jueves, 21 de marzo de 2024

Ruta por los templos de la cerveza sevillana en plena Cuaresma

 


Desde la tierra de Villalón, de la Cal y del Flamenco orientamos nuestro sextante en busca de la capital hispalense para emprender nuestra particular ruta a través de los templos de la cerveza sevillana. Un exquisito alimento líquido que forma parte de nuestra ancestral Dieta Mediterránea.

Pasado el epicentro de la Cuaresma se acerca la Semana Mayor, que entre aromas de incienso y azahar comienza a embriagar los sentimientos cofrades. Sevilla tiene durante esta época un color especial que se refleja no solo en sus templos sino también en las terrazas de sus tascas y tabernas tradicionales abarrotadas, con miles de personas que esperan la cerveza como un verdadero maná milagroso que los hidrate.

Pero, no sólo serán los templos con sus Titulares los que se beneficien de la afluencia de fieles. También existe otro tipo de fidelidad en torno a una buena cerveza bien tirada donde se vertebran amplias conversaciones en gratas tertulias de amigos.


Todavía existen en algunas antiguas tabernas de Sevilla nombres casi desaparecidos en nuestros días como el término "urinarios" o "retrete" que hunden sus raíces en tiempos muy pretéritos. 




Incluso en alguna que otra taberna se puede apreciar el tradicional cartel con la frase "Se prohíbe el cante", que nos recuerda que lo que hoy es Patrimonio Inmaterial de la Humanidad [El Flamenco] tuvo también épocas donde padecer algún que otro desencuentro con el tabernero. 

Después de realizar nuestra grata visita durante la Cuaresma recorriendo los templos donde se ubican las hermandades sevillanas más significativas,  a través de miles de pasos, tocaba complementar simultáneamente otra ruta paralela que nos acercaba a los templos de la cerveza sevillana "A Ceres lo que es Ceres", que para todo existe su tiempo. 

Es necesario poder hidratarnos convenientemente después de haber gastado una parte importante de la suela de nuestros zapatos entre las sinuosas, angostas y empedradas callejuelas del casco antiguo de Sevilla. La Cuaresma hace que Sevilla, entre efluvios de incienso y azahar, tenga por estas fechas un color especial, sobre todo por la zona del San Lorenzo, el Salvador, el Barrio de Santa Cruz o el barrio de Triana.

En Sevilla existen más de 4000 bares entre restaurantes, mesones, tabernas y tascas que dan de beber al sediento, entre efluvios que emanan de los churros "calentitos en la tierra de Villalón" durante las primeras horas de la mañana. A partir del mediodía predomina el olor a adobo, calamares fritos, pavías de pescada, tortillitas de camarones y exquisitas croquetas, entre otros manjares.

¡Quién no tiene un amigo cofrade que conoce Sevilla al dedillo a través de la ubicación de las Cofradías [60 en Sevilla que van a la Catedral] o bien otros amigos que se ubican por la capital hispalense a través de los templos de la cerveza como referentes geográficos! 

Por ejemplo, por la zona de San Lorenzo se encuentra la Basílica del Gran Poder y muy cerca "Casa Ricardo"; en Santa Catalina se encuentra "El Rinconcillo" y el antiguo bar "El Perejil"; por la Parroquia de San Benito se encuentra "el bar Jota", frente a la iglesia de Santa María la Blanca se encuentra "bar Coronado", en el Barrio de Santa Cruz "Las Teresas", etcétera. Cada uno se hace un callejero mental en función de sus puntos de referencia.




La retina del recuerdo nos proyectará aquel grato viaje que realizamos con el Bar Alemán a la antigua Fábrica de Cruzcampo en Sevilla aquel 26 de enero de 2011 coincidiendo con su 75º Aniversario sin olvidar nuestra visita a la presentación del XLVII Gazpacho Andaluz de Morón en la Fundación homónima.




No pocas veces hemos vertebrado conversaciones entre amigos con rango a nivel de mostrador. Sobre todo cuando las viejas barras eran de madera de caoba y toda consumición era apuntada por el camarero con su mandil y con la tradicional tiza  colocada sobre su oreja.

