sábado, 23 de noviembre de 2024

Una inolvidable visita a Roma “La Ciudad Eterna” [I]


 

Todos los caminos conducen a Roma
“Omnes viae Roman ducunt”


Una fría mañana del mes de los santos, cuando el grajo vuela bajo en la tierra de Villalón, de la Cal y del Flamenco, orientamos nuestro sextante didáctico en busca del Aeropuerto de San Pablo donde uno de sus vuelos nos llevará “viento en popa” al Aeropuerto Internacional de Roma-Fiumicino para impregnar nuestra retina de pequeñas alícuotas de su legado cultural.



El nombre del Aeropuerto de San Pablo de Sevilla debe su nombre a unos antiguos terrenos que formaban parte en la década de 1930 de un cortijo llamado San Pablo, propiedad del torero Ignacio Sánchez Mejías, cuñado del mítico torero Joselito «El Gallo» y uno de los mecenas de la Generación del 27, a quien Lorca llegara a inmortalizar con sus versos en el poema "Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías":

A las cinco de la tarde...

Roma “la ciudad eterna -Urbs Aeterna- que acuñara el poeta latino Albio Tibulo [54 a.C.-19 a.C.] en su libro “Elegías”, al pensar que el Imperio Romano iba a ser siempre eterno ya que en aquellos tiempos “Todos los caminos conducen a Roma [Omnes viae Roman ducunt]”, como punto de arranque de todas las calzadas romanas.


Breve introducción

Los fenicios llamarían a la Península Ibérica “I-span-ya”, quedando romanizada como Hispania a partir del 218 a.C. La vieja ciudad de Itálica dio dos emperadores: Trajano y Adriano. Un año después de la muerte de Julio César, en el año 45 a.C., los romanos fundan la “Colonia Iulia Romula Hispalis”, latinizando el término tartésico “ispal”, que significa “tierra llana”.

La Bética exportaba a Roma productos de tradición milenaria como el vino [vinum] que en la época romana se almacenaba en ánforas fabricadas en los alfares de la Bética; el garum, que provenía de Baelo Claudia era una salsa de pescado realizada con vísceras fermentadas y servía como condimento indispensable en la mesas patricias romanas que junto con el aceite de oliva [óleum] de la Bética gozaba de mucho prestigio y arribaban al puerto de Ostia en Roma a través del Mare Nostrum.

Mi recuerdo infantil rezume cierta nostalgia desde la atalaya que me brindan mis canas de plata al recordar las primeras lecciones que aprendimos cantadas en voz alta con aquel sistema de numeración de la antigua Roma [I vale por 1, la V por 5, X por 10, L por 50, C por 100, D por 500 y la M por 1000] presidiendo la clase el viejo mapa físico de España colgado sobre una vieja alcayata encalada mil veces ciento, donde cantábamos aquella tabla de multiplicar, mientras que en geografía [unidades didácticas de la época] hacíamos algo similar con la vieja lección “España limita al norte con el Mar Cantábrico”.

Todavía se siguen utilizando los números romanos en la nomenclatura de los papas, emperadores y reyes, siglos y dinastías, monumentos y lápidas conmemorativas, olimpiadas, numeración de las páginas de un libro y de los tomos de una colección, numeración de congresos, ponencias, festivales, premios, conciertos, certámenes literarios o cualquier otro evento cultural que requiera de cierta solemnidad.



Menelao sosteniendo el cuerpo inerte de Patroclo
Aunque podría ser también Ajax con Aquiles
Guerra de Troya

Loggia dei Lanzi en Florencia


Algunos años más tarde llegarán aquellas primeras lecciones de literatura en aquel 3º curso del desaparecido bachiller elemental con “La Ilíada” y “La Odisea” atribuida al aedo Homero y “La Eneida” de Virgilio, encargo ésta última del emperador Augusto en el siglo I a.C. para atribuirle un origen mitológico a Roma que “estaba predestinada por los dioses” para dirigir la ecúmene o tierra habitada.

