Nada queda, aparte de la historia, de las antiguas Puerta Blanca, Puerta de la Villa o Puerta de Granada, lugares por donde los judíos tendrían que cruzar para entrar o salir de la ciudad. Sí continúa en pie, y luciendo espléndido en el centro de la ciudad, el castillo. Hoy seguramente luzca muy diferente a como lo hacía siglos atrás. Probablemente mantenga su parte central, realizada en los siglos XI y XII durante la época judía de la ciudad, aunque la conquista cristiana traería fuertes transformaciones en la fortaleza.


Intolerancia almohade

Los almohades arrasaron la Lucena judía mediados del siglo XII convirtiendo la sinagoga en mezquita. Cien años más tarde, con la llegada de los cristianos, la mezquita se convirtió en parroquia. Tras la invasión almohade un gran número de judíos de Lucena marcharían al norte, instalándose muchos de ellos en Toledo aportando un gran bagaje cultural y poniendo su grano de arena en lo que ha sido la ciudad denominada “de las Tres Culturas”.

Maimónides, médico y filósofo, aunque tuvo que huir de la intolerancia almohade, sus obras tendrán gran repercusión entre los judíos españoles.

A partir de 1148 con la llegada de los almohades los judíos no tuvieron más elección que islamizarse o morir, produciendo el cierre de la Academia y la desaparición del judaísmo de Lucena. Desaparecía la «Perla de Sefarad”. Ya no se volverían a recibir consultas desde las más diversas partes del mundo y Eliossana pasaría a formar parte de un legado que desparecería para siempre. Siglos más tarde, muchas familias de conversos buscando el lugar donde habitaron sus antepasados, volvieron a establecerse en Lucena, ocupando incluso puestos de gran importancia.

Al contrario que en otras juderías de Sefarad, los graves problemas y su desaparición vinieron mucho antes que en otros de sus vecinos. No hubo que esperar a finales del siglo XIV o al Decreto de Expulsión, ya que con la invasión almorávide comenzó su decadencia.

Con la llegada de los almohades, quedará enterrada para siempre la «Perla de Sefarad». A sus habitantes les esperaba el exilio. Toledo sería el destino de muchos de ellos “la nueva Jerusalén”.


Un antiguo cementerio judío

Dentro de su pasado sefardí es relevante la Necrópolis judía, la más grande de la Península Ibérica, apareciendo 346 tumbas orientadas hacia Jerusalén en 2006, lo que ha permitido la recuperación de una gran parte del Patrimonio judío de Lucena.

El cementerio judío tenía que tener una serie de características. Por un lado tenía que estar en tierra virgen, ésta debía estar en pendiente, y estar orientado a Jerusalén. Además el cementerio tenía que tener acceso directo desde el barrio judío para que no se produjesen enterramientos dentro de la ciudad, y por lo general había que cruzar un río para acceder a él. El agua separaba el mundo de los vivos del de los muertos.

Paseando por las mismas calles que vieron hacerlo hace mil años a los judíos, se hace difícil imaginar que estamos transitando por un auténtico jardín de la cultura. En Eliossana la poesía en concreto, y la cultura en general, hacían de la ciudad el centro erudito del mundo judío. Su Academia rabínica sin duda era la más importante en la época. Antes de que lo fuese Toledo, Lucena ya había sido un centro cultural a nivel mundial.


Personalidades significativas

Destaca la figura de Hasday ibn Shaprut (910-970), Nasí o «príncipe» de las comunidades judías de Al-Ándalus y uno de los principales consejeros del califa Abderrahmán III con una excelente preparación como médico y diplomático, y sus dotes intelectuales le permitieron escalar posiciones en la corte, desde donde se preocupó por mejorar las condiciones de vida de sus correligionarios y hacer de Córdoba un gran centro de cultura.

Tras la crisis del califato de Córdoba, a principios del siglo XI, las comunidades hebreas resurgieron con los reinos de taifas. Es en esta época cuando la producción intelectual hispano-hebraica alcanzó sus más altas cotas, con figuras tan sobresalientes como los grandes poetas y filósofos zaragozanos Ibn Gabirol e Ibn Paquda.