Se me vienen a mis frágiles entendederas en la tierra de Villalón la antigua Goleta [ya desaparecida], el Bar Salvador [donde comencé a mover las primeras piezas de ajedrez], el Bar Alemán [desde 1935] o Retamares [1950] entre otros, por citar algunas tabernas con solera.



Al pasear por la fachada de la antigua Factoría de la Cruz del Campo cercana al Templete homónimo  cerca de la Casa de Pilatos, donde se originó la Semana Santa sevillana, la retina de la historia nos proyectaba entre breves pinceladas su interesante historia.

El germen de la Semana Santa fue gestado en 1521 por obra y gracia del I Marqués de Tarifa, don Fadrique Henríquez de Ribera, quien, tras su regreso de los Santos Lugares, organizó un magno Vía Crucis desde su palacio sevillano, denominado a partir de entonces la "Casa de Pilatos", hasta una cruz que fuera construida en el Humilladero de la Cruz del Campo en 1380 por una Cofradía de Negros "Los Negritos".

La distancia desde la Casa de Pilatos, fue la misma que la tradición señala entre el Pretorio y el Calvario: 1321 pasos, equivalentes a 997,13 metros. La primera estación se situó en su palacio conocido popularmente como la “Casa de Pilatos”, dado que fue en el pretorio romano de Jerusalén donde comenzó el camino de Jesús hacia el Gólgota finalizando en la Cruz del Campo, donde existía una ermita dedicada a la Virgen de la Soledad, que estaba a cargo de una Hermandad de Negros de Sevilla, muy numerosos en este siglo.

A Diego de Merlo se le debe la construcción del Humilladero en 1482 y la cruz del actual templete a Juan Bautista Vázquez «el Viejo» en 1571. Este Vía Crucis supuso un hito en la historia de las hermandades de Sevilla al establecer, por vez primera, un espacio marcado para el desarrollo de la penitencia pública.

Y sabemos también, que la Hermandad de los Negros tuvo, al menos, a su cargo una de las cruces que marcaban las doce estaciones que desde entonces componía el Vía Crucis que culminaba en aquel (hasta mediados del Setecientos no se añadieron las dos últimas estaciones actuales a dicho devoto ejercicio).

En los primeros tiempos la única imagen que se sacaba de procesión era la cruz, también conocida como la Vera Cruz, de ahí que las cofradías más antiguas en todas las ciudades sean casi siempre las de la Vera Cruz.


Y cuando se habla de la Sevilla tradicional siempre salen a relucir los mismos templos cerveceros durante las dilatadas conversaciones entre amigos, que dicho sea de paso, han transitado como buenos arrieros por muchos caminos y veredas cerveceras que confluyen en torno a una buena cerveza bien tirada. Por tanto, saben mucho y conocen “in situ” no pocos templos cerveceros ubicados en la capital hispalense [sobre todo en su época de estudiantes que presuntamente pasaban más tiempo en las tabernas y tascas que en los libros, por aquello del himno universitario "Gaudemus igitur" que les recuerda que la vida es breve y que debemos disfrutar de ella mientras somos mozos; tras la alegre juventud, tras la dura senectud, bajo tierra todos]. Porque el tiempo pasa, como decía mi amigo Curro.

Pongo por ejemplo, Casa Ricardo, Manolo Cateca, la Fresquita, el bar Coronado, el Rinconcillo, bar El Tremendo, bar Jota, bar Vizcaíno o Casa Ricardo...entre otros muchos templos que jalonan la geografía cervecera hispalense, y donde se degusta una buena cerveza bien tirada y con arte. 

Se puede observar que algunos de los tiradores de cerveza son bajitos y muy antiguos, como por ejemplo el tirador que existe en el Bar Jota del año 1936.

También capta nuestra atención la existencia de algún que otro cartel que nos recuerda que el cante no siempre fue bien recibido por los antiguos taberneros en aquellas tabernas y tascas de tiempos muy pretéritos “Se prohíbe expresamente el cante”. Una desafortunada frase, muy lejos de lo que será considerado el Flamenco a partir de 2010 como “Patrimonio Inmaterial de la Humanidad” por la Unesco.