Si la Ilíada fue considerada la mejor obra de la literatura griega, la Eneida será la obra más destacada de la literatura latina. La Ilíada y la Odisea de Homero junto con La Eneida [en latín, Aeneis] de Virgilio serán consideradas hasta la Edad Media las piedras angulares del canon occidental.

Otra de las imágenes que me proyecta la retina del recuerdo [con cierta nostalgia dicho sea de paso] fue durante mi más tierna adolescencia en la asignatura de historia, en el antiguo Instituto Nacional de Enseñanza Media ubicado la tierra de Villalón. 


La loba Luperca en el Museo Capitolino


Recuerdo una fotografía en blanco y negro de una estatua en bronce que representaba a Luperca, la loba capitolina que según la mitología romana amamantó a los presuntos fundadores de Roma “Rómulo y Remo”, descendientes de Eneas, uno de los pocos héroes troyanos [eclipsado por el griego Aquiles o el troyano Héctor] que escapó con vida de la guerra de Troya. Será el primer asentamiento troyano en el Lacio.

Cuenta la leyenda, que tras la caída de Troya, Eneas, hijo del príncipe dardanio Anquises y de la diosa Afrodita, y yerno de Príamo al estar casado con su hija Creúsa con la que tuvo a su hijo Ascanio, consiguió llegar a las costas de Italia cargando con su anciano padre Anquises, su hijo Ascanio y otros supervivientes de la ciudad. Después de años recorriendo el Mar Mediterráneo recibió un mensaje de los dioses que le indicaban que su destino sería fundar una ciudad que sería Roma.

Eneas llegó a la región del Lacio, una tierra tranquila y próspera gobernada por Latino, quien le ofreció la mano de su hija, Lavinia, anteriormente prometida a Turmo, rey de los rútulos, quien habría declarado la guerra a Latino y a Eneas, perdiéndola. Eneas fundó la ciudad de Lavinium, en honor de su esposa, en las proximidades de la desembocadura del río Tíber. A su muerte, su hijo Ascanio habría fundado una nueva ciudad, Alba Longa, que se convirtió en la capital del Lacio y en la sede de poder donde tendría lugar la leyenda de Rómulo y Remo.

¡Quién le iba a decir al que escribe estas humildes letrillas pasado más de medio siglo de aquel curso que iba a visitar [aunque ya jubilado “iubilatio”] por vez primera la Ciudad Eterna y poder observar “in situ” a la loba Luperca en bronce en los Museos Capitolinos como complemento a estas humildes letrillas plasmadas en el blog de mis culpas!

Como tampoco podré olvidar aquellas efímeras nociones del latín con la primera declinación “rosa-rosae” en aquellos tiempos de sotana y sacristía como pudiera manifestar el inmortal poeta Antonio Machado y máximo exponente de la lírica española del siglo XX.

Muchas palabras del castellano provienen del latín, lo que nos servirá para recordar la etimología de muchas palabras, como por ejemplo, “panem et circenses”, donde la presunta generosidad de los gobernantes de la época, para mantener tranquilas las mentes “mens” del populacho en los teatros y circos suministraban el sustento básico acompañado del entretenimiento en forma de juegos lúdicos [combates entre gladiadores, condena a las fieras “damnatio ad bestias”, carreras de cuadrigas, naumaquias o batallas navales, etcétera].


"La expresión "panen et circenses" fue forjada por el poeta Juvenal en su sátira X"

Una intención política que tenía como objetivo utilizar el dinero de las grandes familias patricias “pater conscripti” para estimular su propia vanidad y de esta forma ganarse el favor de la plebe. Era necesario mantener entretenida a la turba a la que se entregaba la “annona” [el pan para el pueblo] para su propia subsistencia.

Una antigua profesora de latín nos recordaba en su clase con cierto ímpetu la defensa de su asignatura:

“Grecia fue conquistada militarmente por Roma.
Sin embargo, Grecia le ganará la batalla culturalmente”

No cabe duda de que Grecia había helenizado la cuenca mediterránea oriental ejerciendo una enorme influencia cultural en Egipto en tiempos de Alejandro Magno y posteriormente con la Dinastía de los Ptolomeos hasta Cleopatra VII, hasta que Roma comenzó a ejercer su hegemonía a través de la fuerza de sus legiones [legio, legionis].