Los judíos en los Reinos Cristianos

Desde el siglo X existen noticias sobre la presencia judía en Galicia, León, Burgos, la Rioja y Cataluña, pese a que su número debía ser aún muy reducido. Diversos fueros de los siglos XI y XII garantizan la autonomía administrativa y judicial de los judíos, organizados en corporaciones denominadas aljamas.

La Torá «ley», es el nombre hebreo del Pentateuco, aunque designa por extensión las Escrituras, su tradición oral y la interpretación de las mismas. El rabino, experto en el conocimiento de estos textos, se dedicaba a su estudio, enseñanza e interpretación, pudiendo ser el director espiritual de una sinagoga o de una comunidad. El rollo de la ley, o Torá, se guardaba en la sinagoga, donde se celebraban los rezos comunitarios al anochecer, al amanecer y al mediodía en presencia de un minián, esto es, de cuanto menos una decena de varones mayores de trece años.

El papa Inocencio III convoco el IV Concilio de Letrán (1215), del cual emitieron varios decretos por los cuales se instaba a las autoridades a situar a los judíos en barrios separados (kahal) y se imponía la obligación a los judíos de llevar un distintivo en la ropa, presuntamente para su protección.

Sin embargo, la legislación eclesiástica prohibía a los judíos hacer proselitismo, establecía estrictas limitaciones en sus relaciones de convivencia con los cristianos, y les prohibía ejercer oficios y cargos públicos que llevaran aparejada jurisdicción sobre éstos. La reticencia popular hacia los judíos se incrementó desde el siglo XII, lo que tiene mucho que ver con el crecimiento demográfico de las comunidades hebreas, y, principalmente, con el peso cada vez mayor que fueron adquiriendo los judíos mercaderes y financieros en relación con los judíos agricultores. Las mayores comunidades judías se localizaban ya entonces en las principales rutas mercantiles de la Península, y desde finales del siglo XII se hicieron también más frecuentes en los cuadernos de Cortes y en la legislación municipal las reglamentaciones relativas al préstamo con interés, practicado por los judíos.

La Sinagoga del Tránsito fue erigida en Toledo, en 1357, por impulso de Samuel ha-Levi gracias al permiso del rey Pedro I de Castilla. Hoy es el Museo Sefardí.


Judíos ricos y pobres


Pero esta etapa de esplendor tendrá sus problemas al existir los grandes comerciantes y financieros al servicio de la monarquía, y un sector popular, en buena medida compuesto por agricultores, artesanos y pequeños mercaderes, más apegado a las tradiciones culturales y religiosas judías, lo que provocará un enfrentamiento interno por el control de las aljamas generalizado desde finales del siglo XII.

Las familias judías más ricas se asimilaban en su forma de vida a la nobleza cristiana; además, obtuvieron de los reyes privilegios especiales como no pagar los impuestos que correspondían a los demás judíos.


Crece el antijudaísmo cristiano

Los judíos cortesanos estaban expuestos al cambio de humor de los soberanos y de la aristocracia cristiana, lo que nos recuerda un viejo refrán de nuestra tierra:

¡Pobre de aquel que come pan de mano ajena, siempre mirando a la carita si la ponen mala o buena!

Desde mediados del siglo XIII, el antijudaísmo avanzaba en los reinos hispanos no sólo en el terreno doctrinal, sino también en el legislativo. En 1312, un concilio eclesiástico reunido en Zamora instaba a los regentes de Alfonso XI a poner en práctica las disposiciones relativas a los judíos acordadas en el IV Concilio de Letrán (1215), en las que se establecía que los judíos fueran recluidos en barrios aislados y llevaran sobre sus vestimentas ciertas señales identificativas.

Hubo propuestas para excluir a los judíos de oficios y cargos públicos. En cuestiones de justicia se puso en cuestión el derecho de los judíos a disponer de alcaldes propios y el valor de su testimonio en los pleitos con los cristianos. Este clima antijudío estalló de forma violenta en varias ocasiones a lo largo del siglo XIV, lo que tuvo su expresión más evidente en el asalto de las juderías.

La propia Iglesia se había encargado desde los púlpitos [Ferrán Martínez, arcediano de Écija] de que los cristianos tuvieran la visión de los judíos como seres perversos y asesinos de Cristo. Las epidemias de peste de 1363, 1373 y 1383 con las subidas del pan servirán de pretexto para los asaltos a las sinagogas y la matanza de judíos en la Sevilla de 1391.