Por tanto, cada vez que hemos realizado una visita a la capital hispalense para disfrutar de su patrimonio cultural, paralelamente hemos hecho acto de presencia en algunas de sus prestigiosas tabernas y tascas para comprobar sobre el terreno que lo que manifiestan mis amigos sobre la antigua “cerevisiae” va a misa en el mejor sentido de la expresión [aunque siempre con moderación]. 

Y como "efecto colateral" realizar éstas humildes letrillas para compartirlas con los amigos del blog de mis culpas.

Degustar el tradicional zumo de cebada que nos proporciona la diosa Ceres [cerevisiae] en forma de cañas, quintos o tercios forma parte de nuestra ancestral y valiosa "Dieta Mediterránea" que hunde sus raíces en la cuenca del Mediterráneo, la cuna de nuestra civilización. Ceres, junto con Baco y Dionisos, tal vez sean los santos más venerados por el pueblo llano. No cabe la menor duda de que si llegaran a formar parte de alguna hermandad, el número de hermanos de la diosa Ceres crecerían exponencialmente.


Carnaval de Morón

Cuando paseamos por la fachada del Ayuntamiento de Sevilla o por la Alameda de Hércules se observan las esculturas de Hércules y Julio César. No hubiese sino nada extraño que si Cayo Julio Cesar durante sus visitas a la antigua Híspalis, hubiese tenido la oportunidad de degustar una buena rubia en las antiguas "tabernaes" cercanas al río Betis lo hubiese hecho sin duda alguna, como aprovechó el tiempo con la bella Cleopatra. 

Sin olvidar el exquisito vino y aceite de oliva virgen de la Bética, que era exportado en ánforas desde Baelo Claudia hasta el puerto de Ostia en la antigua Roma.



Tras nuestra visita al extenso Patrimonio Cultural que posee Sevilla se iba acercando la hora del zumo de la cebada. Sobre la 1,30 p.m. transitamos por la Estación del Prado y observamos que era la hora idónea para degustar una buena cerveza fría tirada con arte dejando en un segundo plano las piedras de la Catedral, del Alcázar o de la antigua Fábrica de Tabacos, entre iglesias y alminares. Por tanto, comenzamos a desbrozar el terreno para acercarnos a las tabernas y tascas más significativas señaladas en nuestro plano orientativo. 

El Puente de San Bernardo con el bar Coronado como referente se encontraba a escasa distancia...

Muchos establecimientos sevillanos dedicados a tirar con arte una buena cerveza en Sevilla tienen sus propias señas de identidad convirtiéndose a base de solera en verdaderos referentes para la memoria colectiva.

Veamos algunas pinceladas orientativas de los templos de la cerveza sevillana más significativos...






Casa Ricardo, antigua Casa Ovidio [1951-1982]

Tras nuestra grata visita a la Plaza de San Lorenzo donde se encuentra la Basílica del Gran Poder colocamos nuestro sextante didáctico a ritmo de cornetas y  tambores en uno de los bares míticos de Sevilla donde degustar una buena cerveza bien tirada acompañada de las tradicionales croquetas que se elaboran por miles durante la Cuaresma en un grato ambiente bajo efluvios cofrades.




Bar Vizcaíno

No muy lejos se encuentra la calle Feria donde se ubica el Bar Vizcaíno junto a la Iglesia de Monte-Sión del siglo XVI. Un prestigioso bar que hunde sus raíces en la década de los 30 del siglo pasado destacando su buena cerveza junto con el tradicional vermú como señas de identidad. Es curioso que minutos antes de su apertura a las 12 a.m. ya se observaban algunos clientes esperando la hora de apertura para hidratarse "como Dios manda". Y es que en esta época existen no pocos bares dentro del casco histórico donde se produce "overbooking" en escasos minutos.





Bar El Tremendo

Muy cerca de la iglesia de Santa Catalina se encuentra una pequeña tasca “Bar El Tremendo” donde la cerveza está exquisita. Es un bar pequeño donde la mayoría de las personas piden la cerveza en la barra y la disfrutan en la calle peatonal.