Los romanos cultos y de familia noble pasaban una etapa de su formación en Grecia llegando a ser bilingües. Los pedagogos de los niños romanos eran griegos. Galeno será médico de “imperatores” como Marco Aurelio, Cómodo y Septimio Severo. Hasta la medicina tenía sus propios dioses: Asclepio (en griego) o Esculapio (en latín). Los primeros historiadores sobre Roma lo harán en lengua griega y no en latín. El geógrafo e historiador griego Heródoto de Halicarnaso será considerado el padre de la historia.



Cuentan las páginas de la historia que José Solís Ruiz, natural de Cabra y ministro en las Cortes franquistas defendía en la década de 1960 un proyecto de ley que proponía aumentar las horas lectivas de educación física, en detrimento de los estudios de latín. En su contra, Adolfo Muñoz Alonso, defendía su importancia. Solís perdía el debate y se agarró a su particular vehemencia:

«¡Menos latín y más deporte!»

Muñoz Alonso, vallisoletano y Catedrático de Filosofía en la Complutense, no pudo contenerse y desde su escaño le propuso una mayor reflexión a Solís:

«No se ponga así contra el latín, señor ministro, porque gracias precisamente al latín, ustedes los de Cabra se llaman egabrenses, y no otra cosa”.



Algunos símbolos de la antigua Roma se observan durante los desfiles procesionales de la Semana Santa. Otros han sido asimilados por diversos estamentos de nuestra sociedad como por ejemplo, la balanza de la diosa romana Iustitia [Justicia] que proviene del Antiguo Egipto, el estudio del Derecho Romano en las facultades españolas, el "Vítor" que se observa en las aulas de la Universidad de Salamanca es también un símbolo derivado del crismón del Bajo Imperio Romano, el saludo militar con armas en el mundo castrense [castra-castrorum], entre un etcétera.

  • Los estandartes “signa militaría” servían para orientarse las tropas durante la batalla. El águila de la legión “aqvila” sólo de desplazaba si lo hacía la legión al completo. Era portada por el “aqilifer”. La pérdida de un águila era considerada como una afrenta para la legión y para la propia Roma. Su pérdida obligaba a la legión a disolverse.
  • Las “faces romanas” [30 varas que formaban un cilindro sujetando un hacha] simbolizaban el poder de la República y del Imperio Romano siendo portadas por los lictores. Los magistrados eran acompañados por un lictor. En la estatua del Memorial Lincoln en el Senado estadounidense se pueden observar dos fasces en el sillón del presidente.
  • El logo de la Guardia Civil está compuesto por la corona, que representa al Reino de España, la espada que encarna la autoridad y las fasces, que simbolizan al Estado al que sirven y del que procede su legitimidad. El saludo militar con armas [antebrazo en posición horizontal sobre el pecho] proviene de la Antigua Roma.
  • En el Parlamento de Virginia, el presidente de la nación George Washington se encuentra apoyado sobre dos fasces.
  • La vara de Escupalio [Asclepio para los griegos] con la serpiente como símbolo de rejuvenecimiento por el cambio de piel, es el símbolo de la medicina.



Muchos artesonados de edificios públicos en Roma se encuentran blasonados por las siglas latinas SPQR. Incluso se observa el emblema de Roma hasta en las tapas de las alcantarillas.