El 8 de diciembre de 1390, dicho arcediano envía un orden a todas las diócesis para cumplir, bajo pena de excomunión, las instrucciones para destruir todas las sinagogas sevillanas argumentando que la justicia de la Iglesia se encontraba por encima de la civil. Aquéllos peligrosos vientos tendrán como consecuencia los lodos posteriores…

  • En 1309 fue atacada la judería de Palma de Mallorca.
  • En 1328 les tocó el turno a diversas juderías navarras.
  • En 1348, y con el telón de fondo de la epidemia de peste negra, fueron asaltadas varias juderías catalanas y aragonesas.
  • Masacre antijudía en Sevilla y Córdoba en 1391.
  • La expulsión de los judíos el 31 de marzo de 1492.
  • El año 1492 con la expulsión de los judíos de Sefarad será considerado por la historia como un "annus horribilis". Un verdadero genocidio y etnocidio "borrar la memoria y el conocimiento de un pueblo" como ocurrirá posteriormente con la población morisca a partir de 1609.

Pedro I “El rey de los Judíos”

La primera mitad del siglo XIV fue uno de los períodos de mayor esplendor para el judaísmo castellano gracias a la política abiertamente projudía de Alfonso XI (1312-1350) y, muy en particular, de Pedro I (1350-1369), bajo cuyo reinado algunos judíos alcanzaron puestos de responsabilidad en la corte, velando desde ellos por el bienestar de sus correligionarios.

Uno de los más destacados cortesanos judíos de Pedro I el Cruel fue Samuel Ha-Leví, tesorero mayor. Una inscripción en la sinagoga mayor de Toledo, que él hizo construir, dice que desde la salida de los judíos de Tierra Santa, «no ha surgido otro como él en Israel... ante los reyes se presenta, manteniéndose firme... a él se llegan las gentes desde los confines del país... el rey lo ha engrandecido y exaltado y ha elevado su trono por encima de todos los príncipes que están con él y ha puesto en su mano cuanto tiene... desde el día de nuestro destierro nadie de Israel ha llegado a su altura».

Su figura, sin embargo, fue muy impopular entre la aristocracia enfrentada con el monarca, pues él era el encargado de confiscar las propiedades de los nobles rebeldes, tarea que llevaban a cabo sus asistentes judíos. En 1360 perdió de repente el favor del soberano. Será encarcelado, muriendo después de ser torturado. El rey Pedro, no obstante, siguió contando con otros judíos.

La colaboración con Pedro I con los judíos iba a volverse muy pronto en contra de éstos, por cuanto los partidarios de Enrique de Trastámara, hermanastro del rey y aspirante a la corona castellana, utilizaron muy hábilmente como elemento de propaganda la simpatía por los judíos que mostraba el soberano, al que llegaron a presentar como «el rey de los judíos».

Las tropas de mercenarios franceses e ingleses, que apoyaban respectivamente a Enrique de Trastámara y al rey Pedro I, cometieron todo tipo de tropelías contra las juderías de las localidades que atravesaron, principalmente en Tierra de Campos y La Rioja. Sin embargo, una vez entronizado, Enrique hubo de buscar la colaboración de los financieros judíos para la administración del reino.

El antijudaísmo alcanzaría sus más altas cotas en 1391, con las persecuciones iniciadas en el valle del Guadalquivir, provocando la ruina de algunas de las aljamas más importantes. Pese a los esfuerzos posteriores para restaurar las juderías, la comunidad judía nunca se recuperó. Numerosos judíos se convertirán al cristianismo levantando recelos entre la mayoría cristiana.

ADQUISICIÓN DE LA CIUDANÍA ESPAÑOLA POR PARTE DE LOS JUDÍOS SEFARDÍES TRAS LA APROBACIÓN DE LA LEY 12/2015, de 24 de junio


שלום עליכם [Shalom aleijem] "La paz sea con vosotros"


Desde Priego y la antigua Lucena [Eliossana "Dios nos salve"] que fuera conocida como la Perla de Sefarad y la ciudad de las Tres Culturas (judía, musulmana y cristiana) iniciamos el viaje de regreso a nuestro punto de origen en la tierra de Villalón, de la Cal y del Flamenco compartiendo estas humildes letrillas en el blog de mis culpas...


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Una visita a la Sinagoga del Tránsito, en Toledo

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