En la Plaza del Padre Jerónimo de Córdoba se encuentra el monumento en bronce a la memoria del cantaor Pepe "El Perejil", obra del trianero Navarro Arteaga el 19 de marzo de 2014.




Taberna Quitapesares, antigua taberna “El Perejil” fundada en 1915, donde se despachaba la manzanilla de Huelva y la buena cerveza. Allí regalaba su cante Pepe "El Perejil". Un sitio que hace honor a su nombre "para quitar las penas" con la tortilla de patatas, las migas, queso en aceite o el bacalao con tomate.





Todavía el tabernero apunta la consumición con la tradicional tiza


El Rinconcillo

Este bar con encanto se encuentra en la calle Gerona 40, muy cerca de la Iglesia de Santa Catalina ostentando el título del bar más antiguo y tal vez con mayor solera de Sevilla [1670] y posiblemente de España. Destaca su mostrador de caoba y sus barricas de tiempos pretéritos convertidas en velador donde degustar un buen vino o una buena cerveza bien tirada. 






Taberna Manolo Cateca [por haber sido catequista de joven]

La Taberna de Manolo Cateca desde el 7 de agosto de 2013 hunde sus raices en la antigua Goleta cuyo origen se remonta a 1920, siendo otra de las tabernas con solera que existe en el casco histórico de Sevilla a escasos metros de la Campana. Destacan los buenos vinos de la Comarca de Huelva y del Marco de Jerez junto con la buena cerveza. Desde su puerta se ven pasar las bandejas llenas de exquisitos pasteles que provienen de la Confitería de La Campana fundada en 1885 [nombre proviene de un antiguo almacén utilizado como central de bomberos en cuyo edificio colgaba una campana  para avisar a operarios y vecinos en caso de incendio]. Es curioso que el término campana proviene de la región italiana de Campania de la cual procedía el bronce de la mejor calidad. Muy cerca se encuentra la Iglesia de la Anunciación. En el servicio de hombre destaca el antiguo nombre de "urinario".



Bar Coronado

Se encuentra junto al Puente de San Bernardo, muy cerca de la estación de autobuses del Prado de San Sebastián, donde dice algún que otro "beersapiens" de mi pueblo, de esos que presuntamente entienden de cerveza, aromas y matices, que sin duda alguna, estamos ante uno de los templos de la cerveza sevillana donde la llevan tirando con arte desde 1935. "Que digo yo que habrá que ir también a hacerle una visita". Frente al Bar Coronado se encuentra la Iglesia de Santa María la Blanca.





El Bar Jota

Otro de los templos de la cerveza sevillana. Se encuentra en la calle Luis Montoto, en el barrio de Nervión muy cerca de la antigua Fábrica de la Cruz del Campo y hunde sus raíces en el año 1936. Muy pronto cumplirá su 90º Aniversario. Allí se puede degustar la tradicional cerveza de tanque fría y bien tirada acompañado de un bacalao y mojama de atún espectacular. Es un sitio ideal para realizar una parada en el camino o bien para quedar con los amigos como punto de encuentro en busca de otras tascas y tabernas. Todavía se apuntan las cañas sobre la barra con la tradicional tiza. Frente al Bar Jota se encuentra la Iglesia de San Benito Abad.





Cervecería Giralda

Otro templo de la cerveza sevillana se encuentra en la calle Mateos Gago. Además, y como complemento a nuestra visita a los Reales Alcázares se puede apreciar los restos de un antiguo hammam del siglo XII con 89 luceras descubiertas en el año 2020, uno de los mejores conservados de la Península Ibérica.





Taberna La Fresquita, en la calle Mateos Gago, frente a la Iglesia de Santa Cruz y cercana a la Catedral, al Hospital de los Venerables y a la Plaza de la Santa Cruz. Un bar con mucho encanto donde suenan las marchas procesionales de Semana Santa entre el olor a incienso que impregnan nuestros sentidos. Tiene un calendario cofrade que señala los días que faltan para llegar al Domingo de Ramos.