  • Las siglas latinas SPQR “Senatus Populusque Romanus” rematado con un águila representaban la esencia del máximo poder de Roma [El Senado y el Pueblo Romano]. Estaba coronado por un águila, símbolo de la legión. El “senatus” como antigua insignia romana utilizadas por las cofradías de penitencia que usaron las tropas romanas.
  • El "Vítor" que se observa en las aulas de la Universidad de Salamanca es un símbolo derivado del crismón del Bajo Imperio Romano. Fue adoptado por algunas universidades españolas desde el siglo XIV, especialmente la de Salamanca, Alcalá de Henares, Sevilla e Indias como emblema conmemorativo de quienes obtenían el título de doctor, en inscripciones murales con pintura roja [en la Universidad de Salamanca].
  • Los números romanos.
  • La contraseña en la entrada de los cuarteles y el saludo militar con armas con el brazo doblado a la altura del hombro con la mano hacia abajo, posiblemente venga también de Roma.
  • Las horas de la noche se dividían en cuatro partes o vigiliae: prima vigilia [de 6 a 9 p.m.], secunda vigilia [de 9 a 12 p.m.], tertia vigilia [de 12 a 3 a.m.] y quarta vigilia [de 3 a 6 a.m]. De ahí proviene en el argot militar las guardias o imaginarias nocturnas que realizan los soldados en los cuarteles “castra-castrorum en latín”.
  • La balanza egipcia en un periplo de más de cinco milenios fue adoptada por los griegos y romanos como “Iustitia”. Es el origen de la balanza actual de la justicia.
  • Las cuadrigas de bronce que representan la diosa de la Victoria y que vigilan desde las alturas algunos grandes edificios en ciudades importantes como la Puerta de Brandemburgo en Berlín, Teatro Nacional de Praga, Arco del Carrousel de París, Monumento a Víctor Manuel II en Roma, los caballos de San Marcos en Venecia, la azotea de la calle Alcalá en Madrid, el Arco de Wellington o la biga [dos caballos] de la reina Boudica en Londres, Palacio de Invierno de San Petersburgo, Teatro Bolshói de Moscú, etcétera.


Cuádriga coronando el Monumento a Víctor Manuel II


Paseando por el puente de Westminster de Londres nos encontramos un monumento en bronce (1902) junto a la orilla del río Támesis. La alacena de la historia nos recordaba que dicho monumento estaba dedicado a Boudica, una gran mujer que devolvió a su pueblo el orgullo pisoteado por los romanos -si querían dejar de ser esclavos- liderando una lucha después que éstos habían traicionado el tratado de paz que ella y su marido habían conseguido para su pueblo.

Pero dejemos atrás los símbolos del poder de Roma [con la película Ben-Hur o Gladiator en nuestra retina cinéfila] y volvamos a los orígenes de la Antigua Roma como fundamento de una gran civilización que nos dejó como legado una lengua culta como “el latin [Latium o Lacio]” junto con el Derecho Romano ”Ius Romanum”, sin olvidar la religión [religio], la arquitectura o la literatura, entre otros grandes logros, muchos de cuyos símbolos serán heredados por la Iglesia Católica a partir de Constantino como presunta heredera del Imperio Romano [con su boato correspondiente].




Origen de Roma según la mitología

Según la mitología romana, los supervivientes troyanos huyeron de la región conducidos por Eneas, quien participó en la defensa de Troya frente a los griegos al estar casado con la hija de Príamo “Creúsa”, lo que le llevará a apoyar a los troyanos al frente de los dardanios. Eratóstenes fechó la guerra de Troya entre el 1194 a. C. y el 1184 a. C.

Eneas procedía de Dardania en Asia Menor, que fuera fundada por Dárdano, hijo del dios Zeus. Eneas será un personaje secundario en la guerra de Troya al ser eclipsado por el gran Aquiles y Héctor. Después de vagar por Tracia al norte del mar Egeo, Delos en las Cícladas, Creta, Cartago y Sicilia, los supervivientes de Troya con Eneas a la cabeza se asentaron en la región del Lacio [Italia], donde tras una serie de acontecimientos enlazarán con los orígenes de Roma [Rómulo y Remo] que compartiremos con los amigos.


Desde Roma en su primera parte, recordando aquellas primeras nociones de tiempos pretéritos donde el latín y el griego como lenguas muertas se encuentran en la etimología de muchas palabras, para el blog de mis culpas... 




P.D. El latín es la lengua madre de las lenguas romances, siendo el español la lengua romance que más se habla donde más de un 75% de su vocabulario proviene del latín.



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