LA CASA INVITA
DOS VECES A LA SEMANA
UNA FUE AYER
LA OTRA
SERÁ MAÑANA





Casa Cuesta en la calle Castilla, 1 de Triana, junto al río Guadalquivir y cercano al Puente de Triana. Un bar emblemático que hunde sus raíces en 1880. Muy cerca se encuentra la calle San Jacinto, donde se puede visitar la Capilla de la Virgen de la Estrella, la calle Pureza, donde se encuentra la Capilla de los Marineros, sede de la Hermandad de la Esperanza de Triana y la Parroquia de Santa Ana.





Bodega Casa Morales, en la calle García de Vinuesa, 11. Se encuentra a la sombra de la Giralda, siendo otro de los referentes de Sevilla. Fundado en 1850. Desde siempre la bodega Morales ha sido el hogar de bohemios, actores, toreros, pintores, escritores y poetas. Entre sus mesas rodeados de tinajas, se han escrito algunas novelas e incluso hay una bebida, el vermú con sifón, que la llaman poeta en honor a Hilario Gutiérrez, poeta y cliente de la casa. El interior de la bodega nos hace retroceder en el tiempo.




Antigua Taberna Las Escobas, en la calle Álvarez Quintero, 62. Una taberna que hunde sus raíces nada más y nada menos que en el año 1386 cuando sus propietarios se dedicaban a la venta de vino y también de las escobas, siendo frecuentado en su época por escritores de la talla de Lope de Vega, Lope de Rueda, Miguel de Cervantes, Dumas, Lord Byron, Bécquer o los Hermanos Álvarez Quintero, entre otros. Muy cerca se encuentra la Catedral y la Iglesia del Salvador.

Bodegas Díaz-Salazar, en la calle García de Vinuesa, 20. Fundada en 1908 por la familia Díaz-Salazar como depósito de vinos, aunque pronto adquirió el carácter de despacho convirtiéndose en uno de los establecimientos mas emblemáticos de Sevilla. Muy cerca se encuentra la Catedral de Sevilla.

Bar Blanco Cerrillo, en la calle José Velilla, junto a la calle Tetuán. Un bar que hunde sus raíces desde 1926, con un olor tradicional donde poder degustar los boquerones y el cazón en adobo, la pavía de pescada y los calamares fritos acompañados de una buena cerveza bien tirada. Muy cerca se encuentra la Capilla de San José [entre los años 1698 y 1766], ejemplo más significativo del barroco sevillano que te dejará con la boca abierta por su extraordinaria belleza.

El Patio, El Serranito, Bodeguita "La Chicotá", Bar Taquilla, Casa Julián, Bodega San Lorenzo, Casa Moreno, etcétera, entre múltiples tabernas y tascas con solera que jalonan nuestra geografía sevillana... 


Y así sucesivamente...teniendo siempre en cuenta de que una grata visita a una antigua taberna no nos impida nunca perder nuestras frágiles entendederas bajo los efluvios del vino o de la cerveza con Baco o Ceres como testigo de nuestra presencia por esos lares. ¡Y siempre con moderación, como Dios manda!

Conocer Sevilla es también conocer sus rincones con encanto, las antiguas tabernas pero también sus tradiciones y su historia que hunde sus raíces en la antigua "Ispal" tartésica latinizada como "Híspalis", "Spalis" visigoda, "Isbilya" andalusí y Sevilla cristiana, y que en esta época de Cuaresma con la Semana Santa a la vuelta de la esquina tiene un color especial.

Y para que conste donde proceda sirvan estas humildes letrillas tan solo a nivel orientativo para ilustrar nuestra particular ruta por algunos de los templos de la cerveza sevillana.


Desde las antiguas tabernas y tascas sevillanas con alguna que otra bodega, en nuestra particular ruta por los templos de la cerveza sevillana, donde la cerveza Cruzcampo bien tirada brilla con luz propia, para el blog de mis culpas...



Quiero terminar con un brindis como me decía mi amigo y cantaor de Flamenco Antonio Ruiz "El Carpintero" cuando Diego del Gastor tocaba por soleá en casa de su amigo "Chimenea" y Paco "El Perfecto" comenzaba a recitar un poema de Federico García Lorca. 

Y Diego sentenciaba con esta frase:

¡Brindemos por la libertad de los pueblos!


Enlaces interesantes

"Visita Cultural" a Cruzcampo en Sevilla

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